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CUANDO LA MATERIA
PIENSA EN SÍ MISMA
EDITORIAL UNSA
3
Portada:
PREFACIO
De los innumerables problemas que han estimulado la curiosidad humana, pocos son
aquellos que igualan en interés al de los orígenes de la conciencia y del pensamiento. A
su vez, ningún problema como éste ha sido blanco de tantas especulaciones debidas a
filósofos y no filósofos. La presente obra no está hecha para reducir el número de esas
especulaciones, pero es nuestra intención, por lo menos, que éstas lleven el sello de las
especulaciones científicas.
La escasez de estudios especializados sobre este tema, que recientemente está siendo
superada, se debe a que, en este mundo materialista y de realizaciones concretas que nos
ha tocado vivir, tales estudios dan muy moderados beneficios. Los físicos pueden
producir armas cada vez más poderosas, la biología tiene aplicación inmediata en la
medicina, la geología contribuye al enriquecimiento mineral de la humanidad, y la
química a la preparación de nuevos productos de consumo, pero la filosofía y, dentro de
ella, el estudio de la mente, solo puede revelar algunas verdades que a muy pocos les
interesan porque tienen un dudoso valor en el mercado de la sociedad de consumo, sin
embargo, contribuyen definitivamente a develar el misterio acerca del conocimiento de
nosotros mismos.
Muchos piensan que el tema que nos ocupa no deja de ser un interesante pasatiempo,
pero pocos se han sentido motivados para tratarlo con dedicación y esmero, que exige
abnegada entrega y concentración, para profundizar en el conocimiento de nuestra
dimensión humana. Incluso entre los profesionales de esta especialidad la competencia
para capacitarse es con frecuencia menos severa que en la formación de otras
disciplinas, como consecuencia los resultados obtenidos han sido menos estrictos que en
los campos de la genética, la electrónica o la cibernética, por ejemplo. Sin embargo, en
compensación, pensamos que el asunto es fascinante y satisfactorio por sí mismo.
Por lo tanto, estamos convencidos acerca del propósito que nos impulsa en cuanto a
comunicar algo de este interés, al lector en general y al especialista en particular, quizás
para encender una pequeña chispa que sea el origen para modificar la comprensible
tendencia humana a magnificar las capacidades del hombre, y darnos cuenta de cuán
precarias fueron las condiciones de nuestra existencia desde nuestro pasado reciente.
5
Prefacio
Índice
Introducción
Capítulo I:
Historia de la materia
1. El Universo
2. La Galaxia
3. El Sistema Solar
4. La Tierra
5. La Vida
6. Las Especies
7. El Hombre: Historia natural
8. El Hombre: Historia Social
9. El cerebro
Capítulo II
Historia del pensamiento
1. De la materia al Pensamiento
2. Filogénesis del Cerebro
3. Ontogénesis del Cerebro
4. El Cerebro en Acción
5. Cerebro y Pensamiento
6. Entonces la Materia Piensa en sí misma
6.1. Pensamiento moral
6.2. Pensamiento Artístico
6.3. Pensamiento Religioso
6.4. Pensamiento Científico-filosófico
Capítulo III
Reconstrucción subjetiva de lo objetivo
Bibliografía
6
PRIMERA PARTE
LÓGICA OBJETIVA
INTRODUCCIÓN
Se ha constatado en las últimas décadas del siglo XX, que la filosofía está cediendo
terreno respecto a las ciencias particulares en lo que se refiere al tratamiento de
problemas que tradicionalmente siempre fueron de su competencia. Tal vez por eso
algunos filósofos lanzan su voz de protesta cuando disciplinas no filosóficas intentan
abordar los problemas que ellos consideraron de propiedad exclusiva, protestas que se
acrecientan, sobre todo, cuando advierten que esas disciplinas resuelven los mismos
asuntos recurriendo a la experiencia.
Pensamos que esta confrontación podría evitarse, superando tanto los prejuicios que
tiene la filosofía de contaminarse con la experiencia y la materia, como los prejuicios
que tiene la ciencia con aquello que proviene de la filosofía, a partir de lo que
aceptaremos en adelante como premisa de trabajo, a saber: que la conciencia, el
pensamiento o la razón, no son nada más ni nada menos que productos de la evolución
natural, que no gozan de ningún privilegio en el plano teórico respecto a los otros
innumerables productos de la evolución, y que por eso resulta a todas luces innecesario
hacer la escisión entre pensamiento y mundo natural y, lo que es peor aún, hipostasiar el
pensamiento dándole el status de un ente autónomo, como si formase parte de un mundo
independiente exento de cambio y libre del devenir.
7
Felizmente, en las últimas décadas, se advierte que tanto la filosofía como las
ciencias están haciendo esfuerzos por ofrecer respuestas a aquellos problemas que valen
la pena ser explicados y conocidos por el hombre, y que han comenzado conjuntamente
a enfocar sus preocupaciones, aunque desde ángulos diferentes, pero al fin y al cabo
complementarios. De ahí que, en adelante, procuraremos prescindir de calificativos de
“filosófico” o “científico” (salvo cuando fuese necesario), para diferenciar estas
preocupaciones porque lo que nos motiva, fundamentalmente, es tratar de obtener una
respuesta a esta inquietante problemática.
Sucede, sin embargo, que la ausencia de sentido histórico “es el pecado original de
los filósofos”, porque a partir de esa carencia se ha llegado a considerar al “hombre
actual” como el punto de partida en el proceso de su conocimiento, como si fuera una
forma estable y definitiva, sin advertir que todo lo que es esencial en el hombre actual se
ha ido produciendo desde épocas remotas, incluso mucho antes de la formación de la
Tierra como planeta habitable. El hombre de nuestros días sigue inmerso en un proceso
de cambio permanente, aunque esos cambios sean muy lentos y parezcan
imperceptibles. Por eso, para conocer esa dinámica es necesario remontarse en el tiempo
porque sólo así se comprenderá que el hombre no es una excepción en la naturaleza, y
que su estudio no debe estar separado del conocimiento de la realidad en general.
En efecto, el hombre vive en un “inmenso océano del devenir y del perecer”, porque
no es sino una mínima fracción de la historia de la materia. Definitivamente hubo
épocas en que el pensamiento tal como hoy lo vivimos no existió, y es probable que en
un futuro remoto dejará de existir. Entonces, si el pensamiento surgió en un pasado
lejano de nuestra historia, lo hizo, al principio, nada más que como una arma, un
instrumento, un recurso del que se sirvió el hombre para enfrentarse con el mundo que
lo amenazaba permanentemente, es decir, surgió como un instrumento de supervivencia
y de gran utilidad para la conservación de la especie. No surgió, al principio, para
conocer exclusivamente, para teorizar o formular proyectos. Como cualquier órgano del
que dispone el hombre, el pensamiento no goza de ningún privilegio, “no se desprende
de ninguna lógica, de ninguna teoría del conocimiento, de ninguna ontología; es
contingente, no necesario, empírico, no verdadero a priori”
8
Todo comenzó cuando Platón concibió el alma, sede de la razón, con origen
sobrenatural y cúspide de la creación divina; de él continuó toda una tradición
(Descartes, Leibniz, Berkeley y otros), orientada a escindir pensamiento y naturaleza de
manera radical, y solo recientemente aparecen intentos objetivos por demostrar el
carácter falso de esa escisión apelando a las ciencias que se ocupan del origen del
pensamiento.
Por eso pensamos que las pretensiones de postular un mundo autónomo, en el que
quedarían instalados la razón, el pensamiento, el alma, etc., con respecto al mundo
natural (que es el único que existe), es una ilusión vacía. Las categorías de la razón no
son verdades absolutas apriori, necesarias ni absolutamente independientes de la
experiencia. Nosotros ya no pensamos en conceptos eternos, valores eternos, almas
eternas; los conceptos de “ser”, “sustancia”, “absoluto”, etc., que han sido inventados
por el pensamiento, desde la antigüedad, contradicen profundamente el mundo del
devenir, pero en el fondo no son más que productos de la evolución natural, tienen su
origen en la experiencia, y los órganos del conocimiento que se han desarrollando en
correspondencia a las condiciones naturales de existencia, son útiles para la
supervivencia del hombre. Quizás por eso el criterio de verdad del conocimiento, en un
principio, no fue más que la utilidad biológica y “como una especie animal no conoce
nada más importante que su preservación, se podría hablar aquí de “verdad””1
1
Nicanor Ursua. Cerebro y Conocimiento: Un enfoque evolucionista. Anthropos, Barcelona, 1993, Pp.
310 y ss.
9
Nos proponemos desarrollar, por lo tanto, los jalones más importantes del desarrollo
del universo material, desde sus orígenes hasta la aparición del cerebro humano. Sin
embargo, los orígenes del hombre no pueden considerarse de manera aislada, sino sólo
como parte de un misterio mayor que engloba los orígenes del universo, de la Galaxia,
del Sol, de la Tierra, de la vida en la tierra y del lugar que ocupa ésta en el universo de
estrellas y galaxias que vemos a nuestro alrededor, es por eso que una visión general de
la historia de la materia tiene que extenderse por muchas disciplinas científicas y abarcar
vastas dimensiones de espacio y tiempo.
Micropartículas-Átomos ...Cuerdas?
Quarks
Partículas elementales
Electrones-positrones
Protones-Antiprotones
Neutrones-Antineutrones,
etc.
Núcleos atómicos
Átomos
2
Carl Sagan. Los Dragones del Edén. Especulaciones sobre la evolución de la Inteligencia humana.
Grijalbo, Barcelona, l980.
11
Moléculas Cristales
Coloides
Galaxias irregulares
espirales
regulares
Metagalaxia
El universo (espacio,
tiempo, movimiento)
Para los grupos orgánicos continúa otro cuadro, entendiéndose que sólo se hace
mención en lo concerniente al hombre, que es lo que nos interesa, pues no podríamos
tabular todas las formas biológicas por cuestiones de espacio:
clase = mamíferos
orden = primates
familia = homínidos
género = homo
especie = sapiens
raza = ...
individuos = ...3
3
Véase Harlow Shapley. De Estrellas y Hombres. F. de C.E., México, 1974.
13
CAPITULO I:
HISTORIA DE LA MATERIA
1. EL UNIVERSO
Todo empezó hace 15,000 ó 20,000 millones de años atrás, cuando se produjo la más
grande explosión jamás imaginada. Aunque no se sabe todavía porqué se produjo, sin
14
embargo, existen suficientes pruebas para afirmar que sucedió. Luego el universo con
aquella titánica explosión cósmica, llamada Big Bang, inició una expansión que no ha
cesado hasta hoy.
El verdadero comienzo del universo debió darse cuando toda la materia y energía
existentes estuvieron concentradas a temperatura y densidad infinitas. A este estado del
universo primitivo, donde todo lo existente estuvo reunido, formando una unidad de
materia, energía, espacio y tiempo, se le conoce como singularidad que significa “un
estado de caos de la materia donde las leyes físicas tal como las conocemos no tienen
vigencia”.
4
Steven Weinberg. Los tres primeros minutos de Universo. Alianza Editorial, Madrid, 1982, P. 92
15
5
Ibid. P. 96.
16
Dentro de las galaxias en movimiento habían nubes más pequeñas que sufrieron
también el colapso gravitatorio; las temperaturas interiores se elevaron y empezaron las
reacciones termonucleares y se encendieron las primeras estrellas. Los ingredientes con
los que empezaron su vida las estrellas serían exactamente los preparados en los
primeros tres minutos.
“Visto desde aquí y ahora, ése fue el ígneo horno del cual nacimos”.
Ahora importa señalar que la descripción (muy reducida) que hemos hecho
acerca del universo, se denomina “modelo corriente del universo primitivo”, el
mismo que no obedece a preferencias filosóficas de nuestra parte, sino que hemos
preferido este modelo en comparación con los otros porque ofrece su confirmación
“definitiva” en la presencia de pruebas contundentes como son: el descubrimiento de la
expansión de las galaxias y el descubrimiento del fondo de radiación de microondas,
cuyas particularidades las pasaremos a revisar debido a que completan adecuadamente
la idea del origen.
retrocediendo atrás, en el tiempo, todas las galaxias debieron estar más cerca (que hoy)
unas de otras; tan cerca “que ni las galaxias ni las estrellas, ni siquiera los átomos o los
núcleos atómicos pueden haber tenido existencia separada”8, tal época es conocida
como universo primitivo.
Ahora bien, la base científica que permite asegurar el alejamiento de las galaxias,
y sobre la cual no insistiremos con mayores detalles, se llama efecto Dopper y que
consiste en explicar los diferentes colores de las estrellas, especialmente porque “los
corrimientos hacia el rojo” de las galaxias aumentan en proporción a su distancia.
Lo que importa señalar es que si las galaxias se alejan unas de otras no es porque
una fuerza misteriosa las empuje, sino porque fueron arrojadas, en el pasado, por la más
fantástica y catastrófica explosión de todos los tiempos, cuyo resultado final es la visión
que hoy nos ofrece el universo: sencilla y grandiosa. Se expande uniforme e
isotrópicamente y los supuestos observadores de todas las galaxias ven los mismos
procesos en todas las direcciones que observen.
8
Steven Weinberg. Op. Cit., P.22.
18
b) Si la densidad media del universo es mayor que ese valor crítico, entonces el campo
gravitacional producido por la materia combará al universo sobre sí mismo, por lo tanto
es finito, aunque ilimitado como la superficie de una esfera.
Esta segunda variable significa que la expansión cesará alguna vez dando origen a
una contracción acelerada. Aunque la expansión seguirá todavía durante 50,000
millones de años, cuando se produzca la contracción, al principio no se notará nada,
pero cuando el universo se haya contraído a un centésimo de su actual tamaño, entonces
el fondo de radiación dominará el cielo nocturno que será tan caliente como el cielo
diurno, a una temperatura de 300 grados Kelvin. 60 millones de años más tarde el
universo se habrá contraído otras diez veces y el cielo se tornará intolerablemente
brillante; las moléculas de la atmósfera del espacio estelar e interestelar se disociarán en
sus átomos componentes. 700,000 años después la temperatura del universo será de 10
millones de grados, en este momento las estrellas y planetas se disolverán en una sopa
cósmica de radiación, electrones y núcleos. 22 días después la temperatura se elevará a
10,000 millones de grados para que los núcleos se desmenucen en sus protones y
neutrones constituyentes, deshaciendo toda la obra de nucleosíntesis estelar y
cosmológica. Luego empezarán a formarse electrones (e-) y positrones (e+) debido al
choque entre fotones. Otra vez la temperatura se elevará a 100 millones de millones de
millones de millones de millones de grados (10 320ºK.).
Los seres humanos pensamos que tenemos una relación especial con el universo
y que la vida humana “no es solamente el resultado más o menos absurdo de una cadena
de accidentes que se remontan a los tres primeros minutos, sino que de alguna forma
formamos parte de él desde el comienzo”. Por eso, no resulta difícil de comprender que
por más maravilloso que nos parezca este mundo en que vivimos, sin embargo ha
evolucionado “desde una condición inefablemente extraña, y tiene ante sí una futura
extinción en el frío eterno o en el calor intolerable”9.
Deben aclararse los siguientes hechos: antes de los primeros tres minutos,
después de la explosión, el universo era materia, aunque no se trata de la misma materia
que exhibe el actual universo, por eso tal materia era más importante que la radiación.
Luego de esta etapa, y por la tanto a partir de los primeros tres minutos, empezó la era
de la radiación y ésta se hizo más importante que la materia; pero 500,000 años más
tarde otra vez la materia predominaba sobre la radiación y recobró su importancia
primera.
Como tenemos dicho, esta suscinta revisión presentada, obliga a sostener que hubo
un tiempo en que la temperatura era tan elevada, que el choque de fotones podía
9
Loc. Cit. P.132.
20
producir partículas másicas a partir de la energía pura (E= mc2). Este proceso por medio
del cual se produce materia a partir de la radiación (energía pura), se comprende según
el siguiente proceso: dos fotones, o cuantos de radiación, pueden chocar entre sí y
desaparecer como fotones porque toda su energía y momento han servido para la
producción de dos o más partículas materiales (másicas), por eso, es importante recordar
que según la Relatividad, para que dos fotones que chocan puedan producir dos
partículas materiales de masa m, la energía de cada fotón, antes del choque, debe ser
igual a la energía de reposo ( mc2), “pero no es posible producir partículas de masa m en
la colisión de dos fotones si la energía de éstos es inferior a mc2, porque entonces, no
hay energía suficiente para producir ni siquiera la masa de esas partículas”10
Asimismo, debe entenderse que la energía de cada fotón está dada por su
temperatura; a su vez, se ha determinado la temperatura de 6,000 millones de grados
Kelvin (6 x 109º K.), como límite inferior para que se formen partículas materiales
(electrón e- y positrón e+) en las colisiones entre fotones.
Otro aspecto que merece destacarse es que cada partícula en el universo tiene su
correspondiente antipartícula; ambas tienen la misma masa y spin, pero en cambio la
carga eléctrica es opuesta con excepción del fotón, partícula a la que se le puede
considerar como su propia antipartícula. De lo dicho se desprende que en las elevadas
temperaturas que prevalecieron en el universo primitivo, cualquier par partícula-
antipartícula también colisionaba entre sí, atraídas por sus cargas eléctricas contrarias y
que siendo másicas dieron lugar a la formación de dos fotones. A la misma velocidad
que esto se producía también se producía la conversión de fotones en partículas másicas,
de tal manera que la sopa primitiva era una verdadera conversión de energía en masa y
de masa en energía.
10
Loc. Cit. P. 75.
21
Veamos ahora cómo funcionan las fuerzas que gobiernan el universo para tener una
idea más adecuada acerca de su comportamiento.
En primer lugar, existen las interacciones fuertes; son las fuerzas encargadas de
mantener a las partículas quarks unidas en el interior del protón, y también mantienen
unidos a los protones y neutrones dentro de los núcleos de los átomos. Esta fuerza se
transmite a través de una partícula llamada Gluón, cuyo alcance es muy corto, pero su
función esencial es la de lograr partículas en combinaciones tales que el conjunto total
no tiene “color”, de tal manera que un quark “rojo” puede juntarse con otro “verde” y
otro “azul” por medio de una cuerda de gluones (rojo+verde+azul = blanco). Un triplete
así constituye un protón o un neutrón. Por eso, en general, puede afirmarse que todas las
partículas llamadas hadrones (partículas nucleares, mesones pi, mesones k, mesones eta,
hiperones, etc.), están compuestas estructuralmente por partículas más elementales
llamadas quarks. Con estas partículas, por ahora elementales, se están descubriendo los
verdaderos ladrillos con los cuales están hechas todas las cosas.
Tal parece que a temperaturas que superan los 100,000 millones de grados Kelvin,
que eran dominantes en el universo primitivo, los neutrones, protones, etc., se
desmenuzaron en sus quarks constitutivos en forma semejante a cómo los átomos se
desmenuzaron en electrones y núcleos a unos pocos miles de grados de temperatura.
11
Stephen W. Hawking. Historia del Tiempo. Del Big Bang a los Agujeros Negros. Crítica, Barcelona,
l980, p. l72.
22
Se han hecho esfuerzos por unificar las fuerzas electromagnéticas con las débiles
(Weinberg-Salam). El fundamento de este intento radica en que dadas las condiciones
de elevadísimas temperaturas, superiores a los 3,000 billones de grados, se muestra que
“la unidad esencial de las interacciones débiles y las electromagnéticas era manifiesta:
las interacciones débiles obedecían al mismo género de la ley de la inversa al cuadrado
de las interacciones electromagnéticas, y tenían aproximadamente la misma fuerza”12. A
su vez, se han intentado unir las fuerzas anteriores con la fuerza nuclear fuerte en
atención a las siguientes constataciones: la interacción nuclear fuerte se hace menos
intensa a elevadas energías; por el contrario, las fuerzas electromagnéticas y débiles se
hacen más intensas a altas energías, por lo que es probable que a una determinada
energía, obviamente muy alta, llamada energía de gran unificación, deberían tener la
misma intensidad y constituirse, por lo tanto, en diferentes aspectos de una única fuerza.
Si bien es cierto que la gravedad ha tenido poca participación en las primeras fases
de las formación del universo, sin embargo, comenzó poco a poco a asumir una función
más dominante; pues, debido a la gravedad la materia formó conglomerados, los cuales,
a su vez, atrajeron otros conglomerados, hasta formar otros cada vez más grandes. Esta
unión de conglomerados elevaron la temperatura local hasta calentar la masa tan
intensamente que la volvieron luminosa, con lo cual se iniciaron las reacciones
nucleares: habían nacido las galaxias y las estrellas.
2. LA GALAXIA
Las galaxias y no las estrellas son los bloques básicos que constituyen el universo.
Una galaxia es una unidad estructurada por el agrupamiento de estrellas y representa el
nivel fundamental de la organización cosmológica. A nivel del universo observable
existen miles de millones de galaxias y cada una de ellas ,en particular, contiene cientos
de miles de millones de estrellas.
12
Steven Weinberg. Op. Cit., p.123.
23
Pero las galaxias no han existido siempre. Hubo una época, hace unos 15,000
millones de años, en la cual no existían galaxias; por eso se hace necesario precisar
cómo se originaron estas formas de materia organizada. La materia existía en forma de
gas ionizado con electrones y núcleos, especialmente protones, capaces de interactuar
con la radiación. A medida que estas partículas se movían al azar, pudo haber ocurrido
que de vez en cuando un determinado lugar recibiera un cupo mayor de partículas del
que le correspondía con lo que aumentaba temporalmente su densidad, mientras que en
otra parte se producía un déficit de partículas. “El universo debía bullir en actividad en
la medida en que, primero en una parte y luego en otra, se formaban bolsas más o menos
densas de masas o energía, sólo para ser disipadas por interacciones materia-radiación y
reconvertidas en nuevas configuraciones”13
Pareciera que las galaxias no se han formado aisladamente, en tanto que la mayoría
de ellas pertenece a algún tipo de cúmulo galáctico; a su vez, cada cúmulo puede
contener desde tres hasta varias docenas de galaxias. Nuestra Galaxia por ejemplo,
denominada Vía Láctea, pertenece a un grupo de l9 galaxias repartidas en una región del
espacio de unos tres millones de años luz de diámetro. Los cúmulos de galaxias llenan
hoy día todo el universo. Algunos de estos cúmulos son insignificantes y aparecen como
modestas colecciones de unas cuantas docenas de galaxias. Se les ha llamado
cariñosamente “grupo local” a las galaxias que forman parte de nuestra vecindad
próxima, en ella desatacan dos grandes galaxias: la Vía Láctea y la M31, denominada
Galaxia de Andrómeda. Los otros cúmulos contienen hordas inmensas de miles de
galaxias en mutuo abrazo gravitatorio; por ejemplo, en la Cabellera de Berenice existe
un gran cúmulo elipsoidal que encierra unas 11,000 galaxias; a su vez, cada cúmulo
sería una metagalaxia con dimensiones que se cifran en miles de millones de años luz.
Las metagalaxias no son sino “islas” del universo.
De otro lado, las galaxias tienen una morfología variada: “Espirales normales
encarnadas formando diversos ángulos con nuestra visual terrestre (si están de cara
13
John Gribbin. Génesis. Salvat Editores, Barcelona, l986, p. 51.
24
vemos los brazos en espiral, si están de canto, la faja central de gas y de polvo donde se
forman los brazos), espirales barradas como un río de gas y de polvo y de estrellas
atravesando su centro; galaxias elípticas gigantes, majestuosas que contienen más de un
millón de estrellas y que han crecido tanto porque se han tragado y se han fundido con
otras galaxias; toda una plétora de elípticas enanas, las miniaturas galácticas, cada una
de las cuales contiene unos miserables millones de soles; una variedad inmensa de
misteriosos irregulares, que demuestran que en el fondo de las galaxias hay lugares en
los que desgraciadamente algo ha ido mal; y galaxias que orbitan una alrededor de otra,
tan próximos que sus bordes se curvan por la gravedad de sus compañeras, en algunos
casos saltan gravitatoriamente estelas de gas, de estrellas que forman un puente entre
las galaxias”14
Estas variedades de galaxias nos enseñan que el hombre habita, a escala mayor, un
universo de galaxias que a manera de miles de millones de ejemplos exquisitos de
arquitectura y de decadencia cósmicos, manifiestan tanto el orden como el desorden
universales. Los “universos islas”, que así también se llama a las galaxias, son
estructuras fluidas que se forman de gas y polvo a un promedio de 100,000 millones de
componentes cósmicos, al igual que el ser humano es una colección de 100 billones de
células y que generalmente está en un estado continuo entre la síntesis y la decadencia y
cuyo producto total es más que la suma de sus partes, así es la galaxia. Cada una de sus
estrellas puede ser un Sol para alguien, puede ser pues un mundo de proliferación de
seres vivientes y de seres inteligentes y civilizaciones que viajan por el espacio.
Nuestra Galaxia recibió varios nombres: “Galaxias Kiklos” (círculo lácteo), También
se la conoce como “Vía Láctea” (camino de leche), Ahora bien, cuando queremos
referirnos a nuestra propia galaxia se la debe escribir con mayúscula, anteponiendo el
artículo “la”, o también es correcto denominarla “la Galaxia de la Vía Láctea”. Se nos
presenta en el cielo nocturno como una banda de suave luminosidad que corta el plano
ecuatorial de la Tierra en un ángulo de 62º, atraviesa las constelaciones de Orión,
Perseo, Casiopea, Cisne, Águila, Sagitario, Centauro y Carina. Entre las luces de la
ciudad se desvanece, pero en noches oscuras del campo se muestra con su magnífico
esplendor.
La Vía Láctea contiene unos 150,000 millones de estrellas, aún cuando ciertos
cálculos dan cifras más altas. El Sol es una de esas estrellas, Nuestra Galaxia tiene la
forma de lente, aunque vista de canto se asemeja a una lenteja o a dos platos juntos uno
sobre el otro. Su diámetro es de unos 100,000 años luz, de manera que un rayo de luz
que viaja en un año 9 trillones de kilómetros, cruza nuestra Galaxia en 100,000 años. El
Sistema Solar y por lo tanto el Sol y la Tierra, están situados a unos 27,000 años luz de
su centro. El espesor de la Galaxia es de 16,000 años luz en el centro y 3,000 en el punto
en el que se halla situado el Sol. Asimismo debe indicarse que el Sol gira en una órbita
aproximadamente circular alrededor del centro galáctico y a una velocidad de 250
Km./s., empleando, para dar una vuelta completa 230 millones de años, período al cual
se le llama año galáctico. Hasta hoy, desde la formación del Sistema, el Sol sólo ha dado
15 ó 18 vueltas durante su existencia.
14
Carl Sagan. Loc. Cit. Pp. 247-248
25
Ahora bien, para que a esa distancia la atracción gravitatoria impulse al Sol a tal
velocidad se debe a que el centro de la Vía Láctea debe tener una masa de 90,000
millones de veces superior a la del Sol.
3. EL SISTEMA SOLAR
Conocer el origen del Sistema Solar supone tratar un asunto mucho más específico
que el de los orígenes del universo y de la Galaxia; aunque la determinación de este
origen está íntimamente vinculado con la naturaleza de la Vía Láctea, de la misma
manera que ésta fue el resultado de la estructura subyacente de todo el universo.
