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Realidad social del andino peruano en el siglo XXI

1. Introducción
2. Realidad social en provincia
2.1. Política centralista del Gobierno peruano
2.1.1. Desigual desarrollo de Lima respecto a las demás provincias
2.2. Difícil acceso del Gobierno a las poblaciones alejadas
2.2.1. Olvido de las demás poblaciones
2.2.2. Prevalecimiento de Sendero Luminoso como consecuencia del olvido
por parte del Gobierno
3. Realidad Social en Lima
3.1. Difícil adaptación del migrante a la capital
3.1.1. Discriminación racial y social por parte de la sociedad limeña hacia el
migrante andino
3.2. Efecto de la cultura andina en la cultura limeña
3.2.1. Surgimiento de la cultura “chicha”
4. Conclusión
La realidad del andino peruano en el siglo XXI se da en un contexto social donde aún se le es
discriminado y minimizado por el hecho de venir de provincia, se le relega a la menor clase
social por ser considerado inferior ya sea por aspecto económico, sus costumbres o incluso
por su religión. Por un lado, se da la paradoja de haber sido el Perú el país pionero en el
redescubrimiento de lo índigena, a principios del siglo XX, y ser ahora, a principios del siglo
XXI, el más rezagado de los países andinos en incorporar formalmente a estos pueblos dentro
de su estructura política y estatal (Albó 2008). Por otro lado, el Estado está intentando
cambiar la situacion, con la creacion del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS)
lo que busca es que el desarrollo económico llegue a todo el país principalmente a la Sierra,
donde se registra la más alta tasa de pobreza a nivel nacional, y así evitar que el andino
peruano tenga la obligación de migrar a Lima para mejorar su situación económica, además
de nivelar el desarrollo de las demás provincias respecto a la capital ya que el centralismo
crea dos realidades sociales. Una realidad es en Lima, donde la mayor parte de la población
goza de estabilidad económica, acceso a la tecnología y mejor calidad de salud y educación.
La otra realidad es en provincia, donde la principal fuente de ingreso proviene de la
agricultura y la ganadería si bien pocos son los que reciben la educación el problema es la
calidad de la educacion recibida. Dos realidades, en un país donde el 20% de peruanos posee
alguna lengua materna indígena, que serán expuestas en las siguientes líneas.

Se define centralismo como un sistema de organización cuyas decisiones provienen


únicamente del gobierno. Aunque este sistema ha estado en declive durante el siglo XXI, aún
sigue presente en ciertos países de Latinoamerica, entre ellos el Perú. Esto ocasiona que la
capital, Lima, sea la principal beneficiada del crecimiento del país lo que crea un desigual
desarrollo, y divergencias económicas regionales y locales. Además, origina que las
poblaciones alejadas, principalmente de la sierra, sean olvidadas y poco beneficiadas con el
desarrollo del país lo que ocasiona pobreza y desconcierto en la población que se siente
excluida por parte del Estado y su problema estructural. “El problema no es que estado.., sino
¿qué Estado? Porque el Estado actual está colapsado” (Lanata 2005). Esta situación, el olvido
por parte del gobierno hacia las poblaciones alejadas, originó las primeras migraciones a la
capital en busca de mejores oportunidades y con la esperanza de una mejor calidad de vida.
Esto se debe a que el hombre andino peruano se percata que Lima es donde se centra los
principales movimientos del país, y ve en ello como una oportunidad de conseguir un trabajo
estable y bien remunerado.
Sin embargo, los migrantes andinos encontrarían escasas oportunidades necesarias para su
autodesarrollo y la ineficaz labor del Estado, lo que traería consecuencias sobre todo en la
década de los 80 con la creación de Sendero Luminoso, agrupación terrorista aún presente, en
menor grado, en el Perú. Surgida en la Sierra, Ayacucho, a finales de los años sesenta, esta
organización tuvo acogida entre la población porque estaba conformada en su mayoría por
personas de la misma clase social y con los mismos problemas. Por un lado, la estrategia de
Sendero Luminoso fue ayudar a “resolver” los problemas de las comunidades ganando
acojida y a la vez generando un aire de esperanza para ellos. Así lo hace notar Albó: “En
efecto, bastantes de sus acciones iniciales en el campo sembraron cierta esperanza y cercanía
por cuanto hicieron justicia con algunas personas realmente abusivas y odiadas, unas
vinculadas a policías y otras autoridades llegadas de afuera” (Albó 2008). Por otro lado, al
iniciar su guerra armada con el Estado poco a poco la población se fue percatando de que
ellos no traerían esperanza y que más adelante serían llamados “soplones” y luego asesinados.
La población andina se encontró en un fuego cruzado entre militares y terroristas lo que lo
convirtió en el sector de la población más perjudicado. El conflicto armado iniciado aún
prevalece, presente ahora en la selva del Perú, una porción de sus militantes aún fieles a su
ideología continúa los enfrentamientos con las Fuerzas Armadas. Sendero Luminoso recluta
niños de poblados cercanos a la zona por donde actúan, inculcándoles su ideología;
contratando campesinos para que cultiven hoja de coca, quienes ven en la siembra de la hoja
de coca un ingreso económico quizás la principal fuente de ingreso para una zona en la que,
como en el pasado, cuenta con una presencia casi nula por parte del Estado.

