………………………., con DNI. …............., con domicilio en
……………. ……………………….., con el debido respeto digo:
El recurrente acudo a su Despacho, en mi condición de padre y
responsable del pago de la pensión de mi menor hija …………………… (estudiante de Ciclo I de la Escuela de International Business).
Acreditada mi vinculación con vuestra casa de estudios paso a
fundamentar mi pretensión.
En la fecha he tomado conocimiento de la reprogramación modificada
del pago de pensiones correspondiente a la segunda cuota del ciclo con un descuento de 17% a la pensión pactada, indicando que se me habría otorgado un beneficio económico, lo cual a simple vista constituiría como un acto bondadoso y benéfica de la universidad en favor de los estudiantes.
Cuando el recurrente opta por matricular a mi menor hija en vuestra
casa de estudios, lo hizo en busca de la calidad de enseñanza por el que se caracteriza la …………., esto es para una enseñanza física y presencial, y no por una enseñanza virtual con defectos de su propia naturaleza que no garantiza la confluencia e interactuación entre profesor – estudiante. De modo alguno las clases virtuales son homologadas con las clases presenciales, por lo que toda actividad académica, fórum, seminarios y otros de naturaleza virtual siempre tienden a tener costo menor. El paquete de las clases presenciales, además de la didáctica e interactuación entre docente – alumno, implica el uso del recinto y aulas universitarias, uso de servicios higiénicos, servicio de vigilancia, servicio de fluido eléctrico, servicio de agua potable y alcantarillado, servicio de internet, uso de equipos electromagnéticos, seguridad, el uso de las unidades administrativas, uso de áreas recreativas y deportivas, servicio de limpieza, uso de biblioteca, organización en centros federados y consejos universitarios para la defensa de los derechos estudiantiles con locales brindados por la universidad, entre otros de uso universitario, cuyos servicios implícitamente acarrean el costo a la universidad, la cual es sufragado por los estudiantes a través del pago de las pensiones, servicios que no ha recibido mi hija, tampoco las clases presenciales conforme se pactó al momento de matricular.
Si bien es cierto que el contrato de prestación de servicios no se está
ejecutando conforme lo pactado debido a coyuntura ajena a las partes (universidad y alumna), es decir, por motivos de confinamiento (cuarentena), política errada del gobierno; sin embargo, esta situación no tiene porqué traducirse en perjuicio a los estudiantes, ni autoriza a los directivos de la Universidad a lucrar de manera desproporcionada e irrazonable, cuyo acto se podría tipificar como un acto de enriquecimiento indebido o enriquecimiento sin causa (Artículo 1954° del CC. que señala: Aquel que se enriquece indebidamente a expensas de otro está obligado a indemnizarlo), en razón que la Universidad no ha brindado el servicio conforme lo pactado ni ha realizado gastos que implícitamente componen el paquete universitario, por tanto, resulta ilógico, irracional e ilegal que pretenda cobrar el monto total de la pensión pactada. Estando a que no ha prestado servicios al 100% sino tan sólo servicios que a mi entender equivalen a 30% de lo pactado (pago al docente virtual, pago del mensajero virtual y pago de internet), solicito la REDUCCIÓN DE LA PENSIÓN en proporción al servicio prestado, es decir, se reduzca en 70% la pensión pactada conforme regula el Artículo 1433° del Código Civil que señala “Las reglas de los artículos 1431 y 1432 son aplicables cuando el cumplimiento de la prestación se hace parcialmente imposible, a menos que el acreedor manifieste al deudor su conformidad para el cumplimiento parcial, en cuyo caso debe efectuarse una reducción proporcional en la contraprestación debida.” Asimismo, el Artículo 1151 del mismo cuerpo legal señala que “El cumplimiento parcial, tardío o defectuoso de la obligación de hacer por culpa del deudor, permite al acreedor adoptar cualquiera de las siguientes medidas: (…) 4.- Aceptar la prestación ejecutada, exigiendo que se reduzca la contraprestación, si la hubiere.” En el presente caso, es totalmente posible y perfectible la reducción de la pensión en proporción al servicio prestado.
El Artículo 1351° del Código Civil establece que “El contrato es el
acuerdo de dos o más partes para crear, regular, modificar o extinguir una relación jurídica patrimonial.” Y, en su Artículo 1362° señala que “Los contratos deben negociarse, celebrarse y ejecutarse según las reglas de la buena fe y común intención de las partes”, por tanto, de no haberse ejecutado en el modo señalado, deberá reducirse la contraprestación (pensión).
La prestación de servicio es incompleta y no se viene ejecutando
conforme lo pactado, por lo que este hecho no requiere mayor análisis, en un supuesto que la Universidad se negara a la reducción solicitada, ello se traduciría como el ejercicio abusivo del derecho, que estaría reñido con el Artículo 103° de la Constitución que señala “La Constitución no ampara el abuso del derecho.”; asimismo estaría vulnerando el Artículo II del Título Preliminar del Código Civil que establece “La ley no ampara el ejercicio ni la omisión abusivos de un derecho. (…)"
En consonancia con el sistema jurídico acotado es totalmente
constitucional, legal, razonable y proporcional proceder a la reducción de la pensión en función al servicio prestado por todo el periodo que dure la ejecución parcial del contrato, esto es, mientras dure las clases virtuales como consecuencia del confinamiento, situación que es totalmente ajena a la Universidad y a los estudiantes.
Por otro lado, lejos de aplicar la reducción que corresponda, la
Universidad ha enviado un mensaje conminando y condicionando al pago de pensiones de las cuotas 2 y 3 para que aplique el descuento del 17% a las cuotas 4 y 5, es decir, condiciona la cancelación de las pensiones para efectos de beneficiar con los descuentos. Las autoridades administrativas de la ………….. no parecen estar viviendo en el Perú. Debe tener en cuenta que, desde el 16 de marzo nos encontramos confinados en nuestros hogares sin poder realizar actividad alguna que genere ingresos, por el contrario, estamos pasando hambre y miseria debido a la política errada de confinamiento adoptada por el gobierno que linda con el delito de lesa humanidad. En estas circunstancias los trabajadores independientes que dependemos de nuestros quehaceres diarios, es imposible que podamos cumplir con nuestras obligaciones, además para cumplir con ello, previamente deberá reducirse la pensión en función al servicio prestado y no engañarnos con un acto supuestamente caritativo, porque la reducción de la pensión es un derecho y no un acto altruista o misericordioso de la Universidad.
El Artículo 57 de la Ley 29571 – Código de Protección y Defensa
del Consumidor señala “También son métodos abusivos todas aquellas otras prácticas que, aprovechándose de la situación de desventaja del consumidor resultante de las circunstancias particulares de la relación de consumo, le impongan condiciones excesivamente onerosas o que no resulten previsibles al momento de contratar.” En el presente caso, efectivamente las autoridades administrativas de la Universidad, al condicionarnos estar al día en el pago de las pensiones para acceder a determinados “beneficios”, vienen actuando con cierta conducta abusiva, en la medida que nos están obligando a la cancelación, a sabiendas de la coyuntura actual y la imposibilidad de muchos padres de familia para cumplir con la obligación contraída que al momento de matricular no se vislumbraba.
Razones por las cuales, la Universidad deberá abstenerse de enviar
misivas que, en el fondo, implique obligar la cancelación de las pensiones mientras dure el Estado de Emergencia, pues no estamos en circunstancias regulares sino en una coyuntura excepcional.
POR TANTO:
Señores, solicito proceder a la reducción conforme lo expuesto.