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MANUAL BASICO DE PSICOLOGIA SOCIAL

Primera Edición; del Manual en Psicología Social, 30/01/2020

Lic. Gerónimo Montas Calderón (MD), Profesor de Psicología de la OYM


República Dominicana.
CONTENIDO

Primera parte

Introducción

Aspectos históricos de la psicología social

Conceptos de la psicología social

Segunda Parte

Enfoques teórico de la Psicología social.

Objetos de estudios en la Psicología Social.

La Psicología social como interacción

Tercera partes

La Drogadicción

El Alcolismo

La Marginalidad

Cuarta Partes

La Prostitución

Violencia intrafamiliar

Delincuencia Juvenil
INTRODUCCION

La psicología social es una de las materias y áreas de la psicología,


en donde existe un trabajo laborioso y amplio en temas de
investigación, prevención y tratamiento para situaciones donde la
interacción entre individuos es clave para un desarrollo personal
óptimo, así como el de la misma sociedad. Por ello, la importancia
de esta materia, ya que no existe el ser humano, si no está inmerso
en una sociedad que lo nombre, le otorgue rangos, posiciones,
status y restricciones. Las problemáticas sociales, que han ido en
aumento, hacen necesarios cada vez más de conocimientos básicos
sobre cómo se dan procesos psicológicos en las relaciones
humanas; se ha convertido en un área provechosa y necesaria para
corregir y prevenir, pero sobre todo para entender cómo trabaja el
ser humano en mutua relación con otros seres humanos, porqué se
agrupa y en qué condiciones de comportamiento. Por esta razón,
fue necesario seleccionar los contenidos más pertinentes para
trabajar en este libro, así se organizaron en cinco unidades, que
contienen los siguientes ejes temáticos: psicología social y sus
teorías, motivación, percepción y sensación, prejuicios,
estereotipos, psicología diferencial; estos conceptos son
fundamentales, por ello los debe conocer el estudiante. Los
contenidos se trabajaron de tal manera que generen argumentos de
debate, y que sirvan como referencia para posteriores materias y
temáticas.

En el desarrollo de este libro, se encontrarán las posiciones teóricas


más importantes y relevantes que sirven para comprender los
fenómenos sociales estudiados por la psicología, conociendo las
fundamentaciones teóricas. Es necesario tener una definición de la
psicología en su campo social de acción, por ello la primera unidad
consiste en identificar y describir las teorías que la interpretan,
además de conocer sus aplicaciones. La psicología social involucra
cualquier proceso que exista en un grupo y/o comunidad, se
remonta al tipo de interacción que se da cuando tenemos
relaciones con muchas personas, donde se crean normas y patrones
comportamentales, que justifican el modo de actuar de una persona
dentro de cada contexto social, como la familia, la escuela, el
trabajo, entre otros. La relevancia que tiene la psicología social es
amplia, pues involucra muchas temáticas, y es vista desde muchos
ejes, existen muchas corrientes que la abordan como son la Gestalt,
la Conductista y la Psicoanalítica, cada una con su influencia y
trascendencia.
ASPECTOS HISTÓRICOS DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL

Me introduzco presentándole de cómo surgió desde el principio


psicología social, y como se fue desarrollando atraves de los
tiempos:
La polémica que se instala en la disciplina es que la Psicología Social está
en crisis.
Para algunos esta crisis se debe a la JUVENTUD de la disciplina; para otros
se debe a su modo particular de instauración de una disciplina a partir de
tradiciones o actitudes intelectuales vividas y de requerimientos sociales
concretos. Para otros simplemente la falta de actualización
como producto de las dos disciplinas que le dieron origen: la Psicología y
la Sociología.
El debate generalmente se instala en términos dicotómicos: unos
enfatizan lo sociológico y otros lo psicológico, entre los defensores de
la observación y los métodos naturales de recolección de datos y los
defensores de la experimentación y los métodos controlados de
recolección de datos, entre los defensores del modelo humanista
del hombre y los defensores de un modelo mecanicista del hombre, entre
los defensores de un enfoque positivista y los defensores de un enfoque
fenomenológico, entre los estructuralistas y los culturalistas, entre la
psicología social burguesa y la psicología socialmarxista.
En síntesis esta crisis se enfoca, ya sea desde un punto de vista teórico –
metodológico (posible generalización de resultados), ya sea desde un
punto de vista ideológico (modelo de hombre que subyace).
Como producto de estas dicotomías polémicas, se han logrado identificar
dos Psicologías sociales. Una Psicología Social Psicológicas y una Psicología
Social Sociológica.
ASPECTOS HISTÓRICOS

La psicología social es una disciplina relativamente reciente. Sus


antecedentes básicos se pueden hallar durante la primera mitad del siglo
XX, en el desarrollo de las ciencias sociales en Francia (Durkheim, Tarde, Le
Bon), Alemania (Marx), Gran Bretaña (Spencer) y en Estados Unidos
(James).

La psicología social toma un rumbo distinto cuando empieza a


desarrollarse como disciplina independiente. Esto sucede,
fundamentalmente, a partir de los inicios de la teoría de la Gestalt, el
psicoanálisis, el conductismo y las aportaciones de la Escuela de Chicago.
También Max Weber (1978), con su teoría de la acción social, George
Simmel (1977), con el estudio de las acciones recíprocas, y William I.
Thomas (1928), con el estudio de las actitudes, contribuyeron a la
consolidación de un espacio conceptual específico para la psicología
social. Sin embargo, como autores principales debemos señalar a Charles
H. Cooley (1902; 1909), quien estudió las bases psico–sociales de las
relaciones interpersonales y la vida social; y a George H. Blumer (1968),
como impulsor del interaccionismo simbólico. Ambos autores estuvieron
vinculados fuertemente con la propuesta sociológica de la Escuela de
Chicago.

Como su nombre lo indica, la psicología social debe su existencia a dos


disciplinas: la psicología y la sociología. En el contexto de la primera, la
psicología social se consolida con las aportaciones del neoconductismo, la
psicología de la Gestalt y la teoría del campo, así como con los aportes de
los estudios de procesos cognitivos, sobre todo los de Vygotski (1985). Por
su parte, en el contexto sociológico la psicología social debe su existencia
al interaccionismo simbólico, al funcionalismo estructural de Parsons
(1968) y, en menor medida, a los estudios sobre la personalidad
autoritaria realizados desde la Escuela de Frankfurt.

La psicología social como tal ha pasado por algunos procesos o etapas


atraves de la historia:
Etapa 1. La sociedad como un todo de manera global.
La psicología social comienza su desarrollo en el transcurso del siglo XIX y
está permeada por una pregunta fundamental, que también había
impregnado la producción de conocimiento en otras ciencias sociales. Esta
pregunta es la siguiente: ¿qué es lo que nos mantiene unidos dentro de
un orden social determinado? (Baró, 1990).
Bajo la influencia de las corrientes dominantes en psicología y sociología,
fundamentalmente asentadas en Europa, las respuestas a dicha cuestión
se encontraron en torno a la idea de una “mente grupal” que nos
mantiene unos con otros más allá de los intereses individuales y nuestras
diferencias.
Esto ocurre a la par del desarrollo de las mismas disciplinas, donde son
representativos los trabajos de distintos autores. En el terreno
psicológico, Wilhelm Wundt estudió los productos mentales generados
en comunidad y los vínculos que producían. Por su parte, Sigmund
Freud sostenía que el vínculo se sostiene por los lazos afectivos y los
procesos de identificación colectiva, especialmente en relación a un
mismo líder.
Desde la sociología, Émile Durkheim hablaba sobre la existencia de una
conciencia colectiva (un saber normativo) que no puede ser entendida
como conciencia individual sino como un hecho social y una fuerza
coactiva. Por su parte, Max Weber sugirió que lo que nos mantiene
unidos es la ideología, ya que a partir de ésta los intereses se convierten
en valores y en objetivos concretos.
Etapa II: la psicología social en el cambio de los siglos pasados
Baró (1990) llama a este periodo, que corresponde a los inicios del siglo
XX, “la americanización de la psicología social”, en tanto que el centro de
sus estudios termina de moverse de Europa a Estados Unidos. En este
contexto, la pregunta ya no es tanto qué es lo que nos mantiene unidos en
un orden social (en el “todo”), sino qué es lo que nos lleva en un inicio a
integrarnos en éste. Dicho de otro modo, la cuestión es cómo es que un
individuo se integra de manera armoniosa a este orden social.
Esto último se corresponde con dos problemáticas del contexto
estadounidense del momento: por un lado la creciente inmigración y la
necesidad de integrar a las personas en un esquema de valores e
interacciones determinado; y por otro, las exigencias del auge del
capitalismo industrial.
A nivel metodológico, cobra aquí especial relevancia la producción de
datos respaldados por los criterios de la ciencia moderna, más allá de la
producción teórica, con lo cual, el enfoque experimental que ya venía
desarrollándose inicia su auge.

La influencia social y el enfoque individual

Es en el año de 1908 cuando surgen los primeros trabajos en psicología


social. Sus autores fueron dos académicos norteamericanos llamados
William McDougall (quien ponía especial énfasis en lo psicológico) y
Edmund A. Ross (cuyo énfasis estaba más centrado en lo social). El
primero de ellos sostenía que el ser humano tiene una serie de
tendencias innatas o instintivas que la psicología puede analizar desde
un enfoque social. Es decir, sostenía que la psicología podría dar cuenta
de cómo la sociedad “moraliza” o “socializa” a las personas.
Por otro lado, Ross consideraba que más allá de estudiar la influencia de la
sociedad en el individuo, la psicología social debía atender a la interacción
entre los individuos. Es decir, sugería estudiar los procesos por medio de
los que nos influimos unos a otros, así como diferenciar entre los distintos
tipos de influencias que ejercemos.
Surge en este momento una conexión importante entre la psicología y la
sociología. De hecho, durante el desarrollo del interaccionismo
simbólico y los trabajos de George Mead, emerge una tradición
frecuentemente denominada “Psicología Social Sociológica”, que
teorizaba sobre el uso del lenguaje en la interacción y los significados de la
conducta social.
Pero, quizá el más recordado de los fundadores de la psicología social es
el alemán Kurt Lewin. Este último le dio una identidad definitiva al estudio
de los grupos, lo que fue determinante para la consolidación de la
psicología social como disciplina con objeto de estudio propio.

Desarrollo del enfoque experimental

Conforme la psicología social se consolidaba fue necesario desarrollar un


método de estudio que, bajo los cánones positivistas de la ciencia
moderna, legitimara definitivamente esta disciplina. En este sentido, y la
par de la “Psicología Social Sociológica”, se desarrollaba una “Psicología
Social Psicológica”, más vinculada al conductismo, el experimentalismo y
el positivismo lógico.
De ahí que una de las obras más influyentes de este momento es la
de John B. Watson, quien consideraba que para que la psicología fuera
científica, debía separarse definitivamente de la metafísica y la filosofía,
así como adoptar el enfoque y los métodos de las “ciencias duras” (las
fisicoquímicas).
A partir de esto la conducta comienza a ser estudiada en términos de lo
que es posible observar. Y es el psicólogo Floyd Allport quien en la década
de los 20’s termina por trasladar el enfoque watsoniano hacia el ejercicio
de la psicología social.
En esta línea, la actividad social se considera como el resultado de la suma
de los estados y las reacciones individuales; cuestión que termina por
mover el foco de estudio hacia la psicología de los individuos,
especialmente bajo el espacio y los controles del laboratorio.
Este modelo, de corte empicista, estaba concentrado principalmente en la
producción de datos, así como en conseguir leyes generales bajo un
modelo de “lo social” en términos de pura interacción entre organismos
estudiados dentro de un laboratorio; lo que terminaba alejando a la
psicología social de la realidad que se supone que estudiaba (Íñiguez-
Rueda, 2003).
Esto último será criticado más adelante por otros enfoques de la propia
psicología social y de otras disciplinas, lo que, aunado a los siguientes
conflictos políticos, llevará a las ciencias sociales a una importante crisis
teórica y metodológica.

Después de la segunda guerra mundial

La segunda guerra mundial y sus consecuencias a nivel individual, social,


político y económico trajeron consigo nuevas cuestiones que, entre otras
cosas, resituaron el quehacer de la psicología social.
Las áreas de interés en este momento fueron principalmente el estudio de
los fenómenos grupales (especialmente en pequeños grupos, como reflejo
de los grandes grupos), los procesos de formación y de cambio de
actitudes, así como el desarrollo de la personalidad en tanto que reflejo y
motor de la sociedad (Baró, 1990).
Había asimismo una preocupación importante por comprender lo que se
encontraba bajo la aparente unidad de los grupos y la cohesión social. Y
por otro lado, crecía el interés por el estudio de las normas sociales, las
actitudes, la resolución de conflictos; y la explicación de fenómenos como
el altruismo, la obediencia y el conformismo.
Por ejemplo, son representativos de esta época los trabajos de Muzafer y
Carolyn Sheriff en conflicto y norma social. En el área de las actitudes son
representativos los estudios de Carl Hovland, y en conformidad son
clásicos los experimentos de Solomon Asch. En obediencia son clásicos
los experimentos de Stanley Milgram.
Por otro lado, hubo un grupo de psicólogos y teóricos sociales
preocupados por comprender qué elementos habían desencadenado el
régimen nazi y la Segunda Guerra Mundial. Entre otros surge aquí la
Escuela de Frankfurt y la teoría crítica, cuyo máximo exponente es
Theodore W. Adorno. Esto abre el paso hacia la siguiente etapa de la
historia de la psicología social, marcada por un desencanto y escepticismo
hacia la misma disciplina.

Etapa III: la crisis de la psicología social


No sin que los enfoques anteriores hubiesen desaparecido, la década de
los 60’s abre nuevas reflexiones y debates sobre el qué, el cómo y el para
qué de la psicología social (Íñiguez-Rueda, 2003).
Esto ocurre el marco de la derrota militar y política de la visión
norteamericana, que entre otras cosas dejó ver que las ciencias sociales
no eran ajenas a los conflictos históricos y a las estructuras de poder, sino
al contrario (Baró, 1990). En consecuencia, emergieron distintas formas de
validar la psicología social, lo que se desarrolló en constante tensión y
negociación con los enfoques tradicionales de corte más positivista y
experimentalista.

Algunas características de la crisis

La crisis no sólo estuvo provocada por factores externos, entre los que
también se encontraban los movimientos contestatarios, la “crisis de los
valores”, los cambios en la estructura productiva mundial y los
cuestionamientos sobre los modelos que dominaban las ciencias sociales
(Iñiguez-Rueda, 2003).
A nivel interno, los principios que sostenían y legitimaban la psicología
social tradicional (y las ciencias sociales en general) quedaron fuertemente
cuestionados. Surgen así nuevas formas de ver y hacer ciencia y de
producir conocimiento. Entre dichos elementos se encontraban
principalmente el carácter impreciso de la psicología social y la tendencia
a la investigación experimental, que comenzó a considerarse como muy
alejada de las realidades sociales que estudiaba.
En el contexto Europeo fueron clave los trabajos de psicólogos como
Serge Moscovici y Henry Tajfel, y posteriormente los sociólogos Peter L.
Berger y Thomas Luckmann, entre muchos otros.
A partir de aquí, la realidad comienza a ser vista como una construcción.
Además, crece el interés por un enfoque conflictivo del orden social, y
finalmente, una preocupación por el papel político de la psicología social y
su potencial transformador (Baró, 1990). Frente a la psicología social
sociológica y la psicología social psicológica, surge en este contexto una
psicología social crítica.
Por poner un ejemplo y siguiendo a Iñiguez-Rueda (2003), veremos dos
enfoques que se desprendieron de los paradigmas contemporáneos de la
psicología social.

El enfoque profesional

En este enfoque la psicología social es también llamada psicología social


aplicada e incluso puede incluir a la psicología social comunitaria. A
grandes rasgos se trata de la inclinación profesional hacia la intervención.
No se trata tanto de “aplicar la teoría” en el contexto social, sino de
valorar la producción teórica y de conocimiento que se llevaba a cabo
durante la propia intervención. Actúa especialmente bajo la premisa de
buscar soluciones a problemas sociales fuera del contexto académico y/o
experimental, y de la tecnologización que había atravesado gran parte de
la psicología social.
Enfoque transdisciplinar
Es uno de los paradigmas de la psicología social crítica, donde más allá de
constituir un enfoque interdisciplinar, que implicaría la conexión o
colaboración entre distintas disciplinas, se trata de mantener dicha
colaboración sin la estricta división entre una y otra.
Entre estas disciplinas se encuentran, por ejemplo entre la psicología, la
antropología, la lingüística, la sociología. En este contexto cobra especial
interés desarrollar prácticas e investigaciones reflexivas y con sentido de
relevancia social.
Estos y otros intentos de analizar cómo se produce la influencia social, los
movimientos sociales y cambio social tienen lugar en un periodo en el que
una intensa conflictividad social atraviesa las sociedades europeas, y las
huelgas, las manifestaciones y los boicots son continuos y generan un
cambio social acelerado.

Los autores más destacados de esta fase inicial de desarrollo de la


Psicología Social son Tripleti (1 897), con sus experimentos sobre el efecto
que la presencia de otras personas tiene sobre el rendimiento individual, a
los que se aludirá repetidamente en este capííulo, Ross (1 908) y
McDougall (1 908), con sus manuales de Psicología Social y, algunos años
más tarde, F. H. Allport (1924), con un manual que dominaría toda una
época y en el que se aprecia la huella deTarde. Con su obra sobre los
grupos (1920), McDougall continúa la tradición de LeBon. En estos años
iniciales destaca también el estudio de las actitudes y su medición, cuyo
iniciador fue Thurstone (1 928).

Periodo de madurez (1935-1945). La Psicología Social alcanza su madurez


en este periodo, en el que se produce una emigración masiva de
psicólogos europeos a los Estados Unidos de Norteamérica. Destaca entre
todos ellos Kurt Le win, que introduce el concepto de Niteraccionismo,
según el cual la conducta se considera producto de la persona por la
situación. Es decir, si queremos explicar o predecir el comportamiento de
una persona en una determinada situación, deberemos saber algo sobre
esa persona (cómo es, cómo suele canportane en situaciones
parecidas ... ) y también algo sobre la situación. Este concepto ejercerá
una gran influencia en las décadas posteriores. Lewin contribuye también
de manera decisiva a la consolidación de la Psicología Social experimental,
con trabajos muy importantes e influyentes sobre liderazgo, climas
sociales, dinámica del grupo, cambio social, entre otros (1 9471, junto a
los de Sherif (1936) sobre el surgimiento de normas sociales como
resultado de la interacción grupal. Algunos años antes Murphy y Murphy
habían publicado el primer manual aCultura El influjo con y personalidad»,
el de título labra de psicología de que Freud cristalizó se Social caniza en
Experimentali aportaciones a través del (1931).
Conceptos de Psicología Social
La psicología social es uno de los campos científicos dedicados al estudio
objetivo de la conducta humana. Su enfoque particular está orientado
hacia la comprensión de la conducta social, sobre la base del proceso de
influencia social. El carácter distintivo de la psicología social es que surge
de dos factores fundamentales: a) el interés en el individuo como
participante social y b) la importancia que le atribuye a la comprensión de
los procesos de influencia social.

La psicología social estudia cómo las personas se comportan, piensan y


sienten dentro del contexto social, es decir, como nos comportamos ante
las diferentes situaciones sociales. La psicología social explica el por qué
de las conductas de los seres humanos utilizando un modelo científico y
prediciendo los futuros comportamientos en base a dicho modelo.

Análisis de este concepto sobre el individuo.


Piensa por un momento cómo actúas cuando estás solo. ¿Tu
comportamiento varía cuando estás delante de otras personas? ¿Qué
pasa cuando sus padres o amigos te están observando? ¿Actúas igual o
cambias según la situación social que te acompaña en cada momento?

Tu comportamiento probablemente cambia dependiendo de quién sea


tu compañía. No es lo mismo estar delante de tu jefe, que delante de tus
padres, que delante de tus amigos.

Pero la psicología social va más allá. Incluso cuando estamos solos en una
habitación, nuestros pensamientos y comportamientos están
influenciados por otras personas.

Podemos llegar a casa enfadados con algún amigo, estar relajados tras
leer un libro de psicología o sentir estrés al tener un examen o analizar el
simple hecho lavarnos las manos antes de comer que proviene de
lecciones enseñadas por tus padres o maestros, etc.
La psicología estudia el comportamiento humano. Nuestra conducta tiene
relación con tres dimensiones: los rasgos genéticos que heredamos, las
circunstancias personales de nuestro entorno directo y, por último, el
contexto social en el que vive cada individuo. La psicología social es la
rama de psicología que estudia los vínculos existentes entre los individuos
y la sociedad.

La psicología social se podría definir como el estudio de la interacción de


los seres humanos, sobre todo en grupos y situaciones sociales, y subraya
la influencia de las situaciones sociales en la conducta humana. Más
específicamente, la psicología social se centra en el estudio científico de
como los pensamientos, sentimientos y comportamientos de las personas
son influiodos por la presencia real, imaginado o implícita de otras
personas (Allport, 1985).

La psicología social pretende estudiar las relaciones sociales (Moscovici y


Markova, 2006). Se defiende que existen procesos psicológicos sociales
que se diferencian de los procesos psicológicos individuales. La psicología
social intenta comprender los comportamientos de los grupos además de
las actitudes de cada persona ante su forma de reaccionar o pensar en el
medio social.

Dicho de otra forma, la psicología social estudia el comportamiento de las


personas a nivel grupal. Trata de describir y explicar los comportamientos
humanos reduciéndolos a variables psicológicas.De este modo, la
psicología social busca instaurar teorías sobre los comportamientos
humanos que sirvan para predecir las conductas antes de que se
produzcan y poder intervenir. Así, conociendo qué factores promueven
ciertas conductas, la intervención en esos factores podría cambiar los
comportamientos finales.

Allport afirmó que la psicología social como una disciplina en la cual las
personas intentan comprender, explicar y predecir cómo los
pensamientos, sentimientos y acciones de los individuos son influenciados
por los pensamientos, sentimientos y acciones percibidos , imaginados o
implícitos, de otros individuos. 
Los psicologos Baron & Byrne consideraban a la psicología social como el
campo científico que busca comprender la naturaleza y causas de la
conducta y pensamiento de los individuos en situaciones sociales.
Ya que cuando los psicólogos sociales se interesan en investigar la
naturaleza del amor o las causas de la agresión, lo hacen con la actitud,
métodos y procedimientos que caracterizan a cualquier indagación
científica,  que siempre está centrada en la conducta de los individuos , en
sus acciones y pensamientos en situaciones sociales. Y Aunque tales
conductas siempre ocurren en un contexto determinado y son
fuertemente influenciadas por los factores socioculturales, son los
individuos los que piensan, sienten y actúan en esos contextos sociales. 

Según el psicólogo y psicoanalista Enrique Pichon Riviere, la psicología


social se caracteriza por ser una inter-ciencia operativa e instrumental que
se encarga del estudio de las interacciones orientada hacia un cambio
social planeado.

En consecuencia de lo anterior, podemos observar que la psicología social


estudia a la persona en sus 3 dimensiones: el individuo como tal y sus
posibilidades de sociabilización, la persona en sus diferentes formas de
sociabilidad y el ser humano en relación a situaciones concretas.

Para Edwin P. Hollander la Psicología Social es uno de los campos


científicos que se dedica al estudio de la conducta humana.
Se centra especialmente en la comprensión de las influencias que
producen las regularidades y diversidades en el comportamiento social. Su
estudio apela al análisis de datos, obtenidos mediante método científico.

Miller (autor norteamericano) da una definición imprecisa, al decir que la


Psicología es la ciencia de la vida mental, basada en la evidencia que se
obtiene mediante la observación y el análisis del comportamiento”.
Wolf (autor alemán) la Psicología pretende ser una ciencia y estudia la
conducta del hombre, sus experiencias íntimas (conciencias) y las relaciones
entre ambas. También se ocupa de los órganos que ejercen influencias
sobre la experiencia y el comportamiento y el de las conexiones de esta con
el individuo”.
ENFOQUES TEÓRICO Y OBJETO DE ESTUDIOS EN LA
PSICOLOGÍA SOCIAL
Veamos algunos enfoques teórico expuesto por estores actores,
investigadores científico en el área de psicología social.

Enfoque conductista:

El estudio de la mente humana se ha realizado tradicionalmente a través


del análisis de verbalizaciones, reacciones físicas y conductas. Se han
planteado diferentes test y pruebas a través de los cuales poder inferir el
estado mental de las personas y cómo reacciona al entorno natural y
social.
Uno de los múltiples aspectos que se han estudiado es el proceso de
socialización y la capacidad de relacionarnos con nuestros semejantes.
Estudiada entre otras disciplinas por la psicología social, este objeto de
estudio ha sido observado desde diferentes perspectivas, entre ellas por
el conductismo.
Si bien éste último se basa en la asociación entre estímulos y respuestas
en un mismo sujeto sin tener por lo general en cuenta los procesos
mentales intermedios, existe una rama que de éste que sí tuvo en cuenta
estos factores, intentado explicar la mente a través de la conducta,
centrándose en los procesos de interacción social. Se trata del
conductismo social.
El conductismo es una de las principales corrientes teóricas que han
surgido a lo largo de la historia con el propósito de comprender el porqué
el ser humano actúa como lo hace. Este paradigma se basa en la
observación objetiva de la realidad, buscando un conocimiento empírico
y científico basado en evidencias observables y medibles.
Siendo la mente algo que no goza de tales características, el conductismo
en general ignora su estudio directo y se basa en la conducta como objeto
de estudio. Para ello se fundamenta en la observación de la capacidad de
asociación entre estímulos, que permite generalizar respuestas de un
estímulo a otro. De este modo, la base del conductismo es la asociación
entre estímulo y respuesta.
Desde que los conductistas empezaron a trabajar en base
al condicionamiento operante, se pasó a considerar que la realización de
una conducta concreta se ve principalmente influenciada por las
consecuencias de ésta, que pueden ser positivas (con lo que la conducta
emitida se volverá más probable) o negativas, suponiendo la realización
de la conducta un castigo (cosa que reduce la conducta).
El conductismo tradicional, como hemos visto, basa su teoría en la
asociación entre estímulos e intentaba explicar la conducta de manera
directa. Sin embargo, dejaba de lado la influencia de procesos internos
e ignoraba el papel en la conducta de facetas subjetivas y no medibles de
nuestra vida mental. Elementos como la opinión de los demás o las
creencias, que en principio no suponen un daño o un refuerzo inmediato a
nivel físico, no eran considerados.
Es por ello que algunos autores, como George H. Mead, decidieron
intentar explicar la mente a través de la conducta, centrándose sus
investigaciones en el terreno de la vinculación social y iniciando el tipo de
conductismo denominado conductismo social.
En el conductismo social, más centrado en en el proceso de formación de
la conducta y en los factores que la inician, se considera que el ser
humano no es un mero elemento pasivo en la cadena entre estímulos y
respuestas sino que es una parte activa que es capaz de actuar en base a
impulsos internos o elementos externos. La persona interpreta los
estímulos y responde de acuerdo a dicha interpretación.

Explorando los procesos mentales

Así, en el conductismo social se tiene en cuenta que todas aquellas huellas


que deja en nuestra mente la interacción con los otros y su estudio es en
parte conductista, en el sentido de que parte de la observación
sistemática de la conducta en el proceso de realización de actos sociales.
Sin embargo, no es posible pasar por alto la existencia de procesos
internos que afectan a la realización de las conductas sociales.
Si bien se sigue utilizando el vínculo entre estímulos y respuestas para
explicar la conducta, en el conductismo social dicho vínculo se ejerce a
través del concepto de actitud, en el sentido de que a través de la
acumulación e interpretación de experiencias nos formamos una
actitud que va a alterar nuestra conducta e inducir un tipo de respuesta
concreto, a la vez que dichas respuestas y actitudes pueden actuar como
estímulo en otros.

Lo social, tanto la propia interacción con otros como el contexto cultural


en que se realiza, es usado como estímulo para la emisión de conductas,
mientras que a su vez la conducta ilícita una respuesta por parte del
entorno.

Enfoque del psicoanálisis sobre la psicología social

Sigmund Freud en su clásico trabajo “social”,1 Psicología de las masas y


análisis del yo nos dice con una gran razón, que toda psicología es una
psicología social. Con esto, el psicoanálisis admite y reconoce el hecho
incontrovertible de que somos seres sociales. La etologia, tanto la general
como la humana en especial, así como los nuevos postulados de la
sociobiologia, una y otra vez nos llevan a aceptar nuestro doble origen, la
existencia de nuestro equipo congènito en permanente interacción con
nuestro acervo y nuestro desarrollo cultural. Éste es transmitido de una
generación a la siguiente, concentrado y agrupado en épocas históricas
del conocimiento, en ciclos de crisis y calmas sociales, sucediéndose todo
esto en diferentes áreas del planeta. El ser humano desde su concepción,
trae un complejo equipo genético en cuyo estudio apenas se está
penetrando con gran dificultad con la nueva ciencia de la biogenètica.

Con ésta podrá entenderse mucho del futuro del hombre, tanto como
individuo como en la organización de sus sociedades, grupos, naciones
ybloques de las mismas, dado que se espera que con el estudio de
poblaciones, siga aquellas influencias genéticas potenciales que pueden
modular las acciones sociales. La genética paso a paso está encontrando
similitudes y diferencias entre los humanos, mucho más de aquéllas que
de éstas, las que a veces llevan a agrias polémicas que despiertan las
ideologías racistas inconscientes.

Psicología social sociológica


Es imposible entender la sociedad si no es como el producto histórico y
cultural de los actores, ni la conducta de éstos si no es como un producto
social. Individuo y sociedad son dos realidades inseparables. Esto no se ha
entendido siempre así, y aún hoy día no existe acuerdo sobre estas
cuestiones. Una de las primeras polémicas al respecto la tenemos entre
Émile Durkheim y Gabriel Tarde. Para el primero, el objeto de la sociología
debía ser el estudio de los hechos sociales. Éstos, según Durkheim, son un
producto colectivo, tienen una naturaleza externa a los individuos y se
imponen ala conciencia individual. El origen de los hechos sociales debía,
en su opinión, buscarse no en la conciencia individual, sino en otros
hechos sociales. Tenemos aquí una visión objetivista de la realidad social.
Por el contrario, Tarde pensaba que la sociedad no era algo independiente
de los individuos y que era una psicología interdental la que podría,
mediante el análisis de procesos como la imitación, explicar cómo era
posible el orden social.
Representaciones sociales
Las representaciones sociales fueron desarrolladas por Serge Moscovici en
1961 a partir del estudio sobre psicoanálisis de su imagen y su público. “La
representación social es un fenómeno específico relacionado con una
manera particular de comprender y comunicar una manera que al mismo
tiempo crea la realidad y el sentido común” 9. Son una forma específica de
conocimiento común y un pensamiento practico que se usa en la vida
cotidiana, que permite actuar a la realidad social. Las representaciones
sociales señalan a los individuos su significado o interés que tiene por el
control de los medios de comunicación. Una representación se construye
cuando un grupo de familia o amigos, entre otros crean necesidad para
hacer un conjunto de ideas para cambiar la realidad en cual las personas
de grupo se convierten en actores de la sociedad.
“Generalmente se considera que el conocimiento de sentido común y el
científico se excluyen porque se elaboran y expresan en espacios
distintos”10. Donde el conocimiento común tiene como objetivo comunicar
y sentirse dentro del ambiente social en un grupo social. De estos se
constituyen con el objeto que representan el objeto social. “el
procedimiento de objetivación transformamos conceptos abstractos,
extraños a nuestro mundo cotidiano, en experiencias o materializaciones
concretas”11. Van a trasformar lo extraño y le va da un significado a lo
objeto en una sociedad que está representada por un grupo. La
objetivación va tener un esquema conceptual, ésta puede definirse como
una operación formadora de imagen y estructurante. “Es decir, mediante
este proceso se materializan un conjunto de significados, se establece la
relación entre conceptos e imágenes, entre palabras y cosas” 11. Se
adquiere especialmente por tener normas y valores, se da la forma de
poder controlada por actitudes y conductas. Para Moscovici las
representaciones crean conocimientos e información que será para
comunicarnos socialmente, así como cada autor que a estudiado esta
teoría. “Las representaciones sociales aparecen en las sociedades
modernas en donde el conocimiento está continuamente dinamizado por
las informaciones que circulan y que exigen ser consideradas como guías
para la vida cotidiana”12 La información va generar cambios continuos para
el conocimiento y dependiendo de la posición social representa un orden
y jerarquización interna.
La Explicación Psicosocial: Elementos Claves y Articulación entre Nivel
Social y Nivel Psicológico
Retomando la perspectiva clásica, según dos autores destacados de la
Psicología Social contemporánea como son Ross y Nisbett, la Psicología
Social busca explicar la conducta de los sujetos mediante tres elementos:
la situación, la representación que la persona tiene de ella y las tensiones
de los sistemas socioculturales y psicológicos. De esta manera:
(A) La conducta social se debe explicar, primero, por las influencias de la
situación o posición social del sujeto, a menudo sutiles e inconscientes
(Ross y Nisbett, 1991). En este sentido, dicha conducta es tributaria de
las máximas marxistas: "es la existencia del hombre la que determina
su conciencia" y "el hombre hace la historia, pero en condiciones que
él no elige, heredadas del pasado" (Merton, 1948).
Este énfasis en lo situacional, se asocia generalmente a un rechazo de
las explicaciones personológicas - basadas en la estructura de la
personalidad o en las diferencias individuales .
(B) Simultáneamente, la conducta social se explica por la representación
subjetiva que el sujeto tiene de la situación. En otros términos, se
acepta la importancia de la dimensión subjetiva de la influencia
situacional: las personas actúan en función de la definición o de la
representación que tienen del contexto en que aquella se realiza (Ross
y Nisbett, 1991).
(C) Un tercer aspecto importante de la explicación psicosocial proviene de
Lewin, y plantea que la conducta social es un efecto de sistemas en
estado de tensión. La estructura social y la cultura van a determinar la
posición situacional y el contenido de la representación subjetiva.
Además van a presentar tendencias opuestas que actúan
simultáneamente. Los contextos socio-culturales son dinámicos, los
estados de equilibrio pueden depender de la coexistencia de
elementos opuestos que se contrabalancean y evolucionan.

Representantes e investigadores de la psicología social

Vamos a conocer algunos de los representantes más destacados de este


ámbito de la psicología.

August Comte

Uno de los principales representantes de la psicología social por su


relevancia en el surgimiento de esta disciplina, es el sociólogo
francés Auguste Comte (1798 - 1857). Este investigador fue el pionero en
plantear conceptos como la moral positiva y preguntarse acerca de varios
aspectos que relacionaban el rol del sujeto en el sí de una sociedad y
cultura, además de no abandonar su curiosidad por los fundamentos
psicobiológicos que influyen también en la conducta humana.

Karl Marx

Otro de los autores precursores de la disciplina de la psicología social


fue el filósofo, economista y sociólogo alemán Karl Marx (1818 - 1883).
Este fructífero intelectual empezó a sugerir ciertos conceptos y
elementos que servirían, posteriormente a su muerte, para establecer
las bases de la psicología social. Por ejemplo, fue el precursor de una
línea de investigación que relacionaba las influencias culturales,
institucionales, religiosas, materiales y técnicas sobre la psicología del
individuo.
Entre las aportaciones de Karl Marx a los inicios de la Psicología Social
encontramos el hecho de remarcar que lo que pensamos y sentimos está
históricamente construido, no surge de nuestro interior de manera
aislada.

La escuela estadounidense: Mead, Allport y Lewin

A los dos intelectuales citados antes, podemos añadir la enorme influencia


de los que, esta vez sí, se consideran los padres fundadores de la
psicología social. Tres psicólogos estadounidenses: George Mead, Floyd
Allport y Kurt Lewin.

El último de ellos, Kurt Lewin (en la imagen), es considerado el artífice de


la denominada Psicología Social Moderna, escuela que a la postre
construyó los cimientos sobre los que se edificaría la Psicología de la
Gestalt. Es, además, el autor de la Teoría de Campo, que nos explica que
las variaciones individuales de la conducta en relación a la norma están
fuertemente condicionadas por la pugna entre las percepciones subjetivas
del individuo y el ambiente psicológico en que se encuentra. 
Así pues, Lewin concluye que el comportamiento humano solo puede ser
cognoscible dentro de su propio entorno, en su ambiente. La conducta,
entonces, debe comprenderse como una miríada de variables
interdependientes.

Escuelas psicológicas que se nutren de la psicología social

Siendo la psicología social una subdisciplina amplísima que aborda


múltiples procesos de interacción entre el individuo y la sociedad, no es
de extrañar que muchas escuelas psicológicas hayan basada gran parte
de sus enseñanzas y sus desarrollos a esta.
Por ejemplo. podemos encontrar distintos abordajes en el psicoanálisis, el
conductismo, la psicología postmoderna y la psicología de los grupos.

Psicoanálisis

El psicoanálisis, cuyo máximo representante es Sigmund Freud, es una de


las escuelas más tradicionales. El psicoanálisis emplea algunos principios
de la psicología social como la disciplina que inquiere acerca de las
pulsiones y represiones colectivas, que emergen del interior del
inconsciente de cada persona para posteriormente influir en lo
colectivo y condicionar lo social.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el psicoanálisis no forma parte
de la psicología social ni se basa en la epistemología de la psicología
científica en general.

Conductismo

Por otra parte, el conductismo concibe la psicología social en la medida en


que nos aporta datos sobre la influencia social. El conductismo se focaliza
en observar y analizar la conducta individual teniendo en cuenta la
influencia del entorno social y cultural.
Psicología postmoderna

La psicología postmoderna trata de analizar mediante la psicología social


aquellos elementos que influyen en la diversificación y la fragmentación
de la sociedad.

Psicología de los grupos

Desde el enfoque de la psicología de los grupos, todo colectivo conforma


una unidad de análisis con su propia idiosincrasia particular. En
consecuencia, la psicología social trata de llevar a cabo un estudio
ponderado entre lo social y despersonalizado y entre lo subjetivo y
particular.

Experimentos famosos en psicología social

Los experimentos, investigaciones y estudios más conocidos en el ámbito


de la psicología social son los siguientes:

1) El experimento de la muñeca Bobo de Albert Bandura

En este estudio se demostró que la violencia y la agresión son aprendidas


mediante la imitación. Fue uno de los estudios pioneros en este ámbito, y
ha sido repetido para evaluar la medida en que la exposición a contenidos
violentos en los medios de comunicación influye en el comportamiento
agresivo de los espectadores.

2) El experimento de la prisión de Stanford, de Philip Zimbardo

Uno de los estudios más controvertidos y célebres en psicología social,


consistió en un ejercicio simulado en el que estudiantes universitarios
adquirieron durante unos días el rol de reos y guardias en una cárcel
artificial. Zimbardo demostró que, ante unas determinadas
circunstancias, las personas asumirían su papel hasta el punto de llegar a
actuar de una forma poco ética. Es un estudio clásico sobre el poder de la
situación social.

3) Asch, Sherif, Milgram…

Otros experimentos notables como el experimento de Solomon Asch, el


experimento de la Cueva de los Ladrones de Sherif o el experimento de
Milgram también tienen una importancia crucial en el campo de la
psicología social.

Objetos de estudios de la psicología social

El objeto de estudio de la psicología social no es un objeto en el sentido


habitual de este término, como una cosa, una parcela de la realidad,
acotada de modo más o menos preciso, con fronteras que supuestamente
la separan de otras facetas de la realidad a cuyo estudio se dedicarían
otras disciplinas. Es muy discutible que haya algún tipo de ciencias cuya
delimitación se haga de este modo, con una especie de criterio
geopolítico. Este es un criterio académico, para separar campos de
influencia, pero no es un criterio científico.

El objeto de una ciencia no es una cosa , sino un tipo de relación (Bateson,


1979). Por ello, la reflexión sobre el objeto de la psicología social más que
una tarea de cierre y acotamiento, de delimitación de fronteras con otras
ciencias sociales, es una tarea de apertura intelectual, ya que la reflexión
objetual no es taxonómica, sino epistemológica, no está orientada a
clasificar sino a indagar sobre la constitución teórica de un punto de vista
sobre la realidad. Si todo saber científico está afectado por la reflexión
epistemológica, es decir, por la reflexión sobre las posibilidades de
conocimiento, en el caso de las ciencias sociales y, en concreto, de la
psicología social, esto es especialmente importante, dado que la definición
objetual está intrínsecamente vinculada al tipo de saber que se postula y a
la validez que se le confiere. Es cierto que el objeto de la psicología social
es un objeto construido.
Todo objeto científico lo es, pero en el caso de las ciencias sociales, y en
particular de la psicología social, lo es en un doble sentido; primero, como
construcción teórico-conceptual de la realidad (es el nivel de conceptos
como «materia», «mente», «conciencia», «sociedad» etc.), después como
construcción de relaciones entre conceptos del nivel anterior. En este
sentido tiene razón Peter Winch (1958) cuando señala que «muchas de las
cuestiones teóricas más importantes que han surgido en estos estudios
[ciencias sociales] pertenecen más a la filosofía que a la ciencia y, por ello,
han de ser resueltos mediante un análisis conceptual a priori más que por
la investigación empírica. Por ejemplo, la cuestión de qué constituye la
conducta social es una demanda para la elucidación del concepto de
conducta social.

Al tratar con cuestiones de este tipo no debería «esperarse a ver» lo que


la investigación empírica nos muestra; es una cuestión de trazar las
implicaciones de los conceptos que usamos» 18 (pp. 17-18). Esta opinión
es muy similar a la que ya había manifestado Ortega y Gasset (1940),
quien decía que «la psicología, como toda ciencia particular, posee sólo
jurisdicción subalterna. La verdad de sus conceptos es relativa al punto de
vista particular que la constituye, y vale en el horizonte que ese punto de
vista crea y acota» (p. 20). Entre los presupuestos metateóricos,
históricamente establecidos, que posibilitan la constitución del objeto de
la psicología social, y que toman, con frecuencia, el carácter de evidencias
se encuentra, en primer lugar, la convicción de que es posible un
conocimiento científico del ser humano, más agudo y eficaz que el
conocimiento de sentido común. Este es un presupuesto firmemente
asentado, pero problemático en su concreción, ya que no hay acuerdo
sobre lo que sean rasgos definitorios de un conocimiento científico en el
campo de las ciencias sociales. Un segundo presupuesto es que existen
niveles analíticos relativamente autónomos y que son fructíferos para la
comprensión del comportamiento humano; en concreto, el nivel del
individuo (o psique) y el de la sociedad (y/o cultura). Se trata de objetos
construidos analíticamente y no de realidades materialmente delimitadas.

La confusión es grande en este punto, ya que se sobreponen a conceptos


de sentido común, especialmente en el caso del individuo, surgidos de la
explicación cotidiana y ancestral de los procesos de la vida. El individuo
que estudia la psicología es una abstracción al igual que lo es la sociedad
que estudia la sociología y la cultura de los antropólogos. Estos conceptos
son problemáticos en su propia constitución teórica, como puede
observarse a propósito de los conceptos de conciencia o mente. Como
dice Moscovici (1985) «Todo resultaría muy sencillo si pudiésemos decir
sin dudar: existe el individuo y existe la sociedad. Evidentemente esto se
nos repite innumerables veces y uno parece comprender e incluso ver lo
que significan estas palabras» (p. 17).

El tercer presupuesto sobre el que se fundamenta la psicología social es


que la interacción social es un proceso articulador entre los niveles
psicológico y sociológico. Por medio de la interacción social se generan y
modifican realidades, tanto a nivel personal como societal. Este
presupuesto no es siempre mantenido por quienes sostienen el anterior.
Desde un punto de vista reduccionista, bien psicológico o sociológico, la
interacción social es o irrelevante o simplemente una coocurrencia o
concatenación de actividades. La posición más extrema la representan
aquellos autores para quienes la psicología social no es una ciencia
autónoma.

Se puede decir también que el objeto de estudio de la psicología social


son, como hemos dicho, la influencia de las relaciones sociales sobre la
conducta y los estados mentales de las personas. A este efecto, uno de las
teorías clave en esta disciplina es la del interaccionismo simbólico. Uno de
sus antecesores, George H. Mead, desarrolló un profundo estudio sobre
lenguaje, gestos y conducta, como productos de las relaciones
interpersonales que permiten la vida en comunidad y, concretamente, sus
interacciones personales cara a cara.
Obviamente, en nuestras sociedades existen organizaciones e
instituciones constituidas alrededor de ciertos condicionantes
socioculturales que son un producto de la interacción entre personas.
Siendo así, no es difícil imaginar que existe una conciencia colectiva que
nos facilita la comprensión de estas articulaciones sociales.
La psicología social, pues, estudia los procesos psicológicos y sociales
observables, cosa que nos ayuda a entender cómo actuamos los
individuos cuando formamos parte de grupos o sociedades. La psicología
social también engloba el estudio de las actitudes personales y la
influencia (bidireccional) con el pensamiento social.
Y, por supuesto, otro elemento que la psicología social tiene en cuenta es
el contexto histórico en el que ocurren los eventos psicológicos, dado que
el comportamiento se da siempre sobre una serie de precedentes
materiales y simbólicos que influyen en lo que hacemos.
Por tanto, podemos decir en general que el objeto de estudio de la
Psicología Social es la interrelación individuo-sociedad. La frase "La
Psicología Social es la ciencia de los aspectos sociales de la vida mental"
(Turner, en Morales 1994) indica que, para algunos autores, la unidad de
análisis básica es el individuo, enfatizando en cómo sus procesos (en
particular los cognitivos), reflejan el peso de lo social. Este énfasis en el
individuo antes que en el grupo como unidad de análisis, se asocia a un
colectivismo cognitivo, es decir, a postular que la estructura social
determina a los procesos cognitivos, y que éstos a su vez, determinan la
conducta social (Moreland, Hogg y Hains, 1994). Otro elemento que se
hace relevante y caracteriza a la Psicología Social, dentro de la perspectiva
clásica de Lewin, Sherif, y Asch es el carácter emergente e interactivo de
los procesos interaccionales y de grupo. En oposición al individualismo
metodológico, que reduce los fenómenos grupales a la agregación de los
fenómenos individuales, el todo grupal es entonces diferente a la simple
suma de sus partes individuales (Huici, 1993; Asch, 1959/1979).
LA PSICOLOGÍA SOCIAL COMO INTERACCIÓN
Iniciativa de lectura psicosocial de la interacción

A pesar del enorme espectro de significados que abarca el concepto de


comunicación, es indiscutible su base socio–psicológica. Desde este punto
de vista, la comunicación es concebida como un fenómeno
simultáneamente individual y social. Por un lado, el individuo ocupa un
lugar central en el proceso de comunicación, elemento que ha sido sobre
todo estudiado por los psicólogos cognitivos. Por el otro, la comunicación
tiene una esencia fundamentalmente social, por lo que el centro de la
reflexión sobre la comunicación no es tanto el individuo sino la relación.

A grandes rasgos, la psicología social considera tres niveles de análisis en


los que se pueden ubicar los fenómenos de interacción: la comunicación
personal, en el plano de la intersubjetividad; la comunicación
interpersonal, que focaliza su atención en las relaciones entre
participantes de una misma interacción; y la comunicación de masas, que
por tener como eje central a los medios de difusión de información no
parece ser tan adecuada para abordar las aportaciones de la psicología
social al concepto de interacción.

Como se ha dicho anteriormente, la psicología social se centra


fundamentalmente en dos fenómenos: la interacción y la influencia social.
La primera se erige como el objeto básico de la disciplina, y aparece
definida como la conducta o comportamiento de un conjunto de
individuos en los que la acción de cada uno está condicionada por la
acción de otros. Es, por tanto, un proceso en el que una pluralidad de
acciones se relaciona recíprocamente. En este sentido, en lo que
concierne a la interacción, la psicología social estudia procesos
interpersonales, personas en relación con otras personas, formando parte
de grupos, y no personas aisladas. El centro del análisis es, pues, la
relación entre sistemas de comunicación. La relación entre la interacción y
la influencia social se explica a partir del carácter situacional del
comportamiento: cada interacción, considerada en su contexto y en toda
su variedad y extensión, equivale a una situación de influencia específica.
Dentro del espacio conceptual de la psicología social, lo "social" se refiere
directamente a la interacción, en tanto que el comportamiento humano
siempre implica a otros. De esta consideración emerge el concepto de
sociedad con que se trabaja desde este enfoque, que lo utiliza de forma
amplia para designar al conjunto de seres humanos que conviven en un
área común, pertenecen a una misma cultura y colaboran a la satisfacción
de sus necesidades.

Aunque la psicología social estudia cuatro niveles —individuo, interacción,


posiciones sociales e ideología—, por las especificidades y objetivos de
este texto, interesa sobre todo ahondar en el segundo nivel. En la
interacción, los individuos son situados unos en relación con otros. Este
nivel se interesa por la interacción y las consecuencias que se derivan de
ella, y se basa, sobre todo, en relaciones inmediatas. Como ya se ha dicho,
gran parte de las investigaciones en psicología social se sitúan en este
nivel de la interacción, y de este interés provienen asuntos como la
atracción interpersonal, la cohesión, el liderazgo, la percepción social, la
dinámica de grupos, las presiones situacionales, la comunicación, etcétera.
En todos estos temas se ignora o se deja en un segundo plano lo referente
a las posiciones sociales y a la ideología. En definitiva, en detrimento del
contexto más amplio en el que tiene lugar la interacción, se toma como
eje básico de análisis la interacción inmediata, la situación de relación
misma.

También el tratamiento del tema de la socialización está articulado con


referencias constantes a la interacción. Según el enfoque psico–social, la
internalización o interiorización del mundo ocurre en la interacción con los
demás. Es por esto que los grupos son considerados como los laboratorios
esenciales para comprender las relaciones entre los individuos. 6 Definidos
como lugares de intercambio y construcción psicológica y social, las
funciones atribuidas a los grupos son la puesta en común, la definición de
fronteras, el establecimiento de relaciones interpersonales y la
construcción de organizaciones sociales.

La psicología social concibe la comunicación como un término incluyente,


que abarca todo contacto o interacción entre sujetos; toda conducta
humana, según este enfoque, se basa en la comunicación, por lo que es
imposible la socialización del hombre sin comunicación.

En el marco del proyecto Hacia una Comunicología Posible, se ha puesto


de manifiesto que la Interacción es el asunto central de la psicología
social, considerada como fuente teórica de la comunicología. En autores
como Alex Mucchielli (1998), la comunicación es interacción; y también lo
es en autores pertenecientes a los enfoques constructivistas, como Tomás
Ibáñez (1988), entre otros. La construcción interdisciplinaria de la
psicología social ha permitido que sus reflexiones en torno a la interacción
y a la comunicación se hayan visto ampliadas con las aportaciones de
enfoques como la teoría de sistemas y las psicologías cognitivas. En ambos
casos, la comunicación es comprendida como interacción, ya sea entre los
sujetos y el entorno, ya sea entre sujetos.

Un apunte sobre el interaccionismo simbólico y sus aportes para


comprender la interacción y la comunicación

La corriente del interaccionismo simbólico, surgida en 1938 cuando


Herbert Blumer la bautiza con este nombre, parte de la importancia de la
comunicación en el desarrollo de la sociedad, la personalidad y la cultura.
Según este enfoque, el individuo es a la vez sujeto y objeto de la
comunicación, en tanto que la personalidad se forma en el proceso de
socialización por la acción recíproca de elementos objetivos y subjetivos
en la comunicación. Esta consideración convierte al interaccionismo
simbólico en una corriente de pensamiento que se sitúa a caballo entre la
psicología social —por su énfasis dado a la interacción— y la sociología
fenomenológica —por la consideración de la interacción como base para
la construcción de consensos en torno a las definiciones de la realidad
social.

La importancia otorgada a la interacción por parte del interaccionismo


simbólico puede sintetizarse en tres puntos importantes. El primero, el
valor dado a la alienación del sentido de la comunicación cotidiana y al
importante papel que juega en la sociedad la empatía, la capacidad de
ponerse en el lugar del otro. El segundo punto pone de manifiesto que la
realidad social se explica a través de las interacciones de los individuos y
los grupos sociales; de esta manera, esta corriente se opone a las ideas del
determinismo social. El tercer punto es el que concierne a la metodología,
que en el caso del interaccionismo simbólico se caracteriza por el uso
extendido de estudios de caso, el predominio absoluto de procedimientos
inductivos y el abordaje de la realidad en términos micro–sociales y
sincrónicos. Este último aspecto se relaciona con una de las
consideraciones apuntadas en el apartado dedicado a la psicología social,
a saber: el abordaje de las situaciones de interacción inmediatas en
detrimento de los análisis contextuales e históricos. En estrecha relación
con lo anterior, el interaccionismo simbólico pone énfasis en la interacción
de los individuos y en la interpretación de estos procesos de comunicación
en las situaciones inmediatas, y no presta atención a las estructuras
sociales, a los sistemas ideológicos y a las relaciones funcionales, sino al
mundo de significados dentro del cual actúan los sujetos.

Esta corriente destaca la naturaleza simbólica de la vida social. La finalidad


principal de las investigaciones que se realizaron desde el interaccionismo
simbólico fue el estudio de la interpretación por parte de los actores de
los símbolos nacidos de sus actividades interactivas. En Symbolic
Interaccionism, Herbert Blumer (1968) establece las tres premisas básicas
de este enfoque: 1) los humanos actúan respecto de las cosas sobre la
base de las significaciones que estas cosas tienen para ellos, o lo que es lo
mismo, la gente actúa sobre la base del significado que atribuye a los
objetos y situaciones que le rodean; 2) la significación de estas cosas
deriva, o surge, de la interacción social que un individuo tiene con los
demás actores; y 3) estas significaciones se utilizan como un proceso de
interpretación efectuado por la persona en su relación con las cosas que
encuentra, y se modifican a través de dicho proceso.

De estas premisas se extrae que el análisis de la interacción entre el actor


y el mundo parte de una concepción de ambos elementos como procesos
dinámicos y no como estructuras estáticas. Así entonces, se asigna una
importancia enorme a la capacidad del actor para interpretar el mundo
social. George Herbert Mead (1934), con su propuesta de conductismo
social y su conceptualización del "sí mismo", por un lado, y Erving Goffman
(1959), con su modelo dramatúrgico para el análisis de la interacción, por
el otro, son los dos autores más representativos del interaccionismo
simbólico.

