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Escuelas urbanas y escuelas rurales en México

Por Jesús Alejandro Lucero Sainz

1. ¿Cuáles son las principales diferencias entre una escuela urbana y una
escuela rural?
De acuerdo con Monsauld (2011), la escuela rural posee notas propias que la
distinguen de la escuela urbana. Algunas de ellas son que una escuela rural es única en
la localidad; las aulas son multigrado, esto es, escuelas pequeñas donde coinciden niños
de dos o más cursos. Por su parte, en la escuela urbana, en una ciudad hay muchas;
mientras que en las aulas hay alumnos de solamente un grado. Algunas personas
podrían asumir que en la actualidad resultaría ocioso hablar de escuelas rurales, sin
embargo, sí existen, y no solo en México, sino también, por ejemplo, en España, donde
una escuela rural es aquella que se ubica geográficamente en una localidad con menos
de 501 personas (en México se cataloga como escuela rural a las que tienen menos de
2500 habitantes). El principal reto que se puede vislumbrar en las escuelas rurales es la
preservación de la vocación rural de la comunidad, así como la actualización y formación
de sus habitantes para que estén a la altura de lo que ofrece una escuela rural. Otra
diferencia es que la infraestructura es muy diferente. Por lo común, en las escuelas
rurales, solo existen unas cuantas aulas y los profesores (o profesor) puede fungir
funciones que van más allá de la docencia; mientras que en las escuelas urbanas existen
múltiples aulas, mejores instalaciones sanitarias y, en algunos casos, red inalámbrica.

2. Con base en la organización de la escuela, defina los siguientes tipos de


escuela:

a) Escuela de organización completa


Son aquellas donde se imparten los seis grados de educación primaria y tienen
un maestro por grado (Diario Oficial de la Federación, acuerdo 96).

b) Escuela de organización incompleta


Son escuelas donde no se imparte el ciclo completo de educación primaria,
independientemente del número de grupos o maestros (Diario Oficial de la
Federación, acuerdo 96).
c) Escuelas unitarias

Son escuelas que cuentan con un solo maestro, independientemente del número
de grados o grupos que atienda (Diario Oficial de la Federación, acuerdo 96).

d) Escuelas multigrados

Una escuela multigrado en los niveles de educación básica es aquella en la que


el maestro atiende a más de un grado escolar. La escuela unitaria, definida en el
inciso c de este escrito, pertenece al género de escuelas multigrados (Schmelkes
y Aguila, 2019: 14).

3. ¿A qué se refieren los términos contexto interno y contexto externo escolar?


El contexto interno escolar hacer referencia al conjunto de elementos que componen
a la escuela, sus características internas, tanto espaciales, físicas y temporales. Y así
tenemos el equipo con que cuenta la escuela, los servicios, su infraestructura y
organización escolar. Algunos elementos del contexto interno son: características
climáticas, orientación geográfica, mobiliario, pizarrones, canchas deportivas, patios,
salas de usos múltiples, conexión a internet, biblioteca, sala de maestros, auditorio,
audiovisual, límites físicos (bardas, portones, cercas, etc.).
En el caso del contexto externo, se refiere al entorno familiar, social, cultural y
económico de los alumnos que asisten a la escuela. En ocasiones puede coincidir con la
misma comunidad en donde se localiza la escuela, en otras, puede que no.

