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SOBRE LAS NOCIONES DE “COMPETENCIA IDEOLÓGICA” Y DISCURSIVIDAD CRÍTICA

APORTES A LOS ESTUDIOS DE LA COMUNICACIÓN INTERCULTURAL


William E. Sánchez A.

Para comenzar quisiera aclarar que mi idea de realizar este trabajo surge en el seno del grupo de
Lenguaje y Pedagogías Críticas, adscrito al Departamento de Lenguas de la Pontificia Universidad
Javeriana. Estas reflexiones sobre las nociones de “competencia ideológica” y discursividad crítica que
aquí presento se originan en el desarrollo de un proyecto de investigación grupal en el que se presenta un
estado del arte de los conceptos de competencia comunicativa intercultural crítica . Tres de las
motivaciones para construir un estado del arte fueron las siguientes: en primer lugar, la centralidad que
para nosotros habían alcanzado dichos temas en los procesos de construcción curricular universitaria en el
ámbito de la educación lingüística; en segundo lugar, el hecho que la noción de competencia hubiera
rebasado el marco disciplinar de los estudios del lenguaje hasta llegar a convertirse en punto de referencia
casi obligado en el debate en el campo de la educación en general y de la evaluación en particular en el
contexto nacional e internacional; y en tercer lugar que, cuando decidimos participar en las prácticas de
investigación científica, uno de los principios que aceptamos y promovemos es que la producción de nuevo
conocimiento en nuestra área no puede hacerse marginada del desarrollo disciplinar ni descontextualizada
de los saberes producidos en diferentes latitudes en relación con el objeto de estudio en los campos del
saber de las ciencias sociales y humanas. Por ello, este grupo de investigación, consciente de las
múltiples interrelaciones que pueden establecerse entre los conceptos mismos de competencia,
comunicación, interculturalidad, conciencia lingüística e ideológica y crítica, decidió rastrear en la literatura
científica de distintos campos la forma en que habían sido abordadas hasta ahora dichas nociones. A su
vez debo reconocer que la propuesta de elaborar un estado del arte, que yo en primera instancia elaboré
para el equipo, nace en el marco del desarrollo de la línea de investigación en currículo y del macro
proyecto de una “Propuesta Curricular General para la Enseñanza de las Lenguas Extranjeras en la
Universidad Javeriana” (PCGLE).

Entre las razones que parecen justificar la realización de un programa de investigación de esta naturaleza
a las que estas reflexiones buscan contribuir, puedo destacar: de una parte, el contexto disciplinar de los
estudios del lenguaje y la lingüística aplicada a la educación lingüística; de otra, la necesidad de repensar
las prácticas educativas actuales que en distintos ámbitos tratan de promover las fuerzas sociales que
impulsan a nivel internacional, nacional, regional y local el denominado proceso de “globalización”; y de la
otra, relacionadas con las dos primeras, las preocupaciones que como miembros de la comunidad
universitaria nacional considero debemos atender los docentes investigadores en el campo de la
educación lingüística en general y los miembros del equipo de investigación de Lenguaje y Pedagogías
Críticas en particular.

La noción de competencia: reconceptualización y recontextualización de un concepto

En el campo de los estudios del lenguaje, la noción de competencia tiene una historia que hoy alcanza ya
casi cinco décadas. Noam Chomsky a finales de los años 50 1 la presenta en su acepción lingüística para
referirse al conocimiento intuitivo que todo hablante / oyente ideal tiene de su lengua. Dicho conocimiento
de acuerdo con Chomsky nos permite no solo comprender y producir oraciones nunca antes producidas en
nuestras lengua, sino también emitir juicios sobre la (a)gramaticalidad de dichas estructuras.

A partir de dicho planteamiento se ha generado un gran conjunto de reacciones y propuestas en el marco


de la filosofía del lenguaje y de la acción, de una parte, y en el marco de la Lingüística Aplicada a la
enseñanza de lengua y la evaluación educativa, de la otra. Un trabajo de Searle 2 a finales de los 60 y uno
de los tantos de Habermas 3 ya en 1970 expresan la preocupación desde la filosofía del lenguaje y desde
la teoría crítica por el problema de la competencia relacionada con el uso del lenguaje en los procesos de
comunicación. Por su parte los aportes de Hymes 4 en la década de los 70, los trabajos de Canale y
Swain5 y del mismo Canale 6, las reflexiones de Widdowson 7 y de Spolsky8 en los 80, hasta llegar al modelo
de Bachman9 en el inicio de los 90, para nombrar cronológicamente solo algunos pocos autores
catalogados como “clásicos” en la literatura anglosajona del campo disciplinar, reflejan la atención que ha
concitado este problema de naturaleza teórica y práctica en el campo de la Lingüística Aplicada a la
enseñanza de lengua y a la evaluación de los procesos de aprendizaje.

