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Conflicto árabe-israelí

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Conflicto árabe-israelí
Map of the Arab-Israeli conflict-blank.svg
Liga Árabe
Países que han mantenido alguna guerra con Israel
Israel
Palestina
Fecha 1948-presente (72 años y 19 días)
Lugar Oriente Medio
Resultado En curso
Beligerantes
Estados árabes Bandera de Israel Israel
Participantes
Palestina • Líbano • Liga Árabe • URSS / Rusia • Irán • Estados Unidos

Tratados de paz y propuestas


Resoluciones de Naciones Unidas
Tratado de paz egipcio-israelí
Tratado de paz jordano-israelí

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[ocultar]vde
Conflicto árabe-israelí
1920-presente
JerusalénJaftaDisturbios palestinosRevuelta árabeGuerra civil palestinaDeir
YassinGuerra árabe-israelíSinaíGuerra de los Seis DíasGuerra de DesgasteYom
KipurLitaniÓperaLíbano (1982) BeirutSur del Líbano1.ª Intifada2.ª IntifadaLíbano
(2006)HuertoGaza (2008)Invierno CalienteGaza (2008-2009)Flotilla de GazaPilar
DefensivoAltos del GolánGaza (2014)
El conflicto árabe-israelí (en árabe: ‫ الصراع العربي اإلسرائيلي‬Al-Sira'a Al'Arabi
A'Israili; en hebreo: ‫ערבי‬-‫ הסכסוך הישרלאי‬Ha'Sikhsukh Ha'Yisraeli-Aravi) se refiere
a la tensión política y los conflictos armados entre el Estado de Israel y sus
vecinos árabes, en particular los palestinos.

Su definición, historia y posibles soluciones son materia de permanente debate y


los problemas que incluye varían con el tiempo. Al día de hoy, las principales
cuestiones son la soberanía sobre la Franja de Gaza y Cisjordania, el estatus de la
parte oriental de Jerusalén, de los Altos del Golán y de las Granjas de Shebaa, el
destino de los asentamientos israelíes y de los refugiados palestinos, el
reconocimiento de Israel y Palestina como Estados independientes, el derecho de
ambos a existir y vivir en paz al abrigo de amenazas y actos de fuerza, así como la
relación de Israel con Siria y el Líbano.

Actualmente Israel tiene tratados de paz vigentes con Egipto y Jordania que
garantizan su convivencia. Así mismo, tiene tratados de alto el fuego firmados con
el Líbano, Siria y Arabia Saudí que, si bien no reconocen la existencia de Israel,
sí que han supuesto en la práctica un mecanismo eficaz para el cese de las
hostilidades. También existe un complejo acuerdo provisional con Palestina, que
supone el establecimiento de una especie de protectorado israelí sobre zona
palestina y un alto el fuego parcial.

Índice
1 Historia
1.1 Primera Guerra Mundial
1.2 Segunda Guerra Mundial
1.2.1 El Holocausto
1.3 La partición de Palestina y la creación de Israel
1.3.1 La escena internacional
1.4 La guerra de 1948
1.5 La Guerra de Suez (1956)
1.6 La Guerra de los Seis Días (1967)
1.6.1 Resolución 242
1.7 Guerra de desgaste (1967-1970)
1.8 Guerra de Yom Kipur (1973) y paz con Egipto (1979)
1.9 La guerra del Líbano (1982)
1.10 Jerusalén
1.11 La Primera Intifada (1987-1993)
1.12 Los tratados de Oslo
1.13 La Segunda Intifada (2000-2005)
1.14 Guerra del Líbano de 2006
1.15 Conflicto en la Franja de Gaza de 2008-2009
1.16 Ataque a la flotilla de Gaza de 2010
1.17 Operación Pilar Defensivo (2012)
1.18 La Guerra Civil Siria
1.19 Conflicto contra Irán
2 La intervención de las Naciones Unidas y del mundo
2.1 El Plan de Partición de 1947
2.2 Hoja de ruta para la paz 2003
2.3 Resoluciones clave de la ONU en el conflicto árabe-israelí
3 Coste del conflicto
4 Cronología
4.1 Los sucesos políticos o de importancia histórica
5 Filmografía
6 Véase también
7 Referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Historia
Durante más de quince siglos, el pueblo judío vivió dividido en varios países del
mundo, especialmente en Europa, en lo que se conoce como la diáspora judía. La
convivencia de estos con el resto de europeos no siempre fue fácil, y las
persecuciones y pogromos, especialmente en la Europa del Este a finales del siglo
XIX, fueron determinantes para la aparición y auge del sionismo político, que
reclamaba un Estado propio para todas las comunidades judías dispersas por el
mundo. Los sionistas culturales subrayaban la importancia que tenía convertir a
Palestina en un centro para el crecimiento espiritual y cultural del pueblo judío.
En la época en la que se fundó el sionismo, Palestina formaba parte del Imperio
otomano y estaba habitada por árabes cristianos y musulmanes en su gran mayoría,
así como por una pequeña comunidad de judíos religiosos que, aunque minoritaria,
tenía una implantación significativa en la ciudad de Jerusalén y en sus
alrededores.

