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entre el sueño y la memoria
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entre el sueño y la memoria
EDITORES:
Elizabeth Bravo
Esperanza Martínez
Ivonne Yánez
Piet Boedt
Oilwatch
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Alejandro de Valdez N24-33 y La Gasca
info@oilwatch.org
Casilla 17- 15-246C
Quito - Ecuador
Diseño y diagramación:
Manthra Editores
Ilustraciones y portada:
Leonor Bravo - Manthra Editores
info@manthra.net
322 75 28 - 600 09 88
Esta publicación fue realizada con el apoyo financiero del Comité Holandés de la UICN.
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Índice
Un mensaje de solidaridad por el décimo aniversario
de Oilwatch internacional.................................................................................................................. 9
Capítulo 1
Tendencias: la industria petrolera en los últimos 10 años............................................................... 11
Una breve historia del petróleo......................................................................................................... 15
Quién promueve el modelo petrolero............................................................................................... 23
El Banco Mundial y su relación con la industria petrolera............................................................... 29
Tendencias regionales, nacionalismo e integración........................................................................ 30
Integración regional de América Latina............................................................................................ 31
Interconexión hidrocarburífera en Asia............................................................................................. 47
Capítulo 2
Contratendencias: enfrentando el poder, la concentración
6 y la impunidad de las petroleras...................................................................................................... 55
Enfrentando el poder......................................................................................................................... 59
Casos jurídicos................................................................................................................................... 60
Enfrentando los autocontroles voluntarios de las empresas
(el monitoreo comunitario)................................................................................................................. 77
Frente al cambio climático: las reducciones de emisiones
de los pueblos en resistencia............................................................................................................ 79
Frente al aislamiento y el abuso de las petroleras:
los corredores de resistencia............................................................................................................. 85
Frente al poder de las petroleras: una red de resistencia............................................................... 89
Capítulo 3
La resistencia: las declaraciones hechas por la red Oilwatch......................................................... 91
1. Moratoria a la exploración de combustibles fósiles:
una propuesta para todas las naciones........................................................................................... 95
2. Cambio climático y petróleo.......................................................................................................... 98
3. Documento de posición de Oilwatch
sobre el comercio de emisiones....................................................................................................... 107
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Capítulo 4
Tejiendo nuestra red........................................................................................................................... 161
Qué es la Red Oilwatch...................................................................................................................... 165
Nuestra historia.................................................................................................................................. 166
Nuestro funcionamiento interno........................................................................................................ 168
Nuestra estructura.............................................................................................................................. 172
Principios de Oilwatch........................................................................................................................ 173
Publicaciones de Oilwatch................................................................................................................. 175
Miembros de la Red........................................................................................................................... 182
Directorio............................................................................................................................................. 183
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Un paso gigantesco en la vida solo es posible a través de un movimiento continuo en la
dirección correcta. Teniendo en cuenta esto, deseo expresar mi sincero aprecio a todos los
miembros de Oilwatch Internacional por sus continuos esfuerzos, su motivación sin para-
lelos y su compromiso irrevocable en esta última década, hacia la protección de nuestro
medio ambiente y solidaridad con nuestros pueblos.
La última década ha sido una lucha por la sobrevivencia. Una lucha contra la voracidad de
la hegemonía petrolera; contra el subdesarrollo abismal en medio del exceso; contra la de-
gradación ambiental y social; contra la avaricia humana, el egoísmo; contra los vampiros 9
que clavan sus colmillos en las venas de nuestra tierra y chupan la sangre —el crudo— y
han dejado heridas abiertas para que nosotros y nuestros niños caigamos dentro.
Con el descubrimiento del petróleo, muchas poblaciones han sido sacrificadas en el altar
de la avaricia, de muchísimas formas. Existe un largo y terrible historial de la destrucción
ambiental y violación de derechos humanos en las regiones que producen petróleo. Nues-
tras comunidades se enfrentan a la destrucción de su calidad de vida y valores.
Podemos golpearnos el pecho y decir que hemos hecho lo mejor que hemos podido en
condiciones muy difíciles. Nuestra fuerza viene de la determinación de nuestra gente, de
plantarse firme en la lucha por sus derechos. Saludamos a nuestra gente por esto y con-
tinuaremos a su lado firmes para defender nuestro medio ambiente y por el derecho a
nuestra autonomía territorial y cultural.
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Nos negamos a ser esclavos en nuestras propias tierras. La triste realidad de nuestra gente, cuyas
tierras producen tanta riqueza, es que están empobrecidas por el mismo proceso que ha genera-
do tanta riqueza para los accionistas de las compañías, la mayoría de los cuales no conocen los
problemas que enfrenta nuestra gente.
Como dijo David Korten una vez: «Mientras que el miedo de lo desconocido nos puede inmovilizar,
la verdad nos empodera para actuar».
«… nosotros enfrentamos estos peligrosos enemigos con la única arma que ellos no tienen: LA
VERDAD…», dijo Ken Saro Wiwa, activista/escritor, desde su celda de detención en la prisión de
Nigeria, un año antes de que fuera colgado por una corte militar.
A pesar de las dificultades que hemos enfrentado en esta última década, no hemos perdido
nuestra fuerza y no la perderemos.
Frente a esto vemos una luz al final del túnel y no al final del oleoducto. Es al final del túnel de la
esperanza y la resistencia.
El espíritu de nuestra lucha nos dijo que «nuestro futuro no es un regalo», sino algo que tenemos
que ganarlo.
En solidaridad,
Nnimmo Bassey
capítulo
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Tendencias
la industria petrolera
en los últimos 10 años
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CREDO
No creeré
en el derecho del más fuerte
en el lenguaje de las armas
en el poder de los poderosos
No creeré
en el predominio de algunas razas
en los privilegios de la riqueza
en el orden establecido
No creeré
que pueda compartir allá la opresión
si tolero acá la injusticia
Quiero creer
en el derecho de los seres humanos
en la mano abierta
14 que el mundo entero es mi hogar
que todas y todos cosechan
lo que han sembrado
Quiero creer
que el derecho es el mismo
aquí y allá
y que no soy libre
mientras un ser humano
sea esclavo
C
Cuando los historiadores del futuro próximo investiguen la historia del siglo XX, nunca deja-
rá de sorprenderles la manera violenta en que toda la economía, la política y la cultura de
este período estuvieron tan súbita, íntima y violentamente manchadas de petróleo.
Tanto en toneladas como en unidades de valor, el petróleo ha sido la mercancía más com-
prada y vendida a lo largo de todo el siglo XX. No solo por el hecho de que ninguna otra
mercancía energética haya estado asociada a un consumo tan masivo, así como a la ela-
boración de tanta variedad de sustancias energéticas, materias auxiliares, instrumentos de
trabajo y medios de subsistencia de todo tipo. Sino también porque, aunado a lo anterior,
de ninguna otra mercancía se ha podido generar tanto excedente económico o plusvalor,
alimentando los grupos de capital más poderosos en toda la historia económica conocida. 15
Con el descubrimiento del crudo como base energética y materia estructural para diferen-
tes productos (agroquímicos, alimentos, fármacos, fibras textiles, detergentes, cosméticos,
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explosivos, juguetes, celuloides, etc.), el capitalismo del siglo XX no solo encuentra el ob-
jeto útil más «plástico» de la historia, sino que de fuerza productora este se transforma en
fuerza destructora de la civilización. El petróleo se convierte en una de las mercancías más
poderosas de la actualidad. Crea en la mente de la gente la ilusión de un objeto natural
con poderes sobrenaturales.
De sus cualidades líquidas, explosivas, versátiles, surge su eficiencia técnica, su éxito eco-
nómico y, a partir de ahí, se desprenden las fuerzas sociales más poderosas de todos los
tiempos. Al punto de que el comportamiento del petróleo en los mercados, las caídas y al-
zas de precios, así como los giros en las situaciones comerciales y geopolíticas que ocasio-
nan, terminan creando una oscura fuerza social capaz de «dar o quitar vida», en cualquier
lugar y en cualquier momento contra las personas y los países del mundo.
RESERVAS TOTALES
RELACIÓN RESERVAS/
REGIÓN miles de millones PORCENTAJE
PRODUCCIÓN (R/P)
de barriles
Norteamérica
45,8 3,8 % 12
(sin México)
Centro+México y
116,6 9,7 % 40
Sudamérica
Europa+Eurasia 140,5 11,7 % 22
Medio Oriente 742,7 61,9 % 81
África 114,3 9,5 % 31,8
Asia Pacífico 40,2 3,4 % 13,8
Fuente: BP Statistical Review of World Energy, June 2006.
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Los principales consumidores de energía a nivel mundial constituyen los países de la OECD.
Si hacemos un análisis de la evolución del consumo mundial de petróleo, veremos que, en
los últimos años, otros países y regiones han aumentado su consumo energético, pero los
países de la OECD aún llevan la delantera.
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Aunque en el año 1973, los países de la OECD utilizaban el 61,7 % del consumo global y en
2003 este porcentaje bajó al 51,5 %, esto no significa que hayan consumido menos, sino
que otros países participaron más en el consumo total.
Si nos referimos solo a petróleo crudo, veremos que el sector que más crudo consume es el
del transporte (57,8 % en el año 2003), seguido por la industria (19,9 % en 2003), luego otros
sectores como la agricultura, los servicios públicos y uso residencial (15,7 %) y finalmente
usos no energéticos del petróleo (por ejemplo, la petroquímica) que significó el 6,6 % del
consumo total de crudo en 2003 (IEA, 2006).
Si se hace una comparación desde 1973, podemos ver que el sector del transporte incre-
mentó su porcentaje en consumo global de petróleo. En ese año (1973) el porcentaje del
consumo total de petróleo fue del 43,2 %, en tanto que la industria representó el 26,7 %
del total.
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Desde 1998 empezó una ola de fusiones y adquisiciones de empresas y concesiones petro-
leras, que se ha mantenido hasta el presente. Durante ese tiempo, se fusionaron las más
grandes empresas petroleras. La primera gran transacción fue la absorción de Amoco por
parte de la empresa BP en agosto de 1998, seguida por la absorción de Mobil por Exxon en
noviembre del mismo año. En marzo de 1999 dos importantes absorciones tuvieron lugar:
la de Fina por Total en marzo de 1999 y la de Arco por BP/Amoco. En abril del mismo año,
la argentina YPF fue absorbida por Repsol (España) y en julio Elf por TotalFina. Estas mega-
fusiones significaron un movimiento de capitales de USD 146 billones.
En el año 2002 las empresas alemanas Veda y Aral pasaron a formar parte del grupo BP.
Es parte de este grupo la empresa Burmah Castrol, que es el resultado de la fusión entre
Burmah Oil Company Limited y CC Wakefield & Company. Esta empresa fue adquirida por
BP en el año 2000. La empresa rusa TNK se fusionó con BP en 2003. En 2003, TNK junto 19
con Sibneft adquirieron el control de Slavneft, la empresa estatal rusa, y posee también
intereses en la empresa Sidanco.
Conoco Phillips es otra gran megafusión, que tuvo lugar en agosto de 2002, y que la con-
virtió en la tercera empresa petrolera en Estados Unidos y la quinta a nivel mundial —sin
tomar en cuenta las empresas estatales—. En 2006, adquirió a Burlington.
Pero no solo las grandes empresas se fusionaron. En este período se ha dado unas 4 700
transacciones en 100 países. Estas incluyen la compra de reservas y permisos de explora-
ción, adquisiciones de empresas y absorción de empresas.
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Todo este proceso de fusiones, megafusiones y adquisiciones han dado más poder a las
empresas petroleras, pues cada vez hay menos empresas pero más poderosas.
Las más grandes empresas petroleras privadas son: ExxonMobil (EE UU), Shell (UK-NL), BP
(UK), ChevronTexaco (EE UU), Agip (Italia), TotalFinaElf (Francia), Repsol YPF (España).
Estas megafusiones han significado que las nuevas megaempresas tengan que poner me-
nos capital fresco para sus operaciones, que sus ganancias en la producción hidrocarburí-
fera aumenten y que el retorno de capital crezcan (en un 2 %).
Los últimos 10 años, a pesar de que se sabe que el petróleo provoca impactos globales y
locales, se han ampliado la producción y el consumo de hidrocarburos.
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Hemos visto una alarmante ampliación de la frontera petrolera. Países enteros han sido
lotizados en favor de la actividad petrolera como es el caso de Bangladesh. En países como
Perú y Ecuador, toda la Región Amazónica ha sido licitada. En Angola, Nigeria y otros países
de África Occidental, toda su línea costera ha sido puesta en licitación.
Nuevos países han sido incorporadas a la actividad petrolera como es el caso de Chad y
varios países centroamericanos.
Por otro lado, se han desarrollado nuevas tecnologías que permiten acceder a recursos
hidrocarburíferos que en el pasado no era posible, como la extracción de crudos pesados
y las perforaciones en aguas profundas.
Podemos observar cómo, frente a las costas occidentales de África, se han abierto agre-
sivamente nuevos campos en aguas profundas. En América Latina, Brasil ha sido un país
líder en la explotación petrolera en aguas profundas, y esta tecnología ha sido exportada al
Golfo de México. Nuevas tecnologías han permitido también alcanzar los hidrocarburos en
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Los cambios tecnológicos permiten ahora la extracción de crudos pesados, lo que antes
no era posible. Esto ha vuelto vulnerables a zonas como delta del Orinoco, y algunos yaci-
mientos de Guatemala y zonas importantes en la Amazonía ecuatoriana. La orimulsión es el
nombre de un combustible hecho de hidrocarburos extrapesados, que contiene 70 % de bi-
tumen y 30 % de agua. En Venezuela las reservas de bitumen se encuentran en el Orinoco,
y son las segundas reservas a nivel mundial. Los impactos ambientales por su extracción
son muy graves.
Por otro lado, el presidente de Bolivia Evo Morales retiró la concesión a la petrolera hispano-
argentina Repsol YPF y la brasileña Petrobras para la explotación de petróleo, gas, madera,
oro y otras riquezas naturales en el Parque Nacional y Área de Manejo Integrado Madidi.
Otro elemento es la introducción del gas como un nuevo recurso energético, lo que ha
abierto nuevas fronteras a la exploración del gas en Tailandia, Indonesia, Birmania, Perú,
Bolivia y Venezuela. Esto ha desencadenado la construcción de gasoductos, muchos de
los cuales atraviesan más de un país, los mismos que han generado varios conflictos
con las poblaciones locales. Ejemplos son los ductos México-Costa Rica, Bolivia-Brasil,
Birmania-Tailandia, Malasia-Tailandia, Indonesia-Singapur, Chad-Camerún, Argentina-
Chile, entre otros.
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El precio del barril del petróleo subió de USD 20,67 en 1996 a USD 70 el año 2006, esto
alienta a los gobiernos nacionales a impulsar nuevas campañas exploratorias, con la es-
peranza de encontrar nuevas reservas. Los altos precios del petróleo hacen que aun yaci-
mientos pequeños, y con mala calidad de crudo, se conviertan en proyectos rentables. En
los últimos años, el descubrimiento de reservas supergigantes es muy raro. Esto hace que
el control sobre este recursos sea más importante.
Hoy este modelo enfrenta dos problemas: el cambio climático generado por los combus-
tibles fósiles, y los limitados depósitos petroleros, pues se ha agotado ya un 50 % de las
reservas conocidas.
En este contexto, las empresas petroleras se reciclan, pues han entrado en el negocio de
las energías renovables como la energía solar, eólica y la biomasa. En relación a la bio-
masa (o biocombustibles) las empresas petroleras, sobre todo europeas, han empezado
22 a diversificar su negocio hacia este tipo de energía, entre ellas Total, BP y Shell, y además
manejan una imagen empresarial importante; son las que más inversiones hacen en el
campo de las bioenergías.
A nivel mundial, el primer país que adoptó el alcohol, a partir de caña de azúcar, como
combustible es Brasil. Hasta el momento, es también el primer productor de etanol a nivel
mundial. El biodiesel es un biocombustible derivado de aceites vegetales o grasas anima-
les que puede ser utilizado como sustituto total o parcial del gasoil en motores de diesel
convencional, que puede ser obtenido de diferentes tipos de aceites o grasas animales o
vegetales, como soya, colza, palma aceitera, etc.
Un peligro de la expansión de los cultivos energéticos es que van a ocupar tierras agrícolas
destinadas para la producción de alimentos de los que depende la soberanía alimentaria
de los pueblos, o sustituir bosques y otros ecosistemas naturales. De acuerdo a un informe
de la organización Worldwatch, para llenar el tanque de un automóvil de 25 galones con
etanol, se necesita una cantidad de granos suficientes para alimentar a una persona por
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El modelo petrolero descrito, que favorece por encima de todo a empresas transna-
cionales, es promovido y a veces impuesto por algunas instituciones internacionales
que están al servicio de las corporaciones. Entre ellas se destaca el Banco Mundial
que financia e impone programas de ajustes estructurales. El BM apoya a los países
—haciéndoles endeudar— para que implementen reformas fiscales para cumplir con
las imposiciones del FMI, y en materia normativa energética para cumplir con los re-
querimientos de la OMC.