Uno de los conceptos de mayor importancia dentro de la corriente del


interaccionismo simbólico fue el de self, propuesto por George Herbert
Mead (1934). En términos generales, el self  ("sí mismo") se refiere a la
capacidad de considerarse a uno mismo como objeto; el self tiene la
peculiar capacidad de ser tanto sujeto como objeto, y presupone un
proceso social: la comunicación entre los seres humanos. El mecanismo
general para el desarrollo del self es la reflexión, o la capacidad de
ponernos inconscientemente en el lugar de otros y de actuar como lo
harían ellos. Es mediante la reflexión que el proceso social es interiorizado
en la experiencia de los individuos implicados en él. Por tales medios, que
permiten al individuo adoptar la actitud del otro hacia él, el individuo está
conscientemente capacitado para adaptarse a ese proceso y para
modificar la resultante de dicho proceso en cualquier acto social dado.

Por otra parte, en los años 60 y 70 destaca la obra de Erving Goffman


(1922–1982), conocida por su extraordinaria minucia descriptiva,
vertebrada por la idea de que la interacción social agota su significado
social más importante en la producción de apariencias e impresiones de
verosimilitud de la acción en curso. En Goffman (1971), la sociedad se
muestra como una escenificación teatral en que la vieja acepción griega
de "persona" recobra plenamente su significado. El modelo planteado por
Erving Goffman recibió el nombre de enfoque dramático o análisis
dramatúrgico de la vida cotidiana, y puede sintetizarse a partir de tres
consideraciones básicas. En primer lugar, permite comprender tanto el
nivel macro (institucional) como el micro (el de las percepciones,
impresiones y actuaciones de los individuos) y, por lo tanto, el de las
interacciones generadas en la vida social y generadoras de ella. En
segundo lugar, el poder interpretativo de este modelo tiene como límites
el de los mundos culturales análogos al de las sociedades anglosajonas.
Por último, Goffman lleva su reflexión sobre la interpretación dramática
hasta sus últimas consecuencias. Así entonces, el autor retoma los
elementos esenciales de su análisis para acercarse al problema del
individuo. Es decir, lleva a la práctica el principio dialéctico que establece
la relación y el enriquecimiento entre cada una de las fases de la
investigación y, aplicando el conocimiento sobre los dos primeros niveles,
logra explicar elementos de las actuaciones individuales inicialmente no
definidos. Uno de los elementos más decisivos de la obra de Erving
Goffman fue la conceptualización del "ritual". Desde su perspectiva, más
que un suceso extraordinario, el ritual es parte constitutiva de la vida
diaria del ser humano, por lo que se puede decir que la urdimbre de la
vida cotidiana está conformada por ritualizaciones que ordenan nuestros
actos y gestos corporales. En este sentido, los rituales aparecen como
cultura encarnada, interiorizada, cuya expresión es el dominio del gesto,
de la manifestación de las emociones y la capacidad para presentar
actuaciones convincentes ante otros.

Del concepto de ritual propuesto por Goffman (1971) se derivaron dos


ideas importantes. La primera, la de relacionar los rituales con el proceso
de comunicación, pues los rituales se ubican en la categoría de actos
humanos expresivos, en oposición a los instrumentales. Además de ser un
código de conducta, el ritual es un complejo de símbolos, pues transmite
información significativa para otros. La segunda idea consiste en
relacionar los rituales con los movimientos del cuerpo, ya que la
ritualización actúa sobre el cuerpo produciendo la obligatoriedad y
asimilación de posturas corporales específicas en cada cultura.

Como se ha podido observar, el interaccionismo simbólico es una


corriente que retoma tanto elementos de corte psico–social como
consideraciones más sociológicas que pueden inscribirse en las reflexiones
de la sociología fenomenológica. El modelo dramatúrgico; los conceptos
de ritual, situación, encuentro, marco (frame),  máscara social, sí mismo y
yo espejo, entre otros, son algunas de las herencias básicas que esta
corriente de pensamiento ha dejado para los posteriores análisis y
acercamientos a la interacción social.

Relaciones conceptuales entre psicología social y comunicología


Los aportes de la psicología social a la conceptualización de la interacción
podrían permitir hablar de la construcción de una posible psicología social
de la comunicación (Cuesta, 2000). Esta sub–disciplina debiera constituirse
con base en los trabajos sobre influencias, actitudes, personalidad, grupos,
etcétera, pero con la especificidad de fijarse, principalmente, en el papel
que la interacción social juega en la construcción de cada uno de estos
elementos. Como se ha señalado anteriormente, el enfoque psico–social
pone el acento en tres tipos de comunicación: la personal, la interpersonal
y la masiva, siendo las dos primeras las más adecuadas para hablar de la
interacción en términos de relación de co–presencia.

La revisión de obras teóricas sobre psicología social deja entrever la


relación entre esta disciplina y la ciencia de la comunicación, o
"comunicología", como preferimos llamarla. En términos generales, y con
la finalidad de presentar sólo una hipótesis en torno a las posibles
relaciones conceptuales entre ambos campos del saber, podemos
establecer algunas áreas temáticas "de frontera", es decir, que han sido
tomadas en cuenta tanto por la psicología social como por la
comunicología, aunque en el caso de la segunda su relevancia se haya
visto disminuida por el auge y predominio de los estudios sobre medios de
difusión masiva. Por este motivo, hablaremos de áreas temáticas posibles,
y no tanto de objetos que hayan sido profundamente abordados por la
ciencia de la comunicación.

Los grandes temas "de frontera" hallados, de menor a mayor complejidad,


son los siguientes: afectividad, cognición, persuasión, comunidad y
relaciones sociales. Aunque todas estas áreas temáticas van
interrelacionadas, a efectos del análisis se consideran por separado. En
primer lugar, la afectividad es retomada como uno de los conceptos
básicos de la psicología social (Mendoza y González, 2004; Rodrigues,
1981), sobre todo dentro del terreno de las actitudes y la configuración de
la personalidad de los individuos. En este tenor, se considera la afectividad
como parte de la tensión entre el individuo y la sociedad, ya que es un
rasgo incorporado individualmente pero construido socialmente. En
segundo lugar, encontramos la cognición y todo lo que tiene que ver con
la construcción social de conocimientos, la percepción social y el
conocimiento social común o doxa (Gómez y Canto, 1997; Lindgren, 2003;
Alvaro y Garrido, 2003). El área de la persuasión, como tercer tópico de
interés para la psicología social (Rodrigues, 1981; Lindgren, 2003; Gómez y
Canto, 1997), se erige como un tema básico para hablar de la toma de
decisiones y de la influencia social, nuevamente marcadas por la tensión
entre el individuo y la sociedad. La comunidad y las relaciones sociales,
íntimamente ligadas, configuran las últimas áreas temáticas (Mendoza y
González, 2004; Gómez y Canto, 1997; Lindgren, 2003; Alvaro y Garrido,
2003). La comunidad, en tanto configuradora de sentidos de pertenencia y
constructora de asociaciones sociales; y las relaciones sociales, como
proveedoras de sistemas simbólicos y roles sociales asociados a grupos
sociales que, por el efecto de compartir los primeros, se constituyen con
base en una identidad social determinada.

Como se puede ver, el terreno de la psicología social es amplio y diverso.


Aunque a primera vista pudiera parecer que las áreas temáticas señaladas
se alejan completamente del campo de conocimiento de la comunicología,
el interés de este texto es poner de manifiesto los puntos de conexión
entre ambas disciplinas. Cabe destacar, como ya se ha señalado en algún
otro momento, que la dimensión comunicológica que más se nutre de la
fuente de la psicología social es la interacción, comprendida como la
relación entre sistemas de comunicación, y no sólo reducida al campo que
comúnmente se conoce como "comunicación interpersonal". En este
sentido, dentro de la interacción caben las áreas antes mencionadas: la
afectividad, en tanto implica la afectación mutua entre dos o más sujetos,
lo cual ya implica la relación entre sistemas de comunicación diferentes; la
cognición, como macro–tema que vincula individuo, sociedad y
construcción de conocimientos, para los cuales nuevamente es necesaria
la puesta en común de visiones procedentes, como mínimo, de dos
sistemas de comunicación distintos; la persuasión, sobre todo vinculada
con la influencia social, es obviamente dependiente de la interacción entre
dos o más sujetos, en este caso con la especificidad de que uno de estos
sujetos tiene la pretensión explícita de afectar o influir sobre el otro; la
comunidad, porque en sí misma requiere de la existencia de sujetos o
sistemas de comunicación que, por ser semejantes, establecen relaciones
y se asocian hasta lograr un sentido de pertenencia que los convierte en
grupo; y por último, las relaciones sociales, que son fruto principalmente
de la interacción social entre sujetos y grupos diversos, con roles e
identidades diversas.

Somos conscientes de que el mapa conceptual presentado es aún


provisional e incompleto, de ahí que sea presentado sólo a modo de
hipótesis de trabajo, como detonante de reflexiones posteriores en torno
al tema. Lo que sí queda claro es que tanto la psicología social como la
comunicología tienen en la interacción uno de sus ejes problemáticos de
atención básico.

Fenómenos interpersonales
Actitudes
El estudio de actitudes es un tema central de la psicología social. Las
actitudes están implicadas en casi todas las áreas de la disciplina,
incluyendo la conformidad, la atracción interpersonal, la percepción
social y el prejuicio. En la psicología social, las actitudes se definen como
evaluaciones globales doctas de una persona, un objeto, un lugar o un
asunto que influencian el pensamiento y la acción.13 Es decir, las actitudes
son expresiones básicas de aprobación o desaprobación, favorabilidad o
desfavorabilidad, o gustar y disgustar.14 Ejemplos incluirían que nos guste
el helado de chocolate, ser anti-aborto, o respaldar los valores de un
partido político particular.
Los psicólogos sociales han estudiado la formación, la estructura, el
cambio y la función de las actitudes y la relación entre éstas y el
comportamiento. Debido a que la gente está influenciada por la situación,
las actitudes generales no suelen ser buenos predictores de
comportamientos específicos. Para una variedad de razones, una persona
quizás valora el medio ambiente, pero no recicla una lata un día particular.
Actitudes que son bien recordadas y centrales a nuestro autoconcepto, sin
embargo, son más probables a llevar a un comportamiento, y medidas de
actitudes generales previenen pautas de comportamiento a largo plazo.
Mucha de la investigación reciente sobre las actitudes trata de la
distinción entre medidas de actitudes tradicionales de "autoreporte" y
actitudes inconscientes o "implícitas". Por ejemplo, los experimentos
usando el Test de Asociación Implícita han encontrado que la gente a
menudo demuestra parcialidad contra otras razas, incluso cuando sus
respuestas en encuestas revelan igualdad de la mente. Un estudio
encontró que las actitudes explícitas correlacionan con comportamiento
verbal en interacciones inter-raciales, aunque actitudes implícitas
correlacionan con comportamiento no verbal.15
Cognición social
La cognición social es la manera en que la gente piensa acerca de los
demás. Además es un área creciente de la psicología social que estudia
como la gente percibe, piensa y recuerda información sobre otros. Una
asunción en la cognición social es que la realidad es demasiado compleja
para fácilmente discernir, y entonces vemos el mundo según esquemas o
imágenes de realidad simplificados. Los esquemas son representaciones
mentales generalizadas que organizan el conocimiento y guían el
procesamiento de información. Por ejemplo, el esquema de alguien
para ratones puede ser que sean pequeños, peludos y comen queso. La
cognición social propone que grupos culturales desarrollen esquemas
parecidos. Individuos que comparten esquemas pueden esencialmente
tener los mismos pensamientos cuando se enfrentan a un estímulo. Por
ejemplo, los esquemas a menudo operan automáticamente y no
intencionalmente, y pueden dirigir parcialmente en la percepción y
la memoria.
Las expectaciones esquemáticas pueden dirigirnos a ver algo que
realmente no existe. Un experimento encontró que la gente es más
propensa a percibir un arma en las manos de un hombre negro que un
hombre blanco.16 Este tipo de esquema es realmente un estereotipo, una
colección generalizada de creencias sobre un grupo particular de gente.
Los estereotipos a menudo son relacionados a actitudes negativas o
preferenciales (prejuicio) y comportamientos (discriminación). Los
esquemas para tipos de acontecimientos (por ejemplo, ir al McDonalds,
hacer la colada) son conocidas como guiones.
Otro concepto importante en la cognición social es la atribución. Las
atribuciones son las explicaciones que hacemos para el comportamiento
de la gente, sea nuestro o de otros. Una atribución puede ser interna o
externa. Atribuciones internas asignan causalidad a factores internos de la
persona, como capacidad o personalidad. Atribuciones externas asignan la
causalidad a un factor externo, como el tiempo. Han sido descritas
numerosas parcialidades en el proceso de atribución :

 Sesgo de correspondencia – la tendencia a hacer atribuciones


internas para el comportamiento. El efecto actor-observador es un
refinamiento de esta parcialidad, la tendencia a hacer atribuciones
externas para el comportamiento de otros y atribuciones internas para
nuestro propio comportamiento.
 Fenómeno de un mundo justo – la tendencia a buscar víctimas (una
atribución interna) para culpar por el sufrimiento personal. Se cree que
es motivado por la ansiedad. La gente buena, incluyéndose a sí
mismos, podrían ser victimizadas en un mundo injusto.
 Sesgo de autoservicio – la tendencia a tomar crédito por los éxitos,
y culpar a otros por los fracasos. Los investigadores han encontrado
que los individuos deprimidos a menudo carecen de esta parcialidad y
realmente tienen percepciones más realistas de la realidad.
Las heurísticas son atajos cognitivos. En vez de pesar toda la evidencia
cuando se toma una decisión, la gente depende de las heurísticas para
salvar tiempo y energía. La heurística de disponibilidad ocurre cuando la
gente estima la probabilidad de un resultado basado en cuán fácil ese
resultado es de imaginar. Como tal, las posibilidades vívidas o muy
memorables serán percibidas como más probables que estas que son más
difíciles de imaginar o entender, resultando en una parcialidad cognitiva
correspondiente.
Hay otras numerosas observaciones que fueron encontradas por
investigadores de la cognición social. El prejuicio de retrospectiva es una
memoria falsa de haber previsto acontecimientos, o una exageración de
predicciones actuales, después de hacerse consciente de la situación.
El sesgo de confirmación es un tipo de parcialidad dirigido a la tendencia a
buscar, o interpretar información en una manera que afirma las ideas
preconcebidas.
Autoconcepto
Los campos de psicología y personalidad social han juntado durante los
años, y psicólogos sociales han desarrollado un interés en una variedad de
fenómenos relacionados con el yo. En contraste con la teoría tradicional
de personalidad, sin embargo, los psicólogos sociales ponen más énfasis
en cogniciones en vez de rasgos. Mucha investigación enfocados en
el autoconcepto, que es el entendimiento de una persona de sí misma. El
autoconcepto puede dividirse en un componente cognitivo, llamado
el auto esquema, y un componente evaluativo, la autoestima. La
necesidad de mantener una autoestima sana es reconocida como una
motivación central humana en el campo de psicología social. Creencias
de autoeficacia son un aspecto del autoesquema. La autoeficacia se
refiere a la expectación de un individuo que la representación en alguna
tarea será eficaz y tendrá éxito.
La gente desarrolla sus autoconceptos a través de una variedad de
maneras, incluyendo la introspección, reacciones de
otros, autopercepción, y comparación social. En comparación con otros
relevantes, la gente adquiere información sobre sí mismos, y hacen
inferencias que son relevantes a la autoestima. Las comparaciones
sociales pueden ser hacia arriba o abajo, es decir, comparaciones con
gente que es más alta o más baja en estatus o capacidad. Las
comparaciones hacia abajo a menudo son hechas parar elevar la
autoestima.
La autopercepción es una forma especializada de atribución que implica
haciendo inferencia sobre sí mismo después de observar su propio
comportamiento. Los psicólogos han encontrado que demasiadas
recompensas (por ejemplo, dinero) tienen una tendencia a reducir la
motivación intrínseca tras el proceso de autopercepción. La atención de la
gente se dirige a la recompensa y pierden interés en la tarea cuando se
deja de ofrecer la recompensa. Esta es una excepción importante a la
teoría de refuerzo.
Disonancia cognitiva
La disonancia cognitiva es un sentimiento que despierta desagrado
causado por notar una inconsistencia entre las cogniciones. 17 La
disonancia cognitiva fue desarrollada originalmente como una teoría de
cambio de actitud, pero ahora se considera como una teoría del yo por la
mayoría de psicólogos sociales. La disonancia es la más fuerte cuando se
nota una discrepancia entre el autoconcepto y el comportamiento, por
ejemplo, haciendo algo que nos provoca vergüenza. Esto puede resultar
en la autojustificación como el individuo intenta tratar con la amenaza. La
disonancia cognitiva típicamente dirige a un cambio en la actitud, un
cambio en comportamiento, una auto-afirmación, o una racionalización
del comportamiento.
Un ejemplo de la disonancia cognitiva es fumar. Fumar los cigarrillos
aumenta el riesgo de cáncer, que amenaza el auto-concepto del individuo
quien fuma. La mayoría de nosotros creen que somos inteligentes y
racionales, y la idea de hacer algo insensato y auto-destructivo causa la
disonancia. Para reducir esta tensión incómoda, los fumadores tienen una
tendencia a hacer excusas para sí mismos, como "Me voy a morir de todos
modos, entonces no importa".
Influencia social
La influencia social refiere a la manera en que la gente afecta los
pensamientos, sentimientos y comportamientos de otros. Como el estudio
de actitudes, es un tema central tradicional en la psicología social. De
hecho, la investigación en la influencia social coincide mucho con la
investigación de actitudes y persuasión. La influencia social también está
relacionada al estudio de la dinámica de grupos, como la mayoría de los
principios de influencia son más fuertes cuando tienen lugar en grupos
sociales.
La conformidad es la forma más común y omnipresente de la influencia
social. Generalmente se define como la tendencia de actuar o pensar
como otros miembros de un grupo. El tamaño del grupo, la unanimidad,
la cohesión, el estatus y la dedicación prior ayudan a determinar el nivel
de conformidad en un individuo. La conformidad normalmente se ve
como una tendencia negativa en la cultura estadounidense, pero una
cierta cantidad de conformidad es no sólo necesaria y normal, sino
probablemente esencial para que una comunidad funcione.
RELACIONES TEJIDAS ENTRE ESCUELA Y FAMILIA
Las relaciones entre la familia y la escuela son Interacciones de sistemas
humanos que pretenden el desarrollo pleno de sus integrantes, de manera
que “su articulación está mediada por la coordinación de sus acciones
misionales y sus ámbitos de potestad” (Niño y Castañeda, 2002, p.67). La
familia y la escuela comparten una función en torno al desarrollo integral
del niño: siendo la familia el espacio de Filiación y afecto, y la escuela el
ámbito formal para el aprendizaje. Ambas instituciones son espacios
enmarcados dentro de un contexto educativo puesto que se dan procesos
de formación e información, configurándose como realidades sociales que
implementan los procesos de enseñanza aprendizaje. En la relación
escuela – familia siempre ha habido comunicación relacionada con la
notificación de situaciones y entrega de boletines; Fernández (2002)
afirma que:
La escuela no fue pensada para tener otro lazo diferente con la familia y la
sociedad; por lo tanto, se hace necesario trabajar para cambiar esta mera
función por una que esté ligada a la transformación social, a través de un
trabajo colaborativo entre familia y escuela que obtenga el mayor
desarrollo de las capacidades y competencias de los niños (p.26). Isaza
(2012), señala que la escuela, como “institución centrada en el estudiante
y su desarrollo, debe realizar acciones que fortalezcan la función de la
familia como escenario de socialización, formándolas y orientándolas en
este proceso tan importante, para que puedan crear o enriquecer los
ambientes familiares” (p.58). Esto implica la creación de rutas de
comunicación escuela – familia, no sólo en los espacios establecidos
formalmente (matrícula, entrega de boletines), sino en actividades
creativas y atrayentes que permitan y facilite este intercambio en pro del
objetivo deseado.
Las relaciones tejidas entre familia y escuela deben permitir una
construcción constante de los procesos realizados en torno al beneficio de
los niños, transformar la pauta de responsabilizar a los acudientes por los
problemas de convivenciales o académicos productos de una mala
Interacción Social; por pautas de orientación, cooperación y convocatoria
a un trabajo conjunto. Estas redes más que un trabajo son una
oportunidad para potencializar las competencias, no sólo de los
estudiantes sino de todos los actores involucrados, de manera que se
minimicen las dificultades propias de toda formación humana y se
maximicen las opciones de éxito de los niños.

FAMILIA Y ESCUELA
Diariamente, escuchamos o presenciamos situaciones de violencia familiar
y escolar, violaciones, suicidios, homicidio, etc. Problemas complejos que
aquejan a nuestra sociedad, situaciones que son fruto, de seres humanos
que crecen en ambientes familiares sin amor, respeto y comprensión;
afectando la estabilidad de la estructura familiar. Algunas familias
requieren de orientación para fortalecer esos lazos que hay entre sus
diferentes miembros y hacer de su hogar un lugar que brinde lo que los
niños necesitan para crecer integral y sanamente. Parte de esa orientación
puede ser dada desde la escuela donde los hijos pasan gran parte de su
tiempo, y en ocasiones, sienten la escuela como su primer hogar, pues es
allí donde se interrelaciona y se siente escuchado, comprendido y querido.
La familia es quien introduce al niño en la cultura y apropiación activa de
valores, y creencias con respecto al mundo que lo rodea. Este proceso se
va dando explícita e implícitamente con acciones cotidianas que desde su
casa vive, y que luego se mezclan y cambian según la interacción y
aprendizajes recibidos fuera de la familia. Es el primer espacio de
Interacción que el niño tiene, y de la manera como sean esas relaciones
interpersonales, dependerá su Interacción Social. Gutiérrez (2008),
sugieren la familia como medio de bienestar, satisfacción de necesidades y
cumplimiento de los derechos, su base está en las necesidades humanas
de carácter biológico, sicológico y social. Sin embargo, la complejidad en
las relaciones familiares a través de conflictos mal resueltos, hostilidad
entre los padres, relaciones de poder verticales y autoritarias, castigos
violentos; entre otros, son reflejo de la pobreza y la baja calidad de vida
familiar con problemas económicos y sociales, la falta de educación, y por
ende, de oportunidades; generando frustración e inestabilidad familiar
que finalmente recae en los niños, afectando su sistema nervioso,
amenazando su seguridad emocional y creando estrés y agresividad;
dejando como fruto Interacciones Sociales deficientes que afectan no sólo
el entorno donde el niño se desenvuelve, sino a la sociedad entera.
Trianes (2000), Argumenta como una de las causas de problemas de
Interacción a deficiencias en el factor familiar:
 Las deficiencias en la socialización: La estructura de muchas familias
dificulta la transmisión de normas de convivencia elementales y la fijación
de límites a los muchachos y muchachas. Padres y madres que trabajan
fuera del hogar en jornadas laborales de mañana y tarde dejan a los hijos
a merced de la calle, donde los valores aprendidos son claramente
negativos sobre todo en barrios marginales y conflictivos.
 Las actitudes emocionales básicas de los padres hacia el niño durante los
primeros años: Una actitud emocional negativa, caracterizada por falta de
calor e implicación, incrementa el riesgo de que el niño pueda mostrarse
agresivo u hostil con los iguales.
 Una exposición crónica a la violencia: En la familia origina reacciones
agresivas y antisociales en los adolescentes y los jóvenes.
 permisividad y tolerancia hacia la conducta agresiva del niño: Sin
establecer límites claros que controlen esa conducta agresiva con
hermanos, iguales, y adultos que contribuye a que aumente el nivel inicial
de conducta agresiva del hijo.
 El uso de métodos de disciplina autoritarios y de ostentación de poder:
El castigo físico y las explosiones emocionales negativas pueden estimular
la conducta agresiva en los hijos.
DIVERSIFICACIÓN EN LA ESTRUCTURA FAMILIAR.
Desde siempre, el ideal de familia ha sido una pareja heterosexual con
hijos concebidos naturalmente, pero hoy en día la situación ha cambiado y
ahora hay familias de diversas conformaciones; sin embargo, lo realmente
importante es la relación existente entre sus miembros, el amor, el
respeto y el apoyo para enfrentar las diversas situaciones que se
presenten. Debido a esa diversificación familiar de una de las instituciones
que hasta hace poco era tradicional y conservadora ya no se haba sólo de
familias tradicionales compuestas por papá, mamá y hermanos; pues
aparecen nuevos y diversos grupos de unión. Candia et al. (2010) en su
trabajo de investigación menciona diferentes tipos de familia actuales:
 Familia nuclear, compuesta por madre, padre e hijos (unión libre.
Matrimonio civil o católico)
 Familia de un solo padre, rupturas conyugales o viudez
 Parejas sin hijos, no aceptan adopción, por esterilidad o común acuerdo
 Familias de abuelos con nietos, abuelos-padres, o tíos-padres ( padres
que no pueden educar a sus hijos)
 Familia extensa, compuesta por tres generaciones, abuelos, hijos ,
nietos, llamada familia patriarcal común en zonas rurales
 Familia matriarcal, madres como cabeza de familia
 Familia de hijos que viven solos, estudian en otra ciudad
 Familia con amante, uno de los conyugues tiene un segundo hogar
 Madres comunitarias, están al cuidado de los hijos que no son propios
 Parejas homosexuales, no están legalizados
 Unidades domésticas, cuando en una sola vivienda se agrupan varias
personas de diferente sexos sin parentesco alguno (p. 52).
Algunas de las causas que se le atribuyen a estos cambios en la
conformación de familias son: separaciones, embarazos no deseados,
ambos padres laborando, desplazamientos; entre otros, generando
diferentes estilos de autoridad en el hogar entre las que sobresalen las
familias abandónicas, permisivas o autoritarias; que por sus características
son nocivas para el desarrollo sano e integral del niño. Es por eso que para
efectos de este trabajo de investigación se llamarán escuela de familia;
pues en el desarrollo afectivo, social y académico del niño es necesario
incluir no sólo a padres y madres sino a aquellas personas, que sin serlo,
permanecen la mayor parte del tiempo con el niño y apoyan el proceso
formativo del mismo.
VILA (2008), al referirse a las actividades encaminadas a fortalecer la
relación familia – escuela, las nombra como talleres de familia, cuyo
objetivo es “establecer canales de relación que permitan discutir y
negociar criterios comunes para la educación de las criaturas de modo que
se garantice una mayor continuidad entre el contexto escolar y el contexto
escolar familiar” (p.188).

RELACIONES FAMILIARES SALUDABLES


Unell (2006), afirman la importancia de integrar los valores a la vida
familiar, aduciendo que esto se hace en cualquier circunstancia del diario
vivir, recalca el ejemplo como parte fundamental de la enseñanza y la
combinación de la disciplina con el amor, respeto y justicia.
Aunque las Interacciones del niño en la escuela están mediadas por
afectos que, según sean sus características, afectan positiva o
negativamente el comportamiento y el aprendizaje; son relaciones de tipo
secundario que tienen sus cimientos en las construidas en la familia. Es
por eso que los espacios dados en familia donde hay conversaciones,
diálogos informales con temas diferentes al académico, donde la
Interacción directa ocurre de manera casual son importantes en su
desarrollo Social. Greenspan (2005) considera que 2\3 del tiempo debería
dedicarse a ese tipo de comunicación.
Isaza (2011), habla de unas características necesarias para lograr un
ambiente propicio en casa que ayude a los niños a crecer sanamente y
lograr así un buen desarrollo:
Relaciones de poder entre géneros y generaciones equitativas y
democráticas. Participación infantil
 Vinculación afectiva que ofrece seguridad, pertenencia y bienestar
 Resolución de conflictos de manera democrática. Comunicación abierta
 Búsqueda de la autorregulación y la construcción de normas y
consecuencias para la sana convivencia.
 Vivencia sana de la sexualidad según el ciclo de vida.
 Construcción de alternativas de exploración y aprendizaje.
 Participación ciudadana y capacitación para exigir la realización de los
derechos. Consideran la familia como un campo de interacción
fundamental, porque es un grupo institucionalizado y base de la vida
social, además es un modelo de sistema interactivo que implica una
especialización de roles y actitudes, una relación de lugar, normas
relacionales y un conjunto de representaciones y valores que orientan las
conductas. Las actividades familiares fortalecen lazos, optimizan procesos
y tienen el potencial de cambio social (Marc y Picard, 1992, p.155).

INTERACCIÓN Y COMUNICACIÓN

La comunicación se ha definido desde enfoques muy distintos a lo largo de


su historia como campo de pensamiento. Uno de ellos, el que pone el
acento en las definiciones originarias del término,1 es el que la vincula con
la interacción. La comunicación, como fundamento de la interacción
social, es el mecanismo que ha hecho posible la existencia de lo que
llamamos sociedad. Es el principio básico de la organización social, y como
tal, es requisito indispensable para las relaciones sociales. Todo ello pone
de manifiesto que la comunicación es un proceso social articulado en
torno al fenómeno de compartir, de poner en común, de vincular.

Esta primera aproximación al concepto de comunicación apunta hacia la


necesidad de profundizar en la exploración de su materia prima, la
interacción. Y para ello, una de las estrategias posibles es la revisión del
espacio conceptual de una de las disciplinas que más han abordado la
interacción: la psicología social. La elección no es azarosa, es parte de la
propuesta teórica del Grupo Hacia una Comunicología Posible, 2 que parte
de la existencia de cuatro grandes dimensiones de estudio de la
comunicología —expresión, difusión, interacción y estructuración—, y de
siete fuentes teóricas básicas para la reconstrucción del pensamiento
comunicológico —economía política, cibernética, semio–lingüística,
sociología funcionalista, sociología crítica–cultural, sociología
fenomenológica y psicología social—. Siendo las dos últimas fuentes las
menos exploradas y trabajadas en el campo académico de la
comunicación, por el predominio de los estudios sobre medios de
difusión, se considera primordial un primer acercamiento a sus espacios
conceptuales, así como a sus posibles aportaciones hacia una construcción
teórica de la interacción y, por ende, de la comunicación. En este trabajo
nos centramos únicamente en la fuente psicosocial.3

La interacción es escenario de la comunicación, y a la inversa. No existe


una sin la otra. En el proceso de comunicación los sujetos proyectan sus
subjetividades y modelos del mundo, interactúan desde sus lugares de
construcción de sentido. En términos muy generales, la interacción puede
ser comprendida como "el intercambio y la negociación del sentido entre
dos o más participantes situados en contextos sociales" (O'Sullivan, et
al.,  1997: 196). Otra definición, también general, apunta que "en la
interacción social, el acento está puesto en la comunicación y la
reciprocidad entre quienes promulgan, utilizan y construyen los códigos y
las reglas" (O'Sullivan, et al., 1997: 196). Ambas definiciones ponen de
manifiesto que sólo hay interacción social si hay una reciprocidad
observable por parte de otros. En el proyecto Hacia una Comunicología
Posible, la interacción es definida como el "corazón de la comunicología"
(Galindo, 2003), y en un sentido más específico, se la define como la
relación entre sistemas de comunicación, para diferenciarla de los
sistemas de información o medios de difusión.

Generalmente se asocia el término interacción al de comunicación


interpersonal, a las relaciones de comunicación en situación de co–
presencia. Por ello, hay que establecer algunas ideas básicas que ayuden a
entender qué es la comunicación interpersonal y cómo ésta se relaciona
con la interacción. Para empezar, se considera que la comunicación
interpersonal es la base de todas las comunicaciones humanas, al
comprender interacciones en las que los individuos ejercen influencia
recíproca sobre sus respectivos comportamientos, siempre en una
situación de presencia física simultánea. En la relación de interacción, cada
interlocutor intenta adaptarse al comportamiento y expectativas del otro,
puesto que la interacción implica el establecimiento de reglas, normas y
dinámicas compartidas. Siguiendo a Goffman (1971), las interacciones son
la realización, regular y rutinaria de los encuentros, es decir, son
situaciones sociales completas, lo cual las aleja de los actos lineales de
transmisión de información.
 Estas páginas han pretendido mostrar las posibilidades y conexiones
entre dos disciplinas aparentemente lejanas: la psicología social y la
comunicología o ciencia de la comunicación. En ambos campos de
conocimiento la interacción cobra una relevancia especial como objeto de
estudio: la psicología social pone el énfasis en los procesos mismos de
interacción social inmediatos, a partir de conceptos como influencia,
relación social, afectividad, comunidad y grupo, entre otros; la
comunicología, como ciencia en construcción, se interesa en la interacción
como dimensión básica de la construcción de la vida en sociedad, y la
comprende como relación entre sistemas de comunicación, entre sujetos
o grupos de sujetos con códigos, sistemas de información y formas de
cognición distintas que dialogan y se vinculan. También ambos enfoques
comparten la importancia otorgada a lo que hemos denominado "el
descubrimiento del otro". La interacción es siempre comunicación con
otro distinto a uno mismo, y es mediante este proceso que los sujetos
sociales adquieren capacidad reflexiva para verse a sí mismos y para
instituir o dar forma y sentido a la realidad social que los rodea, tanto
desde el punto de vista psico–social como desde el enfoque
comunicológico. De la interacción entre los hombres se produce la
comunicación en el sentido más pleno, de modo que la comunicación
humana es la expresión más completa y rica de la comunicación, sobre
todo en su sentido original de comunión, comunidad y puesta en común.
"De entre las cosas con que el hombre se enfrenta en el mundo, hay una
singular que lo asombra y hasta lo confunde: los otros hombres, a quienes
reconoce características similares a las suyas e idéntica capacidad de
experimentarse a sí mismo y al mundo" (Cárdenas, 2003).

La interacción, con la comunicación en su centro, está ligada al lenguaje. El


hombre, al comunicar, está instalado en el lenguaje y desde él se
comunica. Por tanto, el lenguaje está en la base de la comunicación
humana, es el vehículo privilegiado de la interacción social. Y el lenguaje
ha sido, y es, un objeto de primordial atención para la psicología social. Las
reflexiones no se agotan. Son muchas las preguntas por resolver, los
conceptos por re–definir, las teorías por explorar. Este texto es sólo una
aportación más, y se enmarca en los trabajos realizados desde el Grupo
Hacia una Comunicología Posible. Lo interesante será ir construyendo las
matrices conceptuales para explorar más en profundidad las relaciones
entre la comunicología y otras fuentes teóricas, además de la psicología
social.

INTERACCIÓN SOCIAL

La Interacción Social de los estudiantes del ciclo II con sus padres,


cuidadores y compañeros; se abordará a partir de los enunciados de la
Psicología Social entendida como: “El estudio científico de la manera como
las personas piensan, se influyen y se relacionan con los demás” (Myers,
2000, p.2). La Psicología Social es la ciencia que estudia los fenómenos
sociales e intenta descubrir las leyes por las que se rige la convivencia;
hace parte del estudio de la Psicología y la Sociología, su objeto de estudio
son las relaciones sociales y abarca las actitudes de cada persona ante su
forma de reaccionar o pensar en el medio social, siendo las actitudes un
tema central de la Psicología Social y definiéndose como evaluaciones
globales doctas de una persona, un objeto, un lugar o un asunto que
influencian el pensamiento y la acción. La Psicología Social estudia las
influencias del medio brindándole especial atención a la manera como las
personas se ven a sí mismas e influyen en las demás, es decir se analiza las
relaciones o vínculos entre los individuos y de estos con el contexto socio
– cultural al que pertenecen, observando variables psicológicas de la
persona como: Actitudes, Emociones, Motivaciones, Empatías, Filiaciones
y Proximidad; a su vez se tiene en cuenta variables sociales como: la
pertenencia a un grupo, institución o comunidad, las normas acordadas o
establecidas, los valores, las ideologías, las creencias y roles de cada
individuo La Psicología Social es una perspectiva desde la cual se puede
observar y comprender la Interacción Social de los estudiantes del ciclo II,
profundizando en las características y condiciones que realzan aspectos
como la Empatía, Filiación, y Proximidad.

La Interacción Social es un concepto que se infiere a lo largo de los


escritos sobre Psicología Social y permiten profundizar acerca del mismo
como esas relaciones entre los individuos las cuales se generan dentro de
un contexto socio – cultural (llámese grupo, comunidad o institución), el
cual influye en dichas relaciones interpersonales brindándole un sentido a
nuestro pensar y actuar en aspectos como la Proximidad, Filiación y
Empatía, es por eso que desde esta disciplina se entiende que “tal
Interacción permite que las personas exploren sus semejanzas, que
sientan agrado la una por la otra y que se perciban a sí mismos como una
unidad social” (Arkin, 1980, p. 384). María Lodo – Platone (2002)
menciona los postulados básicos de la Psicología Social, los cuales
permiten enmarcar algunos enunciados que configuran la Interacción
Social:

1. La Interacción entre grupos sociales e individuos es complicada y


diversa, puesto que surge de procesos psicológicos en relación con la
comunicación con otros en el marco de un conjunto de normas, valores y
relaciones sociales.

2. En las relaciones interpersonales confluyen variables psicológicas y


sociales del contexto propio de la persona y los compartidos con los otros.

3. Las relaciones entre individuos y grupos está mediada por sistemas


simbólicos tales como el conocimiento compartido, las construcciones y
representaciones mentales del mundo, así como el lenguaje particular de
cada ser o contexto.

4. Los individuos tienen interdependencia con el contexto común al que


pertenecen. La relación entre las personas y de estas con los objetos,
produce modificaciones internas en los individuos, lo cual genera un
nuevo conocimiento del objeto y una nueva forma de relacionarse.

5. La realidad social es construida y reconstruida en la Interacción Social,


por consiguiente, es relativa la manera como se capta y el sistema de
interpretación usado para atribuirle significado a los aspectos de las
Interacciones Sociales.

6. Las estructuras socioculturales de los contextos definen las claves,


registros y red de lenguaje, condicionando las relaciones interpersonales y
sociales a través de las Interacciones Sociales y el lenguaje usado.

INTERACCIÓN SOCIAL EN LOS NIÑOS


Al nacer cada niño y niña debe pasar por un proceso de aprendizaje de sí
mismo, de las personas que lo rodean y de su entorno cercano, este
primer proceso se realiza para establecer las bases de los conocimientos
que cada ser tiene del mundo y lo logra gracias a las relaciones afectivas
que se le presentan con otros seres, como lo menciona Félix López (2008),
en sus texto sobre el concepto de desarrollo afectivo y social:

Se refiere a la incorporación de cada niño y niña que nace a la sociedad


donde vive. La formación de vínculos afectivos, la adquisición de los
valores, normas y conocimientos sociales, el aprendizaje de costumbres,
roles y conductas que la sociedad transmite y exige cumplir a cada uno de
sus miembros y la construcción de un forma personal de ser, porque
finalmente cada persona es única (p. 18).

Es así como en las diferentes etapas del desarrollo humano los niños
necesitan de las relaciones como eso: “Diferentes lazos que el niño va
tejiendo a lo largo de sus diversas interacciones en los diferentes
escenarios” (Papalina et al. 2003, p. 530). Esas relaciones permiten hacer
un proceso de socialización al niño en el cual aprende, recibe estímulos,
resuelve necesidades de vinculación a otros y se adapta a un grupo social.
Debido a esta Interacción Social en la niñez intermedia es que se realizan
procesos de descubrimiento, ampliación y aprendizaje del conocimiento
del entorno y de sí mismos; lo cual le permite reconocer, comprender y
dar juicio de valor a las conductas afectivas de sí mismos y de los demás,
con el fin de adaptarse mejor a los diferentes entornos en los cuales
interactúa. Este proceso se vuelve cada vez más complejo al unírsele
componentes motores, procesos mentales y aspectos morales; que
implican la interacción de los niños con normas en un grupo social y a
travesadas por conductas afectivas que adecuen su personalidad a lo
esperado por el medio en el cual vive, así como lo resume Félix López
(2008) en este enunciado: “los procesos de incorporación de los niños al
grupo social deben ser considerados como procesos de socialización que
incluyen el conocimiento social y el desarrollo moral, las vinculaciones
afectivas, el aprendizaje comportamental y la adquisición de una identidad
personal” (p.18).
La calidad de las relaciones interpersonales son el factor clave del
desarrollo del niño en la familia, más, que la propia estructura familiar. Las
relaciones intrafamiliares e interpersonales son fundamentales en la
familia, como lo menciona Martínez (2000), la familia se constituye en el
primer ámbito educativo de las personas por lo que es necesario
reflexionar acerca de las pautas educativas que allí se imparten, así como
comprender su papel preponderante en la formación de los niños. Así
mismo, la familia, en la mayoría de los casos, no se encuentra en
consonancia con la realidad y la complejidad del mundo actual lo que
repercute considerablemente en la vida del niño, en tanto contribuye a la
generación de problemas escolares y familiares de la cotidianidad como,
por ejemplo desinterés, falta de motivación, dependencia, bajo
rendimiento, fracaso escolar y violencia, entre otros.

EMPATÍA

La Empatía se considera como la base principal de las habilidades sociales


y es el punto de inicio para el desarrollo de otras habilidades. Es parte
esencial de la inteligencia emocional, pues es la comunicación con el otro
a nivel emocional de los sentimientos, Bernal y González (2003), la definen
como “la capacidad de entrar de manera virtual a la personalidad del otro
permitiéndonos responder de manera adecuada a sus sentimientos”
(p.106).

Se le atribuye a la empatía el dicho de “Ponerse en los zapatos del otro”,


pero no es sólo eso sino es sentir, imaginar o experimentar las emociones
del otro. El autor Howard Gardner la denomina inteligencia interpersonal
en la teoría de las inteligencias múltiples. Esta habilidad se empieza a
desarrollar desde temprana edad y se inicia con la capacidad de
entendimiento que tiene el adulto hacia el niño en cuanto a sus
emociones, necesidades, sentimientos. Un niño que crece en un ambiente
estimulante desarrollará esas habilidades empáticas incorporándolas en
su personalidad y generando éxito su Interacción Social.
Las personas que desarrollan la empatía son más efectivas en la
comunicación, mantienen relaciones más profundas con los demás
entendiendo los diferentes puntos de vista aunque no los comparta, son
compasivos frente a situaciones dolorosas y son capaces de perdonar los
errores de los otros. (Bernal y González, 2003, p.27). La Empatía se enseña
y se aprende, para lo cual se requiere de un esfuerzo consciente por
comprender y reconocer las necesidades, prioridades, puntos de vista de
los demás y trabajar en la formación de las relaciones eficaces a partir de
ese conocimiento (Albrecht, 2006, p.182). La escucha es una clave
importante de la Empatía, lo que significa prestar atención no sólo a las
palabras sino a los gestos y postura corporal, pues es una condición de la
actitud empática que se debe mostrar en la comunicación, y generando un
diálogo enriquecedor. Laurence Shapiro (1997), en su libro “La inteligencia
emocional de los niños” habla de empatía cognoscitiva que se desarrolla a
partir de los 6 años y la define como “la capacidad de ver las cosas desde
la perspectiva de la otra persona y actuar en consecuencia” lo cual le
permite al niño reconocer cuando acercarse a un amigo triste y cuando
dejarlo solo. (p. 60).

FILIACIÓN

Antes que el individuo se piense incluido o inmerso en un grupo, debe


partir del concepto de su propio yo, es decir, de sus conocimientos al
compartirlos con personas que piensan igual a él, y sus sentimientos al
buscar una retribución de equidad o en igual proporción de los
sentimientos que el expresa a los demás, “es por eso que los Psicólogos
Sociales también estudian de qué modo explicamos la propia conducta y
cómo influye nuestro propio concepto en la manera de seleccionar,
interpretar y recordar los datos” (Myers, 2002, p. 86).

El conocimiento del individuo sobre diversos temas al igual que el de las


características de las personas y los modos en que se relacionan unas con
otras son un tipo de representación cognitiva o mental, es decir, la mente
forma una representación conceptual de lo vivido conformando un bagaje
de conocimiento cultural al igual que social sobre situaciones, personas y
grupos sociales; la cual le permite al individuo buscar una relación de
Filiación con personas o grupos con los que comparta este conocimiento o
representación cognitiva.

“El amor es la clave más sutil del interés propio” Holbrook Johnson

Este médico con su frase postula la segunda premisa de la Filiación, buscar


ser correspondidos en nuestros sentimientos, es recibir de determinada
relación la misma proporción de sentimientos que contribuimos a ellas,
aumentar la autoestima recibiendo afecto y supliendo las necesidades
emocionales. Es gracias a los sentimientos y conocimientos de nosotros
mismos que buscamos Filiaciones a otras personas que nos retribuyan con
información acerca de nosotros mismos (lo que conocemos, lo que
hacemos, los que pensamos, lo que sentimos y como actuamos).

Rosenberg (citado en Smith (1997) quien menciona que “Los Psicólogos


Sociales utilizan el termino identidad social para referirse a aquellos
aspectos de nuestro concepto del yo, que se derivan de nuestros
conocimientos y sentimientos sobre las Filiaciones grupales que
compartimos con los demás” (p. 245).

La Filiación a un grupo puede aportar al individuo sentimientos de


respaldo y valor, de aprecio por lo que se es, permite generar pertenencia
con un grupo e identificarse con un nosotros, definirse en conexión con
los demás, lo cual en un primer momento se realiza en la familia al
reafirmarse la persona con su identificación son sus seres amados y en un
segundo momento se realiza en ámbitos como el escolar al encontrar
solidaridad con sus causas y sentirse como en casa o en el hogar.

La Filiación es un aspecto de la Interacción Social que influye en el


Desarrollo socio – afectivo al contribuir en la autoestima y amor propio,
puesto que depende, en gran medida, de cómo se siente el individuo
consigo mismo y los demás con relación al grupo al que se pertenece; la
autoestima es influenciada en igual medida por los atributos y logros
individuales como por los aspectos positivos y triunfos del grupo.
PROXIMIDAD

La Proximidad es una necesidad del niño para construir sentimientos


positivos que reforzarán su interacción social. Díez (2002), afirma que la
Proximidad del niño con sus pares le ayudará a conocer sus límites,
poderes, habilidades y defectos. La Proximidad e Interacción entre los
miembros de una familia determina el desarrollo social del niño, siendo
este el primer grupo al que el niño hace parte: su primera experiencia.

En la sociedad tradicional la cercanía y permanencia eran dos


sentimientos infiltrados en la familia, pero en la sociedad industrializada
estas referencias han cambiado y como consecuencia se crece con menos
Proximidad a los padres, y con la impresión de que no hay compromisos
duraderos; en consecuencia, hay una carencia de nexos afectivos entre los
seres humanos. Al respecto los sicólogos hablan del desarrollo de
“Vínculos afectivos sólidos” como un factor de gran influencia en las
futuras relaciones sociales, que se desarrollan en los primeros meses de
vida, pues el bebé manifiesta un deseo de estar próximo a las personas
que son objetos de vínculo. El niño desarrolla vínculos con quienes tiene
más Proximidad, es decir, quienes lo alimentan, lo cambian o lo cuidan; ya
sean padres, familiares o cuidadores. Esta situación de Proximidad le
permite sentirse seguro ante situaciones o personas nuevas, le permite
también explorar con tranquilidad el ambiente que le rodee;
permitiéndole poco a poco establecer nuevos vínculos, sociales.

Harlow (citado en Bruno, 1995) es uno de los presidentes de la asociación


Psicológica estadounidense habla del apego a la madre como un “vínculo
emocional: si se le priva de esta cercanía y afecto en infancia, habrá un
retraso en el desarrollo mental y social” (p.31). El autor sugiere que una
forma importante para satisfacer esta necesidad de vínculo afectivo es por
medio del contacto físico permanente del cuidador con el niño.

La Proximidad entre personas hace que el agrado entre ellas aumente,


pero en las Interacciones Sociales no es suficiente con la proximidad
geográfica, se necesita entablar relaciones con los demás a través de un
trato más cotidiano para alcanzar un mayor agrado mutuo trayendo como
consecuencia un ambiente de familiaridad e incremento de posibilidades
de una Interacción de amistad.

La Proximidad (abrazo, palmada en la espalda) expresa afecto y


aprobación por lo que la otra persona dice; es una forma de enseñar a un
niño capacidades de Interacción” (Shapiro, 1997, p. 64). Se puede afirmar
que la Proximidad de padres, familiares o cuidadores con el niño desde los
primeros años de vida influye asertivamente en su rendimiento escolar y
proceso de Interacción Social.

Conclusión.

 De las investigaciones realizadas se infiere que las fuentes estudiadas


responden indistintamente, pero en forma categórica, que en las
organizaciones y las interacciones sociales se adelantan más procesos
informativos que comunicacionales. Los encuestados afirmaron que se
privilegia la existencia de medios y canales de información y éstos se
caracterizan por ser soportes tecnológicos para mediatizar las
comunicaciones. Los medios más utilizados son Internet, memorandos,
carteleras y boletines para las organizaciones y redes sociales para el
ciudadano.

En las pequeñas y medianas empresas estudiadas y en los ciudadanos


encuestados, se encontró que no es posible hablar de comunicación en
términos de interacción, puesto que éstos lo que más utilizan es
información. La información, incluso, es un proceso que responde más a
una necesidad de la dirección y la gerencia en las organizaciones
estudiadas  y  que en los ciudadanos obedece a un consumo de pantallas
que a verdaderos procesos de interacción comunicativa.

La comunicación debe pensarse desde los procesos y no únicamente


desde las técnicas y las tecnologías, menos aún desde los efectos. Una
mirada meramente funcionalista, o aún mecanicista de la comunicación,
condena la interacción y construcción humanas a la cosificación. Este
planteamiento, no desvirtúa ni menoscaba el papel de los medios y las
tecnologías. Lo que se pretende enfocar es el balance y real valoración de
los procesos informativos y los procesos comunicativos y el papel de estos
últimos al lado del desarrollo de las estrategias de comunicación en los
colectivos sociales. La comunicación se debe convertir en un proceso que
facilite la gestión e impacte en la productividad y convoque a la
construcción de democracia participativa. El hoy de la comunicación y, con
ella de la información, es esencial para el logro de una ventaja competitiva
de las organizaciones.

Las redes y, en general, las tecnologías de la información y la


comunicación en las organizaciones y en la cotidianidad, al aumentar su
complejidad y las posibilidades de transmisión de informaciones en todos
los sentidos, obligan a plantear nuevos escenarios para la resolución de
problemas y para las relaciones mismas entre los actores que incursionan
en ellas. Esta es una nueva certeza en medio de las incertidumbres que
para apocalípticos e integrados genera este inconmensurable mundo de la
web desde su versión 1.0 (transmisión de datos e información) hasta las
versiones 2.0 (interacción y comunidades virtuales) y la 3.0 (soluciones
completas y complejas al usuario) y la 4.0 (nuevas ciudadanías).
La drogadicción
INTRODUCCIÓN

El abuso de drogas es consumir drogas ilegales o tomar medicamentos de


una forma no recomendada por el médico o el fabricante.

La drogadicción consiste en depender de una droga y que ésta se


convierta en parte central de la vida. Esto puede llevar a una dependencia
física o una dependencia psicológica. La dependencia física consiste en
que el organismo esté tan acostumbrado a la droga que si deja de tomarla
aparecen los síntomas físicos de la abstinencia.

La dependencia psicológica consiste en consumir drogas porque forma


parte importante de su vida y hacerlo para sentirse bien. Puede tener la
sensación de que no puede dejar el consumo de la droga. Algunas drogas
tienen efectos tanto físicos como psicológicos. Al aumentar el consumo de
una droga, el organismo aumenta su tolerancia y el efecto de la droga ya
no es tan fuerte. Esto hace que deba tomar dosis más altas.

Ejemplos de drogas de las que se suele abusar: drogas ilegales, alcohol,


tabaco, medicamentos con receta incluyendo los calmantes para el dolor,
pastillas para dormir, medicamentos para el resfriado, khat, pegamento,
aerosoles, gases y disolventes. Las drogas ilegales son aquéllas cuyo
consumo está prohibido en este país. Se clasifican en tres clases: A, B y C.
La posesión o el suministro de drogas ilegales están prohibidos.

La Organización de Estados Americanos (OEA) a través de la Comisión


Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), aunada a la
estrecha cooperación de organismos internacionales especializados como
la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD),
considera la existencia de Planes y Estrategias Nacionales Antidrogas
como una herramienta importante para que un país pueda gestionar su
iniciativa antidroga (CICAD-MEM, 2011). Estos planes ofrecen a las
entidades que participan en las áreas de reducción de la oferta y
reducción de la demanda, pautas de orientación y recomendaciones para
sus actividades, dentro de un marco nacional, regional y global.

Los problemas asociados al consumo problemático de SPAs han sido


relevantes en la historia reciente de América Latina. En la última década
del siglo XX y en la primera del nuevo siglo, aparece de manera destacada
en la agenda de dichos países, el establecimiento de estrategias para
afrontar de manera eficaz el fenómeno de las drogas (Santana, 2004). En
El Salvador, el Plan Nacional Antidrogas 2002-2008 (PNAD) y la Estrategia
Nacional Antidrogas 2011-2015 (ENA), se instauraron como herramientas
integradoras de políticas, objetivos, recursos y esfuerzos
interinstitucionales, públicos, privados e intersectoriales. El Plan define los
objetivos en relación con una política normatizada, y garantiza la
consiguiente adecuación de las instituciones llamadas a ponerlo en
práctica (CNA, 2012).

La ENA define los procedimientos y acciones que conforme a las metas


trazadas, permitirían dar respuesta a esta problemática en los próximos
cinco años, previniendo el uso indebido de drogas lícitas, disminuyendo
sustancialmente el consumo de drogas ilícitas, controlando y combatiendo
el narcotráfico, el tráfico ilícito y sus delitos conexos, y por ende
reduciendo y previniendo el impacto negativo que causan dichas
actividades en los ámbitos de salud, seguridad, social y económico (CNA,
2011). El Gobierno de El Salvador ha impulsado una serie de acciones para
controlar el fenómeno de las drogas; no obstante, a pesar de las labores
implementadas, en la última década (2004-2014) los indicadores sobre la
reducción de la oferta y reducción de la demanda no evidencian la
efectividad de dichas acciones. Actualmente son más los individuos que
abusan de SPAs, los jóvenes son los más afectados por el consumo
problemático, hay más cantidad y variedad de SPAs, y la accesibilidad es
cada vez mayor (CICAD-MEM, 2005-2006). En el contexto de esta realidad.
HISTORIA SOBRE LA DROGAS EN GENERAL

El hombre, desde sus inicios, siempre ha consumido sustancias que han


afectado a su sistema nervioso. De hecho, hay conocimiento de que
alrededor del año 3000 a.C. ya se utilizaban algunos opiáceos. 
Además, hay datos que demuestran que por esa época, en Asia, ya se
consumía el cáñamo. En América, las hojas de coca se utilizaban como
analgésico y, en ese mismo continente, los aztecas hacían uso de algunos
hongos como el peyote. Algunos tipos de drogas alucinógenas también
han sido usadas en rituales vinculados al chamanismo y a las religiones
politeístas, de modo que se interpretaba que las alucinaciones eran en
realidad formas en la que planos de existencia alternativos pasaban a
formar parte del entorno que puede ser experimentado.
Aunque no se conozca con exactitud cuál fue la primera droga que se usó,
el alcohol está entre las primeras ya que es probable que cuando se
almacenaba la miel y ésta fermentaba se produjese el primer vino. Desde
entonces, las bebidas fermentadas han sido consumidas a lo largo de la
historia convirtiéndose en un importante comercio colonial.
El opio es el jugo de un tipo de amapola y hay registros de que sus
funciones psicotrópicas eran conocidas ya en el 3.000 a.C. Utilizado como
alimento, forraje o aceite, fue extendiéndose desde Oriente Medio hacia
la India llegando en el siglo IX a China. A Europa Occidental no llegó
terapéuticamente hasta el siglo XVI gracias al médico y alquimista suizo
Paracelso que difundió el uso de la "piedra de la inmortalidad" en forma
de láudano o tintura. En el siglo XIX llega a ser un gran problema sanitario
en Occidente ya que la popularización en consumir opio para el ocio
incrementó su adicción.

