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LUIS ALONSO RICO PUERTA

Magistrado Ponente

STC2726-2020
Radicación n° 76001-22-10-000-2020-00006-01
(Aprobado en sesión del once de marzo de dos mil veinte)

Bogotá, D.C., doce (12) de marzo de dos mil veinte


(2020).

Decide la Corte la impugnación formulada frente a la


sentencia proferida por la Sala de Familia del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Cali el 6 de febrero de
2020, dentro de la acción de tutela promovida por José
Rubiel Serna Rincón contra el Juzgado Quinto de
Familia de esa ciudad, trámite al que fueron vinculados
los intervinientes en el juicio de alimentos nº 2009-00420.

ANTECEDENTES

1. Actuando en su propio nombre, el solicitante


reclama la protección de los derechos fundamentales a la
igualdad y debido proceso, presuntamente vulnerados por
la autoridad judicial convocada al negar el levantamiento de
la medida restrictiva de salida del país adoptada en el
asunto antes referido.
Rad. n° 76001-22-10-000-2020-00006-01

2. El tribunal a-quo presentó los hechos, así:

«Dentro del proceso bajo radicación No. 2009-00420 de fijación


de cuota alimentaria adelantado por la señora Luz Mary Ríos Rosero
en representación de sus hijos, para ese entonces menores de edad,
Carlos Andrés y José Camilo Serna Ríos, el Juzgado Quinto de Familia
de Oralidad de Cali decretó la medida de impedimento de salida del
país en contra del demandado, señor José Rubiel Serna Rincón.

(…) que con ocasión de esa medida y ante la manifestación de


existir otra hija común de nombre Leydy Vanessa Serna Ríos, la
medida también se hizo extensiva en favor de ésta, pasando por alto
que en el hecho séptimo de la demanda, claro quedó que dicha hija era
ya mayor de edad y por ende respecto de ella no se pedían alimentos.

Tal proceso terminó con sentencia No. 163 del 27 de junio de


2012, que dispuso fijar alimentos a favor de los entonces menores (…),
y la medida de impedimento de salida del país se mantuvo y es más,
aún está vigente. Precisamente el que tal medida esté vigente es el
detonante de la solicitud de tutela en el entendido que impide al actor
llevar a cabo sus proyectos laborales en Panamá.

Leydy Vanessa Serna Ríos en la actualidad cuenta con 29 años


de edad, reside en ciudad de Panamá, es independiente desde hace
más de 9 años y tiene un hijo de nombre Juan Diego Serna Triana;
Carlos Andrés y José Camilo Serna Ríos ambos de 26 años de edad,
independientes, sin que encuentren actualmente estudiando, situación
que debió ser considerada al momento de decidir sobre el
levantamiento de la medida decretada.

Mediante auto 0830 del 21 de marzo de 2018, el juzgado negó la


petición de levantamiento de la medida cautelar de salida del país,
bajo el argumento que la petición debía ser coadyuvada por los
alimentarios José Camilo, Carlos Andrés y Leydy Vanessa Serna Ríos.

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Posteriormente, el 1º de octubre de 2019 mediante auto No. 2572


(…) el despacho resolvió negativamente nueva solicitud de
levantamiento de la medida cautelar, y le puso de presente que bien
podía constituir póliza o caución, presentar solicitud coadyuvada por
los alimentarios o acudir al proceso de exoneración de cuota
alimentaria. Formulada la reposición, no fue concedida, señalando que
debería prestar caución por valor equivalente a dos (2) años de cuota
alimentaria. Se anota que como subsidiariamente se había interpuesto
apelación, la misma fue negada por tratarse el proceso de alimentos de
única instancia.