En tal sentido, desde el Big Bang hasta el hombre vamos a ver esta relación de
dependencia íntima que existe entre los nuevos productos del universo, o niveles de
existencia, con las fases que se han cumplido anteriormente; de manera que la clase de
criaturas que somos depende de la clase de planeta en que vivimos, de la clase de
estrella que nos cobija, de la clase de Galaxia que nos contiene, de la naturaleza
física del Big Bang, del origen del universo y del tipo de materia subyacente.
Visto de “arriba”, el disco de la Vía Láctea, se muestra como una enorme lenteja con
una protuberancia central de unos 16,000 años luz de diámetro, está rodeada por unos
brazos espirales que cubre un diámetro total de unos 100,000 años luz. El Sistema Solar,
con el Sol como estrella central, está situado a unos dos tercios del camino entre el
centro y el borde, es decir, a unos 27,000 años luz del núcleo de la Vía Láctea. Este es
un lugar que no tiene nada de especial. Nuestro Sistema Solar no está ni cerca del núcleo
ni en el mismo borde de la Galaxia. Contiene en conjunto unos 150,000 millones de
estrellas que giran a manera de un disco de rotación diferencial, en tanto que sus
regiones interiores giran más rápidamente que las exteriores. Por esta razón en el lugar
que ocupa el Sistema Solar, el Sol gira a una velocidad orbital de 250 Km./s., es decir, a
unos 900,000 Km./h., velocidad con la cual necesitaría 250 millones de años para dar
una sola vuelta completa a la Galaxia.
26
En sentido general, un sistema solar se forma cada vez que una nube de polvo y gas
atraviesa el brazo espiral de una galaxia, situación que ocurre dos veces en cada órbita;
esta nube se aplasta por el área de compresión. Después de unas cuantas órbitas
alrededor de la galaxia, al ser aplastada un par de veces en cada órbita, la nube se
colapsa por completo y se fragmenta en protoestrellas. El colapso final de la nube puede
ser ayudado por una onda de choque adicional proveniente de la explosión de una
supernova cercana, es decir, una estrella másica que ha llegado al final de su vida y que
al estallar envía ondas de choque que se abren paso a través de nubes de gas y polvo al
espacio interestelar. Las nubes de gas y polvo son muy frecuentes en el espacio;
proceden de estrellas que ya han explotado, luego se mezclan con el material de otras
nubes interestelares y se enriquece la mezcla con la cual se formarán nuevas estrellas y
planetas.
Las evidencias de que así se formó nuestro Sistema Solar, provienen directamente de
los meteoritos; estos cuerpos son trozos residuales del material del que se formó el
Sistema Solar. Su movimiento consiste en describir órbitas en torno al Sol y
circunstancialmente colisionan con la Tierra u otros planetas o satélites. Su existencia
tuvo lugar en aquella época en que la nube de gas y polvo se colapsó y empezó a girar
de tal manera que la nube adquirió la forma de un disco giratorio, que se condensaba
rápidamente para que la mayor parte de ese material pasara a constituir una bola más o
menos esférica, en el centro del disco, la misma que más tarde se convertiría en el Sol.
La nube se colapsó en el centro porque el movimiento angular ( cantidad de
movimiento) estuvo extendido por todo el material restante del disco; entonces como el
Sol, acaparó la mayor parte de la masa, el disco conservó la mayor parte del movimiento
angular.
En efecto, toda estrella ha tenido que formarse a partir de una gran cantidad de gas,
especialmente hidrógeno. Ahora, cuando esta nube comienza a colapsarse sobre sí
misma, debido a la fuerza gravitatoria, entonces sus átomos comienzan a chocar entre sí,
acelerándose cada vez con mayor rapidez hasta que el gas se calienta. Pasado gran
cantidad de tiempo el choque de los átomos, debido al incremento de la temperatura,
permitirá que ya no reboten, sino que se fundieran (fusión), para formar helio. El calor
que se desprende por la fusión del hidrógeno es como una explosión controlada de una
bomba de hidrógeno.
Pues bien, las estrellas constituyen el signo más evidente de organización del
universo. Ninguna estrella está fija en el espacio, pero su aparente quietud se debe a la
gran distancia que nos separa de ellas. Incluso algunas estrellas cercanas que se mueven
a miles de kilómetros por hora respecto de la Tierra, sus movimientos son inobservables
durante la vida de un hombre. Las estrellas tienden a formarse en cúmulos a manera de
inmensos semilleros estelares, como lo demuestra la Nebulosa de Orión, donde
actualmente miles de millones de estrellas jóvenes y brillantes se están formando (en los
brazos espirales de la Vía Láctea). Además existen los cúmulos globulares, formados
por cientos de miles de estrella muy viejas, como aquel cúmulo ubicado en la
Constelación de Hércules, que contiene algunas de las estrellas más viejas del universo.
En este sentido hay que entender que las nubes de gas y polvo que dieron lugar a la
formación de nuestro Sistema Solar fueron el resultado de residuos de estrellas viejas o
de superestrellas que quemaron su combustible nuclear a un ritmo acelerado;
27
precisamente existen las estrellas llamadas de segunda generación, como nuestro Sol, y
se les llama así porque la composición química del material del Sol y de todo el sistema
es el resultado de la evolución estelar, es decir, se trata de material reciclado. Es por eso
que las primeras estrellas estuvieron formadas por hidrógeno y helio; tuvieron un masa
tan considerablemente grande que la actividad estelar fue acelerada, quemaron
rápidamente su combustible y se extinguieron con la misma velocidad, al final
explotaron diseminando en el espacio toda su masa que luego se mezcló con la del
entorno. Por eso las estrellas de segunda generación se tuvieron que formar con el
material que antes ya había pertenecido a una estrella.
Esto quiere decir que las estrellas más jóvenes tienen una composición química
distinta de las viejas, de esta manera la vida de las grandes estrellas terminan como
supernovas, término éste que sirve para designar el máximo crecimiento de una estrella
cuando está diseminando su masa en el espacio y que señala su muerte. Este proceso es
más o menos el siguiente: una vez que todo el hidrógeno de la estrella ha pasado por
“combustión” a helio, a una temperatura de 15 millones de grados, la estrella se colapsa
incrementando considerablemente su temperatura, situación que permite pasar por
“combustión” a la fase del carbono, esta vez a una temperatura de unos 100 millones
de grados; luego puede seguir colapsándose y aumentar su temperatura a más de 1,000
millones de grados. Cuando los núcleos de carbono pueden sintetizarse en núcleos más
pesados surge una supernova, como consecuencia de la combustión explosiva del
carbono y, como tenemos dicho, la onda de choque provocada por la supernova, es
responsable de la condensación de la nube de gas presolar.
Una vez que apareció el Sol comenzó su actividad regular enviando a todo el sistema
luz, calor y rayos cósmicos además de otros elementos, El Sol tiene una masa total de
unos 1,000 cuatrillones de toneladas, pero en virtud a la combustión del hidrógeno,
pierde una masa de 4 millones de toneladas por segundo. Este ritmo de pérdida del
28
hidrógeno puede seguir soportando durante varios miles de millones de años, sin agotar
sus reservas, aún considerando que en el Sol se convierten 600 millones de toneladas de
hidrógeno en helio cada segundo.
El Sol se nos muestra pues como un gigantesco horno alimentado por la fusión del
hidrógeno. En tal sentido la energía que despliega equivale a la explosión controlada de
10,000 millones de bombas atómicas de hidrógeno por cada segundo, explosión que
viene produciéndose de manera continua desde hace 4,500 millones de años.
La conversión del hidrógeno en helio, en el centro del Sol, no solo explica su brillo a
partir de los fotones de luz visible, también produce un resplandor misterioso, es decir,
el sol brilla débilmente con neutrinos. Los neutrinos son partículas elementales
parecidas a los fotones, pero no tienen peso y se desplazan a la velocidad de la luz. La
materia es transparente para los neutrinos porque pueden atravesarla sin sentirse
afectados por ella ni siquiera atravesando bloques de plomo de algunos kilómetros de
espesor.
Cuando esto ocurra, el exterior del Sol se expandirá y enfriará convirtiéndose en una
estrella gigante roja, cuya superficie se expandirá hacia el espacio como una especie de
vendaval estelar. Como gigante roja envolverá y devorará a los planetas Mercurio,
Venus y quizás la Tierra. El Sistema Solar existirá entonces dentro del Sol.
A su vez, el helio que era el combustible para la segunda vida del Sol (gigante roja),
se acabará y todo el interior del Sol será de carbono y oxígeno; las temperaturas
aumentarán poniendo en marcha una segunda vuelta de reacciones nucleares y se
expandirá más allá de sus límites anteriores. En su agonía de muerte el Sol pulsará
lentamente, expandiéndose y contrayéndose, durante algunos milenios, hasta acabar
expulsando su atmósfera al espacio en forma de capas concéntricas de gas. El interior
solar caliente, sin protección, inundará la corteza con la luz ultravioleta induciendo la
fluorescencia roja y azul que se extenderá más allá de la órbita de Plutón. Los restos del
Sol, es decir, el núcleo solar se convertirá en una pequeña estrella caliente que emitirá su
calor al espacio y que habrá quedado colapsado con una gravedad colosal. Pasado unos
29
En lo que concierne a los planetas del Sistema Solar, en principio, han seguido la
misma evolución a partir de tres materiales que forman la estructura del sistema solar:
gas, helio y roca. El hidrógeno y los gases nobles prácticamente no se condensan;
oxigeno, nitrógeno y carbono son los principales elementos que forman el hielo (agua,
metano y amoníaco), el resto de elementos más frecuentes (silicio, hierro, magnesio,
etc.), forman las rocas. “Todos los elementos de la Tierra excepto el hidrógeno y algo de
helio, se cocinaron en una especie de alquimia estelar, hace miles de millones de años,
en estrellas que ahora son quizás enanas blancas. El nitrógeno y nuestro ADN, el calcio
de nuestros dientes, el hierro de nuestra sangre, el carbono de nuestras tortas de
manzana se hicieron en el interior de las estrellas en proceso de colapso. Estamos
hechos pues, de sustancia estelar”15
El Sistema Solar tiene nueve planetas conocidos; todos ellos se mueven en la misma
forma en torno al Sol, muchos de ellos tiene satélites que giran en su entorno en el
mismo sentido en que los planetas giran en torno al Sol, mientras que los propios
planetas giran en torno a su eje, también en el mismo sentido. Este sentido de las
rotación dominante de todo el material del disco, es igual la dirección de la rotación del
Sol, que gira al rededor de su eje una vez cada 25,3 días y, por último, todo este material
que gira de la misma manera al rededor del Sol, se encuentra concentrado en un disco
delgado que es el plano de la elíptica. “Esta evidencia demuestra claramente la última
relación que existe entre el Sol y los planetas y no deja lugar a ninguna duda de que se
han formado juntos, si los planetas hubieran sido captados de alguna manera por el Sol
durante sus viajes alrededor de la Galaxia, no estarían dispuestos en una forma tan
regular, todos en el mismo plano y con órbitas esencialmente circulares”16
15
Carl Sagán. Cosmos, p. 233
16
John Gribbin. Op. Cit., p. 88
30
El número de lunas o satélites naturales que tienen los planetas es muy elevado,
pueden haberse formado por condensación durante la formación del planeta, o por
desprendimiento de alguna sección del planeta durante su evolución. La Tierra tiene un
satélite, la Luna; Marte, 2; Júpiter, l5; Saturno l6; Urano, 5; Neptuno, 2 y Plutón l. Cada
uno de ellos con características especiales.17
Los cuerpos pequeños del Sistema Solar son los planetoides o asteroides, más
grandes que los cometas; existen en un número de 100.000 aproximadamente y se hallan
ubicados entre las órbitas de Marte y Júpiter. Los meteoritos son cuerpos sólidos más
pequeños, cuando penetran en el campo de atracción de la Tierra dan lugar a fenómenos
luminosos llamados “estrellas fugases”.
4. La Tierra
Para que la vida en la Tierra pudiera desarrollarse y, como una de sus formas, la vida
humana en particular, tuvo que existir, como condición imprescindible, un planeta como
la Tierra, una estrella como el Sol, que inevitablemente fue un producto de la Galaxia,
la que a su vez se formó a partir de las fluctuaciones de la bola de fuego de un universo
en expansión. La Tierra se formó al mismo tiempo que el Sol y todo el sistema
planetario teniendo como materia prima la nube de gas y polvo que se colapsó en el
espacio interestelar.
Hace unos 6,000 millones de años atrás la Tierra no existía, pero las sustancias
que hoy la componen: mezclas de silicatos, óxido de hiero, óxido de magnesio e
indicios de otros elementos, giraban en forma de una nube de gas y polvo en torno al
17
Véase Erhard Keppler. Sol, Lunas y Planetas. Salvat Editores, Baercelona, l986.
31
Sol, haciendo con él un largo viaje por el universo. Con el transcurso del tiempo, el
polvo sedimentándose en el centro de la nube, formó varios coágulos, es decir,
apelotonamientos de materiales que a la postre serían los futuros planetas; entre ellos
figuraba la prototierra. En tales condiciones iniciales la Tierra carecía de atmósfera y no
tenía mares ni océanos. Los rayos solares que no eran detenidos por la inexistencia de
atmósfera, calentaban con indecible fuerza la superficie incipiente del planeta. En este
proceso formativo el incremento de la temperatura se explica porque se convirtió en
calor la energía de movimiento (la energía cinética), de las partículas a medida que estas
chocaban entre sí y se agrupaban. Después el tamaño de la Tierra fue incrementándose
debido a la agrupación de partículas, lo que permitió que su interior recibiera cada vez
más presión por el peso creciente del material acumulado.
se produjo porque los volcanes vomitaban del interior rocas fundidas y gases de
materiales pesados.
Entre los 3,000 y los 2,000 millones de años atrás disminuyó considerablemente
el bombardeo cósmico, los continentes y océanos llegaron a constituirse plenamente y
comenzaron a diferenciarse con claridad unos de otros. Empezaron a proliferar las
primeras formas vivas, sobre todo las provenientes de los océanos, y se llevó a cabo una
intensa actividad en el proceso de formación de las montañas en todos los continentes a
partir de actividades colosales como terremotos, vulcanismo, metamorfismo o
intrusiones graníticas. A su vez, la erosión de las montañas, inmediatamente después de
su formación, originó el relleno sedimentario de numerosas intermontañas y cuencas
marinas.
Debe precisarse que todas las rocas existentes sobre la faz de la Tierra tuvieron
un origen más o menos violento, y para comprender la naturaleza de sus orígenes se
hace necesario apelar a los conceptos de deriva continental, tectónica de placas y
proceso de formación de montañas. Desde la formación de nuestro planeta, las rocas de
su superficie han sufrido muchos cambios. Algunas configuraciones rocosas han sido
completamente refundidas, otras han estado sometidas a profundas presiones o elevadas
temperaturas, mientras que otras han sido fragmentadas por el lento proceso de erosión
para formar los componentes de las rocas.
En otro aspecto debe precisarse que existen tres grandes categorías de rocas en el
planeta: ígneas, sedimentarias y metamórficas, las que se hallan relacionadas a través de
lo que se llama el ciclo de las rocas. Las rocas fundidas (ígneas), pueden enfriarse y
consolidarse como cuerpos intrusivos, en el interior de la Tierra, o pueden perforar la
superficie en la forma de flujos de lava para formar las rocas extrusivas. Cuando se
encuentran en la superficie la meteorización las rompe o las disuelve (acción físico-
química), los fragmentos de tal erosión son transportados por el viento, agua y hielo
para acumularse en lugares deprimidos de mares, lagos y océanos, luego formarán
capas de sedimentos (rocas sedimentarias). A su vez, el enterramiento profundo de los
sedimentos producen cambios mineralógicos graduales, provocados por la presión y
elevadas temperaturas a las que están sometidas, convirtiéndose así en rocas
metamórficas, como el mármol, por ejemplo.
Ahora importa destacar aquellas fuerzas de la naturaleza que han levantado las rocas
desde el manto hasta las cimas de las montañas. Sucede que la corteza terrestre no se
halla inmóvil, sino que presenta movimientos complejos conocidos como deriva
continental o baile de los continentes. Tales movimientos se deben a que la corteza
descansa en una especie de malla continua de varias placas rígidas, como si fuese la
cáscara de un huevo roto. Las dorsales constructivas medio-óceanicas, las fallas
transformantes, que realizan desplazamientos horizontales, los márgenes destructivos de
las fosas oceánicas, los arcos insulares, y algunos continentes están interrelacionados
por una especie de malla global de sismicidad que subdivide la corteza en 6 placas
principales y en 10 placas menores o microplacas.
Cuando dos placas colisionan puede ocurrir lo siguiente: puede haber un choque
frontal entre una placa oceánica y una continental (zona de subducción). “Esto es lo que
está ocurriendo actualmente aguas afuera de la costa oeste de Sudamérica. Donde la
placa del Pacífico Este o Placa de Nazca va descendiendo progresivamente por debajo
34
Queda establecido entonces, que la danza de los continentes provoca choques entre
las placas continentales. Algunas veces éstas se sueldan y forman supercontinentes, pero
a veces se separan y provocan su fragmentación. Este proceso debió ocurrir
innumerables veces durante el tiempo de la vida de la Tierra, sin embrago debe aclararse
que al afirmar que esta violencia geológica es producto de la expansión de los fondos
oceánicos, del baile de los continentes y de la tectónica de placas, debe precisarse que
es esta última la responsable del vulcanismo y de los terremotos.
18
Basil Booth y Frank Fitch. La Inestable Tierra. Salvbat Editores, Barcelona, 1986, p. 69.
35
Un volcán es una abertura en la tierra por la que salen gases y lava, o ambas a la vez,
por lo que según el tipo de expulsión de tales materiales se determina el tipo de
erupción. En tal sentido la clase de rocas expulsadas pueden ser Máficas, es decir,
densas y de colores obscuros, y Sálicas, o sea, menos densas y de colores más claros. En
general, en la profundidad de la Tierra, las rocas son sometidas a grandes presiones que
las vuelven plásticas y por eso realizan lentos movimientos circulatorios a los cuales se
suma la influencia del calor producto de las desintegraciones radiactivas.
Los volcanes surgen en tres situaciones estructurales diferentes entre sí: a lo largo de
las crestas de los bordes de placas, las mismas que limitan algunas placas continentales
(como en la Cordillera Andina), o en el centro de ambas placas corticales tanto
oceánicas como continentales; por tal razón los volcanes no están distribuidos al azar.
En la parte de la placa oceánica más próxima al continente se ubican las fosas oceánicas,
en tanto que en la parte de la placa continental más próxima al océano, se ubican los
grandes cinturones volcánicos, tan solo a 200 ó 300 kilómetros del litoral. Los bordes de
estas placas forman las zonas sísmicas activas, por tal razón los volcanes más activos
del mundo se ubican en los márgenes del Océano Pacífico, en la zona denominada
“anillo de fuego circumpacífico”.
Tal es el caso de “el Misti, un volcán potencialmente peligroso que se alza 3,500
kilómetros por encima de Arequipa, construida sobre las potentes coladas de lava
depositadas por el mismo volcán en el curso de antiguas y violentas erupciones. Si estas
erupciones se produjeran en la actualidad, la ciudad de Arequipa sería borrada del
mapa”.19
Además de lo expresado, debe indicarse que han existido grandes períodos de hielo o
glaciaciones en el pasado, éstos se caracterizaron por la formación de casquetes polares
y la aparición de glaciares en las altas montañas. Son cuatro los períodos glaciares más
importantes que se han producido en la historia de la Tierra: Durante el Precámbrico
terminal (hace 580 y 1000 millones de años atrás), en el Pérmico-Carbobnífero (entre
325 y 250 millones de años atrás), y en el Cuaternario (los últimos dos millones de
años). Las causas de las glaciaciones son la deriva continental y los desbalances en la
19
Ibid. p. 147.
36
Precámbrico
(Proterozoica)
Desde hace 4,600 millones
de años, hasta 1,500
millones de años atrás
Paleozoico
Hace 600 millones de años
Cámbrico Hacen su aparición los
600 millones de años atrás mares extensos.
Pennsylvania. Se forma el
carbón.
Mesozoico
Hace 237 millones de años
Triásico Ambiente continental
230 millones de años atrás árido en Gondwana.
Cenozoico
Hace 67 millones de años
Terciario
Paleógeno Aparecen los mamíferos.
65 millones de años atrás Deriva continental. Monta-
ñas rocosas. Himalaya.
Debemos aclarar que la era Precámbrica comprende lo que también se conoce como
Arcaica o Proterozoica, y engloba las siete octavas partes de la historia de la Tierra,
quedando para las otras tres eras no más de una octava parte de esa historia. Ahora bien,
habiendo resumido muy apretadamente todo lo acaecido en la era Precámbrica, en líneas
arriba, nos queda hacer lo mismo para las eras y períodos siguientes a fin de tener una
visión general de la historia de la Tierra.
20
Ibid. Pp. 86-87.
38
La era Paleozoica dura 365 millones de años, está subdividida en seis períodos:
Cámbrico, Ordóvico, Silúrico, Devónico, Carbonífero y Pérmico. A principios de esta
era, los continentes precámbricos son depresiones o llanuras no muy altas. Durante los
períodos Cámbrico y Ordóvico el mar ocupa una extensión mayor que en la actualidad.
Cubre considerable parte de Europa y de los continentes asiático y norteamericano. A
fines de Ordóvico, empiezan a manifestarse las formaciones montañosas caledónicas, a
causa de lo cual, a fines del Silúrico y comienzos del Devónico, se levantan altas
montañas en el noreste de la actual Europa, en las islas de Gran Bretaña e Irlanda,
costas orientales de Groenlandia y América del norte; asimismo durante el Devónico se
alzó el suelo de la parte nórdica del actual Océano Atlántico merced a lo cual se unieron
los continentes europeo y norteamericano.
El fin del periodo carbonífero y el comienzo del Pérmico se caracterizan por las
formaciones montañosas acompañadas por la reducción de los espacios acuáticos, el
aumento de las regiones con clima seco en el hemisferio norte y una basta glaciación en
el meridional. De los restos del material orgánico de la época Paleozoica se formaron las
acumulaciones de petróleo tanto en el Volga y los Urales como en América del norte.
La era Mesozoica duró 115 millones de años y terminó hace 700 millones de años,
comprende los períodos Triásico, Jurásico y Cretásico. Durante esta era la configuración
de los continentes y los rasgos fundamentales de su relieve se aproximan gradualmente a
21
L. V. Varsonifieva. Cirtado por Tatiana Zajarova. Historia de la Tierra. Cartago, México, 1980, p.
163.
39
los actuales. En esta época Gondwana quedó dividida en dos macizos: el brasileño-
africano y el indo-australiano, sin embargo al final de la era se disgregó por completo
Gondwana con la formación de la cuenca del océano Indico, separándose unos de otros
los continentes contemporáneos y sus partes: América del Sur, África, India, Australia,
Asia y la Antártida.
La era Cenozoica o actual, abarca 67 millones de años con sus tres períodos:
Paleógeno, Neógeno y Cuaternario. Es el escenario de grandes cambios en la superficie
de la Tierra porque comenzó la formación de mares y océanos en el aspecto y
configuración que hoy ofrecen. Se produjeron movimientos generadores de montañas
con la formación de los picos más altos: Alpes, Cáucaso, Himalaya, y se terminó la
formación de los Andes. Durante el Cuaternario se enfrió el clima cuyo resultado fue la
máxima glaciación de la tierra y los heleros crecieron considerablemente. Los períodos
glaciares fueron interrumpidos por temporales entibiamientos del clima. Por eso el
período se divide en épocas glaciares, temporales enfriamientos y auge de los hielos, e
interglaciales, temporales entibiamientos y reducción de superficies heladas. Durante
estas variaciones climáticas aumentó o disminuyó sensiblemente la cantidad de agua en
el océano mundial.
5. LA VIDA
Todo comenzó con “la sopa aguada caliente”, hace 4,000 millones de años. El
origen de la vida no fue un acontecimiento que ocurrió en un lugar y tiempo definidos,
fue un proceso gradual que se produjo en un lapso inconcebiblemente largo y que siguió
tres fases químicas distintas, pero interconectadas: de la química inorgánica a la química
orgánica y de la química orgánica a la química biológica. Por tal razón se puede decir
que el origen de la vida fue una transición de la química orgánica a la química biológica,
es decir, de la materia sin vida a la materia viviente, y del reino inanimado al reino
animado de la naturaleza.
En algún aspecto los animales y las plantas son superiores a las estrellas, en lo
referente a la complejidad de sus moléculas. La atmósfera caliente del sol y el interior
solar son de una estructura química sencilla en comparación con la química de una
oruga, por ejemplo, por tal motivo, se puede entender mejor y más fácil a las estrellas
que a las hormigas: “la tarea del astrofísico es sencilla comparada con la que se
exige al bioquímico”.
“Debe entenderse que por diminuto que pueda ser un organismo o por elemental que
pueda parecer a primera vista, es, no obstante, infinitamente más complejo que
cualquier solución simple de sustancias inorgánicas. Posee una organización estructural
definida y dinámicamente estable fundada en una combinación armónica de reacciones
químicas rigurosamente coordinadas”22
La mejor distinción entre los seres que tienen vida y los que no la tienen consiste en
la capacidad que tienen los primeros para reproducirse, sobre la base de la diferente
organización a mayor nivel de complejidad que poseen éstos. Por eso pensamos que no
se debe buscar el secreto de la vida en los átomos individuales, sino en la forma en que
estos se agrupan y en la información codificada que llevan en sus estructuras
moleculares. “Los átomos no necesitan ser “animados” para producir la vida, basta con
que se combinen y estructuren de una manera apropiada”23
con el origen y evolución de las estrellas, en tanto que la materia misma de la que
estamos compuestos, fue generada hace mucho tiempo muy lejos de nosotros en tanto
que la abundancia relativa de elementos químicos que se encuentran en la tierra se
corresponde con exactitud con la abundancia relativa de átomos generados en las
estrellas. Ya no es posible dudar ahora de que las estrellas gigantes rojas y las
supernovas son los hornos y crisoles en los que forjó la materia viva.