1
En 1957 Syntactic Structures y en 1965 Aspects of the theory of syntax
2
En 1969 Speech acts: an essay in the philosophy of language
3
Towards A Theory Of Communicative Competence
4
En 1971 On Communicative Competence y en 1973 Toward Linguistic Competence
5
En 1980 Theoretical Bases of Communicative Approaches to Second Language Teaching and Testing
6
En 1983 From communicative competence to communicative language pedagogy.
7
en 1989 knowledge of language and ability for use
8
En 1989 Communicative competence, language proficiency, and beyond
9
1990 “Communicative Language Ability” en Fundamental Considerations in Language Testing
UNA APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE IDEOLOGÍA

En este apartado del documento se rastrea en diferentes fuentes la definición etimológica y conceptual de
la noción de ideología. Esta aproximación a una visión panorámica del concepto se centra
fundamentalmente en las fuentes referenciales (diccionarios generales, especializados y filosóficos) y en
otras fuentes de información primaria en los campos de las llamadas ciencias humanas y sociales, incluida
la educación, hasta llegar a los campos de las ciencias del lenguaje en general y la lingüística aplicada en
particular.

La génesis del concepto de ideología.10

Al hacer un rastreo del concepto de ideología por la literatura se puede reconocer de manera muy clara
varios momentos, a saber: una génesis del término ideología en el campo de la filosofía iluminista francesa
del siglo XVIII; un enorme desarrollo en las discusiones de la filosofía, la sociología y la política del siglo
XIX que se extiende hasta la mitad del siglo XX; una “declaración post modernista de la muerte de las
ideologías” en la década de los sesenta; y lo que podríamos denominar un “renacer” en el campo de la
sociología del conocimiento y la antropología que alcanza, en la década de los ochenta, las ciencias del
lenguaje y la lingüística aplicada, especialmente en lo que se refiere a los estudios del discurso.

En lo que la mayoría de los autores parece estar de acuerdo, en la literatura revisada 11, es que en su
etimología y concepción original el término de ideología se relaciona con el filósofo francés Destutt De
Tracy (1754-1836) quien en el siglo XVIII, como iniciador de la corriente de los llamados ‘ideólogos’, lo
acuñó y lo definió como“ciencia general de las ideas”, una “disciplina filosófica básica cuyo objeto es el
análisis de las ideas y las sensaciones”, “una ciencia fundamental cuyo objeto son los conocimientos”, el
estudio de los elementos constitutivos de las ideas y de las relaciones existentes entre éstas. De acuerdo
con Woolard (1998:5)12, De Tracy, siendo un seguidor de Condillac, enmarcó su proyecto dentro de una
ciencia positiva, una rama de la zoología, “que no solo permitiría una comprensión completa del animal

10
Tal como se señala en el proyecto de esta investigación, la “competencia ideológica” seria uno de los
elementos que podría constituir lo que aquí se denominaría como “competencia crítica”. Es por eso que
en este apartado se rastrea la etimología y el desarrollo del concepto de ideología.
11
Routledge Encyclopedia of Philosophy y Diccionario Filosófico de Ferrater y Mora
12
Woolard Kathyrin (1998). Language ideology as a Field of Inquiry. En Schieffelin, B., Woolard, K., y
Kronskrity P., (eds), Language Ideologies, Practice and Theory. New York: Oxford University Press. (3-
47)
humano sino que en ultimas podría servir al proyecto iluminista de regulación racional de la sociedad”. Se
reconoce también en la literatura que dada la filiación de De Tracy a las ideas republicanas y a la primera
generación de ideólogos franceses, el término ideología adquirió connotaciones negativas en el uso que
Napoleón le dio a este para referirse peyorativamente a aquellos proponentes de teorías abstractas que no
estaban basadas en las realidades humanas y políticas y que resultaban por ende inapropiadas para dar
cuenta de dichas realidades. Mientras en algunas fuentes se señala que este significado de ideología
dado por De Tracy “ya no tiene valor en el debate contemporáneo” (Freeden: 1998: 681), en otras se
sostiene que desde algunas aproximaciones sociológicas actuales se mantiene aún vigente un interés por
una concepción amplia del estudio de las ideas.

Tal como se desprende de lo expuesto anteriormente, podríamos afirmar que la etimología de la palabra
ideología (ideos/ ideas y logos / estudio) estuvo asociada a su génesis en las discusiones filosóficas del
siglo XVIII en Francia

El concepto de ideología en las ciencias sociales

Una aproximación global al desarrollo del concepto de ideología en el marco de las ciencias sociales se
puede derivar de la caracterización que del término hace Freeden (1998) 13. Este autor además de definir
el concepto señala la existencia de dos sentidos prácticamente irreconciliables de definir la ideología.