De la amapola sale también la morfina que fue aislada del opio en el siglo


XIX para sustituirlo junto con la codeína en los tratamientos médicos. En
1874 se creó el primer opiáceo semisintético, la heroína, que fue
comercializado por la fábrica Bayer como sustitutivo del opio y la morfina
en los tratamientos de deshabituación. Su alta adicción hizo que en
Estados Unidos y en Inglaterra generase una fuerte adicción que fue
extendiéndose por el resto del mundo.

Por su parte el cannabis fue originario de Asia Central. Gracias a los


registros arqueológicos podemos saber que el cannabis ya era empleado
como fuente de fibras textiles en el 4.000 a.C. Sus propiedades
alucinógenas probablemente fueron descubiertas por primera vez en
Oriente, ya que algunos escritos chinos de hace 3.000 años indicaban que
el cáñamo tomado en exceso hace ver monstruos y que si se usa largo
tiempo puede comunicar con los espíritus y aligerar el cuerpo.
Actualmente el cannabis es una de las drogas más consumidas en todo el
mundo tanto en forma de marihuana, hachís y aceite de hachís.

En América el uso de la coca como estimulante se remonta hacia el 5.000


a.C. La planta de la coca crecía de manera silvestre hasta que en el siglo X
comenzó a ser cultivada por los indios de Colombia que la difundieron
hacia el sur. En la cultura Inca era usada como planta sagrada en rituales.
Además como poderoso estimulante la hoja de coca era mascada por los
trabajadores para mitigar los efectos derivados de la altitud, el hambre o
la fatiga y como medicina para las molestias gastrointestinales, catarros o
contusiones. La coca no se exportó a otros lugares hasta que en el siglo
XVI llegaron los españoles y se sorprendieron por sus efectos.

En el caso del tabaco, las primeras pruebas de su existencia datan de la


cultura maya en el 2.000 a.C aproximadamente, aunque es probable que
estuviese ya presente en las antiguas organizaciones de Oriente. Cuando
los conquistadores españoles llegaron en 1492 a Haiti (Antiguamente
Tabago) vieron sus posibles virtudes terapéuticas y la trasladaron al viejo
continente también en el siglo XVI exportándolo a Prusia y Filipinas y de
allí hacia China. Por su parte Portugal lo exportó a Italia, África, Java, India,
Japón e Irán.
Pero la droga con más adicción a lo largo y ancho del planeta es la cafeína.
Aunque la planta existía hace miles de años en Etiopía, su difusión empezó
en Arabia en el siglo X. Cuenta la leyenda que un monje al observar cómo
quedaban de excitados los animales después de comer sus frutos decidió
probarlos. En el siglo XVIII el café se propagó por Europa llegando a
producir el 70% de la producción mundial.

CLASIFICACIONES Y CARACTERISTICAS DE LOS TIPOS DE DROGAS

Las drogas son aquellas sustancias no alimenticias con propiedades


psicoactivas susceptibles de provocar dependencia y adicción. El
consumo de drogas, legales e ilegales, es un tema en torno al cual existe
una gran preocupación social. En este artículo vamos a hacer un breve
resumen de las características de los principales tipos de drogas.
Heroína
La heroína es un derivado del opio, concretamente de la planta de la
morfina, cuya cápsula se llama “adormidera”, de la que se extrae una
resina llamada “pan de opio”, que es la sustancia activa. Es además un
opiáceo semi-sintético.

Se presenta como un polvo cristalino blanco, inodoro, muy fino, aunque


su aspecto puede variar dependiendo de los procesos de purificación a los
que haya se haya sometido, y se vende en dosis individuales llamadas
“papelinas”.

Actúa como un depresor del sistema nervioso central (SNC), es relajante.


En un principio produce una sensación de intenso placer (“flash”) y
euforia, seguido de apatía y somnolencia. Tras un período de consumo, la
sensación es de bienestar, de estar en un sueño alejado de todo.

Vías de consumo

La principal vía de consumo es la endovenosa, aunque últimamente ha ido


aumentando el consumo dela heroína esnifada y fumada debido al peligro
del contagio del SIDA.

Efectos y consecuencias psicológicas de la heroína


Efectos del consumo

Los efectos dependen de la dosis, vía de administración, frecuencia y


condiciones higiénicas. Los efectos físicos son la miosis (pupilas
pequeñas), estreñimiento, enlentecimiento de la respiración y pérdida de
sensibilidad al dolor.

Síndrome de abstinencia

El “mono” produce midriasis (pupilas dilatadas), lagrimeo, sudoración,


escalofríos, diarrea, convulsiones e insomnio.

Patologías asociadas
Existen gran números de patologías asociadas, principalmente por la falta
de higiene de la vía de administración. Entre ellas se encuentra la
infección por VIH (SIDA), hepatitis, alteraciones de la nutrición, digestivas,
cardiovasculares, obstétricas y ginecológicas, síndromes afectivos y
alteraciones del sistema nervioso.

Consecuencias psicosociales

Trastornos de la memoria y la atención, insomnio, disminución del deseo


sexual, estados confesionales, inseguridad, apatía, depresión, deterioro de
la personalidad, desadaptación social, problemas legales, sobredosis e
intentos de suicidio.

Cocaína
Es un estimulante que proviene de la planta de la coca, arbusto perenne
de América del Sur. De ahí sale la pasta de coca o clorhidrato de cocaína,
un polvo blanco que actúa como estimulante del SNC.

La cocaína provoca una gran euforia y excitación, con sensación de


bienestar. No se siente cansancio físico ni psíquico, por lo que la persona
que la ha consumido sobrevalora sus capacidades. Muchas personas no
consumen de forma habitual, sino ocasionalmente en fiestas o cuando
salen de marcha. El tipo de paciente es más parecido al alcohólico y no al
heroinómano, para un cocainómano los consumidores de heroína son
gente marginal, mientras que ellos generalmente vienen de un nivel social
superior.

Características de la dependencia

Hay una pérdida de control, agresividad, compulsión a tomar la droga,


consumo continuado, negación de la existencia del consumo o de los
problemas derivados. No produce dependencia física, es psicológica
básicamente.

Vía de administración
Normalmente se toma esnifada. También puede tomarse de forma oral
masticándola o endovenosa. Se vende en papelinas, se corta el polvo para
evitar los grumos (muchas veces con el carnet de identidad o la tarjeta de
crédito), suelen hacerlo encima de un espejo para poder observar como la
van esnifando.

Si la cocaína no está prepara para ser inyectada, puede quemar las


venas, las deteriora y las hincha, aunque tiene efectos anestésicos
locales. Produce sequedad de boca, lo que provoca un aumento del
consumo de alcohol para compensar.

Efectos físicos del consumo

Los cocainómanos adictos suelen estar delgados en exceso, da trastornos


sexuales por el efecto anestésico, pues se retrasa el orgasmo. Provoca
midriasis (mirada cristalina), sequedad de boca, sudoración, irritabilidad y
agresividad.

Síndrome de abstinencia

Depresión, apatía, somnolencia, dolores musculares, intranquilidad y crisis


afectivas.

Patologías asociadas

Alteraciones de la nutrición, cardiovasculares, del sistema nervioso,


sexuales, obstétricas y ginecológicas, complicaciones de la vía nasal
(perforación del tabique) o respiratoria.

Consecuencias psicosociales

Produce falta de apetito, inquietud y agitación.  También se encuentran:


insomnio, alteración de las sensaciones, irritabilidad, crisis de angustia,
compulsividad, déficits de atención y memoria, alteraciones del deseo
sexual, apatía, depresión, intentos de suicidio, psicosis aguda, rasgos
paranoicos y alucinaciones. Según la edad, clase social y forma de
consumo pueden aparecer problemas económicos, laborales, familiares y
legales.

Cannabis
El cannabis es una planta que crece en zonas tropicales y mide entre 2 y
3 metros de altura. Contiene una sustancia llamada delta-9-
tetrahidrocannabinol (THC), que es la sustancia activa. Según la parte de la
planta de donde se extraiga la droga, recibirá un nombre u otro:

 María, marihuana, grifa, hierba: pertenece a la parte florida y


tierna de la plante, secada y triturada posteriormente.
 Hachís, chocolate, costo: es una barrita de color marrón,
contiene entre 5 y 10 veces más TCH que la marihuana.
 Aceite de hachís: extracto oleoso que contiene más del 50% de
TCH. Con él se pueden preparar pasteles y otros platos
cocinados.

Actúa como perturbador del SNC, alterando la percepción y crea


dependencia psicológica.

Forma de consumo

Se suele tomar mezclado con tabaco rubio (con el negro no se nota tanto
el sabor del cannabis) y envuelto en papel de fumar (canuto, porro,
petardo). En algunos países se fuma en pipa.

Efectos del consumo

Taquicardia, enrojecimiento de ojos, sequedad de boca, euforia o placidez,


sensación de flotación, desinhibición, risa, enlentecimiento de reflejos,
pánico e ilusiones.

Síntomas psicológicos de la abstinencia

Irritabilidad y nerviosismo.
Patologías asociadas

Alteraciones respiratorias, cardiovasculares, neoplasia (cáncer de boca,


bronquios, pulmón), alteraciones del SNC, síndrome amotivacional (falte
de interés por las cosas), apatía y trastornos psicóticos con brotes de
esquizofrenia, alucinaciones y delirios.

Consecuencias psicosociales

Disminución del rendimiento, desmotivación, alteraciones de la memoria


y la atención, falta de coordinación psicomotora, distorsiones de la
percepción (crisis de ansiedad o pánico), riesgo de accidentes.

Hipnóticos y sedantes
Son sustancias químicas que reciben el nombre de somníferos y
tranquilizantes. Actúan como depresoras del sistema nervioso central
(SNC). La sintomatología es menos marcada para los tranquilizantes
menores como las benzodiacepinas, y más intensa en los barbitúricos.
Estos últimos casi han desaparecido ya del mercado por sus importantes
efectos secundarios.

Vía de consumo

Oral y parenteral.

Efectos del consumo

En dosis normales provoca somnolencia, cansancio, sueño, relajamiento,


pérdida de atención, movimientos incoordinados, inhibición de reflejos y
mareos. En dosis excesivas produce depresión respiratoria, hipotensión,
psicosis tóxica, confusión, náuseas y vómitos, incoordinación motora
shock e incluso coma.

Síndrome de abstinencia

Este síndrome se caracteriza por provocar insomnio, desmayos,


temblores, fiebre, fatiga, ansiedad, agitación, convulsiones, disturbios
visuales y auditivos, anorexia, delirio, psicosis, deshidratación y coma.
Patologías asociadas

Alteraciones del SNC, apatía afectiva, riesgo de sobredosis y potenciación


de otros productos, alteraciones respiratorias y cardiovasculares.

Consecuencias psicosociales

Interferencias en la coordinación motora, el aprendizaje y la percepción,


confesionalidad, apatía, depresiones, cambios bruscos de humor,
irritabilidad, conducta infantil, deterioro intelectual, accidentes,
sobredosis y suicidio por la tendencia a la automedicación.

Anfetaminas
Las anfetaminas son un derivado químico y potente estimulante del
sistema nervioso central.

Vía de consumo

Oral y endovenosa.

Efectos del consumo

En dosis normales produce una mayor capacidad de concentración y


aumento del rendimiento mental, por eso es muy utilizado en estudiantes.
Disminuye el apetito y provoca un estado de bienestar subjetivo con
retraso de la aparición de la fatiga. En dosis excesivas aparece inquietud,
insomnio, irritabilidad y verborrea.

Tienen un gran poder de adicción y crean una alta dependencia. Su


síndrome de abstinencia se caracteriza por depresión, apatía,
somnolencia, dolores musculares, intranquilidad, crisis afectivas y riesgo
de suicidio.

Patologías asociadas

Alteraciones de la nutrición (pérdida de peso), cardiovasculares,


neurológicas, motoras (agitación y síntomas parkinsonoides), del sistema
nervioso, problemas afectivos y síndromes psicóticos (delirios,
alucinaciones, crisis de pánico).

Consecuencias psicosociales

Trastornos de la atención y la concentración, insomnio, irritabilidad,


cambios de humor, depresiones, desconfianza, inquietud y delirios.

Éxtasis o MDMA

El éxtasis es una droga alucinógena de síntesis que se fabrica en


laboratorios clandestinos. Son derivados anfetamínicos, capaces de
alterar el comportamiento y las funciones vitales del organismo.

Al estar fabricado de forma clandestina y sin ningún control, nunca se sabe


la cantidad real de componentes anfetamínicos que llevan, o si llevan
otras sustancias psicoactivas, algunas sólo llevan cafeína, pero la gente
cree que hay otras drogas y se “colocan” por el efecto placebo. En algunas
se ha encontrado que tienen pequeñas dosis de heroína, por lo que sus
efectos no son nunca los mismos.

En la presentación de los comprimidos se da una enorme variedad. Se


distinguen unos de otros por el tamaño, la forma, el color, así como por
los signos que a menudo llevan grabados en su superficie, que sirve como
una etiqueta o incluso como una garantía de calidad del laboratorio.

Cuando se consume éxtasis no se puede beber alcohol, ya que existe el


riesgo de padecer lo que se llama “golpe de calor” en que el consumidor
deja de sudar, no orina, el pulso es rápido (taquicardia), siente mareos,
vómitos, calambres, cansancio, nerviosismo y puede sufrir paranoia. Por
este motivo sólo toman agua, además cuanta más tomen menor es el
riesgo de padecer este síndrome.

Efectos del consumo

Tiene una acción estimulante del sistema nervioso central. Algunos


consumidores creen que les facilita la comunicación. Producen euforia,
fuerza, alucinaciones, quitan el hambre y el cansancio (a este estado le
llaman “buen rollo”). En ocasiones perturban el contenido del
pensamiento (se le llama tener un “mal rollo”).

Los efectos más graves:

 Trastornos del ritmo cardíaco.


 Dolor de pecho que puede generar angina de corazón o infarto.
 Convulsiones y ataques epilépticos.
 Trastornos psicóticos agudos o tipo paranoicos.
 Accidentes por exceso de confianza, conjuntamente con la
pérdida de reflejos y de concentración.
 Aumento de la presión de la sangre (hemorragias cerebrales).
 Edema pulmonar.
 Trastorno de la coagulación de la sangre (CID).
 Trombosis venosa cerebral.
 Insuficiencia hepática aguda (necrosis y muerte celular por
hepatotoxicidad).

La duración de los efectos también es imprevisible. El “bajón” puede


aparecer en cualquier momento.

Inhalantes

Son sustancias químicas volátiles que pueden estar presentes en gran


cantidad de productos domésticos (gomas, lacas para uñas, acetona…) o
de uso industrial (colas, gasolinas…), y que al aspirarse o inhalarse
producen un efecto fundamentalmente depresor del SNC y una toxicidad
general.

Vías de consumo

Oral y nasal.

Efectos del consumo

Los efectos al inhalar estas sustancias son similares a los de una


embriaguez o borrachera. Aparece una sensación de aislamiento de la
realidad, aparente despreocupación y alegría. A dosis mayores se
observan conductas de desinhibición y pérdida de control. También
pueden presentarse alucinaciones y delirios.

Los efectos iniciales incluyen tos, sensación de cansancio, problemas


respiratorios, picores, pobre coordinación y pérdida de apetito. Algunos
vapores de estas sustancias afectan al pensamiento y pueden aparecer
lesiones cerebrales. También se han observado problemas hepáticos,
renales, respiratorios, etc.

La mezcla con otras drogas depresoras (tranquilizantes, somníferos,


alcohol) incrementa peligrosamente el riesgo de muerte por sobredosis.

Consecuencias psicosociales

En los consumidores existe un deterioro cerebral que conlleva pérdida de


memoria, de atención y concentración, con lo que el rendimiento escolar
de los jóvenes consumidores es muy bajo.

Alucinógenos

Son sustancias capaces de provocar trastornos sensoriales, afectando a


las emociones y el pensamiento. Pueden producir ilusiones y alucinaciones
(ver o sentir algo que no existe en la realidad).

La droga más conocida dentro de este grupo es el LSD, derivado


semisintético de uno de los alcaloides del cornezuelo del centeno (un
hongo). Es un líquido incoloro e insípido que provoca su acción a nivel del
SNC. Otra droga alucinógena es la mezcalina, principio activo obtenido de
un cactus que crece en México, llamado peyote y la psilocibina que
procede también de ciertos hongos de México y América central.

Existen varias presentaciones: tripis, estrellitas, papeles secantes o en


gota líquida echada en un terrón de azúcar.

Los “viajes” o “trips” son el conjunto de efectos que se producen


después de la toma. Las primeras sensaciones aparecen entre los 30 y 90
minutos después del consumo, pero no se sabe cuando acaban. En
algunas personas el “viaje” puede durar para siempre.

Efectos del consumo

Se perciben deformaciones de la realidad (música, colores…)


acompañadas a veces de ideas delirantes. Las sensaciones y los
sentimientos cambian varias veces viviendo diferentes emociones (se pasa
de una emoción a otra con mucha facilidad).

Tener un mal viaje

En algunos casos puede aparecer desorientación temporal y espacial,


reacciones de pánico y terror que si perduran durante mucho tiempo, se
experimenta confusión, ansiedad, sentimientos de necesidad de ayuda y
pérdida de control. Esta situación provoca una necesidad de huida que a
veces puede ser fatal (precipitación al vacío, correr y ser atropellado…).

Los efectos son imprevisibles, presentando riesgos muy graves. Algunos


pueden confundirse con enfermedades mentales como la esquizofrenia
o la paranoia.

Efectos físicos

Se observa una dilatación de las pupilas, temblores, aumento del ritmo


cardíaco y de la presión arterial. El LSD no produce dependencia física ni
tolerancia.

El LSD puede ocasionar lo que se conoce como “flash-bach”, que consiste


en revivir de nuevo los efectos y sensaciones (el mismo viaje) sin que
exista un nuevo consumo.
En resumen; el mundo de la droga

¿Qué son las drogas?

Esta es una de las preguntas más frecuentes sobre las drogas.


Las drogas son sustancias que afectan al sistema nervioso central cuando
se introducen en el organismo. Su metabolización origina alteraciones en:

 la percepción
 la conducta
 el estado de ánimo

El consumo de drogas también puede comportar dependencia física y


psicológica, además de tolerancia a los efectos derivados de su ingesta. 

¿Qué tipos de drogas existen?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) distingue entre tres grandes


tipos de drogas ¿Qué son las drogas?

Esta es una de las preguntas más frecuentes sobre las drogas.


Las drogas son sustancias que afectan al sistema nervioso central cuando
se introducen en el organismo. Su metabolización origina alteraciones en:

 la percepción
 la conducta
 el estado de ánimo

El consumo de drogas también puede comportar dependencia física y


psicológica, además de tolerancia a los efectos derivados de su ingesta. 

¿Qué tipos de drogas existen?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) distingue entre tres grandes


tipos de drogas

1. Drogas estimulantes
2. Drogas depresoras
3. Drogas alucinógenas

 Drogas estimulantes

 Cocaína. Esta sustancia se obtiene de las hojas de la


planta Erythroxylum Coca. Provoca mucha euforia y una intensa
dependencia psicológica.
 Anfetaminas. Puede disminuir el sueño y el apetito e incrementar la
actividad física. Da lugar a problemas cardiovasculares y episodios
de psicosis francas con un consumo continuado.
 MDMA o éxtasis. Este derivado de la anfetamina es, además de
estimulante, alucinógeno. 
 Nicotina. Su consumo también está extendido y es legal. Está
considerada una de las drogas más adictivas. 
 Cafeína. Esta sustancia psicoactiva legal es una de las más
consumidas en el mundo

Drogas depresoras

 Alcohol. Cuenta con mucha aceptación social. Este depresor del


sistema nervioso central reduce la eficiencia de la conducción
neuronal.
 Cannabis. La droga ilegal más consumida en el mundo contribuye a
una mejora puntual del estado de ánimo junto con cierta sensación
de euforia. 
 Opiáceos. En este apartado se incluyen la morfina o la codeína,
autorizados para su uso médico, junto a otros como la heroína, una
sustancia psicoactiva sintetizada a partir de la morfina que genera
mucha adicción y fuertes efectos negativos.
 Benzodiacepinas. Tiene efectos sedantes, anticonvulsivos y
miorrelajantes. Su uso legal es farmacológico, aunque tiene un
creciente y peligroso uso no médico. 
Drogas alucinógenas

 LSD (dietilamida del ácido lisérgico). Se trata de un tipo de droga


semisintética fabricada a partir del ácido lisérgico. Sus efectos
pueden oscilar entre pequeñas distorsiones auditivas y visuales de
la percepción y alucinaciones y desconexión de la realidad.
 Alcaloides. En este apartado se incluyen la mezcalina, la psilocibina
y la ibogaína. 
 Setas alucinógenas. Estos alucinógenos naturales influyen
indirectamente en la producción de dopamina y generan efectos
similares a los del LSD. 

¿Cuáles son las drogas más adictivas?

Los tipos de drogas más adictivas son:

1. Heroína
2. Cocaína
3. Nicotina
4. Barbitúricos
5. Alcohol. 

 Los estudios demuestran que la heroína es la droga más adictiva de


todas. 
Este derivado de la morfina, que se vender en forma de polvo blanco, ve
potenciado su efecto y la peligrosidad de su consumo cuando es ‘cortado’
con otras sustancias. En el caso de la heroína, pasar de un consumo
esporádico a una situación de adicción puede ser un proceso muy
rápido.
Aspectos biológicos, sociales y familiares, entre otros, influyen en la
rapidez con la que una persona desarrolla una adicción a una sustancia y
el hábito de dependencia.
El tipo de droga del que se trate tiene también una elevada influencia; el
alcohol, por ejemplo, puede ser consumido e incluso abusar de su
consumo en muchas situaciones sin que llegue nunca a originar una
dependencia. Sin embargo, en el caso de la heroína, pasar de un consumo
esporádico a la adicción es un proceso mucho más rápido.
La cocaína, que impide que las neuronas desactiven la señal de dopamina,
origina un aumento de esta sustancia en el cerebro hasta tres veces por
encima de las cantidades consideradas normales. Se estima que la cocaína
aumenta la dopamina en los consumidores entre un 25 y un 40%, lo que
representa un grave riesgo de adicción a la sustancia.

¿Cuáles son las drogas más peligrosas?

Una droga peligrosa es aquella sustancia tóxica que aumenta las


probabilidades de:

 Padecer problemas de salud física y psíquica


 Generar acciones violentas o negligentes (como provocar un
accidente)
 Contraer una enfermedad contagiosa
 Cometer suicidio
 Generar problemas en distintos ámbitos, como el familiar, el social,
el laboral o el legal.

 Las drogas pueden ser más o menos peligrosas en función de


la intensidad de su consumo y de otros factores, como las condiciones
personales de la persona que toma una determinada sustancia.
Considerando los daños causados a la persona consumidora y a otras
personas, los tres tipos de droga más peligrosas y perjudiciales son:

 El alcohol
 La heroína
 La cocaína

¿Cuál es la droga más consumida?


El consumo de cannabis, en aumento, se convierte en la droga ilegal más
consumida, en especial entre los jóvenes. 
El consumo de las otras drogas, ya sean legales (alcohol, tabaco, etc.) o
ilegales (heroína, cocaína, etc.), se ha estabilizado en nuestro país, en el
que un 75% de los españoles ha consumido en el último año alguna
sustancia de este tipo. En 2017, una de cada 10 personas de 15 a 64 años
han declarado haber consumido cocaína alguna vez en la vida. En un 75%
el consumo se produce en hombres, con una edad media de 36,6 años.
Según la ‘XII Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España (EDADES)
2017-2018’, elaborada por la Delegación del Gobierno del Plan Nacional
sobre Drogas y publicada por el Ministerio de Sanidad, Consumo y
Bienestar Social, en España el consumo de todas las drogas, excepto el
cannabis y el tabaco, se ha estabilizado en los últimos dos años en la
población española de 15 a 64 años. Sin embargo, se sigue tratando de un
problema de salud pública de importancia. 
¿Cuáles son los daños que causan las drogas?
Los distintos tipos de drogas tienen en común que provocan daños físicos
y psicológicos en sus los consumidores desde la primera ingesta, aunque
esos daños varían en función de la sustancia de la que se trate. El
consumo de drogas tiene consecuencias directas en los distintos ámbitos
que afectan a la persona, incluso en su entorno familiar, social y laboral. 
 Daños físicos
Los principales daños físicos están relacionados con:

 el mal funcionamiento en la conducción neuronal


 las alteraciones químicas que producen las drogas en el sistema
nervioso central.

El sistema nervioso central coordina las funciones de todo el cuerpo, por


lo que las acciones que antes eran normales se desarrollan con dificultad.
Algunas de ellas son la percepción y la coordinación, así como las
dificultades para emplear el lenguaje. 
También el consumo se ve acompañado de:

 trastornos neurológicos y vasculares


 debilitación del sistema inmunológico
 Cirrosis
 disfunciones sexuales
 Etc.

En el caso de las drogas que se suelen fumar, se producen:

 Casos de erosión disular


 Perforación del tabique nasal
 Daños a la membrana mucosa
 Daños el sistema respiratorio. 

De manera general, se puede establecer una causa directa entre el


consumo de drogas y el incremento de la probabilidad de adquirir
enfermedades graves. 

Daños psicológicos
En el plano psicológico, las secuelas son una intensa dependencia y el
conocido como síndrome de abstinencia, que da lugar a 

 Cuadros de depresión y ansiedad


 Nerviosismo
 Fases de decaimiento generalizado
 Dificultades para mantener bajo control las emociones. 
 Insomnio crónico
 Esquizofrenia
 Paranoia o alucinaciones.

Generalizando las consecuencias negativa de la drogas en el ser humano.

Las drogas pueden producir diferentes efectos placenteros, excitantes e


incluso alucinógenos, pero su consumo también provoca consecuencias
graves para la salud de los consumidores y para su funcionamiento social. 
A continuación puedes ver algunas secuelas que la droga puede dejar en
los consumidores habituales.

1. Desajustes neuroquímicos en el cerebro


Un estudio dirigido por Volkow en el año 2003 observó, gracias a estudios
de neuroimagen, que con el consumo de drogas se producen cambios
neuroquímicos y funcionales permanentes en el cerebro de los adictos. El
consumo de sustancias psicoactivas provoca la liberación masiva de
algunos neurotransmisores como la dopamina o la serotonina que tanto
a corto plazo como a largo plazo suele tener consecuencias a nivel
cerebral. A nivel funcional también pueden darse problemas debido al
desajuste neuroquímico que se produce, por ejemplo en referencia a la
motivación, la memoria y el control cognitivo.
Además, como consecuencia del consumo de drogas, las sinapsis también
se ven alteradas. Los estudios sugieren que, especialmente en el caso
del glutamato, las conexiones entre neuronas pueden
modificarse. También se produce pérdida neuronal, daño
axonal generalizado, problemas neurodegenerativos, disminución de
proteínas ácidas fibrilares gliales y otras consecuencias que afectan
directamente al cerebro.
2. Alteración del humor
Las alteraciones del humor son frecuentes con el consumo de droga. No
solamente a largo plazo, sino también a corto plazo, lo cual significa que
una persona puede pasar de estar relajada a sentirse irritada y
agresiva de manera muy frecuente. 
Esto es especialmente destacable en las horas posteriores al consumo de
drogas o cuando el craving tiene un efecto más pronunciado. A largo
plazo la personalidad de muchas personas puede verse alterada con el
consumo de sustancias psicoactivas.
3. Problemas familiares, relacionales y sociales
Los problemas a nivel familiar son bastante frecuentes
independientemente del tipo de drogas que se consuman. Claro está que
con el consumo de tabaco es poco probable que una familia se separe,
pero sí que lo es por el consumo de alcohol u otras drogas duras como
la cocaína. 
Los problemas sociales también pueden presentarse cuando una persona
es consumidora habitual de estas sustancias, pudiendo perder amistades
e incluso el trabajo. La persona que consume drogas puede mostrar una
pérdida de interés en sus aficiones y otras actividades favoritas. Los
problemas económicos también se asocian a las conductas de
drogadicción.
4. Adicción
La adicción es es una de las consecuencias del consumo de drogas, y es lo
que lleva a las personas a volver a consumir estas sustancias que provocan
un efecto inicialmente agradable sobre el sistema nervioso. Las
drogas afectan de manera notable al sistema de recompensa cerebral,
que está involucrado en las conductas placenteras (por ejemplo, el sexo) y
que el cerebro se encarga de que volvamos a repetir debido a su función
de supervivencia. 
En el caso de las drogas duras, esta adicción puede provocar que una
persona haga lo que esté en sus manos para obtener la sustancia que
tanto quiere. por ejemplo, robar o tener relaciones sexuales por dinero o
por una dosis.
5. Problemas cardiovasculares
Los problemas cardiovasculares son habituales con el consumo
prolongado de la gran mayoría de drogas, pues estas sustancias alteran el
funcionamiento normal del corazón. Mientras algunos fármacos provocan
una actividad muy alta de este órgano, otras hacen todo lo contrario. En
ambos casos se produce una variación de la presión arterial. Abusar de las
drogas puede conducir a ataques cardíacos, infecciones en los vasos
sanguíneos y otros problemas cardiovasculares.

6. Defectos en el embarazo

El consumo de drogas en mujeres embarazadas se ha relacionado con


bebés prematuros y subdesarrollados, porque el abuso de sustancias
psicoactivas deteriora la salud tanto de la madre como del niño. Los
estudios científicos muestran que el abuso de drogas por parte de la
madre se relacionan con síntomas de abstinencia en el bebé, defectos de
nacimiento, problemas de aprendizaje y de comportamiento, entre otras
consecuencias negativas.
7. Disfunción sexual

El consumo de drogas puede provocar disfunción eréctil tanto aguda


como prolongada. Esto fue comprobado por el Instituto Andaluz de
Sexología y Psicología. Para su estudio, los investigadores comprobaron las
consecuencias a nivel sexual de 1.007 hombres, con la participación de 28
centros de tratamiento para drogodependientes repartidos en toda
España.
La mayoría de estos sujetos habían consumido cocaína de manera aislada
(50,92%) o bien combinada con alcohol (11,14%) o con heroína (8,65%). El
resto de sujetos consumió: alcohol (12,54%), heroína (4,97%), cannabis
(2,38%), fármacos estimulantes (1,73%), fármacos depresores (0,43%), y la
combinación de 3 o más sustancias (7,24%). Los resultados parecen
confirmar que los varones que han sido consumidores de sustancias
adictivas presentan disfunción eréctil en un porcentaje mayor (un 20,84%
más) que los hombres que no toman droga.
8. Debilitamiento del sistema inmune
Los estudios muestran que la mayoría de las drogas debilitan el sistema
inmunológico. Muchos fármacos como los opiáceos que funcionan como
analgésicos, el cannabis, etc; provocan una serie de reacciones negativas
en el sistema inmune, lo que causa que los consumidores sean más
susceptibles a enfermedades e infecciones de todo tipo. Esto puede
manifestarse con simples resfriados o bien con problemas más serios.
Algunos estudios sugieren, por ejemplo, que el consumo de cannabis
causa una mayor susceptibilidad al cáncer.
Las conductas asociadas al consumo de drogas, además, pueden provocar
otras enfermedades, por ejemplo, Sida o Hepatitis en el caso de inyectarse
heroína, y llevan a realizar conductas temerarias que pueden causar otro
tipo de consecuencias perjudiciales como accidentes.
9. Problemas respiratorios
El consumo de drogas causa mayor riesgo a sufrir enfermedades
respiratorias como la neumonía. Los efectos secundarios de algunas
drogas incluyen dolores en el pecho y los pulmones o depresión
respiratoria. Además, el consumo de drogas como el tabaco o la cocaína
pueden causar serios problemas de salud pulmonar.
10. Conductas antisociales
El abuso de drogas, como ya he dicho, hace que los consumidores puedan
dejar de practicar actividades de las que disfrutaban con anterioridad,
además de tener problemas en el trabajo como un rendimiento pobre en
sus tareas e incluso su abandono o su despido. 
En el caso de los jóvenes, el rendimiento en la escuela o el abandono de
éstos es una manifestación más que evidente del consumo de este tipo de
sustancias. Asimismo, existe una estrecha relación entre trastorno
antisocial y consumo de estas sustancias tal y como concluye un estudio
de Suelves y Sánchez-Turet.
11. Aislamiento
El aislamiento puede ser una consecuencia directa del consumo de drogas.
Por un lado, los jóvenes pueden aislarse de la familia o del trabajo, y en
casos graves como el consumo de heroína, el drogadicto puede aislarse a
nivel social e incluso personal, dejando de preocuparse por su apariencia
física e higiene. Los consumidores pueden vivir por y para la droga.

12. Ansiedad e insomnio

El muy habitual que las personas que consumen drogas con frecuencia
sufran ansiedad y alteraciones del sueño. De hecho, algunos individuos
reconocen que son incapaces de acostarse sin consumir marihuana una
vez que se habitúan a consumir esta sustancia antes de conciliar el sueño.
Las drogas como el éxtasis o la cocaína pueden alterar la calidad del
sueño, generando ansiedad nocturna o pesadillas.
13. Otros trastornos psicológicos
Los problemas de ansiedad e insomnio son algunos de los problemas
psicológicos que pueden experimentar los consumidores de droga. En
otros casos, además, pueden sufrir trastornos más serios como la
esquizofrenia o el trastorno paranoide. El Síndrome de Wernicke-
Korsakoff, que es un trastorno cerebral debido a la falta de vitamina B1
(también llamada tiamina), suele asociarse al alcoholismo.
14. Sobredosis
El consumo de drogas es peligroso y puede causar daños irreparables para
la salud de los sujetos que hacen uso de estas sustancias. Son muchos los
casos en que las dosis que se consumen son excesivas, lo que provoca
serios problemas para la persona. En algunos casos la sobredosis
simplemente puede hacer pasar un mal rato, al provocar náuseas,
vómitos, dolor de cabeza e incluso alucinaciones (dependiendo del tipo
de sustancia psicoactiva).
15. Muerte
Los síntomas de la sobredosis que he mencionado en el caso anterior son
los menos graves, pero, en otras situaciones, la sobredosis puede llevar a
la hospitalización del paciente, al coma e incluso la muerte. Los datos del
Informe sobre la Situación de las Drogodependencias en España remitido
por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas a la
Comisión Mixta Congreso-Senado, concluye que en España se producen,
cada año, alrededor de 800 muertes por sobredosis de sustancias ilegales. 

Conclusión

La política sobre la droga en América Latina

Desde 1961, la mayoría de países de América Latina y El Caribe han


desarrollado políticas de drogas mediante la formulación de leyes para el
control de la producción, distribución y consumo, las cuales se ajustan a
sus obligaciones en virtud de las convenciones correspondientes de la
Organización de la Naciones Unidas, ONU (IDCP, 2010). La Comisión
Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) ha
establecido como los máximos principios para una política de drogas
eficaz, los siguientes:

 Las políticas de drogas se deberían desarrollar mediante una evaluación


estructurada y objetiva de las prioridades y las pruebas empíricas.
 Todas las actividades se deberán desplegar en plena conformidad con las
normas internacionales de derechos humanos.

 Las políticas de drogas deberían centrarse en reducir las consecuencias


nocivas de las drogas y no en las dimensiones del consumo y los mercados
de estas sustancias.

 Las políticas y actividades deberían perseguir el fomento de la


integración social de grupos marginados.

 Los gobiernos deberían construir relaciones abiertas y constructivas con


la sociedad civil para debatir y desarrollar sus estrategias. La población de
América Latina alcanzó en el año 2014 los 525,2 millones de personas, el
60% de los cuales viven en América del Sur (Brasil, Argentina y Colombia,
las más pobladas), y el 20% (un poco más de 100 millones) en México.

Guatemala tiene el mayor número de América Central (11 millones) y


Cuba (11 millones), República Dominicana y Haití (8 millones cada uno)
superan al resto de los países del Caribe (Banco Mundial, 2014). En
América Latina existe una marcada inequidad en la distribución de la
riqueza y el ingreso, hay una deficiente estructura social y estabilidad
política débil, y actualmente atraviesa un fuerte proceso de crisis social. La
magnitud de este fenómeno y los efectos contradictorios de la
globalización hacen urgente un replanteamiento de las políticas de
desarrollo social y un mayor compromiso de la sociedad en general. Los
países que integran América Latina comparten inmensas similitudes
culturales, pero también se observan grandes variaciones económicas,
políticas y sociales, por lo que no se puede hacer referencia a América
Latina como una población homogénea y uniforme.

Se estima que la población total de América Latina y el Caribe superará en


el 2015, los 630 millones de personas, aproximadamente el 8.6% de la
población mundial, a pesar de que la región ocupa el 13.5% de la
superficie del planeta. América Latina y El Caribe es una región joven, en la
que el promedio de edad es de 29 años y medio, muy similar al promedio
mundial (UNFPA, 2015). Con una población de más de 160 millones de
adolescentes y jóvenes (15-29 años), la inversión en juventud,
especialmente en mujeres adolescentes, es una de las más acertadas
acciones que un país puede realizar, ya que la juventud de hoy tiene la
capacidad para fortalecer el tejido social y crear un futuro sostenible. La
distribución poblacional es predominantemente urbana y se estima que
actualmente el 80% de la población de la región reside en ciudades. La
pobreza afecta a casi un tercio de la población joven de la región. Un
27.3% de las y los jóvenes de 15 a 24 años se encuentra en la pobreza y
casi un 10% en la indigencia. La pobreza juvenil en el área rural es de más
del 41% respecto al 23% de las zonas urbanas. El 4.0% de la población de
América Latina y el Caribe ha emigrado, destacando los países del Caribe
como Guyana con el 49.2%, El Salvador con 22.9% y Trinidad y Tobago con
22.4%.

Respecto a las políticas públicas sobre la atención de calidad a personas


afectas a drogas, países como México, Chile, Costa Rica y Brasil han hecho
claros avances en esta área. Recientemente, las mismas organizaciones
han hecho hincapié en la necesidad de políticas de descentralización, la
participación de la comunidad y la atención primaria como vehículos
esenciales en la prestación de la salud mental, un enfoque
multidisciplinario para el cuidado de los enfermos mentales y sus familias,
fuertes esfuerzos educativos y de conformidad para la defensa de los
derechos humanos.

De acuerdo con la experiencia de algunos países de América Latina como


en el caso de México, se ha visto la necesidad de estructurar programas
integrales donde se trabaje de manera multidisciplinaria, con atención
individual, grupal y ambiental, y se enfaticé en la evaluación periódica de
dichos procesos de atención (Kort, 2010). Así pues, en la última década es
otro el enfoque desde el cual se visualiza el fenómeno de las drogas.
Mundialmente se ha catalogado la dependencia de SPAs como una
enfermedad crónica que amerita un adecuado tratamiento y
rehabilitación, y se ha dejado atrás la visión ideológica que valoraba el
consumo problemático de SPAs como un vicio, estigmatizando al
consumidor y reduciendo sus alternativas a medidas coercitivas.
El alcoholismo
INTRODUCCIÓN

A lo largo de la historia las bebidas alcohólicas han sido consumidas en


muchas sociedades con diferentes propósitos. Dependiendo de cada
cultura, tomar alcohol puede ser un símbolo de inclusión y/o exclusión al
grupo social, un símbolo de celebración o un acto sacro.

No obstante, en la actualidad, el consumo de alcohol se ha convertido en


un importante problema de salud pública a nivel internacional. Si
pensamos al alcoholismo como un tema crucial para la salud pública, es
necesario conocer aquellos espacios de inclusión en los cuales el
alcohólico busca apoyo para la recuperación de su padecimiento, teniendo
en cuenta las creencias e ideas que tiene sobre el mismo y si éstas se van
modificando a lo largo del tiempo.

En la Argentina se estima que 1.700.308 personas mayores de 15 años,


padecen trastornos de abuso o dependencia al alcohol. Por otro lado, es la
sustancia psicoactiva de mayor consumo entre los adolescentes y también
la que registra inicios a edades más tempranas.

Entre los estudios de enseñanza media de nuestro país, la edad promedio


de inicio en el consumo de bebidas alcohólicas es de 13 años (1). La
Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que entre el 20% y 50% de
las muertes por accidentes de tránsito en las Américas están relacionadas
con el alcohol (3). Por lo tanto, se puede visualizar que el alcoholismo
atraviesa a distintas sociedades causando daños a nivel físico, psicológico
y social.

Si se toman en cuenta los datos relevados por el SEDRONAR en el 2009


(4), se destaca que en Jujuy el ingreso a las salas de emergencia se da
mayormente por consumo excesivo de alcohol, en comparación con otras
sustancias psicoactivas. Sin embargo, hay un sub registro de Alcoholismo
como diagnóstico en las instituciones sanitarias. Este sub registro puede
aparecer como diagnóstico encubierto por otras enfermedades (heridas
de arma blanca, polineuritis, politraumatismos, accidentes
automovilísticos, etc), o como diagnósticos habitualmente asociados con
alcoholismo (cirrosis, neumonías, etc.).
El consumo excesivo del alcohol produce daños físicos, mentales y sociales
y constituye una de las causas principales del cáncer de boca, esófago y
laringe, además de otros problemas médicos, entre ellos hipertensión,
gastritis, cirrosis hepática y pancreatitis. El alcohol puede causar daños
durante la gestación y agravar algunas formas de infarto cerebral y
trastornos mentales, como la depresión. Asimismo, las lesiones por
accidentes de tráfico y peatonales, las caídas, la violencia y los problemas
laborales son consecuencia frecuente del consumo excesivo. Este último
ocasiona enfermedad y sufrimiento no sólo en el bebedor sino en su
entorno.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

1. Hay pruebas evidentes del consumo de substancias embriagantes


durante el Paleolítico, pero se desconoce los hábitos de consumo y la
frecuencia y finalidades de la intoxicación. Es de suponer que los objetivos
eran prácticos, tanto mágico-religiosos como militares, festivos o
sanitarios.

2. En el Neolítico y por lo que toca a la península, nace la primera


toxicomanía relacionada con un producto alcohólico similar a la cerveza,
obtenido de la fermentación de la cebada.

3. Los griegos introdujeron el cultivo de la vid, pero fue el Imperio Romano


el que extendió su cultivo por las proximidades de Tarragona y el Bajo
Guadalquivir, aunque el vino se reservaba casi exclusivamente a los
colonos de origen y ciudadanía romana. La mayor parte de la producción
se dirigía por vía marítima a Roma, donde se puede encontrar una de las
primeras manifestaciones de toxicomanía de masas, basada en el uso del
vino tanto por sus efectos lúdicos como por su aplicabilidad en la refinada
gastronomía imperial. Mientras que el alcoholismo de ciertas
personalidades romanas era notorio, los romanos emitían opiniones
burlescas sobre el bajo alcoholismo de los celtíberos.

4. Con los visigodos decae el cultivo del viñedo y vuelve el uso de la


cerveza. La actitud de la iglesia romana cristiana reflejada en los concilios
anteriores al siglo IX es opuesta al consumo tanto de cerveza como de
vino.
5. Los árabes apenas encuentran viñedos y los pocos que encuentran los
eliminan totalmente. También desaparece la cerveza. Durante toda la
Edad Media, la península es un área extraordinariamente abstemia. Por
otra parte, la población musulmana establecida en la península tampoco
adoptó el cannabis.

6. Comas sugiere que esta falta de competencia puede ser la que permitió
que se desarrollara y se difundiera por y desde la península una de las más
importantes toxicomanías: el tabaquismo. Desde el primer viaje de Colón,
se entró en contacto con el tabaco, que era utilizado por los aborígenes
caribes como un potente alucinógeno, para acceder a estados místicos
con fines mágico-religiosos y mágico-curativos. Al llegar al siglo XIX, el
consumo de cigarrillos estaba totalmente generalizado por toda la
península. Son muchos los que piensan que el alcoholismo se encuentra
más enraizado en la cultura tradicional que el tabaquismo, pero no es así.
Es bajo la monarquía de los Austrias cuando se crearon los diferentes
complejos culturales asociados al tabaco. Merece la pena señalar la
coincidencia entre dicho fenómeno y el papel hegemónico desempeñado
por el imperio español en la Edad Moderna, lo cual permite asentar la
hipótesis de una relación causal entre la estructura político-económica
internacional, la estructura del mercado de las drogas y el tipo de
complejo cultural hegemónico de uso de drogas.

7. Es significativa la distinta evolución cultural durante la misma época de


otros dos productos, el chocolate y la coca. El chocolate posee
propiedades farmacológicas para ser usado como una droga excitante y
así era usado por los aztecas, pero derivó, por su composición formal, en
un producto alimenticio. La coca era usada por los incas por sus efectos
psicotrópicos, aunque con estrictas limitaciones de clase social. Con la
conquista, su uso se extendió por toda el área andina, tanto por el
prestigio mítico de que gozaba como por intereses económicos de los
colonos. Pero no llegó a importarse ni utilizarse en la metrópoli sin que se
sepan las razones.

8. Hay que decir algo también del uso de plantas alucinógenas asociado al
fenómeno de la brujería. Por un lado, se trata de una conducta individual
sin transcendencia social. Por otro, y lo que es más importante, sus
efectos no eran percibidos como consecuencia de la ingestión o aplicación
del producto, sino como manifestaciones extraordinarias de la presencia
diabólica en el mundo. El uso de las plantas era una parte de un “ritual
necesario” para que actuara el diablo.

A partir de la mitad del siglo XVIII se empieza a modificar la situación y a


emplearse como bebida embriagante, pero el recuerdo de su función
anterior se mantendrá como justificación ideológica para su uso.

En Europa el consumo de alcohol era bastante más elevado. En el siglo


XVII se consiguió producir vino estable, capaz de ser conservado varios
años y transportado en botellas o toneles sin que se estropee, lo que
permitió crear un mercado europeo de alcohol. En este mismo siglo se
comienza a destilar alcohol y serán los holandeses los que popularicen el
aguardiente creando la estructura de su producción y distribución. Esta se
dirigirá especialmente a las colonias ultramarinas, iniciando así los
europeos el proceso de intoxicación alcohólica del resto de culturas del
planeta.

Estos cambios no llegan a la península ibérica hasta mediados del siglo


XVIII. En 1747 se produce la exención de derechos a los aguardientes y
licores. Se estabiliza el jerez, pero va destinado a Inglaterra. En 1765 se
liberaliza el comercio con América, beneficiándose de ello Cataluña, dando
origen en ciertas zonas a un monocultivo vitivinícola para destilar
aguardientes con destino a América. La independencia de las colonias
americanas interrumpe la exportación generando excedentes y un
aumento de la oferta interior a bajo precio. Es, pues, a principios del siglo
XIX cuando se produce la inflexión y de una situación de abstinencia se
pasa a unas pautas de consumo generalizadas y expansivas. 11.

A lo largo del siglo XIX, la industria farmacéutica alemana sintetizará una


serie de drogas nuevas, la mayoría derivada de productos naturales: la
morfina en 1830, la heroína en 1874, la cocaína en 1858, y otras sintéticas,
como el ácido barbitúrico en 1864.

Situación actual
A los efectos de la presente exposición, consideraremos como momento
actual las dos últimas décadas del siglo XX.

En la década de los 80, la heroína es la protagonista absoluta. Su presencia


oscurece la existencia de otros consumos. En particular, los primeros años
de la década se viven con especial dramatismo. La sociedad está
traumatizada y asustada ante las consecuencias funestas auguradas a los
heroinómanos y ante la desorganización familiar y social que la
dependencia de la heroína provoca. El heroinómano pasa a ocupar el
primer puesto en el ranking de la estigmatización social. La heroína
acapara el concepto de droga y la droga se convierte en el fantasma social
más temido. Peste, plaga, azote, son los términos utilizados por políticos,
predicadores y medios de comunicación social.

La aparición de la epidemia del SIDA y su rápido contagio entre los


heroinómanos mediante las jeringuillas contaminadas y las relaciones
sexuales sin protección contribuyen a agudizar el proceso de
estigmatización y de marginalización de los heroinómanos.

En los primeros años 80, la respuesta asistencial de la sociedad se muestra


insuficiente. No existe ni personal preparado, ni dispositivos asistenciales
organizados, ni un conocimiento de las verdaderas dimensiones del
problema.

Por eso, la primera tarea que asumió el primer titular de la Secretaría de


Drogodependencias fue la de promover y coordinar la respuesta
institucional al problema en sus diversas vertientes: preventiva,
asistencial, de inserción social y de control de la oferta, proponiendo
como criterio que la respuesta fuera normalizada, esto es, utilizando los
recursos educativos, sanitarios, asistenciales, judiciales y policiales
ordinarios, y tratando de sacar el problema del tratamiento dramático en
que había entrado.

Sin embargo, alcohol, tabaco y psicofármacos siguen siendo las drogas


más consumidas y las que provocan mayores problemas de salud. A la
sociedad no le han preocupado nunca gran cosa estas drogas por estar
acostumbrada a ellas. Pero hasta esta década era cosa de hombres:
varones de más de 20 años de edad.
Lo nuevo es la forma en que se socializan los jóvenes y adolescentes en el
consumo de alcohol. No es que los que llegaron a la adolescencia en la
década de los 80 se iniciaran en el consumo de alcohol antes que lo que lo
hacían sus abuelos. Una gran mayoría de sus padres y de sus abuelos
aprendieron a tomar alcohol en el seno de la familia. Era un consumo
moderado, ligado a la comida o sólo a determinadas celebraciones, que, a
veces, se producía en plena infancia.

En los años 70 estaba mal visto que los padres iniciaran a sus hijos
menores en el consumo del alcohol. Así se revistió para ellos con el
carácter de lo prohibido, de lo reservado para los adultos, despertando, al
mismo tiempo, un interés excesivo por el mismo. Se abonaba así el
terreno para que estos menores trataran de saltarse la prohibición fuera
del ambiente familiar y se socializaran en la calle en el consumo de
alcohol.

Efectos por el consumo de alcohol


¿Qué es el alcohol?

El alcohol es una droga que deprime el sistema nervioso central, es decir,


que enlentece las funciones del cerebro. El alcohol afecta a la capacidad
de autocontrol, por lo que puede confundirse con un estimulante.

El principal componente de las bebidas alcohólicas es el etanol o alcohol


etílico, que tienen diferente concentración según su proceso de
elaboración.
El alcohol, también llamado alcohol etílico o etanol es un líquido incoloro,
trasparente e inflamable y con un olor característico. Su fórmula química
es C2H6O, y la mayor parte del que se utiliza se sigue obteniendo
mediante procesos de fermentación de azúcares, ya utilizados en la
antigüedad.
El etanol, destinado al consumo humano, se presenta en bebidas con
distinta concentración, de esta forma podemos encontrar:
 
Bebidas fermentadas: como la cerveza, el vino, la sidra o el cava, donde la
concentración de etanol va desde 4º a 15º. Esto significa que de la
cantidad que ingerimos ese porcentaje (del 4% al 15%) es alcohol puro.
Estas bebidas se obtienen por la fermentación de los azúcares de frutas o
cereales.
 
Bebidas destiladas: se producen al destilar bebidas ya fermentadas, por lo
que la concentración de alcohol en estas aumenta de forma considerable.
Los licores, el vodka, whisky, ron o la ginebra pertenecen a este tipo de
bebidas y su graduación oscila alrededor de los 40º -50º.

¿QUE ES EL ALCOHOLISMO?
 El alcoholismo se refiere al consumo excesivo de alcohol, de forma
prolongada y continúa en el tiempo, generando por tanto
una dependencia a dicha sustancia.
El alcoholismo se contempla como una enfermedad crónica, en la que el
paciente no es capaz de controlar la ingesta de bebidas alcohólicas. Esta
adicción afecta a la persona tanto en su salud física como psicológica,
dañando sus relaciones sociales y/o familiares.
 

Las bebidas alcohólicas pueden ser:

 Fermentadas: vino, cerveza y sidra. Estas bebidas tienen una


graduación entre los 4º y los 15º. Se producen por la fermentación de los
azúcares o de los cereales.
 Destiladas: son el resultado de la destilación de las bebidas
fermentadas, por lo que tienen mayor concentración de alcohol. El orujo,
el pacharán, el vodka, el whisky, el ron, el brandy o la ginebra tienen entre
40º y 50º.
La graduación alcohólica

La graduación de una bebida indica, aproximadamente, el volumen de


alcohol etílico que contiene. Así, una botella de vino de 12º contiene un
12% de alcohol puro y una botella de orujo de 50º contiene un 50% de
alcohol puro.
¿Qué efectos inmediatos produce el alcohol en el organismo?

El alcohol ingerido en una bebida es absorbido en el aparato digestivo,


desde donde pasa a la circulación sanguínea en la que puede permanecer
hasta 18 horas.

Pocos minutos después de haber bebido, pueden aparecer una serie de


efectos cuya manifestación varía según la cantidad que se haya bebido y
las características de la persona.

Por orden de aparición en el tiempo y en relación con la concentración en


el organismo, estos efectos son los siguientes:

 Desinhibición
 Euforia
 Relajación
 Aumento de la sociabilidad
 Dificultad para hablar
 Dificultar para asociar ideas
 Descoordinación motora
 finalmente, intoxicación aguda

En los casos en que la concentración de alcohol en la sangre alcance o


supere los 3 gramos de alcohol por litro pueden parecer apatía y
somnolencia, coma o incluso muerte.
¿Qué influye en los efectos del alcohol?

Los efectos del alcohol dependen de la cantidad consumida, pero existen


otras circunstancias que los pueden acelerar o agravar.

