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Carlos Skliar

"POESÍAS". 
I - de VOZ APENAS (Buenos Aires,
Ediciones del Dock, 2011). 

Poema 3

Mirar
en vez de decir
lo que no se pudo
siquiera entrever

Mirar el mundo
en lugar de hablar
ajeno al mundo

Mirar el cuerpo
en vez
de medirlo
de escudriñarlo
de sopesarlo
de soportarlo

Y volver a mirar
para entonces

comenzar  
a desdecirse
 

Poema 6
 
La distancia mínima
entre dos cuerpos
no es la palabra obvia
sino el más tímido
de los silencios
 
Por eso a veces
es mejor callar
 
No para decir amor
 
sino para escucharlo
 
Poema 9
 
  
Recién 
se ha ido
esa voz que
algo supuso
casi algo
como el aire
mínimo
de una duda
como el soplo
nimio
de un ala
que resbaló
hacia el vacío
y que
se deshizo
en el borde
más pequeño
de una boca
que a cada
palabra
se hacía
cada vez
más ínfima
cada vez
menos boca
cada vez
más voz
brevísima
voz
apenas
 

Poema 21

Adiós Aristóteles

Ya no hay nada que temer


pues todo
más que todo
se ha vuelto elíptica indiferencia

Animales políticas éticas


físicas virtudes doctrinas
habitan la desconfianza
como sombras en ciernes
que clausurarán el ocaso

Ya no hay qué saber

Porque saber
apenas habla la lengua
de la guerra
o de la usurpación del cuerpo
o de la estafa celestial

La muerte es único saber


que no podrá ser narrado

El desierto no nos ha donado


su serenidad

Por el contrario
ha esparcido el alma sin voz
la voz sin cuerpo
el cuerpo sin osamenta

Y por vez primera


serán los huesos
los huesos tibios

quienes recubran nuestra piel


 

Poema 22

No sabrás si quien te amaba te amaba


si quien te dolía te dolía
si quien te punzaba con desidia te punzaba
o apenas deseaba hacerte ausente

No sabrás nada de nada

Ni siquiera si el mundo seguirá siendo


mundo
si a la farsa le continuará la ignominia
si al desorden le tocará retroceder
para empujar el viento con sus poquísimas
ansias

No sabrás si tus hijos no sabrán

La muerte es pura ignorancia


de la vida para sí misma

 
Poema 31

Curiosa pretensión
la de enclaustrar el asombro
en una jaula vacía

Exasperante concreción del mundo

Tosca turbia asunción


la del alma matemática

No hay saber que sepa


cómo es
el segundo anterior
a la partida

La única soberbia posible

si acaso necesaria

si acaso soberbia

es la de los pies
 

Poema 48

El recuerdo guarda
un recuerdo de sí mismo

Como si fuera
la última oportunidad
para detenerse un instante
en la duda providencial
que deja el silencio

Y creer que es posible

que el amor dure


que la serenidad dure
que el durante dure

Para ello es necesario


que el sí mismo del recuerdo

olvide
su recuerdo original

Poema 57

En vistas de volver
a haber diciembre
cruzaré las piernas
hacia el lado más cretino
confrontaré dos ideas
(una: que ya no hay
más que humillación
dos: que habrá
que mostrarse
siempre de perfil)
buscaré un punto fijo
como si fuera un desmayo
a punto de despertarse
recordaré aquella historia
en que una mujer
que escribe como hombre
que escribe como niño
que escribe como anciano
desea apenas ser humano
obedeceré una única secuencia
de la memoria que juega
a que ella nunca está en mí
y me reiré recordando
que no hice más
que buscar
cierta callada alegría
un apasionado olvido
la desestimación del yo

Poema 71

Llueve en México
no porque se presuma nada

Ni el exilio ni las lápidas


ni el fin de todo aquello
que aún no ha comenzado

Tal vez porque


debe cesar el movimiento la luz
debe ceder el aire
debe callarse dios
Este cielo
(Querido Jaime
Querido Eduardo
Querida Judith)
ha visto demasiado

Y debe
por un segundo

suponer el reposar

Poema 79

No sé cómo nombrarlo

Por eso escribo

Para no nombrarlo

Para seguir amándolo


Sin que me nombre 

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II - de "Hilos después" (Buenos Aires,


Mármol Izquierdo, 2009).  