El Banco Mundial apoya a los países en el diseño de políticas de ajuste. Entre estas se en-
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cuentran las que obligan a los países a sobreexplotar sus recursos petroleros.
De manera más directa, el Banco Mundial financia proyectos de desarrollo petrolero, cons-
trucción de oleoductos, desarrollo gasífero, etc.
El FMI fue creado para ofrecer a los miembros préstamos para la superación de sus dificul-
tades a corto plazo en sus balanzas de pago, luego asumió un papel de fiscal de países e
instituciones acreedoras.
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Sus préstamos están destinados al pago de intereses y reformas políticas. Estados Unidos
tiene el 18 % de los votos en el FMI. Cinco países controlan el 40 % de las decisiones.
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«Los líderes de gobierno y de negocio siguen teniendo opciones. Optemos entonces por 25
unir el poder de los mercados con la autoridad de los ideales universales. Escojamos
reconciliar las fuerzas creativas de la empresa privada con las necesidades de los
desaventajados y los requerimientos de las futuras generaciones. Aseguremos que la
prosperidad alcance a los pobres. Escojamos un camino iluminado hacia nuestra meta
última compartida: un mercado mundial abierto a todos y que beneficie a todos».
Discurso de Kofi Annan ante el Foro Mundial Económico, Davos, Suiza, 31 de enero, 1998.
Esta reflexión de Kofi Annan, Secretario General de las Naciones Unidas, define perfecta-
mente el nuevo perfil de Naciones Unidas y sus organismos internacionales con respec-
to a las relaciones con las corporaciones transnacionales. El mecanismo que rige estas
relaciones son las Asociaciones Público-Privadas (APP). Estas asociaciones son cada vez
más frecuentes en el escenario internacional, en diversos aspectos, tanto para materia de
inversiones como para la cooperación internacional. En este laberinto de intereses econó-
micos, políticos e ideológicos, las corporaciones privadas están adquiriendo un rol cada
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vez más importante, por sobre los organismos internacionales y aquellos del sistema de
las Naciones Unidas encargados de desarrollo, medio ambiente, alimentación, educación,
o la niñez, sin medir las consecuencias sociales y ambientales que puede significar este
cambio.
En la actualidad, este tipo de iniciativas, que se ejecutan a nivel local, nacional, regional e
internacional, ya se han concretado en distintos foros como la Cumbre Mundial de la Ali-
mentación, la Convención de Diversidad Biológica, el Convenio de Cambio Climático, entre
otros. En el marco de la Cumbre de Johannesburgo, en el año 2002, estas asociaciones
se implantaron para reemplazar los acuerdos y compromisos multilaterales ya estableci-
dos en el derecho internacional consuetudinario por acuerdos bilaterales entre gobiernos,
como siempre había sido desde la Segunda Guerra Mundial.
Las empresas, a través de estas iniciativas, no solo que obtendrán réditos económicos,
26 sino que mejorarán sus campañas de maquillaje verde —y azul por estar cobijadas con
la bandera de las Naciones Unidas—, y fragmentarán los acuerdos de cooperación de la
ONU, rompiendo con el multilateralismo tradicional. Constituyen, en la práctica, una privati-
zación de la cooperación internacional ya que fuerza un giro desde el sector público hasta
el privado. De hecho, gracias a estas iniciativas, las corporaciones podrán inclusive utilizar
el logotipo de las Naciones Unidas en su publicidad y documentos oficiales.
Con estas APP se da mayor poder a las corporaciones transnacionales en el escenario mun-
dial, las mismas que, a través de su creciente influencia económica y política, logran escapar
del control legal y social. De hecho, en la actualidad, varias corporaciones transnacionales ya
manejan mucho más presupuesto que las mismas Naciones Unidas que contaron con 3 160
millones de dólares para el bienio 2004-2005. Así, se está creando una relación desigual y
de sumisión de la ONU ante el poder de las empresas transnacionales.
En las Naciones Unidas, los partnerships proliferan, aun antes de que se hayan redac-
tado guías o normas éticas de participación en este tipo de asociaciones, o de que se
haya hecho una evaluación de los impactos políticos, económicos y socioambientales, y la
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Las APP entre las corporaciones y las Naciones Unidas no solo sirven para generar nuevas
oportunidades para que las empresas hagan más negocios, sino que se están tergiver-
sando los objetivos de la ONU que tienen un interés público, promover el desarrollo, el
bienestar, la erradicación de la pobreza, la defensa del ambiente global, etc., poniendo los
intereses corporativos por sobre los suyos propios.
ONUDI
Comenzó en 12/98,
Organización de las Desarrollo de la
Fiat para la industria automo-
Naciones Unidas para el Competitividad
triz de India.
Desarrollo Industrial
La nueva estrategia del Banco Mundial, de enfocarse en los objetivos del milenio, fue pre-
sentada como una «asociación mundial para encarar la reducción de la pobreza» entre
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distintos sectores, en donde a las empresas se les ha dado un rol protagónico. La par-
ticipación de las empresas es presentada como benefactoras, pero son en realidad las
verdaderas beneficiarias. Algunos ejemplos de alianzas en las que intervienen empresas
petroleras son los siguientes:
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Sin embargo, aun bajo esta realidad, las empresas petroleras nacionales y la misma OPEP
tienen todavía enorme influencia en los mercados internacionales y en el control de los
principales yacimientos de petróleo y gas en el mundo. Pero sus países miembros afrontan
otra realidad: la crisis ambiental y el descontento social.
Con este camino dependiente de los hidrocarburos, se habrá generado una inmensa deu-
da ecológica y social, un acumulado de externalidades sociales y ambientales que algún
día se tendrán que resarcir a los pueblos del sur.
Así, en noviembre de 2005 en Mar del Plata, durante la Cumbre de las Américas, los países
del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) se juntaron con Venezuela, para ter-
minar con el plan del ALCA. Sin embargo, Estados Unidos, ante esta realidad, ha impulsado
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En estos años, varios políticos —no necesariamente de izquierda— se han mostrado ad-
versos a las políticas expansionistas de Estados Unidos, así como a las imposiciones de
instituciones financieras internacionales, se han propuesto acabar con la hegemonía del
imperialismo y plantean nuevos esquemas de integración en contraste al ALCA, como el
IIRSA y el Plan Puebla Panamá.
En este mismo sentido algunos países, que fueron muy cumplidores del Consenso de Was-
hington y los planes de ajuste estructural, están revirtiendo sus políticas hacia un camino
de renacionalización de sus recursos.
Entre estos, destacan los casos de Venezuela y Bolivia que, junto con la histórica posición
de Cuba, cuestionan con fuerza el neoliberalismo y hablan de una nueva propuesta de
31
integración llamada el ALBA.
Los objetivos de la integración sudamericana tienen muchos aspectos positivos, desde el pun-
to de vista de romper con la dependencia regional con Estados Unidos, pero lamentablemen-
te, estos gobiernos impulsan una integración económica regional basada también en el pe-
tróleo y el gas, reproduciendo el modelo económico dependiente de hidrocarburos. Además
de los graves impactos que conllevan, estos recursos no renovables están sujetos al manejo
transnacional y de las élites nacionales que no obedecen a los intereses de los pueblos.
Por otro lado, los proyectos de integración de infraestructura servirán para garantizar el flujo
de energía de sur a norte, antes que satisfacer las necesidades locales en Latinoamérica.
Estos proyectos de integración cuentan con el impulso y financiamiento del BID1, la CAF2 y el
BNDE3. Para la integración energética se habla de una inversión que superará los 300 mil
millones de dólares hasta el año 2030.
Luego de este proceso de reforma estructural energética para el gas y el petróleo, los nue-
vos gobiernos han tratado de impulsar una propuesta que busca retomar el control de los
recursos energéticos a través de varios mecanismos que son:
Estados Unidos entró al siglo XXI como un país dependiente del crudo extranjero y con una
necesidad imperiosa de obtener recursos energéticos de cualquier parte. En este contexto
una integración panamericana es su carta más fuerte, más aún después del fracaso de su
invasión a Irak.
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Relación Reservas /
Miles de millones de
% del total mundial Producción
barriles
(años)
Estados Unidos 29,3 2,44 % 11,8
Canadá 16,5 1,37 14,8
Total Norteamérica 45,8 3,81 13,3
34
Argentina 2,3 0,19 8,7
Brasil 11,8 0,98 18,8
Colombia 1,5 0,12 7,3
Ecuador 5,1 0,42 25,6
México 13,7 1,14 10,0
Perú 1,1 0,09 27,1
Trinidad y Tobago 0,8 0,07 13,0
Venezuela 79,7 6,64 72,6
Otros Sudamérica,
América Central y el 117,2 0,11 24,8
Caribe
TOTAL LATINOAMÉRICA
117,2 9,76 23,1
Y EL CARIBE
Fuente: BP Statistical Review of World Energy.
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Relación Reservas /
Trillones de metros
% del total mundial Producción
cúbicos
(años)
Estados Unidos 5,45 3,0 % 10,4
Canadá 1,59 0,9 8,6
7,04
Total Norteamérica 3,9 9,5
Argentina 0,50 0,3 11,1
Brasil 0,74 0,4 71,1
Colombia 0,31 0,2 27,3
Ecuador 0,11 0,1 16,7
35
México 0,41 0,2 10,4
Perú 0,33 0,22
Trinidad y Tobago 0,55 0,3 18,8
Venezuela 4,32 2,4
Otros Sudamérica,
América Central y el 0,1 87,7
0,17
Caribe
TOTAL LATINOAMÉRICA
7,43 4,1 34,7
Y EL CARIBE
Fuente: BP Statistical Review of World Energy.
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El TLCAN4 incluye una propuesta de integración energética. La idea inicial es sumar a Méxi-
co dentro de la estrategia energética estadounidense, basándose en los principios del libre
comercio y el libre flujo de energía entre las fronteras.
A través del Proyecto México Tercer Milenio se establecen nuevos centros energéticos don-
de se instalarían refinerías, centrales termoeléctricas, plantas petroquímicas e industrias
asociadas. Con esto se ocuparía territorio mexicano para todas las fases «sucias» de trans-
formación energética y se explotaría energía directa o productos procesados, a través de
numerosos gasoductos.
Se planea la construcción de una tubería submarina que enlace la Costa Atlántica de Co-
lombia con la de Panamá y con Costa Rica, a través de un gasoducto terrestre. Se construi-
rá también el gasoducto Transguajiro entre Venezuela y Colombia.
4 TLCAN: Tratado de Libre Comercio para América del Norte (NAFTA en inglés).
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Cinco países dominan el escenario petrolero africano: Nigeria, Libia, Argelia, Angola y Egip-
to, en orden decreciente, que sumados alcanzan el 85 % del total de extracción petrolera
en el continente. Otros países importantes en el sector son Gabón, Congo, Camerún, Túnez,
Guinea Ecuatorial, República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Sudán, entre otros.
Como podemos ver en el cuadro anterior, África tiene importantes recursos energéticos en
relación a su consumo, por lo que están bajo la lupa de las empresas petroleras.
Ya en marzo del año 2004, los jefes del Estado Mayor de ocho países africanos se reunieron
en la sede del comando militar estadounidense en Europa, para tratar sobre cooperación
militar en la lucha global contra el terrorismo y fortalecer la lucha en una zona tapón entre
Maghreb y el África negra, precisamente en las zonas petroleras del norte de África y el
Golfo de Guinea. Este interés se ha visto reforzado por las visitas de funcionarios de Estados
Unidos al continente africano en los últimos cuatro años.
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Se espera que en los próximos 10 años África sea la segunda fuente de hidrocarburos para
Estados Unidos. Las tres vías principales de transporte serán los oleoductos Chad-Camerún
al oeste, y Higleig-Port-Sudán, el futuro oleoducto Chad-Sudán al este.
En este escenario no llaman la atención sucesos como el golpe de Estado en julio de 2003
en Santo Tomé y Príncipe, cuyas reservas de petróleo fueron recientemente descubiertas.
De inmediato intervino Estados Unidos y tres meses después del golpe, varias empresas
estadounidenses anunciaron que invertirían en exploración petrolera en el mar. También se
anunció la instalación de una base militar en alguna de las islas.
África también cuenta con enormes reservas probadas de gas —su principal recurso hidro-
carburífero— que representan el 8 % del total mundial.
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Para los planes de acceso a los recursos de África, se han desarrollado programas de
integración de infraestructura así como de carácter comercial y legal.
En África los programas de privatización están bastante avanzados, sobre todo a partir de
la última década. Algunos ejemplos son:
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LA INICIATIVA NEPAD
42 Al cabo de más de cinco años de vigencia del NEPAD, el sector de energía ha recibido
créditos del Banco Africano, del Banco de Desarrollo de África del Sur y de Corporación de
Desarrollo Industrial de Sudáfrica.
• Gasoducto de África Occidental (WASP-West African Gas Pipeline) entre Nigeria, Benin,
Togo y Ghana y el Oleoducto Chad-Camerún;
• Eje Sudafricano Texaco-SAPP6;
• Eje de África del Este-EAC7;
• Eje de África del Norte.
Por otro lado, en Asia se encuentran el segundo y el tercer consumidor más grande de
recursos energéticos del mundo: China y Japón, respectivamente. Esto hace que la geopo-
lítica de los hidrocarburos en Asia sea tan explosiva. En este escenario, el tema de las inter-
conexiones para el transporte de petróleo y gas desde y dentro de Asia es particularmente
importante.
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Azerbaiján 7,0 0,6 % 4,4
Federación Rusa 74,4 6,2 % 21,4
Turkmenistán 0,5 - 7,8
Uzbekistán 0,6 - 12,9
TOTAL EUROPA Y EURASIA 82,6 6,8 % 21,1
Irán 137,5 11,5 % 93,0
Irak 115,0 9,6 % -
Kuwait 101,5 8,5 % -
Omán 5,6 0,5 % 19,6
48 Qatar 15,2 1,3 % 38,0
Arabia Saudita 264,2 22,0 % 65,6
Siria 3,0 0,2 % 17,5
Emiratos Árabes Unidos 97,8 8,1 % 97,4
Yemen 2,9 0,2 % 18,3
Otros Oriente Medio 0,1 - 4,6
TOTAL ORIENTE MEDIO 742,7 61,8 % 44,3
Brunei 1,1 0,1 % 14,9
China 16,0 1,3 % 12,1
India 5,9 0,5 % 20,7
Indonesia 4,3 0,4 % 10,4
Malasia 4,2 0,3 % 13,9
Tailandia 0,5 - 5,2
Vietnam 3,1 0,3 % 21,8
Otros Asia Pacífico 5,0 0,4 % 16,6
TOTAL ASIA PACÍFICO 40,2 3,3 % 14,5
Fuente: BP Statistical Review of World Energy.
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ASEAN
Durante la mayor parte de la década de 1990, varios países del ASEAN10 experimentaron
un crecimiento astronómico de sus demandas de energía y se prevé que seguirán en au-
mento en los próximos 20 años.
La región del ASEAN es importadora neta de crudo y exportadora neta de gas. Sin embar-
go, las demandas de la región no obedecen a un incremento en las reservas de hidrocar-
buros, por lo que ha surgido un fuerte cuestionamiento a la problemática de la seguridad
energética. Una respuesta a este problema ha sido establecer un acuerdo de cooperación
energética para compartir reservas petroleras entre los países miembros, en tiempos de
emergencia o cuando hay excedentes. Los países exportadores de crudo (Brunei, Indone-
sia y Malasia) se comprometen a proveerle crudo. Si se generan excedentes en el mercado
internacional, los países importadores se comprometen a comprar a los miembros expor-
50 tadores del ASEAN.
Además, la estrategia de ASEAN es firmar acuerdos con otras contrapartes como China,
Japón y Corea del Sur, con los que acordaron dar los pasos necesarios para lograr una
asociación energética que los ayude a enfrentar los retos del sector energético en Asia ante
precios mundiales de petróleo fuertemente volátiles.
10 Asociación de países del sudeste asiático formado por Malasia, Indonesia, Tailandia, Filipinas,
Singapur, Laos, Cambodia, Vietnam, Brunei y Birmania.
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El TAGP tiene una longitud planificada de más de 9 mil km en todos sus tramos, que even-
tualmente transportaría gas desde Indonesia a China.
Otras conexiones pueden ser realizadas a medida que la demanda de gas aumenta.
Enlaces existentes:
• Uno de los primeros gasoductos construidos va desde los campos de gas de Natuna
Occidental en Indonesia hacia Singapur. Es un gasoducto de 640 km.
• Otro gasoducto lleva el gas de los campos de Sumatra hacia Singapur que es un país
con altas demandas energéticas, pues tiene la mayor capacidad de refinación de hidro-
carburos por unidad de área en el mundo.