 La edad. Los jóvenes son más sensibles a los efectos del alcohol en


actividades que tienen que ver con la planificación, la memoria y
aprendizaje, y son más “resistentes” que los adultos a los efectos
sedantes y a la descoordinación motora.
 El peso y el sexo. El alcohol afecta de modo más grave a las
personas con menos tamaño. En general la mujer pesa menos y el
tamaño de sus órganos internos es proporcionalmente más
pequeño. Por lo tanto, menores cantidades de alcohol pueden
producir daños en el cuerpo de forma más rápida.
 La cantidad y rapidez de la ingesta. A mayor cantidad de alcohol
bebido y a menor tiempo, es mayor la posibilidad de intoxicación.
 La combinación con bebidas carbónicas como la tónica, las colas,
etc. acelera la intoxicación.
 La comida. Si se come a la vez que se bebe, sobre todo alimentos
grasos, se enlentece la intoxicación, pero no se evita ni se reducen
los daños al cuerpo. 

La combinación con otras sustancias. Si se toman tranquilizantes,


relajantes o  calmantes, se potencian los efectos sedantes del alcohol.
Cuando se combina con el cannabis se incrementan los efectos sedantes
de ambas sustancias.

¿PORQUE SE CONSUME ALCOHOL?


Los motivos de consumo de alcohol son variados en función de la finalidad
de los consumos, pero la mayoría de personas que consumen bebidas
alcohólicas plantean hacerlo por:

•  Sentirse aceptados por un grupo.


•  Buscando efectos de bienestar.
•  Para divertirse.
•  Como facilitador de las relaciones sociales, para vencer la timidez.
•  Como vía de escape a los problemas.

¿CUANTO ALCOHOL TOLERA EL ORGANISMO?


El alcohol que se consume es absorbido mediante el proceso de la
digestión, una pequeña parte a través del estómago, otra por medio del
intestino delgado siendo este el que absorbe la mayor parte del alcohol
ingerido. De ahí pasa al torrente sanguíneo que trasporta el alcohol a todo
el cuerpo, disminuyendo el funcionamiento del sistema nervioso central y
afectando entre otras a las funciones cerebrales Después el hígado es el
encargado de eliminar esta sustancia de nuestro cuerpo.

Las cantidades que tolera el organismo variaran en función del sexo, la


edad, o el peso corporal. Para poder ofrecer una idea en condiciones de
buena salud una persona que ingiere alcohol de forma masiva no tolera
un nivel de más de 3 gr. por cada litro en sangre, ya que sufriría coma, e
incluso podría llegar a la muerte.
También es importante destacar que el hígado humano no es capaz de
metabolizar más de 9 grs. de alcohol por hora, por lo que, las ingestas de
grandes cantidades en periodos cortos de tiempo aumentan el riesgo de
sufrir intoxicación aguda con graves consecuencias para la salud, inclusive
coma y fallecimiento.

FACTORES DE RIESGO RELACIONADO CON EL ALCOHOLISMO


 Existen factores que pueden favorecer que las personas lleguen a
desarrollar una adicción al alcohol. Es necesario entender que estos
factores no son determinantes por sí mismos de desarrollar la
enfermedad, si no que influyen aumentando la posibilidad de abusar o
depender de esta sustancia. Destacan como más importantes: 
FACTORES RELACIONADOS CON LA HERENCIA: Se plantea una relación
entre el riesgo de padecer problemas con el alcohol y tener antecedentes
familiares con el alcoholismo, esto se apoyan en teorías de aprendizaje o
educación.

FACTORES RELACIONADOS CON LA EDAD DE INICIO: El riesgo de


desarrollar tolerancia y una adicción al alcohol, en la edad adulta,
aumenta cuando la edad en el inicio de consumo es menor.

FACTORES PSICOLÓGICOS: El riesgo es mayor en personas, que de forma


regular, utilizan el alcohol para huir de emociones negativas como la
ansiedad, soledad, o personas con baja estima personal. Encuentran en el
alcohol efectos placenteros que mantienen este comportamiento
agravándolo con el tiempo.

FACTORES SOCIALES: problemas sociales como el desempleo, los


conflictos en la pareja o familia, la presión entre los amigos, la facilidad de
acceso del alcohol, pueden favorecer y mantener patrones de consumo
que precipiten a la dependencia. Por otro lado, tanto el empleo del
alcohol en acontecimientos de celebración como la tolerancia social ante
el consumo abusivo del alcohol refuerzan y sirven de apoyo para el
mantenimiento del consumo.

EFECTOS DEL ALCOHOL


Como hemos explicado el alcohol se absorbe por el aparato digestivo, y se
distribuye por el torrente sanguíneo al resto del cuerpo. Se elimina a
través del hígado que es el encargado de metabolizarlo para su expulsión
del organismo. En todo este proceso su ingesta afecta al Sistema Nervioso
Central. El alcohol es una droga con efectos depresores, esto quiere decir
que poco a poco enlentece las funciones cerebrales.
Los efectos que tiene en el organismo van a variar en función del sexo, de
la edad y del estado de salud, así como de las cantidades ingeridas y el
tiempo en el que se ingiere.
Podemos describir los efectos de su consumo por orden de
aparición teniendo en cuenta que variarán según los factores
anteriormente descritos:
•  Desinhibición.

•  Excitación o euforia, perdida del autocontrol.

•  Sensación de relajación.

•  Sociabilidad o falsa sensación de mejora en las habilidades de relación.

•  Dificultad en el habla.

•  Se hace más difícil asociar ideas, empeora la capacidad de pensamiento,


confusión mental.

•  Descoordinación motora, dificultad de equilibrio y de control motriz.

•  Posibilidad de intoxicación aguda, cuando se alcanza y supera los 3 gr.


de alcohol en sangre aparece apatía, somnolencia, pérdida de consciencia,
coma o muerte, a causa de la paralización del centro respiratorio y
vasomotor.

ALGO MAS SOBRE EL CONSUMO DE ALCOHOL Y LA EDAD

 Los consumos de alcohol en el periodo de la adolescencia es un factor


que aumenta la posibilidad de desarrollar problemas de abuso o
dependencia de esta sustancia en la edad adulta.
A menor edad del consumo más sensibilidad hay a los efectos que están
relacionados con la memoria, el aprendizaje y la planificación de
actividades. Sin embargo, los jóvenes son más resistentes a los efectos
sedantes y a la descoordinación motora que los adultos. Esto último, les
puede reforzar de forma negativa y aumentar la probabilidad de consumo
adolescente, apoyándose en la falsa idea de ser más resistentes a nivel
físico que los adultos, ya que los efectos sobre el hipocampo no son
percibidos a corto plazo.

RELACIÓN ENTRE ALCOHOL, SEXO Y PESO


Los efectos del alcohol en el cuerpo varían en función de la masa
corporal, por lo que a las personas con menor peso les afecta de forma
más grave el consumo de alcohol.
También hay diferencias respecto al género, ya que en las mujeres los
órganos son de menor tamaño, por lo que una cantidad menor de alcohol
genera en menor tiempo daños psico-orgánicos. Se plantea por todo ello
que es más fácil que las mujeres que consuman alcohol generen
tolerancia, problemas de abuso y dependencia en relación a los hombres.

Condiciones del consumo de alcohol y sus efectos


Existen otras circunstancias que modifican los efectos del alcohol en el
organismo:
 Cuando se consumen bebidas alcohólicas combinadas con otras
bebidas carbónicas, como la soda, tónica o refrescos azucarados, la
intoxicación es más rápida.
 Según la cantidad que se consume de alcohol, y el tiempo en que
se consume dicha cantidad, los efectos en el organismo son de menor o
mayor gravedad, ya que nuestro hígado—, por lo que grandes cantidades
de alcohol en periodos cortos de tiempo aumentan la posibilidad de
intoxicación y el daño en el organismo.
 Cuando se consume alcohol acompañado de comida, sobre todo si
son alimentos ricos en grasas los efectos del alcohol en el organismo son
más lentos, pero no se evitan los daños que tiene en el organismo.
Drogas y alcohol
Cuando el alcohol se consume con otras sustancias los efectos de ambas
varían potenciándose:
 Cuando se consume alcohol con cannabis se incrementan los
efectos sedantes de ambas sustancias.
 Si se administra con relajantes, tranquilizantes y analgésicos se
aumenta el efecto sedante del alcohol.
 En caso de consumo junto con estimulantes como la cocaína, los
efectos se contrarrestan, pero la toxicidad para el organismo de dichas
sustancias es mayor que si se consumieran por separado cada una de
ellas.

Principales síntomas ¿cómo detectar un problema de alcoholismo?


  Los síntomas son posibles indicadores y no señales directas de la
adicción, es decir, no porque observemos alguno de ellos de forma
aislada debemos deducir que exista un problema de alcoholismo, es
necesario que se observen de forma continuada y conjunta varios
signos para poder mantener nuestras sospechas.
 De los signos o señales más importantes que podemos observar
destacarían:
  Aumento del deseo de beber alcohol, se emplea más tiempo en el
consumo y en recuperarse de sus efectos.
  Cambio en hábitos respecto al consumo, bebe en solitario,
generalmente ocultando su conducta a las personas que le rodean.
   Falta de control en la ingesta de alcohol, tanto de la necesidad de
beber, como del control de la cantidad de ingesta o de la suspensión
del consumo.
   Falta de interés: la persona muestra una falta de interés por todo
aquello que no sea conseguir lo necesario para el consumo, todo lo
que parecía motivarle antes, carece de importancia, llevando a
desvincularle de las relaciones afectivas y de sus responsabilidades.
•  Aparición de tolerancia hacia la sustancia, se refiere a que la
persona necesita beber más cantidad de alcohol para alcanzar los
mismos efectos.
•  Cambios significativos en el estilo de vida: en los ritmos del
sueño y vigilia; cambio de horarios, de hábitos de comida…etc.
•  Cambios en la forma de comunicarse caracterizados por
un aumento de la agresividad, lo que trae repercusiones tanto en el
entorno familiar como laboral.
•  A pesar de las consecuencias y repercusiones negativas en su
salud y a nivel social la conducta de consumo persiste.
•  Lagunas o lapsus de memoria.
•  Aparece el Síndrome de abstinencia cuando no se consume. este
síndrome se caracteriza por un cuadro de malestar físico que se
alivia con el consumo.
Deterioro del estado de salud: empeoramiento del estado de salud
general, provocado por los hábitos de consumo y el estilo de vida.

Consecuencias del alcoholismo


Está demostrado que el consumo excesivo de alcohol
(Alcoholismo) provoca consecuencias graves a corto y a largo
plazo. El riesgo de padecer estos trastornos, psicológicos, físicos, o
sociales aumenta a medida de que el inicio en el consumo es más
cercano a la adolescencia.
Consecuencias físicas del alcoholismo

•   Como consecuencia del alcoholismo a corto plazo, una


intoxicación aguda de alcohol puede provocar el coma y la muerte.
•  A largo plazo, el consumo de alcohol afecta seriamente la
salud, provocando y aumentando la posibilidad de desarrollar
enfermedades. Se relaciona con trastornos cardiológicos ; con
aumento de padecer cáncer bucal, de garganta y esófago ; cirrosis
hepática; problemas de hipertensión arterial; enfermedades del
aparato digestivo como gastritis o úlcera gastroduodenal, también
inflamación del páncreas; encefalopatías; disfunciones sexuales,
como impotencia, perdida de la fertilidad y trastornos menstruales;
aumento de infecciones; problemas de la piel, musculares y óseos.
Consecuencias psicológicas del alcoholismo
•   A corto plazo, el alcohol, por su efecto desinhibidor genera una
falsa sensación de seguridad y de control,       por lo que aumentan
conductas de riesgo como prácticas sexuales sin protección o
conducir bajo los efectos del alcohol.
•   A largo plazo el consumo favorece la aparición de
trastornos como la depresión; psicosis; alteraciones del sueño como
el insomnio; sus efectos en el sistema neurológico pueden ser
permanentes, apareciendo demencias y trastornos de la memoria;
el aumento de la agresividad es otra de las consecuencias con todas
las implicaciones que ello puede tener; síndrome Wernicke-
Korsakoff o demencia alcohólica.

CONSECUENCIAS SOCIALES DEL ALCOHOLISMO


 El abuso y la dependencia del alcohol generan problemas en las
relaciones sociales; conflictos de pareja y familiares, que pueden llevar al
aislamiento y a situaciones de desestructuración familiar; problemas
laborales o la pérdida de trabajo; problemas económicos; además el
consumo está relacionado directamente con los accidentes de tráfico y en
gran parte de los accidentes laborales, así como en situaciones de
amaltrato físico y psicológico.

Consumo del alcohol en el embarazo


El consumo de alcohol durante el embarazo puede provocar problemas
en el desarrollo del feto, incluso el consumo moderado supone un riesgo
o daño para éste.
El alcohol que una mujer embaraza consume llega a la sangre pasando
rápidamente a través de la placenta hasta el feto, afectando tanto a los
tejidos como los órganos del bebé. En el cuerpo inmaduro de un feto, el
alcohol se descompone de una forma mucho más lenta que en el cuerpo
de un adulto. Como resultado, el nivel de alcohol en la sangre del bebé
puede ser mayor y puede permanecer elevado durante más tiempo
afectando gravemente a su desarrollo.

 Como dejar el alcohol. el primer paso, aceptar el problema


Para dejar el alcohol lo primero es tomar conciencia del problema, contar
con la voluntad del paciente es primordial, ya que en los casos de
alcoholismo éste es uno de los principales obstáculos, es costoso
reconocer la dependencia como una enfermedad. La mayoría de los casos
demandan ayuda profesional por síntomas depresivos, por ansiedad, u
otros signos provocados por el alcohol.
Reconocer la enfermedad de alcoholismo es difícil dada la estigmatización
de estos pacientes. Muchas veces es la familia la que solicita ayuda
médica.

Si el paciente reconoce su enfermedad se facilita poder derivarle hacia un


tratamiento especializado que favorecerá la evolución del mismo.

Tratamiento de alcoholismo, la opción más efectiva para dejar de beber

Como cualquier enfermedad, la recuperación de una persona dependiente


de alcohol necesita de un tratamiento adecuado. A diferencia de otras
enfermedades no basta con seguir una pauta de fármacos o someterse a
una intervención quirúrgica. En el caso del alcoholismo se requiere de una
intervención multidisciplinar de diversos profesionales que atiendan los
aspectos físicos, psíquicos y sociales de la dependencia.
 

Tipos de tratamientos para dejar el consumo del alcohol

Como enfermedad multicausal, su tratamiento debe de reunir la


intervención de varios profesionales atendiendo a la demanda de cada
caso particular, psiquiatras, médicos, psicólogos y trabajadores sociales
son algunas de las figuras profesionales que pueden requerir la
intervención en estos casos.
Una vez reconocida la enfermedad, según el nivel de dependencia se
puede requerir la necesidad de un ingreso hospitalario para una
desintoxicación, siempre con asesoramiento médico. Según las
necesidades los programas de intervención pueden ser:
 •  En un medio cerrado, es decir hospitalizado en una clínica o centro
especializado.
 •  En medio abierto, tanto a nivel ambulatorio donde las intervenciones
con los profesionales son puntuales y específicas, como en centros
intensivos o centros de día donde las intervenciones son regulares.
 Durante el proceso de deshabituación las intervenciones van dirigidas a
modificar comportamientos adictivos, uno de los objetivos en el
mantenimiento de la abstinencia y la recuperación del autocontrol del
paciente, restituyendo sus capacidades en situaciones que puedan
suponer un riesgo de recaídas.

Las intervenciones psicosociales y psicoterapéuticas, así como las


psicofarmacológicas cobran especial importancia en esta fase, terapias de
pareja o familiares, terapia individual y/o de grupo serán herramientas de
base para garantizar una evolución.

También existen grupos de autoayuda que ofrecen orientación y apoyo a


pacientes alcohólicos, estos grupos no cuentan con el asesoramiento o la
intervención de profesionales, sus intervenciones son grupales y ofrecen
ayuda a partir de compartir la experiencia de personas que han superado
la problemática.

TRATAMIENTOS FARMACOLÓGICOS EN EL ALCOHOLISMO


Los tratamientos farmacológicos en alcoholismo, cuando son necesarios,
ayudan a conseguir mantenerse abstinente o a reducir el consumo de
alcohol. Algunos de los fármacos más utilizados en el tratamiento de
alcoholismo son:
 •  Acomprosato, puede ayudar a prevenir una recaída
 •  Disulfiram, (como Antabus o Colme) produce efectos secundarios muy
desagradables, incluso si usted toma una cantidad pequeña de alcohol, lo
que hace frenar estos consumos y ayudar a mantener la abstinencia.
 •  Naltrexona, (Vivitrol) tiene un efecto de reducción sobre el deseo de
consumir alcohol.

PREVENCION DEL ALCOHOLISMO


 Como en el caso de otras adicciones a sustancias, la prevención es la
mejor herramienta para fortalecer factores que eviten el consumo de
alcohol.
Este papel preventivo es necesario en la adolescencia e incluso con
anterioridad, aquí la familia tiene un papel fundamental, apoyando en la
educación, trasmitiendo un estilo de vida saludable y ofreciendo
información veraz, ajustada a su edad, sobre los efectos negativos que
provocan estas conductas de riesgo.
Servir de modelo como referente es fundamental, para esto se
recomienda evitar consumir bebidas alcohólicas delante de los hijos o
prescindir de comentarios que generen la conducta del consumo como un
ideal a imitar.

En la adolescencia no solo la información sobre las consecuencias del


consumo es suficiente, es necesario favorecer un clima de comunicación
fluido, potenciar su autoestima y sus habilidades sociales, generar
seguridad en la toma de decisiones para soportar las presiones que pueda
recibir del exterior. Todo ello ofreciendo alternativas de ocio más
adecuadas a un estilo de vida saludable.

EL CONSUMO MODERADO DE ALCOHOL


Aunque la OMS (Organización Mundial de la Salud), plantea que no hay
una cantidad de consumo mínimo que asegure no tener riesgo o
consecuencias negativas para el organismo, se establecen tres niveles de
consumos en función del sexo y la cantidad consumida.

El CIE 10 (30) y el DSM IV (31) describen y caracterizan los trastornos


relacionados con el alcohol. En primer lugar, en el DSM IV (31) se
distinguen por un lado los trastornos por consumo de alcohol y por otro
lado, los trastornos inducidos por el alcohol. Entre los tradependencia del
alcohol

• abuso de alcohol Por su parte, los trastornos inducidos por el alcohol


serían los siguientes:

• Intoxicación por alcohol


• Abstinencia del alcohol

• Delirium por intoxicación por alcohol

• Delirium por abstinencia de alcohol

• Demencia persistente inducida por el alcohol

• Trastorno amnésico persistente inducido por el alcohol

• Trastorno psicótico inducido por el alcohol, con ideas delirantes

• Trastorno psicótico inducido por el alcohol, con alucinaciones

• Trastorno del estado de ánimo inducido por el alcohol

• Trastorno de ansiedad inducido por el alcohol

• Trastorno sexual inducido por el alcohol

• Trastorno del sueño inducido por el alcohol

• Trastorno relacionado con el alcohol no especificado La intoxicación por


alcohol se define por los siguientes indicadores, según el DSM IV:

• Ingestión reciente de alcohol.

• Cambios psicológicos de comportamiento desadaptativos clínicamente


significativos (sexualidad inapropiada, comportamiento agresivo, labilidad
emocional, deterioro de la capacidad de juicio y deterioro de la actividad
laboral o social) que se presentan durante la intoxicación o pocos minutos
después de la ingesta de alcoholstornos por consumo de alcohol

Uno o más de los siguientes síntomas que aparecen durante o poco


tiempo después del consumo de alcohol:

1. lenguaje farfullante

2. incoordinación

3. marcha inestable

4. nistagmo
5. deterioro de la atención o de la memoria 6. estupor o coma La
abstinencia por alcohol se conoce:

• Interrupción (o disminución) del consumo de alcohol después de su


consumo prolongado y en grandes cantidades.

• Dos o más de los siguientes síntomas desarrollados horas o días después


de cumplirse el criterio A:

1. hiperactividad autonómica

2. temblor distal de las manos

3. insomnio

4. náuseas o vómitos

5. alucinaciones visuales, táctiles o auditivas transitorias, o ilusiones

6. agitación psicomotora

7. ansiedad

8. crisis comiciales de gran mal (crisis epilépticas)

En cuanto a los criterios establecidos por el CIE 10 (30) para el síndrome


de dependencia de alcohol se destacan:  Tres o más de las siguientes
manifestaciones deben haberse presentado simultáneamente durante al
menos un mes o, si han durado menos de un mes, deben haber aparecido
conjuntamente y en forma repetida en un período de 12 meses:

1. Deseo intenso o apremiante de consumir alcohol

2. disminución de la capacidad de controlar el consumo de alcohol, ya sea


cuando se comienza a beber o cuando se quiere dejar de hacerlo, o de
controlar la cantidad que se bebe, como lo demuestra el hecho de que a
menudo se toma alcohol en cantidades mayores o por un período más
largo del que se pretendía, o porque hay un deseo persistente de reducir o
controlar el consumo de alcohol o los esfuerzos para lograrlo han sido
infructuosos.
3. Síntomas somáticos de un síndrome de abstinencia del alcohol cuando
se reduce su consumo o se deja de beber por completo. La existencia del
síndrome se manifiesta por los intentos que hace el paciente para evitar o
atenuar los síntomas mediante la ingestión de la bebida habitual o de una
estrechamente relacionada con ella.

4. Pruebas de que existe tolerancia a los efectos del alcohol, como ocurre
cuando hay una necesidad de aumentar significativamente la cantidad que
se consume para llegar a la embriaguez o al efecto deseado, o hay un
efecto marcadamente disminuido cuando se mantiene el uso continuo de
la misma cantidad de alcohol.

5. obsesión con el alcohol, como lo demuestra el abandono progresivo de


otras fuentes de placer o actividades de interés a causa del consumo de la
sustancia, o porque se dedica cada vez más tiempo para su obtención o
para la recuperación de sus efectos.

6. consumo de alcohol persistente a pesar de sus evidentes consecuencias


perjudiciales, como se demuestra por su ingestión reiterada cuando la

persona está realmente consiente de la naturaleza y el grado del daño, o


se puede esperar que lo esté.

Conclusión
Al finalizar este capitulo podemos concluir lo siguiente:
Que las drogas son sustancias que al ser introducidas en el organismo
vivo, puede modificar una o más de las funciones de éste, alteran el
estado psíquico y a veces físico, que se caracteriza por cambiar el
comportamiento y por otras reacciones que comprenden siempre un
impulso irreprimible a tomar la droga en forma continuada o periódica.
Las características de la fármaco dependencia muestran grandes
diferencias de un tipo de droga a otra.
Los principales tipos de drogas son los siguientes: Alcohol, Anfetaminas,
Drogas de diseño, Barbitúricos, Drogas del tipo Cannabis, Cocaína,
Alucinógenos, Opiáceos, Tabaco y cafeína.
Los problemas que ocasionan las drogas, están relacionados con factores
que se han agrupado en tres categorías: factores personales, influencias
micro sociales o interpersonales, e influencias ambientales globales.
Se observó que la drogadicción es un grave problema social. El
adolescente, su familia, amistades y la comunidad donde se desarrolla
este son los principales perjudicados por esta actividad.

LA MARGINALIDAD

Introducción

Hacia la década del 60, el término marginalidad comienza a ser utilizado


en América Latina como un concepto dentro de las ciencias sociales para
dar cuenta de los efectos heterogéneos y desiguales de los procesos de
industrialización y desarrollo. La emergencia de esta noción se desarrolla
en el campo de disputa de dos paradigmas en conflicto, dando lugar a dos
grandes vertientes interpretativas: la idea de marginalidad social o cultural
desarrollada en el marco de la teoría de la modernización, y la noción de
marginalidad económica elaborada por la teoría de la dependencia. Este
trabajo se propone revisar las características que adquiere el concepto de
marginalidad en cada uno de estos dos marcos conceptuales focalizando
en los trabajos de Gino Germani, José Nun y Miguel Murmis.

Finalmente, el artículo panea los principales argumentos contenidos en la


revisita contemporánea del concepto y las potencialidades para su
aplicabilidad a la actual realidad latinoamericana. Palabras clave:
Marginalidad, Teoría de la modernización, Teoría de la dependencia.
Palabras clave descriptores: Marginalidad social, Modernización,
Dependencia, América Latina.

El vocablo marginalidad se caracteriza por ser ambiguo y polisémico


(Cingolani, 2009). Sin embargo, y más allá de su uso coloquial, hacia la
década del 60 el término marginalidad comienza a ser utilizado en
América Latina como un concepto dentro de las ciencias sociales para dar
cuenta de los efectos heterogéneos y desiguales de los procesos de
industrialización y desarrollo. Este concepto emerge en un período
caracterizado por un cambio de paradigma dentro de las ciencias sociales
de la región. Hacia la década del 60 se incrementa el convencimiento de
que el desfase con los países centrales no podría cubrirse mediante
políticas de desarrollo, ya que ese crecimiento estaba trabado por razones
estructurales tanto internas como externas que debían ser removidas,
dando lugar –así– a un clivaje desde la teoría de la modernización a la
teoría de la dependencia.

Consecuentemente, la emergente “teoría de la marginalidad” se


construye en el campo de disputa de estos dos paradigmas en conflicto.
En tal sentido, este trabajo se propone revisar las características que
adquiere el concepto de marginalidad en cada una de estas vertientes
interpretativas: la teoría de la modernización con su noción de
marginalidad social o cultural, y la teoría de la dependencia a partir del
concepto de marginalidad económica. Para los efectos de abordar esta
meta, el texto se estructura en tres partes. La primera parte describe el
proceso de cristalización de la teoría de la marginalidad en América Latina.
La segunda desarrolla los elementos centrales de la noción de
marginalidad en la teoría de la modernización –haciendo especial hincapié
en la obra de Gino Germani– y en la teoría de la dependencia –focalizando
en la producción de José Nun y Miguel Murmis–. Finalmente, la tercera
parte panea las discusiones contemporáneas sobre el uso de esta noción
en América Latina.

Según Germani (1980), más allá de la variedad de connotaciones y


aspectos del fenómeno de la marginalidad, es posible encontrar una serie
de raíces comunes. Ellas son:

a. el proceso de extensión de los derechos del hombre según principios de


igualdad y libertad, así como una concientización creciente de las
violaciones de tales principios. En este sentido, la noción de marginalidad
es la más reciente expresión del proceso iniciado en el mundo moderno
desde el Iluminismo hacia la conquista de los derechos del hombre y la
extensión progresiva de ellos a todos los sectores de la sociedad.

b. los procesos de contacto cultural: hacen referencia a situaciones en las


que se da la coexistencia de sectores de población culturalmente distintos
que viven dentro de una misma nación, ciudad o territorio7.

c) la acentuación de los procesos de modernización: en este sentido es


posible señalar que el hecho fundamental generado por la marginalidad –
y su percepción como problema– es el carácter asincrónico y desigual del
proceso de transición. Este proceso comporta muy desiguales ritmos,
velocidades y secuencias. Estas asincronías generan la coexistencia de
instituciones, valores, actitudes, modelos de comportamiento, estructuras
parciales, grupos y categorías sociales, regiones en el interior del país que
en igual lapso alcanzan diferentes grados de modernización y desarrollo.

En efecto, para la teoría de la modernización, la marginalidad constituye


un estado, la integración no alcanzada de ciertos grupos poblacionales en
el proceso de desarrollo y participación. En este esquema, las altas tasas
de crecimiento y la profundización de las políticas de desarrollo
constituyen las vías a partir de las cuales será superado el subdesarrollo
(Bennholdt-Thomsen, 1981).

La revisita contemporánea del concepto de marginalidad

Hacia fines de la década del 90, América Latina transitaba procesos de


fuerte reestructuración social asentados tanto en transformaciones
decisivas en la matriz productiva y en el mercado de trabajo como en
cambios producidos en la estructura y en las formas de intervención del
Estado. El carácter estructural del desempleo, la masificación del
subempleo y la “inseguridad endémica” (Beck, 2007) constituyen los
rasgos distintivos que caracterizan el modo de vida de buena parte de la
población. Es por entonces cuando el emergente escenario de
fragmentación, heterogeneización y dualización social da lugar a la
reinauguración del debate sobre la marginalidad en América Latina.

Este debate se da, fundamentalmente, en dos líneas: por un lado se


discute la aplicabilidad en América Latina de las nociones de “nuevo
régimen de marginalidad” o “marginalidad avanzada” desarrolladas por
Loïc Wacquant para caracterizar las realidades norteamericana y francesa
contemporáneas, mientras que por el otro lado se desarrolla una re-visita
y revalorización de la vertiente económica-estructural de la marginalidad
latinoamericana. El autor que más ha difundido en América Latina la obra
de Loïc Wacquant, señalando las herramientas que ésta aporta al análisis
de las realidades del continente, ha sido Javier Auyero. En tanto, puede
mencionarse a Patrick Cingolani, Agustín Salvia y el propio José Nun como
los autores más representativos de la segunda discusión. Sin embargo, y a
diferencia de la forma en que se estructuró el debate en la década del 60,
estas dos líneas no son contrapuestas, sino que presentan una serie de
puntos de contacto.

La difusión en América Latina de la obra de Loic Wacquant a partir de


mediados de la década del 90, dio lugar a una serie de trabajos que se
propusieron utilizar y/o adecuar los desarrollos teóricos del autor a las
realidades latinoamericanas. Para Wacquant (1996 y 2001), el final del
siglo xx presenta una trascendental transformación de las raíces, la
composición y las consecuencias de la pobreza urbana en la sociedad
occidental. El régimen de marginalidad emergente puede

Consideraciones finales

El concepto de marginalidad surge tempranamente en América Latina


para dar cuenta de las crecientes desigualdades sociales observables en la
región. Algunos autores plantean que esta noción anticipa una serie de
temas que resurgen con fuerza en la década del 90 de la mano del
concepto de exclusión. Sin embargo, este último concepto surge en el
contexto europeo para dar cuenta de los impactos de las
transformaciones económicas, sociales e institucionales, y el avance de la
globalización durante la década del 90.
La precarización y la flexibilización de las condiciones laborales, los
procesos de individuación de los vínculos laborales y el aumento de las
desigualdades en el interior del colectivo de trabajadores constituían las
transformaciones más visibles en las relaciones de trabajo.

El concepto supone también pensar en un pasado de “inclusión” al que se


le opone un presente donde importantes grupos de población quedan a la
vera del desarrollo (Cortés, 2006). Esta situación –con una serie de
matices, diferencias y heterogeneidades– también se replica en América
Latina, donde la globalización y los procesos de cambio estructural han
provocado la desaparición de formas capitalistas típicas del modelo de
sustitución de importaciones (Cortés, 2006).

La estabilidad laboral de la que había gozado buena parte de los


trabajadores, se transmuta ahora en informalidad, subempleo, trabajo
precario y desempleo abierto. Los incluidos pasan a convertirse ahora en
excluidos. Sin embargo, una mirada retrospectiva de la historia de nuestra
región permite dar cuenta –también– de la presencia de sectores de
población que nunca han sido convocados por el desarrollo capitalista o
que han sido desplazados hace ya varias décadas, pudiéndose observar un
carácter deficitario de larga data de los mecanismos de integración
sistémica proporcionados por el mercado y/o por el Estado. En este
marco, es posible señalar que, si la tesis de la marginalidad se construyó
en el contexto en el cual el modelo de sustitución de importaciones
comenzaba a mostrar con mayor fuerza sus obstáculos y limitaciones, ésta
parece tener una sorprendente capacidad explicativa para dar cuenta de
los efectos de los modelos de acumulación surgidos del Consenso de
Washington y de una etapa de globalización capitalista.
EL FENÓMENO DE LA MARGINACIÓN.

            El fenómeno de la marginación es un hecho social que es difícil


delimitar en cuanto a su definición y manifestaciones, pues en él influyen
el tiempo y el espacio; es decir, lo que hoy es marginal mañana puede no
serlo y lo que es marginal aquí quizá en otro lugar no lo sea.

            No obstante, existe acuerde entre autores para situar este


fenómeno en un contexto espacio-temporal limitado y, a partir de ahí,
operativizar dicho concepto y entenderlo como aquella situación que vive
un individuo o un colectivo que no tiene acceso a un nivel medio de
calidad de vida. Es, pues, el proceso resultante de una estructura social,
política y económica que mantiene a un sector o sectores de la población
en condiciones marcadamente inferiores al promedio exigido.

 Desde un punto de vista, la marginación sería entendida como algo


objetivo, estructural y por tanto externo y ajeno a la voluntad de los
sujetos que viven esa situación. Cabría, no obstante, otra interpretación
que entendería este fenómeno como algo subjetivo, interno, individual.
De esta manera, distinguiríamos entre situación de marginación  y
sentimiento de marginación, sin que entre ambos términos tengan que
existir relaciones perfectas. Se puede estar marginado sin tener conciencia
de ello y a la inversa, se puede tener ese sentimiento sin que existan
razones objetivas para ello.

            La clave está en encontrar el nivel medio respecto al que definimos


objetivamente una situación como marginal. Para ello, lo más útil es
recurrir, en el caso español, a lo que reconoce la Constitución como
derechos. De esta manera, las situaciones de marginación serían aquellas
en las que falta lo que nuestra Carta Magna garantiza como derechos ; por
ejemplo, a la educación, a la igualdad o a un trabajo digno.

 Causas que provoca la Marginalidad

No todos los marginados están sujetos a una misma interpretación.


No es la misma marginación la del alcohólico, la del delincuente, la de la
madre soltera, etc., aunque todos ellos pueden llevar el calificativo de
marginados.

La explicación a esta cuestión sólo puede encontrarse en aquellas


causas que explican y determinan un tipo de marginación con respecto a
otro ; es decir, se trata de hallar una explicación por la cual tal grupo de
marginados se encuentra en la situación de estar al margen de la sociedad
en que vive.

· Marginación alternativa.

Se trata de una auto-marginación o auto-exclusión del sujeto con


respecto al grupo social o sociedad más amplia de pertenencia. Por
ejemplo los grupos contraculturales como los hippies, algunos grupos
anarquistas, etc. Sus fundamentos giran en torno a la construcción de una
sociedad distinta, creativa y libre, que en algunos casos llegan a
convertirse en verdaderas minorías activas capaces de general influencia
para producir un cambio social.

· Marginación evasiva.

La influencia institucionalizada de la organización social llevan a


estos grupos a evadirse del sistema imperante, refugiándose en el alcohol
u otras drogas, etc., que les ayude a escapar de la propia realidad. Los
hospitales psiquiátricos y cárceles están llenos de este tipo de marginados.

· Marginación natural de exclusión.

Las raíces de este tipo de marginación son completamente


diferentes a las anteriores. Entre estos marginados se pueden señalar a los
enfermos mentales, a los deficientes psíquicos y físicos o a los ancianos. Es
decir, la causa de su marginación se encuentra en los respectivos lugares
que sufren y por tanto no presentan condiciones, ni físicas ni mentales,
para participar activamente en la sociedad en que viven. Muchas veces la
marginación que sufren se agrava por las situaciones socio-económicas
notablemente degradadas en que se desenvuelven.

· Marginación artificial de exclusión.

Se trata de grupos sociales que no han provocado la marginación


que padecen, sino que ésta arranca de conductas y hechos que no son
aceptados por el medio social de referencia; como por ejemplo: madres
solteras, homosexuales, emigrantes, etc.

·Marginación cultural.

Se trata, en este caso, de minorías étnicas y raciales. Se da un


choque de culturas que comporta una jerarquía de valores distinta.

· Marginación justificativa.
Es la propia de la prostitución y de la delincuencia. Se trata de
conductas tipificadas como ilícitas en el Ordenamiento jurídico vigente, y
por tanto padecen una doble exclusión, social y legal, al mismo tiempo.

b) Efectos  que causa la marginalidad a nivel mundial

            Los efectos del fenómeno de la marginación son muy variados,


éstos son los que se presentan como una evidente realidad.

            Puede afirmarse que en los últimos años, entre las distintas formas
marginales de vida, la delincuencia ha tenido una fuerte incidencia en la
vida social ya que ha sufrido un crecimiento espectacular. La mayoría de
los delitos denunciados son atracos a mano armada a pequeños
comercios, farmacias y viandantes, robos con fractura en domicilio y en
vehículos, “tirones”, etc., y son cometidos por delincuentes jóvenes que a
menudo suplen su falta de experiencia con el recurso de la violencia. La
mayor parte son delitos menores, pero su reiteración y su relativamente
fácil acompañamiento de agresiones, ha generado una conciencia
colectiva de inseguridad, que pide medidas más duras contra la
delincuencia o el recurso de las armas.

 La drogodependencia influye, en parte, sobre la delincuencia ; muchos de


los delitos menores están asociados al incremento de la drogadicción, y
son cometidos a fin de procurarse el dinero necesario para la dosis diaria.
Sobre esta delincuencia menor se ha consolidado un entramado de grupos
delictivos organizados que controlan la distribución de bienes robados y la
distribución de las drogas.
La prostitución experimenta, de forma progresiva, en Madrid, un notable
aumento de quienes, hombres o mujeres, se dedican a ella. No existen
datos globales fiables, procediendo la información más contrastada de un
sector de la población que es atendido sanitariamente en “Centros
Municipales de Salud”. El aumento de quienes se dedican a la prostitución
está también ligado al ya aludido aumento de las toxicomanías:
numerosos consumidores habituales encuentran en la prostitución la
fuente de ingresos para mantener sus niveles de consumo. Desde los
lugares donde tradicionalmente se ejerció la prostitución en Madrid, se ha
ido extendiendo a otras zonas, y el Ayuntamiento ha debido iniciar en la
Zona Centro un programa sanitario específico para una población que
tiene un alto grado de deterioro físico y estaba al margen de toda
asistencia médica y social.

 Otro efecto que se produce es la mendicidad como forma marginal de


vida. La ciudad de Madrid es el principal polo de atracción de mendigos
procedentes de otras partes de España y Portugal (en los últimos años,
también procedentes del norte de África, si bien parte de ellos se dedican
a trabajos precarios y mal remunerados). El aumento de la mendicidad es
progresivo, siendo más significativo el incremento en los meses de
primavera y verano. La capacidad municipal para atender a mendigos en
albergues y comedores es muy limitada. Otros factores que influyen en el
fenómeno de la marginación son el desempleo, fundamentalmente juvenil
y, el aumento de la población jubilada.

Cuando s hace referencia a la marginación se suele dirigir la mirada a la


periferia de la ciudad. Hoy puede observarse como en algunos barrios
antiguos deteriorados de las ciudades, en Madrid por ejemplo, se van
acumulando las miserias humanas, los denominados deshechos de la
sociedad, los que no cuentan para nadie ; en estos barrios se acumulan
personas marginales y “oficios” marginales en continua degradación.
Siguen siendo la referencia de la prostitución más barata y más pobre. Se
han convertido en el refugio de personas sin medios ordinarios de ganarse
la vida. Mendigos, transeúntes, vagabundos, alcohólicos degradados,
drogadictos totalmente deshechos, familias desahuciadas de sus
viviendas, excarcelados sin familia, jóvenes fugados del reformatorio o de
sus casa, inmigrantes extranjeros sin rumbo fijo, traficantes de drogas y de
objetos robados, etc.

c) Problemática Social que desencadena la marginalidad

          Tras ese amplio abanico de efectos no deseados y en algunos


sentidos disgregadores, no es posible concluir más que diciendo, que el
fenómeno de la marginación es un problema social por cuanto afecta a un
conjunto de individuos que viven en sociedad y porque también afecta a la
sociedad misma. A ello se le debe añadir que, además, estos fenómenos
marginales pueden ser la causa, en algunos supuestos, de la aparición de
comportamientos delictivos y del incremento o mantenimiento del
sentimiento de inseguridad ciudadana en la población.

 De ahí que los Poderes Públicos, a través de los Ayuntamientos, las
Comunidades Autónomas y la Administración Central y las Organizaciones
no Gubernamentales, como Cruz Roja y Cáritas, hayan elaborado
programas específicos para intentar eliminar las causas de algunos tipos
de marginación y conseguir la inserción de muchos de estos colectivos. Sin
ir más lejos, en el propio Ayuntamiento de Madrid, dentro del Área de
Servicios Sociales, existen programas para la tercera edad, para
indigentes, para sujetos con problemas relacionados con el consumo de
drogas o programas que gestiona el Ingreso Madrileño de Integración para
colectivos en situación de pobreza.

Provocación de la marginalidad en un país.

Desintegración familiar, falta de educación, desempleo, contacto diario


con el delito en la casa o en el barrio y acceso fácil a drogas y armas son
algunas de las causas que, según los especialistas, pueden explicar la
creciente ola de criminalidad.

Una ola que se alimenta a diario de jóvenes que no cuentan con una
mínima visión de futuro, de acuerdo con la opinión de sociólogos,
criminólogos, psicólogos y economistas.

Un dato que se constata con las estadísticas: en los últimos siete años,
creció en un 62 por ciento en los centros urbanos del país la cantidad de
adolescentes de entre 15 y 24 años que no estudia ni trabaja, no se
encarga de las tareas de la casa y sus padres no pueden mantenerlos.

"Con los números a la vista, es posible asociar el aumento de la


delincuencia y la disminución de la edad de ingreso en el delito con el alza
muy significativa de la marginalidad juvenil registrada en esta década",
indicó el licenciado Ernesto Kritz, director ejecutivo de la Sociedad de
Estudios Laborales y director socio de la División de Estudios Laborales de
Mora y Araujo y Asociados.
El economista comparó indicadores surgidos de la  Encuesta Permanente
de Hogares del Indec y de la Secretaría de Desarrollo Social: "Existen
550.000 jóvenes de entre 15 y 24 años desertores tempranos de la
escolaridad, con la changa como única ocupación probable. Más de
230.000 de ellos pertenecen al 20% más pobre de la población, a hogares
que no pueden darles sustento".

Falta de integración
Más allá de los números, el sociólogo Juan Pegoraro coincidió en la crisis
de los ámbitos de integración de las personas -familia, escuela y trabajo-
como origen de la descomposición de la sociedad y como disparador de la
ola de criminalidad.

Para el sociólogo, "se trata de gente que ha perdido todo, incluso la


identidad. Además de plantear cuestiones sociales o morales, debemos
bucear en los interrogantes humanos. Creo que las modalidades violentas
del delito pueden ser formas crueles de expresar la disconformidad y la
resistencia".

Situándose en el contexto de una ciudad moderna, Simmel es consciente


de que la marginalidad surge de la urbanización y la industrialización de
las sociedades contemporáneas. Se suele decir que la marginalidad define
una personalidad en transición que, aislada y desprotegida, busca en vano
una oportunidad para echar raíces en un discurso o una cultura
dominante. Sin embargo, una situación de marginación cultural describe
más bien la experiencia de alguien moldeado por el contacto con dos o
más tradiciones culturales. Esa persona no suele encajar perfectamente
en ninguna de las culturas con las que ha entrado en contacto, sino que,
manteniendo una distancia crítica respecto a ambas, puede situarse
cómodamente al borde, en los márgenes de cada una de ellas.

La pobreza como agente principal de la Marginalidad:

El fenómeno de la pobreza debe ser analizado desde muchos enfoques


como lo son el económico, político, sociológico o en atención a sus
manifestaciones culturales, etc. Sin duda también tiene una vertiente de
análisis jurídico, tanto desde el aspecto meramente normativo, siguiendo
las leyes, reglamentos, decretos, acuerdos, etc., es decir, el carácter
instrumental del ordenamiento jurídico; como desde los principios y
valores sustentados por el orden jurídico, es decir, el carácter axiológico
de dicho ordenamiento, establecido de manera preponderante en el
Sistema Internacional de Derechos Humanos y en el ordenamiento
constitucional nacional. La pobreza pasa así a ser un concepto que permite
la reflexión netamente jurídica y que demanda, justamente de los
operadores jurídicos, la expresión de conceptos y argumentos que
permitan su comprensión como problema jurídico.

Cinco constataciones claves para comprender la realidad de la


pobreza en América Latina

1. En los últimos años, en los documentos oficiales de los Gobiernos y los


organismos internacionales, el interés y preocupación por la pobreza ha
asumido una connotación fundamentalmente estadística. Se discute
cuántos son los pobres, con qué indicadores identificar sus diversos
niveles, cuáles tendencias se manifiestan en la distribución de los ingresos,
etc. Y los datos que se proporcionan para América Latina como un todo y
para la mayor parte de sus países en particular, son alarmantes. En efecto,
desde hace tres décadas, la pobreza está aumentado en América Latina.
En términos relativos, en cuanto la distribución del ingreso se torna cada
vez más desigual. En términos absolutos, porque aumenta el número de
pobres y extremadamente pobres: actualmente más de 200 millones de
latinoamericanos no alcanzan a satisfacer sus necesidades básicas.

2. Pero el enfoque estadístico del tema deja en la sombra no solamente la


realidad humana que se esconde detrás de las cifras, sino también un
conjunto de hechos, fenómenos y procesos que están caracterizando
actualmente el mundo de los pobres, y que han dado lugar a una
verdadera transformación de la pobreza, a partir de la cual ella es hoy una
realidad cualitativamente distinta a la que se manifestaba treinta años
atrás. Entre tales fenómenos y procesos podemos constatar los siguientes.

3. Hasta hace dos décadas, cuando se hablaba de los pobres se hacía


referencia a aquella parte de la población que no había logrado integrarse
a la vida moderna debido a que las infraestructuras urbanas, productivas y
de servicios (educación, salud, vivienda, etc.) no crecían lo suficien-
temente rápido como para absorber la masa social urbana que aumentaba
aceleradamente por causas demográficas, migraciones del campo a la
ciudad, etc. Los extremadamente pobres eran quienes no habían
experimentado un desarrollo cultural y laboral como el requerido por el
proceso social moderno, y constituían un cierto porcentaje de la sociedad
que se aglomeraba en la periferia de las grandes ciudades.

4. En última síntesis, aquella marginación resultaba de la reorganización


de la economía y la estructura social que se verificaba por la expansión de
las formas industriales y estatales modernas, que fueron desplazando y
desarticulando el tejido social y las actividades de producción, distribución
y consumo tradicionales, afectando especialmente a los grupos sociales
indígenas, campesinos y artesanales. Como el sector moderno crecía y ma-
nifestaba capacidades para absorber fuerzas de trabajo y satisfacer
demandas de consumo, se producía adicionalmente un efecto de
atracción para muchos que abandonaron prematuramente sus formas de
vida tradicionales y emigraron hacia las ciudades en busca de otros modos
de vida. Pero los que no lograron integrarse, no pudiendo tampoco darle
en el contexto marginal urbano un uso a sus capacidades y destrezas
laborales correspondientes a esos modos de producción campesinos y
artesanales, encontraban sólo en la acción social del sector público sus
posibilidades de sobrevivencia y de reinserción. Su actividad social tendía
a expresarse, entonces, fundamentalmente en términos reivindicativos y
de presión social.

5. Aquella pobreza y marginación residual (por nombrarla de algún modo),


sigue existiendo en la actualidad. Pero el mundo de los pobres es hoy
mucho más numeroso, porque ha sido engrosado por una masa de
personas que, habiendo anteriormente alcanzado algún grado de
participación en el mundo laboral y en el consumo y la vida moderna, han
experimentado luego procesos de exclusión: cesantía, pérdida de
beneficios sociales, subempleo, precarización, etc. Lo que ha sucedido es,
en síntesis, que el proceso industrial y estatal moderno, no sólo no pudo
absorber todas las fuerzas de trabajo y las necesidades sociales que
crecían junto con la población, sino que incluso comenzó a expeler a una
parte de quienes había en algún momento incorporado. Este fenómeno de
la exclusión no solamente afecta a los sectores populares y al mundo
obrero, sino también a capas sociales medias que se han visto
rápidamente empobrecidas por la pérdida del empleo y de beneficios
sociales que habían mantenido en muchos casos por períodos
prolongados. La pobreza en que caen estas familias resulta en ocasiones
extremadamente dura, pues la experimentan por primera vez y no han
desarrollado las estrategias de sobrevivencia cotidiana que son
connaturales a la experiencia de la pobreza vivida desde la infancia. Se
verifica también un proceso que puede entenderse como de inversión del
ascenso social de una generación a otra: muchos jóvenes populares que
habían accedido a la educación moderna y que adquieren por su
intermedio las destrezas necesarias para insertarse en el mundo del
trabajo, no encuentran las oportunidades de hacerlo y recaen en la
pobreza.

La segregación de los pobres y la segmentación de la sociedad:

Como nunca antes, la pobreza en América Latina se ha concentrado en


zonas urbanas y suburbanas de alta densidad poblacional. Diversos
fenómenos de reorganización urbana han desplazado territorialmente a
los pobres hacia comunas periféricas desprovistas de servicios básicos de
educación, salud, pavimentación, alcantarillado, transporte, etc. Comunas
y poblaciones marginales donde prácticamente no existen industrias,
donde el comercio es precario, donde los servicios públicos están a
menudo ausentes; y donde, en general, la distancia y el aislamiento
respecto a los centros residenciales de elevados niveles de vida reduce al
mínimo las oportunidades de acceder a empleos, ingresos y beneficios
derivados de la proximidad a zonas de mayor desarrollo y riqueza.

En tal contexto, a la desocupación y el subempleo que implican reducidas


oportunidades de ingresos, se agrega una exclusión multidimensional, en
cuanto las necesidades que permanecen insatisfechas son múltiples. La
pobreza deja de ser una situación relativamente transitoria derivada de la
falta de empleo e ingresos, reversible cuando éstos vuelvan a tenerse, sino
que se convierte en una condición de vida global y permanente,
incluyéndose en esto una exclusión de ciudadanía política.

La concentración y segregación espacial de la pobreza la torna al mismo


tiempo invisible para el resto de la sociedad. La vida cotidiana de los
sectores sociales empobrecidos se desenvuelve íntegramente en
territorios segregados, dando lugar a formas de vida, relaciones sociales,
pautas culturales donde se van recomponiendo identidades sociales y
formas de comportamiento que tienden a perpetuar un modo de ser y de
vivir caracterizado por la frustración y la falta de esperanzas. En estas
condiciones, las ciudades latinoamericanas se encuentran profundamente
segmentadas, existiendo entre sus sectores modernos y dinámicos y los
territorios marginales una fractura profunda, una discontinuidad no
solamente económica sino también social, política y cultural.
De la pobreza como potencial político a la pobreza como debili
dad y carencia:

Actualmente los pobres están prácticamente solos frente a sus problemas.


Veinte años atrás se pensaba que las naciones del Tercer Mundo
constituían un potencial de desarrollo y conflicto, capaz de hacer valer sus
fuerzas en el concierto internacional. Y dentro de estas naciones, se creía
que los pobres eran importantes, porque los "movimientos populares"
constituían una fuerza y una amenaza real al sistema establecido.

Muchos - intelectuales, partidos políticos, artistas - estaban con los pobres


porque creían en su liberación, y con ella, en la transformación social, sea
en términos revolucionarios o evolutivos. Actualmente el mundo de los
pobres ha perdido gran parte de su fuerza, su organización y su capacidad
de lucha. La pobreza, en cuanto fenómeno social, se manifiesta en su
cruda condición de debilidad y carencias. Los pobres no tienen fuerza
social y política. Por eso se han quedado solos. El que se pone al lado de
los pobres no obtiene ventajas, ni siquiera reconocimiento genuino. Hace
treinta años hacer una "opción por los pobres" constituía para muchos un
motivo de orgullo. Hoy se la considera, en el mejor de los casos, un acto
que deja fuera de la historia y que hace perder oportunidades. Por eso los
pobres han dejado de interesar a los partidos políticos, a las
universidades, a los intelectuales. Si en la década de los sesenta la pobreza
y la liberación de los pobres era el gran tema de los sociólogos e
intelectuales, que produjeron bibliotecas sobre la cuestión social, hoy lo
que interesa es la modernidad y el paso a la postmodernidad. No ya la
transformación, sino la globalización.

Los Gobiernos y los partidos políticos hablan todavía de la pobreza;


pueden incluso afirmar que es su gran preocupación. Pero no actúan
consecuentemente con el interés manifestado. Basta considerar dónde
son colocados y tras qué objetivos se utilizan los principales recursos del
sector público. La principal preocupación es mantenerse vinculados a los
mercados internacionales y a sus sofisticadas dinámicas: la revolución de
la informática, las innovaciones bio-ingenieriles, las nuevas tecnologías, el
consumo sofisticado, los nuevos instrumentos de la especulación
financiera.

La pobreza como amenaza a la seguridad y al medio ambiente


Aunque se encuentre concentrada y segregada territorialmente, y aunque
haya perdido gran parte de su potencial de lucha y acción, la pobreza
continúa presentándose como un peligro para el resto de la sociedad. Por
un lado, la pobreza crea inseguridad ciudadana, porque genera
delincuencia y porque, sin expectativas de ocupación y de ingresos
mínimos, sin esperanzas de progreso e integración por conductos
normales, toman cuerpo en el seno del mundo popular comportamientos
y actitudes de rechazo y rebeldía social que no se encauzan por medios
políticos, sino que generan acciones inorgánicas que se expresan a
menudo en formas violentas y antisociales que atentan contra las
personas y la propiedad. Para muchos, la acción delictual se presenta
como el más fácil y accesible expediente para resolver los problemas de la
subsistencia y para acceder a niveles de consumo a los que son excitados
por la publicidad y los medios de comunicación de masas. Como
consecuencia de ello, toda América Latina se encuentra afectada por
crecientes fenómenos de inseguridad ciudadana. La mayor parte de los
habitantes de las grandes ciudades viven atemorizados por la
delincuencia, ante la cual reaccionan desplegando comportamientos
defensivos que reducen consistentemente sus márgenes de libertad.

Por otro lado, la pobreza contamina y amenaza el equilibrio del medio


ambiente. La pobreza agrava el problema ecológico. Grupos humanos
extremadamente pobres concentrados en zonas densamente pobladas de
precaria urbanización, carecen de medios para cuidar y limpiar su medio
ambiente inmediato. El efecto negativo del polvo que se levanta en calles
sin pavimentar, del humo que libera la combustión de la madera, de los
desechos y basuras que no obtienen adecuada canalización, se expande
por la atmósfera y las aguas contaminando la ciudad y su entorno agrícola,
con consecuencias muy serias para la salud de toda la población.

Perspectiva psicológica de la pobreza.


El estudio psicológico de la pobreza ha tenido un crecimiento vertiginoso
en los últimos diez años. Se han realizado investigaciones y publicado
libros y artículos científicos en diversas áreas de la psicología. Los
hallazgos másrecientes han sugerido que existe una relación directa entre
vivir en pobreza y el desarrollo o presencia de ciertas características
psicológicas, entre ellas diferencias individuales (rasgos de personalidad,
propensión a enfermedades mentales, diferencias en inteligencia y
habilidades específicas), e igualmente diferencias en el desarrollo del
lenguaje, en la adquisición de nuevos conceptos y en la motivación, entre
otras variables. Dentro de las más importantes para la movilidad social se
han encontrado el locus de control, la autoeficacia, el no tener depresión y
ser parte de unas redes de apoyo positivas. En el presente trabajo se hizo
una revisión de los aportes de la psicología al entendimiento de la
pobreza. Se realizó un estudio descriptivo acerca de la autoeficacia.