El primer sentido es peyorativo y denota un pensamiento (político) particular, históricamente


distorsionado que refuerza ciertas relaciones de dominación y respecto del cual la ideología
funciona como un concepto crítico develador. El segundo sentido es un aserto no peyorativo
acerca de las diferentes familias de símbolos culturales e ideas que los seres humanos
emplean en la percepción, comprensión y evaluación de las realidades sociales y políticas
en general, con frecuencia dentro de un marco sistémico. Dichas familias de símbolos e
ideas culturales llevan a cabo representaciones significativas y funciones integradoras.
Existe una división mayor al interior de esta segunda categoría: Algunos analistas afirman
que el estudio de la ideología puede ser no evaluativo al establecer hechos científicos
acerca de la forma en que las creencias políticas reflejan el mundo social e impulsan a la
gente a una acción específica dentro de este. Otros sostienen que la ideología inyecta
significados cargados de valores políticos específicos a las conceptualizaciones
(inevitablemente indeterminadas) del mundo social, y en consecuencia la ideología es un
medio de construir más que de reflejar ese mundo. Esto también aplica a las

13
Freeden Michael (1998) “Ideology”. En Routledge Encyclopedia of Philosophy (10 volúmenes). Edward
Craig et al (1998) London – New York. Routledge.. Volumen 4, páginas 680 – 685.
interpretaciones llevadas a cabo por los mismos analistas de las ideologías mismas.
Freeden (1998: 681) [mi traducción]

En la siguiente tabla sintetizo, a partir de las definiciones conceptuales que se pueden identificar en el
planteamiento de Freeden (1998), las diferentes clases con sus respectivas características.
Concepto Ideología
Clase(s) Característica(s)
Conjunto de Sostenido consciente o inconscientemente
 Ideas Refleja o forma 1. una comprensión o 2. una concepción distorsionada de la
 Creencias realidad social o política
 Actitudes Sirve para 1. valorar 2. justificar 3. apoyar la acción colectiva encaminada a
preservar o a cambiar las prácticas políticas y las instituciones
(a) Pensamiento Político
Particular
Históricamente distorsionado
Refuerza ciertas relaciones de dominación
La ideología funciona respecto a él como concepto develador crítico
(b) Familias de Culturales
 Símbolos Se emplean con frecuencia dentro de un marco sistémico en la
 ideas (1)percepción
(2)comprensión y
(3)evaluación de las realidades sociales y políticas en general
Llevan a cabo representaciones significativas y funciones integradoras
(b1) creencias Políticas
reflejan el mundo social
impulsan a la gente a acciones específicas dentro del mundo social
inyectan significados cargados de valores políticos en la inevitablemente
indeterminada conceptualización del mundo social
forma de construir el mundo más que de reflejarlo.
Edificios de pensamiento  Emanan de las prácticas socioeconómicas
forma de poder y de  (Des)orientan las energías humanas
explotación  Configuran las instituciones humanas
Ontológicamente hablando
 la existencia condiciona la conciencia. (subrayado mío) i.e. las formas
de conciencia derivan de las condiciones de existencia
 Representación Epistemológicas
(distorsionada)  la conciencia humana refleja la existencia alienada, deshumanizada y
(errada) parcial de los seres humanos a través de una representación
 Reflejo (inverso) distorsionada de esa existencia.
 Tipo de  No todo pensamiento es ideológico.
pensamiento  La ideología surge históricamente
 Lenguaje  Reflejo invertido de las contradicciones materiales del modo de
(distorsionado) producción
 Se diferencia del  La ideología denota un solo tipo de pensamiento, muy penetrante,
error y de la ilusión producido socialmente
 La representación errada del carácter real de las relaciones sociales,
"el lenguaje distorsionado del mundo real", era así tanto una necesidad
histórica - a causa de la naturaleza condicionada del pensamiento
humano - como una función de la ideología (ahora interpretada como
ocultamiento).
 la ideología como reflejo y en sí misma como una forma del poder y
explotación incorporadas en las contradicciones sociales a las que dan
origen las condiciones materiales.
 La ideología sirve a los intereses de las clases dominantes en cuanto
sirve al mantenimiento de su dominación a través de la inversión que
hace de los factores reales de la sociedad
 La función de la ideología es el ocultamiento
 Representación de  ‘imaginaria’
lo real  fenómeno material permanente
 Relación  función simuladora
 No es distorsión  función integradora
 No es una ilusión  otorga a los individuos, dentro de las sociedades, identidad subjetiva
libre y a la vez sometida
 producidas por todas las clases
 existen objetivamente en la forma y en la sustancia de las practicas
sociales
Modos de pensamiento  Altamente especificado
 Acerca de la realidad política y social
 Histórico
 Reflejo Invertido
 Percepción Errada
 Forma de conciencia invertida
Conocimiento  Producto pluralista, de grupos sociales diversos que viven experiencias
comunes
 Producto de un proceso cooperativo
 Inconsciente colectivo
Pensamiento  Mentira o error (nivel psicológico)
 Concepción total (nivel socio histórico)
 Ligado a los intereses de las clases dominantes
 Tienen consecuencias conservadoras y estabilizantes
 Involucra la perspectiva o mirada del mundo de un grupo.
Conocimiento  Histórico
 Relacional
 Formulado únicamente en referencia a la posición del observador.
Conciencia  Inevitable
 producto de los grupos socioculturales
 Empíricamente comprobable
 Susceptible de valoración racional por un analista externo
tipos de pensamiento  fenómeno concreto
 necesarias
 socialmente benéficas con frecuencia
 distinguibles de otros tipos de pensamiento acerca de la sociedad o en
sociedad
sistemas de ideas  cerrados
 altamente consistentes
 doctrinarios
 con apalancamiento social
 infundados usualmente de pasión extrema
categorías  generales
 omnipresentes
 orientadas por la acción
 abarca todos los conjuntos relativamente coherentes de símbolos
culturales
 sirven para interpretar el sistema político
 sirven para dirigir y justificar la política pública
clase de pensamiento  externo a la realidad objetiva
 mito moderno
 manifiesta lógica interna auto justificativa
 dotada de significado inconscientemente sostenido
 adquieren sentido únicamente en su relación con los marcos en los
que vivimos
Sistemas  ordenados de símbolos culturales
mapas de realidades  cognitivos y expresivos
sociales  Se interpretan por los procesos sociales y sicológicos
 Organizan en patrones de significado en los procesos sociales y
sicológicos
 Permiten la acción intencionada
 función integradora
 Totalidad cultural
medio interpretativo  del autor
 del lector
 separado de las circunstancias de producción
texto  producido socialmente
Patrones de conceptos  Políticos
 Agrupados
 Reflejan conjunto específico de significados sociales
 Forman una totalidad con sus afirmaciones
 Confieren significados legítimos a los conceptos políticos y a las
palabras
 Pueden ser producidos por cualquier grupo social.
 Configuran las practicas de pensamiento.