En ese tiempo el planeta Tierra era radicalmente distinto en casi todos sus aspectos
de la Tierra en que vivimos hoy. Las nubes de vapor de agua que la rodeaban se
condensaron para formar mares que estaban todavía calientes; aún no se formaron los
actuales continentes. Abundaban los volcanes arrojando cenizas de lava. La atmósfera
era muy delgada y consistía en arremolinadas nubes de hidrógeno, monóxido de
carbono, amoníaco y metano. Había poco o nada de oxígeno. Esta mezcla permitía el
paso de los rayos ultravioletas para bañar la superficie de la tierra con tal fuerza que
serían letales para la vida moderna. Tormentas eléctricas bramaban en las nubes,
bombardeando con rayos la tierra y el mar, convirtiéndose en fuentes energéticas que
dieron inicio a la descomposición de las moléculas simples, ricas en hidrógeno, de la
atmósfera primitiva, y luego los fragmentos se recombinaban espontáneamente
produciendo complejas moléculas orgánicas que se disolvían en los océanos formando
una especie de sopa cósmica cuya complejidad iba en aumento, hasta que, finalmente, y
por algún incidente, surgió una molécula capaz de hacer copias de sí misma. Fue el
momento en que nacía la vida.
está encerrada en el Sol y por eso mismo “la evolución de la vida en la Tierra es
impulsada en parte por las muertes espectaculares de soles remotos y de gran masa”24
Del cuadro expuesto se desprende que la primera condición parta dar inicio al curso
de la vida fue el suministro de tres elementos principales (H,O,C), de tal manera que
podían comibinarse para producir proteínas, ácidos nucleicos y otros componentes de
los sistemas vivos. Existen suficientes pruebas de que tales condiciones estuvieron
presentes al principio de la historia de la Tierra, ya sea por la cantidad de la luz que
llegaba a la Tierra desde el Sol y otros astros, así como por la composición química de
los meteoritos que caían en la tierra, los mismos que se convirtieron en medios útiles
para determinar la presencia de la relativa abundancia de tales elementos químicos en el
Sistema Solar y particularmente en el tercer planeta.
El asunto que debemos comprender de una vez es la manera de cómo los procesos
físicos y químicos ordinarios pudieron cruzar el umbral de complejidad estructural a
partir de la cual podamos hablar propiamente de vida, hecho que tuvo lugar sin ayuda de
ningún agente sobrenatural.
Esta comprensión exige admitir, en primer término, que solo cuando las moléculas
orgánicas han adquirido un cierto nivel muy elevado de complejidad se puede decir que
están vivas, ya sea porque almacenan en forma codificada cierta cantidad de
información, o ya porque poseen la capacidad de reproducción, o porque cuentan con
los medios para hacer copias de sí mismas. Al parecer, el cambio crucial de la materia
no viva a la materia viva se llevó a cabo en el período prebiológico en el cual las
moléculas de aminoácidos, ácidos nucleicos y glúcidos se acumulaban en una especie de
sopa primigenia en las aguas superficiales de la tierra, debido a la presencia de la
energía solar y eléctrica que actuaban sobre el amoníaco y el metano, componentes
básicos de la atmósfera.
24
Carl Sagan. Cosmos. Pp. 234-235.
43
Los organismos vivos primitivos surgieron de esas moléculas que las utilizaron como
materia prima para su metabolismo. Poco a poco los organismos primitivos
desarrollaron la capacidad de sintetizar moléculas complejas a partir de compuestos más
simples, hasta que surgieron los primeros vegetales verdes, que necesitaban tan solo
anhídrido carbónico como materia prima y luz solar como fuente de energía, y como
producto de deshecho elaboraban oxígeno. Ahora bien, con la eventual acumulación del
exceso de oxígeno producido por los vegetales y almacenado en la atmósfera, la vida
animal que utiliza vegetales como materia prima y oxígeno como fuente de energía llegó
a ser una realidad.
Así pues, después que la tierra se hubo enfriado lo suficiente para que se pudiera
condensar el vapor de agua y se formara la primera capa de vapor de agua alrededor del
planeta, tal agua ya contenía, en solución, cantidades importantes de sustancias
orgánicas cuyas moléculas estaban formadas por oxígeno, carbono, hidrógeno y
nitrógeno, las mismas que contenían potencialidades químicas que luego formaron
compuestos orgánicos complejos.
Sin embargo, debe aclararse que si apareciera nueva materia orgánica en la época
actual, ésta no podría evolucionar mucho tiempo porque sería rápidamente consumida y
destruida por innumerables microorganismos que ya habitan tierra, agua y aire. De ahí
que la evolución de la materia orgnánica no puede ser observada en nuestro tiempo, es
decir, si la biogénesis se produjera en la época actual, los innumerables organismos
depredadores destruirían rapidamente los productos de esa biogénesis.
25
En l953 llevado a cabo por Stanley Miller y Harold Urey (Science, 9 de diciembre de 1956), y más
recientemente por C. Ponnamperuma, en ambos casos se obtiuvieron serprendentes resultados.
26
J.B.S. Haldane y A. Y. Oparin.
44
27
Francis Crik. La Vida Misma. Su Origen y Naturaleza. F. de C. E., México, 1985, p. 47.
28
Loc. Cit. Pp. 50-51-
45
Debe entenderse, por lo tanto, que cada forma viva en el planeta Tierra, tiene un
conjunto distinto de instrucciones, escrito esencialmente en el mismo lenguaje, y la
razón por la cual los organismos son diferentes unos de otros se debe a la distinta
escritura existente en las instrucciones del ácido nucleico.
Las propiedades que tiene el ADN para duplicarse a sí mismo es una consecuencia de
su estructura. Durante la división celular se abre la molécula de ADN a lo largo de su
extensión en dos hélices separadas, donde cada una actúa a manera de plantilla, y luego
cada una de ellas se convierte nuevamente en una hélice doble. Sucede algunas veces
que el ADN, al reproducirse, comete errores de duplicación en un solo punto, o puede
suceder que se desprenda temporalmente un trozo de ADN y se reinserte en un lugar
equivocado, entonces la copia resultará imperfecta. Ahora, “cuando esto ocurrió en los
primeros organismos sobre la tierra empezó la evolución, pues tales errores en el
copiado son la fuente de las variaciones a partir de las cuales la selección natural pudo
producir cambios evolutivos”30
Ahora bien, sobre la base del planteamiento hecho, podemos seguir el hilo conductor
de la evolución. Hace 4,000 millones de años atrás la tierra era un paraíso molecular
porque no existían aún los predadores; las moléculas se reproducían de modo eficaz y la
evolución estaba definitivamente en marcha, pero cuando llegaron a unirse moléculas
con diferentes funciones especializadas, formando una especie de colectivo molecular,
entonces apareció la primera célula vegetal. Este tipo de célula contiene pequeñísimas
fábricas moleculares llamados coroplastos que se encargan de realizar la fotosíntesis, es
decir, la operación por la cual convierten la luz solar, el agua y el dióxido de carbono en
hidratos de carbono y oxígeno.
Hace 1,000 millones de años atrás las plantas llevaron a cabo un cambio rotundo en
el medio ambiente terrestre. Si se tiene en consideración que las plantas verdes generan
oxígeno molecular como productos de deshecho, y teniendo como base que los océanos
estuvieron saturados de plantas verdes, entonces el oxígeno que producían se convirtió
en un componente importante de la atmósfera de la Tierra. A su vez, una propiedad del
oxígeno consiste en provocar la descomposición de moléculas orgánicas, convirtiéndose
de esta manera en una especie de veneno para la materia orgánica, de manera que la
formación de la atmósfera oxidante generó una terrible crisis en la historia de la vida,
debido a lo cual perecieron una gran cantidad de organismos que no fueron capaces de
enfrentarse a la destrucción letal del oxígeno.
29
Ibid, p. 16.
30
David Attenborough. La Vida en la Tierra. Fondo Educativo Interamericano. USA, 1981, p. 19.
46
De los 4,000 millones de años transcurridos a partir del origen de la vida, la mayor
parte de ese tiempo estuvo poblado el planeta de algas microscópicas de color azul y
verde que llenaron los océanos, pero hace sólo 600 millones de años el dominio de las
algas se rompió y se produjo la proliferación de nuevas formas vivas. A este
acontecimiento se le conoce como “la explosión del Cámbrico”.
Por esta razón es justificable afirmar que “la vida nació casi inmediatamente después
de formarse la Tierra, lo cual sugiere que quizás la vida sea un proceso químico
inevitable en un planeta semejante a la Tierra”. Sin embargo, durante 3,000 millones de
años la vida no evolucionó más allá de las algas verdes y azules, lo que hace pensar que
la aparición de formas vivas grandes es un proceso más difícil aún que la formación de
la vida misma.
Antes del Cámbrico las especies se sucedían unas a otras con mucha rapidez.
Aparecieron los peces y los vertebrados; las plantas colonizaron tierra firme, nacieron
los insectos alados y al mismo tiempo los anfibios que podían vivir tanto en agua como
en tierra; surgen los primeros árboles y los reptiles, evolucionaron los dinosaurios,
aparecen los mamíferos, así como las aves y las flores, etc., los dinosaurios se
extinguieron, nacieron los cetáceos y al mismo tiempo aparecen los primates,
antecesores de los monos, luego los grandes simios y por último el hombre.
Los organismos más antiguos encontrados en las rocas del precámbrico pertenecen a
la flora de Gunflint Chert31. Es una capa de roca de tres metros formada por finas
láminas. En tal roca se han hallado filamentos delgados que se parecen a bacterias y
algas; cuerpos esféricos que se parecen a bacterias y algas unicelulares cianoficeas
actuales; cuerpos de forma estructurada, y cuerpos en forma de sombrilla o paracaídas.
Tales formas son los vegetales vivos más primitivos que se conocen y precisamente son
los tipos de organismos que se esperaría encontrar al principio de la historia de la vida
vegetal. Estas rocas de la Gunflint Chert, tienen una determinación radiactiva que data
de hace 2,000 millones de años.
31
Hallados en 1954 por el biólogo S. A. Tyler y por el paleobotánico E. S. Borghoorn.
47
Como consencuencia lógica de lo dicho se advierte que la vida está protegida de las
radiaciones ultravioletas del Sol gracias al oxígeno atmosférico, en la forma de ozono
(O3), que forma una capa que absorve gran parte de los rayos ultravioletas. Y es
conocido que sin este filtro la vida sólo sería posible bajo las rocas, en aguas profundas
o en lugares donde no podría penetrar la luz solar directamente. Por tanto, solo a partir
de la formación del filtro de ozono fue posible por primera vez la vida en aguas poco
profundas y finalmente en la superficie del globo.
32
L. V. Berkner Y L. C. Marshall, en A. Lee Mcalester. La Historia de la Vida. Omega, Barcelona, l973,
p. 21.
48
6. LAS ESPECIES
Existen pruebas convincentes para aceptar que la evolución es un hecho real. Tal
aceptación se ha convertido en noción fundamental para sostener la idea general de que
el hombre se ha formado en el mundo en que vive, pero permite además rechazar la tesis
de que el mundo de la vida sea inmutable, es decir, existente en sí y por sí, Frente a las
evidencias nos vemos obligados a adoptar el punto de vista de los griegos de que todo es
flujo y proceso, que cada cosa tiene sus historia, que la historia es lo que ha moldeado el
carácter de las cosas y de los sistemas vivos, y que sólo en términos de su historia
podemos comprender la naturaleza.
Pero como veremos la evolución no sólo afecta a las estrellas, galaxias y corazas
planetarias, a los animales y sociedades, sino también a las políticas sociales y a los
sistemas éticos del hombre: Panta Rhei = todo fluye.
Todo organismo construye su cuerpo a partir de los materiales sacados del ambiente,
es decir, del alimento que consume. Sin embargo, los materiales alimenticios sufren un
proceso de asimilación y modificación por lo cual se tornan semejantes al organismo
asimilante y al de sus antepasados.
Sobre esta base debe mencionarse que la herencia consiste en la transmisión de las
características físicas de los progenitores a los hijos. Es, en último análisis,
autoreproducción, es decir, una fuerza conservadora que tiende a seguir
ininterrumpidamente.
“Probablemente todos los seres orgánicos que hayan vivido nunca sobre la tierra han
descendido de alguna única forma primordial, a la que se infundió vida por primera vez
(...). Esta opinión sobre el origen de la vida tiene su grandeza (...) porque mientras este
planeta ha ido dando vueltas según la ley fija de la gravedad a partir de un inicio tan
sencillo, han evolucionado y siguen evolucionando formas sin fin, las más bellas y las
más maravillosas”. (Darwin. El Origen de las Especies).
características de los organismos la naturaleza cuenta con muchas opciones entre las que
puede elegir, sobre la base de la mejor adaptación a las condiciones naturales, de tal
manera que pueden aparecer estructuras complejas por la acumulación de un número
enorme de pequeños accidentes.
Las mutaciones se producen en todos los organismos a un ritmo muy bajo, pues no
son necesarias muchas mutaciones para que opere la selección natural, es suficiente
algunas pocas porque la célula toma las precauciones necesarias para corregir los
errores y dejar que pasen solo algunos pocos para producir la variedad necesaria de la
especie que debe mantenerse y evolucionar.
50
De otro lado, el mecanismo duplicador también debe copiar las mutaciones debido a
que los errores que no pueden copiarse no tienen uso, pues solo sirven para hacer fallar
el sistema. Asimismo, queda establecido que el surgimiento de especies nuevas es el
resultado de la acumulación de varios factores, pero, en lo que concierne a este punto,
son los errores en el copiado los que van a permitir la aparición de especies nuevas. Está
demostrado que en el proceso de especiación los cambios que dan lugar a nuevas
especies suelen producirse muy lentamente y durante muchas generaciones.
La selección natural puede actuar en todos los niveles y puede producir mejoramiento
en el mecanismo de la selección. Si el ambiente permanece relativamente estable, la
selección natural tiende a ser conservadora y mantiene un conjunto de organismos
endogámicos dentro de límites estrechos; si el ambiente cambia por alguna razón, o
porque algunos individuos han quedado aislados de los demás, podría transtornarse el
equilibrio, y en tales circunstancias la selección natural podría hacerse más creadora.
En tal sentido “el origen de la vida supuso en sí mismo un cambio, y desde entonces
la vida implica la separación de materiales crudos del medio y su devolución en otra
forma, lo que debe implicar un cambio perpetuo del medio. Además, todo cambio
evolutivo implica cambio en el modo de explotarse el medio con el consiguiente cambio
del medio. Como los seres vivos son componentes importantes del medio de cada uno
de los otros, todo cambio evolutivo es un cambio en el ambiente al que todos los
organismos han de poder adaptarse si quieren sobrevivir. La evolución debe, pues,
proseguir si prosigue la vida; (...) si los organismos no siguieron evolucionando, su
probabilidad de sobrevivir necesariamente descendería, cuando los cambios ambientales
rebasaran los de la vida. La incapacidad de evolucionar ha de ser regresiva.34
34
J. M. Today, en S. A. Barnett y otros. Un Siglo después de Darwin. La Evolución. Alianza Editorial,
Barcelona, 1989, p. 190.
51
ven separadas por una barrera física, como el surgimiento de una cordillera de
montañas, o por la fragmentación de un supercontinente en varios continentes pequeños.
Si esto ocurre, entonces cada rama de la familia continuará con su evolución “Filética”.
Por lo mismo, si el alejamiento entre estas familias se prolonga mucho tiempo, entonces
llegará el momento en que ya no podrán cruzarse jamás aunque volvieran a relacionarse.
De esta manera aparecen las nuevas especies y tal proceso recibe el nombre de
“especiación”.
“Para muchos la humanidad todavía se muestra como “el punto final de la evolución”
(...). La evolución todavía no ha terminado, y no hay modo de asegurar que seamos
nosotros el punto final, tampoco somos superiores, ni biológica ni evolutivamnente a
otras especies, tan solo diferentes. La inteligencia, en verdad es una significativa,
interesante y capital diferencia, pero parece bastante factible que la inteligencia
conduzca al final de la raza humana, mediante las guerras, en poco tiempo. Si esto
ocurre, lejos de representar la línea de la evolución, estaremos representado un callejón
si salida”35
Pues bien, fue en el largo Precámbrico cuando la vida surgió sobre la tierra y la
evolución hizo que la vida se ramificase pronto hasta alcanzar la gran variedad de
especies actuales. Esta ramificación se produjo antes de que los fósiles llegaran a ser
abundantes en el período Cámbrico inferior, presentando un panorama de diversidad que
sigue hacia adelante la secuencia de los cambios, que lograron transformar vegetales
acuáticos diminutos en soberbios árboles Sequoia, y pequeños animales, parecidos a
gusanos, en grandes reptiles, aves planeadores, mamíferos de paso ligero y el hombre
mismo.
35
John Gribbin. Génesis. p. 249.
52
Todo organismo multicelular pertenece a uno de estos tres reinos: Plantas, hongos y
animales.
Animales y vegetales que viven en el mar presentas tres tipos posibles de vida: el
plancton (organismos que flotan), el necton (organismos que nadan) y el bentos
(organismos que viven en el fondo).
Una gran verdad es que la vida se originó en el mar y, aún hoy, gran parte de algas e
invertebrados son predominantemente marinos, pero después de la proliferación de la
vida marina durante el Paleozoico, los primeros vegetales y animales comenzaron a
colonizar la superficie de la tierra.
“Uno de los episodios más cruciales en la historia de la vida tuvo lugar hace 350
millones de años en un pantano de agua dulce. Los peces empezaron a arrastrarse a fuera
del agua y se convirtieron en las primeras criaturas con espina dorsal en colonizar la
tierra”36
36
David Attenborougt. Op. Cit., p. 131.
53
la lluvia, de los ríos, del suelo o de los alimentos. A su vez, para evitar la evaporación
tuvieron que desarrollar envolturas resistentes y relativamente impermeables a
semejanza de la piel de los reptiles. De otro lado los animales terrestres necesitaban de
órganos especiales para respirar el oxigeno del aire en vez de absorverlo del agua como
lo hacían antes. La reproducción representó otro problema: en el mar abandonaban los
gametos directamente en el agua para la fecundación; en tierra firme, en cambio,
necesitaban adaptaciones especiales para impedir que se sequen esos delicados
organismos.
En tal sentido, otro tipo de adaptación fue la locomoción terrestre que evolucionó
primero como un medio de buscar nuevas corrientes de agua o estanques, durante la
estación seca o, en otros casos, como un medio para escapar de los predadores acuáticos.
Es probable, de otro lado, que el alimento pudo haber sido más abundante en tierra
firme o pudieron ser estos tres factores juntos, la verdad es que la capacidad para
moverse en tierra firme fue una adaptación muy útil ya que los anfibios se expandieron y
diferenciaron rápidamente durante el Carbonífero, después de sus orígenes en el
Devónico. Sin embargo, los anfibios no pudieron resolver las dificultades de
reproducirse en tierra firme ya que debían volver al agua para hacerlo. Este problema
recién fue resuelto por sus descendientes los reptiles.
54
El problema de la reproducción en tierra firme fue superado por los reptiles poniendo
huevos cubiertos de cáscara con lo cual el embrión crece en su propio ambiente, inmerso
en líquidos. No obstante muchos reptiles primitivos mantuvieron la costumbre
semiacuática de sus antecesores los anfibios. Los reptiles conquistaron la tierra durante
el Pérmico y el Triásico, y fueron los antecesores de dos clases importantes de
vertebrados directos: las aves y los mamíferos.
Las aves se pueden caracterizar como “reptiles con plumas”. Su capacidad para volar
fue una adaptación muy ventajosa porque les permitió escapar de sus perseguidores y
recorrer grande distancias en busca de alimentos. Ya algunos reptiles auténticos como
el Pterosaurios podían volar.
Importa señalar que aunque los dinosaurios dominaron la tierra durante varios
períodos, finalmente se extinguieron y esta extinción dejó vacía gran parte de la
superficie terrestre, permitiendo así el libre camino a la gran expansión evolutiva de los
mamíferos que llegaron a ser los vertebrados terrestres más importantes durante la era
Cenozoica.
Los mamíferos se diferencian de los reptiles por tener una temperatura constante del
cuerpo mientras que la temperatura de los reptiles está determinada por el aire que los
rodea. Esta diferencia marca su superioridad, en tanto que los mamíferos pueden vivir
en regiones más frías y pueden buscar alimento en todas las estaciones y a toda hora del
día; de manera que los rasgos anatómico-fisiológicos de los mamíferos están
íntimamente vinculados con la regulación de la temperatura. Asimismo, el pelo aislante
sobre la superficie del cuerpo les ayuda a conservar la temperatura. De otro lado, el
corazón y los pulmones son más eficientes para la mayor oxigenación de la sangre, y
fundamentalmente los mamíferos necesitan menos cantidades de alimento que los
reptiles porque asimilan más fácilmente.
Y siguen las ventajas, pues la mayor actividad de los mamíferos dio lugar al
perfeccionamiento de los sistemas sensorial y nervioso: el cerebro aumentó de tamaño y
los sentidos del olfato y oído llegaron a ser más agudos.
55
Durante el Triásico superior aparecen los mamíferos más antiguos que eran pequeños
animales parecidos a musarañas. En tal sentido parece que los mamíferos se originaron
más o menos junto con los dinosaurios.
Cenozoica. desde
hace 67 millones de
años.
Edad de los
mamíferos Terciario
Plioceno Extinción de Géneros modernos
algunos grandes en mayoría
mamíferos existentes
Mioceno Apogeo de
37
Véase A. Lee McAlester. La Historia de la Vida. Omega, Berlona, 1973
56
mamíferos
Oligoceno Dispersión de
mamíferos
Eoceno Aparición de
mamíferos arcaicos
Paleoceno Dispersión de
“Yams”
Mesozoica. Desde
hace 237 millones
de años
Edad de los reptiles Cretáceo. Origen de los Reducción de los
mamíferos arcaicos. helechos
Extinción de los
dinosaurios
Jurásico Primeras aves Plantas con flores
dentadas. Apogeo de coníferas.
los dinosaurios
Triásico Aparición de Dispersión de
mamíferos, reptiles. cicadáceas y
Primeros coníferas.
dinosaurios
Paleozoica. Hace
600 millones de
años.
Anfibios Pérmico Extinción de los Decadencia de
trilobites. Expansión excopodios y colas
de los reptiles de caballo
modernos
Carbonífero Primeros insectos. Gimnospermas
Apogeo de anfibios primitivas. Helechos
y celáceos. Primeras tropicales.
arañas.
Precámbrico
Proterozoica. Hace
1,500 millones de
años.
Gusanos. Algas, hongos,
57
Invertebrados fósiles.
conocidos.
Protozoarios.
Es del todo falso afirmar que los animales y vegetales actualmente existentes se
hayan estabilizado para siempre y permanecerán eternamente siendo los mismos. Se
produce una incertidumbre en lo que se refiere al pasado y futuro de los seres que muy
elegantemente resume Diderot: “El pequeño gusano imperceptible, pero que se
mueve en el fango, se encamina necesariamente hacia el estado de animal superior;
el animal enorme que nos asusta por su tamaño, se encamina tal vez hacia el estado
de pequeño gusano, quizá sea una producción especial y momentánea de este
planeta”.38
Los transformistas piensan que el prototipo es una especie de unidad viviente que
sirve para formar los seres vivos, de tal manera que todos los seres posibles se realizan y
acaban por formar todos los eslabones de la cadena que va siempre de lo más simple a
lo más complejo. Con razón Buffón sentenció: “todo lo que puede ser, es”.
38
Francis Jacob. La Lógica de lo Viviente. Salvat Ediutores. Barcelona, 1986, p. 132.
58
en la naturaleza procede del hecho de que el hombre refiere todos los acontecimientos
naturales a su propia duración, de manera que algunos miles de años pueden parecer un
período prolongado cuando en realidad no permiten contemplar sino estados
estacionarios, es decir, intervalos en los cambios que afectan al mundo viviente. No
obstante, aunque las transformaciones que sufren los seres sean insensibles al ojo
desnudo, la lentitud del proceso de modificaciones es compensado por la duración.
Existe una base común para los tres momentos que se distinguen en el desarrollo del
mundo de la vida: el momento en el que el ser aparece, su grado de complejidad y su
nivel de perfección, acaso seguido de otro nivel de descomposición. Estos momentos
representan tres expresiones del orden seguido por la naturaleza en la producción de
cada uno de los reinos vivos, tenemos por lo tanto que “si todos los cuerpos
constituyen productos de la naturaleza, no puede negarse la idea de que ésta los ha
producido en forma sucesiva y no todos a la vez en un instante. Pero si la
naturaleza los ha formado necesariamente, cabría pensar que ha comenzado por
los más simples, dejando para el final las organizaciones más complejas”39
Por eso reconstruir la cadena continua de los seres, del más simple al más complejo,
equivale exactamente a seguir el curso de la naturaleza a través del tiempo y recorrer la
sucesión de sus transformaciones; en ese sentido “ la naturaleza sigue un orden fácil de
recorrer porque es exactamente inverso al que observamos recorriendo los seres,
partiendo del más perfecto y yendo al más simple”.
Cuvier reconoció que en los espesores de las distintas rocas, en las agrupaciones
diferentes de fósiles, entre estrato y estrato, se hallan graficadas las huellas de las
revoluciones que han afectado súbitamente al planeta en varias oportunidades. Con la
presencia de estos cataclismos los animales no podían continuar siendo los mismos. De
manera tal que las rupturas observadas en la continuidad del espacio, ocupado por los
seres vivos, solo reflejan, naturalmente, las rupturas en el tiempo de la tierra.
39
Lamarck en Francis Jacob, Op. Cit., Pp. 144-145.
59
las rocas, las capas de minerales nos cuentan, a su vez, la repartición en el tiempo y en el
espacio de las especies que vivieron en épocas anteriores”.
Finalmente Darwin apuntó: “Del mismo modo que durante su crecimiento los brotes
producen otros nuevos, que a su vez, cuando son vigorosos brotan en todos los sentidos
de las ramas que sobrepasan y ahogan los más débiles de entre ellas, creo que la
generación actúa del mismo modo en el gran árbol de la vida, cuyas ramas muertas y
rotas están enterradas en las capas de la corteza terrestre, mientras que sus magníficas
ramificaciones vivientes y renovada sin cesar cubren su superficie”.
7. EL HOMBRE
Pocos son los hombres de ciencia que dudan de que el hombre evolucionó por
medios naturales a partir de una criatura que en la actualidad no puede ser considerada
humana. Sucede que el hombre es algo más que una parte de la naturaleza, pero
ciertamente forma parte de ella, y por eso es objeto de estudio a través de los métodos
de las ciencias naturales.
En lo que sigue vamos a demostrar que el hombre no es un ángel caído, sino más
bien un antropoide erguido, porque si “la evolución natural trabaja exclusivamente
para y por el bien de cada ser, todas las dotaciones corporales y mentales tendrían que
progresar hacia la perfección”.
40
Ibid, p. 306.
41
Nicanor Ursua. Op. Cit., p. 33.
61
Los organismos que proseen el más alto grado de probabilidad de supervivencia son
los que no solo están adaptados a su medio actual de vida, sino que, a la vez, poseen el
más alto grado de estabilidad y adaptabilidad genética, de adaptabilidad individual y de
capacidad de dominar su medio y de conservarlo utilizable para él (obviamente los
graves daños ecológicos son de reciente data), de lo que se infiere que la especie
humana posee estos atributos en el más alto grado y parece improbable que ninguna
otra especie pueda competir con él en aptitud así definida.
Justamente tal estado alcanzado por el hombre se debe a que además de su evolución
por selección natural, ha llegado a ser eficaz una nueva forma de evolución que no solo
es exclusividad de la selección natural (de su constitución genética, evolución
genética), sino la herencia no-biológica del medio adquirido (evolución social), de tal
manera que lo que una generación conquista puede ser manejada por la siguiente en
virtud de esa herencia.