La psicología ha abierto nuevos caminos de investigación y nos muestra


nueva información sobre viejos problemas. 

En todo el mundo, los estudios psicológicos encuentran nuevos resultados


sobre la pobreza y las consecuencias inesperadas de la escasez. En primer
lugar, se ha establecido que la pobreza tiene graves efectos en términos
de depresión, ansiedad y bienestar psicológico general. Pero sus efectos
son más profundos y pueden perpetuar el ciclo de la pobreza. Utilizando
experimentos de laboratorio, investigadores de las universidades de
Harvard y Princeton descubrieron que el estrés causado por
la pobreza lleva a las personas a tomar decisiones económicas de corto
plazo y arriesgadas, y que la propia pobreza reduce la capacidad cognitiva
y la capacidad para realizar tareas. Este efecto reduce aún más sus
posibilidades de escapar de la pobreza. Un agricultor o un trabajador
informal no invertirá en activos productivos o ahorrará dinero si no sabe si
mañana podrá poner comida sobre la mesa. La pobreza no es solo un
número ni una estadística; la pobreza es una fuerza que rompe a las
personas y destruye su capacidad. 

Nuestro enfoque tradicional para hacer frente a estos problemas ha sido


poner nuestra energía en la generación de empleo o las políticas sociales,
ambas muy positivas. Pero ¿son suficientes? Resulta que varias
intervenciones han abordado exitosamente la pobreza al enfocarse en sus
consecuencias. Aunque algunos dicen que debemos centrarnos primero
en el desarrollo económico y al último en la salud mental, la verdad es que
estos dos están intrínsecamente relacionados. Hay estudios que
demuestran que las sesiones de terapia grupal pueden tener efectos
económicos positivos, y que estos pueden sostenerse en el largo plazo.
Por ejemplo, el investigador Chris Blattman probó proporcionar dinero en
efectivo, terapia o ambos a jóvenes ex combatientes en Liberia. Se trabajó
con alrededor de 1.000 de ellos durante 8 semanas.

Se encontró que los mejores resultados se obtuvieron en los grupos que


combinan transferencias de efectivo y terapia, y que esto redujo la
tendencia al crimen y la violencia, y mejoró los ingresos. Del mismo modo,
la académica Victoria Baranov trató a las madres que sufren de depresión
posparto en Pakistán. Los efectos fueron sorprendentemente duraderos; 6
años después, se descubrió que las madres tratadas tenían mejor control
sobre el gasto en el hogar e hicieron mejores inversiones en el bienestar
del niño. Estas intervenciones capacitaron a los líderes de la comunidad
local y los costos fueron mínimos. 
Como ocurre muchas veces en la explicación de los fenómenos
psicológicos, las relaciones entre pobreza y salud mental siguen una
lógica circular, de tal modo que las condiciones socioeconómicas adversas
incrementan el riesgo de experimentar problemas psicológicos, a la vez
que la enfermedad mental implica un mayor riesgo de exclusión social.
Catherine De Carlo, investigadora de la Loyola University Chicago, y sus
colaboradoras, han llamado recientemente la atención sobre este hecho
en un estudio de revisión, donde además señalan algunos de los factores
que inciden en la perpetuación de esta asociación entre pobreza y
enfermedad mental.

Como señalan estas autoras, la pobreza supone un conglomerado de


acontecimientos estresantes de todo tipo, tales como tensiones
económicas, conflictos familiares, cambios del lugar de residencia,
desempleo, menores oportunidades educativas, mayor riesgo de
exposición a situaciones violentas y traumáticas, discriminación social, etc.
En definitiva, las personas que se encuentran en situación de pobreza
están sometidas a unas circunstancias sobre las que difícilmente tienen
control, y sus vidas transcurren en una sucesión cronificada de
acontecimientos adversos. Esta exposición continuada al estrés se ha
relacionado con consecuencias negativas, como por ejemplo, una mayor
incidencia de depresión, ansiedad, trastorno por estrés postraumático,
adicciones, problemas sociales y delincuencia, o dificultades académicas,
entre otras. Por otra parte, dándole la vuelta al círculo, la enfermedad
mental implica también un mayor riesgo de pobreza. Así, los problemas
psicológicos y sociales pueden interferir con el nivel educativo y/o laboral
que una persona puede llegar a alcanzar, ya que una enfermedad mental
no tratada supone, en muchos casos, un grado de dificultad añadido en
este sentido. Además, las personas con trastorno mental no pocas veces
han de hacer frente al estigma social y a los prejuicios, lo que implica una
barrera añadida -quizá más difícil de saltar aún- a la hora de encontrar un
trabajo y disminuir así el riesgo de pobreza y exclusión.

El problema es más grave aún si tenemos en cuenta que, hoy en día, un


número creciente de personas se encuentran bajo el umbral de la
pobreza o en riesgo de cruzarlo. En América Latina, se estimaba en 2012
que 167 millones de personas vivían en situación de pobreza,
representando el 28.8% de la población. En los Estados Unidos, país en el
que se enfoca el estudio de DeCarlo et al. (2013), y que se supone uno de
los más avanzados del globo, las cifras tampoco son positivas. Según
informan las autoras, 46.2 millones de personas, el 15.1% de la población,
viven en este país bajo el umbral de la pobreza, cifra que se ha
incrementado desde 2007, tras el comienzo de la crisis económica. En el
Viejo Continente, los datos de Eurostat indican que, en 2008, el 23.6% de
la población en la Europa de los 27 se encontraba en riesgo de pobreza o
exclusión social, mientras que esa proporción se había elevado al 24.2%
en 2011, lo que representa la cifra de 119.6 millones de europeos. De
manera alarmante, el riego es mayor aún entre la población infantil,
donde esta tasa sube al 27%. En definitiva, una considerable proporción
de la población podría encontrarse al filo del tornado que mezcla pobreza
y enfermedad mental, o ya está dentro esta espiral.

Impacto psicológico de la desigualdad económica

¿Cómo nos afecta la desigualdad económica psicológicamente? ¿El hecho


de que los ricos son cada vez más ricos mientras que los pobres son cada
vez más pobres condiciona la manera de comportarnos y relacionarnos
con las personas de nuestro entorno? Investigaciones recientes indican
que las personas que viven en sociedades más desiguales tienden a
desconfiar más de los demás, a competir más por los recursos económicos
y aumentan su tolerancia hacia la misma desigualdad, lo que redunda en
el mantenimiento o incluso el incremento de la desigualdad.

La desigualdad económica, esto es, la forma en la que se distribuyen los


recursos entre los miembros de una sociedad, se ha incrementado
considerablemente en las últimas décadas, intensificándose en los últimos
años debido a la crisis (EUROSTAT, 2016). Esto no solo se relaciona con
cuestiones económicas: las personas que viven en sociedades más
desiguales tienden a padecer más problemas de salud, obesidad,
embarazos no deseados, abuso de drogas y suelen estar envueltos en más
crímenes (Wilkinson y Pickett, 2009). Aunque la naturaleza de estos datos
es correlacional, el hecho de que la desigualdad preceda temporalmente a
dichas variables, su consistencia y la dificultad para identificar variables
alternativas que pudieran explicar esta relación apoyan la idea de que la
desigualdad podría ser uno de los antecedentes de estos problemas
sociales (Pickett y Wilkinson, 2015). Además, diversos estudios realizados
en contextos de laboratorio en los que se manipula la desigualdad
refuerza la idea de dicha relación causal (p.ej., Nishi, Shirado, Rand y
Christakis, 2015).

Algunas investigaciones han examinado los procesos psicológicos que


podrían explicar las razones por las que la desigualdad económica se
relaciona con dichos problemas sociales. Un reciente artículo de revisión
mantiene que podría haber dos mecanismos psicológicos implicados
(Buttrick y Oishi, 2017). En primer lugar, Buttrich y Oishi sugieren que la
desigualdad económica está asociada con una mayor desconfianza
generalizada. Las encuestas llevadas a cabo internacionalmente muestran
que quienes viven en sociedades más desiguales manifiestan tener menos
confianza en los demás, tienden a mostrarse menos agradables con los
demás y a participar menos en actividades sociales. Además, en contextos
de mayor desigualdad las personas de diferentes clases sociales tienden a
interactuar menos entre ellos, ya que suelen vivir en diferentes barrios,
llevar a sus hijos a diferentes colegios, tener diferentes preferencias de
ocio, etc. Esta segregación les podría llevar a percibir que las personas de
distintas clases sociales no comparten un destino común, lo que hace
difícil construir un sentimiento de confianza entre ellos (Rothsten y
Uslaner, 2005).

En segundo lugar, la desigualdad económica aumenta la competición por


el estatus. Las encuestas internacionales muestran que las personas que
viven en sociedades más desiguales tienden a darle más importancia al
respeto, al éxito y a ser admirados por los demás (Paskov, Gërxhani y van
de Werfhorst, 2013). Asimismo, las personas que viven en países más
desiguales es más probable que experimenten sentimientos de ansiedad
por la posición que ocupan en la jerarquía social y teman ser
menospreciados si no disfrutan de cierto estatus social. Quizás como una
forma de combatir esta ansiedad, las personas que viven en países más
desiguales tienden a valorarse a sí mismas más positivamente (Loughnan y
col., 2011). También el consumo de productos que reflejan estatus puede
convertirse en otra estrategia para lidiar con la ansiedad por el estatus. En
esta línea, Walasek y Brown (2015) encontraron que en los estados más
desiguales de Estados Unidos la gente busca más productos de marcas de
lujo y joyería a través de Google.
Concluyo dejándote unas preguntas para reflexionar:

1. Usted como profesional en salud mental ¿Cómo ayudaría a


una comunidad salir de la marginalidad en que se encuentra?
2. Con su propia palabra, ¿Qué usted entiende por
marginalidad?
3. ¿Cree usted que la prostitución es un acto de marginalidad?
4. ¿Cuáles aporte usted puede sugiere a una persona para que
salga de la pobreza?
LA PROSTITUCION

INTRODUCCION
La prostitución ha sido entendida por los enfoques tradicionales como una
cuestión moral, de salud y legal que ha señalado, excluido del entorno
social a la mujer que la ejerce, a tal punto de transformar a la prostitución
en un problema de género, se ha insertado en los imaginarios sociales,
limitando la posibilidad de comprenderlo como un oficio dentro de los
múltiples que las mujeres pudiesen ejercer. El fin de este artículo es
presentar una reflexión acerca de las dificultades que desde la
comprensión teórica de la prostitución ha limitado el aceptar en el
imaginario social a este oficio como un trabajo. Agustín (2005, 2007)
señala que existen abundantes estudios sobre la forma como las personas
llegan a convertirse en prostitutas y cuestiones anexas; las conductas de
riesgo y la prevención del VIH; datos epidemiológicos variados y la
relación entre prostitución y criminalidad. Lamenta la falta de estudios
culturales como los que ella realiza.

Este enfoque tradicional es, en parte, el responsable de que aún no se


haya reconocido a la prostitución como un trabajo en la inmensa mayoría
de las legislaciones y a la mujer que la ejerce, las garantías y derechos
laborales. El camino que se desea seguir en el presente artículo parte de
las perspectivas jurídicas desde las que se ha comprendido y regulado el
ejercicio de la prostitución y arriba a las razones por las cuales no ha sido
posible que se reconozca como un trabajo.

Las razones por las cuales la prostitución no se reconoce como trabajo


provienen, por un lado, de un discurso jurídico dominante de cuño
abolicionista, y por otro de las razones de género que condenan el
ejercicio autónomo de la sexualidad femenina. Estos dos discursos
dominantes se influyen mutuamente; de modo que el derecho legitima el
control de la sexualidad femenina y con ello el ejercicio de la prostitución
entre otros; y a la vez, cuando la norma jurídica se critica, se defiende
invocando los discursos de género que están bien posicionados.

A finales de la década de los 80, se cuestiona la inclusión de los estudios


de prostitución en los campos de la sociología de la marginación y la
sociología de la desviación y se comienza a encuadrarlos en el campo más
neutro y más productivo de la sociología del trabajo. El razonamiento al
respecto señala que, si se parte de los supuestos de la desviación y la
marginación, se resaltan los aspectos diferenciales y se omiten las
semejanzas que esta actividad tiene con otras opciones laborales. En las
últimas décadas los historiadores comienzan a incluir la prostitución en los
estudios de las estrategias de supervivencia que acompañan la
proletarización de los campesinos y los desplazamientos de población (p.
138).
En la mayor parte de las culturas la manera aceptada de satisfacer este
deseo es en el contexto de relaciones afectivas. El ser humano ha
empleado y emplea muchas otras formas para saciar sus impulsos
sexuales, tanto de anera consensuada como de manera no consensuada:
la búsqueda de sexo no afectivo con otras personas,
el acoso, la violación y otras muchas, entre las que se encuentra la oferta
de dinero. Es esa oferta de dinero el motor que pone en marcha las muy
variadas formas de prostitución.
Otro tanto hay que decir de la prestación esporádica de la propia mujer a
ciertos parientes o compañeros, uso que existía en algunos pueblos
e Áfricaoriental (y también en otros países), comparable al fus primae
noctis de los señores medievale.

Antecedentes históricos de la prostitución


La prostitución es la profesión más antigua del mundo, eso es algo que
todos escuchamos alguna vez pero ¿a qué fecha debemos remontarnos
para comprobarlo? Siempre se dice que en el Imperio Romano se
practicaba la prostitución y por ende, tomamos esa fecha como “el
origen”, pero no es la adecuada.
Eso sí, no podemos negar que tanto en la Antigua Roma, como en la
Antigua Grecia, la libertad sexual permitía que este tema no sean tomados
como tabú, sino con total naturalidad. Eran civilizaciones mucho más
evolucionadas que la nuestra comprendiendo la sexualidad en todos sus
sentidos, incluso con la homosexualidad, pues era venerado el cuerpo
humano como belleza, independientemente de ser hombre o mujer, y eso
lo podemos apreciar en el arte de la época.
Prostitución en Mesopotamia y zona Mediterránea

Desde que existen registros históricos encontramos la prostitución como


un oficio y su origen se remonta al siglo XVIII a.C. en la antigua
Mesopotamia, donde ya existían ciertas “leyes” que protegían a las
mujeres que realizaban este trabajo. El Código de Hammurabi, la
“Constitución” más conocida por todos, ya regulaba los derechos de
herencia de todas las prostitutas.

En el caso de Babilonia, y siguiendo los textos de Heródoto y Tucídides, los


dos más grandes Historiadores griegos, vemos una norma diferente,
donde se obligaba a todas las mujeres a prostituirse al menos una vez en
sus vidas con un extranjero como muestra de la hospitalidad, acto que se
hacía en el Santuario de Militta. A cambio, recibía un pago. Si bien puede
ser considerado un acto “bárbaro” por obligar a alguien a hacerlo,
debemos tener en cuenta que no estaba mal visto en absoluto. El
contexto histórico cambia absolutamente todo.

Los fenicios y griegos de la Edad del Bronce también la practicaban


en honor a Astarté, la diosa de la fertilidad y la madre naturaleza. Incluso
en Israel se realizaba, aunque estaba prohibida por la ley judía.

La Biblia también hace una referencia en el Génesis, 38, donde Tamar se


hace pasar por prostituta en una carretera y es contratada por Judá,
aunque en esta alegoría no lo hace por otro motivo que el quedar
embarazada de éste.

Prostitución en Fenicia

En Fenicia se daba una situación un tanto compleja y que atendía a las


creencias religiosas de esa civilización mediterránea. Según la tradición,
solían realizarse ciertas ceremonias en honor a la diosa de la fecundidad,
donde las mujeres se golpeaban a sí mismas y luego ofrecían sus cabellos
a la diosa. Quien no quería perderla, debía acudir a un “mercado”, por así
llamarlo, donde sólo podían entrar ellas y personas extranjeras. En ese
sitio estaban obligadas a entregarse la cantidad de veces que fuesen
requeridas, y con la recaudación obtenida se adquirían diferentes
ofrendas para la misma diosa.

Prostitución en la Antigua Grecia

Ahora dejamos la antigüedad más dura para alcanzar la Grecia Clásica,


donde aparece por primera vez el término “porne”, derivado de “pernemi”
(vender), una acepción que a todos nos resulta conocida. En este
período tanto mujeres como hombres jóvenes realizaban la
prostitución y todos podían llegar a ser totalmente independientes y
libres, pero sí era necesario que utilizaran vestimenta distinta al resto,
como también era obligatorio que pagaran impuestos, algo no
discriminatorio sino una obligación de los trabajadores.

Prostitución en la Antigua Roma

Dejamos Grecia para hablar de otra gran civilización, Roma, donde


podemos encontrar por primera vez el término “Prostitutere”, cuya
traducción era “exhibir para la venta”, evidentemente, el propio cuerpo.
Roma es quizá el “paraíso de la prostitución” por ser algo más que
habitual, pero también por la enorme libertad sexual existente, tanto
para hombres como para mujeres. Ellos podían tener relaciones con
quienes quisieran sin ningún problema, al igual que ellas, aunque en el
caso de las mujeres, incluso las casadas, sólo debían mantener una serie
de códigos morales y sociales, pero nada les impedía disfrutar al máximo
su sexualidad.

Las prostitutas romanas serían como las modernas “escorts”, mujeres


muy educadas tanto para dar placer como para mantener una
conversación con altura, e incluso había muchas de gran nivel que
cobraban un buen dinero, pero sólo ofrecían sus servicios para los más
altos cargos.
En el caso de las prostitutas en roma, podemos encontrar varias clases de
prostitutas como las cuadrantarias, llamadas así por cobrar un cuadrante,
que serían las prostitutas más bajas de todas. También encontramos
las felatoras, que como podemos imaginar, eran llamadas de este modo
por ser expertas en el arte de la felación.

Prostitución en la cultura Azteca

Según algunos registros, era algo común la prostitución en el Imperio


Azteca. Eran conocidas como “āhuiyani”, una forma eufemística de decir
“tener lo necesario o estar feliz. Las autoridades políticas y religiosas
permitían la prostitución siempre que se realizara junto a los caminos o en
los edificios destinados para tal fin, conocidos como “Cihuacalli”,  si bien
las mujeres que ejercían cobraban dinero por ello, no tenían un estatus
social elevado, sino todo lo contrario.

Prostitución en la Edad Media en Europa

La Edad Media es una época histórica de grandes contradicciones


respecto a la prostitución. Es, como todos sabemos, un período histórico
dominado por la Iglesia y por ende, la “fornicación” es considerada un
pecado. Pero por otro lado, existía una cierta tolerancia universal por
parte de todos, incluyendo las autoridades religiosas.

Así lo vemos en diversos Estados de gran poder como Venecia, cuyo Gran


Consejo en el año 1358 declaró que “la prostitución es absolutamente
indispensable para el mundo”. Incluso la Iglesia la permitió en algunos
sitios, aunque era necesario que se distinguiesen de las “mujeres
decentes”, por lo que su vestimenta era diferente a las de las demás.
En Florencia por ejemplo, era frecuente que llevasen campanas en sus
sombreros y guantes, en tanto que en Milán llevaban un manto negro.
Muchas otras ciudades observaron el negocio y crearon burdeles para
generar ingresos a través del oficio más antiguo del mundo,
gestionándolos el mismo Estado.

Pero tampoco ha sido fácil para las prostitutas, pues muchos Estados se


esforzaron por erradicarlas por completo desterrándolas o enviándolas a
zonas suburbanas que pronto se convirtieron en barrios marginales,
aunque esto no detuvo el ejercicio de la prostitución pues la demanda era
demasiado grande, incluyendo personas de la nobleza o incluso a
miembros del Clero.

La prostitución en el Renacimiento

El Renacimiento es conocido por el surgimiento de una nueva concepción


del mundo respecto al ser humano, aunque en realidad se retomasen ciertos
valores de la antigüedad que se habían perdido durante la Edad Media.

Esta transformación es apreciable incluso en la prostitución, aunque


debemos recordar que de todos modos, la sexualidad aún seguía siendo
un tema “tabú” debido a la fuerte asociación entre los Estados y la
Iglesia, aunque ésta ya no ejercía tanta presión sobre aquellos como en
siglos anteriores.
La prostitución se continuaba observando como un “mal necesario” para
satisfacer necesidades básicas de las personas (especialmente hombres,
teniendo en cuenta el contexto histórico), aunque surge una nueva
condición: no se podía ejercer con judíos, sino siempre con cristianos,
especialmente en territorio español.

La prostitución en la Época Moderna


En la Época Moderna sucede algo muy particular: prácticamente
desaparece la figura de la “prostituta”, pero aparece una figura que se
asimila, según la historiografía actual, a la de la prostituta: la cortesana.
Sin embargo, debemos tener cuidado al equiparar una cortesana con una
prostituta, pues este paralelismo se comienza a realizar en el siglo XIX,
pues durante la Modernidad, la cortesana era simplemente un miembro
más del séquito del Rey y no necesariamente debían ejercer el oficio,
aunque sin duda hay muchas mujeres célebres en esta época.

Uno de los personajes más importantes de esta época es sin duda Ninón,


pseudónimo de Anne de Lenclos, quien tuvo más de 5.000 amantes a lo
largo de su vida, además de ser una de las más serias confidentes de Luis
XIV de Francia “El Rey Sol” y el gran Historiador del Arte y hombre de
letras Horace Walpole (1717-1797) la llegó a bautizar como “Notre Dame
des Amours”.

Nació en 1620 y fue hija del señor de la Douardière Henri de


Lenclos, convirtiéndose prontamente en cortesana de la corte de Luis
XIII, hasta que en 1667 estableció el célebre salón de L`Hotel Sagonne en
París, el que era frecuentado por grandes figuras literarias y políticas de la
época, donde debemos incluir al joven Arouet, quien más tarde sería
conocido como Voltaire, y a quien Ninón le legó en su testamento 1000
coronas para que pudiese ampliar su biblioteca.

¿Por qué atraía a grandes personajes de la época? Su cultura, su facilidad


con las letras, su gran ingenio y enorme sentido común, le hicieron ganar
el respeto no sólo de los intelectuales del momento, sino también del
propio Luis XIV, quién solía tener encuentros con ella para solicitar
consejos políticos y de quién declaró sobre ella que “Sus contradicciones
preservan la urbanidad”.

Pero no sólo Luis XIV le tomó como confidente, sino que también lo hizo
la Reina Cristina de Suecia, quien solicitó entrevistarse personalmente
con ella para recibir sus opiniones. También podríamos incluir al Cardenal
Richelieu entre los interesados en Ninón, quien le ofreció una gran
cantidad de dinero por pasar una noche con ella, y aunque la cortesana
aceptó el dinero, los rumores afirman que fue otra persona la que se
presentó en la habitación del Cardenal.

Dejando a un lado a Ninón, debemos destacar un aspecto curioso de las


cortesanas: en grandes capitales como fueron Roma o Venecia, se debió
reglamentar el número de cortesanas por la gran cantidad que había, y
todas quedaban regidas por una “Reina”, quién se responsabilizaba de
hacer cumplir todas las reglamentaciones policiales para que las
cortesanas no tuviesen problemas.

La prostitución en los inicios de la Época Contemporánea

En los inicios de la contemporaneidad y debido a la existencia de


monarquías en toda Europa, las prostitutas continuaron ejerciendo su
oficio como “cortesanas” y en el siglo XIX encontramos algunos nombres
muy interesantes, siempre relacionados con reyes del continente.
La primera cortesana de la que debemos hablar es “La Bella
Otero”, Agustina Otero Iglesias (o Carolina Rodríguez), quién pasó

Su infancia fue muy conflictiva, lo que le llevó a abandonar su hogar a los


11 años de edad, dedicándose a viajar con unos cómicos ambulantes
portugueses durante seis años, hasta que a los 17 decidió abandonar la
compañía y dedicarse a bailar en sitios de mala muerte donde ejerció la
prostitución e incluso, se sospecha que la mendicidad.

A los 20 años, uno de sus amantes, un banquero francés al que conoció en


Barcelona, le comenzó a promocionar como bailarina en Francia,
trasladándose con él a Marsella hasta que le abandonó para
promocionarse ella misma. Al poco tiempo se hizo conocida en todo el
país, haciéndose célebre tanto por su instinto para la danza (pues no era
profesional), como también por sus orígenes españoles en el ambiente
francés, que lo veían como exótico.

Se dedicó también al canto y a la actuación, y fue con este ramo artístico


con el que más sensación causó, llegando a interpretar incluso obras como
“Carmen” de Bizet o “Nuit” de Nöel. Su carrera aquí despegó, llegando a
viajar a Nueva York o Rusia, donde coincidió en 1890 con Rasputín, y éste
a su vez le presentó de forma discreta al zar Nicolás II (1868-1918), a la
postre, su amante.

De este modo llegó al escalón social más alto, donde no sólo fue amante
del zar ruso, sino también de los reyes Alfonso XIII de España, Eduardo
VII de Inglaterra, Guillermo II de Alemania y Leopoldo II de Bélgica, o del
gran industrial estadounidense  Cornelius Vanderbilt y el político francés
Aristide Briand (uno de los precursores de la unidad europea).

Es tiempo de pasar a otra cortesana y quizá, la más importante de todo el


siglo XIX: Lola Montez, cuyo nombre real es Marie Dolores Eliza Rosanna
Gilbert (1818-1861), quien se cree tuvo más de 4000 amantes a lo largo
de su vida, incluyendo al rey Ludwing I de Baviera, y a personajes muy
conocidos de la época como Alejandro Dumas o el compositor Franz Liszt.

Conceptos acerca de la prostitución o trabajadora sexual

Una prostituta es aquella mujer que presta servicios sexuales sin que
medie ningún tipo de afecto o cariño con la otra persona, y a cambio ésta
última le entrega una determinada suma de dinero o cualquier otro tipo
de retribución que implica un beneficio económico para quien da el
servicio.

Será tan prostituta aquella mujer que se para en una esquina y le ofrece a
cada uno que pasa su servicio como aquella mujer que se entrega
sexualmente a otro porque pactó la entrega de algún bien económico.

La prostitución es una actividad, una profesión, en la cual la persona que


la despliega le concede a otro individuo que le paga actividades sexuales.

La prostitución es la práctica de mantener relaciones sexuales con otras


personas a cambio de dinero u otros beneficios económicos. La
prostitución es ejercida mayoritariamente por mujeres (llamadas
«prostitutas») y niñas (prostitución infantil), mientras que los clientes son
mayoritariamente hombres.12 También existe, en menor medida,
la prostitución masculina, donde los clientes también son generalmente
varones.

Tradicionalmente, la prostitución se ha ejercido en sitios destinados a


este fin, llamados «burdeles» o «prostíbulos». Estos han sido
habitualmente casas regentadas por un proxeneta, en las que hay
prostitutas y habitaciones privadas para practicar la prostitución. También
se practica en aceras de calles urbanas y laterales de carreteras
industriales, así como en bares y discoteca, hoteles y a domicilio.

La figura de la prostituta está frecuentemente ligada a la del proxeneta,


persona que induce a la prostitución obteniendo un beneficio económico
de ello.45 Los proxenetas obtienen una parte de los beneficios de las
prostitutas. Esta relación se puede dar de mutuo acuerdo a cambio de un
servicio de mediación o protección, o bien se puede dar mediante
extorsión,6 violencia física o secuestro.7 La prostitución forzada se engloba
dentro del comercio ilegal de personas conocido como trata de personas.

A lo largo de la historia ha existido una gran cantidad de términos tanto


para referirse a la prostitución como a las personas que la practican, a los
clientes, a los lugares y a las actividades relacionadas. Los distintos países
de habla hispana usan distintos términos coloquiales como sinónimo de
prostituta, con mayor o menor carga despectiva, existiendo una gran
cantidad de términos en cada variante dialectal del español, algunos
empleados históricamente, y otros aún en uso.

Trabajar de manera autónoma o bajo la presión de un proxeneta o red


de trata
Las prostitutas pueden llevar a cabo su actividad de manera
independiente, es decir, son ellas mismas las que acuden a lugares
nocturnos o a determinados barrios en los que exhiben su cuerpo para así
atraer a los clientes.

En esta modalidad la prostituta es su propia jefa y no debe rendirle


cuentas a nadie.

Mientras que también es corriente que las prostitutas trabajen bajo la


órbita de un proxeneta, que normalmente es un hombre que les consigue
trabajos y cobra un porcentaje de los clientes que la prostituta atiende.

Sin lugar a dudas esta modalidad es una de las que más complicaciones le
genera a la prostituta porque terminan siendo esclavas de los proxenetas
quienes las explotan y las maltratan y prácticamente no les dejan
ganancias.

Por otra parte, hay muchas prostitutas que ejercen su trabajo en lugares
especializados llamados prostíbulos.

Los mismos cuentan con espacios destinados a la exhibición de la mujer,


pistas de baile donde la prostituta seduce a los potenciales clientes.
Y también disponen de otros espacios privados a los que la prostituta y
el cliente acuden para mantener relaciones sexuales, una vez que
acordaron la prestación del servicio.
La de la prostitución es una ocupación que se practica desde tiempos
inmemoriales, prácticamente desde que el hombre es hombre ha existido
y aunque siempre ha estado rodeada de polémicas y quienes la despliegan
han padecido y padecen discriminación, no se vislumbra de ningún modo
su erradicación ni mucho menos.
Así por ejemplo, en tiempos del imperio romano era sumamente popular
la práctica de la prostitución religiosa que consistía en practicar sexo pero
en el marco de algún precepto religioso.
Si bien la prostitución es un trabajo que hacen tanto hombres como
mujeres, cabe destacarse, que es más recurrente que las mujeres lo
practiquen.
Mientras que a la mujer que la lleva a cabo se la designa como prostituta,
al hombre se lo llamará genéricamente como prostituto y dependiendo
del lugar del mundo nos podremos encontrar con denominaciones
especiales como ser: gigoló, taxiboy o chapero.

Ahora bien, es importante mencionar que a pesar que el ejercicio de la


prostitución se haya sumamente instaurado en las sociedades de todo el
mundo, el mismo no es legal ni está bien considerado por la mayoría y
además suele estar asociado a otros delitos como el narcotráfico y la trata
ilegal de personas.
Excepto en Alemania y en Holanda donde la actividad está regulada, en el
resto del mundo todavía sigue siendo una actividad ilegal.
En los lugares del mundo en los que la prostitución está regulada, las
trabajadoras sexuales cuentan con la posibilidad de acceder a cobertura
médica y también tienen la obligación de pagar impuestos por su trabajo.
En tanto, la prostitución admite una variedad de propuestas sexuales:
heterosexual, homosexual, travestismo y transexualismo, entre otros.
Es importante que mencionemos que la prostitución puede ejercerse de
manera voluntaria, es decir, quien la ejerce lo decide per se y no es
obligada por nada ni nadie a hacerlo, mientras que por otro lado la mujer
puede ser obligada a practicarla, ya sea a instancias de un proxeneta o de
una red de trata de personas.

Causas y Consecuencias de la prostitución.

Muchas son las causas para que una persona se vea involucrada en el
ejercicio de la prostitución. También los efectos de tal actividad son
variados. Se puede ubicar las raíces de esta actividad en las condiciones
materiales de existencia de quienes la ejercen, así como en factores de
índole psicológica.
Algunas de las causas

Desempleo y subempleo 
Muchas personas poseen empleos permanentes con ingresos suficientes
que les permite cubrir sus necesidades e incluso un eventual ahorro; en
cambio otros, poseen oficios eventuales o pasajeros, donde las ganancias
son inciertas, por lo que deben recurrir a otras fuentes de ingreso. 

También se encuentra el desempleo, en el cual es más notable la


incapacidad para asumir gastos. En muchas familias con esta dificultad se
pone de manifiestos la obligación de efectuar diversas tareas y con
ingresos insuficientes. En muchos casos la madre e hijos se tienen que
dedicar a ventas ambulantes al detalle, ofrecer sus servicios como
trabajadores del hogar o trabajos en constructoras mal remunerados.

Las hijas se ven expuestas a situaciones más críticas, poco habilitadas para
trabajos que generalmente se designan a varones, se ven forzadas a
aceptar cargos como meseras, auxiliares de oficina, y otros en los cuales
las posibilidades de mejorar sus condiciones de vida son escasas, e incluso
muchas veces se inclinan por otras actividades como la "venta de su
cuerpo".

Pobreza y condiciones de vida

"La pobreza está asociada a un estado de necesidad, carencia o privación


de los bienes y servicios necesarios para el sustento de la vida; también
está vinculada a la falta de participación activa en las decisiones
colectivas, la marginación social, actitudes de desaliento y la adscripción a
una escala de valores diferenciada de alguna manera del resto de la
sociedad" 
(IV Conferencia Mundial sobre la mujer, Beijing 1995: 26).

La pobreza, en gran parte de los casos, es el punto de partida para que


una persona llegue a la condición de los trabajadores sexuales
comerciales: el mayor número de menores, adolescentes y jóvenes
prostituidos proviene de los estratos bajos de la sociedad. Sin embargo,
esto no es suficiente como explicación causal, pues no toda persona
indigente se prostituye. A la situación de pobreza se suman otros factores
predisponentes. Puede verse, analizando el caso particular de la pobreza,
que producto del acceso restringido al mercado laboral, la condición de
vida de los miembros de las familias empobrecidas se ve seriamente
afectada. Esto se traduce en las siguientes características: hábitos
alimenticios precarios, vestimenta raída y precaria, carente muchas veces
de los servicios básicos, educación inicial truncada, escaso acceso a los
bienes de consumo, entre otros. Esto da como resultado una baja
autoestima de las personas y una escasa y tergiversada visión de sus
derechos y deberes sociales. De esta manera, las condiciones de vida se
hallan condicionadas por el poder adquisitivo de los individuos. La pobreza
implica un escaso poder adquisitivo, lo cual redunda negativamente en las
condiciones materiales de existencia.

Violencia y desintegración familiar

Muchas veces se ha señalado esto como una causa principal, gran parte
de prostitutas(os) provienen de hogares disfuncionales, donde había
faltante de miembros como padre o madre (no significando que en toda
familia donde falte una figura paterna existirá un miembro que se dedique
a la prostitución, o que exista algún tipo de violencia tanto física como
psicológica)

En la violencia intrafamiliar, los hijos están más expuestos, porque ellos


son los testigos presenciales de los ataques entre cónyuges. Los niños
desde temprana edad se ven en situaciones que atentan contra su
seguridad y desarrollo integral, y en el mayor de los casos, hasta contra su
propia vida, por el abandono, la desnutrición y los golpes recibidos que
afectan también su personalidad.

Asimismo; la ausencia de uno de los padres y su eventual reemplazo por


una madrastra o un padrastro, los conflictos internos, las presiones
económicas y sociales, los desajustes emocionales, la sustitución de roles
en los menores que deben asumir funciones impropias para su edad;
afecta directamente al niño, quien crece carente de afecto y recibiendo
toda la influencia negativa, lo que indudablemente conlleva traumas
emocionales, inseguridad, baja autoestima, resentimiento y agresividad.

Abusos sexuales

La violación y otras formas de abuso sexual son una de las causas más
comunes para que las personas opten por el camino de la prostitución, y
de ésta no están libres los varones ni las mujeres. Según diversas fuentes
consultadas, entre ellas la publicación de La Razón: "Llama la atención que
gran parte de los casos de violación haya sido cometido en el seno de la
familia por personas cercanas a los menores, sean éstos los padres,
hermanos, primos, tíos, entre otros." (12 enero de 2001, pág A-24, ver
Anexos).
Lo anterior implica en muchos niños, niñas y adolescentes, verse
expuestos a una iniciación sexual precoz, a relaciones incestuosas y, a los
riesgos de una maternidad temprana y a la incorporación a la prostitución,
lo que ocasiona su discriminación social y la marginación.

Madres solteras

Un embarazo en condiciones de dependencia de la familia por parte de la


joven, puede conducir a su rechazo del propio núcleo familiar. El
abandono del hogar es la salida inminente, y la prostitución, una secuela
previsible. Esta situación se ve agravada cuando la joven carece de
formación académica que le permita enfrentar la vida. Ser madre soltera
puede ser, además de una causa, un efecto de esta situación. En este
último caso, la vida de una mujer prostituta podría reproducirse en sus
hijos(as).

Sumando a lo anterior, sería necesario considerar otros aspectos de


menor importancia, pero que también contribuyen a agudizar el problema
de la prostitución, como la influencia de los grupos secundarios (amigos-
as) o la captación de mujeres ingenuas, que ante propuestas de
popularidad y fama con buena paga caen en la explotación sexual. 
Los anteriores factores se constituyen en predisponentes y precipitantes.
Para las mujeres prostituidas, la maternidad supone una responsabilidad
enorme y a la vez una razón de vivir; la situación puede sobrellevarse,
aunque con muchos sinsabores. La depresión, por ello, es una moneda
corriente en aquellos casos en que una mujer debe mantener sola a sus
hijos, y la desesperación es también frecuente al no hallar una solución a
la situación.

Ninfomanía

Se refiere a la exaltación del apetito sexual en la mujer. Es característico su


insaciabilidad sexual y su búsqueda constante de nuevas relaciones
sexuales. Suele ser una mujer inestable. En ocasiones la ninfomanía lleva a
la prostitución. Sus causas son muy diversas, como por ejemplo, la falta de
cariño paterno o materno en la infancia, neurosis, trastornos hormonales,
debilidad mental, entre otros. "Es el equivalente femenino de la satiriasis.
Sin furor uterino, andromanía, uteromanía, histeromanía,
mesalinismo" (ALARCO, Claudio Ob. Cit: 258-9)

La ninfomanía no es una cosa para tomar a broma, sino un estado


patológico, causado por trastornos físicos o mentales. La ninfomanía no es
lo mismo que promiscuidad sexual, porque la mujer promiscua escoge a
sus compañeros. Aún cuando es posible que ella también pueda ser
emocionalmente inestable, sus necesidades sexuales no son excesivas en
forma inevitable. Por otra parte, la ninfómana sufre estado de
intensificada excitabilidad genital, que la compele a desechar inhibiciones
sociales o ideológicas y buscar el alivio a cualquier precio. La ninfómana
puede aceptar dinero, o puede pagar por el placer así como insistir en que
su pareja "cumpla su deber conyugal".

Otras causas

Las decepciones amorosas, el abandono de la pareja, el bajo nivel de


instrucción, valores y normas (pérdida progresiva o afirmación con el
grupo primario), y socialización de los roles sexuales.
Algunas de las consecuencias

Marginalidad y discriminación

El individuo que se margina de la sociedad es impulsado por la exclusión


que percibe en ésta.

En ocasiones no se habla sólo de individuos, sino de grupos enteros que


son marginados de la sociedad.
La marginación es el producto de la discriminación ya que su actividad se
halla estigmatizada y son considerados sujetos de ínfima categoría, siendo
colocados en una situación pre delictual. Los trabajadores sexuales
comerciales sufren un trato discriminatorio, no sólo por parte de la policía
ya sea por los abusos de autoridad y extorsiones, sino también por los
dueños de los locales, clientes que humillan y maltratan, por médicos y la
sociedad en general, que según ellos los desprecian y estigmatizan como a
los principales portadores de infecciones de transmisión sexual. Los
trabajadores sexuales comerciales, por lo tanto, son compelidos a llevar
una doble vida que es una constante para las personas, sean varones o
mujeres, involucrados en la actividad de la prostitución, ya que separan de
manera radical su vida laboral de su cotidianidad. De hecho, sus parientes
más cercanos muchas veces ignoran la forma de solventar los gastos que
tienen éstas personas. En el caso de las mujeres que vienen del interior, se
contentan al enviar dinero periódicamente a sus parientes. Esta situación
repercute negativamente la autoestima de ellas, ya que no pueden
compartir abiertamente su vida con las personas más cercanas por llevar
una vida despreciada, sucia y vetada por la sociedad, sintiendo que les
resta valor y dignidad como seres humanos. A la vez, se dan cuenta de que
pertenecen a la sociedad, pero no se explican por qué no merecen el
respeto como personas. Ellas mismas tienen conciencia del ambiente
negativo que les rodea, y perciben el maltrato y hostigamiento que les da
la colectividad.

Alcoholismo y drogadicción
La persona crea su adicción a partir del consumo excesivo.
El alcoholismo es una problemática que no sólo afecta al sector de la
prostitución, pero sí reviste especiales características por el hecho de que
los trabajadores sexuales comerciales desarrollan sus actividades en
ambientes indisolublemente ligados al consumo de bebidas alcohólicas.
Este consumo está aceptado en casi todas las culturas, y se le considera
como una droga social. 

De hecho puede verse también al alcohol y las drogas como una causa, ya
que muchas veces por la necesidad de dinero para conseguirlos, las
personas pagan con su cuerpo o en su defecto consiguen dinero por
medio de esta actividad para así poder comprar dichas drogas. El recurrir
al alcohol y otras drogas es tan cercano a la vida de la prostitución como
una forma de lidiar con los altos niveles de angustia que genera este
entorno.

Enfermedades venéreas

Es importante señalar que las enfermedades venéreas no se limitan a


prostitutas(os) y marginados, como muchas personas piensan. Cierto es
que, por los distintos factores, las personas que se dedican a la
prostitución y similares están más expuestas a adquirir una enfermedad
de transmisión sexual, pero también es cierto que cualquier otra persona
puede contraerlas, ya que no existe ningún tipo de inmunidad.

Se contagian más por vía sexual que por vía sanguínea y perinatal; son
factores de riesgo biológicos, sociales (drogas), culturales (lavados
vaginales, múltiples parejas sexuales, prácticas sexuales que incluyan
penetración anal o vaginal sin el uso del profiláctico).

Los riesgos a los que se exponen los trabajadores sexuales comerciales


(sobre todo las mujeres) varían desde los golpes hasta el atentado contra
su vida y el asesinato. Según diversas notas periodísticas, algunas
meretrices son secuestradas por un período de tiempo breve, violadas en
ese lapso y arrojadas a la calle. Entonces puede decirse que la violación,
los golpes y el asesinato, son los riesgos físicos a los que se exponen las
personas que se involucran en esta actividad por unos billetes más.

Los efectos psicológicos y sociales de la prostitución

Los datos que expongo provienen de serias investigaciones y trabajos


científicos. Veamos la realidad de ese falso glamour de la prostitución:

1. Exposición a situaciones de maltrato

El 86% de las mujeres que acaban ejerciendo la prostitución son


maltratadas física, psíquica y verbalmente y/o fueron abusadas
sexualmente en su infancia

2. Violencia, abuso y degradación sexual

Algunos estudios han encontrado que entre mujeres prostituidas es hasta


200 veces más probable sufrir una muerte violenta que en la población
normal.

3. Presencia de tráfico de menores

La edad media de iniciación en la prostitución es entre los 13 y 14 años


(datos de EE.UU). El panorama general y mayoritario son mujeres y niñas
abusadas y explotadas sexualmente desde su infancia y que son
disuadidas mediante una mezcla de violencia y uso del aparente glamour.

4. Vulnerabilidad de la mujer

El 90% de las mujeres prostituidas en España son importadas como


mercancías de países del este, África, oriente o Sudamérica. La mayoría
son víctimas de la pobreza, algunas son analfabetas. Esta condición no
solo es causa de su victimización sino a la vez consecuencia de
mantenerse atrapadas e incapaces de escapar. Muchas no hablan nuestro
idioma tras varios años aquí.

5. Enfermedades de Transmisión Sexual

Lógico en una actividad donde se realizan en promedio entre 20 y 30


relaciones sexuales al día, donde muchos clientes piden sexo sin
protección y donde el intercambio de fluidos corporales es inevitable,
incluyendo saliva, orina, semen y heces.

6. Efectos dañinos sobre la salud

Trastornos ginecológicos, dolor pélvico crónico y abortos forzados son


habituales entre mujeres que tienen hasta 30 relaciones sexuales al día y
podemos hacernos una idea de la delicadeza de los compradores de sexo.
En Alemania es muy normalizado, legal y publicitado como un servicio
más, el sexo con embarazadas de hasta 6 meses, incluso en grupo, con
graves consecuencias no solo para la mujer sino evidentemente para el
feto.

7. Trastornos alimentarios

Las personas que caen en la prostitución viven sin horario, que pueden


“trabajar” toda la noche y levantarse al mediodía o cuando llegue un
cliente, lo que las lleva a ir picando entre servicios y consumiendo
cafeína u otros estimulantes sin tener hora regular de desayuno, comida
o cena.

8. Adicción al alcohol y otras drogas

Estas adicciones las permite sobrevivir a la situación “anestesiadas”


además de permitir un mayor control por las mafias.
9. El 75 % son violadas

El maltrato físico extremo lo sufren la mayoría. El 95 % son atacadas


y las agresiones físicas o los abortos forzados son inherentes a su
actividad, algo normalizado y banalizado por muchos: “si están ahí será
porque les gusta”.

10. Maltrato psicológico

Los insultos y vejaciones forman parte de este mundo donde los hombres


pagan por utilizar y humillar a una mujer. La autoestima de una mujer
maltratada e insultada a diario acaba completamente destruida.

11. Depresión, ansiedad, irritabilidad e insomnio son habituales

La ansiedad y la depresión son consecuencia lógica a la situación de


desprotección, maltrato y violencia y suelen ser la base a partir de la cual
se desarrollan otros síntomas y trastornos.

12. Relaciones patológicas

Debido al estigma y realidad propios de la prostitución, se produce un


alejamiento de las familias que suele estar rodeado de mentiras y una
tendencia al aislamiento. Con el tiempo acaban relacionándose solamente
con compañeras, chulos y clientes hasta desarrollar una relación
patológica con los hombres a los que ven bajo el prisma de su relación con
los clientes. 
La mayoría ya aprendió cómo tratar a los hombres desde su infancia,
tiempo de su inicio en la prostitución o su abuso sexual.

13. Tendencia al aislamiento y falta de expectativas


El ejercicio continuado de la prostitución se convierte en un pozo de
destrucción y degradación, ya que las personas que trabajan ofreciendo
su cuerpo sienten que no sirven para otra cosa. La mayoría son
trasladadas de club cada pocas semanas con lo que se dificultan sus
relaciones sociales y arraigo

14. Posibilidad de desarrollar Trastorno de Estrés Postraumático

Lo sufren hasta el 68 % de ellas. Se trata de un gravísimo trastorno, con un


índice de sufrimiento mayor que el sufrido por veteranos de la guerra y
mayor en las que están en los clubs que las que están en la calle

15. Posibilidad de desarrollar trastornos disociativas

Trastornos disociativas como el Trastorno de


Despersonalización provocan periodos persistentes de distanciamiento de
uno mismo, o de sentirse como un observador ajeno. Estos graves
trastornos, así como la adicción a las drogas, son una forma de mitigar el
dolor y la ansiedad, a la vez que una tortura e incluso una muerte lenta. 
El suicidio también llega a ser una puerta de escape, aunque las mafias se
encargan mantener las amenazas a ellas y sus familias, y también la
esperanza de escapar, saldar la deuda o salir de ese mundo para cumplir
el sueño de una vida normal.

Prostitución infantil
Definición de prostitución infantil

Por prostitución infantil se entiende el uso de niños en actividades


sexuales a cambio de una remuneración o cualquier otro tipo de
retribución (por ejemplo regalos, comida o vestimenta). Esta actividad se
inscribe también bajo el término explotación sexual.

Estos niños trabajan en las calles o en establecimientos como burdeles,


discotecas, centros de masajes, bares, hoteles o restaurantes.
La prostitución afecta tanto a niños como a niñas. En Pakistán, por
ejemplo, más del 95% de los conductores de camiones tienen relaciones
sexuales con niños varones. Se justifica esta práctica por el hecho de que
estos conductores viven, de media, más de 21 días fuera de sus casas, por
lo tanto, estas actividades son vistas como la principal forma de
entretenimiento durante su tiempo libre.
¿Por qué elegir a niños y no a adultos?

Es más fácil abusar de un niño que de un adulto.


Los explotadores sexuales se aprovechan de la docilidad de los niños, ya
que tienen menor capacidad para defenderse. Frecuentemente, esta
actitud desviada es motivada por querer obtener un sentimiento de poder
sexual o económico, por buscar experiencias nuevas o por la sensación de
impunidad que proporciona el anonimato.
Además, en algunas culturas, la búsqueda de relaciones sexuales con
niños está justificada por mitos y prejuicios. En Asia, por ejemplo, algunos
hombres creen que el tener relaciones sexuales con niñas vírgenes muy
jóvenes evita que contraigan VIH/SIDA, e incluso que tal acto cura esta
enfermedad. Gran parte de los hombres también cree que el tener
relaciones sexuales con una virgen aumenta su virilidad, su expectativa de
vida, así como también que trae éxito en los negocios.
Causas de la prostitución Infantil
Pobreza

La pobreza es la causa principal de la prostitución. A menudo, los padres


sienten la obligación de vender a sus hijos a proxenetas porque sus bajos
ingresos no alcanzan para cubrir las necesidades de su familia. La pobreza
también conduce al abandono. Por este rechazo, los niños se ven
obligados a dejar el ambiente familiar y a vivir en las calles. Siendo
vulnerables y teniendo carencias y necesidades, se convierten en el blanco
perfecto de manipuladores, que les prometen trabajo y una
remuneración.
Dinero
Comparado con el nivel de los salarios locales, la prostitución es una
actividad muy lucrativa.
En Kenia, por ejemplo, un encuentro sexual con una niña de menos de 16
años puede costar aproximadamente 20 euros. Sin embargo, los precios
pueden llegar a los 60 euros según el caso. Mientras tanto, un keniata
gana de media tan sólo cuatro euros al día.

Huérfanos
Las guerras, las catástrofes naturales y las epidemias de VIH/SIDA
contribuyen al aumento del número de huérfanos en el mundo cada año.
Por ser tan vulnerables, estos niños aceptan cualquier tipo de trabajo. Así,
la prostitución se convierte en una forma de supervivencia, dado que es
una actividad altamente lucrativa en comparación con otro tipo de trabajo
degradante o peligroso.
Trata infantil

Constantemente, y en todo el mundo, un gran número de niños son


secuestrados e integrados en redes de prostitución contra su voluntad.

Ganancias provenientes de la prostitución

Turismo sexual

El turismo sexual, que involucra a los niños, es la explotación sexual de


menores con fines comerciales, realizada por una o varias personas que
viajan hacia otras provincias, regiones geográficas o países.

Mientras que las mujeres eligen ir a la India (Goa), a Jamaica o a Gambia,


los hombres viajan al Sudeste Asiático, Marruecos, Senegal, República
Dominicana, Cuba, Panamá, Surinam o Brasil.
Desde hace muchos años, los guías turísticos son los que proporcionan las
direcciones de los lugares donde se pueden obtener los servicios sexuales
de niños. También es posible obtener la información en internet.
Proxenetas y el crimen organizado

En la mayor parte de los casos, los niños prostituidos son controlados por
proxenetas que se quedan con una porción de los ingresos que generan.
Disminuir estas acciones es una tarea de gran dificultad.
A veces, los proxenetas suelen ser niños anteriormente prostituidos en el
mismo lugar; otras veces, en los casos de mayor escala, pertenecen a una
red global de crimen organizado.

Intermediarios
“La cadena que conecta al niño con el explotador puede ser de una
extensión de miles de kilómetros.”(1).
Los reclutadores, los transportistas, los dueños de burdeles y los taxistas
son considerados intermediarios. Incluso también los policías, que muy
frecuentemente cierran los ojos ante esta problemática.
Consecuencias en los niños

La prostitución infantil tiene efectos negativos sobre el futuro bienestar y


la salud mental del niño, dado que a menudo ellos mismos se convierten
en proxenetas.
El acceso a servicios

Los niños sometidos a explotación sexual no reciben educación. Sus


familias los rechazan y la sociedad los margina, por lo que no gozan de casi
ningún tipo de servicio médico y deben soportar condiciones de higiene
absolutamente deplorables.

La propagación del SIDA

La prostitución contribuye a la propagación del SIDA, ya que muchos


clientes se niegan a usar protección durante el encuentro sexual con el
niño. En consecuencia, estos quedan expuestos a contraer infecciones de
transmisión sexual.

Enfermedades físicas y psicológicas

En cuanto al daño físico, los niños pueden tener desgarros vaginales,


secuelas físicas (producto de torturas), dolores, infecciones o embarazos
no deseados.
Respecto al daño psicológico, los menores pueden presentar varios
síntomas; por ejemplo depresión, confusión de la personalidad o de la
orientación sexual, problemas de conducta (agresividad o enojo),
problemas para dormir, pérdida de seguridad en sí mismos, desconfianza
u odio hacia los adultos.

Tipos de prostitución.  

Tradicionalmente se ha ejercido en burdeles, casas regentadas por una


persona, donde puede haber mujeres pero también hombres (según la
orientación sexual de cada cual) y donde existen habitaciones privadas
para atender a los clientes.

La oferta de los servicios sexuales se hace en la calle, también en bares y


en clubs. La diversidad de medios de comunicación amplía la oferta a
anuncios en prensa, Internet, también anuncios en TV (en horario
nocturno). Asimismo se realizan servicios a domicilio.

La prostitución callejera quizás sea la que más nos llegue a las entrañas
(reacciones viscerales)  por su visibilidad. Las prostitutas esperan a que el
cliente haga el esfuerzo de iniciar el contacto y la posterior negociación.
Las actividades sexuales se realizan dentro del vehículo del cliente, en
algún lugar apartado o en un hotel de mala muerte.

Como es evidente, este tipo de prostitución es la que conlleva un mayor


riesgo para las prostitutas, expuestas a ataques de todo tipo. También es
la que conlleva mayores riesgos sanitarios.

La escort ofrece su compañía en un lugar o evento determinado (baile,


cóctel, boda), aparentando algún tipo de relación más o menos
sentimental para, posteriormente, ofrecer el servicio sexual.

El gigoló es el varón que ofrece sus servicios sexuales a mujeres


generalmente mayores que él.

Locales nocturnos, lugares abiertos al público. En algunos casos en el


establecimiento no hay una relación formal entre la prostituta y el local.
En otros casos, el local y la prostituta tienen una relación establecida de
común acuerdo. En ambos casos la prostituta termina su jornada en
cuanto consigue un cliente que contrate sus servicios. En estos casos
parece que ella tiene un entorno de trabajo más seguro.

