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Agenda General » Retiro Formativo para Catequistas

7:00am EUCARISTÍA DE RENOVACIÓN DE COMPROMISO


En Parroquia María Auxiliadora
Al finalizar nos dirigimos hacia el Salón Municipal ubicado dentro
del Parque Navidad

Refacción 1
9:00am Oración Inicial
Dinámica de Integración
Introducción y Lectura de especificaciones

10:00am PRIMER PUNTO: DIMENSIÓN INTELECTUAL


10:40am Tiempo de Desierto / Refacción 2

10:50am Alabanza
11:00am SEGUNDO PUNTO: DIMENSIÓN AFECTIVA
11:40am Talleres en Grupos

12:15pm Alabanza/Dinámica
12:45pm Almuerzo

1:45pm Alabanza
2:00pm TERCER PUNTO: DIMENSIÓN OPERATIVA
2:40pm Tiempo de Desierto

2:50pm Alabanza
3:00pm CUARTO PUNTO: DIMENSIÓN COMUNITARIA ECLESIAL
3:40pm Talleres en Grupos

4:15pm Conclusiones
Bendición Sacerdotal
Orden y Limpieza del Salón
Catequesis Parroquial
Objetivo Específico
Impulsar en nuestra Iglesia una catequesis integral y procesual que, a
partir de la Palabra y la celebración de los sacramentos, especialmente
la Eucaristía y la Reconciliación, propicie el Encuentro con Jesucristo vivo,
inicie en el discipulado, vivido en una sociedad más justa, solidaria y
fraterna que haga presente, desde ahora, el Reino de Dios.

Líneas de Acción
1.- PROMOVER LA INICIACIÓN CRISTIANA A PARTIR DEL KERIGMA CON DIMENSIÓN CATECUMENAL:
5 Concientizando a los catequistas de la importancia del KERIGMA y
la iniciación cristiana.
5 Impulsando una iniciación cristiana para los no evangelizados y la
reiniciación cristiana para los alejados e indiferentes.
5 Proponiendo el KERIGMA gozosamente de tal manera que llegue
al corazón del hombre.

2.- PROMOVER Y ACOMPAÑAR LOS ITINERARIOS DE MADURACIÓN EN LA FE PARA NIÑOS, JÓVENES Y


ADULTOS:
5 Proponiendo como camino en los itinerarios de fe, el Encuentro con
Jesucristo, que lleve a la conversión y a ser discípulos, viviendo en
comunión su compromiso misionero.
5 Elaborando y proponiendo materiales innovadores, creativos y
funcionales para cada etapa del proceso catequético.
3.- IMPULSAR UNA CATEQUESIS QUE LLEVE AL CATEQUIZANDO A LA ESCUCHA DE LA PALABRA, A LA
CELEBRACIÓN DE LA FE Y A ASUMIR SU COMPROMISO MISIONERO Y TRANSFORMADOR:
5 Propiciando espacios de Encuentro con Jesucristo vivo:
▪ La Adoración de Jesús Sacramentado
▪ La Sagrada Escritura
▪ La Liturgia
▪ Los Sacramentos (especialmente la Eucaristía y la Reconciliación)
▪ La Oración Personal
▪ La Comunidad
▪ Las Obras de Misericordia
5 Difundiendo la Sagrada Escritura como fuente primordial de la
Catequesis en compañía de la Catecismo y el Magisterio de la Iglesia
5 Impulsando en la catequesis la celebración de la Eucaristía como
FUENTE Y CUMBRE de la vida cristiana.
5 Impulsar una catequesis que se proyecte en el compromiso social.
5 Impulsando al catequizando a ser testigo de Cristo en el mundo.
5 Proponiendo gozosamente la Buena Nueva del Evangelio que llegue
al corazón del hombre, CON SENCILLEZ, TESTIMONIO Y EMPATÍA.