Primera Guerra Mundial

Mapa del territorio bajo el Mandato británico de Palestina antes de la creación del
reino de Transjordania.
En el año 1914, el Imperio otomano decidió entrar en la Primera Guerra Mundial de
lado de las potencias centrales y el gobierno británico empezó a ver al movimiento
sionista como un posible aliado en una guerra que parecía desarrollarse mal para
los aliados. De manera paralela, agentes británicos como T. E. Lawrence alentaron
rebeliones árabes contra el dominio otomano en Oriente Próximo bajo la promesa de
futuros Estados independientes árabes. Hacia 1917, David Lloyd George y Arthur
Balfour, primer ministro y secretario de exteriores respectivamente, buscaban
alianzas que pudieran mejorar el curso de la guerra. Se consideró entonces que los
judíos podrían ser doblemente útiles, ayudando a sostener el frente oriental y
estimulando el esfuerzo bélico estadounidense. Fue así como se produjo el 2 de
noviembre de 1917 la Declaración Balfour, por la que el Reino Unido se declaraba
favorable a los planes sionistas de creación de un hogar nacional judío en
Palestina. La victoria aliada y el hundimiento del Imperio otomano dejaría al
gobierno británico con el control de Palestina en los siguientes treinta años,
adoptando la forma oficial de Mandato de la recientemente creada Sociedad de
Naciones.1

Durante la década de 1920 el número de judíos en Palestina se incrementó


notoriamente: en 1922 su número era de 83 790 sobre una población total de 752 048;
en 1929 había 156 481 en una población total de 992 559, duplicando su población en
siete años. La inmigración judía se canalizaba a través de la Organización Sionista
Mundial, cuya figura principal era Jaim Weizmann, y vinculada con la Agencia Judía
para Palestina, que ejercía como un gobierno para los judíos de Palestina,
comprando tierra y construyendo escuelas, hospitales y asentamientos. La principal
figura de la organización hacia la mitad de los años treinta era David Ben Gurión.2
La filosofía de Ben Gurión y sus colegas era la de construir Sion forjando una
nación judía, es decir, asentar las bases para la futura creación de un Estado
judío en Palestina.3 Los árabes no poseían instituciones similares a las que los
judíos estaban desarrollando, debido al feudalismo que aún existía y que permitía a
los clanes más poderosos dominar a la mayoría de la población, destacando los
continuos enfrentamientos entre los Husseinis y Nashashibis.4

Palestina estuvo relativamente tranquila entre 1922 y 1928, momento en que se


desató la violencia en forma de enfrentamientos entre árabes y judíos y entre los
propios árabes en la Barrera Oeste de Jerusalén. En agosto de 1929 estos
enfrentamientos se saldaron con la matanza de Hebrón, de Safed y de otras
comunidades judías palestinas en 1929. El resultado de estos incidentes fue la
muerte de 133 judíos y 116 árabes, y una reinterpretación a la baja de la
Declaración Balfour y de las aspiraciones sionistas: dos comisiones británicas,
bajo el mando de Walter Shaw y John Hope-Simpson, intentaron redefinir la política
británica en Palestina, identificando el miedo de los árabes ante la inmigración y
la compra de tierras por parte judía como principal causa de las dificultades entre
ambas comunidades. La recomendación de Hope-Simpson de que las características del
territorio sólo admitirían 20.000 inmigrantes judíos más provocó el rechazo de los
sionistas. Sin embargo, en febrero de 1931, el Primer Ministro británico Ramsay
MacDonald escribió a Weizmann indicándole que su gobierno no tenía intención de
prohibir la inmigración judía, debido principalmente a que la situación en
Palestina parecía haberse calmado nuevamente. Sin embargo, esta calma relativa no
duraría mucho tiempo: el desarrollo político europeo cambiaría por completo el
conflicto árabe-israelí. El 30 de enero de 1933, Adolf Hitler llegó al poder en
Alemania y en marzo ya había asegurado su dictadura.5

Segunda Guerra Mundial

Campo de concentración de Buchenwald.


