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Lección 1: ¡Algo especial ha ocurrido en Usted!

Lo extraordinario, es que recibiste al Señor Jesucristo en el corazón como tu único y suficiente


Salvador... Juan 1:12 dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios”.

¿Sabes lo que esto significa? Por lo menos tres cosas:


1. Dejas atrás una vida de pecado
2. Eres una nueva criatura en Cristo.
3. Ahora comienzas una nueva vida como hijo de Dios.

Quizás te preguntes: ¿Porque necesitaba un salvador? Y ¿No es que ya era hijo de Dios? Para
responder la primera pregunta es importante que sepas:
1. Que todos somos pecadores.
2. Que no podemos salvarnos a nosotros mismo.
3. Que solo Cristo puede Salvarnos del pecado y de la condenación.

¿Por qué todos somos pecadores? Porque el pecado empezó en el Huerto del Edén, y
lamentablemente todos los que nacimos después de Adán, nacimos bajo la ley del pecado, a la
cual también le llamamos la maldición del pecado. La única forma de salir de esta maldición y
deshacernos del pecado es aceptando la obra redentora de Jesucristo. Nuestro Señor de forma
voluntaria entregó su vida en sacrificio, tomó nuestro lugar y sufrió nuestro castigo, pues “la paga
del pecado es la muerte” y esta es una muerte espiritual y eterna.

¿Por qué no todos somos hijos de Dios? Todos somos creación de Dios, pero nos convertimos en
hijos cuando aceptamos vivir bajo su autoridad, sus mandamientos y voluntad. A esta Paternidad
Celestial sólo podemos accesar recibiendo a Jesucristo y creyendo en su nombre, hasta entonces
tenemos la potestad, es decir el derecho de llamarnos hijos de Dios.

Revisemos las tres cosas que sucedieron al entregar tu vida a Cristo.

1. Dejas atrás una vida de pecado

Dios creó al hombre con un propósito maravilloso: que disfrutara la vida por siempre. “Y Jehová
Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado...Tomó, pues,
Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó
Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la
ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”.
Génesis 2:8, 15-17.

El hombre tomo la decisión de desobedecer e hizo lo que el Señor le advirtió que no hiciese. A esa
decisión se le llama pecado, que significa errar; faltar, caer... separó al género humano de Dios.
“Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor
nuestro.” Romanos 6:23.

Esa era la condición en la que tú y yo estábamos cuando aceptamos al Señor Jesucristo como
Salvador, estábamos viviendo bajo la ley del pecado.
2. Eres una nueva criatura en Cristo.

Aunque estábamos distanciados del Dios y Padre como consecuencia del pecado, Dios no dejó de
amarnos, puesto que somos su creación, por lo tanto quiso mostrar ese amor, enviando a su hijo
Jesucristo a morir en la cruz por ti y por mí. Él vertió su sangre en la cruz. Fue un sacrificio vivo
para cargar con todos tus pecados. Nos hizo libres de toda atadura de pecado.

El apóstol Pablo lo explica de manera clara y sencilla: “Y a vosotros, estando muertos en pecados y
en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los
pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria,
quitándola de en medio y clavándola en la cruz”. Colosenses 2:13, 14.

Tu pasado fue borrado. No importa cuánta maldad hayas cometido, ahora frente a tus ojos se
abren las páginas en blanco de los nuevos capítulos que debes escribir. Todo será nuevo.

¿Qué leemos en la Palabra? “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió
consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación”. 2 Corintios 5:17,18. ¡Tú eres
una nueva creación en Cristo!

3. Ahora comienzas una nueva vida como hijo de Dios.

Cuando tú andabas inmerso en un mundo de pecado, estabas distanciado de Dios. No tenías


esperanza. Tu vida era un caos. Estando en una situación de perdición, no tenías conciencia de tu
verdadera condición. ¡Ibas camino al abismo!

En la Palabra leemos: “Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en
vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio
de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;...” Colosenses
1:21, 22.

