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Lenguaje y Pensamiento I

Resumen: Cap. 2 “Lenguas Ibéricas Prerromanas” en Alatorre, Antonio, “Los 1001 años de
la lengua española”, Fondo de Cultura Económica, El Colegio de México, México, 1989. Pp.
18-29.

En este capítulo, el autor brinda un breve panorama de las lenguas y de los pueblos que
ocuparon en algún momento de la historia, el territorio de la península Ibérica antes de que esta
fuera ocupada por los romanos. Es un breve pero sustancioso viaje al pasado, con el cual
podemos darnos una idea de las influencias que tuvo la lengua española con el intercambio
cultural y económico con otras culturas.

El texto también nos comunica las complicaciones y los retos que hay por delante, en la
indagación del pasado y en las traducciones de las primeras escrituras ibéricas.

Dentro del texto se encuentra un mapa, en el cual se pueden apreciar los diferentes pueblos
que habitaban la península, el autor en este capítulo se ocupa de los “turdetanos”,
“carpetanos”, “oretanos” y “vascos”. Entre las culturas que tuvieron una fuerte influencia en la
península, el autor menciona entre algunos a “fenicios” y “celtas”.

Destaca la influencia de los griegos en el campo de las artes y las artesanías. La escultura,
arquitectura, cerámica y la acuñación de monedas, son algunos de los ejemplos del contacto
con ellos. Sin embargo, la influencia lingüística en el español sólo quedó registrada en un
puñado de topónimos.

En el castellano existen características de los pueblos prerromanos, por ejemplo, la presencia


de una h- donde el italiano y las demás lenguas hermanas tienen f- herir, hacer, hoja, humo,
etc., y no ferir (e)

España fue poblada en los tiempos primitivos no sólo por pueblos llegados de la Europa
Continental, sino también por pueblos llegados del Norte de África, el dicho “África empieza en
los pirineos”, lo suscriben con orgullo algunos españoles.

El griego Estrabón nos ofrece en su famosa Geografía o Descripción de la Tierra, escrita a


comienzos de nuestra era, los nombres de no pocos pueblos diversos. Es importante decir, que
en los momentos en que Estrabón escribía, estaba ya consumada la romanización de la
península.

Algunos de los pueblos enumerados: El primer lugar le toca a los iberos. El padre de la Historia,
Herodoto de Alicarnaso, había hablado ya de Iberia, uno de los pueblos más avanzados de la
Hispania prerromana.

Estos ibéricos contaban con escritura la cual aún no ha sido traducida, procedían del norte de
África.

Otro de los pueblos que menciona el autor, son los “Turdetanos” de ellos nos informa, que
existe una relación con “Tartesso”. Herodoto nombra así a su ciudad principal. Palabra semítica
Tharshish, la cual aparece en el libro I de La Biblia. De este pueblo se menciona que poseían
Lenguaje y Pensamiento I
Resumen: Cap. 2 “Lenguas Ibéricas Prerromanas” en Alatorre, Antonio, “Los 1001 años de
la lengua española”, Fondo de Cultura Económica, El Colegio de México, México, 1989. Pp.
18-29.
escritura con una antigüedad de seis mil años, lamentablemente tampoco ha sido descifrada y
es importante mencionar que es totalmente diferente de la que tenían los ibéricos.

Entre otros de los pueblos que se mencionan están los “Carpetanos” y “Oretanos”, estas
culturas surgieron como producto de una serie de oleadas migratorias de Lígores”. La Liguria
de hoy es la región italiana que tiene por centro Génova.

En su lengua indoeuropea, llevaban muchas contaminaciones de los ilirios, territorio


antiguamente conocido como Yugoslavia.

Los celtas habitaron en la mayor parte del territorio peninsular, su influencia es importante en
diversos aspectos, una muy fuerte se halla en la lingüística. Cabe señalar que no tenían un
alfabeto propio y las inscripciones que dejaron se encuentran en caracteres latinos.

La influencia céltica la podemos ver en el español en el siguiente ejemplo:

La “ct” de noctem en latín, se halla presente aún en el italiano “notte”, en el rumano “noapte”,
en portugués “noite”, provenal “nuech”, francés “nuit” y en el catala “nit”, sin embargo, con la
influencia céltica en el español esa “ct”, se transformó en “ch” de noche.

Los fenicios tuvieron una fuerte influencia. El alfabeto que se utiliza en la mayor parte de las
inscripciones ibéricas es una adaptación del fenicio. En el siglo I A.C. todavía se hablaba en el
sur de España una lengua púnico-fenicia.

Los vascos, poseen la que se considera, la única lengua prerromana que aún está viva, la
única por así decir, que el latín no logró poner fuera de combate.

No se sabe siquiera si los “vascosnes” llegaron desde África o desde el Cáucaso, a través del
continente europeo: algunos, en efecto, han relacionado el vascuence con los idiomas
caucásicos, mientras que otros le han encontrado afinidades con lenguas camíticas tan
remotas como el sudanés y el copto.

El vasco vendría así a ser “testigo” del ibérico, pero el desconocimiento del ibérico impide
precisar en qué sentido lo sería.

Un hecho es claro: los vascos son uno de esos pueblos europeos que, por modernizados que
estén, siempre han fascinado a los estudiosos por su “arcaísmo”, por su resistencia a las
corrientes culturales exteriores.

El espíritu cerrado que los vascos han mostrado en tiempos históricos (su escasa
permeabilidad a la cultura romana, a la cristiana, y a la árabe, por ejemplo) debe haber existido
también en tiempos prehistóricos.

“Lo ibérico” es, sencillamente, un concepto cómodo. Englobar en él a los “cerretanos” y a los
“orteanos” de Estrabón no suscita objeciones. El concepto de “lo ibérico” resume nuestras
ignorancias. Es como decir “lo indígena”, “lo prerromano”, “lo prehistórico”. Sólo así puede
Lenguaje y Pensamiento I
Resumen: Cap. 2 “Lenguas Ibéricas Prerromanas” en Alatorre, Antonio, “Los 1001 años de
la lengua española”, Fondo de Cultura Económica, El Colegio de México, México, 1989. Pp.
18-29.
hablarse de la ascendencia ibérica de cierto vocabulario y (más nebulosamente) de ciertos
rasgos morfológicos y aun fonológicos de nuestra lengua.

Bibliografía

Alatorre, Antonio, “Los 1001 años de la lengua española”, Fondo de Cultura Económica, El
Colegio de México, México, 1989.

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