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La presente Ley está dirigida a promover el desarrollo rural sustentable del país, propiciar un medio ambiente
adecuado, y garantizar la rectoría del Estado y su papel en la promoción de la equidad. Considera de interés
público el desarrollo rural sustentable que incluye la planeación y organización de la producción
agropecuaria, su industrialización y comercialización, y de los demás bienes y servicios, y todas aquellas
acciones tendientes a la elevación de la calidad de vida de la población rural. Siendo el objetivo general lograr
el desarrollo rural sustentable el Estado, se busca impulsar un proceso de transformación social y económica
que reconozca la vulnerabilidad del sector y conduzca al mejoramiento sostenido y sustentable de las
condiciones de vida de la población rural, a través del fomento de las actividades productivas y de desarrollo
social que se realicen en el ámbito de las diversas regiones del medio rural, procurando el uso óptimo, la
conservación y el mejoramiento de los recursos naturales y orientándose a la diversificación de la actividad
productiva en el campo, incluida la no agrícola, a elevar la productividad, la rentabilidad, la competitividad, el
ingreso y el empleo de la población rural.
Las disposiciones del Título Segundo Ley de Planeación y el Plan Nacional de Desarrollo establecen normas
y principios de planeación y programación sectorial de corto, mediano y largo plazo. Asimismo regulan la
coordinación entre el Ejecutivo Federal, los Municipios y las Entidades federativas. En este contexto, el
federalismo y la descentralización de la gestión pública serán criterios rectores para la puesta en práctica de
los programas de apoyo para el desarrollo rural sustentable. Los Distritos de Desarrollo Rural serán la base de
la organización territorial y administrativa de las dependencias de la Administración Pública Federal y
Descentralizada.
Con respecto a esta última, el objetivo es reducir los riesgos para la producción agropecuaria y la salud
pública, fortaleciendo la productividad agropecuaria y facilitando la comercialización nacional e internacional
de los productos. Por otro lado se establecen el Servicio Nacional de Normalización e Inspección de
Productos Agropecuarios y del Almacenamiento y el Sistema Nacional de Financiamiento Rural .En el marco
del mencionado Título Tercero cabe destacar los Capítulos XVI y XVII.
El Capítulo XVI establece que la sustentabilidad será criterio rector en el fomento a las actividades
productivas, a fin de lograr el uso racional de los recursos naturales, su preservación y mejoramiento, al igual
que la viabilidad económica de la producción mediante procesos productivos socialmente aceptables. Quienes
hagan uso productivo de las tierras deberán seleccionar técnicas y cultivos que garanticen la conservación o
incremento de la productividad, de acuerdo con la aptitud de las tierras y las condiciones socioeconómicas de
los productores. En el caso del uso de tierras de pastoreo, se deberán observar las recomendaciones oficiales
sobre carga animal o, en su caso, justificar una dotación mayor de ganado.
El Capítulo XVII, relativo a la seguridad y soberanía alimentaria. El Estado se encargará de fijar las medidas
para procurar el abasto de alimentos y productos básicos y estratégicos a la población, promoviendo su acceso
a los grupos sociales menos favorecidos y dando prioridad a la producción nacional.
En la Legislatura LVIII, los legisladores decidieron iniciar un nuevo proceso para la elaboración de la una ley
para el campo mexicano, de tal manera que el 27 de abril de 2001, un grupo de diputados pertenecientes a los
Grupos Parlamentarios del PRI, del PRD, del PT y los partidos políticos Alianza Social y Convergencia por la
Democracia, presentaron una iniciativa denominada: Ley de Desarrollo Rural Sustentable. Entre los motivos
que se esgrimieron para la presentación de la iniciativa se señalaron:
La diferencia del campo mexicano de hoy al de épocas pasadas como la Revolución o la Reforma
Agraria.
La situación del campo en la globalidad y en el atraso, con regiones muy desarrolladas de alta
tecnología y con zonas deprimidas, marginadas y miserables.
La presencia de empresarios, pero al mismo tiempo de una gran masa de población rural ubicada en
pobreza extrema, cuya capacidad productiva está fuera de competencia.