4. Para un docente ¿qué relevancia tiene identificar el contexto externo de la


escuela en la que impartirá sus clases?
El contexto externo escolar es de vital importancia al momento de planear las
clases. Por más que se tenga a un profesor bastante hábil para planear, sistematizar e
impartir contenidos didácticos, si este no toma en cuenta el contexto sociocultural de los
alumnos, a estos últimos les va a entrar la información por un oído y saldría por el otro.
Aquí nuevamente puede intervenir la dicotomía escuela urbana y rural. En estos casos,
el contexto externo es radicalmente distinto. En la escuela urbana, por lo general, los
alumnos son llevados por sus papás y algunos toman el transporte público dado que sus
padres no pueden llevarlos por el trabajo. Mientras que, en la escuela rural, algunos
alumnos llegan a pie, otros en bola en una camioneta e incluso a caballo. Es claro que
el docente debe de tener en cuenta la realidad circundante que le rodea. Y no solo eso,
sino que debe de desarrollar una especie de intuición para detectar en el estado anímico
de sus alumnos la naturaleza del ambiente familiar de cada uno de ellos. En conclusión,
no es fácil ser docente, dado que la tiene que hacer de sociólogo, psicólogo, pedagogo,
consejero, maestro, etc.

5. En cuanto al contexto interno, ¿qué impacto tiene en el proceso de enseñanza


aprendizaje? ¿Cuáles son los desafíos para el docente y cómo podría afrontarlos?
Sin duda alguna, el contexto interno influye notablemente en el proceso de
enseñanza-aprendizaje. Para empezar, no es lo mismo una escuela multigrado a una
donde solo se maneja un grado por aula, por lo que la planeación didáctica no sería la
misma para los distintos docentes, según el caso. Otro aspecto a considerar es la
ubicación geográfica de la escuela, i.e., si está en una localidad urbana o rural; ambas
localidades poseen características propias y la formación académica debe de tomar en
cuenta esto al momento de impartir un contenido temático. Algo a resaltar, por otro lado,
es la infraestructura de la escuela y la organización de la misma. En lo primero, no es lo
mismo enseñar en una escuela con proyector y conexión a internet a una donde solo se
dispone del pizarrón o pintarrón (y donde incluso el profesor debe de poner de su bolsa
los gises o plumones). Respecto a la organización de la escuela, no es lo mismo laborar
en donde no hay administrativos a donde sí hay; probablemente la burocracia de las
planeaciones que se deben de entregar cada semana en control escolar es nula o mucho
menor en las escuelas sin administrativos, lo cual dotaría de mayor libertad de
enseñanza al docente, posibilitando que se enfoque más en preparar las clases que en
llenar unas formas semejantes a las que manejan en el control de calidad de las fábricas.

6. Con base en el video “La vida en multigrado”, escriba un breve párrafo acerca
de los desafíos de la enseñanza en escuelas multigrado.
Este video muestra escuetamente la realidad de una escuela multigrado a través
de una entrevista realizada al docente Joaquín Miranda Portilla, licenciado en Educación
Primaria, con seis años de servicio en escuelas multigrado. Miranda relata algunas de
las dificultades con las que se había topado durante su experiencia como docente en
esta clase de escuelas. Al momento de planear una clase, él puntualiza que hay que
tener muy en claro cuál es el objetivo de la sesión, así como trabajar con una asignatura
que funcione como eje rector para los niños de diversos niveles. En lo particular, resulta
un tanto complejo el imaginar cómo seccionar los contenidos temáticos dentro de un
aula; por decir algo, no es lo mismo andar enseñando suma de fracciones con
denominadores distintos, a andar enseñando los números naturales a otro conjunto de
niños. Sin embargo, Miranda da un testimonio viviente de que sí es posible realizar esto.
Un gran apoyo, comenta casi al final, es el pedirles ayuda a los papás de los niños,
ocasionalmente, para enseñarles tal o cual tema. Miranda, sin duda alguna, da un
testimonio vivo de la importancia que tienen estas escuelas multigrado en nuestro país,
donde algunas comunidades, sobre todo, rurales, no tienen los mismos recursos para
recibir una educación en una infraestructura de última generación; no obstante, por lo
que se mira en el documental, se ve hambre de saber en los niños. Respecto a esto,
llama la atención la frase donde Miranda comenta que, desde su apreciación, los niños
de escuelas multigrado tienden a aplicar el conocimiento aprendido, cosa que ocurre
esporádicamente en los alumnos de escuelas urbanas (Ames, 2004).

