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¿Cómo ejercer ciudadanía ante la exclusión y Pobreza?

El concepto de exclusión social se refiere a los procesos y situaciones que


impiden la satisfacción de las necesidades básicas de las personas (trabajo,
vivienda, educación, acceso a la sanidad) y su participación en la sociedad. La
exclusión se puede producir debido a diferentes factores, así también puede ser el
resultado indirecto de procesos de desarrollo, ya sea por el hecho de seguir
ciertos ideales de una comunidad, por una precaria situación económica, o bien en
algunos casos se produce cuando la sociedad responde a los intereses de un
grupo minoritario que ejerce el poder. La privación o dificultad para la satisfacción
de ciertas necesidades secundarias e incluso algunas de las necesidades básicas
(tales como disponibilidad de servicios como agua potable, desagüe y electricidad)
es una característica común en todos los grados y tipos de marginación.

En los últimos años, los avances tecnológicos, la evolución del mercado laboral, y
la falta de recursos para el desarrollo y el cambio en la estructura familiar han
generado nuevas formas de exclusión, como, por ejemplo, la de aquellas personas
que no tienen la formación adecuada para adaptarse a los actuales procesos
productivos; los parados de larga duración; los jóvenes que no consiguen su
primer empleo o una estabilidad laboral; las mujeres que son discriminadas en
cuanto a oportunidades de empleo, salario y personas en extrema pobreza etc.
que no tiene la capacidad de adaptarse a diferentes cambios para poder hacer
valer sus derechos y ejercerlos como lo que deberían tener como ciudadanos
pertenecientes a un grupo, a que uno de los grandes formas de exclusión es la
pobreza.

La pobreza tiene tantos prismas, como cita uno de los autores del texto, es
multidimensional; entonces hablamos de factores o problema económicos,
políticos y socioculturales ,estas tres líneas nos lleva a analizar aspectos como el
nivel económico: el cual hace alusión, no solo a la malversación de recursos y la
falta de equidad sino también al comercio, al dinero, el desempleo y la falta de
ocupación, que aqueja a tantas personas en el mundo tanto a mujeres, hombres,
jóvenes y niños que se encuentran en su mayoría en estado de vulnerabilidad, en
el cual hay un elemento claro y bien marcado que es la ocupación en las mujeres
en el mercado laboral” genero” ¿Por qué las mujeres gana menos que lo
hombres? . A nivel político: la corrupción que se vive en las bancadas políticas, ahí
donde todo comienza por que son ellos los promueven o derogan reformas, leyes,
decretos que “incluyen” o “excluyen” a la población de la nación, donde se ven
afectados sus derechos como ciudadano.

En América Latina, donde según distintas fuentes, la pobreza afecta un gran


porcentaje de la población, superarla no es sólo un imperativo ético sino un
requisito fundamental para el desarrollo económico, político y social de los países
y como tal debe ubicarse en la agenda de prioridades. Los esfuerzos en este
camino señalan la existencia de una serie de obstáculos, que refuerzan
estructuralmente la pobreza y la desigualdad. Muchos de ellos tienen que ver con
las dificultades derivadas de la inserción a la economía internacional, otras con el
funcionamiento de las instituciones y organizaciones vinculadas a lo social y otras
con la adopción de políticas que presentan una visión restringida y distorsionada
de los problemas sociales y sus causas.

Pobreza y ciudadanía ¿Una relación posible?