El incremento del antisemitismo en Alemania y Rumanía hizo que un gran número de
judíos se marchara de Europa, teniendo a Palestina como única opción debido a las
restricciones migratorias de los Estados Unidos. En 1936, la población judía se
había incrementado hasta los 370.483 sobre una población total de 1.336.518.6 La
reacción árabe contra lo que ellos consideraban una transformación desagradable del
país fue la Revuelta Árabe, que empezó el 15 de abril de 1936 con el asesinato de
un judío cerca de Nablús. La escala de la revuelta dio lugar a un despliegue
importante de fuerzas británicas, así como a la simpatía oficial de estas hacia la
Haganá, la fuerza defensiva de la Agencia Judía.7 La Comisión Real Palestina, bajo
mando de Lord Peel, fue encomendada con la labor de investigar las causas
subyacentes de los disturbios y de recomendar una solución para lidiar con las
quejas legítimas de árabes y judíos. Su máximo exponente, el profesor Reginald
Coupland de la Universidad de Oxford, llegó a la conclusión de que existían en
Palestina dos culturas claramente diferenciadas: una árabe de origen asiático y una
judía de origen europeo. Considerando que dos culturas tan contrastadas no
llegarían a convivir en un solo Estado, Coupland propuso como única solución la
partición en dos Estados distintos. Coupland consiguió convencer a sus colegas de
la Comisión e incluso a Weizmann, quien se convirtió en un defensor de la
partición. Aun así, no todos los sionistas estaban a favor de la partición y los
árabes se oponían frontalmente a ella.8

Hacia finales de 1937 los británicos empezaron a abandonar su apoyo a la idea del
hogar judío y a la partición del Mandato, puesto que buscaban asegurarse la
simpatía árabe en la situación prebélica que preludiaba la Segunda Guerra Mundial.
Una nueva declaración, conocida como Libro Blanco, fue patrocinada por Malcolm
MacDonald, ministro británico de Colonias, lo que supuso un giro completo de la
política británica en Palestina y el fin del compromiso con los judíos iniciado dos
décadas antes mediante la Declaración Balfour. El Libro Blanco fue publicado
semanas antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial y establecía que en el
plazo de diez años Palestina se convertiría en un solo Estado independiente
gobernado en común por árabes y judíos. Según el nuevo plan, la inmigración judía
se limitaría a 75.000 personas en los siguientes cinco años y con el previo
consentimiento árabe (lo que en la práctica suponía el cierre a la inmigración
legal en vísperas del inicio de la guerra), de modo que los judíos mantendrían
siempre un estatus minoritario debido a su menor peso demográfico.9

A pesar que muchos árabes se dieron cuenta de que la nueva declaración favorecía en
gran medida sus aspiraciones, el gobierno egipcio y algunos de los principales
líderes palestinos como el clérigo exiliado Amin al-Husayni la rechazaron por
considerarla insuficiente. La alianza del líder palestino con el Tercer Reich, que
incluyó el reclutamiento de una división de musulmanes bosnios para las SS, dañaría
muy significativamente la causa palestina al verse asociada con el régimen nazi.10

El Holocausto
Artículo principal: Holocausto

Niños judíos rescatados de los campos de concentración alemanes en 1945 siendo


llevados al Estado para los judíos en el Mandato Británico de Palestina
(actualmente conocido como Estado de Israel).
En el caso de los judíos, la nueva política del gobierno británico plasmada en el
Libro Blanco, cuya vigencia se mantuvo durante la guerra, fue vista como un acto de
delación, pese a lo cual mantuvieron su apoyo a Gran Bretaña en el inminente
conflicto bélico. En noviembre de 1938, la Reichskristallnacht, en la que los nazis
dieron rienda suelta al terror de Estado contra los judíos, reveló las verdaderas
intenciones del III Reich y provocó un crecimiento de la emigración judía.11

El impedimento por parte de las autoridades británicas de la inmigración judía


hacia Palestina (como puso de relieve el caso del barco SS Struma12) confirmó la
creencia judía de que la protección podía ser alcanzada únicamente mediante la
construcción de un Estado donde los judíos pudieran controlar su propio destino,
motivo por el cual la Haganá empezó a comprar y a fabricar armas. Más problemáticas
para los británicos fueron las actividades de otros dos grupos judíos clandestinos:
el Irgun Zvai Leumi (Organización Militar Nacional) y el Leh'i (Luchadores por la
Libertad de Israel), que representaban la tradición de extrema derecha del
sionismo, en conflicto con la Agencía Judía y el movimiento oficial.13

