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1. Contrato de depósito: consideraciones generales.

Tal como lo define el artículo 1356 del Código Civil y Comercial, hay contrato de depósito cuando
una de las partes se obliga a recibir de otra una cosa con la obligación de custodiarla y restituirla con sus
frutos.
Se trata de un contrato celebrado entre dos partes: depositante y depositario. El primero es la persona
física o jurídica que transfiere la cosa a depositarse y el segundo es el sujeto que se obliga a recibir la cosa,
cuidarla, guardarla y restituirla al final del negocio o a requerimiento del depositante, que es el principal
interesado del negocio.
Asimismo, el artículo 1357 establece la presunción de onerosidad sobre este tipo de contratos. En el
caso que se pacte que el depósito sea gratuito, igualmente recae sobre el depositante la obligación de
reembolsar al depositario aquellos gastos que éste haya hecho en forma razonable para custodiar y restituir la
cosa objeto del depósito.
Puede constituirse como depósito tanto los bienes muebles como inmuebles.
Entre los caracteres de este contrato, podemos agregar los siguientes:
A. Se trata de un contrato consensual: se perfecciona con el mero consentimiento o acuerdo de
partes.
B. Se trata de un contrato bilateral: las obligaciones de las partes son recíprocas. El depositante se
obliga a entregar la cosa y el depositario se obliga a recibirla, guardarla y restituirla en el momento oportuno
contra el pago del precio.
C. Es un contrato conmutativo: las eventuales ventajas o pérdidas se presumen en forma razonable
conocidas desde el momento de la celebración del contrato.
D. Estamos frente a un contrato no formal: no está sujeto a formalidad alguna a los efectos de su
celebración. Por lo tanto, rige en forma plena la libertad de contratación.
E. Es un contrato nominado: tiene una regulación legal establecida en forma expresa por el Código
Civil y Comercial.
Existen dos tipos de depósitos: el voluntario y el necesario.
El criterio para diferenciar ambos depósitos reside en la libertad del depositante para elegir quién va
a ser el depositario.
El contrato de depósito se extingue por:
A. El cumplimiento del plazo si éste se ha fijado. También si se cumple la condición o circunstancia
que extingue el depósito.
B. Si finaliza por pérdida de la cosa.
C. Por recisión unilateral, bilateral o resolución.
El depósito no se resuelve por el fallecimiento de las partes. Las obligaciones son trasladadas a sus
herederos.

2. Depósito voluntario.
Como dijimos anteriormente, el depósito voluntario se diferencia del necesario en que en el primero,
el depositante tiene total libertad para elegir el depositario al cual le va a encargar la custodia de la cosa.
En este tipo de depósitos, el depositario tiene la obligación de poner en la guarda de la cosa la
diligencia que usa para sus cosas o la que corresponda para su profesión. No puede usar las cosas y además
debe restituirlas, con sus frutos, cuando le sea requerido (art. 1358 CCC).
La cosa debe ser devuelta en el estado en que fue entregada. El depositario no responde por los
deterioros que la cosa haya sufrido sin su culpa ni tampoco tiene responsabilidad frente al caso fortuito, salvo
pacto en contrario o que el mismo haya ocurrido por su culpa o cuando ya se hallaba en mora para su
restitución.
Siempre que se trate de un depósito oneroso, en caso de pactarse un plazo, el mismo se considera en
favor del depositante. Sin embargo, en el caso que estemos frente a un depósito gratuito, el depositario puede
exigir que el depositante, en cualquier momento, reciba la cosa objeto del contrato de depósito (art. 1359
CCC).
Como dijimos anteriormente, siempre que se trate de un depósito oneroso, el depositante debe pagar
la remuneración establecida para todo el plazo del contrato, excepto que las partes hayan pactado lo contrario
(art. 1360 CCC).
Tal como lo establece el art. 1361, la cosa deberá ser restituida en el lugar en que debía ser
custodiada.
Resulta importante destacar que en el caso de que las partes hayan pactado para la custodia de la
cosa alguna modalidad en particular y las circunstancias sobrevinientes exigieran alguna modificación
respecto de dicha modalidad, el art. 1362 indica que el depositario puede hacerlo siempre y cuando de aviso
en forma inmediata al depositante.
Al término del contrato, la persona a la que debe restituirse la cosa es el depositante o un tercero en
caso que el depositante lo haya establecido. En el caso que la cosa haya sido depositada también en interés
de un tercero, el depositario tiene prohibido restituirla sin su consentimiento (art. 1363 CCC).
Respecto a los supuestos de que la cosa se pierda o perezca, el Código Civil y Comercial nos brinda
la respuesta en el art. 1364 estableciendo que es el depositante quien debe soportar la perdida.
No es obligación del depositante probar que es el dueño de la cosa; el depositario no puede exigirle
al depositante que demuestre ser dueño de la cosa.
Por último, el artículo 1366 nos indica qué ocurre con los herederos del depositario que de buena fe
hayan enajenado la cosa depositada: éstos están obligados a restituir al depositante el precio percibido. En el
caso que dicho precio aún no haya sido abonado, los herederos deberán cederle al depositante el crédito
correspondiente.

