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LAS ESTRATEGIAS PEDAGÓGICAS

Las estrategias pedagógicas hacen referencia a formas de trabajo organizadas, sistemáticas y


planeadas que orientan el proceso de formación de los niños y las niñas (pedagogía), y son la base
para la enseñanza y el aprendizaje (didáctica). En este sentido, se comparte la definición que
plantea Stenhouse (1991, p. 53):

Entiendo por enseñanza las estrategias que adopta la escuela para cumplir con su
responsabilidad. Enseñanza no equivale meramente a instrucción, sino a la promoción
sistemática del aprendizaje mediante diversos medios… Yo prefiero el término de
“estrategia de enseñanza”, al de “método de enseñanza”, que incluye tradicionalmente un
significado de entrenar al profesor en ciertas destrezas. “Estrategia de enseñanza” parece
aludir más a la planificación de la enseñanza y del aprendizaje a base de principios y de
conceder más importancia al juicio del profesor.

De esta manera, la definición de estrategias pedagógicas se concreta en unas formas de trabajo en


el aula por parte de las maestras y maestros. En la educación infantil se han posicionado las
siguientes estrategias pedagógicas: las “asambleas”, los “rincones”, los “proyectos de aula o de
investigación” y los “talleres”, las cuales posibilitan planear y organizar tiempos (rutinas),
ambientes, recursos, experiencias y formas de participación de los niños y las niñas, que llenan de
sentido el quehacer cotidiano de una maestra o maestro con su grupo en los niveles de educación
inicial, preescolar y primeros grados de primaria.

Estas estrategias responden a los propósitos de desarrollo y aprendizaje de la educación al


promover la autonomía, la toma de decisiones, el reconocimiento de los saberes previos, el
trabajo colaborativo, entre otras más. De igual manera, se convierten en una oportunidad para
que las maestras y maestros organicen los tiempos y las maneras de trabajo pedagógico con los
niños y niñas, basándose en los momentos de la jornada, las experiencias que se proponen
impulsar y la intencionalidad de estas y los recursos con los que cuentan.

Ahora bien, las intencionalidades pedagógicas se fundan en el reconocimiento de las


singularidades de niñas y niños, de las características de los entornos en los que se desenvuelven
cotidianamente y del conocimiento de las maestras y los maestros sobre los procesos de
desarrollo infantil. En coherencia, las estrategias pedagógicas configuran el cómo que organiza la
práctica pedagógica para lograr las intencionalidades definidas, teniendo en cuenta el rol del
adulto y las posibilidades que ofrecen a las niñas y los niños. (MEN, 2015).

Es importante reconocer que las estrategias anteriormente mencionadas, tienen una variedad de
miradas, dependiendo de autores o de países, la intención acá es mostrar lo más genérico de cada
una de ellas. Será en el trabajo individual y grupal junto con las maestras, que se construya una
mirada propia frente a cómo llevar a cabo el proceso educativo a partir de estas estrategias. En
este sentido, las estrategias pedagógicas están en constante cambio, pues se actualizan o se crean
en relación directa con los desarrollos de la pedagogía o de las diferentes disciplinas que la nutren.
Sobra decir, que las estrategias que aquí se proponen son solo un referente, puesto que cada
maestra o maestro y cada establecimiento educativo tienen saberes pedagógicos que les
permitirán enriquecerlas e incluso les permitirán generar otras propuestas.
A continuación, se describen de manera general algunas
estrategias pedagógicas, que pueden ser revisadas con
mayor profundidad a través de las propias búsquedas que
realizan las maestras y los maestros.

Las Asambleas

Hoy en día, la participación infantil es uno de los elementos fundamentales a la hora de situar
propuestas educativas y pedagógicas que propenden por el reconocimiento de los niños y niñas
como sujetos de derechos desde su nacimiento, y en ese sentido sujetos de conocimiento y por lo
tanto sujetos de palabra. Las asambleas son una concreción de “dar la palabra al niño” y sobre
todo de “escuchar su voz”.

En la actualidad y para el caso de la educación inicial, las asambleas se reconocen como una de las
estrategias que mayormente posibilitan el desarrollo del lenguaje oral, aunque desde luego, no es
el único momento para ello, ya que se puede decir que, en general, en todos los momentos hay
lenguaje y una de las grandes finalidades de la educación inicial, es como ya se ha planteado, el
enriquecimiento del lenguaje.

