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El lector encontrará en estas páginas de Algunas minucias del lenguaje, temas y pautas de
gran utilidad, escritas con un estilo directo, alejado de tecnicismos y con una brevedad que
alentará el interés y la reflexión. Las investigaciones de Moreno de Alba están dirigidas al
conocimiento lingüístico, con el fin de que se domine y exprese mejor nuestro lenguaje
común.
GRAMÁTICA Y REDACCIÓN
Sin embargo los que no somos escritores pero que por necesidad
tenemos que escribir algo, un informe, una tesis, un reporte técnico,
una carta, un reportaje, una entrevista, ¿podríamos obtener alguna
ayuda de la gramática? Creo honradamente que sí. De ninguna manera
hará de nosotros escritores célebres, pero nos permitirá expresamos
con mayor claridad y precisión.
Finalmente, conviene recordar que la gramática es, quizá más que otra
cosa, una espléndida disciplina mental, que nos enseña a ordenar
nuestras ideas, a jerarquizarlas, a relacionarlas. Estoy convencido de
que, más que las reglas sintácticas, más que las recetas de redacción, es
el ejercicio de la inteligencia, que está presente en todo estudio
gramatical, el que más ayuda a la expresión clara y precisa, a la
comunicación oral o escrita inteligible. Ojalá nuestros niños y jóvenes
volvieran a estudiar rudimentos de gramática no sólo española, sino
latina y griega, pues les resultaría de gran beneficio para el sano
desarrollo de su inteligencia.
MEXIQUENSE
No debe olvidarse, ante todo, que son sólo los hablantes los verdaderos
reguladores de la lengua. Los lingüistas y filólogos son solamente
observadores de los fenómenos lingüísticos y descubridores y
descriptores de los sistemas y estructuras que subyacen en todo acto de
comunicación humana. Los puristas, por su parte, no son tampoco
reguladores de la lengua, sino en todo caso tratan (casi siempre en
vano) de privilegiar alguna de las variantes lingüísticas sobre otras en
razón del prestigio de quienes las usan, aunque algunas veces también
lo hacen para evitar imprecisiones y lograr un discurso más inteligible.
Es la lingüística, en efecto, la que nos enseña que una cosa es la
innovación y otra el cambio. Es la primera un simple acto puramente
individual de un hablante. La innovación se convierte en cambio si es
adoptada por un importante grupo de hablantes y puede así hacerse
después norma válida dentro de una comunidad lingüística. El cambio
puede ser fonético, morfosintáctico, léxico o semántico. Puede ser
condicionado o espontáneo, según tenga o no referencia con el
contenido. Así, no es lo mismo una sonorización de t en d
(incondicionada) que una etimología popular del tipo vagamundo por
vagabundo (cambio condicionado).
II
ADOLECER
BURÓS/BUROES
CONTEMPLAR
CUAL(ES)QUIER(A)
CURRÍCULUM, CURRÍCULO
DEMASIADO
Así puede parecer poco adecuado decir que alguien tiene "demasiado
talento", como si la inteligencia pudiera ir más allá de lo debido, como
si pudiera haber excesos en el grado de inteligencia. Lo que sucede es
que se está calificando en relación con otros talentos, entre los cuales
ese "demasiado talento" sobresale de manera notable.
DESAPERCIBIDO/INADVERTIDO
Así las cosas, con la frecuente expresión "no quiero que esto pase
desapercibido, ateniéndonos al sentido que la Academia proporciona
al vocablo, tendría que entenderse que no se desea que eso pase
"desprevenido o desprovisto de lo necesario", lo cual evidentemente
no es lo que el hablante contemporáneo quiere decir. Ahora bien, en la
tercera acepción de la voz apercibir, se lee en el Diccionario
académico: "Percibir observar, caer en la cuenta: este uso galicista se
considera vulgar y descuidado". En francés apercevoir significa, entre
otras cosas, "percibir, divisar, descubrir". Es de suponerse que uno de
los significados de desapercibido, si nos guiamos por la tercera
acepción de apercibir, sería precisamente "no percibido, no
observado", aunque con la anotación de su carácter galicista. Sin
embargo no aparece este sentido en el lexicón académico, sino que se
anota sólo el significado de "desprevenido, desprovisto de lo
necesario".
EVENTO
FINANCIO/FINANCÍO; DIFERENCIO/DIFERENCÍO
FORZO - FUERZO
INFLUIR, INFLUENCIAR
Todos los ejemplos que proporciona Moliner ratifican esta regla: "el
color no influye en la calidad de la tela", "las montañas influyen en el
clima", "sus circunstancias familiares han influido en su carácter". En
estas construcciones los sustantivos calidad, clima y carácter son
complementos circunstanciales e influir es intransitivo. Podrían esos
sustantivos convertirse en objetos directos si se suprimiera la
preposición en, lo cual parece, si no inaceptable, al menos poco
elegante.