Las diversas etapas de apoyo al campo por parte del Ejecutivo Federal que ha sido limitado para
mejorar la calidad de vida de la población rural.
De tal manera que la iniciativa propuesta señala como su desafío: integrar una política de Estado para el
desarrollo rural, por encima de las naturales diferencias entre las fuerzas políticas, capaz de construir acuerdos
en puntos básicos que garanticen metas y programas en el largo plazo, creadora de seguridad, confianza y
certidumbre; como una de las principales aspiraciones de los productores y sus organizaciones.
También, señala que esto se verá reflejado en que el desarrollo rural ubique en el centro de la acción a los
productores y sus organizaciones sociales y económicas. Este enfoque contempla los instrumentos para el
desarrollo potencial de todos los integrantes de la sociedad rural; destaca la importancia de la infraestructura
básica generadora del bienestar; es muy respetuoso de la cultura, los usos y costumbres de los pueblos;
establece como premisa fundamental el manejo sustentable de los recursos disponibles y promueve los planes,
programas y proyectos de los habitantes del campo, así como sus actividades productivas y empresas.
Además, proporciona medios para una efectiva conservación de las tierras y de los servicios ambientales, al
defender el patrimonio y la biodiversidad de las comunidades y ejidos y la producción sustentable, incluyendo
mecanismos de mercado. La LDRS aborda la producción agropecuaria a largo plazo con la toma de
decisiones en el ámbito local.
Con base a la perspectiva territorial de desarrollo rural y considerando sus características multisectoriales y
multifuncionales, la Ley establece diversos instrumentos destinados al impulso de la coordinación
institucional, tanto en su vertiente horizontal como vertical, que de manera integral puedan abordar las
diversas tareas que demanda la población rural para su desarrollo. De la articulación de estos instrumentos, da
cuenta la siguiente gráfica:
Consejo Mexicano
Comisión Intersecretarial para el
para el Desarrollo Consejos
Desarrollo Rural Sustentable.
Rural Sustentable Regionales
Interestatales
Distritos de
desarrollo rural Consejo
Distrital
4 Fondos
12 Programas 9 Sistemas 6 Servicios
Municipios Consejo
Municipal
México constituye uno de los países que presenta: Ilustración 5: Logo oficial de
PROFEPA.
Mayores problemas de contaminación por la gestión inadecuada de residuos. Se estima que México
actualmente genera más de 44 millones de toneladas anuales de residuos, y se espera que este número
aumente hasta 65 millones para el año 2030, e incluso un poco más, si se consideran los porcentajes de
cobertura en los servicios de recolección y disposición de residuos.
Se estima que los plásticos representan entre el 80% y el 85% del total de los residuos marinos encontrados en
las playas. El segundo producto más encontrado en las playas, son las colillas de cigarros las cuales también
contienen plástico; de los 6 trillones de cigarros/colillas vendidas anualmente, 4.5 trillones terminan tiradas en
la calle y en las playas contaminando agua y océanos.
Todos hemos atestiguado las cientos o miles de especies que se han encontrado en los mares y ríos atrapadas
por productos plásticos; también se han identificado
cuerpos de animales que, al ser analizados, contienen en
su interior miles de plásticos en sus estómagos. Dichas
especies marinas, como tortugas, focas, ballenas o aves,
han muerto por el consumo de plástico en su hábitat. Otro
problema que trasciende es el consumo de plásticos por
parte de aquellas especies, como peces y mariscos, que
sirven para consumo humano; el micro plásticos
encontrados en su interior son consumidos a su vez por
los seres humanos, ocasionando daños aún desconocidos.
A través de la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático del Senado de la
República, en coordinación con la Mesa Directiva, se han realizado 7 talleres en materia de plásticos, con la
finalidad de escuchar las diferentes visiones que tienen la sociedad civil, la academia, la industria del plástico
y la Administración Pública Federal. Durante dichos talleres se han presentado diferentes posturas y
propuestas en materia de prohibición de plásticos de un solo uso, así como la reducción, el reciclaje y la
producción de plásticos en general con porcentajes de material reciclado, por lo que la presente iniciativa es
una respuesta al llamado de la sociedad en general por disminuir el uso de plásticos y transitar hacia una
economía circular.
