Vous êtes sur la page 1sur 2

LOS CRISTIANOS Y LA CRÍTICA

Por Charles Stanley.

¡Ay! Las palabras de críticas inesperadas pueden a menudo ser tan


dolorosas para el espíritu como las ofensas físicas lo son para la carne. Una
vez que han salido de los labios de un amigo, compañero de trabajo o
familiar, su cuerpo no pierde tiempo en reaccionar. Sus músculos se ponen
tensos, su garganta se torna seca y usted experimenta una agitación extraña
en su corazón. Con las punzantes palabras que han quedado suspendidas
delante de usted, ¿qué puede hacer? La mayoría de nosotros nos
encontramos inmóviles, sin poder pronunciar una palabra, mientras la
persona que nos hirió se va.

Si este escenario te es penosamente familiar, entonces inclúyete entre los


millones de receptores de palabras hirientes, cada día. Aunque ninguno de
nosotros busque la oportunidad para criticar o ser criticados, existen razones
para sentirnos tensos, en conflicto y en oposición cuando el ser humano
actúa recíprocamente. Sin embargo, hay una manera de salir
victoriosamente de esto y se encuentra en la Palabra de Dios. A continuación
encontrará seis guías a seguir para cuando se encuentre en una situación en
la que reciba palabras hirientes.

1. PIDE AYUDA A DIOS


En los Salmos encontramos cómo David suplica a Dios para que lo libere
de sus enemigos. Él no pierde tiempo para llamar al Señor. “Jehová Dios mío,
en ti he confiado; sálvame de todos los que me persiguen y líbrame” (Salmo
7:1). De este verso, podemos establecer que cuando enfrentamos la crítica o
palabras hirientes, nuestra primera acción debería ser buscar a Dios. Si la
situación no te permite alejarte para tener un momento de oración,
simplemente ora en silencio: “Señor, ayúdame a reaccionar de una manera
en la que te complazca a Ti”.

2. APRENDA A CONTROLAR SU BOCA


Después de orar, por lo general responderás verbalmente a aquella
persona de quien recibiste la crítica. Esto deberá ser hecho cuidadosamente
para anular la intervención de tus pensamientos carnales. La mayoría de las
veces, palabras de nuestra propia justicia y condenatorias son las primeras
que entran a nuestra mente. Sin embargo, nuestra responsabilidad es no
pronunciarlas. El Salmo 34:13 nos advierte: “Guarda tu lengua del mal y tus
labios de hablar engaño”.

3. RESPONDA EN AMOR... Y VERDAD


Si tú no puedes decir lo que piensas, entonces ¿Qué deberías decir? La
Biblia nos dice que debemos responder en amor. En uno de los más
polémicos y a la vez poderosos sermones de Jesús, se nos advierte, “Oísteis
que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os
digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien
a los que os aborrecen, y orad por lo que os ultrajan y os persiguen” (Mateo
5:43-44). Tu debes rebuscar entre tus pensamientos hasta que pueda
escuchar la suave voz de la guía de Dios.
Se menciona un punto interesante en el libro de William Backus, Telling Each
Other the Truth. Backus cita Mateo 18:15, “Por tanto si tu hermano peca
contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu
hermano”. Aquí denota nuestra responsabilidad de discutir la situación en
privado con la persona que nos ha ofendido. Responder en amor no significa
hablar a espaldas de dicha persona, o discutir la situación una y otra vez con
los compañeros de trabajo y amigos o hacer interna nuestra pena como si el
incidente nunca hubiera ocurrido. En lugar de lo anterior, deberíamos buscar
una solución tan pronto como sea posible a la manera de Cristo.

4. NO BUSQUE VENGANZA
A pesar de que a menudo es tentador crear una estrategia para la
venganza, o planear un discurso vengativo, tu debes resistir estos aguijones.
Cuando tu carga ha sido comunicada a Dios en oración, debe permanecer en
Sus manos y bajo Su control. “Mía es la venganza y la retribución” y otra vez
“El Señor juzgará a su pueblo” (Deuteronomio 32:35).

5. ESCOGE PERDONAR
Cuando las palabras de un amigo o de un extraño te causan dolor, es
posible que no recibas una disculpa de ellos. Aún así, tu debes hacer una
decisión consciente de perdonar su trasgresión. ¿Por qué es esto tan
importante? Una vez más, la Biblia contiene una respuesta clara: “Porque si
perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros
vuestro Padre celestial” (Mateo 6:14).

6. EXAMINE SU CORAZÓN
Ahora que tú has trabajado efectivamente en tu reacción y has perdonado
a la persona que te criticó, hay un paso final importante. Tú debes detenerte
y preguntarte a ti mismo, ¿fue cierta alguna de las críticas o acusaciones?
¡Ay, ay, ay, otra vez! A pesar de que muchas veces las palabras de crítica son
simplemente el producto de la ira o de la frustración, debemos considerar
que a veces podrá ser verdad. Dios podría estar usando a alguien para atraer
tu atención hacia un área problemática de tu vida.
Por ejemplo si una mañana llegas a tu oficina y el saludo de tu jefe es
“¿Otra vez tarde?” Puede que sea tiempo de comprar un reloj de alarma
nuevo, o de acostarse más temprano.
A pesar de que estas palabras no suenan muy bonitas, no dejan de ser
ciertas. Como creyentes, siempre debemos desear el aceptar sugerencias
para mejorar, ya que buscamos el ofrecer nuestras vidas como testigos para
el Señor Jesucristo.
Dios entiende el dolor que puede resultar de la crítica. Ya que Él está
constantemente contigo, Él es además testigo de cada emoción que tú
sientes durante el día. Permite que su presencia de amor te sirva como
fortaleza cuando te has convertido en recipiente de críticas. En lugar de
hacer interno tu dolor, dáselo a Dios quien está esperando convertir tu
lamento en gozo.

Vous aimerez peut-être aussi