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1. Vitamina A
La vitamina A es una vitamina liposoluble que el cuerpo adquiere a través de la comida y
ayuda a mantener en buen estado la vista, el sistema inmunitario y la capacidad de
reproducción. También aporta beneficios para el corazón, los pulmones y los riñones, entre
otros órganos.
La vitamina A se divide en dos tipos: la vitamina A preformada, que se encuentra en carnes,
pescados y productos derivados de la leche; y la provitamina A, que se encuentra en frutas,
verduras y vegetales.
Funciones
La vitamina A ayuda al desarrollo de los huesos, los dientes, los tejidos blandos, las
mucosas y la piel. Está muy relacionada con el acné, ya que la deficiencia de vitamina
A en la dieta puede provocar su aparición. También ayuda a la formación de la retina,
por lo que se conoce también como retinol. Contribuye además a la prevención de
enfermedades infecciosas, especialmente del aparato respiratorio, u otras patologías
como el sarampión. No se ha llegado a un consenso sobre si puede favorecer la no
aparición de un cáncer de pulmón o de estómago.
Esta vitamina también favorece la producción de espermatozoides y contribuye al ciclo
reproductivo femenino, favoreciendo los cambios que se producen en las células durante
el desarrollo del feto.
Fuentes
La vitamina A se encuentra en una amplia variedad de alimentos:
Hortalizas (de hoja verde), frutas (sobre todo las verdes, naranjas o amarillas,
como el melón o el mango) y verduras (brócoli, zanahoria, calabacín).
Productos lácteos.
Carnes vacunas y de ave: el hígado de vaca o de pollo tienen una cantidad
elevada, por ejemplo.
Algunos tipos de pescado, como el salmón o el bacalao.
Cereales fortificados.
Además, también puede obtenerse mediante suplementos vitamínicos. Los más
frecuentes son el acetato de retinilo, el palmitato de retinilo, el betacaroteno o las
combinaciones de vitamina A preformada y provitamina A.
Funciones
En general, las vitaminas del complejo B son importantes para prevenir diversas
enfermedades como:
Anemia, malformaciones del feto, pérdida de cabello, depresión, artritis, alergias,
insomnio y falta de energía.
Asimismo, interviene directamente en la producción de glóbulos rojos.
Es recomendada para las mujeres que quieren quedarse embarazas (B12).
La vitamina B6 ayuda fortalecer el sistema inmunológico y aumenta las
defensas.
Es beneficiosa para combatir estados de depresión, ansiedad y otros trastornos
emocionales.
Ayuda a la regeneración de los músculos.
La cobalamina que contiene ayuda al desarrollo y crecimiento en los niños.
Mejora la memoria.
Fuentes
Las carnes de todos los tipos (incluidas las vísceras)
Sardina, salmón.
Los lácteos, contienen dosis elevadas de vitaminas de este complejo.
Les siguen las legumbres, cereales y frutos secos.
Para los veganos, hay que recordar que los vegetales carecen de la vitamina
B12. Por esta razón, lo que se recomienda es consumir otro tipo de
complementos como la levadura de cerveza y germen de trigo.
3. Vitamina C
La más popular de las vitaminas es un gran antioxidante que favorece la producción de
colágeno, la cicatrización y los procesos respiratorios, entre muchísimos otros
beneficios.
La vitamina C, también conocida como vitamina antiescorbútica o ácido ascórbico, es
una vitamina hidrosoluble imprescindible para el desarrollo y crecimiento. También ayuda a
la reparación de tejidos de cualquier parte del cuerpo, formando colágeno (el tejido
cicatricial) en el caso de las heridas o subsanando el deterioro en huesos o dientes. La
vitamina C también podría ayudar a curar resfriados comunes.
También funciona como antioxidante, contribuyendo a prevenir el daño de los radicales
libres. Estos radicales libres son moléculas que se producen cuando el cuerpo descompone
alimentos o frente a la exposición del humo del tabaco y la radiación. Son los causantes del
envejecimiento, y pueden ser factores que propicien enfermedades como el cáncer, la
cardiopatía o la artritis.
Funciones
La vitamina C se necesita para el crecimiento y reparación de tejidos en todas las
partes del cuerpo. Se utiliza para:
Formar una proteína importante utilizada para producir la piel, los tendones, los
ligamentos y los vasos sanguíneos.
Sanar heridas y formar tejido cicatricial.
Reparar y mantener el cartílago, los huesos y los dientes.
Los radicales libres se producen cuando el cuerpo descompone el alimento o
cuando usted está expuesto al humo del tabaco o a la radiación.
La acumulación de radicales libres con el tiempo es ampliamente responsable
del proceso de envejecimiento.
El cuerpo no puede producir la vitamina C por sí solo, ni tampoco la almacena.
Por lo tanto, es importante incluir muchos alimentos que contengan esta
vitamina en la dieta diaria.
La investigación muestra que, para la mayoría de las personas, los suplementos
de vitamina C o los alimentos ricos en dicha vitamina no reducen el riesgo de
contraer el resfriado común.
Sin embargo, las personas que toman suplementos de vitamina C regularmente
podrían tener resfriados ligeramente más cortos o síntomas algo más leves.
Fuentes
Todas las frutas y verduras contienen alguna cantidad de vitamina C.