Por lo visto, exponer el origen y desarrollo del hombre implica un problema más
difícil que los otros niveles materiales, pues el hombre es sinónimo de complejidad que
se alcanzó como resultado del desarrollo de la materia. Por tal razón trataremos de
presentar este proceso en varios aspectos.
Por Eso, lo que deseamos es hacer una clara distinción entre los términos “hombre” y
“humano” y el término taxonómico “Hominidae”. Este último debe aplicarse a la
familia zoológica de la que el Homo Sapiens constituye un producto terminal; de hecho,
el único producto terminal que hoy sobrevive. Resulta así que la familia hominidae no
sólo incluye a homo, sino a todos los representantes de la serie evolutiva de los monos
antropoides.
62
Empezaremos entonces dando cuenta sobre este desarrollo evolutivo del hombre
mencionando que “en la historia humana le tocó a una horda de pequeños mamíferos
peludos que se ocultaban de los dinosaurios, que colonizó las cimas de los árboles y que
luego se esparció por el suelo para domesticar el fuego, inventar la escritura, construir
observatorios y lanzar vehículos espaciales”.42
Ahora bien, antes de que el mono descienda del árbol, lógicamente primero se subió
a él. Efectivamente, hace unos 70 millones de años, las musarañas aludidas, que corrían
por el suelo de los bosques con su dieta de semillas y de insectos, se encaramaron en los
árboles y empezaron a buscar semillas. Eran seres cubiertos de pelambre, tenían orejas
puntiagudas y vivían en hordas trepadas en los árboles. El salto a la vida arborícola se
debió a la necesidad de sobrevivir, al igual que en tiempos atrás la supervivencia pudo
depender de estar dotado de un caparazón.
42
Carl Sagan. Cosmos. p. 284.
63
sujetarse a las ramas y coger alimentos, además de hacer otras tareas delicadas. Esta
adaptación constituye la característica universal de los primates, hecho que los ha
convertido en los mamíferos arborícolas más perfectos.
Obviamente, hasta que la mano del hombre “logró tallar en forma de cuchillo el
primer guijarro tuvo que pasar una inmensidad de tiempo, en comparación con el cual,
resulta insignificante el tiempo que históricamente nos es conocido. Pero el paso
decisivo ya se había dado: se había liberado la mano”.44 Pues ninguna mano de simio ha
producido la más tosca herramienta.
Quizás fueron necesarios 30 millones de años para equipar a las musarañas con las
habilidades de los primates, los mismos que no fueron al principio monos auténticos,
pero que, sin embargo, pasando el tiempo, dieron lugar primero a los monos antropoides
y luego a los hombres.
43
F. Engels. Dialéctica de la Naturaleza. Grijalbo, México, 1961. p. 142.
44
Ibid. p. 143
64
Conforme desarrollaremos más adelante el rasgo más sobresaliente del hombre, por
el que se diferencia de todos su parientes primates, radica en el cerebro
extraordinariamente desarrollado y junto a ello su gran inteligencia. Tal es así que la
historia del hombre durante el Pleistoceno es la historia del progresivo
engrandecimiento del cerebro, y en estrecha relación con ese rasgo se encuentra el uso
cada vez más de herramientas. Estos procesos tuvieron su culminación hace 7,000 años,
con el desarrollo de la agricultura y la ganadería.
Ahora bien, si apretamos un poco los jalones más destacables de este proceso,
durante el Pleistoceno, nos encontraremos con tres estadios principales: la vida del
Austrolophitecus, durante el Pleistoceno inferior; del Homo Erectus, durante el
Pleistoceno medio y del Homo Sapiens, durante el Pleistoceno superior.
remota la probabilidad de que dos tipos que no estén emparentados íntimamente, puedan
adquirir de este modo pautas semejantes. Entonces, resulta que la identidad de pautas
debe buscarse en un antepasado común.
En Anatomía Comparada se puede constatar que los cerebros del hombre y del
mono están construidos según la misma pauta morfológica total, de manera que la
diferencia entre los dos grupos no es mayor que la que existe entre los grandes monos
antropoides y los monos cuadrúpedos. Tal es el caso que en los gorilas la capacidad
craneana máxima que tienen es de 685 cc., en cambio en el hombre la misma capacidad
mínima en uno de inteligencia normal es de 900 cc.. Esta diferencia de tan solo 200 cc.,
es menor si se considera que la capacidad craneana incluye la meninges y el líquido
céfalorraquídeo, por lo que es difícil suponer que esta pequeña adición de sustancia
cerebral que tiene el hombre pueda por sí misma explicar sus facultades mentales
superiores, más bien debería suponerse que dependen de alguna complejidad de
organización funcional que no se refleja en la organización estructural.
En tal sentido es incorrecto establecer comparaciones entre el hombre con los monos
modernos, esto es, comparar los productos terminales de la evolución, porque nada
justifica “suponer que los primeros progenitores de todo el tronco de los simios,
incluyendo el hombre, fueron idénticos y ni siquiera semejantes a ningún mono actual”.
La Embriología Comparada, de otro lado, sostiene que cuando más jóvenes son los
embriones de los diferentes miembros del mismo grupo de animales, más íntimamente
se asemejan entre sí, pero que únicamente a medida que van progresando se van
diferenciando, es decir, cuando se hacen mayores. Tal es el caso de que los esqueletos
de murciélagos, delfines, caballos y del hombre prueban la unidad y comunidad de la
ascendencia por la semejanza que se presenta en los esbozos de esas estructuras en los
embriones jóvenes, y también en la semejanza general entre los embriones jóvenes de
peces, aves y mamíferos.
Pues bien, dijimos que todo empezó en África hace 15 millones de años, cuando los
simios y los humanos se escindieron por caminos diferentes. Los antepasados del
hombre eran una especie de grandes monos sin rabo, pero en ellos se produjeron 3
cambios muy significativos que los lanzaron por la dirección de los seres humanos.
El segundo cambio tuvo lugar hace 3 millones de años, cuando nuestra especie se
bifurcó. En tal época existían especies diferentes de homínidos (ya caminaban erectos).
Una de esas ramas estaba integrada por un hombre-mono de cráneo sólido al que se le
conoce como Austrolopithecus Robustus (mono austral), o sea, “el robusto gran mono
del sur”; y otra rama conformada por un hombre-mono de cráneo delicado, dientes más
pequeños y dieta omnívora denominado Austrolopithecus Africanus, es decir, “el gran
mono sureño de África”.
Los Austrolopithecus tenían postura erecta, pero el volumen de su cráneo era de tan
solo 600 a 700 cc., es decir, aproximadamente la mitad del cerebro humano actual; sin
embargo estos Austrolopithecus ya eran hombres en cada uno de sus rasgos, excepto en
su cerebro que aún era pequeño; lo que quiere decir que la postura erecta del hombre fue
anterior al desarrollo cerebral. Al dejar las manos completamente libres, en lo que
respecta a la locomoción, podían utilizarlas para hacer herramientas o lanzar armas. Al
mismo tiempo estas nuevas actividades proporcionaron la recompensa de mejorar la
45
Wilfred Le Cros Clark en S. A. Barnett y otros. Un Siglo Después de Darwin. El Origen del Hombre.
Alianza Editorial, Barcelona, 1982.
46
John Gribbin. Op. Cit., p. 128.
67
inteligencia con lo cual podían adquirir conocimientos cada vez mayores, y con todo
ello el cerebro comenzó a crecer.
El tercer cambio estuvo dado por el inicio del uso habitual de herramientas de
piedra, toscas indudablemente, fabricadas por los hombres-monos de cráneo liviano.
Ciertamente los hombres robustos también fabricaron sus propias herramientas, pero
puesto que una sola especie humana ha sobrevivido hasta hoy, eso significó que una o
dos especies humanas debieron extinguirse. El hombre-mono que sobrevivió fue el de
cráneo delicado y ligero, es decir, el Homo Habilis que siguió evolucionando con el
aumento creciente del tamaño cerebral. Las otras especies terminaron “en el cubo de la
basura de la evolución”.
Hace 1,7 millones de años, las modificaciones acumuladas ya eran tantas que el
Homo Habilis derivó en una nueva especie a la que se le ha denominado “Homo
Erectus”, es decir, “el hombre que camina erguido”.
Debe quedar aclarado que esta denominación de Homo Erectus, a esta altura de la
evolución, puede causar equívocos porque puede pensarse que recién el hombre se
irguió, pero no fue así por cuanto la primera especie de homninidos que apareció ya
caminaba erguida, nos referimos indudablemente al Austrolopithecus Robustus. Algo
más, esta rama se extinguió hace 1,2 millones de años, hecho que pudo deberse a que el
Homo Erectus disponía de mayor inteligencia para buscar comida y, además debió
contribuir a conseguir su total extinción los continuos enfrentamientos entre especies
rivales. Con ello el Homo Erectus quedó como la única especie protohumana en el
continente africano.
Especímenes del Homo Erectus en períodos de hace 700,000 y 200,000 años atrás, se
han encontrado asociados con Austrolopithecus, situación que sugiere que estos últimos
no llegaron a extinguirse inmediatamente después de haber hecho su presencia el Homo
Erectus, sino que persistieron durante largo tiempo antes de ser del todo extinguidos por
sus descendientes de cerebro más grande. Y como veremos más adelante algo similar se
produjo con el Homo Erectus y sus descendientes de cerebro aun más grande, el Homo
Sapiens. En tal sentido se han encontrado fósiles de hombres de nuestra especie en una
antigüedad de 500,000 años, lo que quiere decir que durante 200,000 años fueron
contemporáneos los Homo Erectus con los Homo Sapiens.
68
Pues bien, Hace un millón de años el Homo Erectus expandió sus horizontes hacia el
cercano y lejano oriente (Hombre de Pekín) y luego pasó a Europa. Y hace sólo 500,000
años aparecen nuevos hombres que se diferenciaron del Homo Erectus, se tornaron
parecidos a nosotros y formaron una especie diferente y nueva: el Homo Sapiens, es
decir, “el hombre sabio”.
Conviene hacer un alto en este punto para señalar que con el advenimiento del Homo
Sapiens se presenta la frontera que existe entre las ciencias naturales de la Biología y
Geología, de una parte, y las ciencias sociales de la Arqueología, Antropología cultural
y la Historia Antigua, de otra parte.
Más adelante veremos que los hombres del Neolítico, revelaron avances culturales
más notables: cacharros de barro para guardar alimentos y agua, cultivo de plantas,
domesticación de animales y las primeras formas de división del trabajo. Después de la
Revolución Neolítica las culturas evolucionaron rápidamente, de manera que hace 5,000
años los metales se usaron por primera vez para hacer herramientas, y siguió la
evolución. Así pues, “el desarrollo del hombre a partir de sus antecesores primates del
Cenozoico es, en la actualidad, uno de los acontecimientos mejor comprendidos de la
historia de la vida”.47
Ahora bien, hace unos 100,000 años la nueva especie del Homo Sapiens se había
establecido en por lo menos tres tipos de poblaciones distintas que ocuparon diferentes
lugares del Viejo Mundo.
47
A. Lee McAlester. Loc. Cit. p. 144.
69
El segundo tipo de población que existía hace 100,000 años, tuvo por asentamiento
el lejano oriente, eran diferentes a los Neanderthal y a nosotros los humanos modernos.
De ellos se sabe muy poco acerca de sus modos de vida.
De manera que el panorama que presentó el hombre en la Tierra, entre los 130,000 y
los 50,000 años atrás era el siguiente: El norte de Europa, Siberia y Australia y toda
América estaban despobladas. En el resto de Europa y en toda la parte occidental de
Asia vivieron los hombres de Neanderthal. En África vivía otro tipo humano parecido a
nosotros y, en Asia Oriental hombres distintos de nosotros y de los Neanderthal (de ellos
se conoce poco). Las tres poblaciones eran todavía muy primitivas en lo que hace a sus
herramientas, a su conducta y a su capacidad de innovación, pero la escena estaba
preparada para el gran salto adelante.
¿Cuál de esas tres poblaciones dio el gran salto adelante?, se pregunta Diamond48
48
Jared Diamond, “El Amanecer de la Raza Humana”, en Algo 2000, Revista. Barcelona. Setiembre,
1989, Pp. 33-52.
70
Cuando había terminado la última glaciación, hecho que se produjo hace 35,000
años, se produjo otro cambio en lo que hoy es Francia y España: que consistió en que en
los territorios ocupados por neanderthales aparecieron hombres con aspectos anatómicos
completamente modernos a los que se les ha llamado Cromagnon (Homo Sapiens
Sapiens = el último homo), y que no se diferenciaban en nada de nosotros, puesto que se
trataba de nuestra propia especie, que recién amanecía. “No somos más que una rama
superviviente de lo que un día fue un arbusto exuberante”.
Las herramientas del Hombre de Cromagnon eran especializadas porque cada una
servía para una función específica; esta situación antes nunca se dio. Aparecen por
primera vez herramientas de cuero y hueso y algunas otras hechas de elementos (partes)
separadas que luego se unían entre sí (hachas por ejemplo). Utilizaban agujas de coser,
punzones para perforar el cuero, cuerdas para tejer redes, anzuelos. Las armas que
manejaban eran sofisticadas y aptas para matar grandes animales peligrosos; disponían
de dardos y por fin, arcos y flechas. Con lo cual se convirtieron recién en grandes
cazadores.
Australia recién fue poblada por humanos hace 50,000 años como consecuencia de
que el hombre ya disponía de embarcaciones adecuadas. El norte de Rusia y Siberia fue
ocupada hace 20,000 años, porque los hombres ya disponían de ropa adecuada para
soportar tales climas. De Siberia la población se desplazó a Norteamérica y luego a
Sudamérica hace 11,000 años. Cuando el hombre aparece en América ya es una forma
completamente evolucionada, y trae una cultura comparable con la del Paleolítico
Superior del antiguo continente.
Los hombres de Cromagnon recorrieron grandes distancias por todo Europa, cosa
que no hicieron los neanderthales. Buscaban materiales y adornos en diferentes lugares,
por ejemplo, el ámbar del Báltico que llegó hasta el sudeste de Europa, y los mariscos y
conchas del Mediterráneo que llegaron hasta Ucrania. Desarrollaron un evidente sentido
estético en sus construcciones y herramientas para lo cual buscaron materiales en
diferentes lugares distantes, para luego expresarlos en obras de arte como lo testimonian
los restos encontrados en Lascau y Altamira o en las pequeñas estatuillas, símbolos de la
fertilidad, a las que se han llamado “Venus”.
Como se dijo, los neanderthales sólo vivían hasta los 30 años, pero los Cromagnon
llegaban hasta los 60 años, de manera que esos 30 años de diferencia les permitió
acumular experiencias de sus propias vidas y de la de los ancianos.
Debe precisarse que tanto la cultura como las herramientas del hombre Cromagnon
son primitivas para nosotros, pero debe considerarse que su producción pertenecía a una
época en que recién amanecía la especie humana en su versión “moderna”. Eran
71
Importa ahora que respondamos a la pregunta: ¿qué pasó cuando los invasores
Cromagnon se encontraron con los Neanderthal?. Según uno de los principios de la
evolución, sucede que la lucha por la existencia es siempre mucho más intensa entre
especies muy próximas porque utilizan los mismos recursos alimenticios en un
determinado espacio, que entre especies diferentes que no compiten por tales recursos.
Por eso, al irse extendiendo los espacios que ocupaban los Cromagnon por regiones
habitadas por neanderthales, incuestionablemente los fueron eliminando gradualmente
como consecuencia de la competencia a la que fueron sometidos por la concurrencia
vital, a través de una guerra de exterminio. Por lo tanto el advenimiento del Cromagnon
fue de alguna manera la causa del exterminio de los hombres Neanderthal. (Este aserto
se puede confirmar con lo que ha ocurrido en el mundo moderno cuando un pueblo con
tecnología avanzada invade las tierras de otro con tecnología menos desarrollada, por
ejemplo, cuando los europeos invadieron el norte y Sudamérica, Australia y Sudáfrica.
De la misma manera los hombres Cromagnon debieron desplazar de sus tierras y
asesinar a los Neanderthal). “Somos máquinas de superviviencia, vehículos
autónomas programados a ciegas con el fin de preservar las egoístas moléculas
conocidas con el nombre de genes”49.
No fue posible el cruce entre ambas especies porque el embarazo de estos últimos
duraba 12 meses, en cambio de los segundos duraba 9 meses, siendo así un feto híbrido
no pudo haber sobrevivido, de tal manera que nadie lleva hoy en su ADN genes del
hombre Neanderthal, habiendo pasado estos hombres por la escena europea sin haber
dejado apenas huellas de su existencia.
Sintéticamente puede reconstruirse este proceso como sigue: hace 2 millones de años
varios linajes protohumanos vivieron juntos, seguidamente se produjo una gran
confrontación que dejó solo a uno de ellos con vida; pero hace solo 60,000 años se
presentó una nueva confrontación. De esta manera todos nosotros descendemos del
ganador de esta confrontación.
El “cambio mágico” pudo haber sido una mutación de tan solo un 0.1% de nuestros
genes, mutación referida eminentemente a la base anatómica para el complejo lenguaje
hablado, pues gorilas y chimpancés sólo pueden comunicare simbólicamente, pero no
con palabras habladas; su lenguaje consiste mayormente en gruñidos que emiten con
distinto sonido para simbolizar peligros y necesidades, pero nunca lograron desarrollar
49
Richard Dawkins. El Gen Egoísta. Salvat Editores, Barcelona, 1985, p. XI.
72
por sí mismos un lenguaje natural más elaborado debido a que la laringe, lengua y otros
músculos asociados al aparato fonador no les permite un fino control sobre .los sonidos
que emiten. Los chimpancés son físicamente incapaces de pronunciar varias de las
vocales.
Entonces ese “cambio mágico” pudo consistir en las modificaciones del aparato
vocal de los protohumanos, a partir del momento en que empezaron a cocer sus
alimentos, y que a la postre les permitió un control más fino de los músculos así como
producir una variedad más rica de sonidos. “Esas modificaciones pueden haber sido tan
sutiles que de ningún modo se reflejan en los huesos fósiles y son indetectables para los
antropólogos”. Siendo así, “es fácil apreciar cómo un pequeño cambio en la anatomía,
pero que afecta la capacidad de hablar puede ocasionar un gran cambio en la
conducta”51
El hombre ya fue moderno en anatomía, lenguaje y conducta hace 35,000 años, pero
para llegar al conocimiento de la escritura o al dominio de la bomba atómica hicieron
faltas muchos avances tecnológicos previos como inventar la brújula, la pólvora, y
otros; de tal manera que el desarrollo tecnológico no pudo surgir de la noche a la
mañana, tuvo que ser precedido por decenas de miles de años de desarrollo acumulado
para seguir siempre la línea general de lo simple a lo complejo en el desarrollo
universal.
Hasta los 35,000 años atrás (“el gran salto adelante”), la humanidad se desarrolló
durante millones de años con la lentitud de un caracol porque ese ritmo estuvo
determinado por la lentitud inherente de los cambios genéticos (evolución biológica),
pero después de los 35,000 años el cambio cultural (evolución social), ya no dependió
de cambios genéticos, por lo que se evidencia que hubo más evolución cultural en los
últimos 35,000 años que en los millones de años precedentes.
Hasta el “gran salto adelante” el hombre es estudiado por la historia natural. a partir
de ese acontecimiento comienza la historia social.
50
“Jugó con fuego y se hizo hombre”, en Muy Interesante. Revista, año 1, Nº l2, Editora Cinco, Bogotá,
p. 79.
51
Jared Diamond. Op. Cit. Pp. 51-52.
73
Y si el hombre ha sido capaz de matar a todas las otras especies prehomínidas con las
que entró en competencia, entonces nosotros somos los descendientes de esos
ganadores manchados de sangre.
Creemos que es conveniente hacernos esta pregunta: ¿en qué clase de animal se
convirtió esa criatura que emergió desde las musarañas hasta alcanzar la inteligencia y
superioridad de que goza?. En el proceso evolutivo del hombre se han producido
interesantes peculiaridades que comprometen su condición de especie típica. Para
empezar diremos que nuestros antepasados poseían un equipo sensorial poco adecuado
para vivir a ras de la tierra; su olfato demasiado débil, el oído no lo bastante agudo;
nunca dispuso de un abrigo semejante al del oso para conservar el calor de su cuerpo.
Este cuerpo no está preparado para la huida, la defensa propia o la cacería, no está
adaptado tampoco para arduas pruebas de resistencia y para la veloz carrera. No tiene
garras, ni armadura corpórea.
Pero la gran ventaja afortunada de su excelente cerebro, mejor que cualquiera de las
otras especies, le permitió mantener su cuerpo en posición vertical, usar sus manos para
otros fines que los pies, y como en la batalla de la evolución tenía que ganarse más con
inteligencia que con bravura, entonces esa evolución tuvo que dar un paso decisivo para
aumentar en magnitud el poder del cerebro y ocurrió algo muy raro: “el mono cazador
se convirtió en mono infantil”. Se trata de un “truco” de la evolución que se llama
neotenia, que consiste en “un proceso por el cual ciertos rasgos juveniles o infantiles se
conservan y prolongan en la vida adulta”52
Sucede que cuando nacen los simios su cerebro ha alcanzado ya el 70% de su tamaño
adulto, el restante 30% lo alcanza en los siguientes seis primeros meses de vida, a los 12
meses son completamente maduros; en cambio el cerebro del hombre al nacer tiene el
23% de su tamaño adulto y solo alcanza su desarrollo definitivo a los 23 años de vida.
Obviamente el crecimiento del cerebro continua durante 10 años después de alcanzar la
madurez sexual. Por tal motivo, el hombre se hizo infantil en ciertos aspectos, pero no
en otros; por ejemplo, mientras avanzaba rápidamente el desarrollo sexual, el desarrollo
cerebral quedaba rezagado. La neotenia permitió adquirir ciertas ventajas: mayor
cerebro, cuerpo erguido, ojos alerta, manos libres y una infancia más larga. Por este
motivo Morris ha dicho: “Y ahí tenemos a nuestro “mono desnudo”, vertical,
cazador, fabricante de armas, territorial, neoténico, cerebral, primate por linaje y
carnívoro por adopción, dispuesto a conquistar el mundo. Pero es un producto
novísimo y experimental, y, con frecuencia, los modelos nuevos presentan
imperfecciones. Sus principales agobios derivan de que sus progresos culturales
rebasarán a todos los progresos genéticos”53
Hoy se sostiene con mucha razón que ha sido la ausencia de especialización lo que
ha protegido a nuestra especie evitando que llegase a un callejón sin salida.
52
Desmond Morris. El Mono Desnudo. Plaza & Janés, Barcelona, 1975, p. 30.
53
Ibid. p. 43.
74
Debemos ahora recordar que los dinosaurios se habían adaptado tanto a las
condiciones de la era jurásica que estaban especializados en exceso; estaban demasiado
adaptados a un conjunto limitado de condiciones, pero cuando desaparecieron esas
condiciones, perecieron. La especialización excesiva resulta ser a la larga desventajosa
desde la perspectiva biológica, porque su resultado final no es la supervivencia, ni
tampoco el aumento del número de miembros de una especie, sino su extinción o
estancamiento. En el caso del hombre “nuestra especialización es no especializarnos”.
Ahora bien, hemos anotado que todas las modificaciones producidas en el organismo
humano debido a la influencia de la actividad del trabajo, así como todos los procesos
de transmisión hereditaria de mutaciones en los órganos corporales, y todas las ventajas
que recibieron sus poseedores en virtud a estas modificaciones, han obedecido a leyes
biológicas, naturales estrictamente y a ningún otro tipo de ley.
“La herencia social del hombre es una tradición que él empieza a adquirir sólo
después de que ha surgido del seno de su madre. Las modificaciones a la cultura y a la
tradición, pueden ser iniciadas, controladas o retardadas por la opción consciente y
deliberada de sus autores y ejecutores humanos. La invención no es una mutación
accidental del plasma germinativo, sino una nueva síntesis de la experiencia acumulada,
de la cual es heredero el inventor únicamente por la tradición”54
54
V. Gordon Childe. Los Orígenes de la Civilización. F. de C. E., México, 1967, p. 28.
75
Para que aparecieran las nuevas leyes sociales fue requisito la actividad del trabajo
en aquellos primeros hombres que produjeron instrumentos, pero esta situación sólo
podía darse a partir del hecho de que el hombre adquiriese una constitución física bien
definida: posición vertical bípeda, movilidad y agilidad del dedo pulgar, complejidad
cerebral, lenguaje, vida gregaria, etc..
El estado cualitativo nuevo del hombre surgió bajo la forma de actividad colectiva de
trabajo. Aunque el trabajo primitivo fue todavía un retoño débil, sin embargo su
desarrollo prometía convertirse en un poder inmenso, porque a continuación de ese
“salto” es cuando aparece la humanidad misma. Entonces ese “salto” dialéctico de una
cualidad biológica a otra cualidad social, constituyó el gran viraje cualitativo que al final
de cuentas fue el salto más grandioso de la historia de nuestro planeta.
Sólo el Homo Sapiens pudo organizar una vida social de la que fue eliminada la
selección biológica de la especie. Junto al hombre primitivo aparecieron las nuevas
leyes sociales que no reemplazaron de inmediato a las antiguas leyes biológicas; pues lo
“nuevo” solo pudo triunfar por completo con la aparición del hombre completamente
formado, es decir, con el Homo Sapiens. Y resultó que todas las colectividades de
Homo Sapiens, comenzaron a depender en proporción cada vez mayor de las
condiciones históricas, y cada vez menos de las particularidades biológicas.
Así, la humanidad de hoy sin distinción de pueblos o razas dispone de las mismas
condiciones necesarias y suficientes para seguir desarrollando las fuerzas de producción,
de manera que la conquista de la técnica pertenece al campo de la historia social y no
tiene absolutamente nada que ver con la evolución biológica.
Aquella primera etapa del surgimiento y dominio exclusivo de las leyes biológicas,
abarcó muchos cientos de millones de años, es decir, desde el surgimiento de la vida
hasta la aparición del hombre. La segunda etapa en la que surgieron y se desarrollaron
las nuevas leyes sociales, cuanto más abarca el último millón de años. Antes de ese
momento no habían existido en absoluto.
76
Sin embargo, “la familia animal y la sociedad humana primitiva son cosas
incompatibles” en el sentido de que los nuevos rasgos progresivos, que iban adquiriendo
nuestros remotos antepasados, entraron en contradicción con los antiguos rasgos
biológicos de la horda primitiva, de manera que los brotes de lo nuevo, de lo humano,
eran extremadamente débiles cuando amanece la humanidad. Pero esos rasgos ya habían
surgido, aunque en forma embrionaria, lo demás era cuestión del futuro.
Por lo tanto, esta etapa de auténtica transición, puede considerarse como el final del
estado animal y como el comienzo del estado humano, es decir, como el camino de
transición que va de los antiguos monos hacia las primeras formaciones de tipo
Pithecántropo y que se conoce como “estadio primitivo”. Es la etapa “ de la
organización primitiva de la manada de monos que manejan el palo”.