Expone el accionante que el despacho accionado no tuvo en


cuenta la mayoría de edad de los alimentarios, que éstos no tienen
discapacidad alguna para proveerse su propio sostenimiento, no están
estudiando y por ende no dependen económicamente de sus padres.
No obstante, negó “la pretensión” de permiso para la salida del país y
fijó la caución a la que ya se hizo referencia para garantizar por dos
años la obligación alimentaria. No tuvo en cuenta que esa medida
cautelar no es procedente en proceso declarativos sino en el proceso
ejecutivo. Inclusive alude a que hay prescripción de derechos».

3. Pretende, que «se ordene» a la autoridad querellada


que «decrete el levantamiento de la medida cautelar que me impide
salir del país» (fls. 1 a 5, cd. 1).

RESPUESTA DEL ACCIONADO Y VINCULADOS

1. El Juez Quinto de Familia de Cali, informó que la


medida cautelar cuya cancelación depreca el quejoso, fue
decretada el 22 de mayo de 2009 dentro del proceso de
«fijación de cuota alimentaria» seguido a favor de menores de
edad, en el cual el 27 de junio de 2012 se dictó sentencia
estimatoria a favor de José Camilo y Carlos Andrés, quienes

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actualmente son mayores de edad; que la misma se halla


vigente ya que su despacho la mantuvo según autos del 21
de marzo de 2018, 27 de mayo y 1º de octubre de 2019,
ratificándose este último el 11 de diciembre, al desatar el
recurso de reposición, pues condicionó la cancelación a que
se preste la «póliza caución de que habla el numeral 4º1, inciso 2 del
Art. 397» (fls. 41 y 42, ibídem).

2. La Defensora de Familia del Instituto Colombiano


de Bienestar Familiar - Centro Zonal Suroriental Regional
Valle del Cauca, dijo que al no avizorar en el expediente
«documento alguno que indique que los alimentarios padezcan ninguna
(sic) discapacidad física o mental, encuentro pertinente levantar la

medida cautelar de impedimento de salida del país » (fl. 50, ibíd.).

3. El Procurador 8º Judicial II de Infancia


Adolescencia y Familia de Cali, se opuso a lo pretendido al
conceptuar que la presente acción «no cumple con los requisitos
mínimos que darían paso a su procedencia, toda vez que los
argumentos expuestos por el accionante, tales como: la falta de
necesidad de la obligación alimentaria derivada del cumplimiento de la
mayoría de edad, carencia de impedimento para laborar en razón de
los estudios y la formación de vida independiente de sus hijos, son

debatibles en un proceso de exoneración de cuota alimentaria », y por

tanto, el demandante «tiene otro medio de defensa para acceder a


sus pretensiones, sin que se acreditara la existencia de un perjuicio

irremediable» (fls. 52 y 53, ídem).

SENTENCIA DE PRIMER GRADO

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Declaró improcedente el auxilio al observar que no se


cumple el requisito de la subsidiariedad, ya que « si bien [el
accionante] frente a la negativa del levantamiento de la medida
interpuso el único recurso viable, y en ese sentido podría decirse que
agotó un medio a su disposición, lo cierto es que le quedaban las otras
opciones que el juez le indicó y que en sentir de la Sala [mayoritaria],

son todas viables», entre ellas, la de adelantar conciliación

entre las partes y demandar la exoneración de alimentos.


También encontró razonable que para decretar la medida,
se acogiera el criterio de que procedía en la acción
declarativa, pues al incoarse ésta, el demandado se « había
sustraído de cumplir con su obligación » y «no había que esperar a

iniciar un ejecutivo para decir que estaba en mora », aunado a que

«el artículo 397 del Código General del Proceso remite a las
disposiciones de la Ley 1098 de 2006 » como la del canon 129-4

(fls. 62 y 65, cd. 1).