Salones de masaje. Servicio de masajes con “final feliz”. Es decir, la


persona que practica el masaje, puede ser hombre o mujer (aunque
mayoritariamente son mujeres que prestan sus servicios a hombres), se
aviene a prácticas sexuales a cambio de dinero, puede que lo ofrezca el
propio local o que sea algo  privado entre masajista y cliente. Las
relaciones sexuales se realizan en el mismo lugar donde se efectúan los
masajes. También aquí las modalidades son variopintas.

Las posiciones en la prostitución

Las diversas posiciones se agrupan en torno a cuatro grupos principales: el


prohibicionismo, y el abolicionismo, el regulacionismo y el legalizador.

Prohibicionismo
El prohibicionismo consiste en perseguir la prostitución en todos sus
aspectos. Considera la prostitución como una actividad inmoral y tanto las
prostitutas como los clientes son tratados como criminales. Esta ha sido la
posición más extendida desde el siglo XIX y en la que se basan las leyes en
vigor en la mayor parte del mundo. Estas posiciones están asociadas a
corrientes ideológicas

Abolicionismo.
El abolicionismo considera la prostitución como una forma de violencia
contra la mujer que debe ser abolida por completo. Por lo tanto, la
prostituta no es vista como una criminal, sino como una víctima de
explotación; mientras que los clientes y proxenetas son vistos como
explotadores. El modelo nórdico, vigente en Suecia, Noruega e Islandia, es
el referente legal del abolicionismo, ya que ilegaliza comprar sexo, pero no
venderlo. De esta forma se persigue a los clientes para reducir la demanda
y no a las prostitutas.
Desde las posiciones abolicionistas se tiende a utilizar la
denominación «mujeres prostituidas» o «mujeres en situación de
prostitución», denominación que recibe críticas desde sectores
regulacionistas o legalizadores al considerarla inherentemente
paternalista y victimizante.

Regulacionismo
Las posiciones regulacionistas buscan regular la prostitución como una
profesión legítima. La defensa del regulacionismo se da desde distintas
corrientes de
Pensamiento liberales, progresistas y feministas. Desde un punto de
vista liberal se puede considerar que prohibir la prostitución supone
limitar la libertad individual de prostitutas, proxenetas y clientes. Desde
un punto de vista progresista se argumenta que, aunque la prostitución
pueda no ser deseable, la prohibición no consigue que la prostitución
desaparezca, sino que empuja a las prostitutas a una clandestinidad en la
que sus condiciones de vida empeoran.
Desde las posiciones regulacionistas se tiende a utilizar la
denominación «trabajador sexual» para cualquiera que ejerza la
prostitución, así como otras profesiones relacionadas con el sexo;
denominación que recibe críticas por parte de sectores abolicionistas y
moralistas, al considerar que el sexo no es un bien de consumo, y, por lo
tanto, el "trabajo sexual" no es un trabajo auténtico.
Según Tony Mac, activista y trabajadora sexual, la regulación es uno de los
caminos efectivos para la lucha contra la trata de personas y explotación
infantil. Al proveer un marco regulado se accede a una inmensa cantidad
de información y datos para entender las diferentes situaciones de las
trabajadoras sexuales.42 Según Clara Rojas, el modelo regulacionista
provee a las trabajadoras sexuales con derechos iguales a los del resto de
trabajadores, acceso a los sistemas de salud y garantías frente a la
autoridad y la justicia.
Legalizadora

Las posiciones legalizadoras (también llamadas descriminalizadoras) de la


prostitución surgen como una crítica, por un lado, a las concepciones de
base del regulacionismo, el cual trata a la prostitución como un "mal
menor", del que la mejor salida para que cause el menor daño posible es
regularlo, pero sin ayudar a desestigmatizarlo o a acabar con el estigma
puta; y por el otro, a sus consecuencias laborales, en tanto los
legalizadores tienden a acusar al regulacionismo de favorecer los intereses
del empresariado por encima de los de los y las trabajadoras sexuales, al
considerar de hecho a estos y estas últimas como clase obrera.
El modelo de Nueva Zelanda suele ser el referente legal de las
organizaciones Legalizadora. La legalización pro-derechos es defendida
por la OMS y Amnistía Internacional, así como sindicatos y colectivos
profesionales de prostitutas en los cinco continentes, incluyendo
a AMMAR en Argentina, a OTRAS, Hetaira y CATS en España, a
la Asociación Nacional de las Prostitutas de Nigeria, al Comité Durbar
Mahila Samanwaya en la India, a EMPOWER en Tailandia, a la Alianza
Escarlata en Australia y a ICRSE a nivel europeo.

Religión y prostitución

Por regla general, las religiones que rechazan el sexo sin intención
reproductiva condenan abiertamente la prostitución, aunque su actitud
hacia las prostitutas puede estar sujeta a cambios a lo largo de la historia.
En la Edad Media y en la Edad Moderna, la simple fornicación, es decir, los
actos sexuales entre solteros, son pecado, en eso no hay ninguna duda
por parte de los teólogos, moralistas, políticos, canonistas, etc. 50, pero
indican todos ellos que es el menor dentro del sexto mandamiento, siendo
los más graves la sodomía, el adulterio y la zoofilia, que precisamente la
prostitución ayuda a evitar. Esto la exime de ser pecado, aunque la Iglesia
nunca se pronunciará ni a su favor ni en su contra. La legalidad o ilegalidad
de las mujeres públicas también va a influir bastante en la opinión que
tengan la Iglesia y sus creyentes, ya que la noción de delito contiene una
ineludible correspondencia con la noción de pecado.51
La Iglesia católica, después de haber pasado por etapas de intransigencia
total hacia las prostitutas, ahora incluso las consideran sometidas a una
forma de esclavitud de la que deben ser liberadas.52 En el libro publicado
en 2010, cuyo autor es el periodista alemán Peter Seewald, titulado La luz
del mundo. El Papa, la iglesia y las señales del tiempo, el Papa Benedicto
XVI admite el uso de preservativos en determinados usos como, por
ejemplo, la prostitución.

¿Qué podemos hacer, he aquí un ejemplo?

En España durante el siglo XVII se empiezan a fundar las llamadas “Casas


de Arrepentidas”, instituciones destinadas a recoger a las prostitutas que
quisieran abandonar voluntariamente el oficio para proporcionarles
alimento y buscarles una ocupación; a veces, hasta pagando a hombres
para que se casaran con ellas y así poder abandonar su vida anterior. Con
la llegada de la Compañía de Jesús, estas instituciones se extienden por
toda España (Madrid, Salamanca, Málaga, Córdoba, Sevilla…).54
Del mismo modo aparecen organizaciones dedicadas a lo opuesto, las
“Casas de Corrección”, destinadas a “mujeres de mala conducta o públicas
pecadoras, donde el ingreso es forzoso y cuyo objetivo es acabar con la
delincuencia femenina”.55 Felipe IV, el rey que presenció estos actos,
contribuyó junto a la Iglesia a la realización de estos nuevos cuerpos,
aunque, según Eva Carrasco, los límites entre obligación y voluntariedad
eran poco claros

Situación legal de la prostitución

as posiciones y leyes sobre la prostitución varían ampliamente en


diferentes países, reflejando distintas visiones de la
victimización, explotación social, explotación laboral, desigualdad
social, roles de género, igualdad de género, ética y moralidad, libertad de
elección y normas sociales.
Actualmente, la prostitución es completamente ilegal en la mayoría de
países. Los aspectos perseguidos y las penas varían notablemente,
pudiendo ir desde la infracción administrativa con multa hasta la
persecución penal con penas de prisión o incluso muerte. En otros casos,
la prostitución no es ilegal, pero sí el proxenetismo.
En otros casos, la prostitución puede ser considerada una forma de
explotación a abolir. Es la posición conocida como modelo nórdico, por su
adopción en Suecia, Noruega e Islandia, donde es ilegal comprar servicios
sexuales pero no venderlos. Es decir, el cliente comete un crimen, pero no
la prostituta.
Por último, algunos países consideran la prostitución una actividad
legítima y está regulada como una profesión, como ocurre en Países
Bajos o Alemania.
En 1949, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el Convenio
para la represión de la trata de personas y de la explotación de la
prostitución ajena declarando que «la prostitución y el mal que la
acompaña, la trata de personas para fines de prostitución, son
incompatibles con la dignidad y el valor de la persona humana y ponen en
peligro el bienestar del individuo, de la familia y de la comunidad.» 57 A
fecha de 4 de junio de 2017, el convenio ha sido ratificado por 82 países.
Conclusiones
Una vez hemos expuesto todo el tema, hemos de decir que la prostitución
es característico de cualquier época, es algo complicado una vez que se
está dentro, es algo por lo que se está absolutamente marginado y
recriminado y es algo difícil de erradicar hoy día.
La prostitución actual se ve quizás mucho más peligrosa que en cualquier
otro momento. La mujer prostituta, sobre todo la callejera, debe luchar
diariamente con todo un cúmulo de circunstancias en contra que acucian
su situación: la delincuencia, la drogadicción, la marginación social, las
dificultades económicas, y que se constituyen como un círculo vicioso del
que es muy difícil salir.
En mi opinión, la prostitución no puede erradicarse, en vano son los
esfuerzos si se piensa en ello, puesto que siempre ha existido y siempre
existirá mientras que haya un cliente que pague por ello. Así que
combatirla desde el punto de vista de la represión no sería el más
adecuado.
Otros problemas de la sociedad, como suelen ser la inmigración ilegal,
recurren a estos medios para introducir a mujeres en estos mundos a
través de la trata de blancas, prostíbulos ocultos, de los que el mundo
exterior no tiene conocimiento y en los cuales estas mujeres se ven
introducidas sin saberlo y sin poder salir del mismo.
Asumir su existencia, como un fenómeno que está ahí y combatirla desde
otros ámbitos como son desde el punto de vista legal, no acusando a la
prostituta sino a aquellos delitos penales que la rodeen, desde el punto de
vista social, intentando abrir otros caminos y otras posibilidades
de desarrollo económico y desde el punto de vista higiénico-sanitarias,
desarrollando el campo de la prevención: embarazos, drogadicción,
enfermedades venéreas, que mejoren las condiciones de trabajo de estas
mujeres.
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
INTRODUCCIÓN

La violencia constituye uno de los principales problemas en el mundo. De


hecho, según datos aportados por la Organización Mundial de la Salud
(OMS, 2002), cada año mueren más de 1,6 millones de personas de forma
violenta. Es más, si se atiende no sólo a los fallecimientos, se multiplican
los casos de personas que resultan heridas y sufren múltiples
consecuencias a nivel físico, sexual, reproductivo y/o psicológico a lo largo
de sus vidas.

La atención prestada a este fenómeno ha sufrido una larga evolución


desde su inicio y ya en 1979 el Director General de Sanidad de Estados
Unidos expuso el problema en la guía Healthy people, señalando la
relevancia de tratar las consecuencias y motivos de los comportamientos
violentos como una prioridad básica. No obstante, no fue hasta 1996
cuando la violencia se incorporó a la agenda internacional de la Asamblea
Mundial de la Salud, aprobando una resolución en la que fue considerada
como uno de los principales problemas de salud en todo el mundo (OMS,
2002).

Históricamente, los estudios sobre violencia en el ámbito familiar se han


centrado en la emisión de dichos comportamientos en diversas
direcciones. En primer lugar, se prestó una especial atención a la violencia
paterno-filial, siendo numerosos los estudios que se basaron tanto en los
progenitores como agresores como en los menores como víctimas.
Posteriormente, como puede observarse en nuestro país, la atención pasó
a focalizarse en el fenómeno de la violencia de género, ocupando ésta
numerosos estudios que, aún hoy en día, siguen realizándose.
Incluyéndose en último lugar la violencia de hijos a padres, que ha llegado
a ser considerada como el “eslabón perdido” que permitiría explicar la
continuidad de la violencia a través de las generaciones (Cornell y Gelles,
1982).

Sin embargo y pese a que la investigación en torno a la violencia familiar


ha vivido un desarrollo significativo en los últimos años, existe todavía un
escaso reconocimiento social por parte de las víctimas y los agresores. Si
se toma en consideración esta imagen común a estos tipos de violencia
familiar, en la que el número de casos conocidos es mínimo, algunos
autores concluyen que la relevancia social del problema es aún muy
reducida, lo cual podría llevar a la sospecha de que, probablemente, los
niveles de tolerancia social de este tipo de violencia siguen siendo
demasiado elevados (García, 2002).

Como es obvio, ni todos los problemas de violencia son iguales ni lo es la


madurez con que la sociedad los aborda en un determinado momento.
Probablemente porque, como postulaba Blumer en 1971, los problemas
de tipo social, como el de la violencia, suelen vivir una evolución que
comprende tanto la legitimación del problema por parte de la sociedad, la
movilización de recursos de acción, el diseño de planes oficiales y que
éstos sean formulados por los estamentos representativos e
implementados de forma ordinaria y eficaz. De esta forma, tal y como
argumentan Alonso y Castellanos (2006), podría decirse que problemas
como la violencia de pareja y los malos tratos dirigidos a menores podrían
haber vivido esta evolución de manera más amplia que la violencia
ascendente.
Por todo lo comentado, el fenómeno de la violencia que los menores
ejercen sobre sus progenitores ha sido la última incorporación que se ha
dado en el estudio de la violencia familiar. Este hecho, sin embargo, no
significa que anteriormente no existiera, de hecho es posible encontrar
referencias al respecto en investigaciones anteriores (Harbin y Madden,
1979; Sears, Maccoby y Levin, 1957), que acuñan el término de Síndrome
de los Progenitores Maltratados. Hoy en día, sin embargo, este fenómeno
emerge ante la opinión pública como si se tratase de un fenómeno
novedoso, ya que anteriormente había sido concebido más bien como un
problema que solía acompañar a patologías medianamente graves
(Pereira y Bertino, 2009), destacándose además su rápida evolución,
habiendo adquirido dimensiones mundiales en una única generación
(Cyrulnik, 2005).
Antecedentes históricos de la violencia intrafamiliar.
En la década de 1970 las feministas analizaron el alcance de
la violencia doméstica (considerada como un fenómeno exclusivamente
masculino) y se crearon centros de acogida y de ayuda para las mujeres
maltratadas y para sus hijos. La violencia doméstica también está
relacionada con los niñosmaltratados (muchas veces, aunque no siempre,
por abuso sexual) y con acciones verbales y psicológicas que pueden ser
cometidas tanto por mujeres como por hombres.
Algunos autores buscan el origen de los conflictos subyacentes a la
violencia doméstica en las rutinas del hogar adaptadas a
una fuerza de trabajoexclusivamente masculina, que ha dejado de
monopolizar los ingresos económicos de la familia con la incorporación
de la mujer al trabajo, la pobreza y la escasa movilidad social.
A lo largo de la historia, el patriarcado, según el movimiento feminista, ha
puesto el poder en manos de maridos y padres en cualquier relación
conyugal o de pareja. El suttee entre los hindúes (que exige que la viuda se
ofrezca en la pira funeraria de su marido), el infanticidio femenino en
la cultura china e india dominadas por hombres, los matrimonios
concertados entre los musulmanes, que pueden llevar al asesinato o a la
tortura de la mujer, y laesclavitud doméstica en el nuevo hogar indican la
presencia endémica de sexismo y violencia doméstica masculina.
Se desconoce si este tipo de violencia es un fenómeno en alza o en baja,
incluso en países donde hoy existe un mayor número de denuncias y
de registrosque en épocas anteriores. Por un lado, es probable que haya
una mayor predisposición a denunciar estos hechos al existir una
mayor independenciafemenina, más oportunidades de trabajo fuera del
hogar, mayor conciencia feminista y más posibilidades de anticoncepción.
Por otro lado, lamotivación para la violencia es menor al existir una
mayor libertad de elección de compañero, menos matrimonios forzados y
una mayor emancipación de la mujer en cuanto a propiedad, estudios
y divorcio. Ninguno de estos elementos puede ser evaluado con exactitud.
La tecnología de la informaciónactual ayuda a recopilar datos, pero
en cambio resulta difícil conocer los procesos y los antecedentes. Algunas
feministas radicales opinan que es lafamilia la raíz del problema y que la
solución está en liberarse del hombre, mientras que en el extremo
opuesto otros opinan que la mujer debe limitarse a su papel de ama de
casa y madre.
Aunque no puede afirmarse que toda la violencia sea cometida por
hombres, sí ocurre así en la mayoría de los casos. A veces son el padre y la
madre juntos quienes cometen las agresiones, como en el caso de malos
tratos a los hijos. La patología del maltrato infantil, desgraciadamente, no
tiene fin.
El fratricidio, asesinato de un hermano, también ha sido un hecho
frecuente en las sociedades con derechos de primogenitura. Las herencias
de coronas y títulos y las herencias de propiedades han dado origen a
fraudes y asesinatos. Los hermanos varones, que han constituido a
veces grupos de venganza en sociedades poco estructuradas, aún siguen
operando en el mundo de la mafia y en círculos criminales.

CONCEPTUALIZACIÓN DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

La violencia intrafamiliar o violencia domestica puede definirse como una


situación de abuso de poder o maltrato físico o psicológico, de un
miembro de la familia sobre todo. Puede manifestarse a través de golpes e
incidentes graves, como también insultos, manejo económico, amenazas,
chantajes, control de las actividades, abuso sexual, aislamiento de
familiares y amistades, prohibición a trabajar fuera de la casa, abandono
afectivo, humillaciones o no respetar las opiniones.
Estos son solo algunos de las situaciones que podemos citar como
ejemplos de lo que es la violencia domestica o violencia intrafamiliar que
en nuestro país está muy marcada por el hecho de que se de el machismo
en muchos lugares principalmente rurales y pobres de nuestra república.
Hay autores que señalan que la violencia intrafamiliar se da básicamente
por tres factores; uno de ellos es la falta de control de impulsos, la
carencia afectiva y la incapacidad para
resolver problemas adecuadamente; y además en algunas personas
podrían aparecer variables de abuso de alcohol ydrogas.
Tipos de violencia intrafamiliar
VIOLENCIA FÍSICA
La violencia física son actos que atentan o agraden el cuerpo de
la persona tales como empujones, bofetadas, golpes de puño, golpes de
pies, etc.
Según las estadísticas, la mayoría de las personas han sufrido alguna vez
en su vida violencia de este tipo; violencia física, la cual se hace presente
en todos los lugares, tanto que se nos ha hecho natural ver a dos personas
golpeándose o se ha visto normal que un padre eduque a su hijo a través
de los golpes y los insultos.
Actualmente todos los tipos de violencia están penados por la ley y son
acreedores a multas o cárcel a las personas que ejercen y promueven la
violencia domestica.
Al revisar las causas de la violencia intrafamiliar también se hace
importante identificar que tipo de efectos tiene dicho fenómeno, entre los
que se encuentran: la disfunción de la familia, el distanciamiento de sus
miembros y las mutaciones en su comportamiento o actitudes mentales.
Los efectos pueden ser clasificados en: psicofísicos y psicosociales,
específicos y genéricos o generales.
Los efectos psicofísicos son aquellos que producen cambios psíquicos o
físicos, en un mismo acto. Los Psíquicos hacen referencia a la
desvaloración, baja autoestima y estrés emocional producido por las
tensiones que produce el maltrato, en los empleados por ejemplo produce
una baja en su rendimiento laboral ya que las tensiones emocionales
dificultan la concentración.
En cuanto a los físicos se manifiestan en forma de hematomas, heridas
abiertas, fracturas, quemaduras, etc. En el acto sexual también se
presenta violencia cuando este se produce en forma forzada, produciendo
cambios en la personalidad y alteraciones en las relaciones con el violador,
marido o compañero permanente o con los otros miembros de la familia.
VIOLENCIA PSICOLÓGICA.
La violencia psicológica son actitudes que tienen como objetivo causar el
temor, intimidar y controlar las conductas, sentimientos y pensamientos
de la persona a quien se está agrediendo como las descalificaciones,
insulto, control, etc.
Según lo que entendemos por violencia intrafamiliar son golpes,
maltratos, lagrimas, alcohol o incluso hasta la muerte, pero pocas veces
tomamos en cuenta que otro tipo de violencia intrafamiliar es <<La
violencia psicológica>>, que se hace presente sin ningún maltrato de tipo
físico, pero que tiene las mimas o peores repercusiones en
el individuo maltratado, puesto que crea seres inseguros e incapaces de
resolver sus problemas, gente aislada que se niega a recibir ayuda
profesional, gente cerrada a su ideología de los roles de género, etc.
Los efectos psicosociales se dividen en internos y externos. Los primeros
son aquellos que generan la marginación. La exclusión y la violación de
los derechos fundamentales de la mujer y los niños. Cuando se presenta
un maltrato hacia la mujer esta se ve obligada a aislarse de ciertas
actividades sociales, de relaciones interfamiliares y hasta en su propio
hogar. Dentro de la exclusión se ven afectados loa niños en cuanto al
afecto, puesto que una madre marginada forzosamente por la violencia
intrafamiliar no puede brindar a sus hijos el amor que necesitan, lo que
puede llevar a estos niños a ladrogadicción, la prostitución y
la delincuencia.

VIOLENCIA SEXUAL
La violencia sexual se define como la imposición de actos
de carácter sexual contra la voluntad de la otra persona. Como por
ejemplos exposición a actividades sexuales no deseadas, la manipulación a
través de la sexualidad, tocamientos, miradas, caricias que quien las recibe
no las desea, violación; es decir la consumación del acto sexual por la
fuerza.
Según la agencia de delitos sexuales del ministerio público del municipio
de Acapulco Gro, dice que las mujeres y los niños son los principales
afectados por este tipo de violencia; la sexual, en muchos de los casos las
mujeres son violadas por sus propios esposos que al llegar a casa bajo los
efectos del alcohol abusan de ellas con violencia física y/o psicológica.
Este tipo de violencia se da muchas veces entre los parientes de los niños
como tíos, primos, abuelos, etc. Que obligan a los niños a realizar actos
sexuales frente a ellos, tales como masturbación o mostrarles sus órganos
sexuales, etc.
En ambos casos difícilmente la familia o la victima recurre a las
autoridades a denunciar el caso de violencia sexual por vergüenza, por
que las autoridades no dan resultados a la situación, por que no les creen
a los niños o por que consideran que los mayores tienen todo el derecho
sobre ellos y que el esposo tiene todo el derecho sobre la mujer, lo cual es
una ideología errónea.

VIOLENCIA ECONÓMICA
La violencia económica se refiere a no cubrir las necesidades básicas de la
persona y ejercer control a través de recursos económicos.
Este tipo de violencia es muy frecuentada sobre las personas de la tercera
edad, aquellas que no pueden sostener su economía por si solos y que
necesitan de alguien que solvente sus gastos, puesto que en muchos de
los casos la persona que aporta el dinero, también es quien limita al
adulto mayor sobre sus gastos y no cubre con las necesidades básicas de
este.

La muerte es una forma de violencia intrafamiliar sólo cuando su


consumación está precedida por la interacción familiar dañosa. Sin
embargo, no es una forma específica de violencia intrafamiliar que deba
ser sancionada a través del proceso contra la violencia intrafamiliar, pues
dicha facultad está reservada a las autoridades competentes para
conocer, por ejemplo, del delito de homicidio o feminicidio. 
Otros tipos de violencia. 

Se debate acerca de la existencia de formas de violencia intrafamiliar


diferentes a las enumeradas y que puedan ser sancionadas a través del
proceso que las combate. Sin entrar a analizar las facultades o
impedimentos que establece el principio de legalidad, se discute sobre la
posibilidad de reconocer los tipos de violencia que reconoce el Artículo 9
de Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres
(LEIV) y sancionarlos dentro del proceso contra la violencia intrafamiliar,
como los tipos de violencia económica, emocional y simbólica.

Sin embargo, se ha sostenido que los tipos de violencia económica y


emocional de la LEIV pueden subsumirse dentro de las formas de violencia
patrimonial y psicología de la LCVI respectivamente, y que la violencia
simbólica no podría integrar el catalogo de formas de violencia que
reconoce esta ley, por no representar una forma de violencia
individualizada, sino que su manifestación está referida a expresiones
representativas de dominación, desigualdad y discriminación a escala
social.

Significado y conceptos de Violencia intrafamiliar


¿Qué es Violencia intrafamiliar?

La violencia doméstica o violencia intrafamiliar es un concepto utilizado


para referirse a «la violencia ejercida en el terreno de la convivencia
asimilada, por parte de uno de los miembros contra otro, contra algunos
de los demás o contra todos ellos».1 Comprende todos aquellos
actos violentos, desde el empleo de la fuerza física, hasta el
hostigamiento, el acoso, o la intimidación, que se producen en el seno de
un hogar, y que perpetra al menos un miembro de la familia contra algún
otro familiar

El término incluye una amplia variedad de fenómenos, entre los que se


encuentran algunos componentes de la violencia contra las
mujeres, violencia contra el hombre, maltrato infantil, violencia filio-
parental y abuso de ancianos.34La falta de recursos económicos en las
familias así como las condiciones adversas para el cuidado de sus
integrantes, son detonantes de la violencia doméstica, tanto para las
mujeres como para los menores y personas mayores. Así, la actual
coyuntura económica se presenta como un factor generador de violencia
doméstica en aquellos domicilios en los que la falta de recursos es
patente, según el doctor José Romero-Urcelay, director Clínico del
Departamento de Trastornos de la Personalidad en el Hospital Broadmoor
(Inglaterra), durante su intervención en el XX Curso de Actualización en
Psiquiatría, en Vitoria.

Como violencia intrafamiliar se denomina el tipo de violencia que ocurre


entre miembros de una familia, y que puede tener lugar en el entorno
doméstico o fuera de él.

Violencia es la imposición de una situación concreta a través del uso de la


fuerza. La aplicación de la fuerza siempre es desmedida y su recepción no
deseada, y por ende su realización inevitablemente está asociada a un
daño. La violencia intrafamiliar es la imposición de una situación concreta
dañosa entre los sujetos familiarmente relacionados.

El proceso contra la violencia intrafamiliar no repara el daño


ilegítimamente ocasionado, pero procura la supresión de la causa que
puede volver a provocarlo. La reparación del daño por violencia
intrafamiliar puede realizarse por otros medios, como el proceso de
indemnización por daños morales y materiales, pero no a través del
proceso contra la violencia intrafamiliar, pues dicha pretensión desborda
el alcance de su regulación normativa.

En este sentido, la violencia intrafamiliar se registra cuando se producen


situaciones de abuso o maltrato entre personas emparentadas, bien por
consanguinidad, bien por afinidad.

Como tal, podemos decir que se ha producido un episodio de violencia


doméstica cuando se han ocasionado daños a la integridad emocional,
psicológica o física de una persona.
Los tipos de violencia más comunes que tienen lugar en una familia son los
de padres a hijos y los de maridos a mujeres, aunque también pueden
ocurrir de forma inversa, o involucrar a otros parientes, como tíos, primos
o abuelos.

Las causas que motivan la violencia intrafamiliar son variadas, aunque por


lo general se produce como forma de imponer el poder, la autoridad o el
control a un miembro de la familia.

En las situaciones de violencia siempre existen dos roles: el del agresor y


el del agredido. El agresor es la persona que impone su autoridad, fuerza
física o poder para maltratar a otro miembro de la familia. Suele
reconocerse en la personalidad del agresor un pasado de violencia
intrafamiliar que este repite cuando forma su propia familia.

En este sentido, existen tres tipos básicos de violencia intrafamiliar:

 La psicológica, que es aquella que comprende episodios de maltrato


verbal, humillaciones, intimidación, amenazas y desprecio. Sus
consecuencias son daños psicológicos y emocionales, como la depresión,
la ansiedad o el aislamiento social.

 La violencia física, que es aquella que involucra el uso de la fuerza, y


puede derivar en golpes, heridas, hematomas, quemaduras o fracturas.
Dependiendo de la gravedad, las lesiones causadas por la violencia física
pueden requerir atención médica.

 La violencia sexual, que es el tipo de violencia que puede derivar en


situaciones de abuso sexual, lo cual supone que una persona sea forzada a
mantener cualquier tipo de contacto o relación sexual. Es un tipo de
agresión gravísima, que compromete la estabilidad emocional de quien la
sufre.
La violencia intrafamiliar es más común de lo que pudiéramos pensar, lo
cual obedece a que un gran número de personas que la padecen no se
animan a denunciarla, bien porque se encuentran desinformadas respecto
a sus derechos, bien porque creen merecerla. En este sentido, es
importante crear campañas de información que prevengan y concienticen
a la población en relación con la violencia intrafamiliar y sus
consecuencias, de modo que quienes estén siendo víctimas de una
situación de abuso en el seno de su familia se animen a denunciar.
Además, existe un conjunto de sanciones legales para quienes incurran en
este tipo de violencia.

El proceso contra la violencia intrafamiliar  es el recurso jurisdiccional que


el Estado instituye con el fin de sancionar y erradicar los actos
constitutivos de violencia intrafamiliar y establecer un marco represivo
que coadyuve en la prevención de los mismos.

A través de este proceso se examina la veracidad de la violencia


denunciada y su manifestación específica entre los sujetos que se
adhieren dentro de la red de relaciones familiares. La prevención, sanción
y erradicación de los actos de violencia en  y por la familia fundamentan el
contenido y alcance de su regulación normativa.

Su objetivo es sancionar los actos de violencia intrafamiliar en la puridad


de su manifestación, pues la sanción viene dada al margen de cualquier
causa que los justifica. La familia es una manifestación espiritual
incompatible con los excesos de poder, de manera que la violencia se
sanciona sin consideración de justificación alguna.

Violencia doméstica o intrafamiliar

La violencia familiar incluye toda violencia ejercida por uno o varios


miembros de la familia contra otro u otros miembros de la familia. La
violencia contra la infancia, la violencia contra la mujer y la violencia
contra las personas dependientes y los ancianos son las violencias más
frecuentes en el ámbito de la familia. No siempre viene ejercida por el
más fuerte física o económicamente dentro de la familia, siendo en
ocasiones razones psicológicas (véase síndrome de Estocolmo) las que
impiden a la víctima defenderse.
Algunos estudios concluyen que las personas provenientes de hogares
donde existe maltrato o violencia psicológica o cualquier otro tipo de
violencia, son 15 veces más propensas a manifestar algún tipo de maltrato
en su etapa adulta
La violencia psicológica es la forma de agresión en la que la mayoría de los
países las personas afectadas casi nunca tienen posibilidad de actuación,
ya que en este caso se unen la falta de opciones legales de denuncia y
protección frente a esta forma de violencia.
Las señales de violencia son más fáciles de ocultar si son de carácter
emocional, pues las mujeres no aceptan el maltrato de forma “pasiva”.
Según estudios realizados, la mayoría de las mujeres maltratadas no la
aceptaban y trataban de oponerse a dicho maltrato. Estas acciones de
defensa hicieron que la violencia psicológica se viera como una agresión
mutua y que algunas instituciones la catalogaran como un conflicto de
pareja. Sin embargo, de un estudio sobre la violencia doméstica se
desprende que solo dos de las mujeres entrevistadas aceptaron que eran
agredidas emocionalmente, antes de ser maltratadas físicamente. En
determinados países de Sudamérica y, gracias a diferentes campañas
publicitarias, se ha intentado promover un mayor nivel de conciencia
acerca del maltrato psicológico.
Violencia contra los adultos mayores
El síndrome de la abuela esclava es otra forma de maltrato frecuente en
el siglo XXI, descrito sobre todo en países hispanoamericanos, que afecta a
mujeres adultas con gran carga familiar, voluntariamente aceptada
durante muchos años, pero que al avanzar la edad se torna excesiva. Si la
mujer no expresa claramente su agotamiento (o lo oculta), y sus hijos no
lo aprecian y le ponen remedio, la sobrecarga inadecuada provoca o
agrava diversas enfermedades comunes: hipertensión arterial, diabetes,
cefaleas, depresión, ansiedad y artritis. Estas manifestaciones no curan
adecuadamente si no se reduce apropiadamente la sobrecarga excesiva.
Ocasionalmente puede provocar suicidios, activos o pasivos16
El Síndrome de los Abuelos Fantasmas: En este tipo de violencia los
abuelos son tan ignorados que nadie los ve ni los escucha, simplemente
llegan a ser un mueble más de la casa. Los hijos creen que darles de comer
y darles un espacio para vivir, es suficiente para satisfacer sus necesidades
y no se dan cuenta de que eso, es lo de menos. Ya que lo que desean estos
abuelos es ser queridos, tomados en cuenta, sentirse útiles y amados. Esta
violencia contra las personas de las tercera edad trae como consecuencia
la depresión que puede llegar al suicidio y acarrear múltiples
enfermedades, ya que las personas en su afán de querer morir no se
atienden de sus padecimientos y como en un círculo vicioso genera más
trastornos todavía.
Los niños que suelen estar presentes durante la violencia y los que
presencian pueden sufrir problemas emocionales y de comportamiento.
Los investigadores indican que la violencia en la familia a los niños los
afecta en tres maneras: en la salud, educación y el uso de violencia en su
propia vida. Se ha comprobado que los niños que presencia la violencia
manifiestan un grado mayor de depresión, ansiedad, síntomas de trauma
y problema de temperamentos.
Violencia contra la mujer en la pareja
La violencia contra la mujer por parte de su pareja o expareja está
generalizada en el mundo, dándose en todos los grupos sociales
independientemente de su nivel económico, cultural o cualquier otra
consideración. Aún siendo de difícil cuantificación, dado que no todos los
casos trascienden más allá del ámbito de la pareja, se supone que un
elevado número de mujeres sufren o han sufrido este tipo de violencia.
Estudios realizados en países por desarrollar arrojan una cifra de maltrato
en torno al 20%, encontrándose los índices más bajos en países de Europa,
en Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón con cifras en torno al 3 %.18
La mayoría de las víctimas oculta que existan esos problemas por temor a
ser juzgadas en la sociedad. La indecisión es una de las causas para no
admitir la situación así como el estereotipo dominante de la feminidad en
Occidente, donde no se considera como atributo de las mujeres el
ejercicio de la violencia activa.
También entra el aspecto de la educación y del entorno social que se vive
desde niños, a un hombre que es maltratado psíquica o físicamente por su
pareja, se le atribuye que es un hombre "débil", o es agredido por sus
amigos o compañeros de trabajo y es precisamente por esto que no está
dispuesto a denunciar y mucho menos a buscar ayuda. Esto es una
consecuencia directa del machismo, ya que socialmente se considera
débiles a las mujeres y por lo tanto incapaces de maltratar a los hombres.
Unas de las consecuencias de la violencia doméstica es la depresión. Las
mujeres que sufren violencia doméstica corren un mayor riesgo de estrés
y trastorno de ansiedad, en particular los trastornos resultantes del estrés
postraumático. El intento de suicidio y depresión se conectan
estrechamente la violencia en pareja. La violencia contra la mujer impide
que participen plenamente en sus comunidades en los planos económicos
y sociales. Las mujeres en violencia tienen menos probabilidades de tener
empleo
En la pareja, el maltrato contra la mujer tiene unas causas específicas: los
intentos del hombre por dominar a la mujer, la baja estima que
determinados hombres tienen de las mujeres; causas que persiguen
instaurar una relación de dominio mediante desprecios, amenazas y
golpes.
Los hombres que maltratan a su pareja son motivados por una necesidad
de dominar y controlar a su pareja. En una revisión de múltiplos trabajos
los principales resultantes indican que los agresores suelen presentar con
frecuencia alteraciones psicológicas como falta de control sobre ira,
dificultades en la expresión de emociones, déficits de habilidades de
comunicación y de solución de problema y baja autoestima.“Existen
diferentes tipos de hombres violentos —agresores limitados al ámbito
familiar, agresores con características borderline/disfóricas y agresores
violentos en general/antisociales— que requieren programas de
tratamiento, adaptados a sus características y necesidades específicas”
pág. 27
Los rasgos más visibles del maltrato son los golpes y los asesinatos, los
cuales trascienden del ámbito de la pareja; sin embargo, los maltratos
de baja intensidad, los maltratos psíquicos que, mantenidos en el tiempo,
socavan la autoestima de la mujer, son los que mayoritariamente se dan.20
Cuando trasciende un caso de maltratos, la mujer puede llevar años
sufriéndolos. Y si los maltratos pueden producirse en cualquier etapa de la
historia de la pareja, es en el momento de la ruptura y tras esta, si se
produce, cuando llegan a exacerbarse.
Es por esto que, en la búsqueda de prevenir la violencia, se trata de dar
herramientas a los adolescentes para identificar los rasgos típicos de las
personas violentas y ser conscientes de esa violencia de baja intensidad
que comienza generalmente antes del matrimonio, durante el noviazgo.
Así nace el concepto de violencia en el noviazgo.
Es frecuente tratar el tema de los maltratos como casos individuales. Los
agresores sufrirían una serie de trastornos que les conducirían a maltratar
a la mujer y a esta, en su fragilidad, a recibirlos. Esta sería una visión del
problema tranquilizadora que no pondría en cuestión el modelo patriarcal.
El modelo psicopatológico explica la violencia como resultado de
conductas desviadas propias de ciertos individuos cuya historia personal
está caracterizada por una grave perturbación. Este enfoque, al fin y al
cabo tranquilizador, habla de un «otro», un «enfermo» o «delincuente»,
al que, después de examinarlo, se le puede castigar o tratar médicamente.
Desde el punto de vista feminista, la violencia masculina se percibe como
un mecanismo de control social que mantiene la subordinación de las
mujeres respecto de los hombres. La violencia contra las mujeres se deriva
de un sistema social cuyos valores y representaciones asignan a la mujer el
estatus de sujeto dominado.

Las consecuencias últimas de la violencia contra la mujer en la pareja son


la de decenas o cientos de mujeres muertas cada año, en diferentes
países, a manos de sus parejas o ex-parejas. Y en muchos casos, esta
violencia a manos de sus parejas o exparejas contra la mujer quien es
madre además del estrés postraumático que puede seguir produzcan
efectos muy negativos para el desarrollo psicológico de los niños en el
hogar
La violencia contra la mujer adquiere especial relevancia, gravedad y
consecuencias cuando se sufre durante el embarazo. Si todavía cabe
mayor gravedad en una escala de malos tratos, se debería considerar a la
embarazada adolescente (menor de edad) sometida a vejaciones y malos
tratos. El sufrimiento personal y las complicaciones del embarazo son de
extrema gravedad y repercusión tanto en la madre como en el producto
de la gestación.23El Estudio de la OMS se centró, principalmente, en la
violencia contra la mujer infligida por su pareja. Dicha violencia incluye la
violencia física, sexual y psíquica y los comportamientos dominantes por
parte de sus parejas actuales o anteriores, y comprende tanto la situación
actual de las mujeres entrevistadas como sus experiencias anteriores. Este
informe se centra, fundamentalmente, en las experiencias de violencia
física y sexual notificadas por las mujeres, en particular a la hora de
evaluar el vínculo de dicha violencia con las repercusiones para la salud,
debido a la dificultad que supone cuantificar coherentemente el maltrato
psíquico en las distintas culturas.

Violencia contra el hombre en la pareja


La violencia doméstica contra el varón —en el contexto de la violencia
doméstica— se refiere a aquellas acciones violentas donde el rol de
agresor es tomado por la mujer en las parejas heterosexuales o bien, por
el varón en aquellas parejas de carácter homosexual. Como en la violencia
doméstica contra las mujeres, la violencia contra los hombres puede
constituir un crimen, pero hay gran variación entre las leyes de distintas
jurisdicciones. A pesar de numerosos estudios que informan sobre la
preponderancia con que la violencia doméstica es perpetrada por los
varones contra las mujeres,24 otros estudios sugieren que las tasas de
violencia doméstica de las mujeres y los hombres son equivalentes. 25 Eso
ha generado muchas controversias y discusiones entre los investigadores.
Algunos autores indican que tanto en la violencia doméstica contra las
mujeres como en la que es realizada contra los hombres se pueden
encontrar motivos similares,26 mientras que la idea de que el hombre
pueda ser víctima de la mujer genera resistencias y no está exenta de
controversias, en las que se trata, por ejemplo, el sesgo al entender la idea
de violencia física como la única forma de violencia realmente
importante.27
Mientras que las mujeres que experimentan violencia doméstica son
abiertamente alentadas a reportarla a las autoridades, se ha argumentado
que los varones que experimentan tal violencia a menudo encuentran
presiones contrarias a su denuncia, y que aquellos que lo hacen enfrentan
el estigma social, en cuanto a la percepción de falta de hombría y otras
cuestiones que denigran su masculinidad.

Violencia contra los niños


La detección del niño expuesto a violencia doméstica puede llegar por
diversos caminos; el más común de ellos es que la madre haya hecho una
consulta y revele la situación. El problema también puede salir a la luz
porque otro profesional, como el pediatra o profesor lo haya detectado, o
porque el propio niño lo verbalice.
Las condiciones asociadas a situaciones de maltrato, impiden el desarrollo
normal a lo largo de la infancia y sitúan al niño a alto riesgo de desarrollar
psicopatología (Cicchetti y Toth, 1997). Para conocer las consecuencias
psicológicas de la violencia doméstica en los niños se hace necesaria la
evaluación de su estado cognoscitivo, emocional y conductual (Osofsky,
1999). Las alteraciones que presente varían según la etapa evolutiva en la
que se encuentra.
En preescolares, la exposición a violencia doméstica se asocia a
irritabilidad excesiva, regresión en el lenguaje y control de esfínteres,
problemas de sueño (insomnio, sonambulismo), ansiedad de separación,
dificultades en el desarrollo normal de la autoconfianza y de posteriores
conductas de exploración, relacionadas todas ellas con la autonomía
(Osofsky, 1999). Los síntomas de Trastorno por Estrés Postraumático
(TEPT), como reexperiencia repetida del evento traumático, evitación, y
aumento del arousal, también están presentes en niños pequeños.
En la etapa preescolar se suele contar con la información de la madre o de
otros adultos significativos. El Child Behaviour Checklist (CBCL1½-5 y
TRF1½-5; Achenbach y Rescorla, 2001), contestado por la madre o por los
profesores, permiten obtener un perfil sintomatológico general de los
problemas conductuales y emocionales de los niños de estas edades.
El cuestionario Interactivo Gabi (adaptación al español de Dominic
Interactive; Valla, Bergeron, y Smolla, 2000) es un autoinforme de cribado
de sintomatología psicopatológica para niños de 6 a 11 años. Se presenta
en formato audiovisual con dibujos sobre un niño o una niña llamados
Gabi. Cada ítem describe una situación que le sucede al personaje y el
niño debe contestar si le sucede lo mismo a él. Se evalúan 8 escalas (fobias
específicas, ansiedad de separación, ansiedad generalizada, depresión/
distimia, oposición, problemas de conducta, déficit de
atención/hiperactividad y puntos fuertes/capacidades).
Los niños en edad escolar muestran síntomas de ansiedad, depresión,
conducta agresiva y estrés postraumático, así como otros problemas
asociados como dificultades para dormir, concentrarse y para afrontar las
peculiaridades de su entorno. Sus actitudes, competencia social y su
funcionamiento escolar se ven afectados y, a medida que crecen, tienen
mayor riesgo de presentar fracaso escolar, cometer actos vandálicos y
presentar psicopatología, incluyendo abuso de sustancias (Osofsky, 1999).
Los adolescentes que son testigos de violencia doméstica presentan
mayores índices de implicación en actos criminales (Fagan, 2003) y
tienden a justificar el uso de la violencia en sus relaciones amorosas
(Lichter y McCloskey,

Violencia filio-parental
La violencia filio-parental (VFP) o violencia de los hijos a los padres es el
conjunto de conductas reiteradas de agresiones físicas (golpes,
empujones, arrojar objetos), verbales (insultos repetidos, amenazas) o no
verbales (gestos amenazadores, ruptura de objetos apreciados) dirigida a
los padres o a los adultos que ocupan su lugar. 32Se incluyen, entonces, las
amenazas y los insultos, ya sean realizados a través de gestos o
verbalizaciones, las agresiones físicas de cualquier tipo, o la ruptura
consciente de objetos apreciados por el agredido. Además, la violencia
debe ir dirigida contra los padres o aquellas figuras parentales que les
sustituyan: tutores, educadores, etc.
En el Código Penal de países como España (art. 173.2.) se conoce por
violencia familiar los maltratos que se efectúan entre los integrantes de la
unidad familiar nuclear, donde entre la víctima y el agresor existen
vínculos: genéticos, legal, de convivencia, de dependencia económica y/o
afectiva.33
No se incluiría, por tanto, en esta definición la violencia ocasional sin
antecedentes y que no se repite. Esto excluye, de manera casi
generalizada, el parricidio, que presenta características particulares que lo
distinguen y que, a menudo, constituye un episodio único, sin que se
registren antecedentes. Se excluyen, también, la agresión sexual a los
padres y los asaltos premeditados con armas letales por considerarse de
un perfil diferente, así como la violencia que aparece en un estado de
disminución importante de la consciencia (autismo o discapacidad
intelectual grave) y que no se repite cuando este estado remite: violencia
en el curso de intoxicaciones, de trastornos mentales orgánicos, de
trastornos del curso o contenido del pensamiento, etc.

Violencia contra el adolescente

En la edad adolescente se dan situaciones referidas a los cambios tanto


biológicos, psicológicos y sociales. Donde se incluyen miedos, injusticias,
discriminación, violencia, temor al futuro, toma de decisiones, falta de
entusiasmo, entre otros aspectos.
Cuando se empieza a desdibujar la identidad de la familia, sus miembros
actúan de modo descoordinado, hay una distorsión de la comunicación,
los valores y creencias son cuestionados. La familia empieza a funcionar
con predominio de desorden y comienza a haber situaciones que exceden
su límite de tolerancia. Los integrantes de la familia han entrado en lo que
comúnmente se denomina una "crisis", esta crisis se va a caracterizar por
estados de confusión, desorganización y caos. Dado que la presencia de
conflictos en las relaciones interpersonales es inevitable, en lo que nos
tenemos que detener es en el método utilizado para su resolución. No es
difícil diferenciar el conflicto resuelto mediante la puesta en juego de
conocimientos, aptitudes y habilidades comunicativas, y otro que se
resuelve mediante el ejercicio de poder y de autoridad. La agresividad da
cuenta de la capacidad humana para oponer resistencia, incluye aspectos
fisiológicos, conductuales y vivenciales.
La agresión puede adoptar diferentes formas, motoras, verbales,
gestuales, posturales, etc. El maltrato juvenil es cualquier acción u
omisión, no accidental que provoque un daño físico o psicológico a un
adolescente por parte de sus padres o cuidadores. Hay diferentes tipos de
maltrato juvenil, como: físico (lesiones), sexual (Se podría definir al abuso
sexual como el tipo de contacto sexual por parte de un adulto o tutor, con
el objetivo de lograr excitación y/o gratificación sexual.), abandono y
abuso emocional (hostilidad verbal como insultos, burlas, desprecio,
críticas o amenazas de abandono), ser testigo de violencia (Estos
presentan trastornos muy similares a los que caracterizan a quienes son
víctimas de abuso).

CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

CAUSAS:
La violencia intrafamiliar también es conocida como violencia doméstica, y
es la que se da entre los miembros de una misma familia.

A través de la violencia intrafamiliar se pone en riesgo a los individuos en


tres niveles: físico, emocional y psíquico.

En el mundo tres de cada cuatro mujeres sufren diversos tipos de


agresiones dentro del hogar, principalmente a manos de hombres de la
familia. EnMéxico, cada año miles de niños son atendidos en hospitales
por que han sido victimas de maltrato por parte de sus padres o algún
otro familiar.
Los tipos de violencia muchas veces no se consideran como tal, por que
hombres y mujeres ya sea como hijos, esposas, esposos, pareja o padres y
madres de familia, creen que los golpes, los gritos y las amenazas son una
forma "natural" de "corregir" o "educar".
¿Por qué la violencia?, ¿Por qué los padres violentos?, ¿Por qué los abusos
sexuales en la familia?, ¿Por qué tantos traumas y cicatrices psicológicas?,
etc.Estas son solo algunas de las preguntas que quizás nos planteemos
para saber el origen de la violencia en cada una de las familias, cuales son
los factores que la originan, en que tipos de familias se dan, etc.
Las causas de violencia son de diversa índole, pero todas se relacionan
fuertemente con la salud psíquica de la persona. Las causas más comunes
son:

 Insatisfacción con la propia vida.


 Sentimientos de frustración.
 Sentimientos o emociones negativas.
 Poca capacidad de control de emociones negativas como la ira.
 Malos modelos de referencia aprendidos en la etapa formativa.
 Problemas no resueltos de la infancia.

 Problemas no resueltos actuales que pueden desembocar en


Incapacidad para comprender los esquemas relacionales y
relacionarse con los demás.
 Necesidad de imponerse sobre los demás.
 Falta de amor propio.
 Narcicismo extremo.

 estrés, agresiones o depresión.

ALCOHOLISMO
En Republica Dominicana el alcoholismo se encuentra dentro de la lista de
los problemas más graves puesto que este es un problema que trae
consigo una serie de consecuencias físicas y psicológicas en
la persona consumidora de alcohol.
La dependencia del alcohol no solo ocasiona trastornos de salud, sino que
también puede originar dificultades en las relaciones familiares, pérdida
del trabajo o incremento del riesgo de sufrir accidentes de tráfico. El
alcoholismo se convierte, además, en un grave problema para el círculo
social que rodea al enfermo. En algunos países se ha tratado, para
controlar el abuso del alcohol, de aprobar leyes que castiguen
su consumo y prohíban la distribución de bebidas alcohólicas a menores
de edad.
Así mismo se le considera al alcoholismo una de las principales causas de
la violencia domestica ya que en muchas ocasiones son los hombres
quienes al estar bajo los efectos del alcohol golpean a sus esposas e hijos
provocando también violencia psicológica, sexual y económica.
DESEMPLEO
Desempleo, paro forzoso o desocupación de los asalariados que pueden y
quieren trabajar pero no encuentran un puesto de trabajo. En
las sociedadesen las que la mayoría de la población vive de trabajar para
los demás, el no poder encontrar un trabajo es un grave problema debido
a los costes humanos derivados de la privación y del sentimiento de
rechazo y de fracaso personal.
El desempleo también se puede considerar causa de la violencia,
principalmente la violencia económica la cual en ocasiones provoca que se
limite a las familias acerca del dinero para cubrir las necesidades básicas
como la comida, la salud y la recreación.
DROGADICCIÓN
Los efectos de las drogas son múltiples y complejos. En ocasiones,
dependen de factores como la pureza, la vía de administración, la dosis
consumida, la frecuencia y las circunstancias que acompañan al consumo
(entorno, lugar, mezcla con otras sustancias).
Las drogas actúan sobre el sistema nervioso central produciendo un efecto
depresor, estimulante o perturbador. Las sustancias depresoras
disminuyen o inhiben los mecanismos de funcionamiento normal
del sistema nervioso central provocando relajación, sedación,
somnolencia, hipnosis e incluso coma. Los estimulantes producen
sensación de fatiga y alteraciones del apetito o del sueño. Un
tercer grupo de sustancias, llamadas alucinógenas o perturbadoras,
alteran la percepción de la realidad, el estado de conciencia y provocan
alucinaciones. Algunas sustancias producen más de un efecto, como las
drogas de síntesis, que causan estimulación y perturbación del sistema
nervioso central.
Las alteraciones psicológicas van desde cambios en el estado de ánimo
a crisis de ansiedad, crisis de pánico, delirios, alucinaciones e incluso
trastornos psicóticos. Además, las drogas pueden afectar también a otros
órganos como el hígado, los pulmones, los riñones, el páncreas o
el corazón.
Al actuar directamente en el sistema nervioso, las drogas pueden provocar
la desintegración familia acompañada de la violencia física del integrante
de familia consumidor de la droga.
ESTRÉS
Estrés o Stress, en medicina, proceso físico, químico o emocional
productor de una tensión que puede llevar a la enfermedad física. Una
eminente autoridad en estrés, el médico canadiense Hans Seyle, identificó
tres etapas en la respuesta del estrés. En la primera etapa, alarma, el
cuerpo reconoce el estrés y se prepara para la acción, ya sea de agresión o
de fuga. Las glándulas endocrinas liberan hormonas que aumentan los
latidos del corazón y el ritmo respiratorio, elevan el nivel de azúcar en
la sangre, incrementan la transpiración, dilatan las pupilas y hacen más
lenta la digestión. En la segunda etapa, resistencia, el cuerpo repara
cualquier daño causado por la reacción de alarma. Sin embargo, si el
estrés continúa, el cuerpo permanece alerta y no puede reparar los daños.
Si continúa la resistencia se inicia la tercera etapa, agotamiento, cuya
consecuencia puede ser una alteración producida por el estrés.
La exposición prolongada al estrés agota las reservas de energía del
cuerpo y puede llevar en situaciones muy extremas incluso a la muerte.
Como se mencionó ya, el estrés es un problema muy grave, y por
desgracia en las sociedades urbanas hay gente que padece esta
enfermedad y no logra reconocerlo pues con la presión del tráfico, del
trabajo, de la familia, etc., puede llegar a traen nuevos problemas como lo
es la violencia intrafamiliar.

Consecuencias de la violencia doméstica


Las consecuencias de la violencia doméstica o violencia intrafamiliar son
muy variadas. Hay que tener en cuenta que este tipo de comportamientos
tiene secuelas diferentes de acuerdo a la edad de la o las víctimas.
En el caso de los bebés de 0 a 6 meses, las consecuencias se asocian con el
retraso psicomotor, sensación de abandono y retraso en la respuesta
social. El maltrato en niños de 6 meses se traduce en retardo en el
lenguaje, apatía, angustía frente al contacto social, relación pobre con su
entorno.

La violencia doméstica en niños en edad preescolar tiene secuelas como


apatía, disminución en la capacidad juego, agresividad, negatividad y
retardo en el lenguaje.

En el caso de niños en edad escolar, se evidencia en la dificultad en las


relaciones personales, ansiedad, irritabilidad, baja autoestima,
incapacidad para jugar y aparición de múltiples miedos, entre otros.

En el caso de los adultos, el más común es el de maltrato a la mujer, no


obstante, los hombres también son víctimas de este tipo de violencia. Los
efectos van desde baja autoestima, ansiedad, estrés, angustia, falta de
motivación, miedos recurrentes, ataques de pánico e incluso depresión.

En este tipo de conductas abusivas, la víctima empieza a manifestar un


deterioro psicológico evidenciado en una sumisión absoluta a los deseos
del verdugo, que termina por convertirse en pérdida de la propia
identidad.

También se generan casos de miedo y dependencia por las figuras de


autoridad, sensación de culpabilidad, aislamiento, incertidumbre,
desesperanza, bloqueo emocional, trastornos alimenticios, entre otros
desordenes psíquicos y emocionales que ponen en riesgo alto la vida de
quien los padece.