Poema 1 

¿Podrá el tiempo perdonar 


lo infinito de su ausencia
amar sin énfasis sin acento
ser extraño extranjero al rumor
de esa boca seca que está que es
en medio de su cuerpo? 

¿Podrá el viento nombrar


la falta de calma
El hombre imaginar
el revés de lo humano
El hábito inferir
la escasez de alegoría
Este fastuoso mundo relatar
su persistente vacuidad?

¿Podrá el olvido simular


lo inexacto de su infancia
lo ambiguo de su templo
Erguirse en sangre en aire
ignorar la recta de sus fauces
admitir otro extremo
sin mareas sin amnesias?

¿Podrá la amargura 
dejar de ser olvido necio de la muerte
y ser apenas segundo insustancial
grito enrarecido equivocado
insensata palidez de la agonía?  

¿Podrá la muerte suponer


que el tiempo no implora más tiempo
sino más densidad más lucidez
Como un niño torpe que añora todavía
mucha más intensidad en su torpeza? 

Poema 5
Qué se imaginaron 

Qué

Desde lo alto de una cornisa mínima


donde creían ver más allá del cinismo
y sólo miraban sus cejas partidas
por propia reluctancia 

Pensando 
en un mundo lúgubre 
bajo las órdenes impías del horror
con las uñas alistadas
por palabras sin gerundios
entre ciénagas de mártires

Quizá porque ya no había mundo


o ése era el único mundo literal iletrado

No había más que una batalla


por una libertad tan parecida 
al error de un pájaro en vuelo descendente
hacia todo contra nada 

Pensando
en la vida que vendrá mientras la vida
sangraba cegaba sesgaba la vida
hasta hacerla desaparecer
como un trompo que interrumpe su danza
como una Biblia que ignora su indecisión
como el aire que pierde un átomo
y se vuelve paredón grito desatinado

So pena de pena
sobre una eternidad desesperada
por su propia duración 
por su propia dilación
por su propia intransparencia

Qué se imaginaron

Qué

Sino 

La impúdica decisión 
La pálida predisposición 
El sórdido vejamen 

La primacía de la muerte
Poema 8

Tropezar con una sombra no es mejor


que agonizar en una lengua extranjera

Ni siquiera un puente vacío recoge 


distancias mal habidas

En otro sentido
no hay bostezo que duela menos
que una risa infame en cualquier rostro  
Ni hay un devoto que sostenga
su fe 
su pretensión de fe 
de rodillas a la horca

De ningún modo el viento puede más


que un coleóptero cualquiera
Y ninguna estrella ningún sol ningún
destino
sabe mirar los ojos de un búho
y adivinar su pensamiento

Elegir palabras tibias no es más digno


que subir escaleras o descender leyendas
evitando basuras de edificios anteriores
o besar el aire 
o buscar la única patria
incapaz de parsimonia

Voltear la cara hacia su lado más


indiferente
no es más grato que amar la furia
que amar un lado
que amar de pronto
que amar de rapto

El dolor no enseña nada pero nada 


a no ser la profundidad de la llaga
o la talla presencial de los abismos 

El testigo de un asesinato porvenir


nunca ve lo que escucha
Y lo que ve
no es más que su palabra inconfesable

Además 
el color marrón
apenas es recuerdo de golpe talado
típico escenario de la nada
En cierto modo
los padres adoptivos 
aman mucho más que todo mecenas
Y los buitres seguirán
siendo siempre insensibles al inicio del
dolor
pero no a su blasfemia