Si bien el concepto de ciudadanía y el ciudadano real, tienen como referente


obligado la situación política de la antigua Ciudad Estado griega, estos son muy
distintos en nuestro mundo moderno, sobre todo cuando aparece la producción
industrial como el producto de la ciencia convertida en tecnología, lo cual ha
generado momentos históricos de grandes rupturas, El concepto de exclusión
amplía el de pobreza, al no considerar únicamente la
dimensión económica del problema, sino también la pérdida del vinculo social.
Este
concepto expresa una manera de estar en la sociedad, que no viene definida por
lo que la persona es (identidad) sino por lo que carece, por lo que ha perdido, o
nunca ha tenido. Así la situación de exclusión tiende a ser definida por aquello de
lo que se está excluido, es decir, el nivel de vida y los derechos sociales propios
de la sociedad de pertenencia. La imposibilidad o incapacidad de ejercer los
derechos sociales, fundamentalmente el derecho al trabajo, pero también el
derecho a la educación, a la cultura, a la salud, a una vivienda digna, a la
protección social”. A su vez matiza que está excluida “toda persona que, en mayor
o menor medida, se encuentra incapacitada o imposibilitada para el ejercicio de
alguno o de varios de los derechos sociales que otorgan status de ciudadanía a un
individuo y por eso al tener pobreza para algunas personas quedan excluidas de
las instancias principales de integración y sin participación en el poder político
quedan relegadas a una plena condición de no ciudadanía.

La zona de integración se define por la seguridad de los ingresos, derivados del


trabajo o de otras fuentes admitidas socialmente, como rentas personales o
sistemas de protección social universal; participación de los bienes sociales y
culturales del entorno. La zona de precariedad se caracteriza por la fragilidad de
las relaciones sociales y laborales. Las personas están aparentemente oprimidas,
dado su nivel de ingresos, pero no permanentemente explotados, en cuanto
forman parte residual del mercado de trabajo, esto conlleva una situación
desinestabilidad en las relaciones de sociabilidad, toda vez que refleja el proceso
de desestabilización en el momento de desarrollarse y llegar a una zona de
exclusión se identifica con la ausencia de trabajo formal y la tendencia al
aislamiento, pudiendo llegar a una profundización de la marginalidad, precipitando
procesos de desafiliación y aumentando la distancia que les separa del resto de la
sociedad La situación de exclusión social conlleva la acumulación de carencias
entre las que se destacan la educación insuficiente, el deterioro de la salud, los
problemas derivados del acceso a la vivienda, la pérdida del apoyo familiar, la falta
de oportunidades de empleo, desempleo de larga duración, etc. Todo ello unido a
una cierta irreversibilidad e incapacidad para que las personas afectadas puedan
salir de su situación a corto plazo. La exclusión, o el riesgo de la misma, es, por
tanto, un problema que afecta a diferentes sectores de población. Y nos permite
concluir destacando la debilidad de la condición de Ciudadanía de quienes se
encuentran en situación o riesgo de exclusión. El fin del pleno empleo y la
introducción de políticas centradas en la flexibilización del mercado laboral han
debilitado las fuentes financieras del Estado de Bienestar. La sociedad
postindustrial se ha desarrollado conforme a valores centrados en el
individualismo, el hedonismo y el logro personal basados en la solidaridad social y
comunitaria. Por eso los derechos de ciudadanía han sido sustituidos por criterios
de oportunidad y capacidad para competir en el capitalismo global por eso es muy
difícil que en la que toda posición categórica se errática. Ahora bien, desde
nuestro punto de vista, y a tenor de la evolución de las políticas sociales en los
últimos años, debemos señalar la debilidad de la condición de ciudadanía de
quienes se encuentran en situación de exclusión.

 Estivill, J. (2003): Panorama de la lucha contra la exclusión social. Conceptos y estrategias.


Ginebra: OIT.
 Falcón, E. (2001). “El voluntariado en contextos de Exclusión Social”. DocuȬ mentación
Social, 122, 287Ȭ304.
 1]: Se atribuye a R. Lenoir, en su etapa de Secretario de Estado de Acción Social, en el
gobierno de Jacques Chirac.
[2]: Ley 12/1998 de 22 de mayo, contra la Exclusión Social, Exposición de motivos
 Herrera, M. (1998). “La especificidad organizativa del tercer sector: tipos y dinámicas”.
Papers. Revista de Sociología, 56. 163Ȭ196

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