Los principios pedagógicos que caracterizan esta estrategia son:

 Los niños y niñas como sujeto de derechos


 La participación infantil
 Dar la palabra al niño y la niña
 Potenciar el desarrollo del lenguaje oral
 Construir vida social respetuosa

Algunos aportes para la puesta en práctica de las asambleas son:

Las asambleas son espacios de intercambio dinamizados por las maestras, que pueden darse en
variados momentos de la vida cotidiana, y que se estructuran sobre preguntas, situaciones,
reflexiones, etc. que son de interés para el grupo y que invitan a la reflexión, el intercambio y la
generación de acuerdos.

La bienvenida o el tiempo de la llegada de las niñas y los niños, que es el momento donde se van a
organizar las actividades del día, es un tiempo ideal para el desarrollo de una asamblea, ya que allí
se recordara qué se hizo con anterioridad, en qué se iba y cómo se podría continuar, o según el
caso, qué se hará posteriormente. Igualmente se podría decir que al final de la jornada o de alguna
actividad que lo amerite, realizar una asamblea o una puesta en común, de la forma como se ha
llevado a cabo la actividad o sobre lo que ésta ha suscitado, puede resultar pertinente y potenciar
las experiencias vividas.

Las asambleas también son momentos de conversación libre en oportunidades, sobre algún
acontecimiento que los convoca a todos porque ha sucedido en el momento, o sucesos que le han
acontecido a un niño o una niña en especial, pero que ha llamado la atención de varios: tener un
hermanito, la visita de un familiar, un viaje familiar, esto da la oportunidad para que “todos”
hablen sobre su experiencia o sobre lo que les rememore la misma.

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La construcción de las normas de convivencia en el aula es
una de las actividades más valiosas tanto para el desarrollo
socioemocional de las niñas y los niños, como para asegurar
la configuración de un ambiente seguro, tranquilo y acogedor, que invite a explorar, divertirse y
crear, y que movilice interacciones cálidas y sensibles entre todos. Las asambleas son una
estrategia esencial para contribuir a estos procesos, ya que allí se generan verdaderos “debates” y
“argumentaciones”, que posibilitan el intercambio y el desarrollo de capacidades.

Al igual que en las demás estrategias, las asambleas son espacios privilegiados para el
conocimiento de cada niño y niña referido tanto a sus propias particularidades, como de su
comportamiento y en este caso de su lenguaje en el ambiente social. Se hace entonces muy
importante que la maestra o maestro propicie la participación de “todos” los niños y las niñas.

Los rincones de trabajo o de juego

Los rincones son tal vez una de las estrategias pedagógicas más comunes en la educación inicial,
que tienen perfecta cabida en la educación primaria, que implican una organización diferenciada
del ambiente y de los materiales en el aula. Sin embargo, en nuestro país es muy poco trabajada,
casi se podría afirmar que no forman parte de nuestra “cultura” pedagógica.

Como ya se expresaba, la práctica más recurrente en la escuela es el trabajo en mesas,


mayoritariamente en actividades de lápiz y papel, donde a todos los niños y niñas se les solicita
realizar la misma “guía” y aunque no necesariamente se espera que todos la realicen de la misma
manera, si existe una uniformidad en el material que incita a que todos hagan los mismo y al
mismo tiempo de acuerdo con la instrucción de la maestra.

Trabajar por rincones implica un rompimiento con esta forma homogenizante de trabajo, ya que
posibilita experiencias individuales o en pequeños grupos, simultáneamente; de acuerdo con los
intereses de los niños y niñas. El objetivo principal de los rincones es posibilitar un trabajo libre,
autónomo y diferenciado de los niños y niñas, donde cada uno pueda estar en el que elija
respetando sus particularidades y sus ritmos, lo que, a su vez, le permite a la maestra o maestro
conocer de cada uno, sus gustos, intereses, formas de jugar, aprender y trabajar.

Los rincones se caracterizan porque tanto los materiales como la disposición del espacio convocan
a los niños y las niñas a explorar, crear, construir, recrear y transformar de manera individual o en
pequeños grupos. Son espacios de interacción y participación, donde los niños y las niñas se
expresan y deciden a qué jugar, qué elementos usar, con quien estar, entre otras acciones que
fortalecen su autonomía.

Cada rincón de trabajo o juego tiene una planeación previa, en tanto se eligen y disponen los
materiales para generar el interés de los niños y las niñas. Por ejemplo, se pueden organizar
rincones paralelos y diferenciados de juego. Uno con material desestructurado como cucharas y
elementos para explorar con imanes; otro con cubos, trozos de madera y elementos que inviten a
construir; otro más con telas, espejos y maquillaje; y uno con una canasta de libros.