• El oleoducto transfronterizo desde Malasia a Singapur lleva 150 millones de pies cúbicos
52 estándares al día (scf/d).
• El oleoducto Yadana (Birmania)-Ratchaburi (Tailandia), terminado en 1999.
• El oleoducto Yetagun (Birmania-Ratchaburi) terminado en septiembre de 2000.
• Varios otros gasoductos han sido planificados, están en vías de construcción o ya han
sido terminados.
Para cubrir su demanda, China importa crudo del Medio Oriente, sudeste asiático y Rusia.
El transporte de crudo se hace vía marina, a través del Estrecho de Malaca. Cuatro de cada
cinco barriles importados a China pasan por este Estrecho, lo que preocupa a Beijing, por
el riesgo de bloqueos por parte de Estados Unidos o Taiwán. Ante esto se propone la cons-
trucción de gasoductos: desde la provincia suroccidental de Yunnan hasta Birmania; desde
la parte noroccidental de la provincia de Xinjiang a Pakistán, o desde Tíbet a Bangladesh
(descartada).
India planea importar gas natural desde Irán por el oeste y desde Birmania por el este, con
sus respectivos gasoductos, para suplir su creciente demanda energética.
Rusia ha jugado un papel importante en la geopolítica petrolera de los estados del centro
de Asia y Europa Oriental. Todos los hidrocarburos que se transportaban en la región pa-
saban por Rusia, incluida la región de Chechenia.
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En un afán por acabar con esta dependencia, Estados Unidos y Europa se propusieron sa-
car el crudo del Caspio por otras rutas. Por décadas, Estados Unidos ha apoyado a Turquía
y Azerbaiján para desviar las exportaciones, procedentes del Caspio, de Rusia.
Pero el tránsito por Turquía se ha convertido en un cuello de botella para los exportadores
rusos, por lo que han presentado dos rutas alternativas:
• La ruta Turca: Kiyikoy (en el Mar Negro) a Ibrahaba (el Mar Egeo);
• La ruta Búlgaro-Griega: de Burga a Alexandropolis.
Ninguno de los países petroleros del Caspio tiene fronteras marítimas; por lo que es indis-
pensable la construcción de oleoductos y gasoductos, y estos tienen que cruzar por alguna
de las zonas conflictivas de la región (grupos separatistas caucásicos, guerrilla afgana e
iraquí, Irán, los conflictos armados en Georgia, etc.).
Otras posibles rutas para sacar el crudo del Caspio son a través de Afganistán o Irán.
También están avanzadas las negociaciones para la construcción de otro oleoducto que
sale de Turkmenistán hacia Pakistán, atravesando Afganistán. También Pakistán y Azerbai-
ján han acordado promover y expandir la cooperación en el sector petrolero y de gas.
55
Contratendencias
enfrentando el poder, la concentración
y la impunidad de las petroleras
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Niños árabes
Niños de maíz y del futuro
Ustedes romperán nuestras cadenas
Matarán el opio de nuestra mente
Matarán la ilusión
Nizar Qabbani
Poeta sirio
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E
En varios países, personas y organizaciones de zonas afectadas por actividades petroleras
se encuentran en plena lucha para que las empresas petroleras no queden impunes por
los delitos que han cometido.
En varios lugares del mundo se han iniciado procesos legales por violaciones a los derechos
de pueblos indígenas, por violaciones a los Derechos Humanos o por delitos ambientales.
59
Los juicios suponen la utilización de las herramientas legales, nacionales e internacionales,
a través de los cuales se evidencian los impactos cometidos por las empresas y permiten
abrir una discusión de fondo sobre los derechos, tema importante considerando que las
acciones de las empresas son pasadas por alto porque los afectados son generalmente
los sectores más empobrecidos de la sociedad.
En algunos países existe como figura legal el delito ambiental, en otros se reconocen los
derechos colectivos y en todos se reconocen los derechos civiles. El ejercicio de los derechos
ha tenido un efecto directo sobre las comunidades que reconocen su derecho al reclamo y
los estados que, aunque casi siempre favorables a las empresas, incorporan aspectos en
las legislaciones, a fin de proteger el ambiente y los derechos de las comunidades.
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La mayoría de acciones que han llegado a los tribunales son por demandas por violación
a los derechos humanos, los más conocidos son Nigeria, Indonesia, Colombia, Birmania,
Sudán. Sin embargo, existen casos en defensa de los derechos indígenas como, por ejem-
plo, en Ecuador, Colombia, Guatemala, Alaska. Y casos por delitos ambientales, el más
conocido es el de Ecuador.
60
Hemos recogido algunos ejemplos de juicios contra empresas petroleras, aclarando que
no en todos los casos han sido llevados a cabo por miembros de Oilwatch.
CASOS JURÍDICOS
La Federación Independiente del Pueblo Shuar del Ecuador (FIPSE) interpuso un recurso
de amparo en contra de la compañía Arco Oriente Inc., exigiendo el cese de los actos
ilegítimos de la compañía que estaban afectando grave y directamente el interés colectivo
de sus miembros, y amenazaban causar daños graves e inminentes a la integridad del
pueblo shuar.
La FIPSE invoca el deber del Estado de proteger los derechos colectivos de los pueblos in-
dígenas frente a violaciones por entidades privadas como la compañía Arco Oriente Inc.,
derechos reconocidos en la Constitución del Ecuador. 61
La comunidad u’wa, a través de la Defensoría del Pueblo, interpuso una Acción de Tutela
como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable por la flagrante violación
del derecho constitucional fundamental de la participación, después de varios fallos favora-
bles: la Honorable Corte Constitucional en 1997 tuteló el derecho de consulta que le asiste
al pueblo u’wa y ordenó realizarla en un término de 30 días, la consulta nunca se realizó.
Paralelamente a la Acción de Tutela, la Defensoría del Pueblo, en nombre del pueblo u’wa,
62 interpuso Acción de Nulidad de la Licencia Ambiental, ante el Honorable Consejo de Es-
tado. Su decisión judicial, proferida en el año de 1997, afirmó que el pueblo u’wa sí fue
consultado en el año de 1995 en la ciudad de Arauca, por tanto, la Licencia Ambiental era
legal.
En 1999, el gobierno hizo una ampliación del Resguardo Unido U’wa con límites que res-
ponden a los intereses del gobierno nacional y de la OXY y no a las aspiraciones del pueblo
u’wa, dejando por fuera el pozo Gibraltar 1, el primer pozo exploratorio dentro del territorio
u’wa.
Ese año, el ministro Mayr otorgó a Oxy la licencia ambiental. Como respuesta el Cabildo
Mayor U’wa compró el terreno en donde debía localizarse el pozo Gibraltar 1. Posterior-
mente, el pueblo u’wa se movilizó y asentó en el sitio del pozo.
En 1989 fue creada la reserva de la Biosfera Maya. Se trata del segundo bosque tropical
más grande de América.
En 1997 se licitaron 300 000 hectáreas dentro del Parque Nacional Laguna del Tigre.
DEMANDADO: BP
El caso es en contra del proyecto Northstar de BP Amoco para extracción de petróleo del
océano Ártico (primer proyecto de extracción offshore de petróleo a realizarse en el océa-
no Ártico). Se extraerá el petróleo desde una isla artificial a 9,6 km al norte de la costa de
Alaska.
El Ártico Occidental está calentándose de 3 a 5 veces más rápido que el promedio global,
debido al cambio climático.
Por miles de años esta comunidad ha dependido del océano Ártico por sus ballenas, focas,
peces y osos polares. Greenpeace ha establecido un campamento en la zona para vigilar
la construcción del proyecto.
La demanda fue interpuesta, en 1999, ante la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito
de San Francisco (San Francisco’s Court of Appeals for the Ninth Circuit). Esta cuestiona al
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1O anos oilwatch
A pesar de las protestas, BP ha planteado que seguirá con sus actividades, pero realizará
la extracción del crudo que se encuentra offshore desde la plataforma offshore hacia el
yacimiento que está bajo el mar.
Los indígenas inupiat, al igual que sus hermanos yupik, siguen opuestos al proyecto que
se realiza en el Refugio Ártico de Vida Silvestre, y que afectará su vida al poner en riesgo
sus fuentes de vida que son la pesca, el buey almizclero, osos grises, osos polares, lobos,
más de 130 especies de aves y sobre todo son el refugio para la llegada de las manadas
de 130 000 caribúes y el lugar de nacimiento de sus crías. Durante más de 20 000 años,
los pueblos de Alaska han sobrevivido en el Ártico y saben que el frágil ecosistema ártico
será afectado directamente por el cambio climático que se produce por las actividades
petroleras. 65
DEMANDADO: Chevron
medio ambiente ha hecho que comunidades enteras deban desplazarse. La empresa ope-
ra con el apoyo del ejército.
En mayo de 1998 decenas de activistas ocuparon la plataforma Parabe, en el delta del río
Níger. Los manifestantes pedían a Chevron una mayor contribución para la empobrecida
zona en la cual vivían. Chevron pidió ayuda a los militares. Unos días después, helicópte-
ros de Chevron aterrizaron en la plataforma y dispararon en contra de los manifestantes,
mataron a dos personas e hirieron a muchos. Once activistas fueron detenidos durante tres
66
semanas. Al menos uno de los activistas asegura que fue víctima de tortura. El helicóptero
estaba piloteado por pilotos contratados por la empresa petrolera.
En mayo 27 de 1999 se presentó una demanda ante la Corte Distrital de California. Chevron
planteó la excepción de incompetencia del tribunal, diciendo que sería más conveniente
tratar el caso en Nigeria. El 7 de abril de 2000, la corte negó esta excepción. Chevron pre-
sentó otra excepción que alegaba que los hechos no constituían violaciones de derecho
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1O anos oilwatch
El 12 de mayo de 2000 las excepciones fueron desechadas, pero de todos modos se abrió
el período de prueba. En la demanda se alegaba que existió conspiración entre Chevron,
los militares y la policía de Nigeria.
La compañía pidió llevar a cabo un juicio sumario, alegando que los crímenes fueron co-
67
metidos por los militares y policías locales, y también porque estas personas estaban pro-
tegiendo a la subsidiaria, no a los demandados en sí. Esta petición fue negada. La corte
que negó este recurso reconoció que a Chevron no se la podía considerar responsable
directa de los hechos ocurridos en Nigeria.
Los demandantes de las comunidades de Opia e Ikenyan del delta del Níger aún esperan
los resultados de su demanda en las cortes.
DEMANDADO: ExxonMobil
En junio de 2001 el Internacional Labour Rights Fund presentó una demanda ante la Corte
Distrital Federal de Columbia. La demanda se presentó en nombre de 11 comuneros vícti-
mas de los abusos por parte de las fuerzas de seguridad de ExxonMobil.
En octubre de 2001 ExxonMobil alegó que, aunque esos hechos ocurrieron, no fueron resul-
68
tado de las actividades realizadas por ExxonMobil. Señala que la presencia de la compañía
en Aceh creó nuevos puestos de trabajo, ayudó a la estabilización de la región, donó medi-
camentos y comida e invirtió en el desarrollo de las comunidades locales.
El 9 de abril de 2004, la corte oyó los argumentos orales de las partes. La decisión debía ser
tomada en el plazo de 60 días, pero la corte aún no se ha pronunciado.
Se alega que ExxonMobil actúo con plena conciencia y conocimiento al emplear a tropas
militares brutales para asegurar sus proyectos, además de proveer de apoyo material y
financiero. Se alega también que en las fuerzas de seguridad se encuentran empleados o
agentes de ExxonMobil y que la compañía puede ser declarada responsable.
Sobre este caso, el Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que la investigación
que se lleva a cabo podría ser considerada como una intromisión en la soberanía estatal
del gobierno de Indonesia y podría afectar los intereses de Estados Unidos, pues Indonesia
es un aliado en su lucha antiterrorista. Añadió que la investigación podría ocasionar una
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La operación fue vigilada desde el avión de Skymaster contratado por OXY y piloteado por
empleados estadounidenses de OXY. Vigilaron el área y colaboraron con la CAF para iden-
tificar el objetivo y escogieron los lugares en los que los militares descendieron durante la
operación. En el mismo avión se encontraba un oficial del ejército colombiano (enlace entre
las fuerzas aéreas y OXY).
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entre el sueño y la memoria
El 24 de abril de 2003 se presentó una demanda por International Labor Rights Fund (ILRF)
y el Centro de Derechos Humanos en Northwestern University School of Law, ante la Corte
del Distrito Central de California.
Una corte colombiana, en mayo de 2004, después de varios meses de entorpecidos pro-
cedimientos judiciales, ordenó al gobierno colombiano el pago de 725 000 dólares a los
sobrevivientes. Estos procedimientos ocurrían al mismo tiempo que se entabló la demanda
en Estados Unidos que continúa hasta ahora.
El gobierno militar, durante la década de 1990, llevó a cabo una sangrienta campaña en
contra de la comunidad. Ken Saro Wiwa y otros activistas fueron ilegalmente detenidos en
1994, se los mantuvo incomunicados y custodiados por militares. Posteriormente, fueron
juzgados por una Corte Especial, violándose así su derecho a un debido proceso. Fueron
condenados por asesinato y ejecutados en 1995.
El 10 de noviembre de 1995, fueron colgados Ken Saro Wiwa, John Kpuinen, Saturday Do-
obee, Felix Nuate, Daniel Gbokoo, el Dr. Barinem Kiobel y otros tres dirigentes del MOSOP
(Movimiento para la Supervivencia del Pueblo Ogoni) (Movement for the Survival of the Ogo-
ni People-MOSOP).
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1O anos oilwatch
• el asesinato de Ken Saro Wiwa, John Kpuinen, Saturday Doobee, Felix Nuate, Daniel
Gbokoo, Dr. Barinem Kiobel y otros tres dirigentes;
• la detención arbitraria y tortura de Owens Wiwa y Michael Vizor;
• los ataques en Karalolo Kogbara y Uebari N-nah, cuando protestaban pacíficamente en
contra de las actividades de Shell.
La demandada presentó una moción para desechar la acción, alegando que la jurisdicción
71
debía radicarse en Holanda o en Inglaterra, y que Ley de Reclamos por Perjuicios en el Ex-
tranjero (Alien Tort Claims Act) no se aplicaba porque la involucrada es una corporación.
El 25 de septiembre de 1998, el juez Kimba Word determinó que la jurisdicción debía ser en
Estados Unidos (NY) o Inglaterra.
El 28 de febrero de 2002, se negaron todas las peticiones hechas por la empresa de des-
echar las demandas, porque se determinó que Royal Dutch/Shell y Brian Anderson partici-
paron en todos los crímenes mencionados en las demandas.
También se abrió la posibilidad de que Brian Anderson fuera demandado por violación de
la Ley para la Protección de Víctimas de Tortura (Torture Victim Protection Act).
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La empresa Talismán colaboró con el gobierno de Sudán en una «limpieza étnica» en el sur
de Sudán, alrededor de las áreas en que realizaba sus actividades petroleras. Estas ma-
tanzas se llevaron a cabo contra la población civil y se basaron en la etnicidad y la religión.
Alentó al gobierno a que lo hiciera y proveyó material a sabiendas de que iba a ser usado
en tales actividades.
72
Colaboraron con Talismán las empresas Petrolera Nacional de China y Petronas Carigali.
Más de 500 000 cristianos y otros no musulmanes del sur de Sudán han sido asesinados.
Otros (1,8 millones de personas) han sido forzados a huir a Etiopía o Kenya; han sido reclui-
dos en campos de refugiados creados por el gobierno islámico de Sudán conjuntamente
con las empresas petroleras, para proteger los campos y las instalaciones petroleras.
La demanda fue presentada en 2001 por la Iglesia Presbiteriana de Sudán, los Servicios
para el Desarrollo de la Comunidad de Nuer en Estados Unidos (Nuer Community Develop-
ment Services in the USA) y sudaneses radicados en Sudán y en Estados Unidos.
La demanda fue presentada en Denise Cote de la Corte de Distrito Sur de Nueva York en
Estados Unidos. La corte rechazó la petición de la empresa de desechar la demanda.
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1O anos oilwatch
En octubre de 2005, la empresa dejó el país formalmente, hecho que se ha visto como un
triunfo por los demandantes ya que, además, ha provocado una caída significativa de las
acciones de la empresa en la bolsa de Canadá; sin embargo, los demandantes continua-
rán con su campaña legal y pública para lograr las reparaciones para quienes han sufrido
por sus operaciones, así como la responsabilidad criminal de los directores ejecutivos de
Talismán como cómplices de genocidio.
Birmania ha estado bajo un gobierno militar desde 1958. En 1988, después de la toma del
poder por parte de The Myanmar Military, se cambió el nombre de Birmania a Myanmar.
La Junta Militar adjudicó a Total el proyecto del Gasoducto de Yadana de 412 km.
Unocal contrató a militares para asegurar su proyecto, a pesar de las denuncias sobre sus
abusos y violaciones a los derechos humanos.
