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Escuchemos para entender el significado

“Escúchenme, todos ustedes, y capten el significado.” (MAR. 7:14)


¿QUÉ LECCIÓN APRENDEMOS DE ESTAS PARÁBOLAS?
 El grano de mostaza.

 La levadura.

 El comerciante viajero y el tesoro escondido.

1, 2. ¿Por qué muchas personas no entendieron lo que enseñó Jesús?


QUIZÁS oigamos que alguien nos habla y hasta podamos distinguir el tono de su voz, pero
¿de qué nos sirve si no entendemos lo que nos dice? (1 Cor. 14:9.) De manera parecida,
Jesús habló a miles de personas en su idioma, pero muchos no entendieron lo que quiso
decir. Por eso dijo: “Escúchenme, todos ustedes, y capten el significado” (Mar. 7:14).
¿Por qué hubo tantas personas que no entendieron lo que enseñó Jesús? Algunas tenían

prejuicios y malos motivos. Jesús dijo acerca de ellas: “Ponen [...] a un lado el mandamiento
de Dios para retener su tradición” (Mar. 7:9). Estas personas en realidad no querían
entender lo que él les decía ni cambiar su manera de ver y hacer las cosas. Tenían los oídos
abiertos pero el corazón cerrado (lea Mateo 13:13-15). ¿Cómo podemos asegurarnos de
estar siempre dispuestos a aprender de las enseñanzas de Jesús?
CÓMO APROVECHAR LAS ENSEÑANZAS DE JESÚS
3. ¿Por qué podían entender los discípulos lo que enseñaba Jesús?
Debemos seguir el ejemplo de los discípulos de Jesús, que eran humildes. Él les dijo:

“Felices son los ojos de ustedes porque contemplan, y sus oídos porque oyen” (Mat. 13:16).
¿Por qué ellos sí podían entenderle? Primero, se hacían preguntas y buscaban el verdadero
significado de las palabras de Jesús (Mat. 13:36; Mar. 7:17). Segundo, estaban dispuestos a
aceptar nuevas ideas e incorporarlas a lo que ya sabían (lea Mateo 13:11, 12). Tercero,
querían usar lo que habían oído y entendido, no solo en su vida sino también para ayudar
a otras personas (Mat. 13:51, 52).
4. Mencione tres pasos que nos ayudan a entender las parábolas de Jesús.
Al igual que los discípulos, necesitamos seguir tres pasos si queremos entender las

parábolas de Jesús. Primero, debemos dedicar tiempo a estudiar lo que Jesús dijo,
investigar sobre las preguntas que nos surjan y meditar en lo que aprendemos. Así
obtenemos conocimiento  (Prov. 2:4, 5). Segundo, necesitamos ver cómo ese conocimiento
encaja con lo que ya sabemos y pensar en cómo nos beneficia. Eso es
el entendimiento  (Prov. 2:2, 3). Y tercero, debemos usar lo que hemos aprendido, es decir,
ponerlo en práctica en nuestras vidas. Así demostramos sabiduría  (Prov. 2:6, 7).
5. Explique con un ejemplo la diferencia entre conocimiento, entendimiento y sabiduría.
¿Qué diferencia hay entre el conocimiento, el entendimiento y la sabiduría? Pongamos un

ejemplo sencillo: imaginemos que estamos de pie en medio de una calle y que un autobús
viene hacia nosotros. Primero, distinguimos que es un autobús, eso
es conocimiento.  Luego, nos damos cuenta de que si no nos movemos, el autobús nos va a
atropellar, eso es entendimiento.  Así que nos apartamos de inmediato, eso
es sabiduría.Con razón la Biblia destaca la importancia de tener “sabiduría práctica”, pues
puede salvarnos la vida (Prov. 3:21, 22; 1 Tim. 4:16).
6. ¿Qué cuatro preguntas responderemos al estudiar las siete parábolas de Jesús? (Vea el recuadro.)
En este artículo y el siguiente, analizaremos siete parábolas de Jesús. Mientras estudiamos

cada una, responderemos estas preguntas: ¿Qué significa? (Eso nos ayuda a obtener
conocimiento.) ¿Por qué la usó Jesús? (Esa pregunta nos ayuda a lograr entendimiento.)
¿Cómo podemos utilizar esa información para nuestro bien y para ayudar a otras
personas? (Eso es sabiduría.) Y, por último, ¿qué nos enseña sobre Jehová y Jesús?
EL GRANO DE MOSTAZA
7. Explique la parábola del grano de mostaza.
(Lea Mateo 13:31, 32.) ¿Qué significa la parábola sobre el grano de mostaza? El grano