La maestra o el maestro participan en la experiencia de los niños y las niñas desde la disposición
del ambiente, la observación y la intervención en el momento preciso para determinar el
momento propicio para intervenir y responder de manera sensible a la acción de cada uno. Por

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ello guarda silencios, escucha y propone para mediar las
situaciones que enfrentan los niños y las niñas (Vidal y
Laguía, 1991).

Los principios pedagógicos que caracterizan esta estrategia son:

 Desplegar el juego simbólico en los niños.


 Propiciar la autonomía.
 Propiciar la autorregulación
 Propiciar formas de convivencia.

Los rincones implican un orden y una organización planificada, e general los materiales deben
estar clasificados y agrupados en cajas o canastos de manera llamativa y así mismo deben
permanecer al terminar la actividad. Este aspecto es uno de los que más genera preocupación a las
maestras y maestros, pues da la sensación de que el trabajo es muy desorganizado, que los niños y
niñas van a moverse de un rincón hacía el otro sin mayor orden y por tanto esto genera un cierto
“caos”. Sin embargo, la experiencia muestra que la organización se va logrando paulatinamente y
ya después serán los mismos niños y niñas quienes se autorregulen y velen por una adecuada
organización. Se podría incluso decir, que el trabajo por rincones es tan interesante y valioso para
los niños y niñas que ellos y ellas se encargaran de mantener las normas que se construyan en
colectivo.

Los rincones se organizan de acuerdo con la edad y características de los niños y niñas y la idea es
posibilitar la satisfacción de las necesidades de juego, de movimiento, de exploración, de
experimentación, de relación, de comunicación, de cooperación (Laguía, Vidal, 2010). En general,
se pueden organizar rincones: Iaacsofia2020@sensoriales, de construcción, de plástica, de Juego
simbólico (casa, disfraces, médico, peluquería), rincón de los cuentos, rincones de inventos, juegos
didácticos, juegos de mesa, entre otros.

Desde la organización de estos rincones, se potencian diferentes procesos de desarrollo, como


por ejemplo el pensamiento lógico, científico, el proceso de lectura y escritura, este último por
ejemplo, puede motivar a los niños y las niñas a proponer el nombre del rincón o a nombrar los
elementos que lo componen y desde el juego de palabras y el reconocimiento fonético de las
letras, hacerles la invitación a escribir los carteles que se requieran ubicar, lo que mantendrá
despierto el interés por transformar los rincones constantemente y avivará la curiosidad por el
mundo fascinante del proceso de la lectura y la escritura lo que sin duda, ira entrelazado al
reconocimiento de la intencionalidad comunicativa.

La sugerencia es que los rincones tengan un horario “relativamente” fijo en la jornada escolar, que
sea claro para los niños y niñas y que forme parte de las diferentes experiencias planificadas que
se proponen. Pero fundamentalmente cuidar de que no se conviertan en el “relleno”, es decir que
solo se usen cuando van acabando una actividad, o mientras se empieza otra.

El papel de la maestra y el maestro, además de ser responsables de la organización y el


mantenimiento de los rincones con la participación de los niños y niñas, puede ser también el
sugerir actividades para los mismos y, sobre todo, ir observando para luego conversar con ellos y
ellas sobre las experiencias que han tenido con el fin de potenciarlas.

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Los proyectos de aula y de investigación

Esta estrategia surge de las preguntas espontáneas que


hacen los niños y las niñas o que son promovidas por la maestra o el maestro cuando propone
experiencias pedagógicas. Los proyectos de aula y de investigación son un proceso colectivo que
se van estructurando a través de la indagación, el planteamiento de soluciones a las preguntas y
los problemas que surgen en el conocimiento del mundo. Su tiempo de duración es proporcional
al interés de los niños y las niñas, y de la maestra o el maestro.

Para llevarlo a cabo se conforma un equipo que indaga, explora y plantea hipótesis en busca de
diferentes alternativas, al tiempo que propone diferentes actividades para ahondar en el
conocimiento que se ha ido construyendo. La invitación a personas claves para que compartan su
conocimiento -madres, padres, mamos, taitas, expertos, entre otras-, la revisión de documentos y
de recursos bibliográficos, la proyección de películas o documentales, la organización de galerías,
las salidas pedagógicas y los experimentos, son algunas de las posibilidades que se pueden
plantear.

El proyecto de aula teje las vivencias y aprendizajes de los niños y las niñas que subyacen a esta
experiencia; el juego, las expresiones artísticas, la literatura y la exploración del medio están
presentes durante su desarrollo.