Poco después se operó el cambio de los “instrumentos naturales del trabajo” a los
artificiales, es decir, a los medios de trabajo sometidos a elaboración y, simultáneamente
a todo ello, aparecen las primeras agrupaciones típicamente humanas, primero del tipo
Pithecántropo y Sinántropo y luego del tipo Neanderthal, agrupaciones éstas con las que
comenzaron las primeras formas de comunidad entre los seres humanos.
55
F. Engels. El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado. Progreso, Moscú, s.a.,
77
A estas primeras etapas del devenir humano, que duraron periodos prolongados,
corresponde también el desarrollo de la consciencia. En estos tempranos momentos del
despertar humano, el hombre instintivo, el salvaje, todavía no se había separado por
completo de la naturaleza, pero disponía de elementos de conciencia, pues para producir
el más rudimentario y simple instrumento era necesario imaginarse el mejor material
para confeccionarlo, y luego seleccionarlo entre materiales de diferente calidad para
empezar recién el trabajo transformador.
Más adelante se incorporó, como elemento nuevo de trabajo, al fuego que constituye
el primer elemento de la naturaleza que el hombre primitivo adaptó a sus fines y los
puso al servicio de sus intereses, y nuevamente tanto la utilización y luego la obtención
del fuego marcan otra frontera más pronunciada entre el hombre y los animales, en
virtud a que se familiarizó con un elemento de la naturaleza, tan terrible para los
56
Véase cuadro.
57
C. Marx. El Capital. T. 1. p. 147.
78
Gracias al trabajo se modificaron gradualmente todos los rasgos del hombre. A la par
que se pronunciaban más nítidamente los nuevos rasgos humanos, se hacían más débiles
los groseros rasgos animales heredados biológicamente, por eso ya no volvió, hasta hoy,
a marchar sobre cuatro patas porque estaban creadas las condiciones nuevas
inmensamente favorables para el desarrollo del cerebro.
Sin embargo, todos los factores acotados forman parte de un proceso único de la
antropogénesis, sobre todo si tenemos en consideración que el perfeccionamiento de los
instrumentos fabricados por el hombre favoreció gradualmente la evolución de la
conciencia y, recíprocamente, sin el desarrollo del cerebro y del pensamiento resultaría
inexplicable la posibilidad de fabricación de herramientas cada vez más
l del hombre supone entonces un proceso en el que las condiciones de vida inferiores se
dirigen a otras superiores. Durante miles de generaciones el hombre vivió sin animales
domésticos, ni alfarería, ni utensilios de metal. Fueron necesarias centenares de
generaciones para que el hombre aprendiera a poner filo a un cuchillo de piedra, y miles
de años para que sus intenciones estéticas consiguieran ser expresadas de manera
durable.
l del hombre supone entonces un proceso en el que las condiciones de vida inferiores se
dirigen a otras superiores. Durante miles de generaciones el hombre vivió sin animales
domésticos, ni alfarería, ni utensilios de metal. Fueron necesarias centenares de
generaciones para que el hombre aprendiera a poner filo a un cuchillo de piedra, y miles
de años para que sus intenciones estéticas consiguieran ser expresadas de manera
durable.
l del hombre supone entonces un proceso en el que las condiciones de vida inferiores se
dirigen a otras superiores. Durante miles de generaciones el hombre vivió sin animales
domésticos, ni alfarería, ni utensilios de metal. Fueron necesarias centenares de
generaciones para que el hombre aprendiera a poner filo a un cuchillo de piedra, y miles
de años para que sus intenciones estéticas consiguieran ser expresadas de manera
durable.
l del hombre supone entonces un proceso en el que las condiciones de
vida inferiores se dirigen a otras superiores. Durante miles de generaciones el hombre
vivió sin animales domésticos, ni alfarería, ni utensilios de metal. Fueron necesarias
centenares de generaciones para que el hombre aprendiera a poner filo a un cuchillo de
piedra, y miles de años para que sus intenciones estéticas consiguieran ser expresadas de
manera durable.
79
La mayor conquista de esta etapa de la historia fue el arte. Las figuras del
Auriñaciense muestran una seguridad en el manejo de la forma y la organización de
masas que pocos escultores modernos superarían. El arte pictórico muestra un desarrollo
gradual desde los contornos más toscos hasta las impresionantes pinturas realistas en las
cavernas que representan en color al reno, mamut y bisonte. Las “venus” auriñacienses
son figuras femeninas con los caracteres sexuales secundarios muy pronunciados.
Así pues, el desarrollo social se ha presentado como una serie de revoluciones que
han señalado el curso de la experiencia humana. Después que el hombre fue cazador y
recolector se produjo la Revolución Neolítica, que hizo posible que el sistema
económico-social solo podía subsistir a partir de una alimentación segura y abundante
proporcionada por la domesticación de animales y plantas. Luego con la aparición de los
metales en la escena prod
uctiva se desarrolló el transporte rodado, los barcos de vela, el regadío, mejoras en las
técnicas agrícolas, etc., y ocurrió la “revolución urbana” que se caracterizó por el
81
En el Salvajismo o Infancia del género humano los hombres vivían en los bosques y
todavía en los árboles, se fue formando el lenguaje articulado. Emplean el pescado como
alimentación y el fuego para su cocción, se extendieron por gran parte del planeta, se
trata del periodo Paleolítico. Al parecer corresponden de esta época las prácticas
antropofágicas. Al término del salvajismo se inventó el arco y la flecha porque el
hombre ya tenía acumulado gran cantidad de experiencias que incluso les permitió
mejorar sus medios de subsistencia a partir de la utilización de vasijas, tejidos hechos a
mano, cestas, la piragua. “El arco y la flecha fueron para el estadio salvaje lo que la
espada de hierro para la barbarie y el arma de fuego para la civilización”.58
Luego el progreso se hizo incontenible, apareció la ciudad y con ella los oficios:
agricultura, arte de tejer, trabajo de metales, alfarería, etc., y como este trabajo tan
variado no lo pudo cumplir un solo individuo, entonces se produjo la segunda gran
58
F. Engels. Op. cit.
82
Y así se llegó a la Civilización que “ consolida y aumenta todas las divisiones del
trabajo ya existentes”, y acentúa las diferencias entre la ciudad y el campo, además de
añadir una tercera gran división del trabajo: la de los mercaderes que se dedicaron
únicamente al intercambio de los productos, “una clase que, sin tomar la menor parte en
la producción, sabe conquistar su dirección general y avasallar económicamente a los
productores”, una “clase de parásitos, una clase de verdaderos gorrones de la sociedad,
que como compensación por servicios en realidad muy mezquinos se lleva la nata de la
producción patria y extranjera, amasa rápidamente riquezas enormes y adquiere una
influencia social proporcional a éstas”.59
Más tarde aparece el Estado que es un producto de la sociedad cuando ésta llega a un
determinado nivel de desarrollo, sobre todo cuando está dividida por antagonismos entre
sus clases. Surge como una forma de poder que se sitúa por encima de la sociedad y que
está llamada a amortiguar esos antagonismos. Organiza una fuerza pública, cobra
impuestos y después asume varias formas.
Como quiera que sea, la civilización ha llevado a cabo mucho progreso en todo orden
de cosas, pero “poniendo en movimiento los impulsos y pasiones más viles de los
hombres y a costa de sus mejores disposiciones. La codicia más vulgar ha sido la
fuerza motriz de la civilización desde sus primeros días hasta hoy”. Pero “si a pesar
de eso han correspondido a la civilización el desarrollo creciente de la ciencia y
reiterados períodos del más opulento esplendor del arte, sólo ha acontecido así porque
sin ello hubieran sido imposibles, en toda su plenitud, las actuales realizaciones en la
59
Ibid. Pp. 165-166.
83
EL CEREBRO
Resulta siempre difícil, para el hombre, admitir que su cerebro no sea más que un
órgano entre todos los otros de que dispone, y que apenas pueda diferenciarse de los
sesos de los animales no humanos. También es difícil aceptar que el cerebro no es
indispensable para la vida, como lo son los pulmones o el corazón, por ejemplo. Pero en
ausencia de cerebro (digamos en un estado de coma), la vida del hombre perdería todo
su encanto: pensamiento, imaginación, voluntad y conciencia.
Pero en compensación, el hombre debería admitir que tanto él como su cerebro están
hechos del polvo de las estrellas y debería sentirse enormemente orgulloso por ello.
Pues bien, como cualquier órgano que forma la anatomía del hombre, el cerebro ha
evolucionado desde aquellas primeras formas que exhibieron los organismos simples y
que tienen, a manera de cerebros, unos nudos nerviosos aferentes y eferentes, y que
luego se desarrollaron, en la escala evolutiva, aumentando su complejidad y contenido
informativo, creciendo y desarrollando una compleja red de líneas nerviosas, que sirven
para conectar los diversos nervios, determinando que los movimientos antes simples,
después se multipliquen, y ejecuten discriminadamente respuestas variadas ante los
cambios operados en el ambiente.
60
Ibd. p. 177.
84
“En algún lugar de las calurosas junglas del Carbonífero, emergió un organismo que
por vez primera en la historia de la Tierra poseía más información en el cerebro que en
los genes. Se trataba de uno de los primeros reptiles. Los dos jalones subsiguientes en el
desarrollo de cerebración, coincidentes con la aparición de los mamíferos y el
advenimiento de los primates semejantes al hombre, constituyen un avance todavía más
significativo en lo tocante a la evolución de la inteligencia. Gran parte de la historia de
la vida a partir del Carbonífero puede ser descrita como el progresivo -y, por supuesto
incompleto- dominio del cerebro sobre los genes”62
Veamos otro asunto. Aunque las interpretaciones respecto a las funciones que
cumple el cerebro no son unánimes, podemos mencionar dos opiniones que merecen
destacarse. Para unos, el cerebro, o sea la capa exterior de la corteza, es equipotente;
significaría que cualquier parte de la corteza puede realizar las funciones de las demás,
de tal manera que no merece la pena hablar de localizaciones específicas acerca de las
funciones concretas. Pero otros piensan que el cerebro es un entramado de conexiones
de manera que las funciones cognoscitivas concretas están localizadas en zonas
específicas del cerebro.
En virtud a esto último, mucha gente piensa que una gran parte del cerebro no
trabaja, es decir, se trataría de una parte inactiva del cerebro porque no realiza tipo
alguno de función, sin embargo, si esto sucediese nos enfrentaríamos a una grave
anomalía biológica ante la cual deberíamos preguntarnos: ¿porqué se produjo todo el
proceso evolutivo si a esas zonas inactivas del cerebro no les correspondía ninguna
función?. Y como se puede advertir, tal idea no acepta la posibilidad de que en la
conformación del cerebro se haya producido la redundancia funcional.
Lo cierto es que, como asegura Sagan, la capacidad del cerebro tienen un contenido
aproximado de unas diez mil millones de neuronas, y el cerebelo tiene otro tanto. No
está demás recordar que las neuronas son células nerviosas sumamente activas,
encargadas de cumplir todas las funciones cerebrales. Ahora bien, a cada una de las
neuronas le corresponde diez células gliales o neurogliales que constituyen el andamiaje
de la construcción neuronal. Asimismo es importante destacar que cada neurona
cerebral posee entre mil y diez mil sinapsis, o sea, puntos de contactos con las neuronas
vecinas, de manera tal que en conjunto un cerebro humano contiene aproximadamente
1013 sinapsis, determinando que “el número de estados mentales que puede alcanzar el
hombre es de 21013, o sea, 2 {neuronas cerebrales y cerebelales} multiplicado por sí
mismo 10 billones de veces. Se trata de una cifra impensable, mucho mayor, por
ejemplo, que el número de partículas elementales (protones y neutrones) que existen en
todo el universo (...). debido a esta ingente cantidad de configuraciones distintas no
puede haber dos hombres iguales (...). Esta cifra colosal puede explicar también, hasta
cierto punto, el porqué de la imposibilidad de predecir la conducta humana”63
Ahora bien, la estructura del cerebro reproduce todas las fases por las que ha
evolucionado, de manera que como toda evolución se ha producido de dentro hacia
fuera, a manera de capas que la evolución ha ido superponiendo, resulta que la capa más
63
Ibid. p. 59.
86
profunda es la más antigua. El tallo encefálico, que gobierna las funciones biológicas
vitales: latidos del corazón, respiración, etc., es la más antigua, en correspondencia el
cerebro es la capa más superficial y, por lo tanto, la más nueva que gobierna las
funciones racionales y el pensamiento abstracto.
Hace 3 millones de años vivían una gran variedad de criaturas bípedas con amplia
gama de volúmenes craneales. Cuando aparece el Homo Habilis éste ya tenía un
volumen de 700 cc. porque ya conocía herramientas, y por eso se le considera el primer
hombre genuino. Vivió en las sabanas africanas en aquella época en que la materia
estaba despertando a la conciencia.
El incremento que sufría el volumen craneal de los hombres estuvo vinculado con
otra modificación de su anatomía: la remodelación y ensanchamiento de la pelvis, lo que
permitió que las mujeres pudieran alumbrar a sus hijos que nacían cada vez con cráneos
más voluminosos. Por eso, “el formidable crecimiento en la última fase filogenética
constituye uno de los ejemplos más llamativos de transformación evolutiva que
conoce la Anatomía Comparada. El cierre incompleto del cráneo al nacer, la
hendidura de la cubierta ósea llamada fontanela, es con toda probabilidad una
adaptación imperfecta a esta reciente evolución del cerebro”66
64
Véase Sagan. Op. Cit., p. 74 ss.
65
Ibid. p.117.
66
Ibid. p. 119.
87
Es pues manifiesto que los rasgos considerados típicamente humanos han alcanzado
su desarrollo cabal sólo después de que el hombre aprendió a manejar las herramientas.
Pues bien, las funciones superiores del cerebro evolucionaron en tres fases sucesivas.
Coronando el Tallo Encefálico está el Complejo Reptílico (complejo R), conformado
por la médula espinal y otros elementos; es la parte más primitiva y el hombre lo
comparte con los mamíferos y los reptiles; se desarrolló hace miles de años atrás.
La explicación de la evolución del cerebro sugiere que este proceso se habría llevado
a cabo mediante la superposición de nuevos sistemas a los ya existentes, es decir,
mediante aquella operación biológica que Haeckel ha llamado “recapitulación”, y que
se la acepta como aquella teoría que describe el desarrollo embrionario de un animal que
tiende a repetir o a “recapitular” la secuencia evolutiva de sus antecesores. El feto
humano, por ejemplo, en su vida intrauterina repite fases evolutivas anteriores a la
especie como la de los peces, reptiles, mamíferos no primates, antes de desarrollar
aquellos rasgos fisiológicos propios del hombre.
Por eso el desarrollo del feto humano se realiza de dentro hacia afuera pasando por la
secuencia de Complejo R - Sistema Límbico - Neocortex, situación que se conoce como
evolución por adición o superposición, pero siempre siguiendo la línea evolutiva que
va de los simple a lo complejo.
El complejo R cumpliría dentro del cerebro humano las mismas funciones que en el
dinosaurio, y el sistema límbico, las funciones de los mamíferos. El complejo R es el
responsable de la conducta agresiva, la territorialidad, los actos rituales y el
establecimiento de jerarquías sociales y probablemente la conducta burocrática y
política. Por eso “sorprende comprobar en qué medida nuestros actos reales -en
contraposición a lo que decimos o pensamos- puede explicarse en función a las pautas
que rigen la conducta de los reptiles”67, pues, en lo profundo de nuestro cráneo hay
algo parecido al cerebro de un cocodrilo.
Finalmente, en el exterior del cerebro, “viviendo en una tregua incómodo con los
cerebros más primitivos situados abajo”, está la corteza cerebral, donde la materia es
trasformada en conciencia, donde se asientan las facultades cognoscitivas, la intuición
67
Ibid. p. 81.
88
Ahora bien, los tres sistemas a los cuales nos hemos referido, no trabajan
completamente aislados, sobre todo si tenemos en consideración que el comportamiento
ritual o el emotivo, por ejemplo, están fuertemente influenciados por el razonamiento
abstracto de tipo neocortical. Importa subrayar que los aspectos rituales y jerárquicos de
nuestra conducta también son patrimonio de los antiguos reptiles; que los rasgos
altruistas y emocionales se localizan en el sistema límbico y que los compartimos con
los mamíferos, y que el intelecto o razón es una función del Neocortex que en cierto
grado lo compartimos con los primates superiores y con los delfines. De manera que
tanto el rito, la emoción y la razón son aspectos significativos de la naturaleza humana.
En el Fedro, diálogo de Platón, este filósofo hace uso de una metáfora que ya había
sido conocida por Sócrates, compara el alma del hombre con un carro tirado por dos
caballos, uno blanco y otro negro, que jalan en distintas direcciones y a los que al auriga
apenas acierta a dominar. En el cerebro de Mac Lean los dos caballos representan el
Complejo R y el Límbico, mientras que al auriga representa al Neocortex.
“El hombre desciende de los reptiles y mamíferos. Es muy probable que al reprimir
durante el día la acción del complejo R, y al liberar por la noche los dragones de nuestra
ensoñación, estemos reviviendo los cien millones de años de lucha en que reptiles y
mamíferos se enfrentaron, con la salvedad de que se ha invertido el momento del día en
que tienen lugar la vampiresca caza. Con todo, hay en la conducta del ser humano
suficientes rasgos reptílicos. Si liberásemos por complejo los aspectos reptílicos de
nuestra naturaleza, disminuiría considerablemente nuestra capacidad de supervivencia.
Puesto que el Complejo R se halla muy profundamente engarzado en la fábrica del
cerebro, no cabe soslayar por mucho tiempo y de forma absoluta sus funciones. Quizá el
estado de ensoñación permite, en nuestra fantasía y en su realidad, que el Complejo R
funcione regularmente, como si todavía controlase la situación”68
Así como las ciudades aumentan su tamaño a partir de un pequeño centro que crece y
cambia lentamente, dejando que sigan funcionando muchas partes antiguas, de la misma
manera la evolución no pudo anular el interior antiguo del cerebro a causa de sus
imperfecciones para sustituirlo por algo de fabricación más reciente. Por eso, el tallo
encefálico está rodeado por el Sistema Límbico y finalmente por la corteza cerebral. Las
68
Ibid. Pp. 188-189.
89
dos partes antiguas están encargadas de realizar funciones fundamentales, por eso siguen
funcionando juntamente con las nuevas funciones del cortex.
69
Citado por C. Sagan. Cosmos. p. 277.
90
La creación en todas sus variedades son productos del hemisferio derecho, en tanto
que el lenguaje se regula por el izquierdo. Asimismo, ha quedado fuera de dudas de que
el hemisferio derecho no solo produce el pensamiento intuitivo, sino que es capaz de
percibir configuraciones y nexos demasiado complejos para el hemisferio izquierdo. En
sentido inverso, el pensamiento crítico y escéptico no es un rasgo distintivo del
hemisferio derecho, y podría resultar “que las teorías elaboradas exclusivamente por él,
particularmente en circunstancias nuevas y difíciles, sean erróneas o paranoides”.
70
Carl Sagan. Los Dragones del Edén. p. 228.
91
Tenemos así que los actos creativos pertenecen al hemisferio derecho, en tanto que
los razonamientos sobre la validez del resultado son primordialmente funciones del
hemisferio izquierdo.
Para dar término a esta primera parte quisiéramos abordar algunas ideas acerca del
lenguaje, solo que antes de hacerlo y a manera de una conclusión preliminar
establecemos que “la historia de la vida no nos ofrece solamente la complicación de
ciertos órganos, sino un gran ascenso significativo de perfeccionamiento del ser viviente
cada vez mejor unificado e integrado merced a los progresos de sus estructuras
nerviosas y sobre todo de su cerebro. En todos los cuerpos, el tiempo hace aparecer
especies cada vez más cerebralizadas, y en el conjunto, la aparición sucesiva de los
animales se efectúa en el sentido del progreso cerebral”71.
Así pues, si los seres vivos han progresado hacia un cerebro más grande, en el
hombre aparece este cerebro como el punto culminante de la evolución. Lo dicho no
es una hipótesis, sino una conclusión científica indiscutible de la Paleoanrtropología.
Ahora sí, el origen del lenguaje manifiestamente está vinculado al problema del
origen del hombre. En tal sentido debe establecerse además la relación entre las
evoluciones del lenguaje, del intelecto, del uso de herramientas, de las modificaciones
anatómicas, la vida social, el fuego, etc., conforme lo establecen la Lingüística, la
Arqueología, La Paleoantropología, la Anatomía Comparada, en lo que se refiere a los
órganos del lenguaje, y también la Biología.
Los monos al emitir sonidos vocales, que son señales de peligro o de amenaza a la
manada, están reflejando las excitaciones que actúan directamente sobre el animal. Pero
la voz consciente expresa una reacción del individuo no solo ante una percepción, en un
momento dado, sino también ante fenómenos de orden más general. Por eso, el empleo
consciente de la voz significa un enriquecimiento del pensamiento, y a la vez la
ampliación del círculo de representaciones que incluyen imágenes tales que no tienen
una relación directa con el individuo en un momento dado.
Ahora bien, debe aclararse que los monos carecen de lenguaje en el sentido propio de
la palabra, pero ellos son poseedores ya de las premisas biológicas del lenguaje humano,
es decir, poseen las premisas del lenguaje y también los gérmenes del pensamiento
humano. Si esto no fuese así, entonces no habría otro camino sino el de plantear que el
lenguaje humano ha surgido del vacío.
71
Paul Chauchard. El Cerebro y la Conciencia. Martínez Roca. Barcelona, 1968. p. 39.
92
Los cerebros de los monos muestran que carecen del Área de Broca, no poseen un
adecuado resonador bucal por la escasa distancia entre el velo del paladar y la abertura
de la laringe, por eso emiten mayormente sonidos nasales, pero en atención a la
abundancia de señales que utilizan, sería justo “considerar que es todo el cuerpo, que
son todos los órganos del animal -y no sólo los “sonidos”- lo que “habla”, con sus
movimientos”72
La primera etapa del lenguaje humano fue la del lenguaje inarticulado, medio de
comunicación del hombre primitivo. Tal lenguaje carecía de un sistema de unidades
fónicas diferenciadas. Tampoco ofrecían sonidos aislados obtenidos de unidades
significativas en calidad de fonemas.
Todo ello se iba produciendo bajo el control del Neocortex que también iba en
aumento de complejidad. En este mismo punto debe señalarse que el habla articulada
necesita que la mandíbula inferior pueda moverse a gran velocidad y para ello que su
musculatura debe ser menos maciza, y todos estos cambios se produjeron porque para el
advenimiento del lenguaje articulado nuestros antepasados jugaron con el fuego y se
hicieron hombres.
72
D. P. Gorski. Pensamiento y Lenguaje. Grijalbo, México, 1966, p. 19.
73
Ibib. p. 27.
93
Asumimos que el desarrollo del pensamiento y del lenguaje, a partir del cerebro, se
produjo de una manera compleja. Ya el hombre de Cromagnon era capaz de distinguir,
en el habla, tanto los eslabones que constituían oraciones elementales, como las palabras
mismas, que son componentes de las oraciones. Por lo tanto sabía distinguir no sólo los
pensamientos, sino además, sus componentes: los conceptos, es decir, tenían conciencia
de que “lo separado formaba un todo y de que el todo estaba interiormente diferenciado
y contaba de partes”. Por eso aprendió “a realizar un complejo trabajo de análisis y de
síntesis, en el proceso de percepción del lenguaje, aprendió, al mismo tiempo, a realizar
un complejo trabajo de análisis y de síntesis al expresar sus propios pensamientos
formado con los componentes particulares del pensamiento y de los sonidos, unidades
complejas de pensamiento y lenguaje: oraciones, contexto”74
En un principio, durante la formación del lenguaje articulado, las palabras solo tenían
significado material, es decir, se referían a ciertos objetos dados. Resultó mucho más
difícil comunicar pensamientos sin tener a la vista los objetos a que se referían. Cuando
se llegó a este estadio, el lenguaje articulado permitió pensar en los objetos y comunicar
los pensamientos correspondientes sin tener los objetos delante, o sea, operar con los
objetos no solo físicamente, sino mediante sus nombres, es decir, con palabras y con
imágenes generalizadas de dichos objetos, situación que se conoce como el segundo
sistema de signalización.
Por el lenguaje entonces y gracias a él, el hombre estableció las condiciones para
pasar del conocimiento de objetos y fenómenos singulares (primer sistema de
signalización) al conocimiento generalizado de los objetos en forma de conceptos,
determinando la peculiaridad de que el pensamiento no fuese copia fiel y directa de los
objetos percibidos, sino la reproducción de la realidad trasformada con espíritu creador.
Con esta función abstractiva y generalizadora de las cosas el hombre rebasó los límites
de la conciencia inicial, para abrazar la esfera del pensamiento lógico-abstracto que por
medio de conceptos generales creó, pasando el tiempo, la filosofía, la ciencia y el arte, y
juntamente con ello, a través de este lenguaje, el hombre empezó a adquirir
conciencia de sí mismo.
74
Ibid. p. 49.
94
El pensamiento mismo y el lenguaje son funciones del cerebro, de manera que las
conexiones entre estos elementos han sido establecidos sin lugar a dudas por técnicas
contemporáneas . Así tenemos el siguiente cuadro que nos ofrece la Técnica TEP
(Tomografía por Emisión de Positrones):
Siendo la sangre el alimento del cerebro, cuando un área particular del cerebro
incrementa su nivel de actividad, entonces más sangre llega a esa zona. Esto se detecta
con la sangre marcada con positrones, habiéndose establecido las siguientes
conclusiones. El lenguaje es función del hemisferio izquierdo del cerebro. Cuando el
hombre repite algunas palabras, las áreas del cerebro que “trabajan” son las
correspondientes a la lengua y a la boca en la corteza primaria, y las región de
programación motora cercana al área de Broca. Cuando el hombre mueve simplemente
la lengua, se enciende el segmento correspondiente a la lengua o también de la misma
corteza. Cuando el sujeto imagina algo, se activa la región de programación motora
alrededor del área de Broca. De manera que para imaginar movimientos usamos áreas
del cerebro que controlan movimientos reales. Cuando pronunciamos una palabra
utilizamos al área de coordinación fonológica cerca a la corteza auditiva.
El camino que sigue el lenguaje en el cerebro no necesita ser lineal ya que el sistema
visual puede transferir su testigo directamente al área del habla, sin pasar por el sistema
auditivo. Se trata pues, de que el lenguaje sigue rutas múltiples y a medida que pasamos
de ver palabras, a oírlas y luego a hablarlas, y luego a pensar en el significado de esas
palabras, distintas partes del cerebro, cada vez situadas más adelante, (es decir, más
cerca de la frente), van asumiendo la responsabilidad de esas tareas, comprometiendo,
de esta manera, diferentes zonas cerebrales en diferentes momentos.
En el fondo, el cerebro no es “más que una admirable, portentosa máquina, no es, -ni
mucho menos- una máquina sencilla”.
SEGUNDA PARTE
LOGICA SUBJETIVA
CAPITULO II
Historia del pensamiento
1. DE LA MATERIA AL PENSAMIENTO
75
Geoffrey Montggomery. Imágenes del Cerebro en Acción. En Algo 2000. Junio l989, Revista,
Barcelona, Pp. 21.