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El gasoducto fue construido con trabajo forzado, para lo que se obligó violentamente a
desplazarse a poblaciones enteras. Se construyeron helipuertos para proteger el proyecto,
y llegaron a la zona cientos de soldados. Existen varios testimonios de ex militares que ase-
guran que Total y Unocal brindaron apoyo material a las fuerzas militares que custodiaban
el proyecto.
En 1996 se presentaron dos demandas por separado. En Francia y en Bélgica contra Total
y en Estados Unidos contra Unocal. Se demandaba por violaciones sexuales, trabajos for-
zados, tortura y asesinatos.
En 1997, una Corte Distrital de Estados Unidos dictaminó que la corporación y sus directi-
vos pueden ser responsables por violaciones a los derechos humanos en Birmania, pues
Unocal sabía del trabajo forzado y se benefició de ello. A pesar de ello, la corte desechó la
acción alegando que Unocal no había ordenado la realización de esos actos. Los actores
74 apelaron esta decisión.
DEMANDADO: Chevron
Las compañías Texaco de Petróleos del Ecuador (TEXPET subsidiaria de TEXACO INC.) operó
75
en Ecuador desde 1964 hasta 1990. Si bien en 1974 la Corporación Estatal Petrolera Ecuato-
riana ingresó al consorcio y en 1977 tenía el 62,5 % de activos, TEXPET era la operadora del
consorcio, y como tal fue la responsable técnica de las actividades del consorcio.
11 Texaco se fusionó con Chevron y formaron la empresa ChevronTexaco. En el año 2005, la corporación se
llamó únicamente Chevron.
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años, fue que la Texaco Inc. debía someterse a la jurisdicción ecuatoriana y determinó que
no podía alegar en su favor la prescripción de las acciones.
La demanda fue ganada por los afectados teniendo la empresa que pagar una compensación
de 11 millones de dólares y tomar acciones para eliminar las fuentes de contaminación.
77
El Monitoreo Ambiental Comunitario es un instrumento útil para lograr cambios en las po-
líticas energéticas nacionales, a través del registro y la denuncia permanente sobre los
impactos socioambientales de la actividad petrolera.
El Monitoreo Ambiental Comunitario es un instrumento que permite que los propios afec-
tados realicen investigaciones de campo, utilizando los indicadores más idóneos. Las co-
munidades, al observar los cambios que provoca la contaminación y deforestación en las
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especies animales, vegetales y en los seres humanos, pueden definir bioindicadores, in-
dicadores en salud o indicadores físico-químicos fáciles de manejar y que les permitan
demostrar la magnitud de los impactos producidos por la actividad de una empresa.
Uno de los principales usos del monitoreo comunitario es ejercer presión social desde las
bases para conseguir que las autoridades competentes solucionen los problemas cau-
sados por las actividades petroleras, lo cual implica: el cierre de las diferentes fuentes de
contaminación, la restauración ambiental total de las áreas afectadas y la compensación
social a las comunidades que han recibido pérdidas económicas y daños en general. Esta
presión se la consigue a través de la denuncia y difusión en medios de comunicación, a
través de lobby y a través de acciones pacíficas de presión cuando la situación lo amerita.
Entre los objetivos que se pueden alcanzar con el monitoreo están los siguientes:
PAÍS: Nicaragua
PUEBLOS: comunidades indígenas pesqueras de los litorales norte y sur del Atlántico de
Nicaragua (aproximadamente, 4 000 personas)
LOCALIDAD: Región del Atlántico Norte de la Costa Atlántica Norte, Municipio de Bilwi
CAMPO O PROYECTO: Plan de Acción para la Exploración Petrolera en Nicaragua que inclu-
ye un total de 22 918 km de líneas sísmicas
CANTIDAD DE CRUDO O GAS REPRESADO: se estima tendrá una producción promedio de
350 barriles diarios en 22 pozos por 25 años, lo que daría un estimado de 70 millones de
80
barriles de petróleo.
EMISIONES DE CARBONO QUE NO SE EMITEN: 8 millones de toneladas de carbono
PAÍS: Colombia
PUEBLO: u’wa
LOCALIDAD: el área petrolera comprende los municipios de Saravena, Tame,
Fortul (Arauca), Cubara (Boyacá), Toledo (norte de Santander). Del área total,
un 25 % está en territorio indígena.
CAMPO O PROYECTO: Contrato de Asociación Samoré ahora llamado Contra-
to de Asociación Siriri
CANTIDAD DE CRUDO REPRESADO: 1 200-1 400 millones de barriles de crudo
EMISIONES DE CARBONO QUE NO SE EMITEN: 153 millones de toneladas de
carbono
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PAÍS: Bolivia
PAÍS: Chad
PUEBLO: la región sur de Chad está poblada por los pueblos saras, massas, mundanis y
hakkas, pueblos en su mayoría agrícolas.
LOCALIDAD: región de la cuenca Doba, al suroeste de Chad. La zona del proyecto tiene una
población aproximada de 28 000 habitantes, pertenecientes a los cantones de Béro, Komé
y Miandoum. Los cantones de Timberi, Gadjibian, Bessao, Mont de Lam y Mbassay están
en la zona de trayecto del oleoducto. Sumados todos los cantones dan una población
aproximada de 68 000 personas. El oleoducto atravesará 64 pueblos.
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PAÍS: Ecuador
PUEBLO: el pueblo cofán, conformado por 840 personas en total, está asentado en cinco
84 comunidades ubicadas a orillas del río Aguarico. Tres de estas comunidades han presenta-
do resistencia a las actividades petroleras. Estas comunidades son: comuna Cofán Dureno,
comuna Cofán Duvuno y comuna Cofán Zábalo.
LOCALIDAD: provincia de Sucumbíos que ocupa la parte norte de la Amazonía ecuatoriana,
se encuentra al noreste del país.
CAMPO O PROYECTO: en las comunas cofanes de Zábalo, Dureno y Sinangé se encuentran
los siguientes proyectos petroleros: pozos petroleros Zábalo, Paujil e Imuya, Campo petro-
lero Guanta-Dureno y Bloque petrolero # 11 Pozo Rubí 1.
CANTIDAD DE CRUDO O GAS REPRESADO: un total de 32 000 000 barriles.
EMISIONES DE CARBONO QUE SE IMPIDEN: el pueblo cofán han logrado evitar que se emitan
casi 4 millones de toneladas de carbono.
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1O anos oilwatch
geopolítico del problema, ligándolo con otros ejes ambientales y políticos, que ha alimen-
tado el debate en la región.
En Sudamérica, la mayoría de países tienen una vieja actividad petrolera y muchos de los
miembros han acumulado experiencia en las luchas de resistencia. Además, hay procesos
inspiradores como el del pueblo u’wa en Colombia y la comunidad de Sarayaku en Ecuador.
Ecuador se ha convertido en una escuela de campo para aprender de los impactos gene-
rados por las actividades petroleras, y ha recibido a hermanos que están en la resistencia
contra las empresas petroleras, provenientes de prácticamente todos los países que con-
forman la red Oilwatch.
86
Se ha iniciado una coordinación como cuenca del Amazonas, a fin de conectar las diferen-
tes luchas y diseñar estrategias comunes.
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Nigeria ha sido un lugar de aprendizaje sobre los impactos de las actividades petroleras en
una zona de delta y los impactos offshore.
Desde Ghana ha sido fundamental la lucha en contra del gasoducto de África Occidental
(WAGP-West African Gas Pipeline). Estas luchas se han mantenido en coordinación con los
cinco países afectados por esta tubería. Igualmente se ligaron las luchas de Chad y Ca-
merún en la resistencia contra el oleoducto que conectaría los dos países. Las poblaciones
de Chad aprendieron de los impactos que la actividad de extracción provocaría, al visitar
Nigeria.
Las organizaciones de África Noroccidental, una nueva frontera para la industria petrolera,
miran con desconfianza las ofertas petroleras, pues ya conocen los impactos en el Golfo
de Guinea.
Hay varios temas comunes que se trabajan en África, como las violaciones a los derechos
humanos y «limpieza étnica» en Sudán, el racismo ambiental en Sudáfrica y los rezagos del
Apartheid, la corrupción y el manejo de ingresos petroleros en Nigeria y Angola, la militari-
zación para favorecer a las empresas petroleras en la región en general.
CORREDORES EN ASIA
• Perú a Ecuador: permitió a los indígenas de la selva norte y central de Perú observar de
cerca una actividad que también hay en su territorio, pero que allá no puede verse de
cerca.
• Nigeria a Perú: puso en contacto a afectados por la empresa Shell en el territorio ogoni,
con potenciales afectados por el proyecto Camisea en Perú.
• Nigeria a Venezuela, Perú, Ecuador: permitió construir redes de solidaridad para la con-
servación del delta del Orinoco, al plantear que es parte del delta del Níger que está
ñ
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• Países del sudeste asiático a Tailandia: se observaron los impactos de la construcción del
oleoducto de Yadana y se compartió la experiencia de lucha, organización y resistencia.
• Ecuador-Colombia-Perú: a través de varios encuentros, se han construido estrategias
conjuntas para enfrentar los temas. Se destaca la presencia de pueblos indígenas, al-
gunos de los cuales están divididos por las fronteras nacionales. Se construyen en la
práctica corredores de resistencia entre los tres países.
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capítulo
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La Resistencia
las declaraciones hechas
por la red oilwatch
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COMO UN RÍO
Thiago de Melo
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N
Nueva York, Estados Unidos
9ª Conferencia de Desarrollo Sustentable
Abril de 2001
3. La tendencia actual por parte de los países miembros de la OPEP es reducir la oferta, a fin
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de mantener los precios del petróleo. Frente a esto los países altamente consumidores pre-
sionan a los países que están fuera de la OPEP a aumentar la exploración y explotación.
6. Los países que acojan la moratoria podrían negociar créditos económicos, bajo el Proto-
colo de Kyoto, por reducción neta de CO2.
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1. Los países importadores de petróleo tienen que iniciar un rápido camino para desarrollar
economías con menor dependencia de combustibles fósiles. Esto implica trabajar sobre ener-
gías limpias renovables y de bajo impacto, como las energías hídricas, solares y eólicas.
2. El consumo de energía, a partir de combustibles fósiles, tiene que bajar y las fuentes
energéticas deben diversificarse. El costo de transición será menor para los países que
inicien este proceso más rápidamente. De cualquier manera, la reducción del consumo de
energías fósiles será obligatoria, a corto plazo, por razones de escasez.
3. Los países con un menor desarrollo industrial están en mejores condiciones para iniciar
este camino y su proceso de desarrollo, partiendo de energías limpias, renovables y de
bajo impacto, pues les resulta menos costoso que tener luego que hacer correctivos, cam-
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biar la tecnología, adaptar la infraestructura montada a partir de energías fósiles.
4. Los países del G77 que son importadores de hidrocarburos deben trabajar para encon-
trar posibilidades de apoyo internacional para este tipo de proyectos.
1. Los países insulares, agrupados en el AOSIS, están seriamente amenazados por los im-
pactos del cambio climático. Estos países han demandado reducciones más serias, pero
se han encontrado con una total falta de voluntad política y se ven amenazados en su
existencia misma.
2. La moratoria a las actividades petroleras es una propuesta clara que implica cerrar la llave
de la fuente de los problemas, que es la producción de hidrocarburos. Esta es una propuesta
que está siendo practicada por cientos de poblaciones locales, alrededor del mundo.
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3. En apoyo a las comunidades que resisten, las naciones insulares pueden jugar un rol
crucial en la construcción de un movimiento internacional para lograr reducciones reales
de combustibles fósiles.
3. El Convenio 169 de la OIT que reconoce los derechos de las poblaciones indígenas, actual-
mente amenazadas por los nuevos proyectos de exploración y construcción de ductos.
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4. Además, existen varios instrumentos internacionales que reconocen moratorias, como
medida precautelatoria a favor del medio ambiente.
ASPECTOS GENERALES
Existe un vínculo entre el cambio climático y los hidrocarburos, ya que la quema de com-
bustibles fósiles es la principal fuente de emisiones de CO2.
A pesar del estado de alerta climática —debido al creciente número de desastres, cada
vez más intensos y frecuentes, al descongelamiento de los polos, etc.—, el centro de la
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Muchas de estas nuevas reservas petroleras se localizan en países con grandes exten-
siones de bosques naturales y en mares profundos, por lo que la extracción de petróleo,
en estos casos, tiene un doble impacto en el cambio climático: la destrucción de or-
ganismos fotosintéticos que absorben CO2 atmosférico, procesos de deforestación, que
implican la liberación de CO2 a la atmósfera; y, por otro lado, incrementa el uso de los
combustibles fósiles almacenados en el subsuelo y la emisión de gases que aumentan
el efecto invernadero.
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Los países industrializados, que han rebasado la capacidad de absorción de todo el plane-
ta con sus emisiones de CO2, ahora quieren ocupar el territorio de los países no industria-
lizados y el mar internacional.
Los países industrializados que ocuparon la capacidad de absorción del planeta ahora se
lanzan a ocupar las tierras de los países del sur, con proyectos de plantaciones forestales o
con la hipoteca de áreas de bosques a través del Mecanismo de Desarrollo Limpio.
A pesar de la ausencia de medidas por parte de varios gobiernos, las poblaciones tradi-
cionales ya están tomando en sus manos una parte de la solución: el cierre de la llave que
permite la salida del crudo, listo para ser quemado. Ellos defienden así su derecho a vivir
de una forma sustentable.
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Se calcula que existen alrededor de 1 000 000 de millones de barriles de petróleo conteni-
dos en el subsuelo (entre las reservas en producción, probadas sin explotar o por descu-
brirse). En términos de carbono serían aproximadamente 117 gigatoneladas que podrían
liberarse a la atmósfera.
Las actuales emisiones de CO2 ya rebasaron con mucho la capacidad de absorción del
planeta, por eso se presentan ya desastres climáticos.
Las poblaciones ligadas a la tierra, a los bosques y a los mares han estado
tradicionalmente marginadas del desarrollo y, por tanto, del consumo de
petróleo; sin embargo, en muchos casos, el petróleo es extraído justo de
sus territorios.
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Sin duda alguna, los efectos del cambio climático serán menores en ecosistemas en equili-
brio, como las cuencas hidrográficas o costas protegidas por bosques. Las zonas con áreas
boscosas tienen más posibilidades de mantener la estabilidad climática local.
Los agricultores y las agricultoras que mantengan una rica diversidad de semillas podrán
enfrentar con éxito las condiciones climáticas adversas, pues podrán contar con varieda-
des resistentes a sequías, a inundaciones, a heladas, etc.
Una vez más, como ha ocurrido antes en la historia de la humanidad, serán los pequeños
agricultores quienes garantizarán la seguridad alimentaria, a pesar de que tienen que
competir con una agricultura basada en el petróleo y en condiciones muy desfavorables.
7. El dinero que se obtiene por la venta del petróleo es inferior al que se requiere para res-
taurar los daños provocados.
8. Entre los impactos generados por estas actividades se incluye el desplazamiento forzado
de comunidades tradicionales.
10. El petróleo tiene un valor cultural para muchos pueblos indígenas del mundo.
Gracias al esfuerzo de muchas poblaciones locales que, de manera legítima, han resis-
tido la expansión de la industria petrolera, ha sido posible detener numerosos proyectos
petroleros.
nece al Estado. Así es como las empresas petroleras han desarrollado muchas estrategias
para expropiar las tierras a sus legítimos dueños.
Por esto es necesario que la población afectada conozca los impactos de todas las fases
de la actividad petrolera, ya que las empresas tienden a minimizarlos y suelen hacer ofre-
cimientos que casi nunca cumplen, por ejemplo, con relación a la generación de empleo y
de proveer servicios e infraestructura a la comunidad. Además de todos los impactos que
las actividades petroleras conllevan, las poblaciones locales deben conocer sus derechos
fundamentales, civiles, políticos y colectivos, y saber ejercerlos frente a la apertura de nue-
vos pozos.
2. Cerrar pozos.
actividades petroleras. Diferentes acciones tendientes a eliminar los mecheros y cerrar las
zonas de extrema contaminación pueden ser clave para reducir las emisiones de CO2.
La población ha podido demostrar que no existen beneficios para ella, sino solamente
efectos negativos. En muchos casos, ha sido necesario cuantificar el costo de los impactos
ambientales que supone un pozo en funcionamiento, pues este es un lenguaje que com-
prenden los gobiernos.
Disminuir la cantidad de crudo extraído es una agenda para los países productores, a fin
104 de evitar que los precios de este recurso energético caigan por la sobre oferta.
Argumentos de carácter ambiental o cultural pueden permitir determinar que haya áreas
fuera de la actividad petrolera. Es necesario fortalecer la legislación sobre áreas protegi-
das y sobre territorios de pueblos tradicionales, también fortalecer el ejercicio de los dere-
chos colectivos como una forma de evitar la destrucción de nuevas áreas con la actividad
petrolera.
