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María Isabel Penagos Guerrero

Programa de Antropología
Seminario Central III
27 de agosto de 2019
Reseña

ESTRUCTURAS ELEMENTALES DE PARENTESCO Y EL TRÁFICO DE


MUJERES
Claude Lévi-Strauss y Rubin Gayle
El universo tiene sus propios planes para enredarnos en laberintos sin salidas, sin
embargo, algunas personas consideran que al azar los seres humanos les somos
completamente indiferentes y que cada jugada en la que nos vemos involucrados cada día
es sólo una serie de eventos que se dan porque sí, lo que significa que no estamos siendo ni
desdichados ni beneficiados por algo o alguien, sólo vivimos una vida como cualquier otra.
Ahora, con respecto a las estructuras elementales de parentesco, para llegar a
comprender su sentido es pertinente apreciar la interesante discusión que se genera entre las
distinciones presentes de un estado de naturaleza, un estado de sociedad o de cultura. El ser
humano es ese conglomerado de elementos biológicos y social pues, las respuestas que una
persona tiene frente a situaciones cotidianas o simples excitaciones pueden darse por parte
de su biología y también por el contexto en el que se encuentra y esto es ocasiona por los
estímulos psicobiológicos y psicosociales. Para dilucidar lo anterior, Lévi-Strauss (1991)
presenta el ejemplo de “si el miedo del niño en la oscuridad se explica cómo manifestación
de su naturaleza animal o como resultado de los cuentos de la nodriza.” (p.35).
En ese orden de ideas, la discusión puede interpretarse desde dos perspectivas. La
primera expone que cada actitud conlleva una causa de orden biológico o social; la
segunda, expone que se pretende hallar un mecanismo el cual permita que las actitudes
dadas por el orden cultural se implementen en los comportamientos de la naturaleza
biológica, integrándose entre sí. Con la negación de esta oposición se da una imposibilidad
de comprender fenómenos sociales, y a partir de ello surge el cuestionamiento de
comprender dónde termina la naturaleza para saber dónde comienza la cultura. Por lo tanto,
se ha intentado responder estas cuestiones de distintas maneras, por ejemplo, cuando se
aísla a un niño recién nacido con el fin de conocer las reacciones a ciertos estímulos y así
poder diferenciar entre las respuestas de orden biológico y las que son de orden cultural. No
obstante, el implemento de este método tiene algunas dificultades y no es considerado
completamente verídico. Siendo así, Lévi-Strauss (1991) indica que “ningún análisis real
permite, pues, captar el punto en que se produce el pasaje de los hechos de la naturaleza a
los de la cultura, ni el mecanismo de su articulación.” (p.41).
Resulta importante tener en cuenta las reglas pues, la contemplación de estas
permite identificar el orden cultura. Como regla general que parece estar relacionada con
las creencias, las costumbres, estipulaciones e instituciones y están en común acuerdo es la
prohibición del incesto, esta “constituye una regla, pero la única regla social que posee, a la
vez, un carácter de universalidad” (Lévi-Strauss, 1991, p.42), partiendo de ello, conviene
saber que, en general, se prohíbe el matrimonio entre parientes próximos, pero no entre
ciertas categorías. Dicha norma de prohibición social como presocial y esta se bifurca;
primero, en su sentido universal y por el modelo de relaciones a las que impone su norma; y
segundo, por sus fines trascendentes y la satisfacción de los deseos individuales.
Lévi-Strauss (1991) aclara que “la prohibición del incesto se encuentra, a la vez en
el umbral de la cultura, en la cultura y, en cierto sentido, como trataremos de mostrarlo, es
la cultura misma” (p.45), con base en ello se infiere que, la prohibición del incesto se da en
un orden cultural y orden biológico; razón por la cual, se dan tres tipos de explicaciones. La
primera mantiene el doble carácter de la prohibición, pues le da un enfoque social y natural
a esta, y se basa en la explicación de que es dada por la protección de la especie. La
segunda explicación se fundamenta bajo la eliminación de uno de los términos de la
contradicción entre los caracteres naturales y sociales, esto quiere decir que se explica el