Hubo un salvamento de voto en el que el disidente


adujo que el artículo 397 del estatuto adjetivo, reguló el
proceso de alimentos «para mayores y menores», distinguió en
su «parágrafo 2-2» la aplicación de la Ley 1098 de 2006 « y las
normas que la modifiquen y la complementen », por lo que el asunto

debía regirse por «las especiales» en lugar de «las generales del


artículo 598-6 del C. G. P.»; en esas condiciones, «el artículo 129

del C.I.A.» autoriza la medida cuando se haya «incurrido en

mora» y ello requería la existencia de proceso ejecutivo. Que

según el precepto 590 procesal, « el juez tiene potestad para


proceder, incluso de oficio, a levantar las medidas cautelares

decretadas en procesos declarativos», interpretación que no se

atendió al negar «en tres situaciones» la solicitud con

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motivación inaplicable, estructurando « defecto sustantivo» que


va «en contravía» de los derechos «al debido proceso y libertad de
locomoción», máxime cuando «los alimentarios secundan» la
petición (fls. 66 a 69, ibídem).
IMPUGNACIÓN

La interpuso el promotor del resguardo, reiterando los


argumentos de la demanda tutelar y apoyándose en los
expuestos en el salvamento de voto (fls.79 a 82, ibíd.).

CONSIDERACIONES

1. Problema jurídico.

Corresponde a la Corte establecer si el Juzgado Quinto


de Familia de Cali, vulneró las prerrogativas fundamentales
del querellante, porque en el juicio de fijación de alimentos
seguido a favor de dos hijos (que actualmente son mayores
de edad), sistemáticamente ha denegado levantar la medida
cautelar de prohibición de salida del país, aduciendo que no
hay garantía para satisfacer dicha prestación.

2. De la tutela contra providencias judiciales.

La jurisprudencia de esta Corte de manera invariable


ha señalado, por regla general, que el auxilio no procede
contra providencias judiciales y, por tanto, sólo en forma
excepcional resulta viable para atacar tales decisiones,
cuando con ellas se causa vulneración a los derechos
fundamentales de los asociados.

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Los criterios que se han establecido para identificar las


causales de procedibilidad en estos eventos se basan en el
reproche que merece toda actividad judicial arbitraria,
caprichosa, infundada o rebelada contra las preceptivas
legales que rigen el respectivo juicio, con detrimento de los
derechos fundamentales de las personas que han sometido
la ventilación de sus conflictos a la jurisdicción.

De igual forma, es imprescindible que cuando se trate


de una irregularidad procesal, ésta sea determinante o
influya en la decisión; que el accionante identifique los
hechos generadores de la vulneración; que la providencia
discutida no sea una sentencia de tutela; y, finalmente, que
se haya configurado alguno de los defectos de orden
sustantivo, orgánico, procedimental, fáctico, material, error
inducido, o se trate de una decisión sin motivación, que se
haya desconocido el precedente constitucional o se haya
violado directamente la Carta Política.

3. Sobre la medida de impedimento de salida del


país en los juicios alimentarios.

El fundamento jurídico para tal restricción lo fue el


artículo 148 del derogado Código del Menor (Decreto 2737
de 1989), disposición que tras la derogación parcial de
dicha normativa, fue sustituida por el inciso 6º del precepto
129 del Código de la Infancia y la Adolescencia (Ley 1098 de
2006), según el cual «cuando se tenga información de que el
obligado a suministrar alimentos ha incurrido en mora de pagar la

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cuota alimentaria por más de un mes, el juez que conozca o haya


conocido del proceso de alimentos o el que adelante el ejecutivo dará
aviso al Departamento Administrativo de Seguridad ordenando
impedirle la salida del país hasta tanto preste garantía suficiente del
cumplimiento de la obligación alimentaría y será reportado a las

centrales de riesgo».

Sentado lo anterior, es necesario precisar que han sido


varias las interpretaciones dadas sobre esta temática, y
concretamente sobre los efectos que suscita la medida de
impedimento de salida del país, pues no en pocos casos se
ha observado que el decreto irrestricto « desde la admisión de la
demanda», como lo señalaba el legislador de 1989, vulneraba

prerrogativas fundamentales del demandado y de su


familia.