El día de tu cumpleaños determina tu nacimiento natural, el día que aceptaste a Cristo determinar
tu cumpleaños espiritual. En lo natural Dios te proveyó de personas adultas llamados Padres, en lo
espiritual Dios te proveerá padres espirituales que ayudarán a entender tu nueva vida en Cristo.
Ahora eres como un bebé, pero tiene un camino por delante para convertirse en un cristiano
fuerte y maduro espiritualmente.

¡Esto es maravilloso! ¿Te das cuenta? Eres una nueva criatura. El pasado quedó en el pasado. La
condición de pecado fue limpiada. ¡Eres limpio, por la obra del Señor Jesucristo, ante los ojos de
Dios! ¡Eres su hijo!

Aplicación personal:

1.- ¿Qué ha ocurrido contigo ahora que Cristo mora en tu corazón?

2.- ¿Cuál era el maravilloso plan que tuvo Dios originalmente con el hombre? Génesis 2:8, 15-17.
3.- ¿Cuál era la situación en la que nos encontrábamos antes de aceptar al Señor Jesús como
Salvador? Romanos 6:23.

4.- ¿Qué pasó con nuestros pecados como consecuencia de la obra redentora del Señor
Jesucristo? Colosenses 2:14.

5.- ¿Qué ocurrió al aceptar al Señor Jesús como Salvador personal? Colosenses 1:22.

Lectura de la Semana: Evangelio de Juan 1, 2, 3, 4

Versículo para memorizar durante la semana:

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas
son hechas nuevas”. 2 Corintios 5:17.

Versículos para leer: Juan 1:29: “El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”

Juan 3:3: “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no
puede ver el reino de Dios”

Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

Juan 3:36: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la
vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

Romanos: 5:12: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la
muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.”

Romanos 5:18: “Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres,
de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida”
Lección 2: Primer Principio de Victoria: La oración
Una vez que tenemos plena conciencia de lo que ocurrió en nuestra vida al recibir a Jesucristo
como Señor y Salvador, es necesario adoptar tres Principios que te convertirán en un creyente
victorioso. ¿Sobre qué debes tener victoria? Sobre las tentaciones, sobre las pruebas de tu fe,
sobre los problemas... por eso es importante que entiendas estos tres principios:

1. El principio de la oración
2. El principio del estudio de la Palabra de Dios: la Biblia.
3. El principio de congregarse con otros creyentes en Jesucristo.

Principio de la Oración

¿En tus propias palabras que significar para ti orar? Para algunos orar es rezar repitiendo algunas
frases, sin embargo, orar no tiene que ver con repeticiones. Una definición sencilla es: “La oración
es un diálogo con nuestro amado Dios bajo la certeza de que Él nos escucha”. La oración es
conversación y la medida de tu confianza con la persona con que hablas, así será el tipo de
conversación. Entre más confianza menos formalismo. ¿Cuándo oras a Dios con quien conversas?:
¿Con un extraño o con un amigo?, ¿Con un Juez o tu Padre?, ¿Con alguien que te condena o
alguien que te ama?, ¿Con alguien que ignora o alguien que te comprende?

¿Por qué debemos orar?

La oración la podemos comparar con la respiración, cuando respiramos inhalamos y exhalamos,


espiritualmente Dios se acerca a nosotros y le “inhalamos”, es decir recibimos su revelación, su
amor, su presencia... cuando nosotros “exhalamos” le hablamos a Dios, le adoramos, le contamos
nuestros problemas, le pedimos ayuda....

Debemos orar por que Jesucristo oraba:


Una de sus motivaciones en la vida de Jesús era la oración. Es lo que aprendemos en las Escrituras:
“En aquellos días se fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó
a sus discípulos, escogió a doce de ellos, a los cuales llamó también apóstoles...” Lucas 6:12, 13.

Este versículo nos enseña tres aspectos importantes:


1. La oración formaba parte fundamental de las acciones diarias del Señor Jesús.
2. Pasaba largas horas delante de Dios el Padre en oración.
3. No tomaba ninguna determinación—como aquella de escoger a sus discípulos—sin antes
orar.

El Evangelio también registra el hecho de que el Señor Jesús comenzaba y finalizabas su jornada
diaria con oración. “En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la
otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar
aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.” Mateo 14:22, 23.

Debemos orar para soportar las tentaciones.


