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Coseriu, Latín Vulgar

1. Se toma al latín como otra lengua, una lengua del pueblo que se opone a las lenguas
cultas. Esto se afirma en lo siguiente:

A. En la existencia en palabras no latinas, pero no se encuentran en la literatura.


B. Hay autores que prefieren el latín libre antes que el culto.
C. En palabras no clásicas de escritores clásicos como Plauto o Cicerón.

2. El primero en delimitar el concepto de latín vulgar es Federico Diez y él lo llama


volkslatein. Él lo define como una lengua de época imperial hablada por legionarios,
comerciantes, colonos, funcionarios. Distinta al clásico en fonética, morfología, sintaxis y
vocabulario. Esto venía de la Edad Media y es considerada como corrupción del latín
clásico y, a su vez, más antigua. El romanticismo refuerza esta definición por el gusto a lo
popular. Con esto se llega a considerar el latín vulgar como el verdadero latín y que se
opone al latín de la literatura. También es tomada como una lengua homogénea, unitaria y
hablada de manera idéntica en el imperio. El latín vulgar es considerado como ursprache
(lengua madre). Lübke reconstruye el latín vulgar y se basa en lenguas romances y
considera como frases actuales del latín vulgar. Se siguió considerando como una lengua
homogénea por el intercambio de provincias. Todo lo anterior, en esencia, es de Diez y es
base de manuales de latín vulgar.

3. Hoffman propone un latín corriente que es un grado intermedio entre el latín vulgar y
latín clásico, donde se opone una lengua docta con una de “conversación diaria”. Es de uso
diario, análogo al italiano corriente (Spitzer) y al español corriente (Bernhaver) y es una
lengua diferenciada estilísticamente. Otro concepto es el de Vossler opone el latín vulgar
con el clásico en cuanto a cronología, sociabilidad y también íntimamente por visión de
mundo y espíritu que se expresa.

4. Se vuelve menos rígido el concepto de latín vulgar y hay nuevas concepciones de lengua.
La lengua ya no se considera como algo objetivo, casi como organismo con vida propia. El
lenguaje es creación y movimiento. El concepto de lengua se considera como un sistema de
isoglosas. Si la extensión es amplia hablaremos de un latín (clásico y vulgar) como una
lengua o menor si es menor hablaremos que dentro del latín hay varias lenguas. Por lo
tanto, el concepto de latín vulgar dependerá de los límites convencionales que se
interpongan, pero los fenómenos que se den dentro de ese latín pertenecerán a otras
“formas del latín”.

Segundo, ya no se piensa más en lenguas homogéneas y unificadoras porque la unidad de


una lengua es dada por isoglosas de amplitud máxima, pero dentro de estas hay sistemas
menores y unitarios. Se decía que el indoeuropeo era un conjunto de dialectos.

En tercer lugar, no se considera la reconstrucción lingüística como fenómeno concreto y


simultáneo y no es la totalidad de una lengua. Esta forma reconstruida es un sistema fuera
de tiempo, pero son formas reales que fueron evolucionando. No representa una totalidad
de lengua porque considera lo que se ha conservado hasta ahora.

Finalmente, las historias de la lengua no es una historia de conjuntos unitarios, sino como
historia de formas y palabras que construyen las lenguas mismas. Los fenómenos fonéticos
y gramaticales no son considerados como generales y simultáneos porque la geografía
lingüística tiene propias palabras creadoras e innovadoras. Bartoli modifica el concepto de
latín vulgar, donde ya no opone al latín vulgar del clásico, sino que lo ve como innovación
y conservación, donde el clásico se va conservando y el vulgar va innovando.

5. La diferencia entre latín clásico y vulgar sería una diferencia cronológica. El latín clásico
constituido por formas vivas pasaría a estancarse y no mutar; en cambio, el latín vulgar
tendría más innovaciones. Habían palabras (pulcher) que se seguían dando en la escritura,
pero en la oralidad se reemplaza (formosus, bellus). Por isoglosas vamos considerando el
latín vulgar como una lengua. Aunque este sistema es diferenciado internamente y los
podemos llamar cada una como lengua dentro de este sistema mayor que llamamos lenguas
romances.

En conclusión, no hablamos de dos lenguas diferentes, al decir latín clásico o vulgar, sino
de una lengua que tiene diferencias y lo que se opone es el latín en evolución y el latín
codificado detenido en el siglo I aC., al latín clásico.