Sobresalen en las categorías utilizadas para clasificar el concepto aquellas que tienen que ver con
realidades cognitivas (pensamiento, ideas, creencias), los mecanismos o las formas de representación de
la realidad (símbolos y medios de construir el mundo). En las características podemos identificar su
condición cultural, política e histórica particular, de consciente o inconsciente colectivo, su función
integradora al igual que su papel en los procesos de percepción, conceptualización, concepción,
representación, comprensión y evaluación de la realidad social, y de la otra su papel en la valoración,
justificación y apoyo de la acción colectiva de conservación o de transformación.

Operacionalización  forma y sustancia de las practicas sociales


 forma y sustancia de los rituales
 las acciones y las expresiones históricas y sociales se ven como carentes de
significado objetivo y deben ser experimentadas a través del medio
interpretativo del observador.
 La polisemia de las palabras necesita una apreciación de los contextos duales
tanto del autor como de los lectores o consumidores al agregarle un
determinado significado al texto

Freeden acota al respecto de esta aproximación a la ideología desde el marxismo en sus primeras etapas
que:
La ideología surge históricamente como un reflejo invertido de las contradicciones
materiales del modo de producción capitalista y denota sólo un tipo de pensamiento
producido socialmente, aunque muy penetrante. La representación errada del carácter real
de las relaciones sociales, "el lenguaje distorsionado del mundo real", se vuelve tanto una
necesidad histórica - a causa de la naturaleza condicionada del pensamiento humano –
como una función de la ideología (ahora interpretada como ocultamiento). Al identificar este
último aspecto, Marx enfatizó la ideología como reflejo y, en sí misma, una forma del poder
y la explotación incorporados en las contradicciones sociales a las que las condiciones
materiales dan origen. La clase dominante, la burguesía, era la beneficiaria de la ideología,
precisamente porque la ideología servia a sus intereses - a saber el mantenimiento de su
dominación - a través de la inversión de los factores reales acerca del capitalismo.
Originalmente Marx empleó la analogía de la imagen de espejo de la cámara obscura para
ilustrar la distorsión y para distinguir la ideología del error y de la ilusión. Sin embargo su
análisis fue más sofisticado en tanto que él no veía la ideología como reflejo directo de una
realidad distorsionada sino como un reflejo invertido de tal distorsión, de tal manera que los
elementos represivos del capitalismo, tales como atrapar a la gente en las relaciones de
intercambio de mercancías, podían ser presentados como libre comercio. Freeden, 1998:
681 [mi traducción y mi énfasis]

Algunas contribuciones al marxismo clásico pueden reconocerse en el pensador marxista italiano Gramsci,
quien al introducir el concepto de hegemonía, permite identificar la existencia de diversas formas de
ideología en las relaciones de poder y en las formas de dominación.