Los proyectos de aula son una estrategia cada vez más conocida en la educación de la primera
infancia y la primaria, estos se plantean a partir de las preguntas e intereses de los niños y niñas,
pues ellos son los protagonistas de los proyectos.

Se trata de ampliar y profundizar ciertas preguntas, teniendo siempre en cuenta el desarrollo de


los niños y niñas y las características de su pensamiento. Los proyectos buscan ampliar e intentar
dar respuestas, pero a su vez dejar interrogantes sobre las inquietudes, lo que implica que los
proyectos puedan realizarse en un tiempo relativamente prolongado (semanas e incluso meses)
dependiendo de la pregunta y el interés de los niños y las niñas.

La idea de los proyectos no es enseñar contenidos, sino comprender la complejidad de lo que se


está indagando. Si se está haciendo un proyecto sobre el zoológico, seguramente las preguntas
serán: ¿Qué animales hay? ¿De dónde los han traído? ¿Quién los cuida?, ¿Por qué se cobra la
entrada?, etc. Como la misma autora plantea (Kaufmann, Serulnicoff, 2000), en el proyecto del
zoológico no se trata de contar las patas de los animales pues esto no forma parte de las
preguntas de los niños y las niñas. Sin embargo, este proyecto nos puede llevar a otro proyecto,
sobre cualquier animal específico, el zorro, por ejemplo. Cuando estamos buscando información
sobre los zorros, si vale la pregunta, cuánto miden, cuándo nacen y cuánto miden cuando son
adultos, aquí si entra el pensamiento matemático para resolver una pregunta del proyecto. Lo
mismo ocurre con el proceso de lectura y escritura en la exploración del sonido de las letras o en
el juego de palabras al hacer separaciones, uniones, comparaciones, omisiones o adiciones de
silabas o rimas como parte de la conciencia fonológica que acompaña este proceso y de la
relación con las primeras grafías como esa “huella” o “marca” que empieza a apoyar los dibujos
y las creaciones de los niños y las niñas.

Los principios pedagógicos que caracterizan esta estrategia son:

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 Mantener y enriquecer la curiosidad infantil
 El niño y la niña como sujetos y constructores de
conocimiento
 Si bien la construcción del conocimiento es individual, solo es posible como construcción
social
 La construcción del conocimiento requiere cierta organización

En los proyectos, se posibilita abordar preguntas, que son en general poco clásicas en la
educación, pero que, por la exposición de los niños y las niñas a los medios de comunicación, en
especial a la televisión, se han vuelto parte de él. No en vano muchas instituciones educativas
trabajan temas como los dinosaurios, los planetas, los países, el mar, etc. Los proyectos se
planifican con la participación de los niños y niñas, quien proponen diversas rutas y actividades.

En cuanto a las actividades que se desarrollan en un proyecto hay que tener en cuenta una vieja
premisa de la educación y es el que las actividades propuestas no se puedan resolver solamente
con lo que los alumnos ya saben, pues pierden todo su interés, pero que a su vez es importante
que se tengan algunos conocimientos que los pueda involucrar y asumir el reto que se les plantea,
no hay que olvidarse que en general las preguntas surgen de los conocimientos que se tienen.
Sobre lo que no se conoce nada, es muy difícil que surjan preguntas.

Entre las actividades que se proponen en los proyectos están: las salidas; la invitación de expertos;
la búsqueda de información en libros, en películas, fotos, internet; los experimentos; ente otras.
Los proyectos, en general, se van construyendo y van dejando huellas, es decir, las actividades en
sí se van registrando, las paredes del aula y la escuela se convierten así en una “galería”, en donde
los mismos niños y niñas, los compañeros, las familias, pueden ir observando el desarrollo de estos
(Fandiño, 2007).

Esta “galería” se convierte en una oportunidad importante para visibilizar las producciones
plásticas, gráficas y/o escritas de los niños y las niñas en tanto pueden verse interesados en
escribir sus propias historias, cuentos, nombres de animales, o inventar “títulos” que
enriquezcan y acompañen sus dibujos o creaciones en el marco del tema del proyecto, dando
lugar así, a acercarse cada vez más al proceso de la escritura dentro de un tema que es de su
interés. Sin duda, la “galería” o los murales serán parte fundamental para la transformación del
espacio y la materialización del proyecto de aula.

Los proyectos, así como se inician, se cierran y este es tal vez, uno de los momentos más
importantes del mismo, pues se revisa y se hace un balance tanto de lo que se ha hecho, como de
lo que se ha aprendido. Se dejan evidencias y se recogen todos los productos de dicho proceso,
por lo general para compartirlo en la institución con otros cursos, con las familias y entre los
mismos niños y niñas.

