Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Actualmente Israel tiene tratados de paz vigentes con Egipto y Jordania que
garantizan su convivencia. Así mismo, tiene tratados de alto el fuego firmados con
el Líbano, Siria y Arabia Saudí que, si bien no reconocen la existencia de Israel,
sí que han supuesto en la práctica un mecanismo eficaz para el cese de las
hostilidades. También existe un complejo acuerdo provisional con Palestina, que
supone el establecimiento de una especie de protectorado israelí sobre zona
palestina y un alto el fuego parcial.
Índice
1 Historia
1.1 Primera Guerra Mundial
1.2 Segunda Guerra Mundial
1.2.1 El Holocausto
1.3 La partición de Palestina y la creación de Israel
1.3.1 La escena internacional
1.4 La guerra de 1948
1.5 La Guerra de Suez (1956)
1.6 La Guerra de los Seis Días (1967)
1.6.1 Resolución 242
1.7 Guerra de desgaste (1967-1970)
1.8 Guerra de Yom Kipur (1973) y paz con Egipto (1979)
1.9 La guerra del Líbano (1982)
1.10 Jerusalén
1.11 La Primera Intifada (1987-1993)
1.12 Los tratados de Oslo
1.13 La Segunda Intifada (2000-2005)
1.14 Guerra del Líbano de 2006
1.15 Conflicto en la Franja de Gaza de 2008-2009
1.16 Ataque a la flotilla de Gaza de 2010
1.17 Operación Pilar Defensivo (2012)
1.18 La Guerra Civil Siria
1.19 Conflicto contra Irán
2 La intervención de las Naciones Unidas y del mundo
2.1 El Plan de Partición de 1947
2.2 Hoja de ruta para la paz 2003
2.3 Resoluciones clave de la ONU en el conflicto árabe-israelí
3 Coste del conflicto
4 Cronología
4.1 Los sucesos políticos o de importancia histórica
5 Filmografía
6 Véase también
7 Referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Historia
Durante más de quince siglos, el pueblo judío vivió dividido en varios países del
mundo, especialmente en Europa, en lo que se conoce como la diáspora judía. La
convivencia de estos con el resto de europeos no siempre fue fácil, y las
persecuciones y pogromos, especialmente en la Europa del Este a finales del siglo
XIX, fueron determinantes para la aparición y auge del sionismo político, que
reclamaba un Estado propio para todas las comunidades judías dispersas por el
mundo. Los sionistas culturales subrayaban la importancia que tenía convertir a
Palestina en un centro para el crecimiento espiritual y cultural del pueblo judío.
En la época en la que se fundó el sionismo, Palestina formaba parte del Imperio
otomano y estaba habitada por árabes cristianos y musulmanes en su gran mayoría,
así como por una pequeña comunidad de judíos religiosos que, aunque minoritaria,
tenía una implantación significativa en la ciudad de Jerusalén y en sus
alrededores.
Mapa del territorio bajo el Mandato británico de Palestina antes de la creación del
reino de Transjordania.
En el año 1914, el Imperio otomano decidió entrar en la Primera Guerra Mundial de
lado de las potencias centrales y el gobierno británico empezó a ver al movimiento
sionista como un posible aliado en una guerra que parecía desarrollarse mal para
los aliados. De manera paralela, agentes británicos como T. E. Lawrence alentaron
rebeliones árabes contra el dominio otomano en Oriente Próximo bajo la promesa de
futuros Estados independientes árabes. Hacia 1917, David Lloyd George y Arthur
Balfour, primer ministro y secretario de exteriores respectivamente, buscaban
alianzas que pudieran mejorar el curso de la guerra. Se consideró entonces que los
judíos podrían ser doblemente útiles, ayudando a sostener el frente oriental y
estimulando el esfuerzo bélico estadounidense. Fue así como se produjo el 2 de
noviembre de 1917 la Declaración Balfour, por la que el Reino Unido se declaraba
favorable a los planes sionistas de creación de un hogar nacional judío en
Palestina. La victoria aliada y el hundimiento del Imperio otomano dejaría al
gobierno británico con el control de Palestina en los siguientes treinta años,
adoptando la forma oficial de Mandato de la recientemente creada Sociedad de
Naciones.1
Hacia finales de 1937 los británicos empezaron a abandonar su apoyo a la idea del
hogar judío y a la partición del Mandato, puesto que buscaban asegurarse la
simpatía árabe en la situación prebélica que preludiaba la Segunda Guerra Mundial.