4.- ACOMPAÑAR, RECONOCER, VALORAR Y PROMOVER EL MINISTERIO DEL CATEQUISTA


5 Promoviendo la Espiritualidad del Catequista.
5 Impulsándolos para que desde las diversas experiencias de
catequesis acepten el llamado al ministerio de la catequesis.
5 Promoviendo una formación integral y actualizada.
5 Motivándolos a ser autodidactas, cuidado la doctrina y
promoviendo la lectura formativa (catecismo y documentos de la Iglesia)
5 Promoviendo encuentros de animación catequística dentro de las
diferentes áreas, compartiendo vivencias y fortaleciendo el
espíritu entre todos como una pequeña comunidad eclesial.
Tres Factores del Catequista
A. LA IDENTIDAD
6 Lo primero es ser catequista, no solo trabajar como catequista.
6 Ser catequista es una vocación y un servicio.
6 Ser catequista significa dar testimonio de la fe, ser coherente con la
propia vida y predicación de la Palabra.
6 Es un cristiano que proclama la Buena Nueva, no para exhibirse ni para
hablar de él mismo, sino para hablar de Dios desde su propia vivencia.
6 Requiere de un compromiso serio, estable y esforzado para toda la
vida, pues el anuncio del Evangelio no se limita a una serie de catequesis
sistemática, sino va más allá buscando a quién presentarle a Cristo.
6 Tiene una relación constante y vital con Dios y con el prójimo; no
ensimismado sino entregado al servicio, a la misericordia y al amor.
6 Una persona de paciencia, perseverancia, constancia, con serenidad y
esperanza en el Señor. Que sabe hacer frente a las dificultades, a las
pruebas y a los fracasos en el caminar cristiano con las manos
levantadas y las rodillas dobladas delante de Dios.

B. DOBLE MOVIMIENTO
6 Que sea a partir de Cristo en un doble movimiento:
1.- Ser primero Discípulo de Cristo y
2.- Después misionero de Cristo.
6 ¡Permanecer en Jesús! Solo así el catequista dará fruto (Juan 15,8)
6 ¡Dejarse mirar por el Señor! Allí encuentra su refugio y su identidad.
6 Doble movimiento como el corazón: “sístole y diástole” de adentro
hacia afuera: en unión con Cristo hacia el encuentro con el prójimo.
6 ¡Con Cristo de la mano! Sabe que no hay nada que temer.
6 ¡Una Iglesia, un catequista, que tenga el valor de arriesgar para salir
y no un catequista que sabe todo, pero cerrado siempre y enfermo!
¡Prefiero mil veces una Iglesia accidentada y no una Iglesia enferma!”
Papa Francisco

C. AMOR, FIDELIDAD Y ALERTA


6 Ser catequista requiere amor, amor a Cristo cada vez más fuerte,
amor a su pueblo santo.
6 Ha de vivir y mostrar la doctrina cristiana en su totalidad con su
forma de vivir, de vestir, de hablar, de compartir: de amar.
6 Ha de evitar y alertar del riesgo de apoltronarse, de la comodidad, de
la mundanidad en la vida y en el corazón.
6 Debe concentrarse en su bienestar cristiano, en su propio yo (como
crecimiento y realización personal) pero también en el propio grupo.
6 Ha de estar alerta a no vivir en dualidad con Dios y el mundo; sino
estar decidido firmemente a quién servir y a quién imitar.
6 Debe fidelidad, sin lugar a dudas, primeramente a Dios, luego a su
Iglesia y con especial sentido a su servicio dentro de la Parroquia.
6 Considera a sus compañeros catequistas, como hermanos en la fe,
miembros de una misma Iglesia, formadores de nuevos cristianos,
con sensibilidad y, sobretodo, respeto mutuo.
INTRODUCCIÓN
Lectura del Evangelio según San Mateo 5,13-16
“Ustedes son la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en
la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen
debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los
que están en la casa. Brille así su luz delante de todos, para que viendo sus
buenas obras todos glorifiquen a su Padre que está en los cielos”

Lectura del libro de los Salmos 127,1-2


“Si el Señor no construye la casa,
de nada sirve que trabajen los constructores;
si el Señor no protege la ciudad,
de nada sirve que vigilen los centinelas.
De nada sirve trabajar de sol a sol
y comer un pan ganado con dolor,
cuando Dios lo da a sus amigos mientras duermen.