Definición conceptual de ideología en Gramsci, basado en Freeden (1998)


Clase Características
Superestructuras - asociadas al poder y la dominación
- consolidadas por los intelectuales
- aseguran la hegemonía de una clase dominante
- sobre imponen una visión de mundo particular o de una clase sobre una
sociedad
- incluyen el arte, la religión, la literatura y el derecho
- reemplazan la necesidad de un régimen de clase sostenido únicamente
por la fuerza
- la práctica y la acción constituyen sus atributos organizacionales
- desligadas de las efímeras circunstancias históricas específicas

Por su parte, de acuerdo con Freeden (1998: 682), en un movimiento a la vez deplorado por unos y
bienvenido por otros en la tradición marxista, Louis Althusser lleva la discusión sobre la ideología más allá
de un simple epifenómeno al reconocer la separación relativa de la ideología de una base material.

Louis Althusser invitó a los marxistas a analizar la ideología por sus propios méritos. Althusser reconoce la
función simuladora de la ideología aunque enfatiza la función integradora de la misma, ‘interpelando’ a los
individuos y otorgándoles una identidad subjetiva (ostensiblemente libre), y también subordinada dentro de
su sociedad. Así, tanto el reconocimiento y el reconocimiento errado operan de lado y lado para sostener
una sociedad dada. Todas las clases producen ideología, ahora vista como fenómeno material
permanente en las sociedades, que existe objetivamente en la forma y en la esencia de las prácticas
sociales y sus rituales. En ese sentido, la ideología no es ni una distorsión ni una ilusión. Es una
representación ‘imaginaria’ de lo real, también una relación ‘vivida’ entre los individuos y sus condiciones
de existencia, una ‘nueva realidad’. Al elaborar sobre los análisis marxistas previos, el Estado en particular
es visto en el uso que se hace de sus ‘aparatos ideológicos’ con el propósito de asegurar la dominación
del orden establecido y sus relaciones de producción.

Para cerrar la caracterización que de la ideología se ha hecho en la tradición marxista, Freeden señala lo
que en su opinión se constituyen en algunas limitaciones de estos enfoques:

Las limitaciones de las teorías emparentadas con el marxismo respecto a la ideología


radican en restringirla a modos de pensamiento altamente específicos acerca de la política y
la sociedad. Así el concepto venía atado a un número de perspectivas: a un reflejo en el
pensamiento de las clases establecidas históricamente; a una forma de conciencia invertida
o percibida erróneamente desprendida de la realidad material y social; a una oposición
peyorativa de la verdad social, la cual reemplazaría a la ideología o lo existente en paralelo
a esta, como conocimiento científico. Aunque ninguna de estas perspectivas fue
inequívocamente sostenida por pensador alguno en la tradición marxista, todas fueron
utilizadas para algún efecto en las versiones discursivas marxistas más ‘vulgares’ acerca de
la ideología.

Ya en el campo de la sociología del conocimiento, Freeden (1998) reconoce que aunque muchos de los
aspectos abordados por el marxismo fueron recobrados en diferente medida en las discusiones
posteriores sobre la ideología, muchas lo hicieron en reacción a esta corriente de pensamiento. En el caso
de la teoría de Manheim, en su obra Ideología y Utopia, se eleva el problema de analizar la ideología a una
cuestión metodológica fundamental de las ciencias sociales.

Según Freeden (1998) la ciencia política de la mitad del siglo XX, alejada de las aspiraciones críticas y
epistemológicas de la teoria de Mannheim abordo el objeto de estudio en dos formas: como conciencia y
como producto empíricamente observable de los grupos socioculturales.

Posteriormente la ubicación de la ideología como el producto de los grupos en situaciones


históricas específicas fue desplazada a través del empleo de una metodología neo
positivista individualista. En particular, las ciencias políticas en Estados Unidos adoptaron
un enfoque funcionalista, concentrándose en el fenómeno concreto de las ideologías más
que en la categoría de ideología, y considerando estas como necesarias, con frecuencia
socialmente benéficas y distinguibles de otros tipos de pensamiento acerca de la sociedad o
en sociedad.
- Algunos politólogos sin embargo presentan dos interpretaciones diferentes de las
ideologías: Una representada en el trabajo de Daniel Bell y Giovanni Sartori, las restringe a
sistemas cerrados de ideas, altamente consistentes y doctrinarios, con ‘apalancamiento
social’, usualmente infundados de pasión extrema. Estos constructos racionalistas
deductivos, que con frecuencia tienen propósitos retóricos se contrastan con los sistemas
de creencias políticos empíricos y pragmáticos. Dada esa distinción era posible prever el "fin
de la ideología" como pasión e impermeabilidad a las influencias espacio temporales que
aparentemente dieron vía, al menos en Occidente, al pluralismo y a un agotamiento con los
grandes 'ismos'. Este enfoque representa sin brillo tanto los componentes ideológicos del
llamado ‘pragmatismo’ como los elementos emotivos endémicos al argumento político.
- La segunda interpretación y la que más prevalece concibe las ideologías como una
categoría general y omnipresente que abarca todos los conjuntos relativamente coherentes
de símbolos culturales - ideas, creencias y actitudes - que son orientados por la acción, y
cuya función es interpretar el sistema político y dirigir y justificar la política pública
encaminada a preservar o cambiar las instituciones y los procesos políticos. Este enfoque
enfatiza las ideologías como visiones, sostenidas conscientemente, de agregados de
individuos o de grupos dominantes que las imponen sobre tales agregados. La conducta
individual se organiza e integra así por constructos cognitivo racionales - considerados
como una selección simplificada más que como distorsión - apoyados por la evaluación de
las opciones para la acción en el mundo social.
- Así el retorno al estudio científico de la ideología como una actividad libre de valor difiere
de la yuxtaposición marxista de ideología y ciencia, dado que la dimensión de verdad
distorsionada es removida de la consideración de la ideología, y la ciencia es empleada
para comprender, mas no para reemplazar a la ideología.