En febrero de 1944, el Irgún, dirigido por un joven judío polaco, Menahem Begin,
proclamó que los británicos habían traicionado al pueblo judío y declaró la guerra
al Mandato.14 El Lehi había sido creado por otro judío polaco, Abraham Stern, cuyo
rencor hacia los británicos hizo que simpatizara con los propios alemanes. El 6 de
noviembre de 1944, sus miembros asesinaron a Lord Moyne, el ministro británico en
Oriente Medio. Este hecho provocó la antipatía de Winston Churchill, amigo cercano
de Moyne, quien había planeado desarrollar el Estado judío justo después de la
guerra.15

La partición de Palestina y la creación de Israel


Véase también: Guerra Civil durante el Mandato de Palestina
En aquel tiempo, gran parte de Oriente Medio estaba bajo control del Reino Unido,
que tenía intereses en el Golfo Pérsico y bases aéreas en Irak. De los Estados
limítrofes con Palestina, Líbano y Siria habían sido liberados del Mandato francés
en 1943 y 1946 respectivamente. Egipto mantenía relaciones importantes con los
británicos debido al tratado de 1936, cuyo elemento más importante era la zona del
Canal de Suez. Transjordania se independizaría en 1946, pero siguió estrechamente
vinculada a Gran Bretaña. En un momento que se iba a demostrar histórico para los
árabes palestinos, estos carecían de las necesarias estructuras políticas y de
liderazgo, incapaces de copiar la bien organizada estructura política de los judíos
con la Agencia Judía. La represión británica de la revuelta de 1936-1939 había
causado la muerte, el encarcelamiento o el exilio de la mayor parte de los líderes
árabes palestinos, la incautación de importantes cantidades de armas y una
sensación general de hastío bélico entre la población civil.16 En opinión de
algunos autores, el mundo árabe en general, y el árabe palestino en particular, se
encontraban en una condición de desventaja para resistir al desafío sionista que se
avecinaba.171819 En opinión de otros historiadores, como Joan B. Culla,20 el
maximalismo de la posición árabe impidió aprovechar las oportunidades de que
dispusieron en los distintos procesos negociadores, priorizando la expulsión de los
judíos y los intereses propios de los nuevos Estados árabes vecinos de la zona
(incluso la posibilidad de anexionarse la parte árabe de Palestina21), por encima
de los intereses de la población árabe palestina y del derecho reconocido a estos
para disponer de su propio Estado.22

La escena internacional

El presidente estadounidense (1945-1953) Harry S. Truman.


El presidente estadounidense, Harry S. Truman, tenía cierta simpatía por la causa
judía2324252627 pero, en la práctica, Truman solamente dirigió su atención hacia
Palestina después de un intento fallido de persuadir al Congreso de que permitiese
a un gran número de judíos establecerse en los Estados Unidos. El 31 de agosto de
1946 pidió formalmente al gobierno británico que emitiese 100.000 certificados de
inmigración, señalando que "ningún otro problema es tan importante para quienes han
conocido los horrores de los campos de concentración". La respuesta británica fue
negativa, señalando que en los campos europeos había muchas víctimas de Hitler y
que los judíos no debían ponerse a la cabeza de la lista. El tono de la
contestación británica mostraba hasta qué punto la actitud británica se había
alejado de la simpatía pro-sionista de 1944, y se abría así el camino para la lucha
de los judíos contra los británicos en el mandato de Palestina, cuyo atentado más
famoso fue contra el cuartel general británico, alojado en el Hotel Rey David de
Jerusalén, que causó 91 muertos y que, a la larga, condujo a los británicos fuera
de Palestina y allanó el camino para la creación del Estado judío.28

El 29 de noviembre de 1947, tras múltiples disputas diplomáticas, la Asamblea


General de las Naciones Unidas aprobó el Plan de Partición de Palestina en dos
Estados, uno árabe y otro judío, ni compactos ni homogéneos, divididos en tres
respectivas porciones apenas unidas entre sí. El estado judío supondría un 55% del
territorio del Mandato (14.100 km²), incluido el desierto del Néguev, y su
población estaría formada por 500.000 judíos y 400.000 árabes palestinos. En ese
momento, los judíos solo poseían el 7% de las tierras de Palestina. El estado árabe
palestino tendría el 44% del territorio del Mandato (11.500 km²) y una minoría de
unos 10.000 judíos.29 Jerusalén y su área circundante, incluida Belén, conformarían
un corpus separatum de 700 km² bajo la administración del Consejo de Administración
Fiduciaria de las Naciones Unidas.30 Además, este plan preveía la retirada del
ejército británico del Mandato antes de agosto de 1948 y la fijación de las
fronteras entre los dos Estados y en la propia Jerusalén.