Jesús se lo ordenó a los apóstoles. “y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no
entréis en tentación.” Mateo 22.46.
Debemos orar por que es un mandamiento.
El apóstol Pablo el indica a la iglesia en Tesalónica: “Orad sin cesar”. 1 Tesalonicenses 5:17-

¿Cómo debemos orar?


Dependiendo del tema de conversación que tenemos con Dios, la oración puede ser de diversos
tipos:

Oración de petición: Es la conversación en la que presentamos a Dios nuestras necesidades


personales de cualquier tipo: económicas, de salud, resolver un problema, etc. Salmos 37:4 dice:
“Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón”

Oración de Acción de Gracias: Es la oración de agradecimiento a Dios por los favores recibido,
puede ser parte del inicio de cualquier oración, o bien un momento especial en el que usted
reconoce que todo lo que ocurre en su vida es por la gracia y la misericordia del Señor. Filipenses
4:6: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda
oración y ruego, con acción de gracias”

Oración de Alabanza y Adoración: La alabanza es el reconocimiento de los atributos de Dios, un


salmo en voz alta puede expresar nuestros sentimientos hacía a Dios. La Adoración es rendición,
generalmente va acompañada de un postura de sumisión, no siempre se expresa con palabras, a
veces el silencio es una forma de adorar, de contemplar la grandeza de nuestro Dios.

La Alabanza y Adoración deben ser parte de todas nuestras oraciones. Lucas 18:41-43: “diciendo:
¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista. Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha
salvado. Y luego vio, y le seguía, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio
alabanza a Dios”. Juan 4:24: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es
necesario que adoren.”

Oración de intercesión: Son oraciones a favor de las necesidades de otras personas: por su
conversión por sanidad física, por provisión financiera etc. La intercesión es como “carga” que Dios
nos pone para hacernos orar hasta sentir la seguridad de que Dios ha contestado. Santiago 5:15: “
Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le
serán perdonados.”

Oración de guerra espiritual: Es una oración que usamos en la medida que maduramos en nuestra
fe, pues tiene que ver con deshacer las obras del Diablo. Efesios 6:12: “Porque no tenemos lucha
contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las
tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”

¿Qué aspectos estorban nuestras oraciones?


¿Has escuchado la frase: “Parece que Dios a mí no me escucha”? Sin duda que sí. En tales casos
pueden estarse manifestando impedimentos a la oración. Te preguntarás, ¿por qué ocurre? Hay
varios aspectos que describimos a continuación:

1. La falta de santidad. Hebreos 12:14: “Seguid... la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”
2. La Falta de Perdón. Mateo 18:21-22: “... ¿cuántas veces perdonaré ... hasta setenta veces
siete.”
3. Estar en conflicto o pleito con la pareja o un familiar. 1 Pedro 3:7: “para que vuestras
oraciones no tengan estorbo”
4. La vana repetición de palabras. Mateo 6:7: “Y orando, no uséis vanas repeticiones”

¿Cuántas veces debemos orar?

Todas las veces que sea necesario. Es necesario perseverar, persistir, no desmayar hasta tanto
veas la respuesta de Dios.

Lucas 18:1: “También les refirió una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar”.
El apóstol Pablo recomienda: “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias”
Colosenses 4:2. Y más adelante exhorta: “Orad sin cesar” 1 Tesalonicenses 5:17.

¿Cómo es que Dios responde?


Dios responde cada oración. Las respuestas de Dios son: “SI”, “NO”, “ESPERA”

Aplicación personal:
1) ¿Explique con sus propias palabras qué son los Principios de Victoria?
2) ¿Podría decir cuáles son los tres Principios de Victoria?
3) ¿Qué aspectos aprendemos del Señor Jesucristo en su disposición de orar? Lucas 6:12, 13.
4) ¿De qué manera concluía el Señor Jesucristo sus actividades cotidianas? Mateo 14:22, 23.
5) ¿Podría describir algunas de los tipos de oración?
6) ¿Podría describir algunos que impiden nuestras oraciones?
7) ¿Cuántas veces debemos orar?

Lectura de la Semana: Evangelio de Juan 5, 6, 7, 8

Versículo para memorizar durante la semana:


“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la
carne es débil.” Mateo 26:41.