CONSIDERANDO QUE:
• Tomar medidas inmediatas y efectivas para cortar las emisiones de CO2 en los sitios de
origen.
• Parar la expansión de la frontera petrolera, de gas natural y carbón, por medio de la
moratoria a la exploración en nuevas áreas, como un paso hacia la transición a energías
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Mientras los pueblos que resisten las actividades petroleras logran reducciones de CO2
reales, el Banco Mundial promociona y financia un mayor uso de combustibles fósiles,
tanto con subsidios directos como a través de proyectos como los del Fondo de Carbono
Prototipo, que supuestamente compensan la quema de combustibles fósiles. Así como
en el pasado sus proyectos permitieron la ocupación de la atmósfera, hoy pretenden una
nueva forma de ocupación de los territorios de los pueblos.
Al primero corresponden las luchas de los pueblos por impedir que se abra la frontera
petrolera, las campañas de grupos ambientales por una moratoria a la expansión de la
frontera petrolera, los esfuerzos de los estados insulares para que se reduzcan las emisio-
nes, e inclusive los incipientes compromisos de algunos países, regiones o ciudades de no
aumentar las emisiones. Esta tendencia se enmarca dentro de la justicia global, reconoce
la desigualdad sur-norte, identifica el problema y apunta a resolverlo. Reconoce una deuda
histórica de los países industrializados que han ocupado arbitrariamente la atmósfera del
conjunto del planeta. Este enfoque propone que la mejor manera de disminuir el carbono
en la atmósfera es dejándolo bajo tierra, donde esas reservas están seguras. Además, es
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la mejor manera de evitar que haya impactos locales por las actividades de exploración y
extracción.
Cuando la venta del servicio no se realiza en un área protegida, entonces las comunidades
tendrán que abandonar sus prácticas tradicionales de producción agrícola y recolección,
para pasar a ser guardaparques de áreas en donde se conservan árboles que cumplen
con una función, que ya ha sido vendida a terceros. Los bosques son grandes reservorios
de carbono, su conservación implica evitar emisiones de carbono y, por ello, países y em-
presas del norte quieren usar estos bosques para compensar sus emisiones industriales.
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Hay un interés del norte por controlar los bosques del sur. En muchos casos de bosques de-
gradados o no, estos son sustituidos por monocultivos de árboles exóticos, supuestamente
para utilizar la vocación de esa tierra en la absorción de carbono de origen industrial.
El Banco Mundial creó el Fondo del Carbono Prototipo (PCF por sus siglas en inglés) que se
constituye a partir en un fondo mutuo, que facilita las negociaciones entre inversores cor-
porativos o gubernamentales que quieren invertir en proyectos de carbono y las entidades
que quieren vender certificados de emisiones.
A pesar de que el PCF tiene como objetivo subvencionar proyectos que tengan reducciones
de emisiones falsas y no verificadas, dentro del comercio de emisiones, y supongan reduc-
ciones de emisiones, las políticas en el sector energético del Banco Mundial fomentan el
uso de combustibles fósiles, particularmente gas. El Banco Mundial apoya la construcción
de una serie de oleoductos y gasoductos que atravesarán por zonas frágiles, como el
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Las empresas petroleras han sostenido campañas permanentes para impedir las reduc-
ciones al consumo de petróleo, por lo menos hasta lograr que otras fuentes energéticas,
como el sol, el agua y el viento, sean recursos sujetos a la apropiación monopólica. Las
mismas empresas, por ejemplo, Shell o BP, intentan negociar créditos de carbón por sus
inversiones en energías alternativas.
Las empresas madereras buscan beneficiarse por doble partida: adquieren fondos finan-
cieros y subsidios para sus plantaciones y, al mismo tiempo, limpian su imagen deforesta-
110
dora. En la práctica, con estos mismos fondos, se amenazarán nuevas zonas de bosques
naturales, pues en ningún momento están dispuestos a reducir la extracción de madera.
Las ONG de desarrollo buscan también un beneficio a través de proyectos de venta de ser-
vicios ambientales, argumentando que con esto logran recursos para inversiones sociales.
Sin embargo, lo que sucede es que se logra mantener activa una tecnocracia que maquilla
los problemas de fondo más que resolverlos. Las ONG internacionales de conservación son
probablemente las actoras centrales de la estrategia de servicios ambientales, pues todo
se hace bajo la figura del desarrollo sustentable y la conservación de la naturaleza. Serán
estas ONG las que pasen a «administrar los territorios» y esto implica decidir qué y para
quién se investiga, qué áreas se destinan a la extracción de recursos, cuáles serán para
conservar, etc. En esta lógica, lo máximo a que pueden llegar las poblaciones locales es a
ser guardaparques. Organizaciones como la WWF, The Nature Conservancy, Conservation
International, Birdlife y otras han dado ya pasos en firme para resolver los temas lega-
les, de fondos y de capacidad técnica. Para conseguir sus objetivos, a nivel nacional han
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Las poblaciones locales que han vivido, conservado y enriquecido la biodiversidad perde-
rán derechos sobre sus territorios y recursos. Con el argumento de recibir recursos por la
conservación de bosques o por el alquiler de sus suelos, deberán renunciar al uso tradicio-
nal de sus recursos y pasarán de ser dueños a ser vigilantes.
Los estados nacionales perderán soberanía sobre su patrimonio y territorio, al tener que
aceptar la administración de extensas áreas, muchas de ellas estratégicas, por parte de ins-
tituciones extranjeras, que garantizan los intereses de las empresas y no de los pueblos.
destrucción que, si antes nos privaron de una atmósfera limpia, hoy amenazan con quitar-
nos la tierra, en nombre de atmósfera.
El Movimiento Mundial por los Bosques (WRM), OILWATCH y Amigos de la Tierra Interna-
cional (Federación de 68 organizaciones no gubernamentales de 65 países) estamos con-
vencidos de que el manejo sustentable de las áreas protegidas es un pilar fundamental
para la conservación de la diversidad biológica. Sin embargo, hemos notado con gran
preocupación la alarmante velocidad con que se pierden y diezman las áreas protegidas,
a consecuencia de los procesos de planificación, creación y manejo, y lo que es más grave,
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Nos preguntamos dónde queda la protección y la promoción del uso tradicional de los
recursos biológicos (artículo 10 c) del Convenio de Diversidad biológica-CDB) cuando, al
amparo de la protección, se niega a las comunidades locales y los pueblos indígenas su
derecho a acceder a los recursos que les pertenece, en tanto que estos mismos recursos se
entregan finalmente a grandes organizaciones de conservación extranjeras o a compañías
multinacionales para que realicen sus actividades de minería a gran escala, exploración
petrolera y madereo.
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Para lograr el manejo sustentable de las áreas protegidas y en consecuencia la conser-
vación de la biodiversidad, instamos a las partes de la CDB a aprobar un programa de
trabajo sobre áreas protegidas que incluya con claridad y salvaguarde, en forma explícita,
los derechos e intereses de las comunidades locales y los pueblos indígenas durante todo
el proceso de planificación, creación y manejo de las áreas protegidas. No creemos y no
creeremos en parques sin gente, ni tampoco en un programa de áreas protegidas en el
que los derechos indígenas y otros aspectos de la gobernabilidad social no estén explíci-
tamente garantizados.
Queremos también resaltar que es necesario incluir una referencia clara a los derechos,
los intereses y el papel de las mujeres en materia de planificación, creación y manejo de
las áreas protegidas.
Por otra parte, un programa de trabajo sobre áreas protegidas solo puede ser creíble si
incluye un rechazo explícito a la minería, la exploración petrolera y el madereo comercial a
gran escala dentro de las áreas protegidas y en sus alrededores.
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Sin embargo, con este triunfo, todos los países productores de la OPEP entraron por cuenta
y riesgo propios al corazón de un patrón técnico mundial, creado desde y para beneficio
de los países metropolitanos. Así, pasaron a depender directamente del funcionamiento
mundial de la industria, las finanzas y del aparato científico-técnico del mismo. Por ello, las
posibilidades de mantener una correlación económica de fuerzas favorables dentro de la
actual civilización petrolera, en realidad, fueron muy fugaces.
No por casualidad la mayor parte de las conquistas técnicas, económicas y sociales obte-
nidas por los países petroleros del sur, de la OPEP o de fuera de ella, se han ido perdiendo
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desde la mitad de los años ochenta, tanto en el plano de la soberanía como en la búsque-
da del bienestar en los países poseedores de este recurso.
La estrategia de los países del norte y sus respectivas empresas privadas se centró en la
creación de la Agencia Internacional de Energía (AIE), logrando a partir de 1985 fracturar los
acuerdos de la OPEP, consolidar la función intermediadora de las empresas transnaciona-
les petroleras y de los servicios petroleros y, con ello, logró detener eficazmente el flujo de
los excedentes petroleros hacia el sur para garantizar el descomunal despilfarro energético
en los países del norte.
Las empresas transnacionales han ido recuperando el espacio que perdieron en la década
de 1970 con la creación de la OPEP. Han recobrado el control directo de las empresas, de
los yacimientos, o bien adquiriendo cada vez más garantías que les permiten ocupar tác-
ticamente espacios a nivel nacional e internacional. Por ello, en la actualidad tienen más
114 influencia en la OPEP, retomando un creciente control de esa riqueza que momentánea-
mente habían perdido.
Frente a esto, la mayoría de las empresas estatales de los países miembros de la OPEP
y de fuera de ella no han logrado detener efectivamente ni aislar la intervención de las
compañías petroleras transnacionales. Por el contrario, estas avanzan tanto en el área
estratégica de los servicios, como en los procesos de reformas y ajustes impuestos por la
banca multilateral en nuestros países, para alentar el desmantelamiento de las empresas
nacionales.
Frente a la crisis ambiental, las empresas ya alistan sus estrategias para entrar en el nego-
cio de las energías «alternativas», y sientan las bases para controlar el mercado de la ener-
gía, a través de los llamados Public-Private Partnerships y otros mecanismos. La captación
del servicio de energía, por parte de las mismas empresas que hoy pretenden controlar el
petróleo, tendrá implicaciones económicas, sociales y ambientales graves para el sur del
mundo. Este es un desafío que debe ser enfrentado por la OPEP.
Mientras tanto los países de la OPEP poco o nada han hecho en la gestión de la investi-
gación y el recambio de alternativas energéticas apropiadas a las características de sus 115
propios países, ni han diversificado sus economías. Ellos tienen que enfrentar una crisis
ambiental casa adentro.
Iniciamos el nuevo siglo con severos problemas ambientales. Los desastres climáticos,
provocados por el sobreconsumo de combustibles fósiles, son cada vez más frecuentes,
intensos e incontrolables y afectarán al conjunto del planeta.
Ambiente y economía son dos escenarios en donde las piezas se mueven peligrosamente
para los miembros de la OPEP. Los que se valoran como beneficios inmediatos de las po-
líticas de precios del crudo y sus derivados son contradictorios con los efectos progresiva-
mente desastrosos en el mediano y largo plazo.
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Los países miembros de la OPEP enfrentan ya los impactos de esos cambios climáticos y la
contaminación, vinculados por la civilización petrolera; basta recordar, por ejemplo, el de-
sastre de Vargas en Venezuela, provocado por niveles de lluvia totalmente impredecibles,
o los incendios forestales de Indonesia y otros países de la región, desencadenados por
las sequías.
A estos deben añadirse, por fuerza, los impactos ambientales locales que derivan de la
propia actividad de extracción, transporte y refinación del crudo.
Los países con ecosistemas áridos y semiáridos están sufriendo, debido al cambio climáti-
co, un endurecimiento en los procesos de desertificación; además, la pérdida de sus pocas
tierras agrícolas y la contaminación de sus escasas fuentes de agua.
Por su parte, los países con bosques tropicales pierden velozmente la biodiversidad, otro
recurso estratégico con el que cuentan, y enfrentan también contaminación de las fuentes
116
de agua.
Adicionalmente, los impactos locales de esta actividad generan descontento en las pobla-
ciones y reacciones de protesta, legítimas desde la perspectiva de esas comunidades, que
los estados deben enfrentar.
Tres países miembros de la OPEP son parte central de la preocupación de Oilwatch, pues
se trata de países tropicales con explotación petrolera: Nigeria, Indonesia y Venezuela. En
ellos la situación es crítica, se ciernen amenazas de invasión extranjera, se destruyen las
fuentes de sobrevivencia de los pueblos, las transnacionales ganan terreno rápidamente, y
se destruyen los recursos que en el futuro permitirían el bienestar de los pueblos.
En la actualidad, los ciudadanos de estos países han recibido medidas injustas y opresivas,
desde el punto de vista social, ecológico, ambiental y político, mientras que los beneficios los
obtienen solo las corporaciones transnacionales petroleras y máximo las élites nacionales.
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Es vital para los miembros de la OPEP considerar el interés de sus ciudadanos antes que
danzar al ritmo de las cambiantes estrategias de las naciones consumidoras y corporacio-
nes más poderosas.
De otra manera quedará para estos países una inmensa deuda ecológica y social, un
acumulado de externalidades que nadie sabrá quién debe pagar. Ruina, decadencia eco-
nómica y ambiental y dependencia serán nuestro legado, a la misma velocidad con que el
cambio climático castigará a estos países.
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Iniciar una reflexión sobre una economía pospetrolera, en la que las energías alternativas
sean controladas y provistas por los estados y que logre identificar bases sólidas para sus-
tentar la soberanía energética y el bienestar económico y social.
Abrir un debate al interior de los países tropicales miembros de la OPEP, con relación a
los mayores beneficios ecológicos y económicos de salvaguardar petróleo en el subsuelo,
118 como una forma de conservar la biodiversidad y el agua, de respetar los derechos de la
gente, de contribuir a enfrentar los cambios climáticos, y de reorientar su política hacia una
nación no dependiente de los hidrocarburos y soberana.
El acceso, abuso y privación de energía determinan la vida de los grupos sociales y de las
naciones y está en el corazón de la agenda de los Tratados de Libre Comercio.
La fórmula de estos tratados es extraer petróleo para explotarlo, exportarlo para tener divi-
sas y pagar la deuda externa, y luego endeudarnos nuevamente para seguir exportando.
Y así asegurar que las naciones industrializadas cuenten con un flujo constante de energía
para mantener su maquinaria industrial, financiera y económica.
las fuentes de energía. Para ello juegan un papel central las empresas transnacionales y
sus socias, las fuerzas armadas como mecanismo de persuasión, y todas las bases políti-
cas y jurídicas que permiten el acceso y control de nuestros recursos y territorios.
La privación, o privatización de la energía, supone quitar a los estados todo el control sobre
estos recursos, incluyendo sus bases jurídicas de administración, control y sanción.
La discusión sobre los Tratados de Libre Comercio está en plena vigencia, país a país en
toda América se los discute, negocia y aprueba. Para muchos se trata apenas de negocia-
ciones sobre inversiones y de comercio. Pero no. Se trata de una pérdida total de la sobe-
ranía de los estados, en donde uno de los objetivos es el acceso y control de los recursos
naturales, fundamentalmente petróleo y gas, fuente de energía del sistema, así como de la
biodiversidad y el agua, recursos fundamentales para la industria.
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Para el acceso a los recursos de América se ha propuesto una serie de estrategias que su-
120 ponen la ocupación de espacio a través de oleoductos, carreteras, puertos, corredores bio-
lógicos. A esto se suma una estrategia militar, una de descomposición de las estructuras
de control del Estado, y un control absoluto de la administración y manejo de los recursos
en manos de las empresas transnacionales.
Los estados del Tercer Mundo, sujetos a presiones externas, han ido delegando sus funcio-
nes. Es así como se están privatizando las empresas eléctricas, el transporte, los procesos de
obtención de la energía, ya sea proveniente de hidrocarburos como de fuentes hídricas.
Dentro de los TLC se ha previsto como forma de resolución de controversias los arbitrajes.
El argumento central de estas controversias es el «trato discriminatorio». Esto supone dar a
las transnacionales el mismo trato que a una empresa nacional o a otra empresa cualquie-
ra. Cualquier decisión errada que haya tenido un Estado se convierte en precedente para
futuras demandas por conseguir condiciones iguales. Las normas (ambiental, tributaria,
mercantil, bancaria, etc.) que al aplicarse limiten la inversión extranjera pueden interpre-
tarse como «discriminatorias» y, por lo tanto, las empresas pueden apelar a tribunales de
arbitraje que protegen estrictamente las inversiones.
Los arbitrajes son una renuncia a la «imparcialidad de la justicia». Son tribunales comercia-
les que dictaminan sus sentencias protegiendo exclusivamente inversiones e inversionis-
tas, no los derechos de los estados ni de las personas.
Se mantiene la soberanía energética desde las comunidades, pues muchas de estas sos-
tienen modelos propios de manejo y consumo, conservando los ecosistemas e impidiendo
que nuevas zonas sean destruidas con la exploración petrolera.