Los catequistas somos educadores de la fe y para poder llevar a cabo nuestra


misión y vocación en la Iglesia, sabiéndonos LLAMADOS por el Señor a anunciar
la Buena Noticia que es Él mismo haciendo discípulos misioneros, de una manera
alegre, dinámica, profunda, debemos RESPONDER con propiedad a los desafíos
que se nos presentan en este cambio de época en el que nos estamos
desarrollando.

Debemos reconocer que en estamos llamados a ser luz para los demás, que
debemos trabajar con Dios, para Dios y por Dios; de modo que no nos fatiguemos
de la labor sino que gozosos vayamos al encuentro de Cristo en los demás.
El Papa Francisco en su visita a Chile (enero 2018) hizo una invitación y llamado de
atención, especialmente dedicado a los educadores en la fe, para integrar en
nosotros la dimensión intelectual, afectiva y del hacer.

“Necesitamos una educación (catequesis)


que integre y armonice el intelecto, los
afectos y las manos, es decir: la cabeza y
la acción. Brindará y posibilitará un
crecimiento no solo armonioso a nivel
personal sino, simultáneamente, a nivel
social… es necesario enseñar a pensar lo
que se siente y se hace; a sentir lo que se
piensa y se hace; a hacer lo que se piensa
y se siente. Un dinamismo de capacidades
al servicio de la persona y de la sociedad”
Primer Punto: Dimensión Intelectual
Dice el Papa: “…es necesario enseñar a pensar lo que se siente y se hace…”

Como catequistas estamos invitados por nuestra propia vocación a vivir en


formación permanente, es decir, saber dar razón de nuestra esperanza como
nos enseña San Pedro (1 Pedro 3, 15), nadie da lo que no tiene, de la experiencia del
encuentro personal con Jesús, se sigue el deseo de conocerle cada vez más y
más, profundizando en primer lugar en su Palabra, estamos movidos por
nuestra particular vocación a nutrirnos todos los días de la Palabra de Dios,
profundizar en su contenido, toda ella nos enseña lo que Dios quiere para
nosotros y nos da las herramientas para enseñar a los demás y acompañar a
nuestros catequizandos en este maravilloso camino de la vida cristiana a través
de la catequesis.

Tenemos a nuestro alcance diversos textos de nuestra Iglesia (magisterial,


formativos, motivacionales, espirituales, etc.) que nos van guiando e iluminando
en el caminar de la catequesis. En definitiva, debemos ser unos apasionados por
conocer cada vez más a quien nosotros amamos, que es Jesús, y lo conocemos
a través de la Palabra y de la enseñanza de los pastores de la Iglesia.

Por eso es necesario pensar lo que se siente, como nos dijo el Papa.

Preguntas de reflexión:
6 ¿Soy consciente del llamado que el Señor me ha hecho como catequista?
6 ¿Cómo está mi vida de formación? ¿Siento como desafío importante para
mí el formarme permanentemente?
6 ¿He actualizado mis conocimientos? ¿Cuáles son mis fortalezas? ¿Cuáles son
mis debilidades?
Segundo Punto: Dimensión Afectiva
Demos otro paso, junto con pensar lo que se siente y se hace, el Papa nos invita
“…a sentir lo que se piensa y se hace…”,

Además de adquirir los conocimientos necesarios, para enseñar a pensar, hay


que sentir lo que se piensa, los sentimientos, las emociones, las experiencias, son
parte de nuestra vida, de nuestro día a día, todo lo que aprendemos a través
de la inteligencia, a través de la cabeza, necesariamente debemos pasarlo luego
por el corazón, por los afectos, no somos sólo mentes pensantes.

Por ejemplo, pensar y aprender y luego enseñar que Jesús, segunda persona de
la Santísima Trinidad, se encarnó en el vientre de María y se hizo hombre por
nosotros y por nuestra salvación. Esto, que lo sabemos, está en nuestra cabeza
y lo aceptamos por la fe, hay que pasarlo también por el corazón. Esto, tan
maravilloso, al pasar de la mente a nuestro corazón, nos tiene que llenar de gozo
y esperanza, Jesús sintió, sufrió, padeció. Se alegró, igual que tú y yo, a Jesús
no le somos indiferentes.