7. Elabore un resumen de entre 400 y 1000 palabras sobre el artículo “¿Qué tan
derecho es el derecho a la educación en México”? Por último, escriba un breve
párrafo que refleje su opinión personal al respecto.
Este artículo de Raquel Ahuja (2017) se divide en tres partes: i) La educación
como un derecho humano; ii) breve panorama del derecho a la educación em México y
iii) reflexiones finales.
En la primera parte, Ahuja menciona la reforma al artículo 3° constitucional llevada
a cabo en 2013, donde se introdujo el reconocimiento de la educación de calidad como
un derecho humano. Esta educación debe de cumplir con cuatro requerimientos:
universalidad, indivisibilidad, interdependencia y progresividad. La universalidad tiene
que ver con el acceso que toda persona debe tener a la educación por el mero hecho de
ser persona. La indivisibilidad se refiere a que los derechos humanos no se deben
jerarquizar, es decir, que se protejan unos derechos y otros no. La interdependencia
apunta a la relación existente entre los derechos humanos, esto es, si se afecta uno, el
otro también se vería afectado. Y, por último, la progresividad implica que cada vez deben
ofrecerse más y mejores condiciones para el ejercicio de los derechos.
Con base en estos pilares, pudiera parecer que en nuestro país la educación es
un derecho garantizado. Pero, ¿lo será? Ahuja menciona que el derecho a la educación
no solo significa ir a una escuela, sino que implica el acceso y, sobre todo, permanencia
en una escuela. Para esto, la educación debe tener cuatro notas distintivas para
garantizar este derecho: asequibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y adaptabilidad. La
asequibilidad se refiere a la disponibilidad de los servicios educativos. La accesibilidad
indica que no deben existir barreras de ningún tipo que impidan que alguien llegue a la
escuela. La aceptabilidad cualifica los servicios educativos, i.e., que los maestros
cuenten con la formación adecuada para estar frente al grupo y que las condiciones de
seguridad sean propicias para impartir una educación de calidad. La adaptabilidad
significa que los servicios educativos deben adaptarse a las características de la
población y no al revés.
En la segunda sección, Ahuja menciona que el sistema educativo mexicano es
uno de los más grandes del mundo, con más de 30 millones de estudiantes, 1.5 millones
de docentes y poco más de 240 mil escuelas o planteles en la educación obligatoria. Las
tasas de matriculación a nivel nacional son superiores al 80% para los niños y niñas de
3 a 5 años, de 6 a 11 y de 12 a 14, y de 65% para los de 15 a 17 años.
Luego hacer referencia a las condiciones escolares de las escuelas primarias,
donde menciona una serie de condiciones que muchos dan por supuestas, pero que no
están del todo dadas. Por ejemplo, la mitad de las escuelas primarias del país tienen
menos de seis maestros; una de cada ocho escuelas primarias generales o indígenas
del país solo tienen un docente. Otros datos interesantes que señala Ahuja son que el
45% de las escuelas tiene los servicios básicos de agua, luz y drenaje; 13.7% de
escuelas no tienen aulas suficientes para atender a todos los grupos y 18.7% de las
escuelas no tienen tazas sanitarias para uso exclusivo de estudiantes. Posteriormente
sigue puntualizando otros factores del contexto interno de las escuelas de los que
carecen algunas de ellas, tales como, pizarrón, internet, materiales de la biblioteca
escolar, etc.
Esto ocurre dado que no se han distribuido equitativamente los recursos. Alguno
podría pensar que las comunidades menos desfavorecidas recibirían más recursos para
que se levantaran, pero esto no ocurre así. Ahuja comenta que las localidades pequeñas,
como las rurales o indígenas, son protagonistas de las mayores carencias educativas.
Luego muestra tres gráficas donde se muestran algunas relaciones infraestructurales
entre los diversos tipos de escuelas. Es claro que las comunidades menos privilegiadas
son las rurales y las indígenas. Con base en estas gráficas, el Instituto Nacional para la
Evaluación de la Educación (INEE) diseñó la Evaluación de condiciones básicas para la
enseñanza y el aprendizaje (ECEA), donde se utiliza como referente un marco básico de
condiciones sobre cómo y con qué deben funcionar mínimamente todas las escuelas en
México. El marco básico está compuesto por siete ámbitos:

o Infraestructura para el bienestar y aprendizaje de los estudiantes.