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Mientras las empresas y los estados intentan desarmar la soberanía mediante una sola
decisión, las comunidades, desde las autonomías, desde la diversidad, descentralizadas,
defienden y mantienen la verdadera soberanía, la que radica en el pueblo.
2. Las actividades de extracción intensiva de recursos naturales han hecho que los pueblos
sean más vulnerables, pues han perdido sus territorios y sus culturas están amenazadas,
ahora más pues la frontera de petróleo y gas avanza hacia zonas de bosques naturales,
en donde aún viven pueblos de manera armónica con su medio ambiente.
8. Más allá de los derechos individuales, están aquellos de segunda y tercera generación.
Los derechos colectivos protegen no solamente a las personas, sino también a los miem-
bros de una comunidad o de un pueblo indígena, ahora y para las futuras generaciones.
Derechos colectivos son, por ejemplo, el derecho a vivir en libertad, paz y seguridad como
pueblos distintos; protección frente al etnocidio, al genocidio cultural, a mantener su iden-
tidad. En esencia estos derechos protegen el valor y la supervivencia de comunidades y
pueblos diversos.
En este ejército devastador marchan las Empresas Transnacionales Petroleras, ETN. Sus ac-
tividades son batallas contra la vida cuyas huellas son nuevos desiertos, culturas desmem-
bradas y desarraigadas del territorio, cursos de agua como cloacas, mujeres y hombres
prostituidos, suelos salinizados e infértiles. Sus huellas son huellas de muerte.
Las empresas petroleras estatales que subsisten ante la andanada pivatizadora solo al-
canzan a producir una parte del servicio que nuestros pueblos pagan a la deuda externa.
La renta de nuestro petróleo va finalmente a parar a los grandes bancos y en poco o nada
sirve para satisfacer las necesidades esenciales de nuestros pueblos.
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Ahora bien, las empresas transnacionales, con el pretexto de los Estudios de Impacto Am-
biental, EIA, se apoderan de la sabiduría popular, estudian nuestros recursos genéticos y
se apropian de las fuentes estratégicas de nuestra vida y de la vida humana. Se dice que
crean empleo y lo que hacen es extender nuestra miseria y expoliar nuestro trabajo.
Entre más veces las palabras Desarrollo sostenible se pronuncian en los grandes foros mul- 127
tilaterales, más miseria hay en nuestras naciones. Nos echan el cuento de la eficiencia, que
es eficiencia en la sustracción de nuestra riqueza e ineficiencia en la resolución de nuestros
problemas sociales. Por todo ello los acá reunidos hemos propuesto unir nuestros sueños
y alzar nuestras esperanzas:
• Nos proponemos que en una política racional de hidrocarburos se limiten los volúmenes
de producción, se restrinjan las áreas de producción, se desarrollen programas de efi-
ciencia energética domésticos, en el transporte y en la industria.
• Propugnamos por una moratoria a la exploración en zonas frágiles.
• Que las empresas nacionales de petróleo y energía inviertan en la transformación del
patrón energético, avanzando con la mayor brevedad hacia la sustitución del uso de
energías fósiles.
• Bajo estas premisas proponemos la integración de la defensa de las empresas energé-
ticas nacionales y apoyamos la integración latinoamericana.
• Proponemos que las formas de contratación de la explotación de valores naturales de
nuestros países solo se den bajo criterios de equidad nacional, intergeneracional, inter-
nacional e interpersonal.
128
• Proponemos que las nuevas tecnologías que se incorporen en los procesos de moder-
nización y de revalorización de las empresas energéticas nacionales se den bajo condi-
ciones de transferencia plena de tecnología.
• Rechazamos la violación permanente de los derechos humanos y de los derechos de los
pueblos, y rechazamos la penalización de la protesta social que se da en
muchos de nuestros países, así mismo abogamos por la libertad
de los trabajadores petroleros detenidos arbitrariamente.
• Rechazamos el bloqueo económico impuesto injustamente
sobre el hermano pueblo de Cuba.
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El papel, la constitución y las políticas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mun-
dial han sido duramente cuestionados a nivel internacional por los impactos sociales y
ambientales que han tenido sobre los países no industrializados.
Los gobiernos y las organizaciones sociales, las ambientales y las de derechos humanos
de los países del Tercer Mundo han criticado la forma en que el FMI y el BM toman decisio-
nes y las han denunciado por ser el vehículo para condenar a sus economías a la progre-
siva descapitalización.
Una de las vías que tienen estas instituciones para imponer políticas a los países del Tercer
Mundo es la acusación de que estos tienen problemas de corrupción, desconociendo que 129
la corrupción es una relación de dos vías, en donde están tanto el que corrompe como el
corrompido, y que este problema no podrá solucionarse mientras no se corten las bases y
orígenes de la misma.
Las políticas energéticas impulsadas desde estas instancias han jugado un papel central
en la destrucción de recursos locales, por el fomento a actividades económicas de ex-
portación, que tienen severos impactos ambientales y sociales, y por promover modelos
basados en grandes infraestructuras.
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El Banco Mundial apoya la construcción de una serie de oleoductos y gasoductos que atra-
vesarán por zonas frágiles y boscosas, como el oleoducto Chad-Camerún, el gasoducto de
África Occidental; los gasoductos a construirse en Indonesia, el gasoducto Bolivia-Brasil.
Todos estos han sido duramente cuestionados por razones ambientales y sociales.
Por otra parte, los programas de apoyo al desarrollo del Banco Mundial parten de un con-
cepto de pobreza errado, pues desconocen que los países del Tercer Mundo somos ricos
en biodiversidad, en recursos, en cultura, y que estamos descapitalizados, debido a las
medidas económicas impuestas por estos organismos, medidas que implican la extracción
intensiva de las materias primas, la reducción de los presupuestos del Estado en educa-
ción, salud y otros aspectos sociales.
Las políticas sociales, de energías limpias y de desarrollo local deben tratarse en instancias
en donde exista equilibrio entre los países y donde los intereses de los países del Tercer
Mundo estén representados adecuadamente. Estas son condiciones para que sea posible
resolver los problemas energéticos, más allá de las consideraciones técnicas, desde una
perspectiva de la soberanía energética y en relación con las fuentes de producción de ener-
gía, con la distribución equitativa y con el control de todo el proceso energético.
Al Banco Mundial:
1. Asumir la responsabilidad por los daños ocasionados, sobre los ecosistemas interve-
nidos y sobre la situación económica y social de las poblaciones locales. Para esto es
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2. Suspender todo proyecto ligado al uso o transporte de combustibles fósiles, así como
todo proyecto que justifique aumentar la exploración de combustibles fósiles.
3. Establecer sistemas de participación con los que las comunidades puedan establecer su
libre decisión, con capacidad de veto. El proceso de consulta no puede convertirse en un
proceso de acoso a las organizaciones y pueblos que han declarado no querer los pro-
yectos en cuestión. El Banco Mundial debe respetar el derecho soberano de los pueblos a
mantener su desarrollo a partir de sus propias propuestas.
1. Detener las políticas de ajuste estructural que obligan a los países del Tercer Mundo a 131
2. No obligar a ningún país a que expanda sus actividades petroleras y a que disminuya
sus barreras para nuevas inversiones en el sector petrolero, en perjuicio de las empresas
nacionales, o que elimine la protección a los derechos comunitarios y soberanos con el
objetivo de incrementar la actividad petrolera.
2. Replantear todos los préstamos que sean para proyectos que utilicen como fuente de
energía los combustibles fósiles o que sean para su extracción o transporte.
3. Comprometer sus esfuerzos en desarrollar una base legislativa e institucional para una
transición energética nacional a una basada en energías sustentables, limpias y descen-
tralizadas.
7. Los gobiernos del Tercer Mundo deben actuar en bloque a fin de lograr cambios sus-
tanciales en las políticas internacionales, para que encaminen al Tercer Mundo al control
soberano de su patrimonio.
3. Superar algunos conceptos que estigmatizan y subordinan al sur, tales como que son
países corruptos, pobres, sin tecnología, inhabilitados, etc. Las políticas del Banco Mundial
se justifican basados en estos conceptos. Inclusive las políticas de eliminación de la extre-
ma pobreza deberían ser complementadas con las de eliminación de la extrema concen-
tración de riqueza. 133
3. Luchar por la soberanía energética con proyectos de energía renovables, limpios, des-
centralizados, independientes y de bajo impacto.
A lo largo de la historia, allí donde ha habido actividad petrolera, las empresas han sido
directamente responsables de:
Los derechos colectivos de los pueblos incluyen los derechos culturales, el derecho a decidir
sobre sus recursos, pero sobre todo, los pueblos indígenas tienen el derecho a la autode-
terminación en sus territorios, por lo que frente a la realidad que conlleva las actividades
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petroleras, los pueblos indígenas tienen el derecho a oponerse a las actividades petroleras
en sus territorios.
Gracias a los pueblos indígenas, en muchos países se han protegido muchas áreas natu-
rales, zonas frágiles, mares, bosques y fuentes de agua dulce. Los indígenas, minorías en
muchos países, continúan manejando gran parte de los territorios de los países en los que
viven. Ellos han protegido el entorno en el que han vivido milenariamente, pues es el sitio
en donde se desarrolla la vida física y espiritual. Además de la conservación, los pueblos
indígenas, su conocimiento, prácticas e innovaciones proveen a los países de alimentos de
autosubsistencia, plantas medicinales y sobre todo conocimientos de la naturaleza.
Para muchos de estos pueblos, su territorio es sagrado. Es la madre que nutre al mundo y
sustenta la vida. Penetrar la tierra con grandes taladros y sacar de sus entrañas el petróleo
136
constituye una profanación.
Muchos territorios indígenas han sido declarados áreas protegidas, privándose a los indí-
genas de su derecho al territorio. En otros casos los pueblos han sido desplazados bajo la
falsa dicotomía de la conservación y la presencia de pueblos indígenas. Sin embargo, se
desconoce que ha sido la presencia de estos pueblos originarios lo que ha asegurado la
preservación de estas áreas. Y lo que resulta aún peor es que se permitan las actividades
petroleras en estas zonas.
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Los estados nacionales y el sistema de las Naciones Unidas deben reconocer a los pueblos
indígenas que proponen modelos de producción y consumo distintos a los globalizados y
con ellos pueden estar construyendo las verdaderas bases de la sustentabilidad.
Reconocer el derecho de existencia a los pueblos indígenas implica reconocer su derecho a 137
su territorio, a su cultura y sus conocimientos, e implica eliminar los obstáculos que impiden
la plena realización de estos derechos, como la presencia de empresas petroleras.
Los derechos de los pueblos indígenas no pueden ser sustituidos por un simple ejercicio de
información. Los pueblos indígenas deben tener derecho a decidir lo que sucede en sus te-
rritorios, el tipo de vida que quieren llevar. No pueden ser objeto de presiones, imposiciones
o acoso por parte de los estados o las empresas para que acepten a la industria petrolera
en sus territorios.
La moratoria es una declaratoria unilateral de paz y bienestar hacia el planeta, unas veces
decretada por estados, otras por gobiernos locales, y otras veces por los pueblos.
FUNDAMENTOS
El Convenio Marco de Cambio Climático obliga de manera especial a los países del Anexo
1 a reducir sus emisiones de gases con efecto invernadero y recomienda a los otros países
parte también hacerlo. En la Conferencia de las Partes de este Convenio, llevada a cabo en
Japón en 1997, se adoptó el Protocolo de Kyoto. Este instrumento legal propone soluciones
basadas en el mercado para la reducción de los gases que producen el efecto invernadero,
a través de propuestas como los Mecanismos de Desarrollo Limpio y la Implementación
139
Conjunta. Ambas propuestas no garantizan los objetivos de la conservación, de la reduc-
ción de emisiones, por el contrario, amenazan otros derechos como el Convenio 169 de la
OIT, en lo que se refiere a derechos territoriales de las poblaciones tradicionales.
El Convenio sobre Diversidad Biológica, por otra parte, representa el instrumento jurídico
internacional más importante para la conservación de la biodiversidad. Este es justamente
el primer objetivo del Convenio (Art. 1). El Art. 8 del Convenio trata el tema de la conserva-
ción in situ de la biodiversidad, y el 8j llama a los países a respetar, preservar y mantener
los conocimientos, innovaciones y prácticas, que entrañen formas de vida tradicionales
pertinentes con la conservación de la biodiversidad, incluyendo aquellas poblaciones que
viven en áreas protegidas. El Art. 3 del Convenio pide a los países miembros asegurarse de
que las actividades que se lleven a cabo dentro de su jurisdicción no perjudiquen al medio
ambiente de los otros países parte.
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El Eco-llamado es, además, un reconocimiento de una deuda ecológica que los países del
norte industrializado tienen con los países y pueblos del sur.
OBJETIVOS DE LA PROPUESTA
140
Lograr que los estados nacionales se abstengan de sacar petróleo y gas de las áreas pro-
tegidas, por su incompatibilidad con la conservación y porque causan degeneración y frag-
mentación de los ecosistemas vulnerables, comprometiendo la vida de los seres humanos
y otras formas de vida de forma permanente.
Lograr que estos estados sean compensados por esta decisión, es decir, tanto por la renta
que hubiese derivado de la explotación de sus hidrocarburos, como por el reconocimiento
al esfuerzo de evitar mayores emisiones de CO2 y su voluntad de apoyar la conservación
de la biodiversidad y ecosistemas naturales.
Lograr compromisos internaciones de los países que deben reducir drásticamente emisio-
nes de CO2, para pagar a aquellos que han decidido no colocar en el mercado los recursos
petroleros.
Lograr que este esfuerzo sea reconocido como parte de la deuda ecológica que los países
industrializados del norte mantienen con los países y pueblos del sur.
METODOLOGÍA
La propuesta se aplicará en áreas protegidas frágiles, territorios indígenas con alta biodi-
versidad y otros ecosistemas vulnerables, amenazados o afectados por actividades petro-
leras, principal causante del cambio climático.
Las organizaciones que se sumen a la propuesta deberán iniciar un cabildeo con los go-
biernos de los países tropicales que deseen sumarse a esta propuesta, para buscar res-
paldo político. Los estados que se sumen a esta propuesta deberán analizar vías técnicas
y legales para regular adecuadamente esta decisión; en caso de haber contratos o con- 141
Se debe constituir una comisión multidisciplinaria de expertos para analizar el marco eco-
nómico, legal en el que se aplicaría el LLAMADO ECO-LÓGICO.
Se deberán aplicar los resultados a casos individuales para determinar la renta económica
por no extraer petróleo, pudiéndose establecer fondos pilotos.
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Se deberá analizar el valor de las indemnizaciones a los acreedores ecológicos por la que-
ma y consumo de carbono que actualmente realizan los países del norte, como una forma
de avanzar hacia el resarcimiento de la deuda ecológica.
RESULTADOS ESPERADOS
A corto plazo, la propuesta tiene como resultado la unión de distintas partes interesa-
142
das, muchas veces antagónicas, alrededor de la lógica de presentar nuevos incentivos.
En espacios de debate internacional el Eco-llamado puede servir para convocar a nuevos
participantes.
En estos últimos diez años, en Oilwatch hemos construido una red fuerte y activa de resis-
tencia a los impactos negativos de la industria del petróleo y del gas sobre los pueblos y
su medio ambiente, ya que al cabo de décadas de extracción de hidrocarburos el balance
143
es siempre negativo. Con organizaciones miembros en más que 50 países, estamos de-
dicados a desarrollar estrategias globales de las comunidades afectadas por actividad
petrolera y apoyar los procesos de resistencia de las comunidades que no quieren ver sus
territorios afectados, trabajar por la sustentabilidad y los derechos colectivos.
Hemos trabajado duro en el intercambio de información sobre las operaciones de las com-
pañías petroleras en cada país, sus prácticas de operación y los distintos movimientos de
resistencia y campañas internacionales contra compañías específicas. También Oilwatch
busca aumentar la conciencia ambiental a nivel global, desentrañando los impactos que
tiene la actividad petrolera sobre los bosques tropicales y sobre las poblaciones locales,
estableciendo además el vínculo con la destrucción de la biodiversidad, con el cambio cli-
mático, con la violación a los derechos humanos.
Nunca como ahora se han visto tan claro, miradas a la distancia, nuestras luchas; resulta
difícil no mirar la profunda conexión que cada una de estas guarda entre sí.
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La defensa de la salud y de la alimentación, la lucha por trabajos que nos respetan y tienen
un futuro para nuestras familias, la lucha por fuentes de energía sanas, por una agricultura
sustentable y soberana, la lucha por la descontaminación y contra el calentamiento global,
la búsqueda de una química verde, asociada a una nueva política de materiales, la lucha
contra las empresas transnacionales que explotan nuestra labor y expropian los recursos
naturales y el uso sustentable de nuestras naciones, la lucha por la soberanía nacional y
por la paz en el mundo... depende en gran medida de que seamos capaces de arrinconar,
de forma unificada, a la industria petrolera y a la civilización que la sostiene.