Una nueva declaración, conocida como Libro Blanco, fue patrocinada por Malcolm
MacDonald, ministro británico de Colonias, lo que supuso un giro completo de la
política británica en Palestina y el fin del compromiso con los judíos iniciado dos
décadas antes mediante la Declaración Balfour. El Libro Blanco fue publicado
semanas antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial y establecía que en el
plazo de diez años Palestina se convertiría en un solo Estado independiente
gobernado en común por árabes y judíos. Según el nuevo plan, la inmigración judía
se limitaría a 75.000 personas en los siguientes cinco años y con el previo
consentimiento árabe (lo que en la práctica suponía el cierre a la inmigración
legal en vísperas del inicio de la guerra), de modo que los judíos mantendrían
siempre un estatus minoritario debido a su menor peso demográfico.9
A pesar que muchos árabes se dieron cuenta de que la nueva declaración favorecía en
gran medida sus aspiraciones, el gobierno egipcio y algunos de los principales
líderes palestinos como el clérigo exiliado Amin al-Husayni la rechazaron por
considerarla insuficiente. La alianza del líder palestino con el Tercer Reich, que
incluyó el reclutamiento de una división de musulmanes bosnios para las SS, dañaría
muy significativamente la causa palestina al verse asociada con el régimen nazi.10
El Holocausto
Artículo principal: Holocausto
En febrero de 1944, el Irgún, dirigido por un joven judío polaco, Menahem Begin,
proclamó que los británicos habían traicionado al pueblo judío y declaró la guerra
al Mandato.14 El Lehi había sido creado por otro judío polaco, Abraham Stern, cuyo
rencor hacia los británicos hizo que simpatizara con los propios alemanes. El 6 de
noviembre de 1944, sus miembros asesinaron a Lord Moyne, el ministro británico en
Oriente Medio. Este hecho provocó la antipatía de Winston Churchill, amigo cercano
de Moyne, quien había planeado desarrollar el Estado judío justo después de la
guerra.15
La escena internacional
Los judíos aceptaron el Plan propuesto, a pesar de no estar de acuerdo con los
términos de un reparto que hacía indefendible y poco viable el territorio asignado,
pero los árabes lo rechazaron de plano. El Alto Comité Árabe (el organismo de la
dirigencia árabe-palestina) calificó de "absurdos, impracticables e injustos"31
tanto el reparto como la propuesta federal y, viendo perdido el terreno
diplomático, amenazaron con la guerra para defender la Palestina árabe. En
cualquier caso, por aquel entonces ya se estaba desarrollando una guerra civil en
Palestina que consistió principalmente en ataques terroristas primero y en
movimientos militares un tiempo después. Los distintos ataques terroristas de
grupos judíos como el Lehi, el Irgún o la propia Haganá fueron propiciando un éxodo
de la población árabe de Palestina a zonas que consideraban más seguras. A mediados
de enero de 1948, los ataques de los diversos grupos judíos habían empujado a una
quinta parte de la población de Jaffa (unas 15.000 personas) a huir a otros
lugares.32 A finales de enero, se calcula que unos 20.000 árabes palestinos habían
abandonado sus hogares en Haifa.32
Se sucedieron una serie de cruentos atentados, entre los que cabe destacar la bomba
plantada por la Haganá en el Hotel Semiramis de Jerusalén, matando a 26 civiles
entre los que estaba el cónsul general español en la ciudad, o el atentado contra
el diario judío Palestine Post, que dejó veinte víctimas civiles poco después. En
plena guerra civil, dos hechos terminaron por derrumbar la moral de la población
civil palestina y acrecentar aún más su huida. El 8 de abril murió accidentalmente
Abdelkader al-Husayni, comandante del Ejército de la Santa Yihad y principal líder
militar palestino.33 Al día siguiente, el 9 de abril, unos 120 hombres del Irgún y
el Lehi perpetraron la masacre de Deir Yassin. El recuento de víctimas se fijó en
107 aldeanos muertos, entre los que se contaron multitud de mujeres, ancianos y
niños. Las noticias de la masacre desataron el pánico aún más entre la población
civil árabe palestina y provocaron su huida en masa.34 Una nueva masacre perpetrada
por la Brigada Golani en Khirbet Nasser ed-Din, que dejó 22 aldeanos muertos, tuvo
lugar el 12 de abril de 1948, un día antes de que un grupo de guerrilleros árabes
palestinos emboscaran un convoy de camiones, ambulancias, autobuses y vehículos
acorazados que se dirigían al enclave judío del Monte Scopus. Murieron 78
profesores, alumnos, enfermeras, doctores y soldados de la Haganá que los
escoltaban.35
De forma paralela, las comunidades judías que habitaban en países árabes (muchas de
ellas desde antes de la expansión árabe y musulmana)46, se vieron obligadas a
emigrar en los años siguientes. Solo durante la década de 1950, 608.200 judíos
orientales, una cifra algo menor a la de refugiados palestinos, huyeron o fueron
expulsados de territorios árabes y se refugiaron en Israel,47 donde obtuvieron la
ciudadanía israelí gracias a la denominada Ley del Retorno; otros 290.800
refugiados judíos se establecieron en Francia o en los Estados Unidos (véase Éxodo
judío de países árabes). Se trató de un fenómeno de intensidad variable según los
países en los que aconteció, y que fue desde la confiscación de bienes y tierras en
algunos países a la persecución directa de los judíos en otros. En cualquier caso,
el resultado en la práctica fue la liquidación casi total de las comunidades judías
en los países árabes.
En 1948, la ONU reconoció el derecho al retorno de los refugiados palestinos y creó
la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA en sus
siglas inglesas) con la esperanza de un retorno inmediato, algo que sin embargo no
sucedió. De hecho, ya durante la propia guerra de 1948, en el mismo momento en el
que la población palestina estaba huyendo o siendo expulsada por el ejército
israelí, Israel hizo pública su postura oficial de rechazo al retorno de los
refugiados.48 Al prolongarse indefinidamente su condición de "refugiados", y quedar
su suerte en manos de la ONU, nunca obtuvie