En el momento que el migrante andino llega a la capital lo hace como un peruano con derecho
a aspirar una vida mejor y luchar por alcanzarla. Los primeros migrantes andinos al momento
de llegar a Lima invaden los cerros que rodean la capital, actualmente la mayoría ya cuenta
con un título de propiedad, lo que generó los llamados “distritos populares” ubicados en los
conos norte y sur de Lima en su mayoría. Ya es un lugar común afirmar que Lima es cada vez
más “chola” y popular, el migrante andino encontró empleo mal remunerado con respecto a
las horas que trabaja. Los principales que encontraban era como obrero, empleada del hogar o
empleado de limpieza, trabajos con bastantes horas de trabajo y con un sueldo bajo para las
horas dedicadas. Además, el migrante andino tendría que lidiar con la discrminiación racial
por parte de la población limeña ya establecida y que se consideraba a sí misma superior. El
término “cholo” se convirtió en un una palabra común entre la sociedad limeña. Así lo hace
notar un autor: “Queda demostrado de manera tan evidente cuando reparamos en que sirviente
doméstico y cholo eran sinónimos. Pero cholo era además un término despectivo: en algún
momento equivalente a perro, siempre a persona de baja condición” (Flores Galindo 2005).
Pero esto no es actual, desde la época colonial se daba esta situación. Los españoles
minimazaban a los incas, para ellos eran simples esclavos o sirvientes sin ningún tipo de
derechos ya sea por no ser de su religión o incluso por su idioma. “Así, en Lima, el barrio de
los españoles estaba claramente separado del barrio de los indios” (Flores Galindo 2005). Hoy
en día si bien ya no es tan frecuente la discrminación, aún existe y es hecha por personas que
ignoran que el 25% de la población de Lima nació en provincia y se creen superiores en un
país multicultural y diversos en cualquier aspecto.

Durante más de cinco siglos, las naciones Latinoamericanas han insistido en que sus pueblos
indígenas deben abandonar su etinicidad y mezclarse con las sociedades nacionales. Esto ha
empezado a cambiar en los últimos años. Uno tras otro, los países de América Latina se han
declarado pluriétnicos y han dado la bienvenida ala iniciativa de sus pueblos indígenas de
mantener sus identidades étnicas. Esta situación no fue ajena al Perú, donde la mezcla de la
cultura andina con la cultura limeña dio origen a la cultura “chicha”. Para la deécada de los 80
la población habia aumentado casi diez veces con cerca de seis millones de habitantes hoy en
día somos casi nueve millones. “La gran Lima absorbe una de las más altas proporciones de
los migrantes del país, de los que abandonan su lugar de origen y hartos de la estrechez de la
provincia buscan la oportunidad de un porvenir mejor” (Matos Mar 2004). Ya pasada una
década del siglo XXI la realidad de la presencia andina en la ciudad ha sido incorporada
incluso en los avisos comerciales de la televisión, cuyos publicistas necesitaron desarrollar
una especial sensibilidad para conocer a los compradores de sus mercancías. Así, a diferencia
del siglo pasado donde veíamos la imagen en las que el cholo aparecía lejano o estilizado, hoy
vemos su imagen y lenguaje representados cada vez con mayor realismo. Lima se vio dividida
en dos zonas, la primera conformada por los distritos surgidos de barriadas y urbanizaciones
populares y la segunda que incluye distritos tradicionales y modernos. Todas esas
transformaciones en la vida de la sociedad limeña no solo se dio por la numerosa presencia de
serranos en Lima, esto se origino por que ellos así lo quisieron ya que ellos son los principales
gestores de su cambio. “El migrante tuvo que adaptarse al contexto que le ofrecía la ciudad y
encontrar soluciones dentro de las posibilidades dadas por su experiencia previa” (Matos Mar
2004). El crecimiento de la cultura “chicha” se dio principalmente a finales del siglo XX
donde Lima sufrió diversos cambios culturales, las calles de los distritos populares se vieron
cubiertas por afiches coloridos, las radios transmitían musica “tecno” y “cumbia”, se abrieron
nuevos puntos de comercio. Así lo hace notar Matos Mar: “Hay nuevos centros de gravedad
como los representados por los grandes bazares callejeros que distribuyen mercaderías y
productos en Polvos Azules y Amazonas, Emancipación-Abancay, la Avenidad Grau, la
Diagonal de Miraflores; los mercados y paraditas de Ciudad de Dios y Comas y otros muchos
mas desparramados por doquier” (Matos Mar 2004). Lima sufrió diversos cambios y aún
sigue “padeciendo”, el migrante andino trajo consigo sus costumbres y gracias a su propio
esfuerzo ya forma parte de la sociedad limeña, algunos incluso ya son grandes empresarios
con trabajos estables y como cualquier peruano ayuda a seguir creciendo para un país cuya
mayor riqueza es la diversidad cultural de su población.

Para concluir, en el Perú ha cambiado la manera de pensar de la población y gracias al


esfuerzo del Estado por incluir a casi los treinta millones de peruanos, esta política de
inclusión no la había tenido ningún gobierno hasta la fecha, el andino peruano ya puede decir
que es parte del crecimiento del país. Ya que los principales ingresos del país vienen de la
exportación de recursos entre ellos los metales, ubicados en la sierra, o productos
provenientes de la agricultura, actividad agrícola practicada en la sierra y norte del país. Las
comunidades ya se están urbanizándose a grandes pasos. Desde la reforma agraria nacional,
las comunidades han concentrado un mayor número de habitantes, lo cual les ha permitido
conseguir servicios básicos tales como educación, agua potable o electricidad, o ser elegidas
para los proyectos del Estado en mejora de vivienda. El hombre andino ya es parte de la
sociedad limeña. Por ello, el Estado debe protegerlo y cuidarlo ya que viene de una realidad
distinta, la mayoria de las provincias son olvidadas por sus propios alcaldes, en la que existía
dificil acceso a servicios básicos. “Las transformaciones sufridas por el Perú desde 1950 se
combinan, pues, ahora, treinta años más tarde para dar lugar a un proceso de gran envergadura
cuyos factores desencadenantes deben ser identificados en los cambios demográficos que
desplazaron el peso de la población de la Lima Metropolitana hacia los sectores provincianos”
(Matos Mar 2004). El hombre andino no solo cambio a Lima, también cambio la imagen que
se tenía de él en el extranjero, ahora se ve a la cultura andina, sus costumbres, bailes, platos
típicos como parte del patrimonio del Perú.

Biliografía

ALBÓ, XAVIER

2008 “Perú”. En: Movimientos y poder indígena en Bolivia, Ecuador y Perú. La paz: CIPCA
FLORES GALINDO, ALBERTO

2005 República sin ciudadanos. En: Obras completas III(I). Buscando un Inca: identidad y
utopía en los Andes. Lima: Fundación Andina: Sur.

LANATA, XAVIER

2005 Vigencia de lo andino en los albores del siglo XXI: Una mirada desde Perú y Bolivia.

MATOS MAR, JOSÉ

2004 Desborde popular y crisis del Estado. Veinte años después. Lima: Fondo Editorial del
Congreso del Perú.

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