6. Las modificaciones del latín vulgar en cuanto a concepto son “desde afuera”, desde la
teoría y la metodología lingüística. También se coincide con las surgidas “desde adentro”,
desde el análisis del concepto y la aplicación de la gramática comparada de las lenguas
romances. “Desde adentro” tenemos varios factores:

A. Diferencias dialectales en Italia. Hay diferencias entre el latín de la zona latina y


otro de la zona conquistada: entre el latín del Lacio y el latín que ser impuso a los
dialectos itálicos. Después de las guerras sociales el latín se unifica y es más
homogéneo.
B. La forma particular en la cual el latín se impuso fuera de Italia. El latín se
impuso en las provincias como lengua común, sin mezclarse con dialectos.
Mohl realiza una distinción entre Italia y los demás países romanizados.
Para Italia se puede decir que hay un latín popular y para los otros países un
latín “administrativo”, un latín más culto que el de Italia, latín de los
funcionarios y militares.
C. Diferencias cronológicas entre varias colonizaciones. El primer latín se difundió en
varias provincias y no fue el mismo. En las primeras zonas fue un latín preliterario
que no tenía unidad y era más culturalmente popular. En otras partes un latín
unificado y culturizado, y en otras un latín que se estaba diferenciando. Se
encuentran en terreno las normas areales de aplicación de Bartoli. La norma de área
aislada y área senior. La primera son formas arcaicas que se han mantenido en la
actualidad, mientras que las otras han desaparecido. La segunda, se difundieron en
zonas latinas de la época en que se colonizó.
D. El latín nunca fue perfectamente unitario. El latín arcaico admite gran variedad y la
homogeneización del latín clásico se debe a una lengua literaria, fijada, codificada y
unificada. El habla corriente fue el que generó cambios, sobre todo en gente menos
culta. Grandgent considera que el latín vulgar es de clases medias, que continúa
por su cuenta al latín arcaico y termina con la formación de idiomas romances.
E. El hecho de que el mismo latín literario no era perfectamente unitario. Diferencias
de escritores en cuanto a lo gramatical y estilístico. Hay diferencias entre lo escrito
y hablado. Esto se da porque no había abismos entre el latín culto y menos culto.
F. La difusión de formas nuevas en la larga historia del latín vulgar. Latín como lengua
distinta del clásico y como otra lengua latina y una lengua unitaria y homogénea.
Con el material que estudia Lübke o Grandgent comprobamos que no es un
sistema lingüístico, sino un conjunto de formas diferenciadas cronológica y
territorialmente.

7. Desde lo glotológico, lengua es un sistema de isoglosas limitados convencionalmente


donde hay sistemas menores. En un sistema amplio está el latín común diferenciado por
una serie de sistemas menores: latín literario escrito, hablado, clase media, rústico, etc. cada
una presenta isoglosas comunes y otras con características propias.

Se puede decir que el latín vulgar es de clase media, pero ese latín tenía varias isoglosas
comunes con otros latines y con el latín clásico y ese latín no explica por sí solo las lenguas
romances porque continúan elementos rústicos e itálicos, así que no se puede hablar de latín
vulgar con fisonomía.

8. Si queremos decir que el latín vulgar se construye sobre la base de lenguas romances,
tampoco se llega a una lengua con existencia histórica porque las isoglosas no se remontan
a un mismo momento histórico. Cada forma tiene su historia y límites, y no se puede
construir el latín vulgar como homogéneo y unitario, puesto que en su historia contuvo
palabras que no son de lenguas romances.

9. Se concluye que el latín vulgar no es una lengua histórica real, sino una abstracción que
explica el elemento de latín heredado por las lenguas romances. Es un concepto más amplio
que el latín clásico, más amplio en el tiempo porque contiene formas anterior al latín
clásico y un latín más diferenciado. En el clásico notamos inmutabilidad y en el vulgar
diferencias regionales, sociales, estilísticas y cronológicas.

10. Identificamos el latín vulgar con el latín lengua común del Imperio romano en que se
trata de formas vivas. Formas antiguas, que se mantuvieron y otras que surgieron después
del latín vulgar se pueden definir como el que habla la clase media, pero esto solo es el
amplio sistema unitario. Las lenguas romances continúan formas que se encuentran fuera
de estos sistemas. El latín vulgar depende de las isoglosas su extensión social, regional y
estilística.

11. En conclusión, el término latín vulgar está equivocado y no tiene carácter definitorio
porque no se refiere a lo vulgar. El nombre se conserva por tradición.

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