Versículos para leer:


Hechos 1:14: “Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con
María la madre de Jesús, y con sus hermanos.”
Hechos 12:5: “Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a
Dios por él. “
Juan 11:25: “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto,
vivirá.”
Juan 12:25: “El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida
eterna la guardará.”
Juan 12:32: “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo”
Juan 10:9-10: “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará
pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y
para que la tengan en abundancia”
Lección 3: Segundo Principio de Victoria: Estudio de la Palabra de Dios
¡Vas muy bien en tu caminar con el Señor Jesucristo! Eso es extraordinario. Hoy aprenderemos el
Segundo Principio de Victoria Cristiana: el estudio de la Palabra de Dios: la Biblia.

Conoce La Biblia:
La Biblia es una colección de 66 libros, divididos en dos grandes secciones: El antiguo testamento y
El nuevo Testamento. El primero narra la historia de la creación del mundo y del pueblo hebreo,
conocido como el pueblo escogido por Dios. La segunda parte narra la venida de Jesucristo a la
tierra y el desarrollo de las primeras iglesias cristianas.

Para empezar a leer la Biblia recomendamos que se por El Evangelio de Juan, ya que este libro
presenta de un forma muy especial el plan de Dios para con los hombres. Y es lo que primero debe
entender un nuevo creyente. Luego te recomendamos leer Proverbios, Los Salmos, el resto de los
evangelios, las cartas de Pablo, etc. Hay biblias que traen un plan para leerla en un año, estos
planes de lectura se pueden conseguir en diversos medios, es bueno que tengas uno y lo sigas.

Al leer la biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis, encontrarás principios prácticos que te
ayudarán en todas las áreas de tu vida. Para fortalecer tu relación con Dios, en tu relación contigo
mismo y con las personas que te rodean, bases para manejar bien las finanzas o planificar tus
sueños y metas hacia el

También encontrarás temas sobre relaciones humanas, psicología y todo un abanico de


instrucciones que enriquecerán tu existencia. A lo largo de tu formación Cristiana conocerás más
detalles de la historia de la Biblia, por ahora lo más importantes que la conozca a través de su
lectura.

¿Cómo confiar que la Biblia se trata de la Palabra de Dios?


A la Biblia la conocemos como La palabra de Dios, las sagradas escrituras, la Santa Biblia o
simplemente la palabra. En 2 Pedro 1:21 encontramos lo siguiente: “... porque nunca la profecía
fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados
por el Espíritu Santo”. El Espíritu Santo inspiro a todos los hombres que la escribieron. El Espíritu
Santo es el verdadero autor.

Pablo escribe: “Toda escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente
preparado para toda buena obra”.2 Timoteo 3:16, 17. La Biblia es la palabra de Dios por nos
enseña, nos redarguye (confronta), nos corrige, nos instruye en justicia, nos ayuda a ser perfectos,
nos prepara para hacer la obra de Dios.

Hábitos a Desarrollar:
En este periodo de niñez espiritual debes aprender a:
1) Orar
2) Leer
3) Comprender
4) Estudiar
5) Memorizar
6) Meditar en la palabra de Dios
Oyendo la Palabra de Dios:
Cada vez que asistas a la iglesia, a una célula o cualquier reunión de adoración, tu prioridad es
aprender a escuchar la palabra de Dios que es predicada o enseñada. Obviamente aprenderás los
cantos, la forma de hacer la reunió... pero lo más importantes es que sepas que Dios dijo a través
de su Palabra. Romanos 10:17:” Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”

Leyendo la Palabra de Dios:


Es un nuevo hábito que tienes que desarrollar: La lectura diaria de la Biblia, todas las veces que te
sea posible. Esto dará vigor a tu espíritu, conocerás el lenguaje de tu Padre Celestial, descubrirás
promesas personales, aprenderás principios poderosos que te ayudarán a vivir en santidad.
Juan 5:39: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida
eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”

Comprendiendo la Palabra de Dios:


Algunas veces se nos puede complicar comprender con exactitud lo que leemos, pero eso no debe
preocuparte, te aseguramos que no hay nada raro, ni confuso en la palabra de Dios, nos más hay
que adquirir experiencias sobre como leerla, estudiarla y comprenderla. Tu líder te ayudará en
este proceso. Cuando Dios encomienda una obra, también da el entendimiento para hacerlo:
1 Crónicas 28:19: “Todas estas cosas, dijo David, me fueron trazadas por la mano de Jehová, que
me hizo entender todas las obras del diseño. “

Estudiando la Palabra de Dios:


No basta con simplemente leer, debemos estudiarla. Cada vez que lee toma un cuaderno y lápiz,
para que puedas anotar, lo que te guste o te inquiete, poco a poco empezarás a deleitarte en el
estudio de este maravilloso libro que ha cambiado la vida de millones de personas, en todo el
mundo. Salmos 119:105: “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino”

Memorizando la Palabra de Dios:


En la medida que leas, también debes memorizar versículos de la palabra de Dios. Puedes también
ponerlos como rótulos en tu casa, para que no se te olviden. Cuando memorizas te preparas para
enfrentar más eficazmente cualquier oportunidad para pecar.
Deuteronomio 6:6 -9: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las
repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al
acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales
entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.”

Meditando en la Palabra de Dios:


Cuando encuentres un versículo o promesa date tiempo para reflexionar y meditar en lo que dice,
esto afianzará tu fe y confianza en el todo poderoso.
Josué 1:8: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás
en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás
prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”

Aplicación personal:
1. ¿Qué podemos encontrar en la Palabra de Dios y de qué manera se aplica a nuestra vida?

2. ¿Por qué podemos confiar en que la Biblia es la Palabra de Dios? 2 Pedro 1:21.
3. ¿Cómo define el apóstol Pablo las Escrituras?

4. ¿Cuáles son los nuevos hábitos que necesitas desarrollar?

Lectura de la Semana: Evangelio de Juan 9, 10, 11, 12

Versículo para memorizar durante la semana:


“Toda escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda
buena obra”. 2 Timoteo 3:16, 17.

Versículos para leer:

Juan 7:37 y 38: “el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si
alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior
correrán ríos de agua viva”

Juan 8:12: “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará
en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”

Juan 8:32: “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”

Salmos 33:4: “Porque recta es la palabra de Jehová, y toda su obra es hecha con fidelidad “

Salmos 19:17: “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel,
que hace sabio al sencillo “
Lección 4: Tercer Principio de Victoria: Congregarse
Seguramente te has pregunta más de una vez, ¿por qué debo congregarme en una iglesia
cristiana? Y a éste interrogante has sumado una segunda pregunta: ¿En qué congregación de
creyentes debo asistir?

Son dos inquietudes muy importantes que intentaremos atender en esta lección y que está ligada
con el Tercer Principio de Victoria: Congregarse.

En la Biblia encontrarás que uno de los principios que caracterizó el ministerio del Señor Jesús, fue
la proximidad y la unión con los discípulos. Ellos estaban estrechamente unidos. Incluso, cuando se
produce su resurrección, el primer registro escritural señala que el maestro los encontró a todos
reunidos: “Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las
puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino
Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.” Juan 20:19. Aún en momentos de incertidumbre
como ese, estaban unidos.

Esa situación persistió. La observamos en la segunda aparición que hizo nuestro Señor Jesús tras la
resurrección: “Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al mar de
Tiberias; y se manifestó de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo,
Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos.” Juan 21:1, 2.

Ahora bien, cuando la Iglesia primitiva comienza, momentos antes de la ascensión, el Maestro
estaba con ellos. “Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen
la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.” Hechos 1:4.

Un último hecho lo representa la unidad que siempre se observó en los primeros creyentes y a lo
largo de la historia. Lo evidencia el primer concilio o reunión en la que se discutieron temas de fe.
Lo hallamos en el capítulo 15 del libro de los Hechos. El versículo 25 resumen la unidad: “nos ha
parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros
amados Bernabé y Pablo”. La decisión respecto a qué hacer y qué pautas seguir, la tomaron todos
en unidad.