En el campo de antropología estructuralista de Levi Strauss y en la antropología cultural de Clifford


Geertz, desde el punto de vista de Freeden (1998), las posturas de estos autores si bien muestran cierta
afinidad no se identifican con las concepciones de la ideología como sistemas auto justificativos
desarrolladas por Althusser. Freeden (1998) cierra la presentacion que realiza del termino ideología,
introduciendo la discusión que sobre el tema aportan la hermenéutica

La hermenéutica transformó la visión de la ideología al negarse a hacer preguntas acerca de cómo ganar
acceso a la realidad o cómo evitar las ilusiones de la percepción humana. A cambio de ello, las acciones y
las expresiones históricas y sociales se ven como carentes de significado objetivo y deben ser
experimentadas a través del medio interpretativo del observador. La polisemia de las palabras necesita
una apreciación de los contextos duales tanto de sus autores como de sus lectores o consumidores, al
agregarle un determinado significado a los textos. Al permitir una decontextualización cultural de los textos
como objetos “sin autor y sin palabras” y por el ‘excedente de significado’ que llevan las palabras, teóricos
como Paul Ricoeur reconocen la función de la ideología de llevar a cabo un cierre inevitable de
interpretación sin el cual la conciencia, la auto representación y el significado, así como la integración
social, serían irrealizables. Aunque es posible alcanzar una distancia crítica del cierre ideológico, haciendo
eco en Mannheim, ésta siempre será incompleta. El tratamiento de la ideología está ahora virtualmente
separado de las circunstancias de su producción, pero está enriquecido por una sofisticada apreciación de
la coexistencia de significación intencional e inconsciente.

- Aquí, la inconsciencia ideológica no es necesariamente conciencia distorsionada, la permanencia de


ideologías representa la infinita variedad de la imaginación humana, aún la tentativa del entendimiento
está subrayada por una conciencia de su propia temporalidad cargada de valores.

Para los propósitos de esta investigación, que busca establecer un estado del arte en relación con la
competencia comunicativa intercultural crítica, resulta fundamental la mención que Freeden (1998) hace
en su trabajo de los aportes de Wittgenstein y de De Saussure. No profundizamos aquí, dado que
consideramos que estos aspectos nucleares como los juegos de lenguaje y la semiología, que serán
objeto de análisis en posteriores entregas, demandan un abordaje por separado.

La relación de la hermenéutica con análisis del lenguaje es crucial. El análisis de la ideología lleva a cabo
un avance al hacer uso de las visiones de Wittgenstein y de de Saussure. La noción de Wittgenstein de
juegos de lenguaje ayudó a cristalizar la visión según la cual las palabras más que reflejar la realidad
podrían darle forma, aún dentro de una red ineluctable que las reglas gramaticales reflejan. La semiología
de de Saussure – el estudio de los signos- también sugirió que la relación entre los signos y el significado
era arbitraria, pero que el significado puede ser impuesto a las palabras al organizarlas en patrones
específicos. En esta perspectiva sistémica, la proximidad mutua de las palabras establece sus
significados. La función crítica de la ideología se disminuye, considerándola como un texto producido
socialmente en el cual el significado está relacionado con el uso y la forma que impacta, y no meramente
representa, las prácticas en el mundo histórico y social ‘real’. Sin embargo la ideología se reestablece en sí
misma como una práctica humana simbólica de interés dirigido a la erudición.

De igual manera para las metas de este proyecto, resulta crucial el reconocimiento que Freeden (1998)
hace del análisis del discurso. Este enfoque, como campo multidisciplinar ha realizado tal vez uno de los
mayores aportes al estudio de la ideología en el campo del lenguaje, relacionándola con el uso que
hacemos de la lengua en las diferentes prácticas sociales.