de mostaza representa tanto el mensaje que predicamos sobre el Reino como la


congregación cristiana. Del mismo modo que la mostaza es “la más pequeña de todas las
semillas”, la congregación cristiana tuvo un comienzo pequeño en el año 33, pero en poco
tiempo creció con rapidez y de manera sorprendente gracias a la predicación (Col. 1:23).
Tal crecimiento fue beneficioso, pues Jesús dijo que “las aves del cielo [hallaban] albergue
entre sus ramas”. Eso representa a las personas de buen corazón que hallan alimento
espiritual y refugio en la congregación (compare con Ezequiel 17:23).
8. ¿Por qué usó Jesús la parábola de la semilla de mostaza?
¿Por qué usó Jesús esta parábola? Él usó el crecimiento asombroso de la semilla de

mostaza para dar un ejemplo de cómo el Reino de Dios se expande, sirve de protección y
supera todos los obstáculos. Desde 1914, el incremento de la parte visible de la
organización de Dios ha sido extraordinario (Is. 60:22). Los que pertenecen a esa
organización disfrutan de magnífica protección espiritual (Prov. 2:7; Is. 32:1, 2). Además, el
aumento de la congregación es constante, no se detiene con nada y vence todo tipo de
oposición (Is. 54:17).
9. a) ¿Qué aprendemos de la parábola del grano de mostaza? b) ¿Qué nos enseña sobre Jehová y Jesús esta

parábola?
¿Qué aprendemos de la parábola del grano de mostaza? Puede ser que vivamos en

una zona donde hay pocos Testigos y no veamos que nuestra predicación produzca
resultados inmediatos. Aun así, saber que el Reino supera cualquier obstáculo nos da
fuerzas para aguantar. Por ejemplo, cuando el hermano Edwin Skinner llegó a la India
en 1926, no había muchos Testigos en ese país, y la obra parecía ir cuesta arriba porque el
crecimiento era muy lento. Pero él siguió predicando y llegó a ver cómo el mensaje del
Reino superaba grandes obstáculos. Ahora hay más de 37.000 Testigos en la India, y más
de 108.000 personas estuvieron presentes en la Conmemoración el año pasado. También
hay ejemplos de cómo el Reino se expande de manera impresionante. El mismo año en
que el hermano Skinner llegó a la India, se inició la predicación en Zambia. Ahora hay más
de 170.000 publicadores en ese país, y 763.915 personas asistieron a la Conmemoración en
el 2013, o sea, 1 de cada 18 habitantes. ¡Qué crecimiento tan asombroso!
LA LEVADURA
10. ¿Qué significa la parábola de la levadura?
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(Lea Mateo 13:33.) ¿Qué significa la parábola de la levadura? Esta parábola también
se refiere al mensaje del Reino y el efecto que produce. “La masa” representa a personas
de todas las naciones, y el efecto de la levadura, a la manera como se propaga el mensaje
del Reino gracias a la predicación. A diferencia del crecimiento de la semilla de mostaza,
que se ve a simple vista, la acción de la levadura es imperceptible al principio. Los
resultados solo se ven con el tiempo.
11. ¿Por qué usó Jesús la parábola sobre la levadura?
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¿Por qué usó Jesús esta parábola? Con ella mostró que el mensaje del Reino tiene el
poder de expandirse “hasta la parte más distante de la tierra” y de transformar la vida de
las personas (Hech. 1:8). Claro, esos cambios no siempre son tan obvios al principio. Pero
sabemos que ocurren, no solo porque cada vez más personas aceptan el mensaje, sino por
los cambios que hacen en su personalidad (Rom. 12:2; Efes. 4:22, 23).
12, 13. Dé ejemplos de cómo ha crecido la predicación del Reino igual que la levadura de la parábola.
12 
Muchas veces, el efecto de la predicación se empieza a ver años después de que se inicia
la obra. Por ejemplo, en 1982, Franz y Margit, un matrimonio que servía en la sucursal de
Brasil, fueron a predicar a un pequeño pueblo. Comenzaron a dar clases de la Biblia a
varias personas, entre las que se contaban una mujer y sus cuatro hijos. El mayor, que tenía
12 años, era muy tímido y muchas veces se escondía antes del estudio. Como a Franz y
Margit se les envió a servir en otro lugar, no pudieron continuar dándoles clases, pero
veinticinco años después se llevaron una gran alegría cuando regresaron de visita al
pueblo. Se encontraron con una congregación de 69 publicadores, entre ellos
13 precursores regulares, que tenía un Salón del Reino nuevo. Y aquel niño tímido era ya
un adulto que servía de coordinador del cuerpo de ancianos. Tal como la levadura de la
comparación de Jesús, el mensaje del Reino se había expandido y había cambiado muchas
vidas.
El mensaje del Reino tiene el poder de cambiar a la gente incluso en países donde la ley
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prohíbe a los hermanos predicar con libertad. Muchas veces nos sorprendemos de ver
cuánto se ha propagado el mensaje en esas tierras. Tomemos como ejemplo a Cuba.
El mensaje del Reino llegó allí en 1910, y el hermano Russell visitó la isla en 1913. Aunque
el progreso fue lento al principio, ¿qué vemos hoy en día en Cuba? Hay más de
96.000 predicadores de las buenas nuevas, y 229.726 personas asistieron a la
Conmemoración en el 2013, es decir, 1 de cada 48 habitantes. Por otra parte, en países
donde no está prohibido predicar, el mensaje del Reino ha llegado hasta rincones donde
los Testigos del lugar pensaban que no se puede lograr mucho (Ecl. 8:7; 11:5).*
14, 15. a) ¿Cómo nos ayuda la parábola de la levadura? b) ¿Qué nos enseña sobre Jehová y Jesús esta