Y esto nos tiene que motivar a vivir con inteligencia y afecto nuestra vida de
oración y de encuentro diario con el Señor.

Preguntas de reflexión:
6 ¿Cómo percibo mis sentimientos? ¿Me doy cuenta que los tengo?
6 ¿Cómo hago parte de mi vida diaria a la persona de Jesucristo y su Evangelio?
6 ¿Manifiesto mis sentimientos y afectos al Señor, le digo y le demuestro que
lo amo, a través de mi oración y mis acciones cotidianas?
Tercer Punto: Dimensión Operativa
Avancemos un poco más. El Papa nos dice que es necesario también:
“…hacer lo que se piensa y se siente…”.

Sabemos que ‘el obrar sigue al ser’, es decir yo actúo, yo hago según mí ser.
Nuestro ser cristiano nos debe llevar a actuar como cristianos en todos los
lugares donde nos desenvolvemos, en la casa, la escuela, la universidad, el trabajo,
la empresa, en la calle, en la feria, en el banco, en el supermercado, etc., en todo
lugar debo actuar como el cristiano que soy.

Es el usar nuestras manos para hacer y actuar en favor de los demás. Como
catequistas estamos llamados a actuar conforme a nuestra vocación,
conocemos a Jesús, sentimos a Jesús y actuamos como Jesús. Hagamos eco
de la frase que San Alberto Hurtado vivía todos los días y todo el día:
“¿Qué haría Cristo en mi lugar?”

Preguntas de reflexión:
6 ¿Cómo es mi actuar cotidiano con quienes me rodean, con quienes comparto
todos los días? ¿Dejo actuar la gracia de Dios en mi vida?
6 ¿Dejo que el Señor me convierta todos los días y respondo con prontitud a
lo que él quiere de mí para que correspondiendo a su amor Él me haga cada
día un mejor cristiano, en camino hacia la santidad?
6 ¿Fomento entre los catequizandos, con mi palabra y mi ejemplo, la
importancia de ser y actuar como buen cristiano siempre?
6 ¿Soy coherente con las enseñanzas del Evangelio y mi vida cotidiana? Es decir
en mi hablar, en mi pensar y en mí actuar.
Cuarto Punto: Dimensión Comunitaria Eclesial
Todo lo reflexionado hasta ahora con respecto al pensar (cabeza), sentir
(corazón) y al hacer (manos) hay que integrarlo en la vida Eclesial, debemos
hacerlo vida en la comunidad. Nos dice el Papa: que tenemos
“…la capacidad de avanzar en comunidad.”

ES IMPORTANTE QUE LA CATEQUESIS SEA EN TORNO A LA VIDA, HACER


VIDA LO QUE ENSEÑAMOS Y SENTIMOS PARA VIVIRLO EN LA COMUNIDAD.

Sin duda los problemas siguen estando, las enfermedades, el dolor, la tristeza,
las alegrías, los momentos maravillosos de la vida, todo permanece, pero visto
desde la mirada de la fe y vivido en comunidad es distinto. Por ejemplo, la alegría
de un nuevo hijo, un nuevo matrimonio, el haber egresado de la universidad, el
estar de cumpleaños, o el perder a un ser querido, o que te diagnostiquen una
enfermedad, toda la vida que se comparte en comunidad con la mirada de la fe
es llevada de otra manera, con esperanza, sabiendo que mi comunidad de fe
está conmigo y yo con ella y las alegrías y tristezas de mi comunidad son mías.

Hay que tener presente que no nos salvamos solos, necesitamos de la


comunidad que me permita crecer y avanzar en la vida.

Preguntas de reflexión:
6 ¿Cómo vivo mi vida de comunidad? ¿Me siento parte de mi comunidad?
6 ¿Me ocupo de los demás? ¿Cómo es mi comunidad?
6 ¿Quiénes son parte de mi comunidad (trae a tu mente sus caras sus
nombres, sus familias)

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