horror hacia el incesto y enfoca su prohibición como un fenómeno psicológico o fisiológico
de carácter instintivo, por lo cual expresa que “la prohibición no está destinada más que a
casos excepcionales en los que la naturaleza falla en su misión” (Lévi-Strauss, 1991, p.52).
Y, por último, la tercera explicación tiene un nexo con la segunda que busca eliminar uno
de los términos de la contradicción, solo que en esta se ve la prohibición del incesto desde
un punto de origen social, con los términos biológicos siendo accidentales y secundarios.
Llegados a este punto, es posible conocer que los cimientos de la prohibición del
incesto son dados por la naturaleza y su universalidad la cual, abarca la biología y la
psicología que procede de lo social, pues es una regla, y construye a la cultura y a la
sociología. De tal manera, Lévi-Strauss (1991) concluye indicando que “la prohibición del
incesto no tiene origen puramente cultural, ni puramente natural, y tampoco es un
compuesto de elementos tomados en parte de la naturaleza y en parte de la cultura” (Lévi-
Strauss, 1991, p.58), es entonces que hasta el momento este debate sigue abierto o puede
caer en una eterna dicotomía.
Por otra parte, en cuanto al parentesco entendido como “un sistema de categorías y
posiciones que a menudo contradicen las relaciones genéticas reales” (Rubin, 1986, p.106)
y no desde una lista de parientes biológicos que se unen por lazos de consanguineidad, se
apoya por ejemplos que ilustra las relaciones de parentesco organizadas socialmente. Uno
de ellos es las sociedades peestatales, aquí el parentesco es percibido bajo el idioma e que
se da la interacción social. Sin embargo, más allá de entender el parentesco, lo que se busca
estudiar desde la antropología son los sistemas que representan y determinan que las
relaciones sociales se dan de determinada manera, dependiendo cada sociedad o cultura.
Pues al estudiarlo y comprender esa estructura que los mismos integrantes de la sociedad no
conocen ya que está inmersa en ellos se pretende explicar ciertos tabúes, como lo pueden
ser el incesto, matrimonio entre primos cruzados y demás temas que tiene relación con
sistemas parentescos, para entender mejor este tema es necesario tener conocimiento del
libro las estructuras elementales de parentesco de Lévi-Strauss (1991), del que se habló al
inicio, pero en general explica “que se entiende explícitamente el parentesco como una
imposición de la organización cultural sobre los hechos de la procreación biológica”
(Rubin, 1986, p.107) y se plantea indirectamente una teoría de opresión sexual, debido a
que el autor basa el parentesco en un intercambio de mujeres entre los hombres. El tema
principal del texto es el origen y la naturaleza de la sociedad humana.
Simultáneamente, la teoría de la organización en la que se proponen estructuras
elementales, Marcel Mauss explica que el dominio de las relaciones sociales se fundamente
entre el intercambio de dones o regalos en donde la función de dar, recibir y devolver
genera un vínculo social entre los participantes de dicha actividad y, en analogía directa,
Lévi-Strauss plantea al matrimonio como una manera de intercambio de regalos o done.
En síntesis, el intercambio de mujeres presentado como sistema de parentesco da a
entender que los hombres tienen un derecho especial sobre sus parientes mujeres, por tal
motivo, ellas no conciben derechos sobre sí mismas y se gestan conceptos como la
economía del sexo y del género pues, Rubin (1986) explica que “el intercambio de mujeres
es el paso inicial hacia la construcción de un arsenal de conceptos que permitan describir
los sistemas sexuales” (p.113). Esto representa la importancia de la construcción de
conceptos analíticos para el desarrollo de otros estudios no sólo en la antropología, sino
también en las ciencias sociales.

Bibliografía y referencias.
o Lévi-Strauss, C. (1991). Las estructuras elementales de parentesco. Barcelona:
Ediciones Paidós.
o Rubin, G. (1986). El tráfico de mujeres: notas sobre la "economía política" del
sexo. Nueva Antropología, VIII(30), pp. 95-115. ISSN: 0185-0636. Disponible
en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=159/15903007

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