Congregarte te ayudará en el crecimiento espiritual

Sin duda, el crecimiento espiritual es una de las ventajas que encontrarás al congregarte.
Cualquier desánimo se puede compensar con el apoyo y oración de otros creyentes. Los
interrogantes se despejan cuando hay unidad en el cuerpo de Cristo. Y además, se cumple un
principio Escritural y es el de la integración que hay entre los creyentes, que están reunidos para
alabar y glorificar a Dios.

Una recomendación bíblica a los primeros cristianos fue precisamente la no persistir en reunirse:
“no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto
más, cuanto veis que aquel día se acerca” Hebreos 10:25.

Observa que el animar a alguien que no se reunía con otros creyentes, era una sugerencia hecha a
los cristianos. No era presionarles, sino animarlos. Sin alguna vez encuentras a alguien
desanimado, tu tarea es estimularlo para que regrese al seno de la iglesia en la que te reúnes o
encaminarlo a la congregación más próxima a esa persona, en cuanto a ubicación, si no ha vuelto a
reunirse porque se le dificulta desplazarse.

Beneficios de congregarse

1. Me ubico en el lugar correcto para mi crecimiento espiritual.


2. Escucho la palabra de Dios.
3. Aprendo viendo a otros.
4. Me relaciono con creyentes que buscan lo mismo.
5. Obtengo la cultura del reino de Dios.
6. Recibo la bendición de mis Pastores y Líderes.
7. Participo de todas las actividades
8. Sigo el proceso de crecimiento: doctrina para bautismo, retiros, escuela de discipulado,
etc.
9. Desarrollo mi propio liderazgo
10. Me convierto en discípulo cada día

Estás a las puertas de dar un nuevo paso en la vida cristiana: congregarte. Así lo hacían los
creyentes del primer siglo y todavía lo hacemos hoy. ¡Anímate! Una experiencia maravillosa de
unidad entre cristianos te espera...

Aplicación personal:

1. ¿El congregarse tiene asidero bíblico?

2. ¿Permanecían unidos los cristianos del primer siglo? Juan 20:19.

3. ¿Cuál fue el mandato del Señor Jesús a sus discípulos? Hechos 1:4.

4. ¿Qué beneficios obtenemos al congregarnos?

Lectura de la Semana: Evangelio de Juan 13, 14, 15, 16

Versículo para memorizar durante la semana:


“Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del
Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.” Hechos 1:4.

Versículos para leer:


Juan 14:6: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
“Juan 14:27: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe
vuestro corazón, ni tenga miedo”

Juan 15:5: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva
mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer “

Salmos 133:1: “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es, habitar los hermanos juntos en armonía!

Hebreos 2:12: “Anunciaré a mis hermanos tu nombre, En medio de la congregación te alabaré”


Lección 5: Convirtiéndonos en un Cristiano fuerte.
Conforme vas avanzando en el conocimiento de Dios y Su Palabra, aprenderás cosas nuevas que
están relacionadas con tu crecimiento personal y espiritual. En el camino de Dios encontraras que
te es necesario:

1. Aprender a vencer las tentaciones


2. Obtener el poder de Dios
3. Vivir rendido a Dios
4. Aprender a no desanimares

Venciendo las tentaciones

La tentación la podemos definir como la atracción de cometer un acto imprudente o inmoral,


Especialmente por una recompensa que se puede palpar o sentir. La tentación proviene de
nuestro enemigo espiritual, Satanás. El primer registro que tenemos de alguien que fue tentado y
sucumbió a ella, lo encontramos en el libro del Génesis. Ocurrió cuando plantó a Adán y Eva en el
jardín de Edén.

En las Escrituras leemos que “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén,
para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del
huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que
de él comieres, ciertamente morirás” Génesis 2:15-17.

Era una clara prescripción del Señor para el bienestar del género humano. Satanás puso duda y
codicia en Eva. Él creó el escenario y la sedujo con sutileza, como busca hacer hoy contigo. Las
ocasiones de caer en maldad no lucen aterradoras sino atrayentes. Y por esa razón puedes
enfrentar la indecisión, y si no estás firme, tomado de la mano del Señor Jesús, podrías sucumbir.

Observa lo que se produjo después: “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que
sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el
bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y
árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido,
el cual comió así como ella.” Génesis 3:4-6.