parábola?
¿Cómo nos ayuda la parábola de la levadura? Al reflexionar en el significado de esta
14 

comparación de Jesús, nos damos cuenta de que no es necesario preocuparnos demasiado
por cómo llegará el mensaje del Reino a millones de personas que todavía no lo han
escuchado. Jehová tiene todo bajo control. Pero ¿qué nos corresponde hacer a nosotros?
La Palabra de Dios responde: “Por la mañana siembra tu semilla, y hasta el atardecer
no dejes descansar la mano; pues no sabes dónde tendrá éxito esto, aquí o allí, o si ambos
a la par serán buenos” (Ecl. 11:6). Además, no olvidemos pedirle a Jehová que bendiga la
predicación, especialmente en países donde nuestra obra está prohibida (Efes. 6:18-20).
Tampoco debemos desanimarnos si vemos que nuestra predicación no produce fruto de
15 

inmediato. No hay que despreciar “el día de las cosas pequeñas” (Zac. 4:10). Con el tiempo,
los resultados quizá sean mucho mejores de lo que pudiéramos haber imaginado (Sal.
40:5; Zac. 4:7).
EL COMERCIANTE VIAJERO Y EL TESORO ESCONDIDO
16. a) ¿Qué significa la parábola del comerciante viajero? b) ¿Qué significa la parábola del tesoro escondido?
(Lea Mateo 13:44-46.) ¿Qué significan la parábola del comerciante viajero y la del
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tesoro escondido? En el siglo primero, algunos comerciantes viajaban hasta el océano