Los talleres

Los talleres parten de los saberes previos de los niños y las niñas desde los cuales se propone la
exploración, la experimentación, la formulación de preguntas, la contrastación de hipótesis y la
realización de actividades para elaborar y reelaborar sus comprensiones e interpretaciones de lo
que viven de manera individual y grupal. Esta estrategia se desarrolla teniendo en cuenta un
momento de apertura, de acción y un cierre, en el cual se materializa un producto creativo.

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La maestra, además de preparar los materiales y de llegar a
acuerdos con las niñas, los niños y las familias acerca del
trabajo que se va a adelantar, motiva la exploración de cada niña o niño, agudizan su observación
y potencia sus iniciativas; así ́ propicia mayores comprensiones sobre los fenómenos tratados o los
procesos desarrollados. Luego promueve un espacio de encuentro para reflexionar sobre la
experiencia con los niños y las niñas, y los miembros de las familias que participan del taller”.

Los talleres tienen una mayor estructuración en términos de la planeación de la actividad que se
va a proponer sea esta de plásticas: pintura, modelado, construcciones e incluso instalaciones. Lo
anterior va a depender tanto de la edad de los niños y niñas, como de los mismos objetivos que se
persigan. Se puede empezar a hablar de los talleres tomando la siguiente cita:

Los talleres entendidos como espacios de crecimiento garantizan a las niñas y los niños la
posibilidad de hacer cosas y, al mismo tiempo incitan a la reflexión sobre lo que están haciendo. El
taller es un lugar especializado y en él se desarrollan actividades meditadas. En el taller es posible
curiosear, probar y volver a probar, concentrarse, explorar, buscar soluciones, actuar con calma,
sin la obsesión de obtener un resultado a toda costa. Puede ser también una diversión y un juego.
Es hacer por el placer de hacer. El taller ayuda a los niños a crecer dejándoles tiempo para crecer
(Quinto, 2008, p.17).

Los principios pedagógicos que caracterizan esta estrategia son:

 Aprender haciendo
 Explorar y reflexionar
 Propiciar el trabajo individual y en grupo
 Importancia del proceso tras la construcción de un producto colectivo

La anterior definición de taller lleva a pensar en una planeación flexible de la maestra o maestro,
que posibilite que los niños y las niñas de forma individual o en pequeños grupos, a partir de la
experiencia propuesta, asuma y reelabore significados que los lleve a enriquecer y descubrir
nuevas rutas a fin de suscitar una variedad de interpretaciones.

Los talleres son una estrategia que posibilita el trabajo alrededor de las diferentes manifestaciones
artísticas como por ejemplo la plástica, la música, la expresión corporal, la expresión gráfica así
mismo de la variedad de exploraciones del medio. Incluso muchos de los talleres pueden provocar
diferentes tipos de juego, así como promover otras actividades que permitan disfrutar de
experiencias desde la literatura, los juegos de palabras, las retahílas, los refranes, adivinanzas
entre otras, que de manera paulatina van acercando al niño y a la niña a procesos de lectura y
escritura de manera significativa.

Después de ahondar en las características y principios pedagógicos de cada estrategia, es


importante mencionar la posibilidad que éstas brindan para la construcción de materiales con los
niños y las niñas, así como la implementación y uso de otros recursos ya elaborados que
contribuyen al potenciamiento del desarrollo y aprendizaje de los niños y las niñas.

A manera de ejemplo, se puede evidenciar esta construcción de materiales y uso de recursos en


el proceso de aprendizaje de la lectura y la escritura. En la construcción de materiales con los

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niños y las niñas una herramienta potente que visibiliza
este proceso desde el acercamiento hasta su formalización
es la creación de textos a partir de los intereses de los
niños y las niñas, en los que se pone en juego todo su ser, expresando sus ideas, saberes,
sentimientos y formas de ver y comprender el mundo. La creación de textos puede darse de
manera individual o grupal y en el marco de cualquier estrategia, usando diferentes formatos y
tamaños de hojas, diferentes técnicas y materiales para dibujar, pintar o escribir. La posibilidad
de la creación de textos favorece elementos importantes como la conciencia fonológica, la
ampliación de vocabulario, entre otras, lo que irá abonando el camino y construyendo las bases
para el mágico y fascinante mundo de aprender a leer y escribir.

Es importante enfatizar que la combinación de estos materiales y otros, que surjan de la


experiencia de las maestras y maestros son un complemento vital para que el proceso del
aprendizaje de la lectura y la escritura sea potente y pertinente con los niños y las niñas en
transición y primero.

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