De ahí que los precedentes de esta Sala, en torno al


alcance de las disposiciones en mención, hubiera acogido
«una interpretación teleológica y finalista del artículo 148 del
Decreto 2737 de 1989 (reproducido por el artículo 129 de la Ley 1098
de 2006), atendiendo las circunstancias especiales en que se hallaba el
accionante, es decir, la necesidad de salvaguardar su derecho al
trabajo y, de paso, la subsistencia de su núcleo familiar y el
cumplimiento mismo de la obligación alimentaria que se pretendía

garantizar con la medida restrictiva que ahora se cuestiona » (CSJ

STC 1º abr. 2009, rad. 00011-01). Resaltado fuera del texto.

Así, en algunos casos la Corte encontró mérito para


conceder el amparo invocado por quien solicitaba
autorización para migrar al extranjero, al observar que la
prohibición se había dispuesto en juicio declarativo de

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alimentos, no en su ejecución, y que el requisito de la


caución para garantizar la obligación, procedía cuando el
demandado desatendía el pago a su cargo. Al desatar uno
de esos casos, señaló «la actuación de la jueza acusada no se
encuentra dentro de los parámetros que regulan el asunto sometido a
su competencia, habida cuenta que, de un lado, la medida cautelar de
prohibir al demandado salir del país no podía decretarse dentro de un
proceso de fijación de cuota alimentaria; y, de otro, que no puede
obligarse al accionante a presta la caución que fijó el juzgado
encartado para garantizar la obligación alimentaria por la misma razón

jurídica referida» (CSJ STC, 11 may. 2011, rad. 00081-01).

No obstante, en otros pronunciamientos, se ha avalado


como razonable la exigencia al demandado en procesos
alimentarios donde la obligación subsiste, sin perjuicio de
que los beneficiarios sean menores o mayores de edad, que
antes de autorizarse su salida del país, garantice el
cumplimiento de la obligación vigente a su cargo,
analizando para ello circunstancias especiales de necesidad
de los alimentarios para atender sus básicas necesidades y
evidente sustracción al pago completo y oportuno por parte
del llamado a cubrir dicha prestación económica.

De otro lado, se ha concedido el resguardo en asuntos


donde se ha demostrado la falta de motivación para decidir
acerca del levantamiento de la aluda medida restrictiva,
señalando que «una prohibición como esa, al igual que cualquiera
que suponga reducir la libertad de locomoción de las personas, no
puede sustentarse en un entendimiento mecánico de la normatividad,
sino que debe estar precedida de “un estudio racional de las
circunstancias de cada caso, y debe imponerse como producto de un

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análisis conjunto de los medios probatorios existentes en el proceso”


(CSJ STC, 8 may. 2014, rad. 00113-01, citada en STC7646-2015, 18

jun., rad. 00176-01)» (CSJ STC2683-2016, 3 mar. 2016, rad.

2015-00873-01).

También, bajo el yerro de motivación insuficiente, esta


Corte dijo: «se evidencia una motivación insuficiente en orden a
desatar la situación planteada, pues se encuentra que en las tres
oportunidades reseñadas la funcionaria atacada no resolvió las
alegaciones del petente; omitió tener en consideración la normatividad
aplicable; y desconoció la jurisprudencia de esta Sala en torno al tópico
referido. En cuanto a lo primero, como se anotó, el tutelante resaltó,
entre otros aspectos, el acatamiento de su obligación; la necesidad de
viajar por cuestiones laborales y la inexistencia de prueba alguna del
incumplimiento del pago de la cuota; no obstante, respecto de tales
puntos la funcionaria reprochada, pretirió establecer la veracidad de

esas aseveraciones y no se pronunció (CSJ STC15663-2015, 13

nov. 2015, rad. 00648-01). Resalta la Sala.

4. Solución al caso concreto.

Revisados los argumentos del reclamo constitucional y


con observancia en la información extractada de las piezas
procesales allegadas, la Sala revocará el fallo impugnado y
en su lugar concederá el amparo, comoquiera que la
providencia que desestimó el reiterado pedimento del acá
accionante para cancelar la cautela dentro del juicio
alimentario nº 2009-00420, no fue suficientemente
fundamentado.

