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Mensaje de la APPU al liderato estudiantil

Un llamado a urgente a la responsabilidad, la prudencia y la sensatez

Hubiésemos querido reflexionar un poco más por la mezcla de emociones y preocupaciones después de
la solemnidad de un homenaje a Hostos y los sucesos posteriores durante la marcha dentro del recinto,
pero lo sucesos violentos de ayer nos obligan a compartir información y expresarnos de inmediato.

REACCIONES ANTE LA VIOLENCIA, VENGA DE DONDE VENGA

Estamos conscientes de que la Administración universitaria ha tenido todo un repertorio de violencia


estructural, antidemocrática y anticonstitucional. Ha utilizado gran variedad de insultos contra el
estudiantado en huelga, contra los docentes y mostrado un estilo intransigente, de diálogo reducido al
acto de escuchar, y discursos o decretos tendenciosos a la restricción de derechos civiles. Podemos estar
muy claros cómo el partidismo socava la autonomía universitaria e intereses extrauniversitarios nos han
lanzado a una crisis presupuestaria sin precedentes para debilitar el proyecto público de enseñanza
superior, para achicarlo, privatizarlo, despacharse sus fondos en asesorías, contratos leoninos, dejando
en precario al quehacer académico el cual oficialmente interpretan como “gasto”. Sabemos que,
contrario a la cultura e intereses universitarios y en contradicción con el discurso mismo de crisis, se está
gastando una millonada en seguridad desde que inició la huelga; en gastos legales con bufetes
extremadamente costosos, los mismos que crearon la Ley #7 (la que no iba a aplicar en la UPR). Ahora
dicen ciertas fuentes que también participan esos bufetes de la redacción de la Reforma Universitaria.
La Administración universitaria ha llevado a la institución a una crisis de acreditación por falta de
gobernanza y de transparencia con su presupuesto. Todo esto antes señalado son formas de violencia
institucional muy grave, para colmo, son apoyadas por un discurso inflamatorio de ciertos personajes
gubernamentales y de la frustrante imagen de diálogo fallido con líderes políticos que sólo escuchan y
no se comprometen a nada profundo que termine no el asunto de la cuota solamente, sino la falta de
fondos recurrentes de la Universidad. La UPR y el país necesita que los políticos abran una brecha de
verdadero diálogo y búsqueda de soluciones; basta ya de simulaciones mediáticas: queremos acciones.
La política pública de este gobierno degrada a la UPR en su imagen y sus finanzas, pero todo lo
expresado NO justifica la violencia de 6 ó 7 de estudiantes el día de ayer.

Hay violencia que se genera cuando uno es atacado y se defiende. Sabemos que los estudiantes han sido
agredidos de múltiples formas, pero la violencia de ayer no sólo falló por lo innecesaria, sino porque
derrotó por completo el mensaje hostosiano que convocó la sociedad civil, falló porque invisibilizó para
el pueblo un acto de educación que le iba dirigido para que entendiera la importancia de la defensa de
su patrimonio educativo, y se uniera. Si bien los estudiantes no controlan los enfoques de la prensa, se
facilitó que en las noticias el homenaje a Hostos quedara reducido a un actor que camina hacia el busto
del prócer, sin visuales de la multitud diversa que lo acompañó en representación de sobre 60
organizaciones a nivel nacional. Hostos-personaje, en su simbolismo, es la solidaridad misma de un
pueblo que comprende cada vez más la importancia del momento de esta lucha universitaria, la urgente
defensa del patrimonio de la UPR y el acceso a la educación.