2.1. El caso del depósito voluntario irregular.


Como subclasificación del depósito voluntario, tenemos el deposito voluntario irregular.
Este tipo de depósitos tiene como objeto cosas fungibles o consumibles y que al mismo tiempo
representan una equivalencia entre sí. El artículo 1367 establece que en el caso de este tipo de depósitos,
donde se hace entrega de una cantidad de cosas fungibles, que no están en saco cerrado, se transmitirá el
dominio de las cosas aunque el depositante no haya autorizado su uso o lo haya prohibido.
En los depósitos irregulares, el depositario debe restituir la misma calidad y cantidad de cosas.
Además aclara que si se entrega una cantidad de cosas fungibles y el depositario tiene la facultad de servirse
de ellas, se aplicarán las reglas del mutuo.

3. Depósito necesario.
Tal como se mencionó anteriormente, la principal diferencia entre el depósito necesario y el depósito
voluntario, es que el depósito necesario, la persona del depositario aparece impuesta por las circunstancias de
una necesidad imperiosa (según la doctrina puede tratarse de desastres como incendios, terremotos, saqueos,
naufragios, etc.) o de los efectos introducidos en los hoteles por los viajeros.
En estos casos, existe una presión por parte de los propios acontecimientos que someten a las
personas a una necesidad imperiosa que limita la voluntad libre del depositante en poder escoger
específicamente a la persona del depositario.
En el caso de los hoteles, el art. 1369 establece que el depósito en hoteles tiene lugar por la
introducción en ellos de los efectos de los viajeros, aunque no sean entregados en forma expresa al hotelero o
sus dependientes y aunque aquéllos tengan las llaves de las habitaciones donde se hallen tales efectos.
El hotelero responderá al viajero por los daños y pérdidas sufridos en los efectos introducidos en el
hotel y en el vehículo guardado en el establecimiento, en garajes u otros lugares adecuados puedes a
disposición del viajero por el hotelero (art. 1370 CCC).
El artículo 1371 indica que el hotelero quedará eximido de toda responsabilidad si los daños o
pérdidas son causados por caso fortuito o fuerza mayor, siempre que ésta sea ajena a la actividad hotelera.
Tampoco responderá por las cosas dejadas en los vehículos de los viajeros. La carga probatoria de los
supuestos de exoneración quedará en cabeza del depositario.
Respecto a las cosas de valor superior al que ordinariamente llevan los pasajeros, el viajero tiene la
obligación de hacérselo saber al hotelero y guardarlos en las cajas de seguridad que se encuentren a su
disposición en el establecimiento. Es importante destacar que el artículo 1372 limita la responsabilidad del
hotelero al valor declarado de los efectos depositados.
Si el depositante no declarara estos objetos de valor superior, podría habilitarse la eximición de
responsabilidad del depositario. En relación a esto, el artículo 1373 establece que en el caso que los efectos
de los pasajeros sean excesivamente valiosos en relación con la importancia del establecimiento o si la
guarda de éstos genera molestas extraordinarias, los hoteleros podrán negarse a recibirlos.
Excepto lo dispuesto en los párrafos anteriores, el Código Civil y Comercial indica que toda cláusula
que excluya o limite la responsabilidad del hotelero se tendrá por no escrita. Por tal motivo, aún cuando el
pasajero firme un instrumento al ingresar al hotel y consienta algún tipo de limitación o situación que
excluya la responsabilidad del hotelero, la misma no tendrá validez alguna. Sólo se consideran válidos los
supuestos de eximición indicados por el CCC expresamente.
Las normas establecidas para el depósito necesario se extienden a los hospitales, sanatorios, casas de
salud y deporte, restaurantes, garajes, lugares y playas de estacionamiento y otros establecimientos similares
que prestan sus servicios a título oneroso (art. 1375 CCC).
Respecto a la eximición de responsabilidad respecto a las cosas dejadas en los vehículos de los
viajeros, las mismas no se aplican para los garajes, lugares y playas de estacionamiento que prestan sus
servicios a título oneroso.

4. Casas de depósito
Las casas de depósito constituyen un medio de protección de mercadería a fin de evitar pérdidas o
averías en el caso de relaciones comerciales.
El Código Civil y Comercial establece que los propietarios de casas de depósito son responsables de
la conservación de las cosas allí depositadas, excepto que prueben que la pérdida, la disminución o la avería
ha derivado de la naturaleza de dichas cosas, de vicio propio de las mismas o de los de su embalaje. También
quedarán eximidos de responsabilidad en los supuestos de caso fortuito externo a su actividad. La tasación de
los daños será realizada por peritos arbitradores (art. 1376 CCC).
Es deber de los propietarios de casas de depósito dar recibo por las cosas que les son entregadas para
su custodia. En el mismo debe describirse su naturaleza, calidad, peso, cantidad o medida.
También deben permitir la inspección de las cosas recibidas en depósito al depositante y a quien éste
indique (art. 1377 CCC).

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