Los judíos aceptaron el Plan propuesto, a pesar de no estar de acuerdo con los
términos de un reparto que hacía indefendible y poco viable el territorio asignado,
pero los árabes lo rechazaron de plano. El Alto Comité Árabe (el organismo de la
dirigencia árabe-palestina) calificó de "absurdos, impracticables e injustos"31
tanto el reparto como la propuesta federal y, viendo perdido el terreno
diplomático, amenazaron con la guerra para defender la Palestina árabe. En
cualquier caso, por aquel entonces ya se estaba desarrollando una guerra civil en
Palestina que consistió principalmente en ataques terroristas primero y en
movimientos militares un tiempo después. Los distintos ataques terroristas de
grupos judíos como el Lehi, el Irgún o la propia Haganá fueron propiciando un éxodo
de la población árabe de Palestina a zonas que consideraban más seguras. A mediados
de enero de 1948, los ataques de los diversos grupos judíos habían empujado a una
quinta parte de la población de Jaffa (unas 15.000 personas) a huir a otros
lugares.32 A finales de enero, se calcula que unos 20.000 árabes palestinos habían
abandonado sus hogares en Haifa.32

Se sucedieron una serie de cruentos atentados, entre los que cabe destacar la bomba
plantada por la Haganá en el Hotel Semiramis de Jerusalén, matando a 26 civiles
entre los que estaba el cónsul general español en la ciudad, o el atentado contra
el diario judío Palestine Post, que dejó veinte víctimas civiles poco después. En
plena guerra civil, dos hechos terminaron por derrumbar la moral de la población
civil palestina y acrecentar aún más su huida. El 8 de abril murió accidentalmente
Abdelkader al-Husayni, comandante del Ejército de la Santa Yihad y principal líder
militar palestino.33 Al día siguiente, el 9 de abril, unos 120 hombres del Irgún y
el Lehi perpetraron la masacre de Deir Yassin. El recuento de víctimas se fijó en
107 aldeanos muertos, entre los que se contaron multitud de mujeres, ancianos y
niños. Las noticias de la masacre desataron el pánico aún más entre la población
civil árabe palestina y provocaron su huida en masa.34 Una nueva masacre perpetrada
por la Brigada Golani en Khirbet Nasser ed-Din, que dejó 22 aldeanos muertos, tuvo
lugar el 12 de abril de 1948, un día antes de que un grupo de guerrilleros árabes
palestinos emboscaran un convoy de camiones, ambulancias, autobuses y vehículos
acorazados que se dirigían al enclave judío del Monte Scopus. Murieron 78
profesores, alumnos, enfermeras, doctores y soldados de la Haganá que los
escoltaban.35

David Ben-Gurión (Primer Ministro de Israel) lee la Declaración de independencia de


Israel, el 14 de mayo de 1948, en Tel Aviv, Israel, bajo un gran retrato de Theodor
Herzl, fundador del moderno sionismo.
Las ciudades de Tiberíades, Haifa y Jaffa fueron cayendo en manos judías durante
las siguientes semanas, con duros bombardeos sobre zonas residenciales árabes que
provocaron la huida en masa de la población civil árabe palestina.363738 El 10 de
mayo, las tropas judías tomaron Safad y expulsaron a sus miles de habitantes árabes
palestinos.39 En Beisan, todos los árabes fueron expulsados de sus hogares y
enviados a Nazaret o más allá del río Jordán.39 Cuando las tropas judías entraron
en Acre, solo unos 3.000 de sus 13.400 habitantes habían permanecido en la
ciudad.39

En este contexto, el 15 de mayo de 1948 expiró el Mandato Británico de Palestina.