Nunca como ahora se han visto tan claros y cercanos los límites del modelo de desarrollo
actual basado en los hidrocarburos.
Nunca como ahora se ha entendido mejor la relación del petróleo y las redes de poder que
controlan el mundo, ni han sido tan evidentes las relaciones del petróleo con las principales
144 desgracias que afectan a la humanidad.
Tras la contaminación del agua dulce del mundo, el agua de los siete mares y del aire de
las ciudades,
Tras el cambio climático, que incluye ciclones, inundaciones y huracanes cada vez más
peligrosos,
Y, por ende, tras la extinción de la vida del planeta y como principal causa de muertes hu- 145
manas en el mundo,
Está el petróleo.
En el siglo XX las peores amenazas a la soberanía de las naciones y de los pueblos han
salido de las guerras e intrigas por petróleo. Los grandes imperios definen sus principales
formas de poder económico y militar en torno a la posibilidad de tener oro negro en su
propio suelo, o de lograr en otras regiones el acceso seguro al mismo. Este se erigió como
la era del poder supremo de las transnacionales, en donde con la presión, la manipula-
ción y la corrupción, también se empujó a la renuncia de las soberanías nacionales. Por
ello mismo, uno de los pasos más osados de las naciones del sur fue la constitución de la
Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP). Para el sur del mundo el modelo
petrolero significó hacer perpetuo el intercambio desigual, la dependencia tecnológica, el
endeudamiento y el empobrecimiento. Como consecuencia, la deuda ecológica del norte
con el sur, que se inició con la conquista, se incrementó.
Y mientras esto ocurría, hemos aceptado sufrir por separado cada una de estas agresiones.
O peor aún, enfrentados unos contra otros: trabajadores contra comunidades indígenas,
habitantes de un país en guerra contra otro, trabajadores petroleros contra comunidades
indígenas, pueblos del norte contra el sur, empobrecidos de las ciudades contra indígenas
y campesinos, enfermos de consumo contra pacifistas, los que proponen contra los que
critican… y así sucesivamente.
La crisis de la civilización petrolera ya llegó a su cima. Pero la salida de esta crisis no está
en marcha. Por el contrario, su salida se retrasa mientras los rasgos más decadentes de la
crisis se subrayan de forma cada vez más letal.
Entre tanto, resulta evidente que la transición a una nueva civilización requiere de la crea-
ción de alternativas técnicas, científicas, ambientales y culturales, que no son completa-
mente evidentes. Así como de nuevos mecanismos macroeconómicos, financieros, políti-
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1O anos oilwatch
Para responder a estas y otras necesidades, Oilwatch invita a las redes amigas a iniciar un
diálogo para juntar nuestras luchas y lanzar una campaña mundial contra la civilización
del petróleo.
Les invitamos a compartir sus opiniones, reflexiones e ideas que aclaren este concepto, y
para que podamos construir un camino juntos, así podremos fijar estrategias de trabajo
coordinado y una campaña común, donde podamos ver reflejada cada una de las luchas
que hoy llevamos por separado y donde todas y cada una de nuestras batallas cobren una
nueva dimensión.
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entre el sueño y la memoria
DECLARACIONES REGIONALES
Nuevas iniciativas de integración regional entre diversos países se lanzan a uno de los
148 ecosistemas más frágiles del mundo: la Amazonía.
Esta es una región que aún custodia ecosistemas bien conservados y que constituyen la
fuente de sustentación de poblaciones tradicionales que mantienen modelos de vida, de
producción y consumo que han asegurado la perpetuidad de la vida por milenios.
Está claro que hay dos tendencias sustanciales en la región. Por un lado está el bloque
de países cuyos gobiernos se han sentado con Estados Unidos a negociar Tratados de
Libre Comercio, a través de los cuales se cristaliza una propuesta imperialista para lograr
el control directo sobre todos los recursos de la región, e imponer reformas jurídicas para
debilitar a los estados nacionales para convertirlos en meros facilitadores de las operacio-
nes de las empresas estadounidenses. A través de los TLC, también se están privatizando
las empresas estatales y se debilita la soberanía de los estados, mientras se incrementa la
presencia militar de Estados Unidos en la región, porque un imperio no puede sostenerse,
si no parasita a otros.
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1O anos oilwatch
Sin embargo, en estos países, el capital nacional, articulado con los intereses transnacio-
nales, quiere consolidarse a través de proyectos industriales que necesitan grandes canti-
dades de recursos energéticos para exportar bienes de consumo.
Pero debemos preguntarnos: ¿cuáles son las verdaderas necesidades de nuestros países?
Los pueblos indígenas, las comunidades de campesinos, las aldeas ribereñas, las comu-
nidades extractivistas y los pobres de las ciudades reclaman sus derechos sobre la tierra, 149
sobre el agua y sobre su futuro; tres prioridades para su existencia que están amenazadas
por los nuevos proyectos hidrocarburíferos, sean nacionales o transnacionales.
Una verdadera integración es aquella que se logra con justicia y equidad, lo que es impo-
sible de alcanzar si se pone en peligro el ambiente y se violentan los derechos humanos.
La extracción, transporte y procesamiento de combustibles fósiles destruye el ambiente y
genera una violación sistemática a los derechos colectivos de los pueblos.
Las tuberías de transporte de hidrocarburos, por nuevas que sean, sufren permanentes
rupturas, causando contaminación, impactos en la salud de la población local, deforesta-
ción, destrucción de cultivos y muerte.
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Un gasoducto con las dimensiones propuestas para el Gasoducto del Sur cruzaría las tres
principales cuencas hidrográficas de América del Sur: la del Orinoco, del Amazonas y del
Río de La Plata.
El Gasoducto del Sur afectará ecosistemas naturales y fuentes de agua. Cobrarán fuer-
za enfermedades como el dengue o la malaria y se esparcirán enfermedades como la
leptospirosis, debido a la interrupción de los esteros y porque aumentará la movilidad de
150 personas en la zona.
También las rupturas del gasoducto generarán incendios a lo largo de los 8 000 km de ruta
y habrá alteraciones locales en el clima como resultado de la deforestación.
Para servir a los gasoductos es necesario construir vías, que se convertirán en venas abier-
tas y heridas sin remedio, pues serán una puerta abierta para el acceso de madereros, tra-
ficantes de tierra, mineros, y para el robo de la biodiversidad y del conocimiento ancestral
de los pueblos indígenas.
Debemos también señalar que Venezuela ha planteado desarrollar otro gasoducto hacia
Panamá. Eventualmente este se conectará a México y de ahí a Estados Unidos. Es decir,
la infraestructura que se está construyendo hoy con una visión de fortalecimiento regio-
nal puede, en el futuro, servir para succionar los recursos de Bolivia y Perú, con dirección
al norte.
Por la sed de petróleo se han justificado las invasiones, las guerras, la corrupción, el geno-
cidio, el endeudamiento externo o los tratados de libre comercio.
Para garantizar el acceso al petróleo y al gas, en las zonas de extracción de los hidrocar-
buros, a lo largo de las rutas de los ductos, junto a las refinerías y a las plantas de petro- 151
Es posible hablar de una integración diferente, pero desde los pueblos. Una integración
basada en la diversidad, la dignidad, el bienestar y la justicia; en el respeto a los derechos
humanos, pero sobre todo a los derechos colectivos y ambientales.
3. Esta evaluación debe analizar la situación petrolera en el mundo, pues este es el recurso
energético que mantiene el actual modelo económico, y porque debido a su extracción y
152 consumo se están provocando los más severos impactos sociales y ambientales, locales
y globales.
4. La actividad petrolera, en todas sus fases, provoca severos impactos ambientales debido
a la deforestación y contaminación en tierra firme y a la destrucción de los ecosistemas
marinos, en caso de la producción offshore. Desde la exploración, hasta el refinamiento,
pasando por el transporte por oleoductos, se destruyen las formas de vida de las poblacio-
nes locales y se somete a la población a condiciones de riesgo permanente.
6. Los desastres del cambio climático para los países islas implican la pérdida de zonas
de producción agrícola, el aumento de enfermedades tropicales, la desaparición de zonas
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1O anos oilwatch
7. Algunos países caribeños tienen reservas de petróleo y gas natural: Barbados, Cuba,
Trinidad y Tobago, Dominica. En estos países se realizan actividades onshore y offshore,
ambos con impactos en las economías locales, debido a la destrucción de las fuentes de
subsistencia de las poblaciones locales.
12. Las empresas petroleras mantienen intereses geopolíticos en la región. Trinidad y Toba-
go, por ejemplo, juega un rol estratégico para las empresas debido a su proximidad con
Venezuela. Las empresas petroleras más grandes del mundo se encuentran allí: BP, Shell,
Exxon, Arco, BP, Repsol, SHP.
14. Con estos antecedentes, es necesario lograr cambios profundos en las políticas energé-
ticas nacionales, a fin de garantizar la sobrevivencia del planeta y de sus poblaciones. Estos
154 cambios deben ser realizados tanto a nivel del consumo, como de la producción.
15. Una transición hacia fuentes limpias de energía, en la actualidad, es considerada poco
rentable, pero es debido a que estas compiten con la subsidiada industria del petróleo.
16. Entrar en una era donde la búsqueda de fuentes de energías limpias, descentralizadas
y de bajo impacto es una prioridad. Esto debe iniciarse de inmediato, pues las caracte-
rísticas actuales de las crisis climáticas, locales y globales, así como la supervivencia de
culturas lo demandan.
1. Asumir un rol líder en las causas globales, impulsando las propuestas de aumentar los
compromisos de reducciones de gases con efecto invernadero, pues constituyen una ame-
naza para la existencia de estos países.
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1O anos oilwatch
4. Exigir la completa restauración de todas las áreas afectadas por la exploración y explo-
tación de petróleo, gas y carbón, por parte de las corporaciones responsables de estas
operaciones.
¿Por qué la biodiversidad es un tema tan importante para Petronas? ¿Por qué el petróleo
es tan importante en la agenda de las organizaciones conservacionistas? Las empresas
petroleras y las organizaciones conservacionistas siempre han hablado lenguajes dife-
rentes, debido a que las actividades petroleras son algunas de las más destructivas de
la biodiversidad. En todas sus fases, estas actividades causan impactos ambientales. Las
compañías, cuyo propósito es extraer petróleo, nunca han respetado el medio ambiente
en donde operan.
El Diálogo de Partes sobre Petróleo, Gas y Biodiversidad de Malasia, que tuvo lugar 8 y 9 de
marzo de 2005 en Kuala Lumpur, decidió que varias ONG internacionales —como la WWF,
parte del mencionado diálogo— podrían ser uno de los involucrados en los acuerdos sobre
biodiversidad del Plan de Acción para las Áreas Protegidas.
Es extraño que ahora la WWF abra un diálogo con la industria petrolera, siendo esta in-
dustria una de las principales causantes de pérdida de biodiversidad en el mundo y la
destrucción de las áreas protegidas.
157
Aunque se ha anunciado en la conferencia la participación de organismos del Estado y de
universidades, es claro que la alianza deja a estos sectores fuera de su seno. Las compa-
ñías petroleras y las transnacionales de la conservación serán las que definan las estrate-
gias de la conservación y las prioridades para las áreas protegidas.
WWF-Malasia
Malaysian Nature Society (MNS)
Centre for Orang Asli Concerns (COAC)
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entre el sueño y la memoria
Las ONG que promueven esta iniciativa anteriormente ya han sido socias con la empresa
privada, con el objetivo de mejorar la imagen corporativa de las transnacionales, sin afec-
tar sus actividades o el comportamiento de las empresas.
Este es el caso de la mesa de diálogo con empresarios de palma aceitera en la que las
mismas ONG participaron, ignorando el impacto que el monocultivo de palma africana ha
tenido, habiendo provocado el desplazamiento de cultivos de subsistencia, deforestación,
apropiación de tierras y la extinción de grupos nativos tradicionales.
CONCLUSIÓN
2. Para las compañías es más conveniente promover una «Conferencia» que realizar accio-
158 nes directas para enfrentar los problemas que generan las actividades petroleras.
3. Un diálogo entre las empresas petroleras y las ONG conservacionistas les permite, por
un lado, limpiar su imagen y, por otro, debilitar las restricciones y prohibiciones que existen
en las áreas protegidas amparadas en la supuesta garantía que ofrecen las entidades
conservacionistas.
Nosotros los miembros de las comunidades afectadas por las actividades de las compañías
petroleras y de gas, organizaciones de la sociedad civil, académicos, legisladores y los me-
dios de comunicación en Ghana, Nigeria, Camerún, Chad, Mozambique, Sudáfrica, Sudán,
Congo Brazzaville, Latinoamérica, Norteamérica y Europa, nos hemos reunido en Lagos, Ni-
geria, del 28 de febrero al 2 de marzo de 2005, para deliberar sobre el tema de la Conferen-
cia «Conflictos Petroleros, Recursos y Subsistencia en África» y hemos concluido lo siguiente:
161
Tejiendo
nuestra red
1O anos
ñ oilwatch
162
entre el sueño y la memoria
163
O
Oilwatch se fundó en 1996 como una red de resistencia a la actividad petrolera, en Quito,
Ecuador, con la presencia de delegados de Camerún, Gabón, Nigeria, Sudáfrica, Tailandia,
México, Guatemala, Colombia, Ecuador y Perú.
Nació impulsada por la necesidad de desarrollar estrategias globales para las comunida-
des afectadas por las actividades petroleras y de apoyar sus procesos de resistencia en la
lucha contra estas actividades.
En Oilwatch hemos enfrentado el tema petrolero desde una perspectiva local, nacional y
global. Vinculamos los impactos ambientales y la pérdida de derechos de las poblaciones
locales. Este hecho ha determinado que, para muchas organizaciones miembros de la red, la 165
problemática petrolera, si bien era nueva, adquiriera importancia rápidamente. Estas organi-
zaciones vincularon la problemática petrolera con otras prioridades de su organización.
Hemos construido casos que contagian y catalizan procesos y, al mismo tiempo, hemos
fortalecido la presencia de quienes han estado ausentes, como es el caso de muchas or-
ganizaciones pequeñas sin conexiones internacionales.
Entre las tareas de la organización están: el intercambio de información sobre las operacio-
nes de las compañías petroleras en cada país afectado, sobre sus prácticas operativas, así
como sobre los diferentes movimientos de resistencia y campañas internacionales contra
compañías específicas.
En relación a las estrategias de trabajo, uno de los instrumentos más valiosos ha sido el de
los intercambios sur-sur. Con ellos hemos logrado resultados importantes como construir
una relación y comunicación directa a largo plazo, reconocer realidades comunes con ex-
periencias distintas, aprender a reconocer recursos disponibles.
Cuando los intercambios han sido de continente a continente, los resultados han contribui-
do a cambiar la idea de mundo y consolidar la idea del trabajo internacional, particular-
mente fortaleciendo la solidaridad entre el sur.
Oilwatch se esfuerza por hacer crecer, a nivel global, la conciencia medioambiental, expo-
166
niendo los impactos de la actividad petrolera en bosques tropicales y en sus poblaciones
locales, estableciendo también las relaciones de esta actividad con la destrucción de la
biodiversidad, el cambio climático y la violación impune de los derechos humanos.
NUESTRA HISTORIA
1996 La red se funda en Quito-Ecuador.
• coordinar con las organizaciones miembros de Oilwatch en el sur para el apoyo a las
campañas de las comunidades locales.
• apoyar el lobby solicitado por las organizaciones miembros del sur.
• buscar información.
• buscar recursos.
• establecer puentes entre los afectados del norte y las organizaciones del sur, a fin de
desarrollar estrategias comunes de trabajo.
DE LA SECRETARÍA DE OILWATCH
Las organizaciones miembros del C.I. son designadas por el conjunto de organizaciones
de las regiones que representan y pueden ser cambiadas de acuerdo a la decisión de los
miembros de la región. Los delegados de las organizaciones pueden ser cambiados por la
organización. Estos cambios deben ser puestos a consideración del C.I.
El Comité Internacional se reunirá una vez por año. Podrán existir reuniones ampliadas
con otros miembros o con invitados especiales cuando esto sea aprobado por el Comité
Internacional.
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Estas reuniones se realizarán en algún país del sur y se procurará aprovechar la oportuni-
dad de otras actividades o reuniones y combinarlas con la observación de impactos de las
actividades petroleras.
Si existiera en un país más de una organización miembro de Oilwatch y cuando los miem-
bros nacionales o la Secretaría consideren oportuno para la coordinación, se podrán con-
formar Redes Nacionales de Oilwatch, con una organización de ese país que la coordine.
No serán oficinas filiales, sino una coalición de organizaciones.
170 Para el desarrollo del trabajo a nivel regional se pueden constituir Redes Regionales de
Oilwatch.
Las redes regionales pueden organizar, cuando los miembros de la región lo consideren
necesario, reuniones regionales. Contarán con la participación de los delegados de su
región al C.I. y de la Secretaría.