Algunas de las inquietudes expresadas en dichos talleres que recoge la presente iniciativa, versan sobre las
siguientes materias:
Economía circular;
Educación ambiental;
Etiquetado;
Responsabilidad compartida.
Las organizaciones de la sociedad civil e integrantes de la academia han promovido más de 30 iniciativas a
nivel estatal y más de 25 iniciativas a nivel municipal para disminuir, prohibir el uso de plásticos, unicel,
plásticos de un solo uso, popotes, etc. Esto demuestra el creciente interés de la población y de los gobiernos
estatales con la finalidad de regular y prohibir el uso de plásticos de un solo uso en sus territorios.
A continuación, se presentan dos cuadros que contienen las reformas legislativas que se han promovido en
materia de plásticos, tanto a nivel estatal como municipal:
Tipo Estado
Disminución de Bolsas de Plástico. Chihuahua, Guanajuato, Querétaro, Sinaloa, Sonora
y Tamaulipas.
Prohibición de Bolsas de Plástico, Popotes y Baja California Sur, Coahuila, Hidalgo, Jalisco y San
Unicel. Luis Potosí.
Tipo Estado
Conforme a los cuadros anteriores, es evidente que existe gran interés en algunas entidades federativas para
resolver esta problemática, sin embargo, no todos los estados han adoptado las mismas acciones por lo no
existe homogeneidad y se presentan varias inconsistencias entre las legislaciones estatales y municipales, es
por ello que resulta imprescindible establecer a través de esta iniciativa los estándares mínimos que deberán
observar los estados.
• Elaborar y aplicar medidas a nivel nacional para combatir las repercusiones ambientales de los productos de
plástico desechables.
• Colaborar con la industria para alentar al sector privado a innovar y encontrar alternativas a los productos de
plástico desechables que sean asequibles e inocuas para el medio ambiente y promover modelos empresariales
que tengan en cuenta el impacto ambiental de sus productos.
•Promover el uso más eficaz posible de los recursos en el diseño, la producción, la utilización y la gestión
racional de los plásticos en todo su ciclo de vida.
• Adoptar medidas en relación con la educación ambiental sobre las repercusiones de la contaminación de los
plásticos, la promoción de pautas de consumo sostenibles, etc.
A nivel mundial se han identificado alrededor de 12 millones de sustancias químicas, de las cuales, según la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO), en 2007 cerca de 70 mil se encontraban en el
mercado. Estas sustancias permiten controlar plagas, curar enfermedades, preservar alimentos, generar
energía e intervenir en multitud de actividades productivas para la generación de bienes. Sin embargo, estas
sustancias pueden traer consigo también riesgos para la salud humana y el medio ambiente, muchos debido a
su manejo inadecuado. Pueden alterar la productividad de los suelos, deteriorar la calidad de las fuentes de
abastecimiento de agua y afectar la reproducción y el desarrollo de especies acuáticas y terrestres. Su manejo
inadecuado afecta a la población por la ocurrencia de explosiones, derrames e incendios.
La gran diversidad de sustancias químicas que existe en la actualidad, si bien es cierto que ha servido para
mejorar significativamente el nivel de vida de la población, también ha ejercido una presión importante sobre
el medio ambiente y la salud humana. Una vez finalizada la vida útil de muchos de los productos que se
fabrican a partir de estas sustancias o que las contienen, se convierten en desechos que ponen en riesgo la
salud de las personas o pueden causar daños al medio ambiente.
Entre estos desechos se encuentran los residuos peligrosos, definidos como aquellos que poseen alguna de las
características CRETIB (corrosividad, C; reactividad, R; explosividad, E; toxicidad, T; inflamabilidad, I; o ser
biológico-infecciosos, B) que les confieren peligrosidad, así como los envases, recipientes, embalajes y suelos
que hayan sido contaminados, según lo establece la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los
Residuos (LGPGIR).