La Biblia es clara cuando advierte que la serpiente era astuta. Y enredó en sus engaños a la mujer.
Caer trajo como consecuencia que todo el género humano fuera contaminado con el pecado tal
como lo explica el apóstol Pablo. “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y
por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”
Romanos 5:12.

Estar sometidos a una vida pecaminosa nos torna vulnerables e insensibles de tal manera que las
caídas se producen una y otra vez sin que, en muchos de los casos, tengamos conciencia de que
estamos errando.
Mantenerse en alerta
En la Biblia encontrarás una advertencia que no debes pasar por alto. La escribió el apóstol Pedro:
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor
buscando a quien devorar” 1 Pedro 5:8. ¿Qué nos enseñan estas líneas? Que la batalla que libras
contra Satanás y sus asechanzas es permanente. Él no descansa en su propósito de llevarnos a ti y
a mí a un revés espiritual o una caída.

Hay personas para las cuales la tentación está representada en poner freno a su lengua porque
hablan de más; otros se sienten atraídos por el consumo de alucinógenos y hay quienes
consideran que no pueden sustraerse al alcohol. Otro buen número de hombres y mujeres se ven
tentados, aunque no lo revelen públicamente, con sus apetitos sexuales. Tú tienes tus propias
batallas internas.

Llamados a vencer
Somos más que vencedores. El Señor colocó en nosotros esa condición. Tu naturaleza y la mía son
diferentes ahora. Leemos en la Palabra una recomendación especial: “...No reine, pues, el pecado
en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias” Romanos 6:12.

Jamás olvides que nuestros deseos naturales fueron dados por Dios y son legítimos. ¿En qué
momento entramos, entonces, en el terreno de lo pecaminoso? Cuando tú y yo sobrepasamos los
límites del amor que Dios ha estipulado.

Dios nos ha dado el poder para vencer toda tentación. Jesús mismo fue tentando pero nunca pecó.
Romanos 8:37: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que
nos amó”

Rendirse a Dios
2 Corintios 10:5: “derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de
Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”

¡No se desanime!
Jesús nos prometió al Espíritu Santo como Consolador. Juan 14: 15-17: “Si me amáis, guardad mis
mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para
siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero
vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros”

¿Qué hacer?
La pregunta apenas natural que te estarán haciendo es, ¿qué hacer? En primera instancia
entender que la tentación cuando nos seduce, conduce al pecado y el pecado a la muerte, tal
como lo señala el apóstol Pablo: “Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es
vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 6:23.

Sin embargo, vencer es posible. Si tú caminas tomado de la mano del Señor Jesús, podrás
sobreponerte a cualquier tropiezo. En la Palabra de Dios leemos que: “...Porque no tenemos un
sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en
todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de
la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” Hebreos 4:15, 16.
Ánimo. ¡Tú puedes vencer...!

Aplicación personal:
1. ¿Te has preguntado alguna vez qué es la tentación y de qué manera afecta tu existencia?
2. ¿De dónde proviene la tentación?
3. ¿Qué ocurrió con toda la humanidad cuando la primera persona pecó? Romanos 5:12.
4. ¿Qué recomienda el apóstol Pedro a todos los cristianos? 1 Pedro 5:8.
5. ¿Cada cuánto enfrentamos tú y yo tentaciones provenientes de Satanás?
6. ¿Qué recomendación nos hizo el apóstol Pablo respecto al pecado y los deseos de la
naturaleza humana? Romanos 6:12.
7. ¿Cuál es el camino a seguir cuando enfrentamos la tentación? Hebreos 5:15, 16.

Lectura de la Semana: Evangelio de Juan 17, 18, 19, 20, 21

Versículo para memorizar durante la semana:


“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor
buscando a quien devorar” 1 Pedro 5:8.

Versículos para leer:


Juan 16:24: “Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro
gozo sea cumplido.”

Juan 16:33: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción;
pero confiad, yo he vencido al mundo”

Juan 17: 3: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a
quien has enviado”

Juan 17:15: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 16 No son del
mundo, como tampoco yo soy del mundo”

Juan 20:21: “Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también
yo os envío”

Juan 20:31: “Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para
que creyendo, tengáis vida en su nombre”

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