Índico para buscar perlas de primera calidad. El del ejemplo de Jesús representa a las
personas de buen corazón que hacen lo imposible por satisfacer su necesidad espiritual.
La “perla de gran valor” representa la preciosa verdad del Reino. Al darse cuenta del valor
de esa perla, el comerciante estuvo dispuesto a vender enseguida todas las cosas que tenía
para poder comprarla. Por otra parte, Jesús habló de un hombre que trabajaba en el
campo y halló “un tesoro escondido”. A diferencia del comerciante, este hombre encontró
el tesoro sin querer, pero también estuvo dispuesto a vender todo lo que tenía para
quedarse con él.
17. ¿Por qué usó Jesús la parábola del comerciante viajero y la del tesoro escondido?
17 
¿Por qué usó Jesús estas dos parábolas? Para mostrar que hay varias maneras de
descubrir la verdad. Algunas personas la buscan usando todo lo que está a su alcance.
Otras la encuentran aunque no la estén buscando; quizás alguien les habla de ella.
De cualquier modo, en ambas parábolas, cada hombre reconoció el valor de lo que había
hallado y estuvo dispuesto a hacer enormes sacrificios para no perderlo.
18. a) ¿Cómo nos ayudan estas dos parábolas? b) ¿Qué nos enseñan sobre Jehová y Jesús estas parábolas?
18 
¿Cómo nos ayudan estas dos parábolas? (Mat. 6:19-21.) Pregúntese: “¿Tengo la misma
actitud de aquellos dos hombres que mencionó Jesús? ¿Atesoro la verdad como ellos?
¿Estoy dispuesto a hacer sacrificios para no perderla, o permito que otros asuntos, como
las preocupaciones de la vida diaria, me distraigan?” (Mat. 6:22-24, 33; Luc. 5:27, 28; Filip.
3:8). La alegría que sentimos por haber hallado la verdad fortalecerá nuestra determinación
de ponerla en primer lugar en nuestra vida.
19. ¿Qué estudiaremos en el próximo artículo?
19 
¿Hemos prestado atención y entendido el significado de estas parábolas del Reino?
En ese caso, no solo podremos explicarlas, sino que llevaremos a la práctica lo que
aprendimos de ellas. En el próximo artículo estudiaremos otras tres parábolas y las
lecciones que nos enseñan.
Ha ocurrido algo similar en lugares como Alemania oriental (Anuario 1999,  página 83), la
Argentina (Anuario 2001,  página 186, recuadro), Papúa Nueva Guinea (Anuario
2005,página 63) y la isla de Robinson Crusoe (La  Atalaya  del 15 de junio de 2000,
página 9).
Al leer cada parábola de Jesús, pregúntese:
 ¿Qué significa?
 ¿Por qué la usó Jesús?
 ¿Cómo puedo utilizar la lección que aprendo de ella?
 ¿Qué me enseña sobre Jehová y Jesús?

Parábola de la semilla de mostaza - Marcos


4:30-34
(Mr 4:30-34) "Decía también: ¿A qué haremos semejante el
reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos? Es como
el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la
más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; pero
después de sembrado, crece, y se hace la mayor de todas las
hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves
del cielo pueden morar bajo su sombra. Con muchas parábolas
como estas les hablaba la palabra, conforme a lo que podían
oír. Y sin parábolas no les hablaba; aunque a sus discípulos en
particular les declaraba todo."

El grano de mostaza
La semilla de mostaza es negra y del tamaño de la cabeza de
un alfiler. En los tiempos de Jesús se usaba frecuentemente
para referirse a la cosa más pequeña que se pudiera imaginar.
De hecho, la expresión "pequeño como una semilla de
mostaza" había llegado a ser un proverbio. Por ejemplo, el
Señor Jesucristo lo usó para referirse a la fe de sus discípulos:
"Si tuviereis fe como un grano de mostaza..." (Mt 17:20).

A pesar de que la semilla es tan pequeña, la planta de mostaza


puede llegar a alcanzar hasta cerca de cuatro metros de altura
con un tallo grueso como el brazo de un hombre.

La relación de la parábola con el contexto


Tanto esta parábola como la anterior, tratan acerca del
crecimiento de la semilla. Pero mientras que en la parábola del
crecimiento de la semilla el énfasis está en que la semilla de
"suyo tiene vida" y por esa razón crece, en la parábola de la
mostaza nos va a explicar hasta dónde llega ese crecimiento.

La parábola en relación al Reino de Dios


El punto esencial de la parábola es el contraste entre un
comienzo pequeño y un resultado grande, entre el principio y
el fin, entre el presente y el futuro del Reino.

La semilla del Reino sembrada por Jesús en el campo del


mundo, a pesar de su comienzo minúsculo e irrisorio, tendrá
finalmente por su propia vitalidad interna, un crecimiento
desmesurado y sobrenatural.

1. ¿A qué comienzo insignificante se refería el Señor


Jesucristo?

Seguramente tenía que ver con su propio ministerio público: un


rabí desconocido, en un rincón perdido de Palestina, rodeado
de un puñado de discípulos sin demasiada cualificación y
abandonado finalmente por las multitudes. Sin reconocimiento
de los líderes religiosos y sin ninguna clase de influencia
política. ¿Qué podía surgir de ahí?

Pero todo esto no es nada comparado con la terrible debilidad


manifestada en la cruz. ¿Quién podría imaginar que de un judío
ajusticiado en una cruz por el imperio romano, rechazado por
su propio pueblo y abandonado por sus discípulos, pudiera
surgir un movimiento que dos mil años después siguiera
creciendo por todos los países del mundo? Como Pablo resume
en (1 Co 1:23) "nosotros predicamos a Cristo crucificado, para
los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura".