Si estás pasando por alguna situación de violencia intrafamiliar, es


importante no normalizar esos comportamientos y buscar ayuda
inmediatamente. En los diferentes países existen comisarías de familia, y
diversas entidades que velan por los derechos humanos. En estos lugares
te pueden ayudar a solucionar los problemas por las vías legales.
Adicionalmente es de vital importancia, que las personas
implicadas inicien tratamientos psicológicos para que puedan sanar las
diversas heridas psíquicas y emocionales resultantes de este tipo de
experiencias.

Por otro lado, los estudios indican que en algunos casos, las secuelas
emocionales pueden desembocar en la reproducción en el futuro de esta
forma de violencia. Si el niño crece en un ambiente en el que el uso de la
violencia es la manera de resolver los conflictos es posible que aprenda
esta misma pauta desarrollando un déficit en las habilidades para la
resolución de problemas.

Además en estos menores aparecen alteraciones que afectan a diferentes


áreas de su desarrollo:

 A nivel físico: aparecen retraso en el crecimiento, problemas de


sueño, trastornos de la conducta alimentaria y síntomas
psicosomáticos como alergias, problemas gastrointestinales,
dolores de cabeza, etc.
 A nivel emocional: aparecen problemas de ansiedad, depresión,
baja autoestima, déficit de habilidades sociales, estrés post-
traumático y aislamiento social.
 A nivel cognitivo: pueden aparecer retrasos en el desarrollo
verbal y del lenguaje y alteración del rendimiento escolar.
 A nivel de comportamiento: conductas violentas hacia los
demás, inmadurez, déficit de atención, retraimiento y conductas
autodestructivas.

En la pareja

Aunque la gran mayoría de los casos de violencia son ejercidos del hombre
hacia la mujer, también existen casos en los que el maltrato lo sufren los
hombres, especialmente del tipo psicológico. Las consecuencias derivadas
del maltrato las encontramos en tres niveles:
 A nivel físico: lesiones (heridas, golpes, quemaduras, etc.), mayor
vulnerabilidad a padecer una enfermedad y descuido personal.
En el caso de las mujeres sufren riesgo de embarazos no
deseados si son forzadas a mantener relaciones sexuales.
 A nivel psicológico: puede aparecer estrés postraumático,
depresión, ansiedad, baja autoestima, intentos de suicidio, abuso
de alcohol y otras sustancias, disfunciones sexuales, trastornos
somáticos (dolores de cabeza, problemas gastrointestinales,
malestar generalizado e inespecífico, etc.), sentimiento de
culpabilidad, sentimiento de desesperanza y vacío.
 A nivel social: actitud de desconfianza y hostilidad hacia todo el
mundo, aislamiento social, sentimiento de peligro y amenaza
constantes por parte de todo lo que les rodea.

CARACTERISTICAS DE LA MUJER VICTIMA DE VIOLENCIA


La violencia se establece progresivamente en la pareja. La mujer se deja
maltratar, en algunos casos, porque se considera la principal responsable
del buen funcionamiento del matrimonio y cree que éste depende de sus
propias habilidades para evitar conflictos y situaciones de violencia o
ruptura matrimonial.
La principal razón que demora o impide el abandono de la víctima es el
temor a las represalias, seguida de la dependencia económica y el miedo a
perder los hijos.
Algunos rasgos de la mujer victima de violencia son:
 Cree todos los mitos acerca de la violencia doméstica.
 Baja autoestima.
 Se siente culpable por haber sido agredida.
 Se siente fracasada como mujer, esposa y madre.
 Siente temor y pánico.
 Falta de control sobre su vida.
 Sentimientos encontrados: odia ser agredida pero cree que le han
pegado por su culpa, que se lo merecía.
 Se siente incapaz de resolver su situación.
 Cree que nadie le puede ayudar a resolver su problema.
 Se siente responsable por la conducta del agresor.
 Se aísla socialmente.
 Riesgo de adicciones.
 Acepta el mito de la superioridad masculina.
 Teme al estigma del divorcio

A veces las mujeres no se separan y sufren en silencio por miedo a perder


su seguridad económica y la de sus hijos. Esto sucede sobre todo en la
mujer que no tiene educación.  

Otras veces no se separan debido a las amenazas de más violencia o


de muerte, si intentan separarse. "Si le dices algo a la policía te mato". 
Cuando se pregunta a algunas mujeres por qué aguantaron maltrato
durante años, la respuesta más común es ésta: "Por mis hijos; no quería
que se criaran sin un padre". Parece una respuesta válida, pero si la
analizamos profundamente descubrimos su inconsistencia. Sucede que en
una situación de violencia los hijos también sufren.
El crecimiento en una atmósfera de miedo, tensión y terror influirá
negativamente en su desarrollo emocional y más tarde se manifestará en
el abandono escolar, en el uso de drogas, en desórdenes psicológicos y en
violencia y delincuencia.  

En la tercera edad y personas discapacitadas

Estos colectivos, al igual que los menores, son especialmente vulnerables.


En estos casos, además de la violencia que sufren, hay que sumarles la
edad y en muchos casos la dependencia física y /o económica del agresor.

Además, muchos de los casos de este tipo de violencia nunca llegan a


conocerse debido a que el anciano o la persona discapacitada no se
encuentran en condiciones de realizar una denuncia. De nuevo podemos
dividir las consecuencias en función del área afectada:
 A nivel físico: aparecen lesiones de todo tipo que en algunos
casos dejan graves secuelas e incluso la muerte, desnutrición,
deshidratación, fracturas debido a las caídas o los golpes,
abandono y falta de cuidados.
 A nivel psicológico: depresión, ansiedad, sentimiento de soledad
e incapacidad, sentimiento de indefensión y desesperanza,
ideación suicida y problemas somáticos.
 A nivel social: aislamiento del entorno. En algunos casos la única
persona con la que se pueden relacionar es con el propio
agresor.

Para el agresor

Numerosos estudios coinciden en señalar una serie de consecuencias que


aparecen en la persona que ejerce la violencia:

 Incapacidad para disfrutar de una relación de pareja o familiar


satisfactoria y gratificante.
 Riesgo de ruptura y pérdida de los familiares. Rechazo por parte
de la familia y el entorno social.
 Riesgo de detección y condena por parte de la justicia.
 Aislamiento social.
 Sentimiento de frustración, fracaso y resentimiento.
 Baja autoestima.
 Dificultad para pedir ayuda psicológica.
 Abuso del alcohol y otras sustancias.

CARACTERISTICAS DEL AGRESOR


Los agresores suelen venir de hogares violentos, suelen padecer
trastornos psicológicos y muchos de ellos utilizan el alcohol y las drogas lo
que produce que se potencie su agresividad. Tienen un perfil determinado
de inmadurez, dependencia afectiva, inseguridad, emocionalmente
inestables, impaciente e impulsivo. 
Una investigación de los psicólogos norteamericanos, el Dr. John Gottman
y Dr. Neil Jacobson. Señalan que los hombres agresores caen en dos
categorías: pitbull y cobra, con sus propias características personales: 
Pit bull: 
 Solamente es violento con las personas que ama
 Celoso y tiene miedo al abandono
 Priva a pareja de su independencia
 Pronto ora, vigilar y atacar públicamente a su propia pareja
 Su cuerpo reacciona violentamente durante una discusión
 Tiene potencial para la rehabilitación
 No ha sido acusado de ningún crimen

Cobra: 
 Agresivo con todo el mundo
 Propenso a amenazar con cuchillos o revólveres
 Se calma internamente, según se vuelve agresivo
 Difícil de tratar en terapia psicológica
 Uno depende emocionalmente de otra persona, pero insiste que su
pareja haga lo que él quiere.
 Posiblemente haya sido acusado de algún crimen
 Abusa de alcohol y drogas.

En ocasiones la violencia del agresor oculta el miedo o la inseguridad, que


sintió de niño ante un padre abusivo que lo golpeaba con frecuencia, al
llegar a ser un adulto prefiere adoptar la personalidad del padre abusador
a sentirse débil y asustado. En otros casos, los comportamientos ofensivos
son la consecuencia de una niñez demasiado permisiva durante la cual los
padres complacieron al niño en todo. Esto lleva al niño a creerse superior
al llegar a ser un adulto y a pensar que él está por encima de la ley. O sea,
que puede hacer lo que quiera y abusar de quien quiera. Piensa que se
merece un trato especial, mejor que el que se les da a los demás. 
Elementos constitutivos de la violencia sexual
Elemento Material .El estupro carnal normal e ilícito de un individuo con
una persona sin la participación de la voluntad de esta. 2. Ausencia del
Consentimiento.3. Intimación Criminal.
AGRAVANTES Si la victima tiene 11 o más años de edad pero menor de
18. La pena impuesta será de 3-5 Años. Si la víctima es de 18 o más años
de edad la pena impuesta será de 3-6 años de detención
LA AGRESIÓN SEXUAL CONYUGAL
Es la relación sexual no consentida con su cónyuge, o con la persona con
quien cohabite o haya cohabitado, o con quien sostuviere o haya
sostenido una relación consensual, o la persona con quien haya procreado
hijo o hija.
 La agresión sexual es primordialmente un acto de violencia.
El sexo es el instrumento del agresor, pero la motivación es el deseo de
humillar, controlar y dominar a su víctima.
 La agresión sexual entre parejas ocurre en todas las clases sociales,
económicas y razas.
 Cuando la mujer es obligada a tener relaciones sexuales en contra
de su voluntad, es víctima de una agresión sexual.
El abuso a la mujer por parte de una pareja masculina tiene consecuencias
sobre la salud física y la salud mental. Las consecuencias físicas incluyen
lesiones y múltiples dolencias somáticas menos definidas. En los Estados
Unidos, entre 22 y 35% de las mujeres que se presentan en los servicios de
emergencia urbanos exhiben síntomas relacionados con el abuso continuo
(Council of Scientific Affairs, American Medical Association 1992). 
INCESTO
Es toda trasgresión que consiste en la práctica de relaciones
sexuales entre parientes. Aunque hay algunas formas de incesto que son
tabú en todas lassociedades, el grado de relación en el que quedan
prohibidas las relaciones sexuales varía considerablemente según las
culturas y los periodos de la historia. En general, puede afirmarse que
suele estar prohibida la relación sexual entre madre e hijo, padre e hija y
hermana y hermano. Una excepción a esta regla se dio en el
antiguo Egipto y en el Imperio incaico, donde se permitía a los miembros
de la realeza que se casaran con sus hermanos o hermanas para preservar
la descendencia real.
NIVEL JUDICIAL
La intervención de la justicia es indispensable para la seguridad y
reparación de los individuos. Con todo, la manera cómo se actúa
judicialmente resulta, la mayor parte de las veces, traumática, por falta de
preparación psicológica de los agentes. El simple hecho de tener que
reconstruir los hechos al detalle y de tener que someterse a exámenes
médicos y psicológicos es, en sí, un segundo trauma.
EL EXHIBICIONISMO
Este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en
fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración,
ligadas a la exposición de los propios genitales a una persona extraña. En
ocasiones el individuo se masturba al exponerse o al tener estas fantasías.
El voyeurismo se define como fantasías sexuales recurrentes y altamente
excitantes, impulsos sexuales o comportamientos que implican el hecho
de observar ocultamente a personas, desnudándose o que se encuentren
en plena actividad sexual.
El exhibicionismo se define como fantasías sexuales recurrentes y
altamente excitantes, impulsos sexuales o comportamientos que implican
la exposición de los propios genitales a un extraño que no lo espera.
ACOSO SEXUAL
El acoso sexual es cualquier tipo de acercamiento
o presión de naturaleza sexual tanto física como verbal, no deseada por
quien la sufre, que surge de la relación de empleo y que da por resultado
un ambiente de trabajo hostil, un impedimento para hacer las tareas y/o
un condicionamiento de las oportunidades de ocupación de la persona
perseguida. El acoso sexual es una forma de violencia de género,
intersección de la violencia sexual y la violencia laboral e institucional.
Según María José Lubertino (ver Acoso sexual - Bibliografía), por un lado,
el acoso sexual "fortalece el estereotipo y desequilibrio cultural del
'hombre' productor (dominante) y de la mujer 'reproductora' (sumisa),
reduciendo a la mujer a objeto sexual y negándole el derecho de actuar en
espacios considerados masculinos y, al mismo tiempo, absolviendo a los
hombres de una mayor responsabilidad en el ámbito de lareproducción".
Para la especialista, dado que no sólo responde a diferencias de poder real
sino también al poder cultural, la mayoría de las víctimas de acoso son
mujeres, si bien los varones también pueden también ser víctimas de
acoso sexual por parte de mujeres o gays, especialmente cuando éstos
son sus superiores jerárquicos.

El PROXENETISMO O PROSTITUCIÓN DE MENORES


La prostitución infantil es una práctica sexual realizada con fines de lucro o
mediante el pago de un precio. A los que se encargan de vender los
favores sexuales de los niños se les denomina Proxenetas. En las
sociedades contemporáneas, se genera la prostitución infantil, en la que
los niños son desposeídos de su infancia, pierden la confianza en los
demás, particularmente en los adultos, y se quedan a merced de otros
tipos de explotación y pueden desarrollar toda una gama de síntomas de
tensiones postraumáticas tales como la depresión, la agresión y la
violencia, pérdida de autocontrol e inclinación a la auto mutilación.
Frecuentemente sus vidas terminan en suicidio.
 Sexología Forense. Campo de la Medicina Forense que estudia los
diversos problemas de carácter médico legal relacionados con el sexo.
 Obstetricia Forense. Es la rama de la medicina legal que se encarga
de la aplicación del conocimiento médico sobre el embarazo y el
nacimiento a situaciones de implicancia legal.
 Violación Sexual. Es todo contacto sexual con cualquier persona
que no puede o no quiere dar su consentimiento. (incapaces mentales,
menores de edad o personas inconscientes). es un tipo de acceso carnal
no consentido, mediante el cual se produce la profanación del cuerpo
de una persona que no ha podido o no tenido el ánimo de prestar el
consentimiento para ejecutar dicho acto, producto de lo cual su
integridad mental y física ha sufrido o pudo haber sufrido un ultraje.
En el marco jurídico, la violación es considerada como un delito grave
porque compromete una serie de bienes jurídicamente tutelados que
forman parte de los derechos fundamentales.
El Acoso Sexual. Es toda orden, amenaza, constreñimiento u ofrecimiento
destinado a obtener favores de naturaleza sexual, realizado por una
persona (hombre o mujer) que abusa de la autoridad que le confieren sus
funciones
El acoso sexual es una forma de discriminación por razón del género,
tanto desde una perspectiva legal como en su concepto. El acoso sexual se
presenta de muchas formas. Una de las más notorias es el llamado acoso
quid pro quo, expresión que describe la situación de la empleada obligada
a elegir entre acceder a unas demandas sexuales o perder algún beneficio
algo que le corresponde por su trabajo.
Dado que esto sólo puede ser hecho cometido por alguien con el poder de
dar o quitar un beneficio derivado del empleo, este acoso "quid pro quo"
es una forma de acoso sexual que entraña un abuso de autoridad por
parte del empleador (o por el agente del empleador en el que éste ha
delegado su autoridad para fijar cláusulas y condiciones).
Tipos de Acoso.
 a) Hostigamiento leve y verbal. Comentarios de tipo sexual, silbidos
o piropos ofensivos.
 b) Hostigamiento no verbal sin contacto físico. Miradas lascivas,
gestos obscenos y guiños de ojos.
 c) Hostigamiento verbal grave. -Llamadas y/o cartas no deseadas,
presiones para salir a tomar copas, a cenar, etc. con intenciones
eróticas y/o comportamientos similares. Hostigamiento verbal con
contacto físico no deseado. Pellizcos, Roces intencionados,
acorralamiento, etc.
 d) Hostigamiento físico que fuerza la consumación del acto sexual.
Las Vías de Acceso Carnal Previstos en el Código Penal.
La violación consiste en el acceso carnal de un hombre a otro hombre o a
una mujer, por vía vaginal (sólo a la mujer), anal o bucal, sin su
consentimiento.
El acceso carnal es la penetración del pene, por tanto sólo puede ser un
hombre el sujeto activo o autor de la violación. La penetración de un
dedo, la mano, la nariz o cualquier otra parte del cuerpo, no es acceso
carnal.
Los delitos sexuales se encuentran tipificados en el Código Penal, en los
artículos 330 al 335, modificados por la Ley 24-97, sobre los atentados a la
integridad física o síquica de las personas.
Lo que califica la violación sexual tipificada en el Código Penal es todo acto
de penetración sexual, de cualquier naturaleza que sea, cometido contra
una persona mediante violencia, constreñimiento, amenaza o sorpresa.
El delito de Acoso Sexual se tipifica en el art. Art. 333-2.- (Agregado por la
Ley 24-97 del 28-1-97 G. O. 9945), el cual prevé como Acoso Sexual toda
orden, amenaza, constreñimiento u ofrecimiento destinado a obtener
favores de naturaleza sexual, realizado por una persona (hombre o mujer)
que abusa de la autoridad que le confieren sus funciones.
La ley sanciona con Reclusión Mayor toda violación cometida en perjuicio
de una persona particularmente vulnerable en razón de su estado de
gravidez, invalidez o de una discapacidad física o mental; y cuando sea
cometida contra un niño, niña o adolescente, por una persona que tiene
autoridad sobre otra, o por una persona que ha abusado de la autoridad
que le confieren sus funciones.

¿Cuáles son los trastornos que más implicados están con las conductas
violentas?
“La percepción social que se tiene del trastorno mental, está íntegramente
relacionada con la ejecución de conductas violentas, provocando así una
mayor dificultad de integración y marginación de las personas que lo
sufren”
“La violencia constituye un problema de salud pública, y por tanto, es
fundamental estudiarla desde sus distintas vertientes, más aún si nos
referimos a trastornos mentales, como es el caso” ha expuesto Enrique
Echeburúa Odriozola, Catedrático de Psicología Clínica, en el primer día
del curso “¿Qué hay entre la violencia y los trastornos mentales?” como
son.
Esquizofrenia: Es una de las enfermedades mentales por excelencia. Las
personas con esquizofrenia suelen sufrir delirios, alucinaciones auditivas
que generalmente son experimentadas a modo de orden,
comportamientos desorganizados, lenguajes incoherentes y emotividad
inadecuada.
Es uno de los trastornos mentales que más riesgo de suicidio tiene, el 10 y
el 20% de las personas con esquizofrenia ha intentado suicidarse.

Esta enfermedad puede aparecer a través de brotes psicóticos, pero en


ocasiones también hay algunas señales que nos permiten darnos cuenta
de si una persona se está “descompensando”. Esto ocurre cuando la
persona no es capaz de mostrar emociones, cuando empieza a aislarse e
incomunicarse, cuando empieza a actuar de manera extraña, cuando
manifiesta conflictos con la gente de alrededor y cuando abandona sus
deberes rutinarios. “Este conjunto de indicadores, pueden considerarse
como una señal de alarma”.

Trastorno delirante en la psicosis: Este trastorno es menos frecuente y


surge a edades más tardías, a partir de los 30. En este caso, las personas
presentan un desarrollo normal, sin lenguajes extraños ni deterioros
cognitivos, aunque lo que sí se mantiene presente es el delirio. Los delirios
pueden ser diversos: de persecución, de celos (irracionales y absurdos),
satánicos (creyendo que otra persona tiene un maleficio), mesiánico (el
protagonista se cree dios, y el resto son el demonio) y de amor.

Los Trastornos parafílicos padecen las personas que presentar fantasías y


conductas sexuales atípicas, llegando incluso a la acción de conductas
violentas. Entre ellas, destacan la pedofilia, quienes la padecen tienen
fantasías sexuales con menores, y el sadismo, que supone la satisfacción
sexual con el sufrimiento y dolor de otras personas.

Trastorno bipolar con episodio maníaco/ depresión, ejemplo del episodio


maníaco, es cuando “una persona quiere realizar una gran misión, y en el
momento en el que alguien le contradice puede volverse agresivo”. En
cambio, los episodios de depresión son comunes “cuando una persona
esta triste continuamente, no le ve sentido a su vida, y no tiene ganas de
luchar por ella”.

Discapacidad intelectual, a pesar de que quienes la sufren son


generalmente víctimas, más que agresoras, también suelen caracterizarse
por la inmadurez afectiva, la impulsividad y la irritabilidad.

Finalmente, Echeburúa ha concluido plasmando el Estudio McArthur 2011,


que muestra cuáles son los predictores de comportamientos violentos en
las personas con trastornos mentales:

Tener una historia previa de agresiones, en un intervalo bastante reducido


La negación de la enfermedad y el rechazo al tratamiento.

La depresión constituye una de las secuelas más importantes que queda


en una persona que sufre violencia doméstica. La condición está asociada
a infartos cardiacos, dolores crónicos, envejecimiento prematuro,
disminución de la función inmune, problemas de cicatrización e incluso
la Enfermedad de Alzheimer. El problema es que los síntomas de la
depresión son muchas veces ignorados por las víctimas de abuso
doméstico debido a que son atribuidos a “la difícil vida que están
llevando”.
Otra consecuencia de la violencia doméstica es la hostilidad, la cual se
manifiesta con tendencias a desconfiar de personas y situaciones. Se
desarrolla una actitud donde se considera que todo en la sociedad es malo
y negativo, por lo que “hay que siempre vivir a la defensiva” y “cuidándose
de todo”. Diversos estudios han documentado que la hostilidad hace que
las arterias coronarias tengan tendencia a cerrarse y disminuya el riego
sanguíneo cardiaco, lo que aumenta la posibilidad de
padecer enfermedades del corazón. Otra consecuencia de la hostilidad,
especialmente en las personas que han sobrevivido eventos de violencia
doméstica, es que se aíslan socialmente y desarrollan serios problemas
con sus nuevas parejas. Estos eventos también pueden originar
enfermedades del corazón.
Un enfoque psicoanalítico sobre la violencia
Un enfoque psicoanalítico te ofrece una perspectiva que es centrada en la
simbolización de los actos agresivos que presenta todo ser humano, la
posición de la víctima y la responsabilidad subjetiva de los personajes que
hacen parte de la violencia doméstica. La violencia intrafamiliar se
considera como una epidemia que golpea a los hogares en un ámbito
mundial.
El psicoanálisis explica que todo ser humano existen desde la infancia
tendencias e impulsos agresivos que deben ser liberados. Esto sostiene
que la agresividad y violencia no son exclusivas de personas jóvenes o
adultas, clase social alta o baja, familia con cultura determinada y
educación. Enseñan que la violencia doméstica muestra dificultad para
trasmitir la agresividad de una forma civilizada. Los psicoanalíticos han
mostrado que en la infancia las personas experimentan placer cuando
liberan su agresividad, pero con el curso del desarrollo la educación
recibida en casa y el colegio hace que agresión se impide la satisfacción de
agresividad por medio del castigo

Propuesta para evitar la violencia Intrafamiliar

La violencia en el hogar se consideraba como un asunto privado, pero hoy


en día es considerado un problema de salud pública y de derechos
humanos.
La violencia en el hogar no solo afecta a los cónyuges  sino también a los
hijos de las mujeres maltratadas, pues los varones al ver estas actitudes
desde el hogar en un futuro pueden llegar a convertirse en maltratadores
ya que pueden llegar a pensar que si el padre lo hacía porque ellos no
pueden hacerlo, en el caso de las mujeres pueden llegar a casarse pero
pueden llegar a convertirse en víctimas sumisas de su pareja. El carácter
de un niño se define a los 7 años pero en el transcurso de la formación
ellos aprenden de mamá y papá, ponen en práctica lo bueno y lo malo que
ven en sus hogares y si los hijos no ven conductas agradables de sus
padres ellos aun así lo hacen pensando que no hacen mal porque papa y
mama lo hacen, pero estas malas actitudes  ya quedaron en la mente del
niño y se convierten en un trauma. La violencia del hogar se hace notar en
los niños ya que el desempeño no es igual.  Es notable cuando   un niño
tiene problemas en el hogar ya que se mantiene alejado de cualquier
actividad, no tiene amigos, no le gusta que se le acerquen, agresividad y 
constantes pesadillas; pero estas son solo consecuencias de la violencia en
el hogar. Hoy en día existen  asociaciones contra la violencia en el hogar
las cuales proponen lo siguiente:

 Si en la relación antes del matrimonio se ven actos violentos es


mejor hablarlo y tratar de cambiarlo.
 Establecer límites en el matrimonio cuando empiezan a haber
gritos, ya que los actos violentos empiezan por la falta de
comunicación en la pareja.
 Cuando se dé un problema tratar la forma de calmarse ya  que hay
niños de por medio.
 Saber que cada decisión que tomemos va a afectar de buena o mala
forma a los niños.
 Si ya se llegó a  un extremo en el que la violencia ya no solo es
verbal sino física acudir a un centro de consejería para los afectados.

 Denunciar cualquier abuso hacia un miembro de la familia.

 A nivel primario

 Mediante la modificación de las creencias culturales que perpetúan


la superioridad del hombre frente a la mujer o la superioridad del
fuerte contra el débil. Cuestionar la violencia como una vía útil para
resolver los conflictos.
 Trabajar en reducir el nivel de tolerancia de este tipo de
comportamiento a todos los niveles y buscar el rechazo y la
condena de estas situaciones. Y por último, es de especial
importancia realizar campañas de sensibilización y difusión de
información de las formas de violencia, sus consecuencias y cómo a
La prevención a nivel primario es de crucial importancia en el
ámbito educativo.ctuar frente a ella.

A nivel secundario

 En este tipo de prevención aparece la necesidad de formación y


reciclaje de todos los profesionales que puedan estar en contacto
con víctimas de violencia para que entiendan la situación en la que
se encuentran y poder ayudarles de la forma más adecuada.
 En este contexto es especialmente importante la formación al
personal sanitario, a las fuerzas de seguridad, servicios sociales,
abogados y jueces.
 En definitiva a todos los profesionales que puedan estar implicados
en la detección o intervención en situaciones de violencia.

 A nivel terciario

 Por último es necesario disponer de una serie de servicios y


recursos de atención, asesoramiento, protección y asistencia a los
que puedan acudir las víctimas de violencia.
 Uno de los objetivos principales de estos recursos debe ser el
restablecimiento de la vida de las víctimas, así como la
desaparición de las secuelas físicas y psicológicas que puedan
derivar de la violencia.

Conclusión
La violencia Intrafamiliar es aquella que tiene lugar dentro de la familia, ya
sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio, y que
comprende, entre otros, violación, maltrato físico, psicológico y abuso
sexual.  
Entendemos que la violencia doméstica es un modelo de conductas
aprendidas, coercitivas que involucran abuso físico o la amenaza de abuso
físico. También puede incluir abuso psicológico repetido, ataque sexual,
aislamiento social progresivo, castigo, intimidación y/o coerción
económica. 
Hay autores que señalan que la violencia Intrafamiliar se da básicamente
por tres factores; uno de ellos es la falta de control de impulsos, la
carencia afectiva y la incapacidad para resolver problemas
adecuadamente; y además en algunas personas podrían
aparecer variables de abuso de alcohol y drogas. 
La violencia doméstica no siempre resulta fácil de definir o reconocer. En
términos generales podríamos designarla como el uso deliberado de la
fuerza para controlar o manipular a la pareja o al ambiente más cercano.  
Se trata del abuso psicológico, sexual o físico habitual. Sucede entre
personas relacionadas afectivamente, como son marido y mujer o adultos
contra los menores que viven en un mismo hogar.  
La violencia doméstica no es solamente el abuso físico, los golpes, o las
heridas. Son aún más terribles la violencia psicológica y la sexual por el
trauma que causan, que la violencia física, que todo el mundo puede ver.
Hay violencia cuando se ataca la integridad emocional o espiritual de una
persona.  
El amor no debe doler. El amor implica confianza, protección, respeto a los
gustos del otro, comunicación, caricias, ayudas al crecimiento emocional y
espiritual. Consiste en compartir la vida con alegría, dialogar sobre las
diferencias y preferencias, y respetar la integridad física, moral y espiritual
de la persona amada.  
Las mujeres que aguantan una relación abusiva indefinidamente acaban
perdiendo su salud física y menta, se enferman, toda la familia termina
enferma. Las mujeres en situaciones abusivas pierden su autoestima. No
saben protegerse, ni se dan cuenta del peligro que corren.  
La violencia intrafamiliar es un problema social que todos debemos
conocer y enfrentar, afecta a un alto porcentaje de familias, sin distinción
de niveles sociales, económicos o culturales. A las víctimas les cuesta
mucho relatar lo que les sucede pues tienen miedo, vergüenza y por lo
general, tienden a culparse de la situación.
Desde la posición de víctima suele ser fácil detectar las acciones de
maltrato físico o sexual pues producen dolor y daños evidentes. Según
mi investigación detectar la violencia psicológica o emocional puede ser
mas complejo porque a menudo desarrollamos mecanismos psicológicos
que ocultan la realidad cuando esta nos resulta excesivamente
desagradable, sin embargo el sorprenderse realizando determinados actos
o en ciertas situaciones puede evidenciar el hecho.
En el caso de la República Dominicana, existe la necesidad de una buena
doctrina de la ley 24-97, cuyo marco jurídico difiere del encuadre general
de nuestro derecho: mientras en éste se mantiene como principio la
presunción de inocencia de la persona acusada, en la aplicación de la ley
24-97, así como en la 14-94, hay que referirse a los principios de la
"victimología" que establecen cómo la víctima de delitos sexuales debe ser
creída y cómo su solo testimonio constituye la prueba, en el caso que sea
sobreviviente. Esta práctica produciría un cambio de actitud respecto a los
crímenes contra las mujeres.
La debilidad en la práctica jurídica con estas legislaciones, relativamente
nuevas, está dada por la ausencia de pautas procedimentales claras, la
falta de reglamentaciones con sentido de género, pero sobre todo, por la
inercia cultural de quienes administran y operan en la justicia. Esta
insensibilidad desde todo el sistema, favorece al agresor sexual aún
cuando el buen sentido debe reconocer la incriminación que es
persistente, estable en el tiempo, sin ambigüedades ni contradicciones.

Delincuencia juvenil
INTRODUCCION
La delincuencia juvenil es uno de los fenómenos que en la actualidad se
torna más alarmantes para las sociedades y es uno de
los problemascriminológicos más estudiados internacionalmente, ya que
es un fenómeno de ámbito mundial, pues se extiende desde los rincones
más alejados de la ciudad industrializada hasta los suburbios de las
grandes ciudades, desde las familias ricas o acomodadas hasta las más
pobres, es un problema que se da en todas las capas sociales y en
cualquier rincón de la civilización.
En la provincia de Santiago de los Caballeros, como en la mayoría de las
ciudades del país, la delincuencia juvenil ha aumentado de forma
alarmante en los últimos años, pasando a ser un problema que cada vez
genera mayor preocupación a nivel jurídico, tanto por su incremento
cuantitativo, como por su progresiva peligrosidad cualitativa. Es por ello
que desde hace varios años las autoridades competentes han hecho suya
esta preocupación y han buscado soluciones a esta problemática, a través
de legislaciones capaces de enfrentar la misma.
En este sentido, el 7 de agosto del año 2003 se promulga la ley 136-
03, Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales
de los Niños, Niñas y Adolescentes, el cual establece en sus artículos 326
al 342, un régimen de sanciones aplicables a los adolescentes infractores
de la misma.
El artículo 327 de la referida ley establece que" comprobada
la responsabilidad penal de un adolescente, sea por comisión o por su
participación en una infracción a la ley penal vigente, el Juez podrá
imponer a la persona adolescente una sanción de acuerdo al tipo de
infracción cometida". Sin embargo, a pesar de dicha legislación y de
organismos encargados de velar por el fiel cumplimiento de la misma, en
la ciudad de Santiago de los Caballeros las infracciones cometidas a la ley
136-03 cada día es más creciente.
Según la ley en su artículo 126, "la finalidad de la sanción es la educación,
rehabilitación e inserción de las personas adolescentes en conflicto con la
ley penal". Sin embargo en la jurisdicción de Santiago de los Caballeros, un
alto por ciento de menores es reincidente en los casos por los cuales
fueron sancionados, poniendo esto en tela de juicio la efectividad de
las normas aplicadas.
El Juez de Niños, Niñas y Adolescentes, al imponer sanciones socio
educativas y órdenes de orientación y supervisión, debe fijar en la misma
sentencia la sanción privativa de libertad que deberá cumplir la persona
adolescente para el caso de que ésta no observe la o las medidas
dispuesta por la sentencia, siempre que fuere por causa que le sea
imputable.
La realidad antes descrita es la que ha llevado a los investigadores a
realizar un estudio acerca del nivel de aplicación de las sanciones
contenidas en la ley 136-03 a los adolescentes infractores de la misma en
los casos de delincuencia juvenil, específicamente aquello presentados en
el Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes del Distrito Judicial de Santiago
de los Caballeros, con el fin de analizar las sanciones aplicadas y la
ejecución de las mismas.

Antecedentes
Desde los inicios de la misma humanidad, una vez que los seres humanos
comenzaron a relacionarse entre sí han existido los conflictos,
ocasionando daños y perjuicios a los demás y creando a través del tiempo
distintos patrones de comportamiento, que cada día se vuelven más
nocivos para las demás personas y para la sociedad en general. La
delincuencia juvenil o las infracciones de niños y adolescentes, es un
fenómeno que día a día resulta más preocupante, por lo que resulta
imprescindible tener un conocimiento más amplio y más exacto de lo que
esto implica a nuestra vida como parte de una sociedad afectada con esta
problemática. Cuando hablamos de los inicios de esta figura penal,
podemos destacar que el enfoque para la represión y tratamiento de los
delitos cometidos por los niños, niñas y adolescentes surge desde la
antigüedad, el cual se remonta al derecho romano, mediante la ley de las
XII tablas, esta prescribía una pena fuerte para el ladrón, establecía que
los niños impúberes debían recibir una corrección según el arbitrio del
pretor, por medio de esta norma se establecía que el menor agresor tenía
la obligación de reparar el daño.
La ley de las XII tablas establecía una distinción entre las infracciones
voluntarias e involuntarias. El impúber al ser incapaz de comprender lo
que está bien o mal, solo era condenado a una pena suave. La atenuación
de la pena no suprimía la culpabilidad objetiva fundada sobre el carácter
sagrado de la regla violada.
Se determinaba la edad de la pubertad por un examen físico de cada
individuo. Era considerado como penalmente responsable aquel que era
reconocido de dolo. Este sistema, perfectamente individualizado, tenía el
inconveniente de establecer la edad de la pubertad arbitrariamente. No se
conoce país civilizado en que no se haya establecido normas legales de
protección y de sanción al menor. En el pasado un niño no era un sujeto
valorado, por lo que estos no aplicaban como entes jurídicos. En el
derecho antiguo la normativa jurídica penal no variaba sustancialmente
con la justicia penal que en ese entonces era aplicada a las personas
adultas.
En el derecho romano, durante la época de Justiniano se distinguen tres
períodos de edad: a) La irresponsabilidad absoluta que le correspondía a
los menores hasta los siete (7) años de edad. A partir de los diez (10) años
y medio en el hombre y nueve (9) y medio en la mujer, se consideraba que
el infante no era capaz de pensamientos criminales; b) Próximos a la etapa
de la pubertad hasta los doce (12) años en la mujer y catorce (14) años en
los hombres, se consideraba que la incapacidad de pensamiento podía ser
avivada con malicia, por lo que el menor podía ser sancionado; c) A partir
de los dieciocho (18), extendido como mínimo hasta los veinticinco (25)
años, estos eran castigados por sus actos delictuosos.4 En esta época
surge la “Ley del Talión”, y en Roma nace el principio “nullum crimen,
nulla poena sine lege”, que también son aplicables a los menores. El
período la Edad Media dio lugar a dos épocas, la primera con el
predominio de la iglesia y la venganza privada, y la segunda con el
predominio de leyes a cargo del poder público.
Durante este periodo de la historia, la imputabilidad del menor era
considerada en sus primeros años, aun cuando no estaba legislado.
Durante el Renacimiento, en el siglo X, ante el primer robo los padres
tenían la obligación de garantizar la futura obligación del autor del delito y
si este era menor de quince (15) años, tenía la obligación de jurar que no
reincidiría. En caso de que los parientes no asumieran la tutela del
adolescente, este era aprisionado con el fin de que pagara su culpa. Si este
luego de quedar en libertad cometía un nuevo delito, este era castigado y
conducido a la horca como los adultos.
En el Derecho Canónico se reconoció la inimputabilidad de los menores
hasta la edad de siete (7) años de edad y se aplicó la disminución de la
pena para los menores entre los siete (7) y catorce (14) años de edad. Por
lo que se presenta una noción más clara que marca una distinción entre
los menores y los adultos como entes jurídicos. Es en el período de la edad
moderna es donde el derecho presenta mayor progreso y evolución, en
esta época se propugna un derecho especial para los menores de edad,
por lo que a partir de esta iniciativa se reservaba la pena hasta que el
menor alcanzara la mayoría de edad.
En la edad contemporánea surge la Convención de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano, que reconoce los derechos humanitarios
establecidos durante la Revolución Francesa, surgiendo a partir del siglo
XIX, textos constitucionales y penales que establecen la seguridad y
protección de la persona respecto al delito. Sin embargo, los menores no
tenían ningún sistema especial para los juicios, ni penas especiales. En
esta época surgen las escuelas penales, las cuales reciben una gran
influencia de la psicología, dogmática y la lógica, humanizando así el
derecho penal. Se atribuye como precursor de este sistema a César
Becaria con su libro “De los Delitos y de las Penas”.
Más tarde en el derecho bárbaro, el criminal debía pagar a la víctima o a
sus padres según una tarifa, este era el sistema de la compensación,
mediante el cual, el niño penalmente menor era dispensado de pagar esta
dispensación, aunque la misma era cobrada a los padres. Para el 1810, el
Código Penal francés retorna el sistema del Código de 1791, época en la
que Luis XVIII ordenó la creación de prisiones de enmiendas para jóvenes
detenidos, pasando en el año 1834 a ser prisión preventiva para los
menores. El sistema del año 1810 guardaba las disposiciones de la ley del
25 de septiembre y del 6 de octubre de 1791, pero se agregó la relativa a
la jurisdicción competente en caso de crimen. El menor de dieciséis (16)
años gozaba de una presunción de discernimiento, sin embargo, esta se
trataba de una presunción simple, un discernimiento definido como la
conciencia del carácter delictuoso del acto en el momento en que era
cometido. Cuando un menor era considerado que había actuado sin
discernimiento, era descargado. Pero esto no significa que él se
encontraba en la situación anterior a su delito, su infracción era la prueba
de su peligrosidad, y era objeto de medidas educativas.5 Según las
circunstancias, el menor era entregad.
La ley de 1912 modificó completamente el sistema del código penal, esta
planteaba el principio de no responsabilidad absoluta de los menores de
trece (13) años. Además, introdujo en el sistema francés, dos instituciones
de origen anglosajón, los tribunales especializados para menores y la
libertad vigilada. Esta última permitía al juez de menores, durante el
tratamiento, dejar el menor en su medio de vida natural o colocarlo en un
centro de reeducación.
Se puede concluir de lo desarrollado anteriormente, que, en las diferentes
épocas, el menor no era considerad como una figura jurídica o sujeto de
derecho, sino que este era considerado como un objeto ante la vista de la
sociedad, al cual se le aplicaban medidas de represión, expiación y
responsabilidad moral. Sin embargo, a través de los diversos avances de
las sociedades, estos criterios se han ido modificando y adaptando a un
sistema en que los menores son considerados sujetos de derechos en
igualdad.

CONCEPTUALIZACIÓN DE DELINCUENCIA JUVENIL


Se entiende por delincuencia juvenil al conjunto de delitos,
contravenciones o comportamientos socialmente reprochables, que
cometen los menores de edad considerados como tales por la ley. La
delincuencia juvenil ha aumentado de manera alarmante en los últimos
tiempos, convirtiéndose en un problema que cada día genera mayor
preocupación en la sociedad, tanto por su incremento cuantitativo, como
por su progresiva peligrosidad cualitativa.
En algunos casos, definir el concepto de delincuencia juvenil resulta ser
complicado y problemático, debido a que en algunos países es una
calificación que se obtiene de aplicar definiciones del código penal,
cuando esas infracciones son cometidas por menores de edad; en otros,
incluye una gran variedad de actos en adición a los que se encuentran
enumerados en sus leyes de fondo. De tal suerte, las figuras estadísticas
de ciertos países se encuentran artificialmente abultadas en lo que
respecta a la delincuencia juvenil, mientras que en otros no se reflejan
esas figuras, sino un limitado número de conductas desviadas.
El análisis de la figura de la delincuencia juvenil puede ser observado
desde varias perspectivas, cuya tesis se puede interpretar como un área
de estudio aparte del derecho penal, con una esfera criminológica propia.
Esta se halla aun mantenida por especialistas y autores, conforme a
razonamientos y actitudes que no se justifican socio-políticamente.
En lo científico, la abundancia de la investigación muestra justamente lo
contrario de lo que se desea demostrar, la imposibilidad del carácter sui
géneris de la delincuencia de menores. A lo más que puede aspirarse es a
establecer una serie de correlaciones, que cuando son hechas por sus
proponentes, son inmediatamente negadas por otros, lo que explica en
parte las vicisitudes de la política y programas concebidos contra dicha
delincuencia y la pobreza de los resultados logrados.
Conceptualmente, la delincuencia juvenil puede ser descrita como una
combinación de términos que designan y establecen caracteres a la
condición del joven para aquella persona que ha cometido una infracción,
por lo que al momento de establecer este punto nos estamos adentrando
a una conducta que marca una acción antisocial y antijurídica cometida
por una persona que no ha alcanzado la mayoría de edad, o que se
encuentra dentro de los parámetros sociales de un menor de edad.
Cuando hablamos del término delinquir, este siempre tuvo un amplio
significado, refiriéndose a toda violación, acto ilegal o falta; lo que en
derecho romano se consideraba como “delictum”, que era una ofensa de
carácter privado, más tarde, se extendió al concepto de toda negligencia
en el cumplimiento de un deber, omisión o infracción de la ley. En la
terminología posclásica, los términos “delictum” y “crimen” son usados
indistintamente, pero anteriormente su significado no fue el mismo;
delincuente es, pues, el que comete una falta, infracción, delito o crimen,
o deja de hacer lo que debe hacer. Por su amplio significado, la noción de
criminalidad se perdió en gran medida, señaladamente en los países
anglosajones.

FACTORES DE LA DELINCUENCIA JUVENIL


La delincuencia es un fenómeno multifactorial, o sea, que tiene múltiples
factores que la originan, causan, motivan e impulsan. Entre estos se puede
mencionar el factor de la situación económica, que cada día se torna más
agobiante y poco esperanzadora, es decir, no se vislumbra una mejoría;
los ingresos son pocos, por lo que las necesidades de sus habitantes
resultan insatisfechas.
Así como otros factores de gran importancia, como la poca protección,
poca orientación, pocos medios o mecanismos que permitan al niño o
adolescente abrirse paso en la vida, pocos instrumentos logísticos que
permitan mantener al niño o joven en constante ocupación y que la
misma sea beneficiosa; así como una anormal o inadecuada organización y
aplicación legal al problema de la delincuencia juvenil.

La vida psíquica del niño es susceptible de modo notable al efecto de


contingencias ambientales negativas que, en grado variable, afectaran a la
salud mental. La vida del infante en un hogar sociológicamente anormal,
sea bajo la forma de una vida de miseria, de presenciar constantes
desavenencias y escenas violentas entre sus padres, ejemplos de
inmoralidad, ya sea en el terreno sexual o en el terreno ético, sin duda
ejercen sobre el niño una influencia mucho más perniciosa de lo que
podría imaginarse.
De esta manera es de primordial interés, para entender la llamada
delincuencia juvenil, comprender los factores exógenos del medio
ambiente que han presionado y lesionado al niño desde su más tierna
infancia.

Un hogar que se ha desarrollado en medio de una gran miseria, padres


desavenidos, con frecuentes encuentros verbales u otras formas de
violencia; sujeto a ejemplos de inmoralidad de toda índole, desarrollo de
su infancia sin el calor afectivo que requiere necesariamente un niño,
enseñanza práctica de la ejecución de actos antisociales de toda índole,
van provocando la formación de engranajes y modelos de conducta
profundamente enraizados en las mentes infantiles y que permiten al niño
reproducir las escenas morbosas y antisociales que han vivido.
El niño no se convierte en delincuente de la noche a la mañana, sino por
medio de una larga y prolongada serie de reacciones. En muchas
ocasiones se pueden detectar causas orgánicas cerebrales, bioquímicas,
alteraciones cromosómicas o genéticas, y otras, como las oligofrénicas y
las psicopáticas, pero por lo general los fenómenos anómalos que pueden
reflejar el carácter y conducta de la niñez están condicionados por la
situación social (vida familiar, extra familiar), así como por los hábitos,
diversiones, espectáculos, entre otros, que han estado presentes en la
vida del niño.
En muchos adolescentes su cambio de conducta a la delincuencia es una
reacción de frustración ante el fallo de una sociedad que les niega un lugar
apropiado. El fenómeno de la violencia es muy complejo, hay muchas
causas y están íntimamente ligadas una a la otra y conllevan a la
delincuencia de los menores. En general, estas causas se agrupan en
biológicas, psicológicas, sociales y familiares.
FACTORES EXÓGENOS
El ambiente familiar, formado por todas las personas queridas por el niño,
es el que modela al individuo, inculcándole creencias, valores, actitudes y
conductas, plasmándole su visión del mundo al dotarle de distintos
hábitos y de conocimientos prácticos. El primer ambiente social que actúa
sobre el niño es el entorno familiar, dejando las pautas que reflejaran sus
acciones en las subsiguientes etapas de la vida.
Estos factores influyentes vienen determinados por la propia contextura
psicosomática del menor, así como también por las condiciones
socioeconómicas, el modo de manifestarse, las relaciones familiares,
medio ambiente social, los valores comunitarios y la experiencia
educativa; todo ello va configurando a una trama alrededor de la cual se
desenvuelve la vida del menor, ejerciendo una evidente y fuerte influencia
en su comportamiento.
El hecho de que toda situación irregular tiene su causa en una serie de
factores que la determinan, exige el conocimiento previo de éstos, si lo
que se pretende es obtener un resultado satisfactorio de cara al menor y
en función de la justicia tutelar. La personalidad humana ha sido
considerada desde tres ángulos diferentes: constitucional u orgánica,
patológica y moral.

La primera hace alusión a unas causas endógenas, las segundas, en


algunos supuestos congénitos, puede ser de igual carácter, pero cuando lo
patológico es adquirido, incluyendo el de índole moral, nos encontramos
ante un carácter exógeno, tanto unas como otras deben ser consideradas
por el jurista para comprender cualquier situación irregular.
En algunos casos, los jóvenes son víctimas de las discriminaciones sociales
y excluidos de las decisiones importantes, muchos jóvenes carecen de
planes o proyectos de vida, y son considerados incapaces de adaptarse al
medio social, por lo cual toman la delincuencia como alternativa de
supervivencia. El fácil acceso a las drogas, la falta de oportunidades de
empleo, salud, educación y espacios para la cultura y el deporte, la
desintegración familiar, la impunidad, entre otros factores, componen el
contexto en el que nace y crece la delincuencia juvenil.
Hay algunas señales que pueden advertir del peligro, por ejemplo:
 Las fugas del hogar.
 El absentismo escolar.
 La baja autoestima.
 Las mentiras.
 El consumo de alcohol y otras drogas.
 Falta de expectativas.
 Familias desestructuradas.
 Problemas de comunicación.
En nuestra sociedad existen muchas familias, en las cuales los padres no
pueden mantener y educar a sus hijos en la forma que la sociedad le
exige, por lo que de alguna forma nos preguntamos, por qué razón se da
esta situación; la razón es que al no contar con los medios necesarios para
brindar e implementar formas que ayuden con el normal desarrollo, tanto
8 físico como mental, los niños y adolescentes tienen que vivir en lucha
constante por la supervivencia, buscando la forma de sobrevivir, ya sea de
manera lícita o ilícita.

Causas exógenas y sociales:


Son aquellas que, ajenas a la personalidad de los menores, influyen en su
conducta a través del medio ambiente social en que se desenvuelve su
vida, con relación al escenario en que su deficiencia y nocividad son
evidentes. La conducta delictiva es fruto de una combinación de causas, si
bien hay unos indicadores que podrían considerarse como factores de
riesgo en el periodo de la adolescencia.
Si es cierto que para determinar las causas de la delincuencia infantil hay
que entender el factor individual, esto es, la existencia de defectos debido
a la herencia, de anormalidades mentales y psíquicas, características del
temperamento y del carácter, no lo es menos, y si no hay discrepancias,
que 9 lo que mayormente influye en su delincuencia son las causas
exógenas o ambientales, el mundo circulante.10 Estos factores se pueden
clasificar como:
Factores ambientales:
Están determinados por el clima, la naturaleza del terreno, la
temperatura, entre otros. Cabe señalar que estos factores cooperan en un
cierto porcentaje al desarrollo físico e intelectual, determinando la cultura
de los pueblos, sus características racionales, que muchas veces se
manifiestan en su comportamiento.
Factores familiares: La familia juega un importante papel como factor
social primario, ya que desde los primeros años de vida del menor se fijan
pautas para la ulterior conducta de éste. La doctrina sostiene que unos de
los factores predominantes en la delincuencia juvenil es el flujo negativo
de la disolución o ineducación familiar, acompañada de la carencia de
comprensión y afecto.
Desde el punto de vista sociológico, se podría considerar al adolescente
como un grupo social marginal, atribuyéndose este carácter porque la
sociedad no los provee de valores morales, de sentido de autoridad y el
menor se crea sus propios valores, tales como dinero, placer, violencia y
sexualidad sin amor.
Cuando hablamos de este punto, existe otro factor que es de vital
importancia en la familia, es el factor económico, ya que la miseria impide
que los niños concurran a la escuela y sean atendidos en las necesidades
básicas del individuo, tales como alimento, educación y vivienda.
Factores extra-familiares:
 Compañías nocivas: Aquí podemos señalar los ejemplos perniciosos
provenientes de una promiscuidad en el estilo de vida, las malas acciones
e influencias en la calle y del grupo con que se relaciona el menor; todo
ello actúa en la sugestividad del menor, ya que estos pueden ser
fácilmente influidos por el entorno que los rodea, si los mismos no tienen
una base moral ya establecida, razón por lo que muchos jóvenes tienden a
tomar una actitud de imitación y emulación hacia las personas con las cual
se relacionan.
 Los medios de comunicación de masas: Todos los medios de
comunicación de masas, como son la radio, los diferentes medios escritos,
la televisión y el cine, etc., juegan un doble papel importante en la
sociedad, que son educar e informar, dependiendo del criterio con que
éstos sean manejados, ya que, si estos son utilizados irresponsablemente
y de manera incorrecta, pueden llegar a ejercer un papel desorientador,
violento, frustrante y muy negativo para el menor.
A este respecto, si tomamos en cuenta la sugestividad del menor,
podemos decir que la influencia negativa ejercida por los medios de
comunicación produce en los jóvenes consecuencias fatales, incitándolos
a adoptar formas de conducta desviada o irregular.

Definición de Delincuencia juvenil


Delicuencia juvenil juvenil es la denominación general que reciben
aquellos delitos que son perpetrados exclusivamente por individuos que
no han alcanzado la mayoría de edad, generalmente establecida en los 18
años. Por caso, se llamará como delincuente juvenil a aquel joven que no
llega a los 18 años y que se dedica a ejecutar diversas acciones ilícitas.

La delincuencia juvenil es un fenómeno de la sociedad actual que refleja la


creciente frustración social que sufren los jóvenes, víctimas de
discriminación y exclusión adoptan estilos de vida violentas convirtiéndose
en inadaptados sociales.

La delincuencia juvenil se transforma en una estrategia de sobrevivencia


juvenil siendo parte de una cultura de conflictos familiares, sociales,
económicos y políticos. La sociedad tiene el deber de entregar a los
jóvenes el derecho de llevar una vida digna, inclusiva e igualitaria velando
por su bienestar socioafectivo.

La Delincuencia juvenil es el término con el cual se conoce de manera


generalizada a todos aquellos delitos que son perpetrados de manera
exclusiva por personas que aún no han alcanzado la mayoría de edad, por
lo general dicha edad se encuentra establecida por las legislaciones de
cada país siendo la más común 18 años. Por ello se puede decir que un
delincuente juvenil es un joven que no llega a los 18 años y que suele
llevar a cabo diversidad de acciones ilícitas.

La delincuencia es un concepto que se usa cotidianamente para referirnos


a distintas situaciones. Cuando se habla de delincuencia estamos haciendo
referencia al hecho de cometer uno o varios delitos, es una acción que
ejercen personas al violar las leyes y por las cuales, en caso de ser
condenadas por tales hechos, se deben cumplir un castigo impuesto por
un juez.

Los órganos judiciales son los que determinan el tipo de pena,


dependiendo del grado de la transgresión. Los individuos juzgados
tendrán derecho a defensa, ya sea contratada por su propia cuenta o
mediante abogados designados del Estado. Por esto es que el resultado
final puede no ser justo para las partes demandantes o afectadas.

os castigos más comunes son la prisión o encarcelamiento y también las


multas, aunque también hay otros, dependiendo del país o del Estado en
el que sea enjuiciado, en los que el procesado puede hasta cumplir pena
de muerte (ejecución), aunque es poco frecuente.

En otros simplemente varía por la cantidad de años, en algunos se


extiende de por vida, este último suele tener lugar en el caso de haber
cometido homicidios o por dirigir grupos que hayan cometido
asesinatos. Hay otras situaciones en las que el tiempo designado es tan
poco que se puede pagar mediante firmas diarias. Los trabajos sociales
cuentan de la misma manera como castigo.

Actualmente se lucha contra este fenómeno que ha existido desde


siempre, quizás erradicarlo sea imposible, pero sí el control de ella debe
ser evaluado debido a la precariedad de los sistemas de castigo y los pocos
mecanismos de prevención efectivos que existen.

La delincuencia juvenil es aquella perpetrada por menores de


edad (dependiendo del país, puede ser hasta los 17 años) y ellos cuentan
con un tribunal específico para su procesamiento, que tiene
como objetivo la re-educación e inclusión, teniendo siempre presente
la protección juvenil. Es decir, no sólo aplicar una sanción.

En países anglosajones, como por ejemplo Estados Unidos, la delincuencia


juvenil tiende a ser más violenta (robo a mano armada, intimidación,
violación, etc.) que en otros sitios del mundo, como Latinoamérica, lugar
donde usualmente se relaciona con tráfico o consumo de sustancias
ilícitas y la sustracción de especias suelen ser hurtos. Aunque
igualmente la violencia con la que operan ha ido aumentando en el
último tiempo y son el foco principal de bandas que desean captar
integrantes para cometer sus fechorías.