El intenso crecimiento demográfico e industrial, la falta de estrategias de planeación y manejo, así como el
desconocimiento del valor ecológico y socioeconómico de los ecosistemas, han inducido graves problemas de
contaminación e impacto ambiental y la pérdida de valiosos recursos naturales y económicos en todo el
mundo. Esta situación ha determinado la necesidad de incorporar la variable ambiental y los criterios
ecológicos dentro de las políticas orientadas hacia la planificación y el desarrollo sustentable de las
actividades humanas, con el fin de hacer compatibles la conservación y el aprovechamiento de los recursos
naturales con el desarrollo social y económico.
La actividad industrial no solo significa la producción o transformación de materiales sino también transporte,
almacenamiento y disposición de grandes cantidades de residuos peligrosos al día, lo que también significa
más riesgos ambientales y a la salud humana.
En el país se generan alrededor de 5 a 6 millones de toneladas, de residuos peligrosos por año. Una de las
fuentes más importantes que genera residuos peligrosos es la industria con el 77%, seguidos del sector minero
y petrolero con 11 %, de estos, los residuos biológico infecciosos representan solo el 1.9 %, del total de
residuos peligrosos generados. La aproximación más reciente sobre el volumen de generación de residuos
peligrosos para el país se obtiene a partir de los registros que hacen las empresas incorporadas al Padrón de
Generadores de Residuos Peligrosos (PGRP) a la Semarnat. Según la información contenida en dicho registro,
para el periodo 2004-2011, las 68 733 empresas registradas generaron 1.92 millones de toneladas.
La estrategia más plausible son las medidas de tipo preventivo, encaminadas a reducir la generación de
residuos desde su origen. Actualmente los esfuerzos por encontrar nuevas reservas de hidrocarburos de las ya
existentes se encuentra en uno de sus niveles históricos más altos. Los daños ambientales en la mayoría de los
casos, se deben principalmente a la falta de conocimiento e investigación por parte de las entidades
involucradas. Existen varias alternativas para el manejo de los residuos peligrosos, por lo que es importante
conocer qué clase de residuos se consideran peligrosos y cuál es su manejo clasificación, y disposición para
buscar nuevas técnicas o mejorar las que se tienen.
Bibliografías
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gestión integral de los residuos. [En línea], Disponible en: https://www.gob.mx/profepa/documentos/ley-
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https://www.cmdrs.gob.mx/sites/default/files/cmdrs/sesion/2019/05/15/1801/materiales/4-ldrs-
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Omar R. (2014, julio). Manejo, clasificación y disposición de residuos peligrosos (cortes de perforación
base aceite) en plataformas petroleras. [En línea], Disponible en:
http://www.ptolomeo.unam.mx:8080/xmlui/handle/132.248.52.100/4036 [2014, 15 de julio].
Mercado, Alfonso (2000), “El comportamiento empresarial con respecto al cumplimiento de las normas
ambientales en la industria mexicana”, en Martha Bañuelos (coord.), op. cit.
Análisis
6.5 Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR).
Es la máxima ley en el territorio de México en materia de gestión de residuos, esta ley abarca la gestión tanto
de residuos no peligrosos sólidos urbanos como la gestión de los residuos peligrosos, ayuda a Prevenir,
valorizar y hacer un manejo integral bajo criterios de eficiencia ambiental, tecnológica, económica y social.
Al igual que aplicar los principios de valorización, responsabilidad compartida y manejo integral de residuos,
bajo los criterios de eficiencia ambiental, tecnológica, económica y social, los cuales deben de considerarse
en el diseño de instrumentos, programas y planes de política ambiental para la gestión de residuos.
Qué pretende esta nueva clasificación de los residuos sólidos y de sus generadores, pretende, abarcar todo el
universo de residuos sólidos para repartir el peso de la carga de su gestión involucrando a sus generadores y
así internalizar los costos ambientales de la generación y manejo de los residuos y promover la minimización
de los residuos.
Establecer modalidades de manejo que respondan a las particularidades de los residuos y de los materiales
que los constituyan (por ejemplo, residuos de los procesos de extracción y refinación de petróleo o producción
de petroquímicos. Y así alentar la innovación de procesos, métodos y tecnologías, para lograr un manejo
integral de los residuos, que sea económicamente factible.