96
Los únicos pensamientos de los que tenemos experiencia directa son aquellos
asociados con el cerebro, a su vez, el cerebro está asociado con la materia, es decir, con
todos aquellos objetos materiales que ocupan lugares en el espacio y que tienen
propiedades como masa, extensión, carga eléctrica, movimiento, cambio, etc., y que se
regulan de acuerdo a sus propias leyes. Se trata de objetos tales que en su mayor parte
son asequibles a cualquier sujeto a través de observaciones y mediciones.
Ahora bien, cuando el desarrollo de las ciencias fue todavía limitado no formaban
parte de su preocupación ni la naturaleza orgánica, ni el cerebro, de manera que el
concepto de materia fue considerado equivalente al concepto de lo físico. Por eso
mismo, al pensamiento (conciencia, voluntad, etc.), que inicialmente no fue tampoco
objeto de la investigación científica, se lo consideró como una especie de espíritu, alma,
sustancia pensante, en calidad de sustancia pura, incontaminada por la materia. La
filosofía tomó estos conceptos abstractos de lo psíquico y de lo físico y estableció la
conclusión de que correspondían a dos realidades infranqueables, como si se tratase de
dos lados de un abismo incomunicable; de esta manera el mundo quedó dividido en dos
esferas totalmente heterogéneas: el mundo material y el mundo psíquico; división a la
que se ha venido a llamar dualismo de las sustancias y que nosotros lo denominaremos
problema psicofísico o dualismo psicofísico, o problema de la comunicación entre el
cuerpo y el alma.
Todo comenzó cuando Descartes, primer filósofo moderno, concibe que lo psíquico
se muestra como lo espiritual y lo espiritual como lo ideal. En tal sentido las funciones
psíquicas se contrapusieron radicalmente como sustancia distinta de la sustancia
material.
Más adelante este problema se formuló en términos de las relaciones entre el cuerpo
y el alma. Se sostuvo, al respecto, que el ser humano consta de dos partes separadas: el
cuerpo y la mente. Al cuerpo se le asignó el papel de receptáculo de la mente, una
especie de prisión del alma y que para liberarse de ella se requería o de una purificación
espiritual o de la muerte del cuerpo. A su vez, la mente se vincula al cuerpo por
intermediación del cerebro al cual lo utiliza para adquirir información sobre el mundo y
para ejercer su voluntad.
97
Ryle sostiene en atención a lo que nos ocupa que, “a pesar de que el cuerpo humano
es un motor, no es un motor ordinario, dado que algunas de sus funciones están
gobernadas por otro motor en el interior del primero, siendo este segundo motor de una
clase muy especial. Es invisible, inaudible y no tiene ni peso ni tamaño. No puede ser
reducido a pedazos y las leyes que las gobiernan no son las que conocen los
ingenieros”76. Como vemos se trataría del “fantasma de la máquina” y que nos
recuerda al Primer Motor Inmóvil aristotélico.
Una vez que fue planteado el problema psicofísico se han sucedido gran cantidad de
variantes, las mismas que se caracterizan porque, en el fondo, asumen posiciones
dualistas, de manera tal que aún en nuestros días se sigue sosteniendo que el cerebro y el
psiquismo constituyen dos sistemas desligados entre sí, y que la actividad del cerebro no
guarda ninguna relación con las operaciones del pensamiento, constituyéndose, por lo
tanto, en dos series de fenómenos de naturaleza diferente, tal como postula el
denominado paralelismo psicofísico.
76
Paul Davis. Dios y la Nueva Física. p. 93.
77
Bertrand Russell. Citado por S. L. Rubinstein. El Ser y la Conciencia. Grijalbo, México, 1963, p. 19.
98
Al parecer, la teoría dualista cae en la típica trampa de buscar una sustancia (el
alma), para explicar lo que realmente es un concepto abstracto y no un objeto; es pues,
un error tratar el cuerpo y el alma como si fueran las dos caras de una moneda. Mente y
cuerpo no son dos componentes de una dualidad, sino dos conceptos enteramente
distintos que pertenecen a dos planos diferentes de una jerarquía de descripción.
Anticipamos, por lo tanto, que tan innecesario resulta apelar a una fuerza vital para
explicar la materia viva, como apelar al alma para explicar que la materia se hace
consciente y puede llegar a pensar cuando se hace hombre.
Engels había advertido, hace más de un siglo, que cuando los científicos
menosprecian la filosofía corrían el riesgo de ser atrapados por filosofías no científicas,
78
Mario Bunge. Materalismo y Ciencia. Ariel. Barcelona, 1981. p. 97.
99
que podían frenar o desviar el curso de sus investigaciones. Y eso es lo que ocurrió con
el estudio de la mente, estudio que fue obstaculizado por el dualismo metafísico que
explícitamente niega la tesis evolucionista, según la cual “la evolución de la mente es
la evolución de los mecanismos nerviosos”. En efecto, “ en lugar de sugerir problemas
promisorios que puedan investigarse con los medios a disposición de los biólogos,
antropólogos y prehistoriadores, el dualismo desvía la atención de estos investigadores
hacia un ente inescrutable, el alma inmaterial; por afirmar que la mente es inmaterial, el
dualismo debe negar que ha evolucionado o afirmar que su mecanismo evolutivo no es
darwiniano, y en cualquier caso es antievolucionista”79
Tal vez por eso para algunos filósofos no es necesario estudiar el cerebro para
comprender la conciencia, en cambio para la ciencia los fenómenos mentales son
fenómenos cerebrales y por eso la conciencia es parte del estudio de la ciencia. No hay
justificación -dice Francis Crick- para pensar que sólo los filósofos puedan tratar el
problema. “El rendimiento de los filósofos ha sido tan pobre en los últimos 2,000 años -
continúa Crick- que harían mejor en mostrar cierta modestia, más que la actitud de
superioridad y soberbia que comúnmente adoptan. Nuestras ideas preliminares acerca
del funcionamiento del cerebro ciertamente necesitan completarse. Espero -continua-
que cada vez más filósofos conozcan más sobre el cerebro para que sugieran ideas
acerca de cómo funciona, sin embargo, deben también aprender a abandonar sus
mimadas teorías, cuando la evidencia de la ciencia les demuestran que están erradas, de
otra forma se exponen hacer el ridículo”. Evidentemente, la naturaleza material del
fenómeno de la conciencia no disminuye en nada al hombre. Por ser material, la
conciencia no deja de ser un fenómeno maravilloso.80
79
Op. Cit. p. 139.
80
Ramón de la Fuente y otros. Biología de la Mente. F. de C. E., México, 1998, Pp.69-70.
100
Está demostrado que entre los primates y el hombre existe un tramo de separación
caracterizado por la complejización cerebral del hombre, que no se expresa solamente
por el aumento del número de neuronas, sino, especialmente, por el aumento de las
posibilidades de interconexiones nuevas entre ellas. De otro lado, es conveniente decir
que la evolución biológica presenta numerosas complejizaciones, pero sólo hay una
verdadera complejización del ser humano en el sentido del progreso cerebral.
81
Mario Bunge, Op. Cit. Pp. 119-120.
101
perfeccionamiento del ser vivo, sobre todo a nivel de las estructuras nerviosas del
cerebro.
El animal sin corteza cerebral puede ser considerado como un autónoma complejo,
que dispone de gran variedad de programas para reelaborar información perceptible de
excitantes externos e internos. El olor del enemigo, por ejemplo, despierta en el animal
sin corteza algunas estructuras nerviosas cuya excitación se transmite a los actos
motores, y cuya fuerza es proporcional a la intensidad del excitante; esta conducta se
manifiesta en la forma de leves movimientos o de la excitación de todo el sistema
nervioso, y que para hacerlo despliegan gran cantidad de energía que no les conviene
ahorrar porque peligra su vida.
Importa señalar en este momento que las nuevas especies que surgen de acuerdo a las
leyes de las evolución conservan las habilidades viejas juntamente con las nuevas
(recientemente adquiridas). Puede decirse que los programas de la corteza cerebral van
superponiéndose sobre los programas de los animales sin corteza los cuales han sido
transformados, pero no aniquilados.
La corteza cerebral de los animales tiene por función general y fundamental elaborar
la información externa e interna mediante la formación de modelos que memorizan las
relaciones cambiantes entre los excitantes externos y el organismo; se trata de una
especie de dispositivo modelador que crea modelos del mundo exterior, de los
programas interiores del organismo y de las relaciones entre el mundo y el organismo.
Por eso, la corteza permite elevar en sumo grado la adaptabilidad del animal a las
variables condiciones ambientales cuyo resultado se traduce en mejores posibilidades de
supervivencia individual y colectiva.
Si en los animales sin corteza la información del mundo queda limitada a sus
determinaciones innatas, en los animales con corteza, ésta se convierte en un haz de
células que aumentan el número de representaciones y modelos en los que graban las
modificaciones del mundo exterior en el tiempo y en el espacio. La corteza se ha
convertido por eso en un sistema de autoaprendizaje.
Estas diferencias son posibles solo gracias al cerebro de que dispone el hombre:
diferente al de todos los animales por la cantidad de neuronas, por la estructura de las
áreas superficiales de la corteza, como circunvoluciones y cisuras, y por el gran
desarrollo alcanzado en las áreas frontales y parietales donde se aseguran los
mecanismos superiores de información. Otra diferencia radica en que, en el hombre, el
gobierno directo de los músculos esqueléticos se ha trasladado de la subcorteza a la
corteza.
Debe quedar claro que la estructura cerebral del hombre significa, para el desarrollo
de lo típicamente humano, solamente una premisa, debido a que las áreas superiores de
la corteza no poseen programas preparados para elaborar información, programas que
sin embargo sí aparecen en las áreas inferiores. Sucede que recién durante el proceso
de aprendizaje la corteza adquiere la facultad de crearse a sí misma a partir de las
influencias exteriores, constituyéndose, por lo tanto, en un sistema autorganizado. En
efecto, si admitimos que la corteza, anatómicamente hablando, solo es la premisa para la
tipificación del hombre, entonces tenemos que reconocer que el hombre se crea a sí
mismo como resultado de la educación y el aprendizaje.
Para conseguir todo esto fue indispensable la vida social que funciona como un
sistema superior capaz de acumular información y transmitirla a los miembros del grupo
humano. Por imitación comenzaron a acumularse movimientos y hábitos adquiridos en
la preparación y empleo de objetos, y su gradual perfeccionamiento.
Desde otro punto de vista entendemos el proceso filogenético del cerebro señalando
que el hombre es un sistema de enorme complejidad, debido a que sus “programas” no
son únicamente innatos, sino que son capaces de autosintonizarse a partir de la
capacidad de aprehender los estímulos exteriores, extraer de ellos información,
elaborarla e influir sobre el mundo.
Los “programas” de que dispone el hombre, en opinión de Amosov82, son tres: “para
sí”, “para el género” y “para la especie”. De los tres, el último es el más importante.
82
N. M. Amosov. La Modelación del Pensamiento y de la Psique. Pueblos Unidos, Montevideo, 1967.
p. 129 ss.
105
Pasaremos ahora a contemplar otro aspecto de este mismo asunto. El hombre recibe
los estímulos del medio exterior a través de los órganos sensoriales y responde a esos
influjos de varias maneras, pero sobre todo por medio del movimiento, Esta constante
actividad se realiza por mediación de la corteza cerebral y, en menor grado, por la
subcorteza, de manera que toda actividad hacia el exterior va acompañada por una
actividad interior.
Ahora bien, la corteza está formada por células nerviosas o neuronas, siendo cada
una de ellas un sistema altamente especializado y cuya estructura está orientada a
percibir, conservar y transmitir información. Como sistema, la neurona, posee muchas
entradas y salidas por donde fluyen los impulsos nerviosos de naturaleza electroquímica.
Las células nerviosas se han ido perfeccionado gradualmente a lo largo de la evolución
de la vida. En los animales superiores, sobre todo en el hombre, han llegado a alcanzar
un elevado nivel de complejización estructural y funcional.
Vamos a resumir este desarrollo presentando una sucinta exposición sobre el proceso
de complejización cerebral. Los vertebrados más primitivos presentan un cerebro con
una estructura simple, pero dividida en tres secciones: cerebro anterior, cerebro medio y
cerebro posterior.
Hay épocas (antes del nacimiento) de la vida del hombre en que no existe el
pensamiento ni la conciencia. Se debe a que el cerebro del individuo al nacer aún no se
encuentra terminado, y es que la evolución de la vida continua efectuándose ante
nuestros ojos. Ya no se trata del perfeccionamiento de las especies, sino de la manera en
que cada individuo adquiere su cerebro en el transcurso de su desarrollo personal. Lo
que más sorprende es que cada uno de nosotros deriva de un organismo unicelular
tanto o más humilde que una amiba, pero que ésta no deja de ser nosotros mismos
con todas nuestras posibilidades.
En todo el curso de su desarrollo el hombre sigue siendo el hombre, pero “debe pasar
por unas fases de organización que corresponden más o menos a las fases en las que
permanecen unos animales menos evolucionados, testigos actuales de lo que fueron
nuestros antepasados. Si el humano recién nacido posee un comportamiento tan
reducido, un psiquismo casi ausente, es que su cerebro inacabado no funciona”83
La red nerviosa del cerebro recién se halla terminada cuando el niño ha llegado a la
edad de las razón, aproximadamente a los 7 años de vida; sin embargo, aún no está
completo desde el punto de vista anatómico y funcional por cuanto las influencias
negativas del medio pueden obstaculizar su maduración normal.
Por eso, más importante que la herencia resulta ser la influencia del medio exterior
en la formación del cerebro. Existen medios humanizantes y deshumanizantes que se
83
Paul Chauchard. Op. Cit. p. 44.
108
La primera fase del recién nacido o fase cortical inicial, se manifiesta desde el
nacimiento hasta las siete semanas de vida extrauterina y se caracteriza por la
mielinización de los hemisferios cerebrales y por la influencia que empieza a ejercer la
corteza sobre las estructuras y funciones subcorticales y espinales.
La tercera fase, de transición, después del primer año de vida, dura algunas
semanas o meses. La corteza cerebral comienza a prevalecer sobre los sistemas
subcorticales.
84
Véase Alberto Merani. Psicología Genética. Grijalbo, México, 1962. Pp. 49-51-
109
85
Paul Chauchard. Op. Cit. Pp. 42-52-
110
forma el sujeto puede reproducir una actividad pasada, o puede crear, en el sentido de
organizar, diversos tipos de actividad.
Aunque desarrollaremos algunas ideas con mayores detalles de esta actividad más
adelante, en este espacio lo hacemos con los ojos de la neurofisiología , para la cual el
pensamiento se caracteriza por ser de una naturaleza cerebral autónoma a la que se ha
llamado interioridad. Entendemos por tal la reproducción del mundo y de nosotros
mismos a través del cerebro, que tiene su vida propia en nosotros, y que está constituido
por una especie de juego de excitación e inhibición, “estructuras fisiológicas, mosaicos
de estados funcionales, esquemas dinámicos que, basándose en una actividad material,
no poseen ninguna existencia fuera de esa actividad”, es decir, el cerebro no produce
pensamientos independientemente de él.
5. CEREBRO Y PENSAMIENTO
La fisiología y la psicología del pensar son dos aspectos de una actividad cerebral
única, en cuya actividad lo ideal aparece como propiedad de lo material. Por eso, la
psicología estudia el contenido (ideal) de la actividad cerebral (material), en tanto que la
fisiología estudia los mecanismos nerviosos de dicha actividad.
Por eso mismo, desde ya rechazamos aquellas tendencias que pretenden reducir lo
psicológico a lo fisiológico o viceversa, así como también rechazamos aquellos intentos
que pretenden negar que las dos ciencias (psicología y fisiología) tienen un mismo
objeto, y que por eso conciben a la psicología como disciplina ajena al cerebro.
86
Y. P. Pavlov. Citado por E. V. Shorojova. El Problema de la Conciencia. Grijalbo, México, 1963. p.
155.
113
Ahora bien, cuando los estímulos accionan sobre un organismo, dotado de sentidos,
hacen su aparición las sensaciones, pero todavía estos estímulos que causan las
sensaciones actúan en calidad de señales de las cosas, sin que todavía de las cosas se
tenga conciencia como objetos. La conciencia de las cosas, fenómenos, etc., solo se
produce cuando los estímulos se presentan en calidad de objetos. Por eso,
distinguimos dos momentos en la sensación: “el adquirir conciencia de una cosa o de un
fenómeno en su calidad de objeto es un proceso que está relacionado con el paso de la
sensación -en su condición de mera señal para la acción, para la reacción-, a la sensación
y a la percepción como imagen del objeto”87
Se advierte entonces que los términos “señal” e “imagen” representan dos planos
diferentes. La imagen expresa la relación en que se halla la sensación respecto a la
realidad objetiva, en cambio la señal expresa la relación que se da entre dos realidades
percibidas . Es por eso que la conciencia, en sentido propio, comienza cuando aparece la
imagen del objeto en sentido gnoseológico.
Por las razones expuestas se hace necesario hacer la siguiente declaración: los
fenómenos psíquicos aparecen como manifestación del trabajo fisiológico, el trabajo
fisiológico se muestra como resultado de la biología y estos como efectos de la química
y así sucesivamente, pero con la clara advertencia de que los fenómenos nuevos que
aparecen son sui géneris y no pueden reducirse simplemente a aquellos que les sirven de
base. En tal caso subrayamos la dependencia que existe entre las formas inferiores y
superiores que se manifiestan, a manera de distintos planos, en la complejización de la
materia cerebral y de sus productos..
“Si la actividad fisiológica se realiza sobre la base de las leyes físicas y químicas, es
natural suponer que a través de la actividad nerviosa superior, las leyes fisico-químicas
también influyen sobre el curso de los procesos psíquicos”88
Debemos reconocer ahora que todos los fenómenos psíquicos, al igual que los
fenómenos existentes, se incluyen en la interconexión universal de todos los
fenómenos materiales, y es por eso que se hallan determinados o condicionados por
todas las condiciones exteriores al organismo portador de dichos fenómenos, es decir, la
explicación causal del psiquismo exige reconocer que las causas externas actúan a través
de las condiciones internas, las cuales, a su vez, se forman como resultado de las
condiciones externas.
87
S. L. Rubinstein. El Ser y la Conciencia. Grijalbo, México, 1963. p. 203.
88
A M. Korshunov. Op. Cit., p. 49.
114
A manera de ejemplo citaremos las relaciones que se operan entre el ojo humano y
el Sol (Vavilov). Las funciones de la visión están determinados por la difusión de los
rayos solares. De manera que la naturaleza específica del ojo, su adaptación a la
captación de energía, la visión diurna y nocturna, la visión en una zona limitada del
espectro, etc., es el resultado de la adaptación del ojo a la luz solar. Lo mismo sucede
con el tacto, que siendo un sentido tosco y primitivo en el mono, se ha ido desarrollando
conjuntamente con la propia mano del hombre. En general, “la formación de los cinco
sentidos externos constituye un trabajo, producto de toda la historia universal
hasta nuestros días”. En forma semejante la sensibilidad para percibir el habla (oído
fonemático) se ha formado en el hombre en virtud de la estructura fonética de la lengua,
y por lo mismo el oído musical se ha formado debido al desarrollo de la música.
Debemos precisar, por lo tanto, que toda actividad psíquica surge en el proceso de
interacción que se da entre el individuo y el mundo a través del cerebro; por eso, los
fenómenos psíquicos deben ser considerados inseparables de los procesos
nerviosos, por un lado, e inseparables de la acción que el mundo ejerce sobre el
individuo, de otro lado. El principio general en el que descansa tal afirmación consiste
en la constatación de que entre el individuo y el mundo exterior existe una acción
recíproca, es decir, existe una unidad entre el organismo y el medio de manera tal que
ningún organismo puede existir sin un medio externo que sustente su existencia.
89
Op. Cit., p. 53.
115
cerebro y además del mundo exterior. Por eso, es vano e innecesario intentar buscar en
el celebro el asiento del alma, así como buscar, al interior del propio cerebro, la fuente
de la actividad psíquica. Los pensamientos, tomados como procesos psíquicos
concretos, no pueden ser explicados fuera y al margen de todo vínculo concreto con la
actividad del cerebro, como si se tratara de una actividad puramente espiritual y sin la
correspondencia con su base material.
El cerebro es un órgano que trabaja incesantemente, y siendo así, resulta que entre la
estructura morfológica y la función fisiológica se produce una coincidencia o fusión. La
función y la estructura cerebral se unen para la construcción del pensamiento. La
unión que remarcamos tiene por base no solo la dependencia de la función respecto de la
estructura, sino, además, en que las concesiones que se producen durante el proceso
funcional se van sedimentando en la estructura, y en que la formación de la estructura, a
su vez, está condicionada por la función. Por eso, debemos entender por función la
actividad del cerebro condicionada desde el exterior.
Cuando hablamos de reflejo debemos entender por tal la respuesta normal del
individuo a un estímulo exterior; todo esto forma parte de un proceso. Todo acto reflejo
supone un proceso que comienza por la presencia y recepción del estímulo, continúa con
los procesos nerviosos que se operan en la corteza de los hemisferios cerebrales y
termina con la respuesta. Comprende, por lo tanto: el receptor, los nervios que van del
receptor al cerebro, el propio cerebro, los nervios que van del cerebro a los órganos
operantes, y los mismos órganos a través de los cuales se da la respuesta.
En tales situaciones, se debe precisar que la acción del estímulo exterior sobre el
receptor, permite que entre en acción el aparato cortical central de manera que ambos
funcionan como si se tratara de un solo aparato. En efecto, Pavlov había anunciado que
el significado de la palabra “analizador” (órgano sensorial), no consiste en separar las
funciones analíticas que realiza la corteza respecto de su actividad sintética, sino en unir
el receptor periférico y la corteza en un solo aparato. Cuando este proceso se cumple, es
decir, cuando el extremo periférico y el cerebro actúan como un todo único, entonces es
capaz de verificar tanto el análisis como la síntesis de los estímulos, siendo su resultado
final la aparición de la sensación o de la percepción como imagen ideal de la cosa que
actúa como estímulo.
conjunto de los actos reflejos que se realizan uno tras otro, que al asociarse y
concatenarse forman un todo único en virtud de lo cual aparece ante nosotros la cosa,
con todas sus facetas y propiedades, en forma de imagen ideal.
Ahora bien, la imagen existirá solamente mientras dure la actividad del cerebro. No
puede existir en ningún lugar la imagen ideal como tal imagen, separada totalmente del
proceso material, es decir, de la actividad cerebral del cerebro. En virtud de lo expuesto
es necesario insistir sobre aquello que veníamos apuntando, esto es, que los fenómenos
psíquicos, y entre ellos el pensamiento, la conciencia, son inseparables de la
actividad nerviosa material del cerebro.
proceso del pensar, enriqueciendo su ulterior evolución. Por eso, ese proceso del pensar,
es al mismo tiempo un movimiento de conocimientos.
Pero por encima de élla de produce la generalización abstracta, que opera con
propiedades esenciales, las mismas que se descubren a partir del análisis y de la
abstracción. Se aclara que una propiedad es esencial “no porque sea común a varios
fenómenos, sino que resulta común a varios fenómenos porque es esencial para ellos”90.
Lo manifestado puede entenderse porque la característica fundamental del pensamiento
lógico-abstracto radica en saber delimitar las propiedades esenciales de las que no lo
son.
Por lo expuesto, se advierte que hay una estrecha relación entre aquella propiedad
que se generaliza y aquella que es propiedad esencial de un objeto. Pues, durante el
trabajo teórico, el contenido que forma parte de su resultado, no puede ser conocido a
través de una propiedad cualquiera, común a muchos objetos o fenómenos concretos,
sino por lo esencial que esos objetos poseen, por eso lo que se generaliza expresa el
carácter de esencial que contienen las cosas.
90
Ibid. p. 330.
119
análisis que permite separar mentalmente las propiedades esenciales de las propiedades
secundarias. Por eso, en sentido estricto, cuando se generaliza las propiedades esenciales
abstraídas durante el análisis se produce la generalización teórica.
Habíamos establecido que el cerebro es el órgano del pensamiento, pero que la fuente
del pensamiento es el mundo de las cosas que actúan sobre él. Esta determinación
constituye el tratamiento del pensamiento en su doble relación. La primera, es la que se
da entre el pensamiento y el cerebro, situación que se adscribe dentro del llamado
problema ontológico y cuya explicación forma parte de las ciencias naturales; en cambio
la segunda relación, que desarrollaremos en este punto, es aquella que se da entre el
pensamiento y la realidad exterior a la cual reproduce y que se adscribe dentro del
problema denominado gnoseológico, y que su explicación compromete a la teoría del
conocimiento y a la lógica.
En tal sentido, “no es posible estudiar el cerebro sin investigar la relación del sujeto
con el mundo exterior, sin tener en cuenta la oposición entre lo psíquico y la fuente
objetiva de su información”. Pues, “todos los cambios materiales de los procesos
nerviosos en el cerebro son resultado (si se excluyen los procesos metabólicos internos)
de influjos materiales exteriores”91
91
A. M. Korshunov. La Teoría del Reflejo y la Actividad Creadora. E. P. U., Montevideo, 1973, Pp.
47-51.
120
92
S. L. Rubinstein. Op. Cit. p. 37.
121
Por eso enfatizamos que lo ideal (ya sea idea, concepto, etc.), por más que
reproduzca fielmente la realidad nunca podrá existir desligado de la actividad
cognoscitiva (psíquica) del sujeto y no existe tampoco sin relacionarse con él.
Por lo tanto, resulta evidente que el pensamiento, es a la vez, producto del pensar y
forma de la existencia del objeto. “Cuando el hombre piensa, en el proceso de su
desenvolvimiento individual, la estructura lógica del objeto del pensamiento determina
la ordenación del pensar y con ello la lógica de los pensamientos”93
Sucede entonces que “antes de que el hombre adquiera conciencia de las leyes de la
lógica y pudiera aplicarlas de manera consciente, estuvo prácticamente discurriendo -
cada vez en mayor medida- de acuerdo con dichas leyes. Una vez descubiertas las leyes
de la lógica, el hombre ha seguido pensando, siguiendo la lógica del objeto del pensar y
no como si se ejercitara en la aplicación de una fórmula lógica u otra. Lo que
inicialmente determina la formación del pensamiento humano no son las reglas de la
lógica, sino que es dicha estructura lógica objetiva, que se decanta en el sistema del
conocimiento científico. Las reglas de la lógica -de las que el hombre entra en
conocimiento más tarde- sirven para probar la justeza del pensamiento y rectificarlo
caso de que se desvíe del camino recto”94
En ningún individuo se podrá dar jamás procesos lógicos puros, lo que se da siempre
son más bien actividades de conocimiento, es decir, operaciones cognoscitivas
determinadas por las correlaciones lógicas existentes entre el punto de partida del
proceso del conocimiento y su resultado. Lo que pretendemos establecer es la unidad
entre la lógica y la teoría del conocimiento, y al mismo tiempo aclarar la correlación
que tiene lugar entre el estudio psicológico, gnoseológico y lógico del proceso del
conocimiento, así como eliminar la posibilidad de creer que las ideas se desligan de los
objetos y de la actividad cognoscitiva del sujeto.