Tampoco ocupar los sitios escondidos es


peor
que quedarse dormido todo un siglo
después de haber leído o deseado o inferido
que una lluvia de estrellas caerá 
y que un ejército sinnúmero de patrañas 
seguirá creando al mundo

Negarse a una trampa


no supone más entereza
que ajustarse con cierta elegancia
los dientes los cabellos los párpados

Y amanecer de noche 
mientras se deshace la pretensión del haber
no es más honesto
que inventar horóscopos de desconocidos

Poema 17
De la relación estricta 
de un vuelo  
con su pájaro

De la relación obscena 
de lo sabido 
con la cosa

De la relación necia 
del señor 
con la señora

De la relación extrema 
de un ruego 
con el borde de la piel

De la relación infausta 
del futuro 
con su propio niño 

De la relación incauta 
del aire 
con la niebla

De la relación insana 
del amor
con su letanía
De la relación exhausta 
de la escritura  

con su imposible tema

Poema 18

La mesura lo arruina todo

Desplaza la pasión hacia su límite más


tenue
corre de una vez el velo desvelado
aparta fisonomías anatomías astronomías
destroza los hilos inventados por los mitos

Como si tuviera miedo de lo humano


como si lo humano fuese el miedo mismo
como si el miedo fuese tiempo inhumano

Pone una lápida allí donde no hubo muerte


secuestra cada gesto 
ante la duda de su continuidad desnuda
teme la apariencia de su verticalidad
de su posible desatino
La mesura lo arruina todo

Es como un reloj inservible 


como un segundo que no sigue ni retrocede 
como un minuto acodado en un trono inútil
para siempre

Como una hora que anticipa 


el tiempo impuro de su precipicio porvenir

Poema 29

Una presencia cualquiera

La de un pájaro un cuello una distracción


una mujer sorda
un niño que juega con su inercia
o una palabra suelta 
puede ser la totalidad del alma
su ritmo su mirada su desazón  

También la presencia de un vestigio


de una señal de un símbolo
o un halo rígido de luz sobre el mentón
indica qué es el mundo
o cómo podría dejar de serlo

Inclusive
la presencia de dos o más personas
de dos o más palabras
de dos o más recuerdos
puede ser la enumeración fallida
que ordena la soledad
para pasar por alto  
su desatino

La cuestión es
saber si algo existe más allá de su presencia
saber si algo conmueve 
al margen de su contorno su perfil

Saber si hay existencia


más acá de una presencia

Poema 32
A los casi cincuenta
qué pensar qué mirar qué decir

La vida parece estar a la deriva


en medio de todo lo que no hubo

Amor levedad afección

Aún con la premeditación de los olvidos


ya no serás lo que eras

Serás lo que no querrás ser


fingiendo que todo es como siempre ha sido

El gesto de mano se detiene


siempre en la mitad de algo de alguien
(¿Lo harás? ¿Podrás? ¿Serás? ¿Tendrás?)

La voluntad se ha vuelto
destino opaco de día feriado

El aire es poco

Nunca fue más que memoria


de una parca neblina susurrante

Prisa por vivir


Terror a la muerte desencajada

Amar inclusive 
la pérdida innecesaria del amor

Y una mirada
fija
obstinada
argumental

sujeta siempre a un niño

Un niño siempre extraviado de mí

Un niño siempre excesivo en mí 

En el centro mismo
de la callada y callosa espesura de mi
cuerpo

Poema 35
Parece  

que la saciedad no se resuelve 


con la masticación de la miseria

Que la muerte no se aleja por piedad


sino por su ancestral fatiga

Que el nombre que te han dado


no te servirá para el asombro de la vida

Que un hilo otro hilo otro hilo


no componen un sueño duradero

Que la risa
hay que echarla a su propia suerte

Que la impuntualidad
no retrasa el único beso
sino el primer adiós

Que no es posible obedecer


a la duración del tiempo
y menos a la duración del alma

Que el cuerpo 
es el último en enterarse
si algo 
como el dolor 
la virtud 
la impaciencia

la insanía

es temprano 
o es tarde

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