El análisis del discurso se concentra en estos hallazgos, aunque también liga el estudio de la lengua como
fenómeno social con el tema marxista de la ideología como dominación. Los cierres exitosos de significado
en la lengua reflejan las relaciones de poder de sus usuarios, y la lengua es aquí un medio a través del
cual la legitimidad política puede ser acordada por los grupos abiertamente o frecuentemente a través de
un disimulo inconsciente. Este método puede ser aplicado no solo a las familias ideológicas amplias que
intentan controlar el hacer político público sino a un amplio rango de situaciones discursivas en las cuales
los significados se intercambian y reemplazan en contextos conversacionales específicos de la vida diaria.

Este extenso y rico panorama que nos brinda Freeden (1998) se amplía y complementa en el Diccionario
Filosofico de Ferrater Mora. En este trabajo se considera junto con la posición de Mannheim, algunas
visiones de pensadores marxistas como las de Lukacs, Scheler y Sartre; igualmente se reseña la postura
postmoderna en el trabajo de Daniel Bell en la década de los sesenta en el que se plantea nada más ni
nada menos que el fin de las ideologías; se cierra la entrada en el diccionario indicando la relación entre
ontología e ideología en los trabajos de Quine.

El uso actual del término parece estar más asociado con disciplinas como la filosofía y la política para
referirse a un conjunto de creencias y valores que un grupo de individuos sostiene por motivaciones o
razones distintas a aquellas relacionadas con el conocimiento que pueda tenerse del mundo; ejemplos de
estas las constituyen las ideologías machista, chauvinista, burguesa, entre otras. Dos aspectos se han
identificado desde la perspectiva normativa de abordar la ideología: el primero derivado de su función en
los grupos, como forma particular de explicación del mundo, y el segundo, derivado de la capacidad
reflexiva propia de todo ser social, como una forma particular de cuestionamiento y crítica de los
fundamentos de los valores y las creencias que permite dar cuenta de su predominio. En el primer caso
surgen las preguntas de cómo y por qué una creencia/valor, a pesar de carecer de un carácter epistémico,
puede cumplir una función explicativa de la realidad. En el segundo caso desde la visión materialista, se
busca develar el papel que las ideologías cumplen en los procesos de estabilización o legitimación de las
estructuras y valores vigentes.
El uso del concepto de ideología en los estudios del lenguaje.
En el campo de los estudios del lenguaje de acuerdo con Koerner (Linguistic and Ideology in the Study of
Language)14 durante la decada de los noventa el término de ideología pareció estar de nuevo de moda al
menos si se juzga por su aparición en los títulos de muchos textos. Koerner identifica tres términos
diferenciados entre sí y con distintas tradiciones de uso (aunque utilizados de forma intercambiada por
algunos autores como Woolard (1998)): ideología lingüística, ideología del lenguaje e ideologías del
lenguaje. Koerner señala la necesidad de estudiar la relación entre Lingüística e ideología:

Mi foco no está en el uso o el abuso de la lengua en la promoción de ideas o acciones particulares sino en
las bases conscientes o inconscientes que sustentan los argumentos presentados o sostenidos en las
ciencias del lenguaje, i.e. el campo de la lingüística, el cual se presume está guiado por principios
científicos libres de valor en la búsqueda de la verdad.

Koerner ilustra la ideología en la lingüística centrándose en tres áreas particulares de lingüística tradicional
en las cuales, en su opinión, la ideología ha jugado un papel significativo, sin querer decir que en otras
áreas, con mayores posibilidades de sesgo ideológico, ello no suceda: el de la lengua materna, el de la
tipología y clasificación de las lenguas y el de la búsqueda de la cuna del indoeuropeo.

En el caso de las ideologías relacionadas con la lengua materna se encuentra en la lingüística alemana
prejuicios fascistas en relación con la lengua materna expresado en los programas de enseñanza,
aprendizaje y protección contra las intrusiones de otras lenguas en la lengua nacional (o en otros casos en
la lengua con la cual un grupo social se identifica) y en la promoción de estándares escolares
tradicionales. Aunque Koerner no lo incluye en su artículo, podríamos mencionar aquí el trabajo de Rosina
Lipi-Green (1997) con su trabajo titulado English with an Accent. Language, Ideology and Discrimination in
the United States” en donde incluye una definición del concepto de ideología lingüística y aborda el tema
de las actitudes hacia la pronunciación, gramática y ortografía estándar y no estándar, el denominado
“lenguaje políticamente correcto” al igual que el papel que juegan el sistema escolar, los medios, las
industrias culturales, el sistema judicial, y las bolsas de empleo en la producción y reproducción de las
ideologías del lenguaje y los prejuicios asociados con ellas. El movimiento separatista en Québec y la ley

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Koerner E.F.K. (sf). “Linguistics and ideology in the study of language”. University of Otawa.
http: //www.tulane.edu/~howard/Langideo/Koerner/Koerner.html
de “English Only”, en Estados Unidos, representan solo algunos ejemplos actuales de este tipo de
ideología relacionada con la lengua materna.