Relación jóvenes y sociedad

La juventud es en parte definida a partir de un periodo en la vida biológica


de los individuos. Esto conduce la mayor parte de las veces a asociar a la
juventud con una etapa cronológica en la que hombres y mujeres
transforman sus características biológicas, abandonando así su etapa
infantil. Se trata de una situación transitoria, en la que el individuo deja de
ser considerado como niño, sin que alcance el estatus o desempeñe
papeles y funciones de adulto. La juventud, entonces, es una etapa donde
los individuos comienzan a entrenarse ejerciendo ciertos derechos y
cumpliendo obligaciones que un adulto no podría soslayar en su
interacción con los demás.

Si se considera a la juventud como una etapa del desarrollo individual que


mira hacia delante, etapa en la cual los individuos construyen una
identidad personal, se sabrá que esa actividad generará a su alrededor
elementos simbólicos que permiten el reconocimiento de su
individualidad, pero también su pertenencia a un género. En ese sentido,
Giddens se refiere a la juventud como una etapa de los individuos en la
que tratan de copiar las formas de los adultos, pero son tratados por la ley
como niños. Puede que estén obligados a trabajar o quieran trabajar, pero
deben ir al colegio. Sin embargo, no se trata solamente de un periodo en
la socialización del individuo donde el que fue niño copie las conductas de
los adultos, sino además, que represente la capacidad para distinguir
expresiones concretas de la etapa adulta.

De tal manera que la juventud representa un periodo en el que la


construcción de la personalidad del individuo se somete a una doble
presión social en la medida que la cultura proyecta dos modelos de ser:
uno apunta a la comprensión de las conductas adultas, y otro a los
patrones genéricos, masculino o femenino.

Conforme se advierte que la conducta de los jóvenes es normada por los


patrones sociales establecidos para una edad determinada, se confirma
que los individuos ya introyectaron los valores, principios y conductas
esperadas socialmente para interrelacionarse con los otros. De esa
manera, la sociedad comienza a conferirles el estatus de jóvenes que han
madurado, y estatus de joven adulto, es decir, un individuo que va
aprendiendo a ser responsable.

Por otra parte, la juventud, como diferencia arbitraria entre la infancia y la


edad adulta, refleja los niveles de conflictividad social que encierran las
relaciones generacionales. Para Bourdieu,

se trata de un proceso social mediante el cual las generaciones más


avanzadas construyen a través de la cultura unos patrones de conducta y
un papel, que impide a aquéllos que han sobrepasado la etapa infantil
(jóvenes), que prometan hacerse de las habilidades y recursos para ser
autónomos, y así accedan al poder (Bourdieu, 1990: 163).

Visto de esta manera, la juventud aparece como el límite que impide a los
jóvenes incorporarse, en igualdad de circunstancias, a las estructuras de
poder o de manera más real, al mercado de trabajo. De esta forma se
entiende mejor por qué en la juventud recae un estigma, pues es
indudable que esa etapa del desarrollo individual parezca como una
permisible irresponsabilidad provisional.

Por otra parte, resulta muy importante advertir que el choque


generacional no sólo se refleja en el monopolio sobre los elementos
materiales del poder, como es el dominio que tienen los adultos en las
actividades que permiten el acceso a la toma de decisiones y al dinero.
Son precisamente los adultos quienes aparecen como sinodales en el
proceso de socialización de los jóvenes, pues señalan los estereotipos
ideales que la sociedad espera de sus hombres y mujeres.
La relación entre juventud y sociedad ha sido a lo largo de la historia una
relación ambigua y contradictoria desde siempre; en todas las épocas,
aunque con distintas intensidades y acentos, ha habido un
enfrentamiento, tácito o manifiesto entre juventud y sociedad. Es una
larga historia de rebelión y de sometimiento, de subversión y de
conformismos, de absentismo y de adulación, de silencio y de protesta, de
violencia y pasotismo (Izquierdo, 1999: 20).

Ante este panorama, los jóvenes se sienten en la sociedad extraños,


solitarios y carentes de futuro, cansados de palabras vacías que suenan a
rutina, desorientados por unas transformaciones socio-políticas llenas de
desesperanza, que han puesto en evidencia la flaqueza en la fe de muchos
y descendientes de una generación marcada por un ritualismo inoperante,
pero al mismo tiempo sedientos de trascendencia, hambrientos de
espiritualidad y abiertos al misterio, la juventud corre el riesgo de
inventarse sus propios ídolos.

La iniquidad tiene sus raíces en los patrones de exclusión, en la


discriminación social basada en rasgos poblacionales y en los sistemas de
privilegios. A pesar de que la Constitución Política mexicana consagra el
ejercicio de los derechos en igualdad de condiciones para todos los
ciudadanos mexicanos, la brecha entre diferentes grupos de población en
el acceso a todo tipo de recursos y en el control sobre éstos es muy
profunda.

 Causas.
Las causas de la que hacen posible la delincuencia son múltiples, entre
ellas tenemos: la separación de los padres de familia, que tienen hijos
menores de edad, la pobreza que cada día sacude mas al Perú, el
desempleo, baja remuneración de salarios, las drogas que se llegan a
consumir muchas veces por influencia negativa en la sociedad, también
puede deberse a factores que tienen que ver con el estado de salud
mental de las personas ya que muchas veces están padeciendo
determinadas enfermedades que hacen que un ser humano se enriende
en actos delictivos. Pero reflexionemos la delincuencia desde el punto
familiar.
egún la opinión de Vega (1994), "Define a la familia como el primer
espacio de socialización del niño, que ejerce gran influencia en los
patrones conductuales y relacionales con el mundo que lo rodea. Por
tanto cuando la familia no desarrolla un vínculo funcional protector,
promotor y armónico, puede sobrevenir la inadaptación.". Asimismo opina
"que las características familiares más frecuentemente asociadas con la
delincuencia son":
 La antisocialidad de los padres.
 Supervisión y disciplina ineficaz.
 Desavenencias y falta de armonía familiar, pobres relaciones entre
padres e hijos.
 Familias numerosas y marginación social.
En conclusión, Vega, afirma que "Las deficientes condiciones de vida de
los habitantes por la existencia de familias numerosas y abandonadas por
el padre, impulsan a muchos niños a trabajar".
Según el censo del INEI (1993), Registró que uno de cada 14 niños son
trabajadores (435 mil); estos niños crecerán por lo general, sin mayores
oportunidades de estudio y adquirirán patrones de conducta adaptativa a
la realidad hostil que la calle les presenta, entre ellas el consumo de
sustancias psicoactivas y la delincuencia.Según
estecenso, la población total del Perú es de 22, 639,443 habitantes La
pobreza afecta a 13 millones de peruanos, quienes
perciben ingresos insuficientes para cubrir la canasta familiar y aprox. 4.5
millones viven en condición de extrema pobreza, de los cuales 596 mil son
niños menores de 04 años y un millón cien mil, entre 5 y 14 años. Los más
de 15 años de violencia terrorista dejaron 30 mil niños huérfanos, 12 mil
discapacitados, sin contar los niños muertos y sus funestas consecuencias
en las estructuras sociales.
Entre algunas causas por la cual el ser humano llega a delinquir y caer en
la delincuencia según la Empresa británica de seguros (Hiscox) (2008), son
las siguientes:
a) La pobreza extrema:
Una situación económica de pobreza extrema obliga a algunas personas a
buscar salidas equivocadas, las cuales los conducen a actuar ilícitamente o
a caer en los problemas de drogadicción, alcohol y otros excesos, y a veces
a caer en el suicidio. Hasta el 2009, por año se cometían de 20.000 a
30.000 secuestros en el mundo y de estos secuestros nueve de cada diez
se cometían en tan solo diez países, las tres cuartas partes
de Latinoamérica, convirtiéndose así en la región de más alto riesgo.
b) El desempleo
Otra causas que se detecta es el desempleo, que enfrenta y vive una gran
cantidad de personas; las personas que atentan contra los bienes y la
integridad física de los ciudadanos lo hacen, frecuentemente, por no tener
un empleo estable que les garantice ingresos suficientes para mantener a
su familia.
c) La falta de educación 
Esta es otra causa, la escasa y muchas veces inexistente educación de los
ciudadanos genera delincuencia, agresividad y por
supuesto inseguridad en aquellas personas que se mantienen al margen,
pero que son los que sufren las consecuencias de esta situación.
d) Bajo grado de cultura
Asimismo, la cultura tan pobre de nuestra población genera altos índices
delictivos y de agresividad contra las personas. Puede afirmarse que,
cuanta menos educación y cultura tengan las personas, serán más
propensas a la delincuencia y al crimen.
e) Entorno familiar descuidado
Entre los factores familiares que pueden tener una influencia negativa
podemos incluir los siguientes:
 La manera de disciplinar a los hijos por parte de los padres.
 Un conflicto o una separación parental.
 Padres o hermanos criminales.
 La calidad de la relación padre-hijo.
 Los niños criados por padres separados es más probable que
comiencen a delinquir que los que tienen ambos padres naturales,
sin embargo, si se tiene en cuenta el lazo que un niño siente hacia
sus padres y el nivel de supervisión parental se considera que los
niños en familias de madre o padre solteros no es más probable
para delinquir. El conflicto entre padres se considera mucho más
importante para que empiecen a delinquir que ser criado por un
padre separado.
 Así como si un niño tiene una supervisión parental baja. Muchos
estudios han encontrado una relación fuerte entre una carencia de
supervisión y la delincuencia, y esto parece ser la influencia más
importante de la familia. Cuando los padres no saben comúnmente
donde están sus niños, cuáles son sus actividades, o quiénes son sus
amigos, es más probable que se ausenten de la escuela y que
tengan amigos delincuentes que les conducen a delinquir. Una falta
de supervisión está enlazada con relaciones deficientes entre hijos y
padres, ya que hijos que están a menudo en conflicto con sus
padres suelen estar menos dispuestos a contarles lo que a diario les
sucede, por miedo y porque no confían en ellos.
 f) Menores de edad delincuentes por psicopatías
 Aquí el punto de referencia lo constituye la existencia de alguna de
las formas de psicopatía, entendida por Hare como la patología
integrada, conjuntamente, de la incapacidad de quien la padece de
sentir o manifestar simpatía o alguna clase de calor humano para
con el prójimo, en virtud de la cual se le utiliza y manipula en
beneficio del propio interés, y de la habilidad para manifestarse con
falsa sinceridad en orden a hacer creer a sus víctimas que es
inocente o que está profundamente arrepentido, y todo ello, para
seguir manipulando y mintiendo.
 Consecuencia de ello, es que el menor es incapaz de adaptarse a su
contexto y actuar como tal, porque el trastorno de
la personalidad que sufre, le impide inhibirse respecto de conductas
o comportamientos contrarios a las normas. El menor psicópata
tiende a perpetrar actos antisociales según la orientación nuclear de
la propia psicopatía, siendo de destacar en este sentido los actos
que expresan frialdad y crueldad por parte del sujeto.
 g) Menores de edad delincuentes por neurosis 
 La neurosis consiste en una grave perturbación del psiquismo
de carácter sobrevenido y que se manifiesta en desórdenes de la
conducta, pudiendo ser su origen muy diverso como fracasos,
frustraciones, abandono o pérdida de seres muy queridos, etc.
Criminológicamente, el neurótico trata de hacer desaparecer la
situación de angustia que sufre cometiendo delitos con el fin de
obtener un castigo que le permita liberarse del sentimiento
de culpabilidad que sobre él pesa, y esto es también válido para el
menor neurótico, aunque sean muchos menos que los adultos.
 h) Menores de edad delincuentes por autoreferencias
subliminadas de la realidad
 Aquí se incluyen los menores que, por la confluencia de
predisposiciones psicobiológicas llegan a mezclar fantasía y juego de
una forma tan intensa que empiezan a vivir fuera de la realidad. Es
precisamente ese estado anómalo el que puede conducirlos a
cometer actos antisociales.
 i) Menores de edad delincuentes con trastorno antisocial de la
personalidad
 Se trata de menores cuyas principales son la hiperactividad,
excitabilidad, ausencia de sentimiento de culpa, culpabilidad con
los animales y las personas, fracaso escolar, y son poco o nada
comunicativos. Una de las principales causas de este trastorno es la
ausencia o la figura distorsionada de la madre, aunque tampoco ha
de infravalorarse la disfuncionalidad del rol paterno, pues según
algunos trabajos, el crecer sin padre acarrea al niño nocivas
consecuencias que afectan al campo de la delincuencia.
 En muchos casos se trata de menores que viven en la calle, en
situación de permanente abandono, porque nos encontramos con
menores que, a su edad, acumulan graves frustraciones, rencores
y cólera contra la sociedad; y que tienen un mismo denominador
común: el desamor, la falta de comprensión y de cariño, así como
de atención y cuidado de sus padres.
j) Menores de edad delincuentes con reacción de huida
  En este caso se trata normalmente de menores que han sufrido
maltrato en el hogar y por ello abandonan el mismo. Son menores
psicológicamente débiles, y que en lugar de responder a la agresión,
eligen la huida sin plazos, y casi siempre sin rumbo. Ese alejamiento
les hace propicios al reclutamiento por parte de los responsables de
la delincuencia organizada, que les escogen para llevar a cabo
actuaciones simples pero de gran riesgo como
el transporte de drogas en su cuerpo.
 Pues como hemos analizado, las causas de la delincuencia son
múltiples y las influencias también, entonces debido a esta situación
en la sociedad, debemos tener cuidado con diversos factores que
inducen a este mal flagelo social como es la delincuencia y que a
partir de pequeños y grandes errores del hogar causados por el mal
entendimiento de los padres que muchas veces no están
preparados para serlo, sus hijos caen ante las influencias de
"amigos" delincuentes, porque no encuentran la comprensión y el
cariño de sus padres y lo buscan en los "amigos" de la calle. Aunque
también hay causas que son de origen psicológico.
 Ahora pasamos a revisar los puntos más claves de las consecuencias
de la delincuencia en la sociedad, nos daremos cuenta que son
múltiples, y que dañan a las personas que la padecen y que en
ocasiones no pueden recuperarse.

Consecuencias
Las consecuencias de la delincuencia y drogadicción son múltiples, a
continuación vamos a describir las más comunes de acuerdo a los autores
citados:
 a) Trastornos Mentales
Los trastornos de conducta normalmente se desarrollan en la niñez y se
manifiestan generalmente durante la vida adolescente.
Según el autor Holmes (2001), opina que: "Un
cierto comportamiento juvenil se atribuye al trastorno diagnosticable
conocido como trastorno de conducta".
Según la autora Lisi (2005) opina que: "Una vez que el joven continúa
teniendo los mismos patrones de comportamiento y llega a los dieciocho,
entonces está en peligro de diagnóstico con un trastorno antisocial de la
personalidad y es mucho más propenso a convertirse en un criminal serio.
Uno de los elementos principales usado en el diagnóstico de un adulto con
Trastorno antisocial de la personalidad consiste en presentar un historial
documentado de trastorno de conducta antes de los 15 años. Estos, dos
trastornos de personalidad son análogos en su comportamiento errático y
agresivo".
Según el autor Wolfang (1972), opina que: "La razón por la cual
delincuentes juveniles, habituales diagnosticados con trastorno de
conducta, es probable que muestren signos de Trastorno antisocial de la
personalidad en la madurez. Una vez que los adolescentes alcanza la
madurez, su comportamiento social inaceptable se ha convertido en un
estilo de vida y se convierten en criminales de carrera.La investigación
cuantitativa relativa a Estados Unidosfue hecha hace bastante tiempo,
sobre 9.945 delincuentes masculinos juveniles entre edades de 10 y 18 en
los años 70. La tendencia mostró un nuevo fenómeno entre los
delincuentes habituales. Para este estudio los delincuentes habituales
eran jóvenes que tuvieron más de cinco detenciones de la policía".
 b) Trastornos mentales no tratados
Según los autores Álvarez y Bachman, (2006), opinan que: Una vez que el
delincuente juvenil alcanza la madurez es probable que continúe
mostrando comportamientos de desadaptación y que aumente su riesgo
de ser procesado a través del sistema de justicia penal como delincuente
adulto. Debido al pequeño porcentaje de delincuentes adultos y juveniles
habituales que contribuyen en alto porcentaje a los delitos violentos (es
decir, asesinato y asalto con agravantes) el sistema de justicia penal debe
supervisar esa pequeña población de criminales profesionales en un
esfuerzo para prevenir la proliferación de delincuentes violentos serios.
La mayoría de delincuentes violentos exhibe rasgos del trastorno
antisocial de la personalidad y los muestran antes de los 15 años. El
trastorno antisocial de la personalidad es un diagnostico común para un
asesino en serie. Encontraron que una similitud entre los asesinos en serie
eran sus anteriores convicciones criminales. En este caso el trastorno de
conducta se puede convertir en un elemento probable para el asesino en
serie si no se diagnostica y se trata antes de que se convierta
completamente en la edad adulta en un trastorno antisocial de la
personalidad.
 c) Delitos contra las personas
La[1], afirma que: "La violencia interpersonal se ha convertido en un
mecanismo de resolución de conflictos cotidianos en América Latina. Las
tasas de lesiones y homicidios demuestran que esta situación afecta a
toda la población, pero en especial a los jóvenes de los sectores más
carentes de la sociedad. Las diversas expresiones de esta problemática
son: homicidios, violencia familiar, suicidios, delitos contra la propiedad".
 d) Homicidios
El homicidio es considerado como uno de los pocos indicadores confiables
para realizar estudios comparados (ibidem).
Esta fiabilidad del dato enfrenta algunos problemas por el desglose que
hacen ciertos países entre doloso y culposo, así como por la falta
de integraciónde la información de las diversas fuentes oficiales (como las
policías y los servicios médicos legales) en otros contextos. Además,
este delito permite caracterizar la magnitud de la violencia, ya que
involucra la mayor utilización posible de esta contra las personas,
(Dammert, L y Arias, P. 2007).
 e) Violencia intrafamiliar
Según la OPS (2003), afirma que: "La violencia intrafamiliar ha dejado de
ser un asunto exclusivo de las mujeres, pasando a ser concebido como un
problema social del que debe hacerse cargo el Estado en su conjunto. De
esta forma, es considerado como parte de la inseguridad ciudadana
debido a su influencia en el desarrollo de conductas violentas".
Los niños que sufren abusos ya sea directamente o que presencian abusos
en la familia aprenden menos en el colegio, presentan más problemas de
conducta y conflictividad, sus probabilidades de éxito en la escuela
disminuyen, son candidatos a la deserción, depresión, baja autoestima y
presentan mayor tendencia a tener conductas violentas en su edad adulta.
Este tipo de violencia surge como un factor de riesgo especialmente
poderoso en los casos de agresión masculina en la pareja (ibidem).
 f) Suicidios
Si bien no es un problema de violencia interpersonal o delictual, los
suicidios son un elemento relevante en este análisis. Principalmente, por-
que evidencian la calidad de la salud mental de la población, así como el
incremento del uso de la violencia auto infligida.
De acuerdo al Informe Mundial sobre la violencia de la OMS (2003), afirma
que: "Cerca de 815.000 personas habrían perdido la vida a causa del
suicido en el mundo, lo que representa una tasa mundial de mortalidad
anual de 14,5 (un suicidio cada 40 segundos)", por otro lado afirma que las
muertes por suicidio dejan secuelas sobre muchas personas en lo
emocional y social, y por lo tanto también en lo económico.
 g) Delitos contra la propiedad
La comparación de los datos disponibles en materia de delitos contra la
propiedad presenta enormes complejidades debido a las diferencias
existentes entre los distintos países, tanto en su tipificación penal como en
cuanto a la modalidad en que ellos son publicados (agrupados,
individualizados, solo se publican los tipos más recurrentes, etc.), a lo que
se suman las diferencias en cuanto a las series de información disponibles
y su forma de presentación (frecuencias o tasas). (Dammert, L y Arias, P.
2007).
Los delitos contra la propiedad son los que presentan las mayores tasas y
tienen una importante incidencia en los índices de victimización; entre
ellos destacan los hurtos y robos como los de mayor ocurrencia en los
distintos países, aun cuando se observan diferencias importantes entre las
distintas regiones de un mismo país. El temor detectado en
las encuestas de victimización y otros estudios se produce
mayoritariamente en lugares públicos (la calle, el transporte) que es
donde se produce la mayoría de los hurtos y robos (a excepción de los
robos a casas). (Ibidem)
"Es así como, por ejemplo, en la ciudad de Lima los delitos contra
el patrimonio serían el principal problema de seguridad y representan el
principal tipo de violencia percibida por la ciudadanía", (Ibidem).
 ÍNDICES
 a) A nivel de América Latina e Iberoamérica
La ONU (2010), afirma que: En América Latina se comete anualmente el
27% de los homicidios del mundo a pesar de que en ella vive sólo el 9% de
la población mundial. 10 de los 20 países con mayores tasas de homicidios
en el planeta son latinoamericanos. El Perú, afortunadamente, no destaca
en este terrible rankingde la muerte, cuyos primeros lugares mundiales los
ocupan Honduras y El Salvador, mientras que el campeón sudamericano
esVenezuela. Aunque las cifras varían según las fuentes y los años, las
estadísticas de la ONU para el 2010 señalan que las tasas de homicidios
por 100,000 habitantes fueron de 86 en Honduras, 66 en El Salvador, 49
en Venezuela y sólo 5 en el Perú. Si bien el Perú registra una baja tasa de
homicidios, el Latino barómetro revela que la incidencia de delitos
comunes en el Perú es de las más altas de la región. El 40% de los
entrevistados declara que él o algún pariente han sido asaltados,
agredidos o han sido víctimas de algún delito en los últimos 12 meses. El
Perú ocupa el segundo lugar, después de México, en este lamentable
rankingde la violencia general.  Para simplificar podríamos decir que en el
Perú se asalta a más gente, pero se mata a menos.
El Perú aparece en un lugar destacado en el crecimiento de las pandillas.
El 34% de los peruanos considera que en su barrio se presentan
frecuentemente peleas entre pandillas, muy por encima del promedio
regional: 24%. Del mismo modo, el Perú destaca, lamentablemente, por su
escasorespeto a la ley. En promedio, el 31% de los latinoamericanos
considera que los ciudadanos de su país cumplen las leyes, pero este
promedio esconde grandes contrastes entre países con una conducta
cívica muy avanzada, como Uruguay, donde el 54% cumple con la ley y
países donde "la informalidad" y el comportamiento al margen de la ley
son socialmente más aceptados. El caso más extremo es el Perú, donde
sólo el 12% estima que sus conciudadanos cumplen las leyes (Ibidem).
Según el autor Dawn (1998), opina que: "En América Latina, la violencia
doméstica, dependiendo de su definición, afectaría entre el 25% y el 50%
de las mujeres. En Brasil la estadística de denuncias indica que el 70% de
los hechos violentos tuvo lugar al interior de sus hogares y fue cometida
por su pareja".
Según el IMFT (2004), afirma que: "Uno de los pocos estudios nacionales
de difusión pública desarrollados en México muestra que casi el 50% de
las mujeres mayores de 15 años que residen junto a su pareja han vivido a
lo menos un incidente de violencia de parte de ellos. Dichas cifras han
consistido en violencia física para 1,8 millones de mujeres y violencia
sexual en el caso de 1,5 millones".
"Por otro lado, en la ciudad de Lima, Perú, un estudio muestra que entre
febrero 2003 y marzo 2004 murieron 119 mujeres por acción dolosa de
una pareja o ex pareja", (Ibidem).
Por su parte, en Chile, en el año 2004, murieron 70 mujeres a manos de
sus parejas, la cifra más alta en estos últimos 3 años. Cabe destacar que
esta información no contempla aquellas muertes de hijos a manos de sus
propios padres. Es importante conocer la cifra de homicidios que ocurre
en el contexto de la violencia doméstica, información que es consignada
solo en algunos países, (OMS, 2002).
América Latina es la segunda región más violenta del mundo, la evidencia
muestra un fuerte incremento de los delitos que se cometen diariamente
en sus ciudades. De igual forma, estudios preliminares ponen el acento
sobre el rol de la sensación de inseguridad en los procesos de
consolidación democrática (Ibidem).
Según el PNUD (2005), afirma que: "En Costa Rica, casi seis de cada 10
mujeres (57,7%) han sufrido algún tipo de agresión física o sexual grave
luego de cumplir los 16 años. De estas, una cuarta parte ha sufrido estos
ataques en forma reiterada; una de cada cuatro reportó haber sufrido una
violación (11,6%) o intento de violación (14,8%). A lo anterior se suman las
diversas formas de maltrato psicológico, limitaciones a su libertad y abuso
emocional".
Factores determinantes que llevan a la juventud a la delincuencia y
drogadicción

Diversos factores.
Existen diversos factores por los cuales las personas pueden llegar a
participar de violencia y actos delictivos muchas veces agravantes, pero
sea como sea es un delito contra la seguridad ciudadana, pues hoy en día
no se puede transitar tranquilamente por la veredas y calles. Aunque cabe
destacar que estos factores muchas veces son psicológicos y muchas veces
psíquicos, los dos son peligrosos pero con un tratamiento adecuado se
puede neutralizar dicha conducta agresiva contra la sociedad.
"Los factores individuales y biográficos que caracterizan al delincuente
juvenil y al drogadicto llevan a la conclusión de que el delincuente es
una persona con un gran conjunto de deficiencias, y una de ellas es que
comete delitos",(Vacchelli 2001).
Entre los factores que inducen a la delincuencia y la drogadicción,
tenemos los siguientes:
 Impulsivo.
 Con afán de protagonismo.
 Fracaso escolar.
 Consumidor de drogas.
 Baja autoestima.
 Familia desestructurada.
 Clase baja.
 Falto de afectividad.
 Agresivo.
 Sin habilidades sociales.
 Inadaptado.
 Frustrado.
 Deprimido.
 Rencor hacia la sociedad.
Como estamos analizando, los factores son diversos y
las actitudes realizadas de estas traen múltiples consecuencias, que de no
contar con un planpreparado para revertir estas conductas, pensamientos
y sentimientos los cuales denigran a la persona, entonces nos estaremos
preparando para lo peor, de lo que nos daríamos cuenta muy pronto si
este plan no se redacta y se pone en marcha, pues la delincuencia
crecería. Existen diferentes tipos de factores de los cuales daremos
conocimiento.
Sin duda la primera barrera es la falta de información sistemática y
rigurosa que permita caracterizar la magnitud de los fenómenos en
América Latina. Los procesos de desarrollo político, económico, social y
cultural son específicos de cada país y complejizan la capacidad de
comparación entre contextos diversos. Sin embargo, tomando en cuenta
estos diferentes elementos, es evidente que el análisis de experiencias y
prácticas vinculadas con la participación de la ciudadanía es enriquecedor
para todos los involucrados,(Dammert, L y Arias, P. 2007).
Como nos damos cuenta, existe poca información de datos estadísticos y
de conocimiento social a través de los profesores hacia los alumnos y lo
más principal, de padres a hijos, dándoles a saber los motivos por los
cuales muchas personas llegan a delinquir. El no dar conocimientos a
nuestros hijos y a la sociedad sobre la delincuencia ya se está viendo
crecer en corto tiempo, por lo que la participación ciudadana es la más útil
y de ella depende la erradicación total o parcial de este mal social en la
que nos vemos afectados.
Otro fenómeno interesante se relaciona con la llamada "geografía del
delito"que en los inicios de la década pasada se centraba en las ciudades
capitales de cada país pero que ha mostrado capacidad de movilidad hacia
ciudades intermedias". (Dammert, L y Zúñiga, L 2007).
Como vemos, nos cuenta que la delincuencia sigue progresando por la
despreocupación del gobierno y del estado y por falta de propuestas anti-
delictivas por parte de la policía y por falta de proyectos de largo y corto
plazo por parte de los estudiantes de la universidades, pues los resultados
de la delincuencia se ven en el traslado de esta de las ciudades capitales
hacia las ciudades intermedias.
En términos de las respuestas de política, en Europa, cuatro son los
elementos esenciales a destacar: en primer lugar, el rol principal que
tienen los gobiernos locales en la definición de políticas de prevención
y control, pues los encargados locales de la seguridad han avanzado
significativamente en situarse como actores centrales en la definición e
implementación de políticas de prevención (Ibidem).
Alternativas que facilitan la disminución estadística de la delincuencia en
la ciudad de Jaén
Diversas propuestas de involucramiento ciudadano ejecutadas
 a nivel local
Somos conscientes de que la inseguridad ciudadana incide negativamente
en el desarrollo social, cultural, económico y educativo de nuestro país.
Por eso se tiene que encontrar, con urgencia, medidas que solucionen
esta problemática. La policía, en conjunto con los gobiernos locales, y,
también, la sociedad civil tienen que trabajar para proponer y hallar dichas
medidas. En el siguiente artículo, nosotros, como parte de la sociedad
civil, expondremos algunas soluciones que podrán disminuir la gravedad
del problema. En esta ocasión, basaremos nuestras soluciones en los
ámbitos social, educativo y policial.
Considerando la opinión del Conacev (2010), nos dice que: En el ámbito
social, nos centraremos en cuatro puntos. En primer lugar, se encuentra
el programa de resociabilización de jóvenes de la calle. Este consiste en
otorgar opciones laborales, culturales o sociales que incentiven un
adecuado uso del tiempo libre en los jóvenes. Por eso, estas opciones
deben de ser atractivas, que recreen y tengan sentido integrador. En
segundo lugar, está el ofrecimiento de oportunidades laborales para la
población penal. Si se capacita a un ex interno este puede trabajar con las
habilidades despertadas en lacapacitación y, así, no caerá otra vez en la
delincuencia y criminalidad. En tercer lugar, está la información para la
participación. La población debe tener acceso a encuestas y estadísticas
sobre la inseguridad ciudadana. Tener una amplia disponibilidad de
información contribuye a perfeccionar la política desarrollada en materia
de seguridad ciudadana". En cuarto lugar, se encuentra la existencia de un
centro de asistencia a las víctimas para que se les pueda brindar ayuda
psicológica, dependiendo del nivel de violencia.
Como afirma el Instituto de Defensa Legal: "El desarrollo de la
problemática victimológica y la asistencia interdisciplinaria de las víctimas
sirve para atenuar graves consecuencias que ocasionen los delitos tanto el
aspecto individual, como el familiar y el social".En el ámbito educativo, el
sistema actual en el Perú no consta de métodos que enseñen a los niños
desde pequeños a no resolver sus riñas de manera violenta. Es bueno, sin
importar su edad, inculcar a los niños el respeto hacia los demás para, así,
convivir en armonía en la sociedad. También, es necesario combatir
la deserción escolar, pues esto vincula a los jóvenes a no asistir a las
escuelas y darse al abandono (punto de inicio de la violencia juvenil en las
calles). (Ibidem)Y, por último, en el ámbito policial, se les debe dar
importancia a dos aspectos.
En el primer aspecto, está la descentralización jurisdiccional y geográfica.
Esta se refiere a separar por niveles de gravedad los delitos cometidos en
determinados lugares y circunstancias: no se puede imponer con una
misma pena a alguien que robó y a otro que mató. En el segundo aspecto,
se debe observar una clara división de funciones de los policías. Nuestro
sistema de seguridad debe separar adecuadamente las funciones y estar
debidamente dirigido y vigilado por un especialista en dicho aspecto.
(Ibidem).
Para la erradicación de la delincuencia, también se ha visto conveniente la
participación e involucramiento de la ciudadanía en las calles, que sea
una comunidad que confíe en la policía nacional, y que esta no cometa
actos de corrupción para que la población crea en ellos, que los jueces
sean autoridades conscientes del problema social que afecta al desarrollo
y crecimiento del país, y no caigan en coimas. Asimismo la población debe
de plantear sus propias alternativas de solución para disminuir los niveles
de la delincuencia.
Una de las alternativas para disminuir estos niveles de conflicto es el
desarrollo de iniciativas de participación comunitaria que han tomado un
lugar central en las políticas públicas de seguridad. Esta situación se
presenta principalmente por la fuerte tendencia de crecimiento de los
delitos denunciados, la violencia utilizada en ellos, el temor ciudadano y la
aparente dificultad gubernamental para enfrentar dichas problemáticas.
En este sentido, las políticas de participación buscan concitar apoyo
ciudadano e incrementar la legitimidad de las instituciones encargadas del
control y de la prevención de la criminalidad, (Dammert, L y Zúñiga, L.
2007).
Perspectivas teóricas en delincuencia juvenil.
? Teoría de la elección racional.
La criminología clásica considera que las causas del crimen tienen
principalmente su origen en el propio delincuente, más que en su entorno
externo. Para los clasicistas, lo que motiva a los delincuentes es el propio
interés racional, y se remarca la importancia de la decisión libre y de la
responsabilidad personal. La teoría de la elección racional es el ejemplo
más claro de este planteamiento.
? Teoría social de la desorganización.
Los planteamientos positivistas actuales generalmente se centran en
la cultura, lo que produciría la ruptura de las relaciones de familia y con la
comunidad, de los valores y con un mayor individualismo.
?Teoría de la tensión.
La teoría de la tensión se asocia principalmente al trabajo de Robert
Merton[12]Merton creía que en la sociedad hay trayectorias
institucionalizadas hacia el éxito. La teoría de la tensión sostiene que el
crimen es causado por la dificultad que tienen los que viven
en pobreza para alcanzar por medios legítimos metas socialmente
valoradas. Para aquellos que, por ejemplo, no consiguen logros educativos
es más difícil alcanzar la riqueza y el estatus social asegurado por
un empleo bien pagado, y por tanto, es más probable que utilicen medios
criminales para obtener estas metas. Merton  sugiere cinco adaptaciones a
este dilema:
? Innovación: individuos que aceptan metas socialmente aprobadas, pero
no necesariamente los medios socialmente aprobados.
? Retirada: los que rechazan metas socialmente aprobadas y los medios
para adquirirlos.
Ritualismo: los que compran en un sistema de medios socialmente
aprobados, pero pierden de vista las metas. Merton creía que los
consumidores de droga están en esta categoría.
? Conformidad: los que se ajustan a los medios y a las metas del sistema.
? Rebelión: gente que niega metas y medios socialmente aprobados
creando un nuevo sistema de metas y de medios aceptables.
Una dificultad con la teoría de la tensión es que no explica por qué los
niños de familias con ingresos bajos tendrían un
mal desempeño educativo en un primer momento. Indicar el hecho de
que mucho crimen juvenil no tiene una motivación económica. La teoría
de la tensión no logra explicar el delito violento, el tipo de crimen juvenil
que causa la mayor ansiedad al público.
? Teoría de subculturas.
Se relaciona con la teoría de la tensión. La dificultad de la juventud para
alcanzar objetivos y un status socialmente reconocido produce grupos de
gente joven que forman subculturas delincuentes y desviadas del buen
camino, que tienen sus propios valores y normas. Dentro de estos grupos
el comportamiento criminal puede ser valorado realmente, aumentando
el estatus de un joven. La noción de subculturas delincuentes es relevante
para los crímenes que no están motivados económicamente. Los
miembros masculinos de las bandas pueden discutir para tener sus
propios valores, tales como respecto por la habilidad para luchar y por el
atrevimiento. Sin embargo no está claro por qué los hace diferentes de los
jóvenes normales "no?violadores de la ley". Además no hay una
explicación de porqué la gente incapaz de alcanzar metas socialmente
reconocidas debe elegir necesariamente sustitutos criminales. Las teorías
de subculturas también han sido criticadas por haber mantenido una
distinción demasiado grande entre lo que es "normal" y lo que es un
comportamiento "desviado". Hay también dudas sobre si la gente joven
rechaza conscientemente los valores generalmente aceptados.
 Teoría de asociación diferenciada.
La teoría de la asociación diferenciada trata de los jóvenes en un contexto
de grupo, y mira cómo la presión de los compañeros y la existencia de
bandas pueden conducir al crimen. Sugiere que los jóvenes son
impulsados a cometer crímenes por compañeros delincuentes, de los que
aprenden destrezas criminales.
También se ha citado como factor de disminución de la delincuencia la
reducción de la influencia de los compañeros cuando los hombres se
casan.
Hay pruebas evidentes que la gente joven con amigos criminales es más
probable que cometa crímenes. No obstante, puede darse el caso de
delincuentes que prefieren asociarse, entonces los compañeros
delincuentes hacen que algunos empiecen a delinquir. Además se plantea
la cuestión de cómo el grupo de compañeros delincuentes empezó a
delinquir inicialmente.
? Teoría del etiquetado.
La teoría del etiquetado indica que una vez que han etiquetado a la gente
joven como criminal, es más probable que delinca. La idea es que una vez
que se ha etiquetado a un joven como diferente, este puede aceptar el
papel y es más probable unirse a otros que han sido etiquetados del
mismo modo. Los teóricos del etiquetado dice que existe una
mayor probabilidad que los niños masculinos de familias pobres sean
etiquetados como diferentes, y esto se puede explicar parcialmente
porqué existen más delincuentes masculinos jóvenes de clase baja.

Perspectiva psicologica de la delicuencia juvenil


La Psicología plantea que la delincuencia juvenil es “un subconjunto de
conductas desviantes que violan las reglas por imprudencia, interés,
renegación o desafío” (Doron & Parot, 1998, p. 153), que se relacionan
con problemáticas del desarrollo psíquico y social, perturbados por
alteraciones del vínculo interhumano o por carencias traumáticas, y que
varía según el origen social, la edad y el sexo de los contravenientes
(Doron & Parot, 1998). En este mismo sentido, Uribe (2009) hace mención
de cómo, para la Psicología, el menor de edad no es totalmente
responsable de sus actos delictivos, debido a la falta de un pleno
desarrollo de la conciencia, es decir, hace una relación intrínseca entre
este proceso cognitivo y la mayoría de edad.
Las estrategias que tienen mayor aceptación y éxito son las intervenciones
o tratamientos en los que se busca la prevención, ya que se trabaja con los
factores de riesgo de las conductas antisociales. Es decir, se centran
directamente en las causas del problema para evitar la reincidencia de las
conductas delictivas. Para ello, los psicólogos trabajan con especialistas de
las áreas de victimología, criminología, sociología, educación, trabajo
social y derecho. Los tratamientos psicológicos tienen el objetivo de
disminuir los factores de riesgo relacionados con conductas delictivas y
consisten en intervenciones psicoeducativas que van dirigidas a
delincuentes convictos y jóvenes en riesgo de delinquir. Andrews y Bonta
tienen un programa en el que se hace alusión a cuatro grandes factores de
riesgo para la delincuencia juvenil:

1. las cogniciones antisociales


2. las redes y vínculos prodelictivos,
3. la historia individual de comportamiento antisocial y
4. los rasgos y factores de personalidad antisocial.
Las habilidades o competencias que se deben reforzar en delincuentes
juveniles se concretan en cuatro grupos:

1. desarrollo de habilidades tales como hábitos de comunicación,


responsabilidad familiar, motivación de logro por medio de
condicionamientos operantes de refuerzo y castigo para moldear o
extinguir determinadas conductas del individuo.
2. desarrollo moral y desarrollo de pensamiento para la resolución
cognitiva de problemas interpersonales, en donde se le enseña al
sujeto a reconocer y entender un problema, identificar emociones
asociadas a este, crear opiniones, ver las consecuencias y buscar y
escoger posibles soluciones para aplicarla. En caso del desarrollo
moral, se aplican técnicas y niveles de desarrollo moral de Piaget y
Kohlberg.
3. control de la ira y regulación emocional, ya que la ira y el descontrol
emocional son los principales motivos de conductas violentas y
delictivas. Se intenta entrenar al sujeto en tres aspectos:
habilidades para el manejo de situaciones, interpretación adecuada
en la interacción social y evitación de exasperación emotiva.
4. prevención de recaídas utilizando la generalización de los logros
terapéuticos obtenidos. Para ello, se puede aplicar la técnica
psicológica de generalización y mantenimiento, donde se utilizan
programas de reforzamiento intermitente, entrenamiento de
habilidades en diversas situaciones con inclusión de personas
cercanas al individuo, uso de consecuencias y autocontrol.

La crisis de la adolescencia desde la perspectiva psicoanalítica Para lograr


una identidad más o menos definida que le permita ingresar al mundo
adulto y cumplir con determinado rol en la sociedad y en la reproducción,
el adolescente vive un momento crítico que, según Aberastury (1987), lo
lleva a huir del mundo exterior, busca un refugio en la fantasía y en su
mundo interno, se incrementa la omnipotencia narcisista y la sensación de
prescindencia de lo externo. “Sufre crisis de susceptibilidad y de celos,
exige y necesita vigilancia y dependencia, pero sin transición surge en él
un rechazo al contacto con los padres y la necesidad de independencia y
de huir de ellos” (p.25).
En este período, la actitud del yo hacia el ello está determinada por
factores cuantitativos y, por ello, cuando surgen conflictos, el ello, que
ahora es más fuerte, puede vencer al yo, lo que se evidencia en la falta de
persistencia del carácter anterior del sujeto. Se da comienzo así a la etapa
de la adultez con satisfacciones instintivas tumultuosas y desenfrenadas;
o, por el contrario, el carácter adquirido en el período de latencia se
conservará y algunas de las instancias del yo tendrán una estructura fija,
prevalecientes en la adultez de una manera rígida e inflexible, que pueden
ser un obstáculo para los cambios constantes que la realidad presenta (A.
Freud, 1984).
Para este autor “la identidad psicosocial depende de la
complementariedad de una síntesis interna (ego) en el individuo y de la
integración del rol en su grupo” (Erikson, 1968a, p. 600). Además, plantea
que la identidad yoica es de carácter dinámica y se puede transformar a lo
largo de la vida (Erickson, 1957, citado por Uribe, 2011).
Durante la crisis de la adolescencia, el individuo debe elaborar una serie
de duelos que, según Aberastury (1987), son los referentes al duelo por el
cuerpo infantil, al duelo por el rol y la identidad infantiles y al duelo por
los padres de la infancia.
Con respecto al duelo por el cuerpo infantil, Aberastury (1987) plantea
que el adolescente debe aceptar la pérdida de éste con la aparición de los
caracteres sexuales secundarios que llevan a la definición sexual y del rol
que tendrá que asumir en la unión con la pareja y en la reproducción. Al
mismo tiempo, debe abandonar la fantasía de bisexualidad, base de la
actividad masturbatoria; el hombre debe renunciar a las fantasías de
procreación dentro de su propio cuerpo y la mujer a la omnipotencia
maternal.

El duelo por el rol y la identidad infantiles obligan al adolescente a una


renuncia de la dependencia y a una aceptación de responsabilidades que
muchas veces desconoce. Tiene que dejar de ser a través de sus padres
para ser él mismo. El individuo debe reformularse los conceptos que tiene
acerca de sí, abandonar su autoimagen infantil y proyectarse hacia su
futuro (Knobel, 1987).
Sin embargo, Erikson (1956), citado por Knobel (1987), planteó que existe
un período llamado moratoria psicosexual en el que no se requieren roles
específicos y se permite experimentar con lo que ofrece la sociedad, con
el fin de definir la personalidad.
Finalmente, en lo atinente al duelo por los padres de la infancia, Knobel
(1987) plantea que la aparición de la capacidad efectora de la genitalidad
impone la separación de los padres, y que la intensidad de la angustia con
que se maneje la relación, dependerá de la forma en que se haya realizado
y elaborado la fase genital previa de cada individuo.
Trastornos mentales.
Los trastornos de conducta normalmente se desarrollan en la niñez y se
manifiestan generalmente durante la vida adolescente[14]Un cierto
comportamiento juvenil se atribuye al trastorno diagnosticable conocido
como trastorno de conducta. De acuerdo con el DSM-IV-TR,[15]  códigos
312.xx (donde xx varía de acuerdo con el subtipo específico) los
adolescentes que tienen trastornos de conducta también muestran una
carencia de empatía y una despreocupación por las normas sociales. El
DSM es el Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales
publicado por la Asociación Psiquiátrica Americana y referenciado a
menudo por Psiquiatras para diagnosticar trastornos mentales. Los
delincuentes juveniles que reinciden en el sistema de justicia penal a veces
se les diagnostican trastornos de conducta porque muestran una
indiferencia continuada sobre su seguridad y la de otros y de sus
pertenencias.
Una vez que el joven continúa teniendo los mismos patrones de
comportamiento y llega a los dieciocho, entonces está en peligro de
diagnóstico con un trastorno antisocial de la personalidad y es mucho más
propenso a convertirse en un criminal serio.[16] Uno de los elementos
principales usado en el diagnóstico de un adulto con Trastorno antisocial
de la personalidad consiste en presentar un historial documentado de
trastorno de conducta antes de los 15 años. Estos dos trastornos
de personalidad son análogos en su comportamiento errático y agresivo.
Esta es la razón por la que delincuentes juveniles habituales
diagnosticados con trastorno de conducta es probable que
muestren signos de Trastorno antisocial de la personalidad en la madurez.
Una vez que los adolescentes alcanza la madurez, su comportamiento
social inaceptable se ha convertido en un estilo de vida y se convierten en
criminales de carrera.
Padecer un trastorno de personalidad
está considerado un factor de riesgo para la comisión de conductas
violentas y delictivas, por tanto, los trastornos de personalidad y la
delincuencia están estrechamente ligados en muchas ocasiones. La
naturaleza de estas conductas variará en función, no solo de la persona y
del contexto, sino también del tipo de trastorno que padezca el infractor.
Por tanto, cada trastorno de personalidad hace al que lo padece más
propenso a la comisión de cierta clase de delitos diferentes a los “delitos
tipo” que encontramos en otro tipo de trastornos.
Así, podemos afirmar a modo de ejemplo que dentro del clúster B –en
comparación con otras categorías- es donde puede encontrarse una
mayor versatilidad delictiva, en especial si hablamos del TAP, siendo
dentro de este trastorno donde mayor número de robos con violencia, uso
de armas e intimidación se producen (Martínez, López y Díaz, 2001).

Trastornos de Personalidad del Clúster B y delincuencia


Con todos estos datos, podemos afirmar que los TPCB suponen un alto
riesgo de violencia y delincuencia y, que cuando esta se da, aparece de
forma generalizada y versátil, encontrándose asociados a todo tipo
de delitos violentos en los que destaca el robo con intimidación, los
delitos contra la salud pública y las lesiones. Los estudios e
investigaciones realizados hasta la fecha permiten precisar cuáles son las
características delictivas prototípicas de los diferentes TP que conforman
el clúster B, de las cuales se hará una descripción exhaustiva a
continuación.

(TAP) Trastorno Antisocial de la Personalidad y delincuencia:


Las personas con TAP suelen perpetrar un amplio abanico de delitos.
Como encontraron González y Graña (2011) en su revisión, la mayoría de
los condenados con este trastorno habían cometido delitos contra las
personas, con gran prevalencia de los delitos de homicidio y sus formas.
También se ven involucrados de forma reiterada en delitos
como destrucción de la propiedad, hostigamiento o robo. Además, otras
investigaciones han mostrado la alta frecuencia con la que se
observan ofensores sexuales con TAP, asociación debida a la impulsividad
oportunista y la ira generalizada que muestran (Greenall, 2007). También
el TAP es el TP más encontrado entre agresores de pareja, con una
elevada presencia también del TLP y del TNP (Hamberger y Hastings, 1991;
Huss y Langhin-richsen-Rohling, 2000), estimándose que los maltratadores
antisociales constituyen aproximadamente el 25% de las muestras de
agresores o incluso más si los datos provienen de agresores que reciben
un tratamiento por orden judicial (Hart, Duttlon, y Newlove, 1993).

  (TLP) Trastorno Límite de la Personalidad y delincuencia:


Su excesiva impulsividad y búsqueda de sensaciones puede llevarles
a cometer hurtos, robos, actividades sexuales de riesgo, tráfico de
drogas y conducción temeraria, en muchas ocasiones buscando
sentirse integrados en un grupo o en una banda criminal. Además, las
características de este trastorno propician la aparición de conductas
impredecibles en la relación de pareja (Fernández-

Montalvo y Echeburúa, 2008; Huss y Langhinrichsen Rohling, 2006).


Dentro de este ámbito de la violencia contra la pareja, Dutton (1994) ha
analizado detalladamente un estilo de personalidad abusiva con el TLP
como eje central, denominada Organización de la Personalidad Límite.
Este autor afirma que los hombres que puntúan alto en organización
límite de la personalidad son más propensos a recurrir a la violencia en un
conflicto personal como respuesta a un estresor que simbolice una
amenaza de abandono y, por tanto, a resolver los conflictos de pareja con
violencia.

(TNP) Trastorno Narcisista de la Personalidad y delincuencia:


En la mayoría de los casos a este tipo de sujetos se les atribuye delitos de
poca gravedad, como por ejemplo hurtos, apropiaciones indebidas,
comisión de estafas o robos en tiendas.
También se ha descubierto una inclinación de este tipo de delincuentes
hacia la realización de falsas declaraciones (Fernández, 1994) y hacia los
delitos de “mobbing” (Medina y cols, 2004)y “stalking“. Si nos centramos
en los delitos graves, Stone (2006) detectó personalidades narcisistas
entre asesinos de gran notoriedad y Carrasco y Maza (2005) encontraron
que se ven implicados con cierta frecuencia en delitos contra la libertad
sexual, siendo tanto autores como víctimas. Además, como ya se ha
comentado en un apartado anterior, en el estudio que Hamberger y
Hastings (1991) realizaron con agresores de pareja, uno de los TP más
encontrados fue el narcisista, por detrás del antisocial y del límite. Por
último, la investigación de González y Graña (2010) muestra que los
delitos más asociados a este trastorno son los delitos contra las personas,
con prevalencia de delitos sexuales, delitos contra el patrimonio, contra la
seguridad pública y falsedades.

(THP) Trastorno Histriónico de la Personalidad y delincuencia:


Los delitos que cometen los sujetos con THP suelen ser muy
diversos, incluyendo falsedad, difamación, calumnia o semejante. El tipo
de delito más importante en el que suelen involucrarse es, según Carrasco
(1993), la invención de denuncias falsas por violaciones, en las que en
realidad ha existido un consentimiento parcial o total, o en denuncias por
falsas agresiones. González y Graña (2011) encontraron que la mayoría de
sus delitos suelen ser contra las personas, seguido de cerca por los delitos
contra el patrimonio, contra el orden socieconómico y las falsedades.

Conclusión
La culminación de este trabajo trae como términos de referencia los
siguientes puntos a tener en cuenta:
1- Que es la delincuencia juvenil?
Sin lugar a dudas, la delincuencia juvenil es uno de los fenómenos sociales
más importantes que nuestras sociedades tienen planteados, y es uno de
los problemas criminológicos internacionalmente preferidos desde el siglo
pasado, pues, las manifestaciones de la conducta que llaman socialmente
la atención de forma negativa pueden observarse, por lo general, mejor
entre los jóvenes que en la población adulta. Además, es importante
tratar la delincuencia juvenil de hoy como posible delincuencia adulta de
mañana.
La delincuencia juvenil es un fenómeno de ámbito mundial, pues se
extiende desde los rincones más alejados de la ciudad industrializada
hasta los suburbios de las grandes ciudades, desde las familias ricas o
acomodadas hasta las más pobres, es un problema que se da en todas las
capas sociales y en cualquier rincón de nuestra civilización.
2- Factores que influyen a la delincuencia juvenil?
Conjuntamente con ello, las mayorías de los estudios descriptivos de la
carrera delictiva señalan una serie de factores individuales y biográficos
que caracterizan al delincuente juvenil y que llevan a la conclusión de que
el delincuente juvenil es una persona con un gran conjunto de
deficiencias, y una de ellas es que comete delitos. Entre tales factores
podemos citar, sin ánimo exhaustivo, los siguientes:
 Impulsivo.
 Con afán de protagonismo.
 Fracaso escolar.
 Consumidor de drogas.
 Baja autoestima.
 Familia desestructurada.
 Clase baja.
 Falto de afectividad.
 Agresivo.
 Causas de la delincuencia juvenil?
 Menores delincuentes por psicopatías: aquí el punto de referencia
lo constituye la existencia de alguna de las formas de psicopatía,
entendida por HARE como la patología integrada, conjuntamente, de la
incapacidad de quien la padece de sentir o manifestar simpatía o alguna
clase de calor humano para con el prójimo, en virtud de la cual se le
utiliza y manipula en beneficio del propio interés, y de la habilidad para
manifestarse con falsa sinceridad en orden a hacer creer a sus víctimas
que es inocente o que está profundamente arrepentido, y todo ello,
para seguir manipulando y mintiendo.
 Menores delincuentes con reacción de huida: En este caso se trata
normalmente de menores que han sufrido maltrato en el hogar y por
ello abandonan el mismo. Son menores psicológicamente débiles, y que
en lugar de responder a la agresión, eligen la huida sin plazos, y casi
siempre sin rumbo.
Ese alejamiento les hace propicios al reclutamiento por parte de los
responsables de la delincuencia organizada, que les escogen para llevar a
cabo actuaciones simples pero de gran riesgo como el transporte de
drogas en su propio cuerpo.
4- Consecuencias de la delincuencia juvenil?
La delincuencia juvenil, tiene consecuencias perjudiciales para la sociedad,
la cual está enfocada en resolver este problema a través de apoyo
psicológico a la familia, en el ámbito social para que la autoestima del
adolescente no disminuya
A continuación las principales consecuencias:
- El desequilibrio mental es una de las mayores consecuencias que afecta a
los jóvenes que ingresan en la delincuencia.- La desintegración familiar o
el deterioro del núcleo familiar.- La promiscuidad sexual y la falta
de valores morales, arriesgan al contagio de enfermedades de transmisión
sexual, incluyendo el VIH.- La destrucción de los valores.- Las muertes
prematuras por causas de las llamadas broncas callejeras.
5- Delincuencia juvenil masculina y femenina?
 Teorías de carácter social: enfoque funcionalista (teoría del rol y
teoría de la igualdad de oportunidades) y enfoque crítico (teoría del
control social y teoría de la dependencia económica).
 Las teorías clásicas trataron de explicar el fenómeno de la
delincuencia femenina sobre la base de aspectos individuales, bien
de contenido biológico (anormalidades bioantropológicas,
desarrollo sexual, etc.), bien de contenido psicoanalítico o
psiquiátrico, en los que subyacía siempre la equiparación entre
delincuencia femenina y trastornos biológicos o psíquicos.
 Y, pese a haber sido superadas científicamente, lo cierto es que
estas teorías están fuertemente arraigadas en la sociedad y han
influido notoriamente en los trabajos criminológicos hasta épocas
recientes, quien concibe a la mujer delincuente como una enferma
mental.

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