La APPU ha sido respetuosa y solidaria con el proceso huelgario estudiantil, pero exige a los
estudiantes, especialmente a su liderato, responsabilidad y sensatez, porque nuestra gente, sin ser
parte de sus decisiones en reuniones o plenos, pueden ser víctimas de acciones, improvisadas o no.
Por esa razón es que hemos sido extremadamente prudentes de entrar al recinto, excepto aquellos de
nosotros que, junto a otros observadores legales, asumen el papel de testigos en actividades de
protesta, tarea que igualmente ejecutan los observadores, fotógrafos y testigos que dispone la policía.
Hay que hablar claro con las organizaciones universitarias. Tenemos que saber a qué se expone uno y a
qué situación exponemos a nuestros miembros, incluso tomar las decisiones que debamos tomar
porque no somos rabiza de ningún sector universitario ni extrauniversitario, al contrario, somos los
afectado directos de las medidas cautelares que asfixian la academia y nuestras condiciones laborales.

La característica de esta fase de lucha es previsible: mucha indignación, frustración, coraje, acciones
individuales y no colectivas, consultadas o no consultadas. Pues bien, lo entendemos, pero no
justificamos ni la violencia contra ustedes, ni contra ningún universitario, debe prevalecer el respeto
como valor. No creemos que la presencia e intervención de la policía se justifiquen en un recinto, pero
tampoco creemos en facilitarle que se queden más tiempo en el campus debido a actos como el de
ayer, Tampoco avalamos las acciones de una institución violenta, sin capuchas ni encapuchados, que
cancela la Cátedra de Hostos, el homenaje oficial a esta insigne figura del educador de América, y
cuyos administradores son parte de una agenda desestabilizadora de la propia institución que dirigen
y del proyecto cultural que atacan ideológicamente y hasta lo criminalizan. Igualmente encapuchados
son los policías que ocultan su identidad, o la SWAT cuando se cubre con máscaras antigases.

El movimiento estudiantil ha logrado mucho con el trabajo concertado, creativo y prudente. A los líderes
estudiantiles los exhortamos a reflexionar profundamente lo sucedido, el saldo del día de ayer no fue el
esperado. La mayoría de los estudiantes en lucha y de los mismos líderes discrepa de métodos
desacertados, indisciplinados, violentos y fortuitos, contrario a todas las gestiones que han mostrado
como proponentes serios y responsables de soluciones, capaces de articular una lucha creativa, que
apuesta al diálogo y que tan arduamente han trabajado día y noche para alcanzar mayor justicia. No lo
decimos desde la mojigatería que niega la autodefensa y el derecho de los pueblos a protestar o
expresar coraje con lo que le afecta. Violencia sostenida del Estado, desemboca en violencia del pueblo,
la exacerba, basta leer la historia pasada y presente de cualquier país, pero canalicen esa indignación,
esa frustración, ese cansancio, ese pesar por la intransigencia y cinismo de un gobierno y de una
administración universitaria antidemocrática, con acciones que sopesen, que no pongan en peligro ni a
sus compañeros de huelga ni a la gente que solidariamente se les une a sus reclamos como tampoco
esta causa universitaria.
Ustedes lograron que la exenciones de matrícula se evaluaran y mantuvieran, ustedes han llevado por
todo lo alto un ejemplo de ciudadano activo que exige participación en la búsqueda de soluciones a sus
necesidades y en la defensa de su universidad, de sus finanzas, de educar a las comunidades, a todo el
pueblo, y ahora se apuntan otro logro: la Junta de Síndicos reconoce que la cuota es infinita y están
tratando de corregir ese “error” que representa billones irrestrictos sin determinar para qué lo utilizarán
los administradores universitarios y la Junta de Síndicos.

Nadie dijo que fuera fácil este tramo de la lucha, pero que no sean tan agendas pequeñas las que
derroten la agenda del colectivo que es la agenda del pueblo. Venga de donde venga, trabajemos
contra la violencia. No se lo hagan fácil a unos gobernantes que le ha declarado la guerra a su
Universidad ni a los nefastos administradores universitarios ni a los politiqueros de la Junta de Síndicos.
Lo expresamos con respeto y con firmeza, en medio de la violencia que arropa este país, continúen
instalados en el diálogo y otras acciones sensatas o creativas para alcanzar sus propósitos: la
reivindicación de la UPR es ya una lucha y responsabilidad de todos los puertorriqueños.

12 de enero de 2011

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