o Mobiliario y equipo para la enseñanza y el aprendizaje.
o Materiales de apoyo educativo.
o Personal que labora en las escuelas.
o Gestión del aprendizaje.
o Organización escolar.
o Convivencia escolar para el desarrollo personal y social.

Los cuatro primeros ámbitos son responsabilidad del Estado, mientras que los
últimos tres recaen sobre cada escuela.
Finalmente, Ahuja brinda algunas reflexiones finales, señalando que el derecho a
la educación es más que el acceso y disponibilidad de servicios. También tiene que ver
con la calidad de la misma y que se garanticen las condiciones y servicios necesarios
para generar una educación de calidad. Por desgracia, México es un país polarizado,
donde la desigualdad económica es manifiesta en las diversas entidades federativas.
Ahuja menciona que a las escuelas vulnerables no se les provee de apoyos suficientes
para subsanar las desventajas sociales. Las escuelas debe, por ende, ofrecer igualdad
de oportunidades para todos los estudiantes. Pero, al parecer, en México, la educación
sigue siendo un privilegio, y no un derecho.

Comentario personal
Cuando recién comencé a leer este artículo, al principio me dio la apariencia de
que iba a ser un tanto jurídico, dado que empieza mencionando algunas características
propias de la educación de acuerdo con el artículo 3° constitucional. Pero después, tras
terminar de leerlo, me di cuenta de que el propósito de iniciar con esto era para que el
análisis de la desigualdad educativa en México, partiera del “deber-ser” que marca la
constitución. Este artículo muestra un bellísimo ideal: “todos tienen derecho a la
educación”. Sin embargo, a lo largo del artículo, Ahuja nos otorga pequeñas dosis de
realidad, sobre todo, al referirse a las estadísticas que se refieren a los servicios básicos
que, en teoría, toda escuela debería de tener. Muestra que en nuestro país sigue
existiendo la desigualdad económica, infraestructural y de recursos públicos destinados
a escuelas rurales y de comunidades indígenas. Sin duda alguna, concluyo, junto con
Ahuja, que el derecho a la educación en México no es tan derecho. En otras palabras, la
educación sigue siendo un privilegio para los alumnos que viven en comunidades
urbanas, posibilitando tener un mayor dominio sobre las masas, al formar a individuos
con escasa capacidad crítica; incapaz de afrontar como ciudadanos informados las
corruptelas tan características de nuestros gobernantes y políticos en turno.

Referencias
Ahuja, R. (2017). ¿Qué tan derecho es el derecho a la educación en México? En Revista
Digital Universitaria, XVIII(7).
Ames, P. (2004). Las escuelas multigrado en el contexto educativo actual: desafíos y
posibilidades [Archivo de video]. Recuperado de
https://www.youtube.com/watch?time_continue=408&v=C_BgTxykbAs&feature=
emb_logo
Diario Oficial de la Federación (1982). Acuerdo número 96, que establece la
organización y funcionamiento de las escuelas primarias. Recuperado de
https://www2.sepdf.gob.mx/convivencia/conoce_marco/archivos/acuerdo96.pdf
Monsauld, G. (2011). La escuela de contexto rural: ¿de la diferencia a la desigualdad?
En Revista Iberoamericana de Educación, V(55). Recuperado de
https://rieoei.org/historico/deloslectores/3919Gallardo.pdf
Schemlkes, S. y Aguila, G. (2019). La educación multigrado en México. México: INEE.
Recuperado de https://www.inee.edu.mx/wp-content/uploads/2019/01/La-
Educacio%CC%81n-Multigrado_BIS.pdf

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