2. ¿Cuál es el final glorioso al que se refiere?

La diminuta semilla crecerá hasta convertirse en un árbol


mucho más grande y majestuoso que el de Nabucodonosor (Dn
4:10-22). Sus ramificaciones se extenderán un día hasta los
confines del universo, hasta que la creación misma sea
liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad gloriosa
de los hijos de Dios (Ro 8:21), y todos en el cielo y en la tierra
hallarán seguridad, satisfacción y deleite en la magnificencia
de su dominio.
El Reino de Dios que tuvo este comienzo oscuro y escondido,
como la levadura escondida en la masa, se extenderá hasta
que no haya lugar en el cielo, la tierra o el infierno donde no se
sienta la fuerza y el poder victorioso de aquel Cordero como
inmolado que estará sentado en el Trono de la eternidad.

Aquel pequeño grupo de discípulos asustados y


perseguidos (Jn 20:19), se convertirá en una multitud que
nadie puede contar: (Ap 7:9) "Después de esto miré, y he aquí
una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas
naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del
trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas,
y con palmas en las manos."

Así que, en el momento actual, Dios no reina manifestando


todo su poder, sino que por el contrario, su presencia en este
mundo, aunque real y viva, es humilde y muchas veces oculta.
Incluso sus propios siervos, aunque ya tienen dentro de sí
mismos la semilla que producirá estos resultados
extraordinarios, son frágiles y débiles, expuestos a
innumerables peligros. El apóstol Pablo lo expresó
perfectamente: (2 Co 4:7) "Pero tenemos este tesoro en vasos
de barro...", (1 Co 1:26-27) "Pues mirad, hermanos, vuestra
vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos
poderosos, ni muchos nobles".

Esta falta de importancia, de influencia y de fuerza social de la


Iglesia a través de los siglos ha venido a confirmar en cada
momento las palabras de Jesús: (Lc 12:32) "manada
pequeña...", (Mt 10:16) "yo os envío como a ovejas en medio
de lobos".

Algunas aplicaciones espirituales


La debilidad, la pequeñez y la pobreza son las características de la
obra de Dios en este mundo hasta la venida del Señor. Podemos
pensar en innumerables ejemplos:

 Una profesora de escuela dominical que lucha con un


grupo de pequeños.
 Un evangelista al que rechazan una y otra vez sus
folletos.

 Un predicador al que se le duermen los que


escuchan su sermón.

 Unos padres que intentan guiar a sus hijos en los


caminos del Señor sin mucho éxito.

 Un pastor que sólo escucha críticas en la iglesia y


que se desanima y deprime.

 Es cierto que la obra que hacemos para la extensión del


Reino de Dios parece tan insignificante y pobre, que como
dijeron los enemigos del pueblo de Dios en los días de
Nehemías: (Neh 4:3) "lo que ellos edifican del muro de
piedra, si subiere una zorra lo derribará". Pero sin
embargo, aunque nuestros esfuerzos por el Reino de Dios
sean ínfimos y endebles, Dios promete bendecirlos. No
olvidemos, que como aprendimos en la parábola del
crecimiento de la semilla, el avance de su Reino no
depende de los esfuerzos humanos sino del poder y los
propósitos de Dios.
Jesús dijo que ni aun un vaso de agua dado en su nombre
quedaría sin recompensa (Mt 10:42). A menudo somos
víctimas del engaño en el sentido de que para que algo sea
importante debe acompañarse siempre de gran ruido. Dios es
diferente en su modo de actuar. Él actúa de formas casi
imperceptibles.

Debemos animarnos en nuestro servicio al Señor sabiendo que


las grandes cosas proceden de principios muy pequeños.
Un niño puede ser el principio de una escuela floreciente.
Una conversión el comienzo de una iglesia poderosa.
Una palabra la iniciativa de una gran empresa cristiana.
Una semilla la seguridad de una rica cosecha de almas
salvadas.

No despreciemos nunca el día de los comienzos humildes (Zac


4:10) y no caigamos en la tentación de pensar que para lo poco
que podemos hacer no vale la pena ni siquiera empezarlo. No
nos desanimemos por el aparente fracaso y la pobreza
presente, sino tengamos confianza en la Palabra del Señor que
hará que todo esfuerzo honesto por servirle será finalmente
multiplicado para su gloria.

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