Las frutas que tienen las mayores fuentes de vitamina C son, entre otras:
Melón cantalupo, Frutas y jugos de cítricos, como las naranjas y toronjas
(pomelos), Kiwi, Mango, Papaya, Piña, Fresas, frambuesas, moras y arándanos,
Sandía o melón
Las verduras que son las mayores fuentes de vitamina C incluyen:
Brócoli, coles de Bruselas y coliflor, Pimientos rojos y verdes, Espinaca, repollo,
nabos verdes y otras verduras de hoja, Papa o patata blanca y la dulce
(camote), Tomates y su jugo, Cidrayote, El grupo de alimentos que más
proporciona esta vitamina son los frutos y vegetales: destacan el kiwi, la grosella
y los cítricos.
Le siguen alimentos de origen animal como la leche y el hígado.
4. Vitamina D
La “vitamina del sol”, como también se le conoce, es muy conocida por participar del
mantenimiento del sistema óseo al facilitar la absorción del calcio.
También denominada calciferol, la vitamina D es una de las vitaminas liposolubles
imprescindibles para la formación normal de los huesos y de los dientes y para la absorción
del calcio a nivel intestinal. La deficiencia de vitamina D puede
causar osteoporosis y raquitismo.
Se puede obtener la vitamina D de dos modos:
Mediante la exposición de los rayos solares (UV). Tomar el sol es la mejor forma
de obtenerla, ya que el cuerpo la procesa y produce de esa manera.
Por el consumo de alimentos ricos en esta vitamina, como por ejemplo, la leche y el
huevo.
Funciones
Una de las funciones principales de la vitamina D es ayudar al cuerpo a absorber el calcio,
uno de los minerales esenciales para la formación normal de los huesos. En la infancia se
utiliza para producir y mantener el sistema óseo.
La vitamina D también desempeña un papel indispensable en el mantenimiento de los
órganos. Algunas de las funciones en las que interviene son:
Regulación de los niveles de calcio y fósforo en sangre.
Promueve la absorción intestinal de fósforo y de calcio a partir de los alimentos y
la reabsorción de calcio a nivel renal.
Participa en el desarrollo del esqueleto mediante la contribución de la formación y la
mineralización ósea.
Interviene en los procesos del sistema inmunológico.
Podría tener propiedades antitumorales.
Funciones antienvejecimiento.
Fuentes
El organismo produce vitamina D con la exposición directa al sol (no se obtiene en espacios
cerrados a través de las ventanas). Con la exposición durante 10 o 15 minutos tres veces a
la semana se suelen cubrir las necesidades del cuerpo de esta vitamina. Sin embargo, si las
personas no viven en lugares muy soleados tendrán que recurrir a la dieta y los
suplementos.
Las fuentes alimenticias principales donde se puede encontrar son:
Pescados grasos: son la mejor opción. El atún, la caballa y el salmón contienen
grandes cantidades de vitamina D.
Aceites de hígado de pescado, leche, huevos y mantequilla.
Carnes.
Champiñones.
5. Vitamina E
Es conocida por favorecer los procesos de la reproducción sexual. Es antioxidante,
fortalece la salud muscular, contribuye al buen uso de la vitamina K y protege la
vitamina A.
La vitamina E, llamada también tocoferol, es el nombre de ocho compuestos relacionados
presentes en los alimentos, entre ellos, el alfatocoferol. Consumir esta vitamina no es
dañino, excepto cuando se toman dosis altas de suplementos que podrían incrementar el
riesgo de sangrado y hemorragia en el cerebro. Además, puede aumentar el riesgo de
defectos congénitos, problemas que ocurren mientras un bebé se desarrolla dentro del
cuerpo de la
Funciones
Es un antioxidante. Eso significa que protege el tejido corporal del daño causado
por sustancias llamadas radicales libres. Los radicales libres pueden dañar células,
tejidos y órganos. Se cree que juegan un papel en ciertas afecciones relacionadas con
el envejecimiento.
Diarrea.
Náuseas.
Cansancio.
Fuentes
Los alimentos que contienen vitamina E son:
Los aceites vegetales como, el trigo, el girasol, el maíz o la soja.
Los frutos secos como las almendras y las semillas de girasol también se encuentran
entre las mejores fuentes de vitamina E.
6. Vitamina K
La vitamina K se conoce como la vitamina de la coagulación. Sin ella la sangre no
coagularía. Algunos estudios sugieren que ayuda a que los adultos mayores
mantengan los huesos fuertes.
se le caracteriza como antihemorrágica, al favorecer la coagulación de la sangre. El
cuerpo asimila la vitamina K a nivel intestinal y ésta participa en la síntesis ósea y
previene problemas cardíacos.
Funciones
Las funciones de la vitamina K como un cofactor para la enzima, γ-glutamil carboxilasa
(GGCX), la cual cataliza la carboxilación del aminoácido ácido glutámico (Glu), a ácido
γ-carboxiglutámico (Gla). La γ-carboxilación dependiente de vitamina K que ocurre solo
en residuos específicos de ácido glutámico en proteínas dependientes de vitamina K
(VKDP) identificadas es fundamental por su habilidad de unir al calcio (5).
Fuentes
La vitamina E está presente en muchos alimentos, por lo que si se sigue una
alimentación variada y equilibrada es fácil cubrir sus necesidades. Puede encontrarse
en:
Los aceites vegetales, como los aceites de germen de trigo, de girasol, maíz,
oliva…
Los frutos secos como cacahuetes, avellanas y, en especial, almendras.
Las semillas, como las semillas de girasol.
Las hortalizas de hojas verdes, como la espinaca y el brócoli.
Alimentos fortificados como cereales para el desayuno, zumos de fruta,
margarinas y productos para untar. Debe estar indicado en la etiqueta.