En el caso de la clasificación y tipología de las lenguas algunos ejemplos de ello lo constituyen el debate
del siglo XVIII en Francia en el que se buscaba mostrar, mediante un supuesto ‘orden natural’, la
superioridad de la lengua francesa sobre las otras lenguas indoeuropeas, indicando una correlación entre
el estricto orden sintáctico Sujeto –Verbo-Objeto y la consecuencia a nivel cognitivo de un patrón
“racional”; por otro lado, la distinción entre lengua y dialecto, buscando mostrar las características
superiores de la primera con propósitos nacionalistas; igualmente se buscó mostrar la supuesta
superioridad de las lenguas inflexiónales (que permiten la modificación de la raíces) como las lenguas
indoeuropeas, sobre las lenguas aglutinantes, aquellas que acuden a agregar estructuras morfológicas,
como se suponía entonces lo hacían la mayoría de lenguas aborígenes de América.

En relación con la búsqueda de la cuna indoeuropea, Koerner, citando a Polomé (1995) señala cómo, de
acuerdo con la motivación política de sus autores, el lugar ha sido establecido bajo la influencia del
nazismo dentro de las fronteras del Tercer Reich y bajo la influencia estalinistas en el territorio eslavo, en
Europa Central y en Polonia. Sin embargo, la discusión acerca del tema se remonta al siglo XVIII y XIX no
exenta de los prejuicios raciales y de una supuesta superioridad de ciertos grupos étnicos. El autor
puntualiza que sólo las teorías de posguerra, no del todo exentas de una cierta carga ideológica, basadas
en serios trabajos lingüísticos, paleontológicos y arqueológicos como las elaboradas por Gramkrelidze e
Ivanov (1994), no solo hipotetizan un nuevo lugar cerca del Caucazo sino que también ayudan a
evidenciar el fuerte prejuicio ideológico de los anteriores trabajos.

Un espacio especial se requiere para abordar los aportes de Eagleton en su trabajo clásico sobre
ideología, los trabajos tanto teóricos como prácticos de Van Dijk y su aproximación multidisciplinaria al
problema de la ideología así como los desarrollos de las otras vertientes del análisis crítico del discurso
entre las que se pueden destacar los estudios de Fairclough, en los que se relaciona abiertamente el
lenguaje y el poder, los trabajos de Debora Cameron y Ruth Wodack entre otros en donde se ejemplifican
las posturas ideológicas asociadas con las concepciones que se tiene de la lengua y sus manifestaciones
en las prácticas discriminatorias en los ámbitos escolares, laborales y de los medios de comunicación.
A manera de conclusión

Para hacer un cierre parcial de este apartado relacionado con la génesis y la evolución del concepto de
ideología en las ciencias sociales, acudimos a Woolard (1998), quien diferencia cuatro grandes áreas o
posiciones recurrentes en el abordaje del tema de la ideología.

1. La primera posición es aquella en la que se entiende el término ideología, relacionado con las ideas y lo
conceptual, como referencia a un fenómeno mental; la ideología se relaciona con la conciencia, las
representaciones subjetivas, las creencias.

2. La segunda posición, sobre la que se ha alcanzado mayor acuerdo, es una conceptualización de


ideología bien sea derivada de, enraizada en, reflexiva de, o correspondiente con la experiencia de una
posición social particular, aún cuando la ideología se represente a sí misma como una verdad universal. A
diferencia de la primera visión, este énfasis en los orígenes necesariamente sociales y de la experiencia
niega la independencia explicativa que tendría la ideología. Se brinda un análisis de la ideología como una
realidad dependiente hasta cierto punto de los aspectos materiales y prácticos de la vida humana. El
carácter y grado de esa relación de dependencia varía a través de diferentes teorías desde una visión
dialéctica en donde lo material y lo ideológico se consideran como realidades mutuamente constitutivas
hasta visiones de la ideología como algo secundario, completamente contingente y/o superfluo.

3. La tercera gran posición en relación con la ideología, derivada de la segunda, establece un nexo directo
con las posiciones de poder- social, político económico. La ideología es vista como las ideas, el discurso, o
las prácticas significativas al servicio de las luchas por alcanzar o mantener el poder. Para algunos, como
Lenin, la ideología puede ser una herramienta al servicio de cualquier protagonista, dominante o
subordinado, en la lucha por el poder. Pero en las formulaciones más restrictivas de esta conexión, la
ideología es siempre la herramienta o práctica propia de los grupos sociales dominantes; las concepciones
y prácticas culturales de los grupos subordinados no son consideradas como ideológicas.

4. La cuarta posición, relacionada pero no idéntica a la tercera, esta asociada con la idea de distorsión,
ilusión, error, mitificación y racionalización. Tal distorsión puede derivarse de la defensa que se hace de
los intereses de poder, aunque no se reconozca esta como la única fuente. Cuando los teóricos enfatizan
en el carácter más ligado con el intelecto que con lo social, la distorsión se ve como derivada de las
limitaciones de percepción y cognición de los seres humanos.

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