93
Ibid. p. 44.
94
Loc. Cit.
122
una función de él; una propiedad como cualquier otra y a la cual no puede calificársela
ni de ideal ni de material.
En tal sentido objetivo significa adecuación del conocimiento con el objeto. Por lo
tanto, si el pensamiento es subjetivo porque pertenece a un sujeto, tiende a ser
objetivo porque esta orientado ha reproducir con exactitud las particularidades de
los objetos.
Ahora bien, para el pensamiento del sujeto el mundo se le presenta siempre como
una realidad objetiva que se le contrapone: es el mundo, es el ser que existe
independientemente de que pueda ser o no reproducido por el pensamiento, y sabemos
perfectamente que el mundo puede existir sin ser objeto para el sujeto. Debemos
distinguir, por lo tanto, lo que es el “ser” y lo que es el “objeto”. El ser constituye una
característica ontológica, en tanto que el objeto es una categoría gnoseológica. En tal
sentido el objeto existe solo para el sujeto, pero fuera de esta relación el ser existe (no
solo como calidad de objeto para el sujeto). Efectivamente, a fin de ser objeto para
alguien es necesario existir, por eso, el ser existe antes de ser objeto, ya que para existir
el ser no requiere obligatoriamente ser objeto para el sujeto. Las interpretaciones
que no aceptamos afirman que el ser existe únicamente en calidad de objeto para un
sujeto.
95
Ibid. p. 55.
123
incorporan al proceso cognoscitivo y de acción del hombre como cosas para nosotros.
En el mundo material, el ser se convierte en realidad objetiva en el sentido de objeto
para el sujeto, cuando en el transcurso de la evolución, surgen los individuos capaces de
adquirir conciencia de dicho mundo capaces de entrar en conocimiento con él... (La
realidad objetiva es el ser que existe incluso al margen de la relación con el sujeto, es la
cosa en sí que se convierte en cosa para nosotros)”96
Otro aspecto del carácter subjetivo del pensamiento y del psiquismo, en el plano
sensorial del conocimiento, consiste en que los mismos objetos son percibidos por
diferentes personas de modo diferente; incluso, un mismo sujeto puede percibir de
manera diferente un mismo objeto en diferentes tiempos, lo que quiere decir que en
condiciones distintas se perciben las cosas de manera diferente.
Pasaremos ahora a precisar aquellas formas cognoscitivas con las que se puede
reproducir espiritualmente el mundo y que forman parte del proceso del conocimiento.
Este proceso, como ya hemos apuntado, es único, aunque está constituido por niveles y
formas específicas. Ante todo el conocimiento comienza con la sensación, sigue con la
percepción y la representación y luego de estas formas sensoriales se asciende a la forma
de pensamiento propiamente dicho, conocimiento teórico que trabaja con conceptos,
juicios y razonamientos y que son las formas lógico-abstractas de reproducción de la
realidad.
Tanto los animales como los hombres poseen órganos sensoriales que, a través del
proceso evolutivo, se han ido perfeccionando a efecto de ir recibiendo determinados
estímulos provenientes de las cosas, como tamaño, forma, distancia, volumen, etc.; tales
propiedades de las cosas, ejercen influencia directa ya sea sobre las funciones biológicas
de los organismos en general, o pueden desempeñar el contenido gnoseológico de la
reproducción sensorial de la realidad.
96
Ibid. Pp. 51-52.
124
97
Y. M. Séchenov. Citado por S. L. Rubientein, Op. Cit., p.67.
98
Ibid. Pp. 67-68.
125
Los conceptos que maneja cualquier ciencia serán siempre expresiones generales y
por lo tanto esenciales de los objetos, pero no por ello el concepto es un pensamiento
contrapuesto directamente a las cosas y fenómenos.
99
Ibid. p. 109.
100
George Nocack. Introducción a la Lógica. Fontamara. Barcelona, 1982, p. 52.
127
Fue así que después de millones de años, cuando hizo su primera aparición la
primera célula viva y que, a la vez, fue la base para la formación del mundo orgánico, y
que pasando luego por los vegetales y animales, en sus diferentes especies con
diferentes sistemas nerviosos, hace su aparición el animal vertebrado llamado hombre,
expresión del más alto grado de evolución y de complejización cerebral y conductal, con
el cual la materia cobra conciencia de sí misma.
La conciencia surge cuando el sujeto se distingue del mundo al cual lo “siente” como
una realidad “exterior”, es decir, como algo distinto de él y que no coincide con él.
Indudablemente que la adquisición de la conciencia por parte del hombre supone un
largo proceso de maduración de las condiciones que la hacen viable, condiciones éstas
101
E. V. Bassin. El Problema del Incosciente. Granica Editor, Bs. As., 1972, p. 152.
128
que son de carácter filogenético y ontogenético. Supone al mismo tiempo tener que
admitir la dificultad que se produce en el paso de la edad en que todavía no se da la
separación del sujeto respecto al mundo de las cosas, al nivel en el que ya se presenta
esa separación. Consideramos que ésta debe ser una etapa muy importante porque, a la
vez, comprende el paso de la actividad psíquica inconsciente a la etapa de las
manifestaciones psíquicas conscientes. Al comienzo se presentó, indudablemente, en
forma confusa, pero cada vez iba adquiriendo mayor claridad, hasta que hizo su
aparición la conciencia plena, limpia y transparente.
Por eso mismo, debe reconocerse que las actividades psíquicas no se vuelven
conscientes simplemente por algún proceso interno del sujeto, sino porque se debieron
cumplir algunas condiciones fisiológicas y psicológicas y, consecuentemente, pensamos
que la inconsciencia constituye una fase necesaria en el desarrollo normal del
psiquismo. En efecto, frente a una señal, el sujeto puede solamente sentirla y cumplir
una orden, sin “darse cuenta” sobre aquello que siente o que hace, pero si no sólo siente
la señal, sino que además “sabe” que la siente, entonces este “saber” quiere decir que la
señal se halla presente en la conciencia y ése es el momento en el que se produce la
“separación de la reflexión sobre la vida y la vida misma” , o se da el fenómeno de
“estar presente” de los contenidos psicológicos de la conciencia.
102
S. L. Rubinstein. Op. Cit., p. 255.
129
El ser consciente supone una “duplicación” especial del cuadro del mundo, por
cuanto la realidad forma el contenido de la reproducción y además está presente la
percepción de la actitud hacia dicha realidad. Entonces advertimos que con el hombre
empieza una gama rica de posibilidades de actuar sobre el mundo, a partir del momento
en que estuvo en condiciones no sólo de percibir, pensar y sentir, sino además de ser
consciente de que es un ser material que percibe, siente y piensa.
De esta misma manera surgió también la autoconciencia que es “el darse cuenta el
hombre de sus actos, ideas, sentimientos, rasgos morales, intereses, de su posición en el
sistema de la producción social, vale decir, la conciencia de su propia personalidad que
es un “yo” en el ambiente natural y social y se encuentra con éste en un sistema de
relaciones históricamente constituido”104
Sin embargo, para que el hombre pueda tener conciencia de sí mismo y de su mundo
interior, primero tiene que tener conciencia de su actividad y de sus pensamientos como
reproducción de su mundo exterior, es decir, la autoconciencia comienza como una
especie de autosensación originada en el curso de la vida. El hombre, al analizar esas
sensaciones y sus vínculos, se encuentra a sí mismo.
Por eso dice Séchenov: “De la conciencia de sí mismo del niño nace en edad adulta
la autoconciencia, que permite al hombre enfocar críticamente los actos de su propia
conciencia, es decir, separar todo lo de dentro de sí de todo lo de fuera, analizarlo y
compararlo con lo exterior, en una palabra estudiar el acto de su propia conciencia”.
103
Ibid., Pp. 262-263.
104
A. Spirkin. Op. Cit., Pp. 14-15.
130
La moral tiene por función hacer que la persona aprecie sus actos, sentimientos y
pensamientos desde el punto de vista de su valor social.
Tal situación se produjo, por ejemplo, con el esfuerzo físico y la constancia del
trabajo desplegado por el individuo, conducta a la que vino a designársela como “virtus”
y con la palabra “bonus”, cuyo significado era “fuerte”, “valiente”. Estas formas de
conducta laboral se convirtieron, con el tiempo, en formas de la conducta moral y que
conjuntamente con otras como la ayuda mutua, la continencia, la solidaridad, etc.,
favorecieron a una sociedad determinada, y por eso recibieron la aprobación y el
estímulo de esa sociedad. Sin embargo, al mismo tiempo, otros actos individuales,
contrarios a los anteriores como la cobardía, la codicia, la ociosidad, etc., fueron
considerados negativos y perjudiciales (“cacus”, “malus”), por lo que fueron objeto de
reprobación y ridiculización sociales. Así pues, las conductas se consideraban buenas o
malas en atención a la utilidad o perjuicio que ocasionaban a una colectividad, y no sólo
a un miembro en particular.
Tanto la conducta moral efectiva, como los juicios y evaluaciones morales son en el
fondo aspectos de la conciencia que se han formado históricamente. Durante el proceso
del desarrollo histórico los hombres han ido elaborando ciertas normas o reglas de
conducta en correspondencia con sus condiciones de vida. Cuando tales normas fueron
separadas de las condiciones reales de vida, que les dieron origen, por un proceso
puramente mental fueron elevadas a la categoría de principios, normas o leyes morales.
De esa manera se formaron los conceptos de bien, mal, justo, virtud, vicio, etc..
105
A. F. Shishkin. Etica Marxista. Grijalbo, México, 1966, Pp. 50-51-
133
Y fue así como al interior de cada horda surgieron los hábitos y costumbres morales:
ayuda mutua, solidaridad, defensa común frente al enemigo, preocupación por la prole,
sentimiento de compasión para el que sufría dolor por una herida, etc.107
Ha quedado plenamente establecido que la moral, como una esfera de la vida mental
del hombre, hizo su aparición antes que la religión y posiblemente antes que las ideas
106
Adolfo Sánchez Vásquez. Etica. Grijalbo, México, 1972, p. 55.
107
A. Spirkin. Op. Cit. p. 187.
108
F. Engels. El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, p. 74.
134
estéticas. Pues, como dice Plejanov, la moral surge antes de que comience el proceso de
fusión de los conceptos morales con la fe en la existencia de los dioses. La religión no
crea la moral. Sólo consagra sus reglas que se nutren en el suelo de un régimen social
dado.
El arte aparece también como producto de la actividad del trabajo y de las relaciones
sociales de los hombres en aquellas épocas tempranas del despertar de la conciencia. Su
esencia radica en la creación artística de imágenes que reproducen la realidad con
ciertos medios y de acuerdo a determinados modos, gracias a los cuales se adquiere no
solo una forma de conocimiento de la realidad, sino también una forma de
comunicación entre las personas; asimismo, es una fuente de goce espiritual. Todos los
elementos que intervienen en la creación artística constituyen un factor esencial para el
desarrollo mental del hombre.
Las huellas más tempranas del Paleolítico muestran el trabajo artístico de los
cazadores, expresados en la talla de figuras redondeadas, en piedra o en marfil, animales
de arcilla, decoración de sus utensilios con dibujos representativos, ejecución de bajo
relieves en las paredes de roca de las cavernas y el pintado de escenas en el techo de las
cuevas, etc.
El hombre hacía un dibujo para fijar algo en la memoria y comunicarlo a los demás.
El artista primitivo se esforzaba en hacer una imagen semejante al original,
posiblemente con fines mágicos, pero en el fondo alcanzaba significados educativos, de
manera que las generaciones antiguas, llenas de experiencia, pudieron influir en las
generaciones nuevas. Pues se trata de un arte valioso en el sentido de que “proporciona
un índice aproximado de conocimiento zoológico poseído por los hombres de esta edad.
La fidelidad de su dibujo ilustra acerca de la precisión de sus observaciones sobre los
animales que les proveían de alimentos. En las pinturas es posible todavía distinguir las
diversas especies que intentaron representar, aun en el caso de peces y de ciervos. Es
evidente que los magdalenienses reconocieron las mismas especies que un zoólogo
moderno. Comprendían algo de la fisiología animal. Al menos, entendían algo del
corazón; se conoce la pintura de un bisonte herido, con el corazón expuesto y atravesado
por una flecha”109
Se advierte que sobresale el contenido objetivo del trabajo mental y la capacidad para
la imaginación racional y creadora, pues, representan, al mismo tiempo, la separación
mental de la forma y del color de las demás propiedades o partes de las cosas, situación
que sólo se puede lograr si la mente ha realizado la suficiente capacidad de abstracción.
Para realizar las obras de arte primitivas el artista tuvo que poseer una capacidad de
concentración atencional, excelente observación y una fina coordinación creadora. Con
estas capacidades se expresan, al mismo tiempo, habilidades para el análisis mental,
para la síntesis, la comparación, la abstracción y la generalización, que son las
operaciones propias del pensamiento.
109
Gordon Childe. Op. Cit. p. 82.
110
Ibid. p. 83.
136
En tal sentido, lo que acabamos de decir testimonia que el objeto del arte era aquello
que tenía gran significación para la vida de toda la comunidad, hacia aquello a lo que
tendían todos sus intereses, con aquello que tenían que habérselas en la actividad
cotidiana: animales en todas su variedades, figuritas femeninas, “Venus”, mujer-madre,
etc.. Estos motivos, por ejemplo, expresan la idea de la generalización socialmente
orientada a destacar a la mujer progenitora, y las importancia del parto como hecho
excepcional.
Al mismo tiempo aparecen las pinturas de escenas, que significan una lógica de las
relaciones entre varias imágenes unidas en una imagen de conjunto, es decir, aparecen
las primeras composiciones en forma rudimentaria. En este caso, el artista se abstrae de
la determinación sensible en la representación de hombres y animales y destaca,
principalmente, la interacción entre ambos. Indudablemente que se perdía la precisión
sensible, pero se ganaba con la expresión de las relaciones y actitudes.
Enfocado así el origen del arte, se advierte entonces que la conciencia estética
apareció teniendo como base las condiciones materiales de la vida, fue por eso que
sirvió a la necesidad social de comunicación. Cada etapa en el desarrollo del arte
representa tanto los diferentes momentos del conocimiento del mundo exterior, como
los diferentes modos de influencia social de los hombres sobre la realidad situación que
permitió, a su vez, fortalecer y enriquecer los nexos sociales.
De otro lado, debemos decir que el trabajo siempre ha sido considerado arte. En la
fabricación de los instrumentos de trabajo es precisamente donde se funde el trabajo con
el arte. La palabra “techné”, que significa arte, artesanía, expresa las ideas de hacer,
actuar, golpear, elaborar, preparar, crear, engendrar, etc.. En efecto, a medida que se
observa el desarrollo de los instrumentos de trabajo, se puede advertir cómo aquellos
toscos, groseros y asimétricos desbastados, empiezan a alcanzar proporciones de
simetría, volumen, peso y forma adecuados al tipo de instrumento. Como dice Gordon
Childe ya no se trata solamente de crear cosas útiles, sino agradables al tacto, de aspecto
simétrico y hermosas.
111
A. S. Gushchin. El Origen del Arte. En A. Spirkin. Op. Cit., p. 205.
137
Por lo tanto, las diferentes formas de la creación artística que ha sabido plasmar el
hombre en pintura, escultura, música, literatura, danza, arte escénico, etc., se han
formado sobre la base de la producción de manera tal que las percepciones,
representaciones y conceptos estéticos, adquirieron forma como contenidos de la
conciencia estética.
Dijimos que el trabajo es un arte, pero a su vez el arte es trabajo, porque con el
desarrollo progresivo y la mayor complejidad de una sociedad diferenciada en clases, el
arte va sufriendo mayores complicaciones. El artista ignora, muchas veces, los lazos
invisibles que lo unen al medio en que vive y cree que su obra obedece a una creación
personal y espontánea, pero no es así porque todo lo humano es social y todo lo social
sigue el ritmo del proceso histórico.
En todas las épocas los hombres han hecho arte y han gustado del arte, aún sin
comprender ni definir siquiera la naturaleza y el objetivo de su propia actividad
creadora.
El artista vive y representa, en su obra, una concepción de la vida y del mundo que está
íntimamente ligada a la actividad legal de esa misma sociedad. No hay período o ciclo
histórico en que el arte se sustraiga a esa relación íntima y profunda entre el medio y el
hombre, si no fuese así entonces ¿Podríamos concebir a Aquiles con la pólvora y el
plomo?. ¿Qué es Júpiter después de la invención del pararrayos?. Pensamos que el arte
es la manifestación de la vida y da vida, y que no puede separarse, sino por puro
artificio, del complejo mundo en el que vive el artista.
112
C. Marx y F. Engels. obras tempranas, en Spirkin. Op. Cit., p. 212.
113
Loc. Cit.
138
hombre real que ha doblado su naturaleza biológica con una naturaleza social, que lo
caracteriza como sujeto y objeto de una época histórica determinada.
Desde los comienzos mismos en que el hombre se relacionó con la naturaleza, hasta
nuestros días, ha recorrido un camino que va desde su completa debilidad e impotencia
ante las fuerzas y fenómenos naturales, hasta llegar a conocer y dominar las leyes
naturales para sacarles utilidad con eficacia y beneficio para sí mismo. En un principio,
se produjo un dominio de las fuerzas naturales sobre el hombre, y fue así cómo comenzó
hacer su aparición la conciencia religiosa. Más tarde el hombre logró dominar esas
fuerzas con lo que se produjo el debilitamiento del pensamiento religioso.
Pensamos por eso que “la religión no es otra cosa que el reflejo fantástico que
proyectan en la cabeza de los hombres aquellas fuerzas externas que gobiernan sobre su
vida diaria, un reflejo que en las fuerzas terrenales revisten las formas de poderes
sobrenaturales”114. Su esencia consiste en que la conciencia religiosa reproduce
desnaturalizadamente, fantásticamente las fuerzas naturales y sociales que dominan a los
hombres, quienes responden con sentimientos de esperanza, con temor y veneración a
esos poderes considerados como sobrenaturales, convirtiéndose, como dice Reinach, en
“un conjunto de escrúpulos que estorban el libre ejercicio de nuestras facultades”115
La religión es, de otro lado, “la autoconciencia y la autopercepción del hombre que
no se halló aún, o ya se perdió nuevamente”, porque, efectivamente, se originó siempre
de un sentimiento de inferioridad personal frente al medio cósmico lleno de cosas
inexplicables y terribles. También se originó a partir de la extremada ignorancia en que
se encontraba el hombre para dar una explicación natural, terrena y objetiva de los
fenómenos naturales.
Por eso se ha dicho que “el temor creó a los dioses”. En efecto, la forma más
primitiva de religión fue la creencia en espíritus y almas: las piedras, los árboles, las
nubes, el viento, la lluvia, el trueno, el rayo, etc., se consideraban vivos. Si el objeto se
mueve, entonces está vivo. Al “desdoblar” la realidad y “ poblarla” de almas y espíritus,
el hombre primitivo tomaba, pensaba y creía que las cosas de la naturaleza eran seres
vivos. Esto se debió a que el hombre mismo todavía no logró distinguir entre lo vivo y
114
F. Engels. El AntiDühring. Cartago. Bs.As., 1973, p. 255.
115
S. Reinach. Orfeo. Introducción al Estudio de las Religiones. El Ateneo. Bs.As., 1964. p. 13.
139
Es muy probable que las supersticiones inventadas por el hombre y los seres ficticios
que ha imaginando, le facilitaron la vida para hacerla más agradable, pero “la
persecución de vanas esperanzas y de atajos ilusorios, seguidos por la magia y por la
religión, apartaron reiteradamente al hombre del camino, más difícil de controlar: la
naturaleza por medio de la comprensión”.
116
Gorden Childe. Op. Cit., p. 286-
141
Sin embargo, por más fecunda que sea la imaginación nunca el hombre será capaz de
imaginar algo cuyos materiales no hayan sido extraídos de la realidad. Si analizamos los
productos más alambicados que pueblan lo sobrenatural, inventados por la cabeza del
hombre, no vienen a ser sino combinaciones desfiguradas y exageradas de lo natural.
Las desfiguraciones, exageraciones e invenciones las realiza la imaginación incentivada
por el temor, la angustia y la desesperación, y por la ignorancia de las leyes naturales.
Fue de esta manera como el hombre primitivo formulaba sus opiniones sobre las
cosas naturales, a partir de la analogía que establecía entre ellas y los objetos creados
por su propio esfuerzo. Por eso, afirmaba que la naturaleza tuvo que ser creada por
algún ser semejante a él, sólo que más superior. Nunca se imaginó que la naturaleza
pudiese ser autosostenida.
El totemismo es la creencia falsa según la cual una comunidad, gen, tribu, etc. está
ligada por lazos de parentesco con ciertos animales o plantas, a los cuales se les atribuye
el poder de protector del grupo humano, y que por eso se les consideraba padre o
hermano, de manera que quedaba prohibido cazarlo, matarlo o usarlo como alimento.
El totem, en sentido estricto, representa a toda la especie generalizada del animal o
planta correspondiente. Los animales o plantas totem, que representa a animales y
plantas concretos, quedan protegidos por un tabú. Es posible que a partir de este
sentimiento se haya dado inicio a la domesticación de plantas y animales.
142
El fetichismo, por su parte, ligado a la forma anterior, es también una creencia falsa
de que algunos objetos tienen dos principios ligados entre sí: uno visible, perceptible y
el otro invisible, oculto, sobrenatural. Es por eso que pensaban que lo bueno o lo malo
que poseen los objetos puede influir positiva o negativamente en el destino del hombre.
Esta creencia tuvo su punto de partida en la convicción que asumió el hombre de que la
parte visible del objeto no expresa todas sus propiedades.
El mito consiste en explicar que todos los fenómenos naturales han sido creados,
controlados y gobernados por seres sobrenaturales o dioses. Las mitologías, en general,
son relatos que narran o explican fantásticamente el origen de las cosas a la manera de
los cuentos de hadas. Los mitos son falsos en tanto que no alcanzaron jamás el nivel
científico o filosófico, pero los hombres primitivos creían en la verosimilitud de sus
mitos, a pesar de su carácter fantástico, como si fuesen realmente objetivos. Con el mito
ya no se tiene en consideración propiamente la adoración de objetos concretos, sino que
su intención apunta a las imágenes de los dioses, para quienes los fenómenos de la
naturaleza no son sino medios de manifestación de su voluntad.
sociedad. Este Estado, esta sociedad, producen la religión, una conciencia del mundo
invertida, porque ellos son un mundo invertido. La religión es la teoría general de este
mundo, su compendio enciclopédico, su lógica bajo forma popular, su pundonor
espiritualista, su entusiasmo, su sanción moral, su solemne complemento, su razón
general de consolación y justificación. Es la fantástica realización de la esencia humana,
porque la esencia humana carece de verdadera realidad. La lucha contra la religión es,
por tanto, indirectamente, la lucha contra aquel mundo que tiene en la religión su arma
espiritual”.
“La miseria religiosa es, de una parte, la expresión de la miseria real y, de otra parte,
la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura agobiada, el
estado de ánimo de un mundo sin corazón, porque es el espíritu de los estados de cosas
carentes de espíritu. La religión es el opio del pueblo”117.
Pero el hombre, en la edad de la razón, debe dejar de buscar fuera del mundo que
habita seres que le producen un bienestar que la naturaleza le niega. Que estudie la
naturaleza, que aprenda sus leyes, que aplique sus descubrimientos a su propia felicidad
y que admita ignorar las causas para él envueltas con un velo impenetrable de misterio.
117
C. Marx Y F. Engels. La Sagrada Familia. Grijalbo, México, 1967. p. 3.
144
La actitud que marca el inicio de la filosofía fue el intento por eliminar a todas las
divinidades y entes sobrenaturales, que desde entonces ya no se inmiscuyeron en los
designios del universo. Se comenzó a pensar que el universo actuaba exclusivamente de
acuerdo a su propia naturaleza; los fenómenos eran producto de causas naturales
solamente. Por eso Tales estuvo convencido de este primer principio: el universo se
conduce de acuerdo con ciertas leyes naturales que no pueden alterarse por el
capricho o voluntad de los dioses. Pero además Tales estuvo convencido de este
segundo principio: El pensamiento humano es capaz de esclarecer y conocer la
naturaleza de esas leyes que gobiernan el universo. Estos dos principios marcan el
145
inicio de una nueva actitud del pensamiento humano ante el universo. Se ha venido a
llamar la idea de la ciencia.
Más adelante, del problema total del universo fueron distiguiéndose problemas
particulares. Mientras hacían su aparición las ciencias, en el sentido moderno del
término, se renunció a encontrar de un solo golpe la solución del gran problema total, y
se procedió a dividirlo en problemas menores y parciales; parecería que se cumplió el
precepto cartesiano de dividir el problema en tantas partes como fuere posible para
resolverlo mejor; y de esa manera, el viejo problema filosófico se dividió en los
múltiples problemas de las ciencias particulares. A partir de entonces, ciencias y
filosofía parecen caminar por senderos diferentes, las primeras taladrando y aislando
particularidades y, la segunda, generalizando y universalizando.
Existe, por lo tanto, una interdependencia de la parte con el todo. toda consideración
que esté dirigida a aislar un hecho constituye una abstracción, es decir, tal consideración
crea elementos artificiales separados del conjunto y que sólo mediante su ensamble con
el conjunto correspondiente adquieren concreción y ubicación.
Importa, por lo tanto, subrayar estas relaciones en el sentido de que las partes sólo
existen en el nexo que conduce a la totalidad, y la totalidad existe sólo en las partes;
todas las partes hacen el todo, de la misma manera que el todo contiene todas las partes.
La totalidad únicamente existe en las partes y a través de las partes, lo que nos sugiere
afirmar que la totalidad no es un ente eidético, metafísico e ideal, como tampoco es una
sustancia abstracta y trascendente. Por el contrario, la totalidad encuentra su
manifestación real en las cosas materiales particulares. No existe la fruta fuera, al
margen o por encima de las pera, pepinos o manzanas.
Entonces, si lo acotado es correcto debemos preguntarnos: ¿de qué manera debe ser
conocida la realidad?, ¿atendiendo únicamente a la parte a la manera de las ciencias o
atendiendo al todo, al estilo de la filosofía? Para dar respuesta a estas preguntas
ofrecemos las siguientes propuestas:
Como tenemos anotado, esta situación ha sido advertida por las ciencias
contemporáneas. A diferencia de las ciencias que en el pasado se ocupaban de hechos
singulares, hoy se orientan cada vez con mayor fuerza a destacar los procesos e
interacciones. Dejamos, sin embargo, expresa constancia de que la dependencia entre
los hechos y las generalizaciones es recíproca, por cuanto, la generalización es
147
imposible sin el conocimiento de los hechos e, inversamente, todo hecho contiene algún
elemento de generalización.
