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DIOS EXISTE
Mire en la noche el cielo arriba. Los astrónomos calculan que hay más de cien
billones de estrellas en nuestra galaxia, y que puede haber billones de galaxias
en el universo. Cada estrella que vemos representa un sistema solar en el
universo. Nuestro sistema solar tiene como centro el sol, alrededor del cual
giran nueve planetas con perfecta sincronización. La tierra, como uno de los
planetas, atraviesa el espacio a una velocidad de unos 108,000 kilómetros por
hora y dura 365 días en girar alrededor del sol. Este hecho es asombroso
cuando uno observa que un tren que viaja a una milésima de esta velocidad,
muchas veces no llega a las estaciones a la debida hora. Además, la luna gira
alrededor de la tierra con su propia órbita y ritmo. La rotación de la tierra y la
inclinación de veintitrés grados que tiene nos dan nuestro día de veinticuatro
horas, nuestras cuatro estaciones, y los varios climas que tenemos. Los
movimientos del sol, de la luna y de la tierra nos dan nuestro maravilloso
calendario.
La ley de causa y efecto nos dice que para cada fenómeno que existe debe de
haber una causa. Si un reloj anda bien, debe de existir un relojero que lo hizo.
Si una casa se mantiene en pie espléndidamente en una colina, deber de
existir un arquitecto que la construyó. Si un jardín está cuidado y cercado,
debe de existir un jardinero que lo mantiene. De la misma manera, el diseño
obvio del universo habla del Creador que ha causado que estas cosas sean
como son.
Consideraremos lo que el universo nos dice acerca de Dios. La Biblia nos dice
que Su "eterno poder y características divinas", se han visto con toda claridad
desde la creación (Ro. 1:20). Como una pintura exhibe las características del
pintor, así también los atributos del Creador se manifiestan a través del
universo que El creó. Aunque el hombre no puede decir mucho acerca de Dios
mismo, por la majestad mostrada en la creación, puede ver que Dios es
poderoso. Salmos 19:1 dice que "los cielos pregonan la gloria de Dios, y el
firmamento anuncia la obra de Sus manos". El universo material habla de la
gloria de Dios y también de Su sabiduría. El Dios que creó el universo es
poderoso, glorioso y sabio.
Los poetas griegos antiguos declararon: "Porque linaje suyo (de Dios) somos"
(Hch. 17:28). Confucio, el antiguo sabio chino, llamaba a Dios "los cielos" y
enseñaba que los hombres debían honrarle. Sócrates tenía "una firme creencia
en Dios como soberano del mundo". Pablo en la Biblia dijo que "en él vivimos, y
nos movemos, y somos" (Hch. 17:28). Unos de los escritores más destacados
de Rusia, León Tolstoy, solamente repitió las palabras de Pablo cuando declaró:
"Dios es Aquel sin el cual uno no puede vivir".
Todos los profetas del Antiguo Testamento hablaron por inspiración de Dios (1
P. 1:10-11; 2 P. 1:21). Fue Dios quien puso las palabras de profecía en sus
bocas. La frase "Así ha dicho Jehová" se repite con frecuencia en el Antiguo
Testamento. La sabiduría de las palabras de los profetas y el cumplimiento de
sus profecías han comprobado que sus palabras son en verdad divinamente
inspiradas.
Una de las más grandes profecías tiene que ver con el destino de la nación de
Israel. La Biblia profetizó que los judíos serían esparcidos por todo el mundo,
pero que en el tiempo señalado la nación de Israel sería restaurada y la ciudad
de Jerusalén sería devuelta a los judíos. Esto lo podemos ver en nuestros
tiempos con la restauración de la nación de Israel en 1948 y con la devolución
de Jerusalén a los judíos en 1967. El establecimiento de esa pequeñita nación
en el Medio Oriente es una prueba viva de la obra de Dios en la historia.
Ningún otro libro ha sido atacado tan severamente como la Biblia. Los
gobiernos ateos han hecho todo lo posible por quitar este libro de sus tierras,
mas la mano soberana de Dios lo ha preservado. Nos gozamos de que,
después de tantos años de prohibición, la Biblia ahora está disponible al pueblo
de Rusia, país que anteriormente estaba bajo el gobierno del comunismo ateo.
Debemos darnos cuenta de que esto fue hecho posible por la mano de Dios. La
preservación de la Escritura es firme evidencia de que Dios está vivo en el
mundo hoy.
Hebreos 1:1-3 dice que Dios, habiendo hablado al hombre de muchas maneras
en tiempos antiguos, un día decidió hablar al hombre personalmente en
Jesucristo. Jesucristo es Dios venido en forma de hombre. Su venida declaró a
Dios (Jn. 1:18). Por medio de El los hombres ven a Dios mismo (Jn. 14:9). El
Evangelio de Juan da constancia de que cuando Jesucristo estuvo en la tierra,
dijo ciento catorce veces qué El era Dios. En el último discurso que dio a los
discípulos, hizo referencia más de cincuenta veces a que El era Dios. Los
milagros que hizo no pudieron haber sido hechos por un mero hombre; Dios
tuvo que haberlos hecho. El ordenó y controló las leyes de la naturaleza, pues
convirtió el agua en vino (Jn. 2:1-11), calmó la tormenta (Mt. 8:23-27), y
alimentó a cinco mil con sólo cinco panes y dos peces (Mt. 14:14-21). Sanó los
enfermos, resucitó los muertos, y echó fuera demonios (Mt. 4:24; 8:28-32;
11:4-5). Habló palabras de sabiduría, las cuales sólo Dios podía proferir (Mt.
13:53-56).
Lo discutido arriba nos comprueba que Dios es realidad y vive. Pero debemos
hacer la pregunta más importante: ¿Qué está haciendo Dios hoy en día? ¿Cuál
es Su plan para el hombre hoy? Hechos 17:27 nos dice que Dios quiere que el
hombre le busque y que le conozca. El ha demostrado Su obra de arte por todo
el universo, y ha hablado en las Escrituras. Además se manifestó en Jesucristo.
Su intención es que nosotros le conozcamos. Dios no tiene intención alguna de
esconderse. El quiere que el hombre llegue a conocerle primero como Creador
y luego como Dios y Padre.
En segundo lugar, Dios quiere que el hombre le adore. Juan 4:23 nos dice que
Dios busca adoradores verdaderos, los que le adoren en espíritu y con
veracidad. No tiene intención alguna de que el hombre adore las cosas que El
creó. La verdadera adoración a Dios consiste en adorarle con nuestro espíritu.
Anteriormente, el hombre erigió muchos ídolos y los adoró en vez de adorar a
Dios. Pero en el Antiguo Testamento y en el Nuevo, Dios prohibió toda forma
de adoración idólatra (Ex. 20:4-5; 1 Co. 10:14; 1 Ts. 1:9b). El es el Dios único.
Ningún objeto es digno de adoración.
Este artículo fue tomado de una serie de mensajes evangélicos dados en 1992
en Moscú y en San Petersburgo, Rusia. Han sido un instrumento eficaz para
traer a más de 7,000 personas al conocimiento de Dios, la Biblia y la salvación
cristiana.
La serie completa comprende seis artículos que abarcan los temas siguientes:
1) La Biblia, 2) Dios existe, 3) Cristo es Dios, 4) Cristo es Espíritu y vida, 5) La
redención y la salvación de Cristo, y 6) El significado de la vida humana.