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“…Parágrafo Primero: Se presume el peligro de fuga en caso de hechos punibles con penas
privativas de libertad, cuyo término máximo sea igual o superior a diez años.”
En razón a las normas jurídicas señaladas anteriormente, Ciudadano juez, en el presente
caso no existe presunción de peligro de fuga de los imputados, tomando en cuenta, la pena que
podría imponerse. Igualmente debe quedar acreditado el peligro de fuga, caso este que no se
percibe en las presentes actuaciones, ya que el ciudadano XXXXXXXXXXXXXXXXXX , no
presenta conducta pre delictual, así mismo se aprecia que dicho ciudadano tiene residencia fija en
la Ciudad de Tovar, de este estado Mérida, tiene arraigo en el país y en la jurisdicción. En este
sentido, es necesario destacar que la medida privativa de libertad es una excepción, la cual solo
debe imponerse, cuando las medidas cautelares no sean suficientes para garantizar las
resultas del proceso, aunado al hecho de que a los prenombrados imputados lo ampara el
principio contenido en el Código Orgánico Procesal Penal en su artículo 229 el cual establece: “….
Toda persona a quien se le impute participación en un hecho punible permanecerá en libertad
durante el proceso, con las excepciones establecidas en este Código. La privación de libertad es
una medida cautelar, que sólo procederá cuando las demás medidas cautelares sean insuficientes
para asegurar las finalidades del proceso.” En total armonía con lo anteriormente planteado es
necesario señalar el contenido del artículo 242 del Código Orgánico Procesal Penal,
dispone: “..Siempre que los supuestos que motivan la privación judicial preventiva de
libertad pueden ser razonablemente satisfecho con la aplicación de otra medida menos gravosa
para el imputado o imputada, el tribunal competente, de oficio o a solicitud del Ministerio Público o
del imputado o imputada, deberá imponerle en su lugar, mediante resolución motivada, alguna de
las medidas cautelares sustitutivas.
En este punto resulta ilustrativa la decisión Nº 151 de la sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, de fecha 02-03-05, con ponencia del Magistrado Arcadio Delgado Rosales,
en donde señala:
“…el principio del estado de libertad deviene de la inviolabilidad del derecho a la libertad personal.
De allí, que toda persona a quien se le impute la participación en un hecho punible tiene derecho a
permanecer en libertad durante el proceso, excepto por las razones determinadas por la ley y
apreciadas por el juez en cada caso. Dichas excepciones nacen de la necesidad del
aseguramiento del imputado durante el proceso penal, cuando existen fundados elementos en su
contra de la comisión de un delito, así como el temor el fundado de la autoridad de su voluntad de
no someterse a la persecución penal. Estas dos condiciones constituyen el fundamento del
derecho que tiene el Estado de perseguir y solicitar medidas cautelares contra el imputado….”, (se
reitera sentencia 2608 del 25 de septiembre de 2003).
Igualmente en relación a la concurrencia de los extremos exigidos en el artículo 236 del
Código Orgánico Procesal Penal para que proceda la medida privativa de libertad, la Sala de
Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia dictada en fecha 29 de junio de
2006, expediente N° 2006-0252.
Es por esto que apelo de su sapiente criterio Ciudadano Juez, al principio de proporcionalidad y
presunción de inocencia, afirmación de libertad y debido proceso y solicito la revisión y sustitución
de la medida privativa de libertad.
Es Justicia en la ciudad de Mérida en la fecha de su presentación
ABG. XXXXXXXXXXXXXXXX