El trabajo filosófico está orientado, por otro lado, a destacar las conexiones internas y
generales de los hechos, procesos o fenómenos particulares, y lo puede hacer porque en
su esencia ontológica cada hecho, proceso o fenómeno, conque trabaja la ciencia,
expresa la realidad total, es decir, el significado objetivo de cada hecho particular
consiste en la riqueza y esencialidad conque complementa y la mismo tiempo reproduce
toda la realidad. Por eso, ya manifestamos que la realidad total no podría existir de otra
manera sino como conjunto de hechos, o sea, como una totalidad jerarquizada y
articulada de hechos.
La filosofía nunca podrá conocer la totalidad concreta sin el trabajo del científico que
separa, aísla y fragmenta los hechos de la totalidad y los vuelve relativamente
independientes. El secreto que se impone en el conocimiento de la realidad tiene su
fundamenta en la escisión del todo; pero a su vez, si se considera que la filosofía, como
estudio del todo, posee una realidad superior a los hechos, entonces se convierte
fácilmente en un tipo de conocimiento que se diferencia substancialmente del de las
ciencias. Así, el todo se ha separado de las partes y existen independientemente de ellas.
Las ciencias al estudiar un hecho particular, destacan todo lo que tienen de propio y
específico, es decir, lo que tiene de especial, y en las relaciones de los hechos
particulares, lo especial se manifiesta como diferencia entre ellos.
Ahora bien, en la realidad objetiva los objetos se caracterizan porque unos son
semejantes y otros son diferentes entre sí; por eso es legítima la pretensión de las
ciencias de conocer esas diferencias, como es legítima la pretensión de la filosofía de
conocer esas semejanzas.
Advertimos por lo tanto, que se pueden articular la filosofía y las ciencias en dos
posibilidades fundamentales de la racionalidad humana que pretenden conocer la
realidad. Pensamos que ambas dependen una de la otra. Ninguna de sus funciones puede
ser reemplazada por las otras. Las ciencias al reunir datos, al presentar hechos, no
agotan con ello el conocimiento pleno de la realidad; por su parte, la pregunta por la
totalidad siempre estará viva para la filosofía. La racionalidad del hombre tiene dos
tareas, como diría Kant, por el entendimiento se dirige a lo particular y, por la razón,
intenta elaborar la totalidad.
El primero de estos errores fue denunciado por Engels, cuando dijo que los
científicos “creen liberarse de la filosofía simplemente por ignorarla o hablar mal de
ella. Pero como no pueden lograr nada sin pensar y para pensar hace falta recurrir a las
determinaciones del pensamiento y toman esas categorías, sin darse cuenta de ello, de la
conciencia usual de las llamadas gentes cultas, dominada por los residuos de filosofías
desde hace largo tiempo olvidadas, del poquito de filosofía obligatoriamente aprendida
en la universidad, o de la lectura, ayuna a toda crítica y de todo plan sistemático de
todas clases, resulta que no por ello dejan de hallarse bajo el vasallaje de la filosofía,
pero, desgraciadamente, en la mayor parte de los casos, de la peor de todas, y quienes
más insultan a la filosofía son esclavos precisamente de los peores residuos vulgarizados
de la peor de las filosofías”118.
118
F. Engels. Dialéctica de la Naturaleza. Grijalbo, México, 1961, p. 177.
119
Robert Havemann. Dialéctica sin Dogma. Ariel, Barcelona, 1971, Pp. 210-215.
149
Capítulo III
“Lo que se destaca con satisfacción es la gran semejanza entre la historia del
universo y su estructura lógica”. Ya Einstein se admiraba “por la belleza de la lógica
simplicidad del orden y la armonía que solamente podemos captar de forma humilde e
imperfecta”, y Wheller decía: “no deberíamos asombrarnos, por tanto, si la descripción
de la naturaleza nos lleva al final a la lógica, la fortaleza inexpugnable y etérea que
constituye el corazón de las matemáticas. Si como se cree, todas las matemáticas se
reducen a las matemáticas de la lógica y toda la física se reduce a las matemáticas(...), la
física es la única rama de las matemáticas que “puede pensar sobre sí misma””, en
efecto, el camino más fructífero y natural para el conocimiento de la conciencia, del
pensamiento y la razón. creemos que radica en la reconstrucción de la historia de la
materia y la historia del pensamiento humano, de esta manera podremos conocer los
antecedentes biológicos, genéticos y evolucionistas del pensamiento.
Se dejó establecido que los niveles de la evolución universal son al mismo tiempo
niveles de complejización creciente. Si analizamos el cuadro que se inserta podemos
tener una visión clara de lo que se indica:
150
Evolución de los sistemas reales. Aumento de complejidad. (escala temporal: miles de millones de años)
============================================================>
Evolución
científica
Evolución
cultural
Evolución
psicosocial
Evolución
biológica
Evolución
molecular
Evolución
química
Evolución
galáctica
estelar
Evolución
cósmica
La idea del desarrollo supone además poner de manifiesto el vínculo que une los
estados anteriores con los estados posteriores de los sistemas, es decir, destacar la
interacción universal a través de la relación causal que une el pasado con el futuro. En
efecto, la relación causal puede asumir las siguientes variables:
1. No hay efecto sin causa ni causa sin efecto. Quiere decir, en atención al principio de
conservación de la materia, que nada puede originarse de la nada, y nada puede
desaparecer sin dejar huella.
2. Todo sistema puede ser efecto de muchas causas y causa de muchos efectos, es decir,
que si estudiáramos todas las causas de un sistema, tendríamos que descomponerlo en
sus elementos componentes y descubriríamos que el número de sus causas es ilimitado;
152
a su vez, intentar descubrir los posibles efectos que ocasiona un sistema nos daría
también un numero ilimitado.
3. Causas iguales originan efectos iguales; se basa en la unidad material del mundo, y se
convierte en la base del método analógico y de la modelación.
4. En toda conexión causal se realizan las posibilidades contenidas en el sistema
anterior, y a su vez se crean vínculos causales nuevos, no implícitos en los estados
anteriores.
Afín a estas ideas se encuentra el hecho de que los acontecimientos reales tienen que
ser posibles, es decir, los sistemas tienen que ser posibles, pues si fuesen imposibles no
llegarían a ser reales. Un acontecimiento puede llamarse posible sólo si puede ocurrir o
puede no ocurrir. La palabra posible tiene un notable grado de inseguridad, aplicada a un
sistema significa que esa cosa puede perfectamente ocurrir, pero no tiene que ocurrir.
Solo lo que es imposible no puede ocurrir. Lo que quiere decir que en el fondo de todo
el desarrollo subyace la idea de la posibilidad y la necesidad. De otro lado, también es
conveniente distinguir algunos conceptos que se suelen confundir como sinónimos:
causa y fundamento.
Así pues, lo legal (la ley), lo que determina qué es posible para el movimiento y
comportamiento de las micropartículas, por ejemplo, se expresa en la imagen
ondulatoria, llamada precisamente por Bohr y Heisenberg, imagen de lo posible; pero lo
que está necesariamente determinado en la imagen ondulatoria es sólo lo posible de los
procesos del mundo corpuscular. Esta necesidad que no determina lo real, sino lo
posible, aparece en la imagen corpuscular como imagen de lo real, sólo en la forma de
lo casual.
Algo más, la imagen ondulatoria no sólo separa lo posible de lo no posible, sino que
suministra datos cuantitativos acerca del grado de posibilidad, y el grado de posibilidad
es la probabilidad. Sabemos, por lo tanto, que el electrón, por ejemplo, dispone de una
ancha escala de posibilidades para realizar su recorrido. La teoría cuántica indica, con
toda exactitud, con qué probabilidad seguirá un determinado recorrido, de tal manera
que el movimiento de cada electrón no estuvo determinado sino por el grado de su
posibilidad. De esta manera advertimos también que la mecánica cuántica entiende la
casualidad como una categoría objetiva, real, independiente de nuestro pensamiento,
porque:
> Lo casual tiene fundamento porque es casual
> Lo casual carece igualmente de fundamento porque es casual
> Lo casual es necesario, y
153
La historia del universo nos informa que exhibe, además de una complicada
estructura, una organización elaborada que va desde las formas más simples y
elementales hasta las más complejas y abigarradas, todas estas formas regidas por leyes
inflexibles que son explicadas por las ciencias, ante lo cual es legítimo hacernos algunas
preguntas: ¿Porqué existe precisamente este universo y no otro? ¿Porqué el universo
no puede ser de otra manera? ¿Este es el único universo posible?.
Cuando el universo era primitivo, era al mismo tiempo lo más simple posible; a ese
estado de sencillez extrema se le ha llamado equilibrio electrodinámico; solo
posteriormente aparecieron las estructuras complejas. Ahora bien, ese orden inicial que
ha dado lugar a la complejidad, se produjo espontáneamente. Según la termodinámica
(segunda ley), el orden da lugar al desorden, es decir, las estructuras complejas
degeneran hacia un estado final de desorganizada complejidad, y aquí encontramos
nuevamente una aparente contradicción.
Pero esto no es así, el estado primitivo del universo se caracterizó no por su máxima
organización, sino por su simplicidad y equilibrio. Cuando el universo comenzó su
expansión, todo su material fue objeto de interinfluencias gravitacionales. A su vez, la
gravitación puede ordenar la materia, pues cuando se suministra energía a un sistema se
introduce orden en el mismo a condición de crear desorden en otro sistema. Por eso,
pudiera ser que en el universo en expansión la energía organizada apareciera
espontáneamente sin que estuviera presente al principio.
Ahora bien, si partimos del hecho de que en los sistemas no gravitacionales el orden
es sinónimo de complejidad y el desorden de simplicidad, entonces tenemos que el
universo tuvo, al principio, un campo gravitacional de baja entropía, era ordenado,
homogéneo y uniforme, en otras palabras, el universo que fue simple, tuvo la
posibilidad de generar complejidad gracias a la gravitación. De otro lado, sabemos que
la materia está gobernada por 4 fuerzas que tienen alcance universal, pero a medida que
aumenta la temperatura de la materia, como es el caso del universo al principio, las
fuerzas empiezan a confundirse unas con otras. En el límite de 1032 grados, las cuatro
fuerzas se unifican en una sola superfuerza. Correspondientemente, cuando esta
temperatura va en descenso, por debajo de ese límite señalado, las fuerzas se van
separando y actúan con relativa independencia; por eso, a mayores temperaturas las
partículas subatómicas pierden su identidad.
Para que el universo que vemos sea como es, se necesitó de su enfriamiento. A
elevadas temperaturas se pierden sus características diferenciadoras, se desvanecen, se
funden, y en su lugar aparecen constituyentes más simples, y tal es el caso que cuanto
más retrocedemos en la historia del universo, y se consideran las características de su
existencia, se advierte un creciente aumento de su temperatura, hasta el momento en que
sólo actuaba la superfuerza (las 4 fuerzas unificadas) sobre pocas partículas simples (las
complejas estructuras se desvanecen para dar paso a elementos más simples). En
correspondencia, a medida que el universo se enfría, las 4 fuerzas se disgregan, se
separan, se aíslan, y las partículas simples se agrupan en estructuras complejas. Por esta
razón es lícito decir que el estado actual del universo (su forma de existir), con sus
constituyentes (galaxias, estrellas, planetas, vida, etc.), y las leyes que lo gobiernan
tuvieron sus comienzos en la forma extremadamente simple.
Y así, continuando con el proceso evolutivo nos encontramos con que el “pináculo
de la evolución es la conciencia”, y que por eso ocupa el lugar central de la filosofía y de
las neurociencias. Una de sus primeras tareas es hacer más transparentes las relaciones
entre la conciencia y el cerebro para no bifurcar innecesariamente, como se señaló en
secciones anteriores, entre lo objetivo, considerado como “hecho” y lo subjetivo como
“ficción”.
En lo que se refiere a la naturaleza del pensamiento humano se han dado, con mucha
frecuencia, explicaciones de carácter místico o sobrenatural; los vitalistas por ejemplo,
pensaban que el “misterio” de la vida y la conciencia no podían explicarse apelando a
las leyes físicas y químicas, pero hoy sabemos que la biología molecular, la biofísica y
la bioquímica contemporáneas han derrumbado definitivamente las pretensiones del
vitalismo. Algunas veces se intentó comparar el término “conciencia” con “éter” o
“flogisto”, sin embargo, aunque los térmicos éter y flogisto fueron utilizados como
términos explicativos en determinadas condiciones concretas del conocimiento de la
realidad y que luego devinieron en inexistentes, en cambio el término conciencia tiene
un referente existente que necesita ser explicado.
156
En efecto, En cerebro analiza el mundo exterior por medio de los sentidos. Los
sentidos fragmentan, descomponen, dividen las propiedades de la realidad a través de su
trabajo de análisis. No obstante esa descomposición las imágenes de la realidad externa
en el interior del cerebro, en donde cada atributo es analizado en diferentes lugares, se
presentan como una representación unificada del mundo exterior. Este proceso,
sumamente delicado, tiene su interpretación a través de ciertas operaciones que se han
venido ha llamar el “enlace”. Para entender el “enlace” tenemos que partir del hecho de
que cada cerebro posee un enorme número de neuronas que analizan las propiedades de
cada objeto; cada grupo especializado de estas neuronas se encarga de analizar distintas
propiedades y se ubican en zonas distintas del cerebro; por eso, tiene que darse un
mecanismo que ”enlace” la actividad de esos grupos especializados para que la imagen
de la realidad se reconstruya como una unidad perceptual unificada.
120
Ramón de la Fuente y Franciscio Javier Alvarez Leefmans. Biología de la Mente. F de C. E., México,
1998, p. 54.
157
¿Qué se entiende por un quantum de conciencia?: que el trabajo neuronal que realiza
el cerebro “es discreto, discontinuo, y sin embargo percibimos el mundo externo de
manera unificada, como un continuo en el tiempo. Es decir, las imágenes se crean una
tras otra tan rápidamente como si fueran analógicas y no digitales, en un continuo como
sucede en una película cinematográfica”. En otras palabras, las imágenes que proceden
de todos los sentidos se enlazan, no en un lugar, si no en el tiempo. Según estas ideas, la
conciencia “es el diálogo entre el tálamo y la corteza cerebral, modelado por los
sentidos”122
121
Ibid. p. 65.
122
Ibid. p. 67.
158
Ante lo cual se puede sostener que el “yo” es una metáfora necesaria para plantear el
modelo fundamental de la realidad y contrastarla. No expresa nada más que una
analogía. Así pues nadie ha encontrado al “yo”, por eso su eliminación, en el modelo de
la conciencia, puede facilitar notablemente su naturalización. (Con cierto temor yo diría:
el “yo” es la materia).
123
Ibid. p. 348.
160
En otro aspecto de este problema, pensamos que si la especie humana se vio obligada
a percibir los objetos del mundo a través de una estructura espacial, nada autoriza a
sostener que tal estructura posea validez absoluta apriori, como pensaba Kant al sostener
la tesis de que las estructuras cognoscitivas apriorísticas, a las que denominó formas
puras de la intuición (espacio - tiempo) y conceptos puros del entendimiento
(causalidad- acción recíproca, etc. ), son independientes de toda experiencia, es decir,
son apriori. Consideramos que este apriori se refiere únicamente a que son anteriores
ontogenéticamente hablando, o sea, anteriores a la experiencia individual de cada
hombre en particular; sin embargo, en realidad, son filogenéticamente aposteriori
porque, estas estructuras cognoscitivas, son el producto de la evolución biológica que se
convirtieron en indispensables para la supervivencia de la especie.
En efecto, tales estructuras son como son, pero podrían haber sido de manera
diferente si es que el proceso evolutivo se hubiera desarrollado de manera diferente.
Debemos entender, por eso, que el hombre y sus facultades de pensamiento son
resultados del devenir, que la razón tiene su origen empírico puesto que ha nacido del
seno de la naturaleza y que la verdad tiene solamente validez aproximada y relativa.
Entonces el mundo no es producto de la razón humana.
En efecto, si el hombre piensa como piensa, es por el hecho de que somos una especie
animal que para supervivir, en la terrible lucha con la naturaleza, hemos tenido que
incorporar y perfeccionar una serie de instrumentos entre los que están las leyes lógicas,
que no son verdades necesarias, apriori, como tampoco lo son las matemáticas, sino
únicamente herramientas útiles para enfrentarnos al mundo exterior. Lo más importante
no es una verdad en sí y por sí, sino cómo favorece a la vida, conserva la vida, conserva
la especie.
Entendemos que todo acto perceptivo es un proceso que intenta reconstruir objetos
exteriores a partir de las impresiones sensoriales, es decir, interpretar las impresiones
sensoriales como proyecciones de las estructuras reales sobre nuestra superficie, sobre el
“plano” de nuestros órganos sensoriales. Asimismo, entendemos que el conocimiento
es el resultado de la función de un órgano natural: el cerebro, por lo mismo, el cerebro
es el aparato cognitivo sobre el que se proyectan los objetos del mundo real a través de
ondas electromagnéticas, sonoras, etc.. Entonces, si este no fuese el acceso al mundo
real, obviamente nuestros conocimientos tendrían sólo carácter de sueños,
alucinaciones o ficciones con lo cual no sería posible realizar las operaciones de
elaboración, interpretación, reconstrucción e identificación del mundo real, y todo se
reduciría a un caos de sensaciones.
124
Nicanor Ursua.Op. Cit., p. 58.
162
> Las sensaciones desencadenadas son interpretadas como proyecciones de objetos que
han de ser reconstruidos, (por eso el conocimiento de la realidad es:),
> Una adecuada reconstrucción interna de los objetos externos.
Pero sin la presencia del hombre, del sujeto o del aparato cognitivo no podría haber
conocimiento, porque conocimiento es la interacción entre las estructuras objetivas
(mundo real) y las estructuras subjetivas (aparato cognitivo). Estos últimos componentes
son tan necesarios como los primeros, pues sin la presencia del mundo real nuestro
conocimiento no sería conocimiento del mundo, sería, como está dicho, un sueño, una
ficción, una alucinación; pero sin la presencia del sistema cognitivo sería imposible
realizar la reconstrucción. Las condiciones del aparato cognitivo son:
> El ser humano posee órganos sensoriales con funciones selectivas donde se proyectan
las sensaciones de “afuera”,
> la información que reciben los sentidos se transmiten (neurotransmisiones),
> el aparato cognitivo necesita de un sistema capaz de elaborar información (hardware),
y múltiples algoritmos y heurísticos efectivos (software) que realiza la reconstrucción
interna de las estructuras externas.
Wollmer, destacado defensor de esta posición ha dicho que “el ajuste ha de ser al
menos tan bueno que puedan ser satisfechas las necesidades existenciales de un
164
De otro lado, se hace necesario explicar cómo se realiza este ajuste para completar
nuestra información acerca de esta postura. Si tomamos como punto de partida que el
conocimiento es la interacción entre sujeto y objeto, entre estructuras objetivas y
subjetivas, entonces resulta plenamente sostenible primero, que sin la participación del
mundo real nuestro conocimiento del mundo no sería conocimiento, y segundo, sin la
participación del sujeto sería imposible reconstruir, interpretar, identificar y elaborar las
señales del mundo. En tal sentido la teoría evolucionista que nos sustenta sostiene que:
> Nuestro aparato cognoscitivo con todas sus capacidades es el resultado de la
evolución biológica.
> Las estructuras cognitivas subjetivas se “ajustan” (adecuan) a las estructuras objetivas
del mundo, porque se han formado en la “adaptación” a este mundo, y concuerdan (en
parte) con las estructuras reales.
> Tal concordancia ha hecho posible la supervivencia humana.
125
Ibid., p. 112-113.
126
Ibid. Pp. 114-115.
165
sirve para hacer hipótesis y teorías que van más allá del mesocosmos, como la teoría
cuántiva y la relatividad 127.
Conviene ahora saber bajo qué condiciones nuestro conocimiento del mundo real es
objetivo: para ello recordaremos que los tres elementos del conocimiento que son:
> objeto real
> aparato cognitivo, y
> conocimiento (imagen).
Las estructuras del mundo real (objeto), se proyectan sobre nuestros órganos sensoriales
y el sistema nervioso central, (mente). Nuestra mente intenta, a su vez, reconstruir
interiormente el objeto real. Estas operaciones se realizan en tres niveles:
> En la percepción, de manera inconsciente y acrítica.
> En la experiencia, de manera consciente, pero acrítica.
> En la ciencia, de manera consciente y crítica.
Consecuentemente, se advierte que la ciencia es más ambiciosa que la simple
percepción y la experiencia; en el fondo, el hombre no sólo trata de sobrevivir, sino que
además, pretende alcanzar reconstrucciones adecuadas de los objetos exteriores, es
decir, conocimientos objetivos. De lo que se trata es de saber cómo es el mundo y para
conseguirlo el conocimiento científico debe ser en lo posible conocimiento objetivo.
Por objetivo entendemos las estructuras del mundo real, la realidad no subjetiva, “la
cosa en sí”, la realidad que es independiente del pensamiento y por supuesto del sujeto.
Por subjetivo entendemos, en cambio, las estructuras de nuestro aparato cognoscitivo,
lo que sucede en el pensamiento, lo que pertenece al sujeto mentalmente.
127
Ibid. p. 120.
166
De otro lado, al aceptar que lo “objetivo” designa al mudo real no se quiere decir que
se refiera a la realidad en general, sino sólo a determinados objetos. “No existe nada
detrás de la realidad”. Cuando un conocimiento es verdadero, el objeto del que se habla
pertenece a la realidad y nada más. Por eso, la verdad científica es relativa y parcial, es
relativa en relación a un determinado objeto u objetos, y parcial porque fuera de ese
campo del objeto no vale.
También es cierto que no todo objeto de conocimiento es objeto material (que existe
independientemente del sujeto), por ejemplo la lógica, la matemática o la filosofía, sus
objetos son producidos sin ser existentes en sí, puesto que las ideas abstractas son
productos de la abstracción; en tal sentido, pueden considerarse formas del
autoconocimiento.
129
Citado por Ursua, Op. Cit., P. 247 - 248.
169
un reloj, sino que tiene algo en común con estas máquinas; eso de común es solamente
la manera de funcionar. El funcionamiento al que se refiere significa que funcionan
algorítmicamente. Por eso, sustenta, que si la manera de funcionar del cerebro, en la
resolución de sus problemas es algorítmica, entonces puede ser simulada por una
máquina de Turing y, por lo tanto el cerebro puede compararse con la máquina universal
del Turing.
Obviamente, de todas las actividades que realiza el sistema nervioso central, solo las
actividades neuronales son mentales, a éstas se les ha llamado actividades plásticas
neuronales. La plasticidad neuronal, según Bunqe, “es la capacidad que tiene el sistema
nervioso central de cambiar su composición o su organización (estructura) y, en
consecuencia de modificar alguna de sus funciones (actividades) incluso en presencia de
un medio (aproximadamente) constante”. De esta manera lo neural plástico y lo
mental vienen a hacer la misma cosa. Por eso lo mental es una propiedad específica
emergente de los sistemas neuranales plásticos.
En conclusión, si apelamos a la ilustración que hiciera Leibniz de los dos relojes para
establecer las relaciones entre la mente y el cuerpo (pensamiento y cerebro), habría que
sostener que no existen dos relojes sino un solo reloj con dos esferas (posición de
Spinoza). En un reloj con dos esferas, que tiene un solo mecanismo de relojería, las dos
esferas se refieren al aspecto interno y externo, pero su naturaleza estructural es idéntica
(cerebro). Este cerebro, pese a su complejidad, es el único sistema que existe en el
universo (no se conoce otro) para el que se posee -además del acceso común objetivo
(“desde fuera”)- un segundo acceso, el subjetivo (“desde dentro”). Lo que quiere decir
que no sólo tenemos cerebro, sino que sabemos que lo tenemos.
El cerebro humano, que es una máquina bioquímica, funciona como una máquina
universal de Turing, pero contiene ciertos generadores de secuencias estocásticas
(dispositivo aleatorio), y no se puede decir por ello que sea un sistema estrictamente
determinista. Sin embargo, no se puede sostener tampoco que existe igualdad estructural
o isomorfia entre el cerebro y otra máquina. (El cerebro no tiene palancas, engranajes ni
transistores, circuitos, microprocesadores, etc., está compuesto de células), pero lo que
el cerebro humano y el computador, por ejemplo, tienen de común, es que se puede
comprender su funcionamiento como una máquina universal de Turing.
De esta manera vamos llegando al final de nuestra propuesta y, como se ve, hoy ya no
es posible sostener que el estudio de las funciones mentales superiores pertenezca a la
filosofía exclusivamente, y que éstas no sean accesibles a la diversidad de ciencias que
también se ocupan de ello. Hemos podido comprender el hecho de que el hombre
comparte el 98.% de su dotación genética con los chimpancés, por ejemplo, y que las
171
moléculas y células que operan en sus cerebros y en el nuestro, son las mismas, pero las
conexiones interneuronales del cerebro humano son mucho más numerosas y
complicadas que en el chimpancé. Se advierte de esta manera que la conciencia no tuvo
que aparecer de manera súbita. Como dice Huxley, “la continuidad está establecida y no
se puede suponer que cualquier fenómeno natural complejo inicie su existencia sin ser
producto de modificaciones de fenómenos más simples. No hay argumentos para pensar
que la conciencia apareció por primera vez en el hombre” .
De otro lado, se ha establecido con mucha claridad que los genes de que disponemos,
y que están presentes en cada célula nerviosa que nos compone, nos determinan. Sin
embargo, también está establecido que la experiencia y las educación, en el curso de
cada una de nuestras vidas, nos individualizan mediante la afinación del patrón de
conexiones neuronales subyacentes al trabajo cerebral. Cuando nacemos no estamos
dotados de una máquina terminada, sino sólo adaptados para nuestro desarrollo en
direcciones individuales. Cada persona es única.
Así pues, llegamos al final de nuestra propuesta con estas reflexiones: Si Hegel había
inventado una “odisea del espíritu”, para dar cuenta de cómo se encuentra la razón
consigo misma cuando el espíritu absoluto “decide” hacerse naturaleza y luego hombre,
y el hombre, filosofía; nosotros pensados lo contrario, es decir, que el hombre como ser
pensante es un elemento de la naturaleza, que representa la forma más desarrollada de la
realidad natural, forma en la cual la naturaleza ha conseguido informarse acerca de sí
misma. Pensamos como Laszlo que “las partículas de que están formadas las
estrellas y las galaxias forman igualmente los cuerpos y cerebros de los seres
humanos que las observan. (Que) el universo físico ha creado, de este modo,
configuraciones a partir de las cuales puede comenzar ahora a contemplarse a sí
mismo”130. Y parafraseando a Hegel afirmaríamos que únicamente la ciencia es el
verdadero conocimiento de la materia acerca de sí misma, que la física es la
introspección de la materia, y la religión su caricatura.
Por eso, tenemos la firme convicción que la materia seguirá existiendo por siempre a
pesar de todas sus transformaciones, que ninguno de sus atributos se llegará a extinguir
totalmente y que, por la misma férrea necesidad conque algún día desaparecerá de la
Tierra su fruto más elevado: el pensamiento humano, sin embargo, volverá a florecer en
otro lugar y en otro tiempo.
130
Erwin Laszlo, “La Emergencia de las Teorías Unifcadas en Ciencias”, en 3er Milenio, Madrid, 1993,
p. 28.
172
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