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1O anos oilwatch
Se realizarán en un país del sur, acordado por el C.I. Se combinará con actividades comple-
mentarias como cursos, conferencias, visitas de campo, etc. Se reunirá cada dos años.
Las declaraciones oficiales de Oilwatch serán discutidas por los miembros en procesos de
consulta coordinados por la Secretaría.
Otras declaraciones particulares de uno o más miembros que sean presentadas por ellos,
en donde conste el nombre de Oilwatch, deberán ser previamente conocidas por la Secre- 171
taría y por el C.I.
Si los proyectos son presentados como Oilwatch, estos deben ser conocidos y aprobados
por el Comité Internacional.
Los miembros que desarrollen proyectos para impulsar sus actividades los mantendrán
bajo su propia responsabilidad institucional. Si los proyectos se plantean como parte de la
red, estos deberán ser conocidos por la Secretaría.
La Secretaría mantendrá una lista de proyectos, sus informes y auditorías de los recursos
que administra, que será entregada al C.I. y estará disponible para quienes lo soliciten.
Oilwatch es una red que incorpora una visión de género y de diversidades. Consideramos
que la actividad petrolera es una de las actividades en donde se expresa, con mayor fuer-
za, la sociedad patriarcal excluyente, y que para subvertir esta tendencia es imperativo
hacerlo desde las voces de quienes han estado excluidos.
Reconocemos que a nivel local son las mujeres y los pueblos indígenas y tradicionales
quienes enfrentan con mayor violencia los impactos de la actividad petrolera y son justa-
mente ellas y ellos quienes sostienen los principales procesos de resistencia a los impactos
172 de las actividades petroleras.
NUESTRA ESTRUCTURA
1. Miembros: son organizaciones o personas que «están interesadas en trabajar en una red
de resistencia a la actividad petrolera… y están de acuerdo con los principios y estrategias
de la Red». Hay una organización que sirve de punto focal en cada país y quien decide
sobre la admisión o no de nuevos miembros.
PRINCIPIOS DE OILWATCH
1. Oilwatch es una red que construye relaciones de solidaridad y que fomenta una iden-
tidad común entre los pueblos del sur. Oilwatch reconoce similitudes en el actual patrón
de explotación de recursos en los países del sur, los cuales reflejan un legado histórico de
enajenación de los pueblos y considera el reconocimiento del derecho de los pueblos a su
autodeterminación como prioritario para la resolución de los problemas ambientales.
2. Oilwatch es una red de resistencia a los impactos negativos de las actividades industria-
les de gas y petróleo sobre los pueblos del sur y su medio ambiente.
3. Los miembros de Oilwatch apoyan todas las iniciativas de los pueblos locales a resistir a
estas actividades. Estas iniciativas incluyen el monitoreo de la devastación y de las violacio-
nes a los derechos humanos que resultan, directa o indirectamente, de estas actividades,
y el apoyo a las demandas locales de indemnización y restauración.
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entre el sueño y la memoria
4. Oilwatch es una red descentralizada que trabaja como un movimiento más que como
una entidad centralista.
5. Oilwatch fue creada para parar la expansión de los daños, sociales y ambientales, de
estas actividades en los trópicos y en otras partes del sur global; para apoyar a las comuni-
dades en los trópicos que resisten a las compañías petroleras; para crear conciencia de la
necesidad de un modelo de desarrollo que no esté basado en los combustibles fósiles.
PUBLICACIONES DE OILWATCH
OILWATCH: MANUAL PARA EL TRABAJO
MANUALES DE MONITOREO
Es necesario conocer paso a paso cuáles son los impactos de la actividad petrolera, a fin
de organizar nuestra denuncia de mejor manera y enfrentar el discurso de las empresas
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1O anos oilwatch
entre el sueño y la memoria
petroleras. Para las compañías petroleras es fácil decir lo correcto y hacer lo que les da
gana, pero lo que no pueden es frenar la ola que se forma cuando la gente empieza a
hablar y desenmascarar tanta mentira.
sobre las Iniciativas de Asociación (Partnerships) entre las Naciones Unidas y empresas
privadas. Estas iniciativas son presentadas como una solución a los problemas como la
pobreza, la falta de agua limpia, la necesidad imperiosa del desarrollo de energías alter-
nativas, etc.
Sin embargo, con las Iniciativas de Asociación, las empresas pasan de ser las destructoras
del planeta a supuestas salvadoras del mismo y a lucrar de la pobreza.
África, América Latina y Asia son las zonas más biodiversas del mundo y albergan el
mayor número de culturas y pueblos. Comparten también muchos problemas comunes y
una historia de colonización, saqueo y soguzgamiento.
CHEVRONTEXACO LA MANO
DERECHA DEL IMPERIO
El libro recoge el rastro que ha dejado esta empresa en nuestros territorios y países; sus
políticas, discursos y formas de hacer negocios.
TEGANTAI
LISTAS DE CORREO
ALERTAS
REPSOL
Una lista para difundir información sobre la campaña contra Texaco en Ecuador e informa-
ción sobre el juicio contra ChevronTexaco.
Es una lista electrónica que trata temas relacionados con la explotación petrolera en áreas
protegidas. Se la distribuye sobre todo a negociadores internacionales del Convenio de
Biodiversidad.
BOLETÍN RESISTENCIA
Los boletines de resistencia son publicados electrónicamente cada mes en español, inglés
y a veces francés, sobre los avances de la industria petrolera y las distintas formas de re-
sistencia de la gente que la enfrenta, o sobre temas coyunturales relacionados con temas 181
hidrocarburíferos.
BOLETÍN OILNEWS
Oilwatch Secretaría
http://www.oilwatch.org tegantai@oilwatch.org
Internacional
Oilwatch Mesoamérica http://www.oilwatchmesoamerica.org mesoamerica@oilwatch.org
Oilwatch South East Asia http://www.oilwatch-sea.org sea@oilwatch.org
Oilwatch Africa http://www.oilwatch.org/africa africa@oilwatch.org
MIEMBROS DE LA RED
Oilwatch tiene alrededor de 100 miembros. En muchos casos, hay varios miembros en un
mismo país, sin embargo, para efectos de coordinación hemos determinado puntos foca-
182 les en cada país.
La coordinación para África se realiza desde Nigeria; para Asia, desde Indonesia; para
Mesoamérica, desde Costa Rica; para Latinoamérica, desde Ecuador.
Directorio
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1O anos oilwatch
ARGENTINA
Organización Mapuce Lonko Puran
Catriel 819 Cutral Co CP(8322) Provincia de Neuquen
Responsable Werken Relmu Ñamku
Tel.: (+54) 299 4969254
lonkopuran@copelnet.com.ar
mapuce_relmu@hotmail.com
BELICE
Godsman Ellis and Cany Gonzalez
BELPO-Belize Institute for Environmental Law and Policy
Cuenca Trinacional (Estor)
Tel.: (+501) 804-2032/3264
Cel.: (+501) 603 4885
godsman1@btl.net
candybz@gmail.com 183
BOLIVIA
Patricia Molina
FOBOMADE
Av. Abdon Saavedra 2370
Casilla: 5540 - La Paz
Tel.: (+591) 2 422105
Fax: (+591) 2 421221
fobomade@fobomade.org.bo
www.fobomade.org.bo
BRASIL
Julianna Malerba
Rede Brasileira de Justiça Ambiental
Projeto Brasil Sustentável e Democrático
Rua das Palmeiras, 90 - Botafogo
cep: 22.270-070 - Rio de Janeiro, RJ - Brasil
Tel.: (+21) 286-1441
brsust@fase.org.br
www.justicaambiental.org.br
www.brasilsustentavel.org.br
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1O anos oilwatch
entre el sueño y la memoria
COLOMBIA EL SALVADOR
Asociación CENSAT Agua Viva CESTA - Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada
Tatiana Roa Ricardo Navarro
(Miembro del Comité Internacional) Ana Raquel Cruz
Diagonal 24 Nº 27A - 42 Apartado Postal 3065
A.A. 16789 3065 Km 4 ½ Carretera San Marcos,
Telefax: (+57 )1 2442465 / 3377709 / 2440581 San Salvador
petroleo@censat.org Tel.: (+503) 2 200046 / 206480
www.censat.org Fax: (+503) 2 203313
Raquel.Cruz@cesta-foe.com
COSTA RICA lilacesta@hotmail.com
Oficina regional Oilwatch Mesoamérica
Apartado 622-2150 Moravia Costa Rica GUATEMALA
Tel.: (506) 2836128 / 283 6046 Madre Selva
Fax: (506) 225 76 06 Magally Reyrosa
Alicia Casas (Miembro del Comité Internacional)
oilwatch@feconcr.org 7 ave. 13-012.9
184 casasali2002@yahoo.com.mx Telefax: (+502) 332 2690
mselva@intelnet.net.gt
CURAZAO lamaga@intelnet.net.gt
Lloyd Narain
FoE Curazao HONDURAS
P.O. Box 4688 Edgardo Benitez Maclin
Curazao Alianza Verde
narain@interneeds.net Brus Laguna, Cabo Gracias a Dios,
www.amiguditera.org Honduras
Tel.: (+504) 238 8892/ 220 1564
ECUADOR alianzaverde@gmail.com
Acción Ecológica
Alexandra Almeida MÉXICO
Alejandro de Valdez N24-33 y La Gasca Asociación Ecologista Santo Tomás
Casilla 17-15-246-C José Elías Sánchez
Quito Ave. 27 de febrero Nº 1017 Col Centro
Telefax: (+593) 225 47516 Villahermosa
yasuni@accionecologica.org C.P. 86000/01
www.accionecologica.org Tabasco
Telefax: (+52) 01 (993) 3126743
stomascoordinacion@yahoo.com.mx
esamper2000@hotmail.com
Directorio
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1O anos oilwatch
PANAMÁ
PAT-Defensa Ambiental
José Gonzalez
Apartado 10771- Republica de Panamá
jozzepe2002@yahoo.com.mx
Tel.: (+507) 9983564
185
PARAGUAY
Elías Peña
Oscar Rivas
SOBREVIVENCIA
Isabel la Católica 1867 - CC 1380
Asunción
Telefax: (+595) 21 480 182
(+595) 21 425 716
sobrevivencia.luismagar.com
PERÚ
APRODEH
Raquel Palomino
Jr. Pachacútec 980
Jesús María. Lima 11
Tel.: (+51) 1 431 0482 / 1 424 7057
(+51) 1 936 5779
Fax: (+51) 1 431 0477
raquel@aprodeh.org.pe
www.aprodeh.org.pe
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1O anos oilwatch
entre el sueño y la memoria
URUGUAY CAMERÚN
Ricardo Carrere Samuel Nguiffo
(Miembro del Comité Internacional) (Miembro del Comité Internacional)
Coordinador Internacional del WRM Centre Pour l’Environnement et le Développement
Maldonado 1858 CP 11200 B.P. 3430
Montevideo Yaoundé
Tel.: (+598) 2 403 2989 Tel.: (+237) 2 223857
Fax: (+598) 2 408 0762 Fax: (+237) 2 223859
rcarrere@wrm.org.uy snguiffo@yahoo.fr
WRM International Secretariat snguiffo@cedcameroun.org
Maldonado 1858 CP 11200
Montevideo, Uruguay POINT FOCAL OILWATCH AU TCHAD
Tel.: (+598) 2 413 2989 Nadji nelambaye
Fax: (+598) 2 410 0985 CPPL - Commission Permanente Petrole Locale
www.wrm.org.uy BP 35 Moundou,
Tel.: (+235) 626 78 84/ 69 1179
VENEZUELA Tchad
186 Red Alerta Petrolera - Orinoco Oilwatch cppl@intnet.tdnadjisg@yahoo.fr
AMIGRANSA - Sociedad de Amigos en
Defensa de la Gran Sabana GABÓN
Apdo. Postal 50460 CIAJE - COMITE INTER-ASSOCIATIONS DE JEUNESSE
Caracas 1050-A. POUR L’ENVIRONNEMENT
Tel.: (+58) 212 992 1884 Emmanuel Bayani Ngoyi
amigrans@internet.ve, B.P. 6652
amigransa_oilwatch@yahoo.com Tel.: (+241) 07;16.63.11/76.61.82
Fax: (+241) 73.80.56
ciaje@caramail.com
ÁFRICA e.bayani@caramail.com
ANGOLA GHANA
Juventude Ecológica de Angola Third World Network - Africa
Sr. Abias Huongo 9 Ollenu Street, East Legon
Avenida Revolucao de Outubro, 2 N° 3-2° Box AN19452
C.P. 542 Accra
Luanda Tel.: (+233) 21 511189 /503669 / 500419
Tel. (+244) 222 355715 Fax: (+233) 21 511188
jea@netangola.com contact@twnafrica.org
Directorio
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1O anos oilwatch
MOZAMBIQUE
LIVANINGO
Mauricio Sulila
Ave. Patricio Lumumba 448 R/C
Maputo
Tel.: (+258) 1 308925
livaningo@tvcabo.co.mz
livaningo@livaningo.org.mz
187
NIGERIA
Oficina Regional Oilwatch Africa
Mike Keania Karikpo
13, Agudama Ave. D-line
P.O. Box 13708
Port Harcourt
Tel.: (+234) 84 236365
africa@oilwatch.org
NIGERIA
Nnimmo Bassey
(Miembro del Comité Internacional)
ERA - Environmental Rights Action
214 Uselu-Lagos Road
Ugbowo-Benin City
P.O.Box 10577
Telefax: (+234) 52-600-165
Fax: (+1)520-844-8482
eraction@eraction.org
nnimmo@eraction.org
delightsomeplace@yahoo.co.uk
www.eraction.org
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1O anos oilwatch
entre el sueño y la memoria
NIGERIA ASIA
Asume (Isaac) Osuoka
Social Action / Gulf of Guinea Citizens Network Arakan/ Birmania
P. O. Box 13708 Port Harcourt Jockai khaing
Tel.: (+234) 8033 099494 The Arakan Oil Watch
asumeo@yahoo.co.uk P.O.Box 184, Mae Paing Post Office,
Chiang Mai 50301 Thailand
REPUBLIC OF CONGO (BRAZZAVILLE) Tel.: (+66) 4 046 5813
Jean Aimé Brice Georges Mackosso Arakan_ow@yahoo.com
Justice et Paix (of Catholic Church) Shwenews@yahoo.com
BP 659 Pointe Noire www.shwe.org
Telefax: (+242) 94 99 17,
Cel.: (+242) 557 90 81/ 541 36 06 INDONESIA
bricemackosso@yahoo.fr Andryie S. Wijaya
REPUBLIQUE DU CONGO (COORDINACIÓN REGIONAL PARA ASIA)
JATAM - Jaringan Advokasi Tambang
SUDÁFRICA Jl. Mampang Prapatan II Nº 30
188 Siziwe KHANYILE RT 04 / RW 07 - Jakarta 12790
Bobby PEEK Tel.: (+62)21-794 1559
GroundWork (Focal Point in South Africa) Fax: (+62)21-791 81683
191c Burger Street andrie@oilwatch-sea.org
Pietermaritzburg www.jatam.org
Box 2375 www.oilwatch-sea.org
32000
South Africa MALASIA
Tel.: (+27) 33 342 5662 Third World Network
Fax: (+27) 33 342 5665 Yin Shao Loong
team@groundwork.org.za 228 Macalister Rd.
bobby@groundwork.org.za 10400 Penang
www.groundwork.org.za Fax: 604 226 4505
twnkl@twn.po.my
twnkl@po.jaring.my
twnet@po.jaring.my
Directorio
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1O anos oilwatch
TAILANDIA
Pipob Udomittipong
(Miembro del Comité Internacional)
29/2 Moo 3, Rongwuadaeng,
Sankampaeng,
Chiang Mai 50130 Siam (Thailand)
Home: (+66)53-394849 189
Cel.: (+66)9-7007171
pipob1969@yahoo.co.uk
CAIN
Campaign for Alternative Industry Network
Penchom Saetang
801/8 Ngamwongwan Rd., Soi 27, Muang
Nonthaburi 11000
Telefax: (+662) 952 7371/952 7606
cain@access.inet.co.th
TIMOR ORIENTAL
La’o Hamutuk
East Timor Institute for Reconstruction Monitoring and Analysis
Santina Soares
Charles Scheiner
Tel.: (+670) 3325013
Cel: (+670)-7234330
Post Address P.O. BOX 340
Dili, Timor-Leste
info@laohamutuk.org
charlie@laohamutuk.org
www.laohamutuk.org
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1O anos oilwatch
entre el sueño y la memoria
Manana Kochladze
(Miembro del Comité Internacional)
Regional Coordinator for Caucasus
CEE Bankwatch Network
Rustaveli avenue. 1. entrance I. floor 4
Chavchavadze 62, Tbilisi, Georgia, 380062
Tel.: (+995)32 93 24 03
manana@wanex.net
www.bankwatch.org
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1O anos oilwatch
Nnimmo Bassey