LICUO Y LICÚO
Son seis las metas que se formulan para la enseñanza del lenguaje en la
escuela primaria: 1) enriquecimiento de la capacidad de expresión oral;
2) incremento de la aptitud para comprender la lengua; 3) desarrollo de
la habilidad para estructurar el pensamiento a través de la lengua; 4)
comprensión, por medio del análisis, del funcionamiento del lenguaje
en general y de la lengua española en particular; 5) adquisición y
utilización de la lectura y la escritura; 6) desarrollo de la sensibilidad y
creatividad estéticas a través del lenguaje.
II
III
IV
VI
Sin embargo ¿cómo podrá llevarse a cabo esta labor en las aulas
escolares de nuestras escuelas primarias si nuestros futuros licenciados
en Educación Primaria, durante sus cuatro años de formación
profesional, no recibirán, de acuerdo con el publicado plan de estudios,
ni siquiera algunos elementos de lingüística general, ni al menos
algunas nociones de gramática española? De inmediato se alegará que
en su bachillerato serán atendidas éstas y otras cuestiones de cultura
general para que puedan así, en sus estudios superiores, dedicar la casi
totalidad de su tiempo a asuntos de índole pedagógica. Sigo creyendo
que los conocimientos lingüísticos y gramaticales deberían estar
presentes en el plan de estudios de la Licenciatura en Educación
Primaria. Quizá ni siquiera sea necesario suprimir para ello alguna otra
asignatura. Bastaría simplemente con dedicar a aspectos teóricos de
lingüística general y gramática una parte al menos del programa de
español, ya incluido, que íntegramente está consagrado a talleres de
expresión oral y escrita y de lectura. Es lícito pensar, además, que esas
destrezas lingüísticas (integración de los tres aspectos de la expresión
verbal: hablar, leer y escribir) deberían haber sido adquiridas por el
estudiante a lo largo de su formación anterior. Cuando se llega a la
licenciatura, supongo, se debería estar ya en posesión de esos
indispensables instrumentos del conocimiento. Podría así, es al menos
lo que sugiero, destinarse parte de ese espacio a la explicación de
problemas fundamentales de lingüística y de gramática, que
permitieran al futuro docente interpretar adecuadamente los poco
numerosos pero importantísimos asuntos de esta naturaleza que
todavía, para bien de una endeble cultura elemental, están presentes en
los planes de estudios de la educación básica.
QUEÍSMO Y DEQUEÍSMO
II
SATISFARÉ/SATISFACERÉ
SENDOS
El adjetivo, obligatoriamente plural, sendos (-as) procede, según
Menéndez Pidal, del acusativo plural del vocablo latino singulus (-a,
-um) es decir de singulos. La i breve latina de esa voz se convierte en
e, desaparece la u postónica y el grupo ng'l produce primeramente ñ
(antiguo seños) y después nd: sendos. Su significación, de
conformidad con el Diccionario académico, es: 'uno o una para cada
cual de dos o más personas o cosas'. Tiene, por ende, un valor
distributivo: "tú y yo bebimos sendos vasos de vino"
Ante todo aclaro que las notas que siguen sólo tienen por objeto la
revisión histórica de un debate que desde el punto de vista filológico,
siempre me ha parecido interesante. No pretendo, por tanto, aportar
nada nuevo ni proponer alguna opinión original. Me limito a reseñar,
de modo más o menos ordenado, las posiciones de algunos
intelectuales que se han ocupado de este asunto. Para ello me ayudo de
la excelente recopilación de textos que sobre el tema publicó José Luis
Martínez en los tres primeros volúmenes del Boletín de la Academia
Mexicana.
Hacia 1910, Manuel G. Revilla describe las razones por las cuales no
escribe México con j. Recuerda que en el siglo XVI, por natural
evolución, se perdió en castellano la sch y se transformó en gutural
fuerte que "ahora se representa en la j". Hace ver que los españoles
castellanizaron la voz México, pronunciándola con gutural. Esa voz y
otras muchas, tomadas del náhuatl "han cambiado su ortografía en
virtud de la transformación del sonido de la x". Reconoce que la
etimología no es causa alguna para que subsista la x en México, pues
"la etimología en nada se pierde en esa palabra, porque la x se
sustituya por la j, como no se ha perdido en ninguna de las otras
voces". Reconoce que lo que sí se pierde, con la x, en muchos lugares,
es la debida pronunciación del término y puede llegar a oírse Mécsico
y mecsicano. A ello puede deberse, a su juicio, que la Real Academia
autorice el gentilicio mejicano. Hasta aquí todo lleva a Revilla hacía la
j. Sin embargo defiende la x de México con argumentos muy válidos,
así no tengan nada que ver con la filología. Se refiere, concretamente,
a la "pasión", al "sentimentalismo". Vale la pena transcribir un largo
párrafo de su escrito: