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Es en este contexto que la agroecología se manifestó en oposición al modelo agro-industrial.

Surge
como respuesta a la degradación ambiental causada por la agricultura industrializada (relacionada
con la revolución Verde), la cual revela, bajo ciertas condiciones ecosistémicas y culturales,
resultados productivos importantes, pero también efectos negativos dramáticos, tanto en las
sociedades humanas como en la base de recursos. De la agricultura como forma de vida se pasó a
la agricultura como negocio, modelada por las condiciones del mercado. Para hacer esto posible,
los principios de la ciencia y la tecnología se aplicaron a la producción de alimentos, sin integrar los
procesos que tienen lugar en la tierra y en las comunidades que la habitan. Esta situación motivó
entre algunos investigadores agrícolas la reivindicación de otra ética profesional que relacionara
los aspectos económicos, con los sociales y los ecológicos

En paralelo con el ascenso del agro-negocio internacional (relacionado con la Revolución Verde) se
formó el actual régimen alimentario global: un “libre” mercado del ciclo de vida de la producción
alimentaria - desde los insumos hasta la mercantilización de los alimentos

A principios de la década de 1980, surgió una nueva tendencia de agroecología a partir de las
críticas a la Revolución Verde, que se consideró inadecuada para los agricultores y utilizó
tecnologías agroquímicas que tuvieron un gran impacto en el medio ambiente.

El conocimiento y las prácticas utilizadas por los pueblos indígenas y los agricultores en América
Central, los Andes y las regiones tropicales húmedas son las raíces de la agroecología en América
Latina. En las décadas de 1970 y 1980, inspirados por Efraim Hernández-Xolocotzi, Steve
Gliessman y su equipo en el Instituto Superior de Agricultura Tropical (CSAT) en Tabasco, México.
Distinguieron la observación y la práctica, con profundos antecedentes culturales, son la fuente de
conocimiento para conceptualizar y aplicar la agroecología.

Los conocimientos y las prácticas utilizadas por los indígenas y campesinos de Mesoamérica,
los Andes y el trópico húmedo constituyen las raíces de la Agroecología en América Latina. En la
década de los 70s y 80s del siglo pasado, Steve Gliessman y su grupo en el entonces Colegio
Superior de Agricultura Tropical (CSAT ) en Tabasco, México, inspirados por el trabajo de Efraim
Hernández-Xolocotzi reconocieron que esta información empírica basada en la observación y en
la práctica y con fuerte arraigo cultural, constituía una fuente de conocimiento para
conceptualizar y aplicar la Agroecología.

A fines de los 70s CSAT ofreció los primeros cursos de Agroecología. Al mismo tiempo, en 1976 en
Colombia, el Profesor Ivan Zuluaga de la Univer-sidad Nacional de Colombia, sede Palmira,
junto a Miguel Altieri ofrecían el primer curso de “Ecología Agrícola” ofrecido en ese país. A
inicios de los 80s hubo una corriente de la Agroecología que surgió de la crítica a la Revolución
Verde como inapropiada para los campesinos y que utilizaba tecnología agroquímica de alto
impacto ambiental. El libro de Miguel Altieri “ Agroecología: bases científicas de la agricultura
alternativa” publicado en Chile en 1982 refleja esta corriente más agronómica de la
Agroecología, constituyéndose en uno de los primeros textos adoptado por las ONGs en la
región que trabajaban en la revitalización de la agricultura campesina y también por
estudiantes y profesores de Facultades de Agronomía desencantados por la agricultura
convencional y que recién incursionaban en la búsqueda de una nueva agricultura. También
aparecieron otros textos en la época que, aunque no eran directamente tratados de Agroecología,
si reforzaban la profundización de temas claves; figuran entre estos: Agroecosistemas de Robert
Hart en Costa Rica, Manejo ecológico do solo de Ana Primavesi en Brasil, Ecología de Juan Gasto
en Chile, Testamento Agrícola de Mario Mejía en Colombia y otros.

A principios de la década de 1980, surgió una nueva tendencia de agroecología a partir de las
críticas a la revolución verde, siendo esta inadecuada para los campesinos y que utilizaba
tecnología agroquímica de fuerte impacto ambiental. El libro de Miguel Altieri "Agroecología: las
bases científicas de la agricultura alternativa" publicado en Chile en 1982 refleja la tendencia más
agronómica de la agroecología y se convirtió en uno de los primeros libros de texto adoptados por
las ONG en la revitalización de la agricultura campesina, también por los estudiantes y profesores
que son reacios a aceptar la agricultura tradicional y se arriesgan a encontrar una nueva
agricultura. Entre estas ONGs pioneras figuran el Centro de Educación y Tecnología (CET ) en
Chile, Centro IDEAS y CIED en Perú, AS-PTA en Brasil y el Instituto Mayor Campesino y FUNDAEC
en Colombia. Bajo el liderazgo de Clara Nich-olls y Miguel Altieri, la Sociedad Latinoamericana de
Ciencias Ecológicas Agrícolas (SOCLA) se estableció en 2007 para consolidarse a nivel regional.
SOCLA tiene más de 750 miembros y ha realizado 5 conferencias agroecológicas latinoamericanas,
reuniendo a los principales actores de la región.

Rivera, C. C., & Sicard, T. E. L. (2013) citando a Guzmán Casado et al., 2000)
científicas, anticientíficas, de conocimiento

popular, de proyecto de vida, de proyecto político y

antimaltusianas1.

Esta agricultura alternativa propone el manejo de los recursos naturales, que van desde sistemas
orgánicos que no utilizan materias primas químicas sintéticas hasta sistemas que pueden
aceptarse para controlar ciertas plagas y enfermedades. Cada propuesta tiene su propio nombre,
por lo que no hay un límite exacto en su aplicación. Para demarcarlos, se encuentra que, en los
mundos latino y alemán, el mismo método agrícola se llama agricultura biológica, en el mundo
anglosajón se llama agricultura orgánica, y en Escandinavia, Dinamarca y España se llaman
agricultura ecológica. Otras cuentas acreditaron más de 20 escuelas alternativas de agricultura
química, que se dividen en seis categorías ideológicas: científicas, anticientíficas, de conocimiento

popular, de proyecto de vida, de proyecto político y

antimaltusianas1.

En Colombia, la Resolución 544 de 1995 El Ministerio de Agricultura inicia la legalización de la


agricultura alternativa al reconocer las categorías orgánicas de todos los productos "orgánicos",
"biologicos" y "ecológicos", caracterizados por los principales productos agrícolas o productos
agrícolas no procesados. Utiliza productos químicos sintéticos. En esta resolución “…la agricultura
ecológica es tratada como tema exclusivo de exportaciones, a la vez que el poder se le entrega a
los certificadores…” Rivera, C. C., & Sicard, T. E. L. 2013:75) citando a Mejía, 2001: 46)

Se puede ver que la agroecología de Colombia está en proceso de expansión y crecimiento, que se
deriva de la práctica de diferentes formas de reemplazar la agricultura y se expresa lentamente en
un corpus teórico de tipo científico, pero aún no se ha formalizado ni aceptado por consenso. . A
pesar de cierto radicalismo, en tantas iniciativas y formas de comprensión, la agroecología está en
el límite de la disciplina y la práctica, y en la posición marginal, que otorga a la agroecología una
fuerza vital, mientras que se opone igualmente a lo establecido y al conocimiento sin perder su
rigor y fuerza

La agroecología es una alternativa a la agricultura industrial, haciendo uso de principios que


permitan el rediseño de ecosistemas agrícolas diversos, productivos y resistentes, sin el uso de
pesticidas y productos genéticamente modificados. La agroecología se adapta bien a los problemas
técnicos que requieren prácticas agrícolas que son más sensibles al medio ambiente, y a menudo
encuentra que el medio ambiente y el desarrollo participativo son filosóficamente consistentes. Las
diversas preocupaciones y sistemas ideológicos que afectan el desarrollo de la agroecología son, de
hecho, extensos. Aunque es una disciplina relativamente nueva, la agroecología sin duda expande el
campo agrícola

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