Un día antes, los judíos proclamaron la independencia del Estado de Israel en su
parte del territorio otorgada por el Plan de Partición de la ONU, debido a la
festividad del sabbat. Esta declaración provocó como reacción inmediata la invasión
de los ejércitos de la alianza árabe, dando así inicio a la guerra árabe-israelí de
1948.
Ben Gurion, que inauguró el cargo de primer ministro del Estado de Israel, aceptó
la partición de Palestina en territorios israelíes y territorios palestinos que la
ONU estableció en 1947. Pero tenía un viejo pensamiento de fondo: en carta a su
mujer confió que
un Estado judío "parcial" –un proyecto de 1937 del ocupante británico que nunca se
llevó a cabo– era sólo un comienzo y que planeaba organizar un ejército de primera
y utilizar la coerción o la fuerza para absorber toda la extensión del país.40
La guerra de 1948
Artículo principal: Guerra árabe-israelí de 1948

Ataques 15 de mayo-10 de junio de 1948.


Al día siguiente de la Declaración de independencia del Estado de Israel en el
territorio asignado por el Plan de la ONU para la partición de Palestina de 1947,
los cinco Estados árabes vecinos (Líbano, Siria, Transjordania, Irak y Egipto),
inconformes con dicho Plan y con la expulsión o huida de la población civil
palestina que se estaba llevando a cabo por parte de las tropas israelíes, le
declararon la guerra al naciente Estado de Israel e intentaron invadirlo bajo el
mandato del general árabe Salim Abdala Kais.

En la guerra intermitente que tuvo lugar durante los siguientes 15 meses


(interrumpida ocasionalmente por varias treguas promovidas por la ONU), Israel
conquistó y se anexionó un 26% adicional del antiguo Mandato británico, mientras
que Transjordania y Egipto ocuparon la parte restante destinada por la ONU al
Estado árabe-palestino: Egipto ocupó la Franja de Gaza y Transjordania se anexionó
Cisjordania y Jerusalén Este, refundando el país con el nombre de Jordania.

La guerra provocó cientos de miles de desplazados en ambos sentidos: más de dos


tercios de la población civil árabe palestina (en torno a unas 750.000 personas)
fueron obligados a desplazarse a la Franja de Gaza y a Cisjordania, así como a
otros países árabes vecinos, como Líbano, Siria o Jordania, dando origen al
problema de los refugiados palestinos que todavía hoy perdura. En la zona israelí
quedaron 156.000 árabes palestinos,41 que adquirieron la nacionalidad israelí y
que, en general, en el plano teórico, gozaron de los derechos plenos de ciudadanía
a partir de 1950, incluyendo su incorporación al ejército en el caso de los drusos.
Sin embargo, los árabes palestinos de Israel vivieron sujetos a la ley marcial
hasta 196642, y en torno a la mitad de ellos -conocidos legalmente como presentes
ausentes- sufrieron la expropiación de sus tierras y propiedades por parte del
Estado de Israel, que las destinó a los nuevos inmigrantes judíos.43 Según la
historiografía tradicional israelí, la salida de los árabes de su tierra se debió a
que la dirigencia árabe instigó a la población árabe en Palestina a abandonar sus
hogares para garantizar a las tropas árabes mayor libertad de movimiento. Sin
embargo, las fuentes árabes y los nuevos historiadores israelíes, así como
numerosos historiadores internacionales, afirman que no existen pruebas al respecto
y señalan a los ataques del ejército y los grupos paramilitares judíos como fuente
del éxodo masivo palestino.4445

De forma paralela, las comunidades judías que habitaban en países árabes (muchas de
ellas desde antes de la expansión árabe y musulmana)46, se vieron obligadas a
emigrar en los años siguientes. Solo durante la década de 1950, 608.200 judíos
orientales, una cifra algo menor a la de refugiados palestinos, huyeron o fueron
expulsados de territorios árabes y se refugiaron en Israel,47 donde obtuvieron la
ciudadanía israelí gracias a la denominada Ley del Retorno; otros 290.800
refugiados judíos se establecieron en Francia o en los Estados Unidos (véase Éxodo
judío de países árabes). Se trató de un fenómeno de intensidad variable según los
países en los que aconteció, y que fue desde la confiscación de bienes y tierras en
algunos países a la persecución directa de los judíos en otros. En cualquier caso,
el resultado en la práctica fue la liquidación casi total de las comunidades judías
en los países árabes.
En 1948, la ONU reconoció el derecho al retorno de los refugiados palestinos y creó
la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA en sus
siglas inglesas) con la esperanza de un retorno inmediato, algo que sin embargo no
sucedió. De hecho, ya durante la propia guerra de 1948, en el mismo momento en el
que la población palestina estaba huyendo o siendo expulsada por el ejército
israelí, Israel hizo pública su postura oficial de rechazo al retorno de los
refugiados.48 Al prolongarse indefinidamente su condición de "refugiados", y quedar
su suerte en manos de la ONU, nunca obtuvie

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