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PATRIMONIO CULTURAL:
ANTROPOLOGÍA Y POLÍTICA
Guatemala, "lugar de eternas florestas", debe su nombre al nahuatl "Goatemalla" con el que los
"mexicanos" del siglo XVI se referían a la actual zona arqueológica de Iximche, la capital de la
parcialidad Cakchiquel al momento de la llegada de los españoles. Hoy en Guatemala como en
México, aunque no nos demos mucha cuenta, es muy común que los sacerdotes mayas
realicen ceremonias rituales en los sitios de sus antiguas ciudades sagradas, lo cual más que
sorprendernos debe enseñarnos, y ponernos en claro el hecho de que los "indios vivos" mas
que nunca comienzan a reconocerse a sí mismos tras el espejo que con su propio pasado
descubren a través de lo creado por sus abuelos, a lo que nosotros científicamente llamamos
sitios arqueológicos.
Ante los procesos actuales en pos de una justa y democrática relación entre los pueblos
indígenas y los estados nacionales, el ejemplo de Guatemala nos es enormemente pertinente
para comparar lo que sucede en México. Por un lado los estados nacionales y sus instituciones
reafirman vínculos científicos, ecológicos y sobre todo turísticos, con el llamado proyecto de la
"Ruta Maya", donde "lo arqueológico" y su enorme potencial turístico, pensando en los
europeos y norteamericanos, se convierte en un producto precioso que necesita de nuevas
estrategias comerciales para obtener mayores beneficios posibles. Por otro lado, casi en el
anonimato, sacerdotes mayas "mexicanos" y "guatemaltecos" hacen ceremonias rituales en los
mismos lugares de uno y otro lado de la frontera en un trabajo espiritual esencial, desde su
punto de vista, para las luchas de los pueblos indígenas de la región y para la continuidad de
su vida (3).
1.- Se reconoce el valor histórico y la proyección actual de los templos y centros ceremoniales
como parte de la herencia cultural, histórica y espiritual maya y de los demás pueblos
indígenas.
Templos y centros ceremoniales situados en zonas protegidas por el Estado como arqueológicas.
2.- De conformidad con la Constitución Política de la República, forman parte del patrimonio
cultural nacional los templos y centros ceremoniales de valor arqueológico. Como tales son
bienes del Estado y deben ser protegidos. En este contexto, deberá asegurarse que no se
vulnere ese precepto en el caso de templos y centros ceremoniales de valor arqueológico que
se encuentren o se descubran en propiedad privada.
El punto tres de estos acuerdos es especialmente provocador para la discusión que queremos
tener en el ámbito propiamente dicho de las ciencias antropológicas y su histórica función para
el fortalecimiento de la ideología del estado mexicano.
Partiendo, en el caso de Guatemala, de que el "espíritu" de los "Acuerdos de Paz" finca las
bases legales del derecho a la organización política de la sociedad guatemalteca en pos de
agilizar la dinámica participativa que desembocaría en el fortalecimiento y democratización de
toda la estructura del estado nacional, nos damos cuenta de que para cualquier análisis
tenemos que ubicar claramente el hecho de que en este caso se trata de una sociedad
eminentemente "india", "maya"(5) para ser mas claros y ambiguos a la vez.
Nos daríamos cuenta de que esta sociedad no acaba de pasar 35 años de guerra, sino
quinientos de resistencia ante la discriminación y la represión, y que en el planteamiento textual
de los acuerdos de "permitirles "(6) "participar en la administración y conservación de estos
lugares" arqueológicos con el implícito reconocimiento de su "valor histórico" y de "proyección
actual", encuentra por primera vez desde la llegada de los europeos el reconocimiento legal de
participar en las políticas de apropiación del "patrimonio arqueológico"
de la que será desde esta óptica una nueva nación. Los "indios vivos", en el replanteamiento de
la nación guatemalteca, puede verse a si mismos a través de los "indios muertos". de una
manera análoga a como el mundo europeo de los siglos XV y XVI se replanteaba su devenir
histórico acercándose a los clásicos griegos y romanos, allá, en los inicios de la cultura
moderna.
Si algo nos ha enseñado la antropología es a pensar en la cultura como algo dinámico, algo en
constante transformación y reevaloración. El discurso del "patrimonio cultural", como todo
discurso, tiene la característica, y mas en este tiempo, de poder ser traducido ideológicamente
de una multitud de formas diferentes. En nuestro caso (7) se habla de un patrimonio
arqueológico vastísimo de por lo menos diez mil años. En términos de la dinámica de la cultura
tenemos una veta de incalculable valor humano, que independientemente de los posibles
discursos a través de los cuales se planifican las políticas de su aprovechamiento, permitirían a
una ciencia arqueológica inquieta desentrañar los secretos humanos. Retrospectiva de
civilizaciones en las que como un espejo nos miramos antropológicamente nosotros mismos,
sujetos culturales, dentro la dinámica revalorativa de nuestra civilización contemporánea.
En este mundo de la aldea global cercana al tercer milenio del calendario gregoriano, la
"cultura" humana -en toda la ambigüedad del término- se plantea la experiencia única en toda
la historia de establecer una gran comunidad planetaria, en la que cierta normatividad
valorativa sería común a todos(8) y por lo tanto estaríamos hablando de una civilización
planetaria que actualmente busca acomodarse desde las contradicciones de todas sus
diferencias.
El proceso de la globalización es tal vez la gran hazaña de la civilización occidental, que en los
albores del siglo XV salió de los límites geográficos de su origen hacía la experiencia del otro,
ese otro inimaginable a quien le impuso por la fuerza su propio proyecto.
Ese "otro" en la antesala de la globalidad real, se encuentra exigiendo los derechos que nunca
se le han consultado: el derecho a tener sus propios planteamientos sobre la forma que va
adquiriendo la civilización global de la que forma parte. En este contexto los acuerdos de paz
de Guatemala fincan bases legales para el inicio histórico del ejercicio pleno de estos derechos,
y serían un ejemplo particular de toda una gama de acontecimientos que se están sucediendo
en toda América Latina, con sus ciertas características comunes dentro del gran espectro de
los Pueblos Indígenas del mundo (9).
CITAS
2.- Artículo 4to. Constitucional, según la propuesta de ley de la COCOPA. Fuente "La Jornada",
20 de diciembre de 1966.
3.- Estas afirmaciones están basadas en pláticas recurrentes con sacerdotes mayas de uno y
otro lado de la frontera, y en muchos reportes periodísticos.
4.- Organización de las Naciones Unidas (ONU). "Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los
Pueblos Indígenas", suscrito en la ciudad de México por el gobierno de Guatemala y la Unidad
Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) el 31 de marzo de 1995. Editorial Saqb'e, pags.
13-14 Chimaltenango, Guatemala, C.A.
5.- Según datos oficiales, en 1990 el 48% de la población total del país podía considerarse
maya. Segeplan: Plan de Acción de Desarrollo Social 1992-1996 y 1997-2000. Secretaría
General del Consejo Nacional de Planificación Económica. Guatemala, febrero de 1992.
6.- Así, con toda la "buena onda" de la actual estructura estatal.
7.- Hablando de Mesoamérica.
8.- Los planteamientos de los "Derechos Humanos" serían un ejemplo de estos valores
universales, aunque ciertamente tenemos que discutir todavía mucho sobre su aparente
universalidad.
9.- A este respecto se puede consultar el "Proyecto de Declaración Universal de los Derechos
de los Pueblos Indígenas", que se está discutiendo en el seno de la ONU. América Indígena,
revista del Instituto Indigenista Interamericano, vol. LVIII, núm. 3-4, jul.-dic. 1996.