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4.1. En efecto, la medida de impedimento de salida


del país adoptada por el accionado contra el señor Serna
Rincón, tuvo lugar en el marco de un proceso de « fijación de
cuota alimentaria», admitido el 11 de mayo de 2009 y siendo

beneficiarios del mismo sus hijos José Camilo y Carlos


Andrés Serna Ríos, quienes para ese entonces eran
menores de edad (hoy cuentan con 25 años y 6 meses).

Al haberse proferido sentencia estimatoria de


pretensiones el 27 de junio de 2012 sin que sobre dicha
cautela mediara pronunciamiento, infructuosamente el
demandado pidió se levantara, pues con proveído del 21 de
marzo de 2018 el juzgado exigió para ello, que la solicitud
fuera «coadyuvada por los alimentarios» (fl. 18, ídem); al insistir
en la solicitud, con auto del 27 de mayo de 2019, el
acusado le ordenó «estarse a lo resuelto» en auto anterior.

Elevada por tercera vez la solicitud, el querellante


esbozó que la cautela en cuestión afectaba sus derechos e
intereses, en tanto que la consideraba innecesaria porque
venía acatando el suministro de alimentos a sus dos hijos,
pese a que «cada uno de los actores tienen a la fecha más de 26
años cumplidos y viven en forma independiente», y que él «tiene
proyecciones laborales en el país de Panamá, que mejoraran
ostensiblemente su calidad de vida, lo que le permitirá incluso

favorecer a sus hijos de ser necesario», y que no se estaba

adelantando ejecución en su contra por ese concepto.

Con auto del 1º de octubre de 2019, el accionado


volvió a desestimar lo pedido, advirtiendo que si bien los

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hijos del allí demandado ya contaban con 25 años de edad


(nacieron el 9 de septiembre de 1994 – fls. 7 y 8, ib.), para
acceder a lo solicitado el interesado debía constituir « póliza
caución (…) conforme [al] inciso 2 del numeral 4º del art. 397 del
C.G.P., o coadyuvar la petición por los alimentarios o presentar el
proceso de exoneración de cuota alimentaria con el lleno de los

requisitos de ley» (fls. 19 y 20, cit.). A la petición anterior, se

acompañaron las manifestaciones realizadas ante el juez de


la causa por sus dos hijos José Camilo y Carlos Andrés, en
el sentido de que coadyuvaban la solicitud, porque « es
urgente su presencia en la República de Panamá por cuanto allí
desempeña su actividad económica, por lo que es indispensable viajar

a dicho país» (fls. 25 y 26)

Recurrida la anterior decisión, el juzgado la mantuvo


mediante proveído del 11 de diciembre de 2019, aduciendo
que la medida «actualmente tiene soporte en el numeral 6º del art.
598 del CGP (…), sin que se haga distinción en la regla frente a

alimentos de mayores o menores», y que para su cancelación

debía acudirse al inciso 2º, numeral 4º del artículo 397


ibídem, esto es, prestando «garantía suficiente del pago de
alimentos por los próximos dos (2) años », ya que dicha norma

procedía «no solo en los procesos ejecutivos sino en los declarativos


de alimentos» (21 a 24, cd. 1).

4.2. Según lo que acaba de verse, la Corte encuentra


que en las providencias descritas no hay una motivación
suficiente, pues además del criterio de que era
improcedente levantar la medida porque se adoptó con
sujeción a la ley, no se observa argumentación que
responda a las razones que el reclamante expuso en sus

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pedimentos, y, por tanto, que satisfagan sus prerrogativas


al debido proceso y acceso a la administración de justicia.

Ello, porque sin realizar una inferencia clara y directa


de la situación expuesta por el aquí demandante con los
medios de prueba ponderados a tono con las reglas de la
sana crítica, y atendiendo la normativa y jurisprudencia
aplicables al tema bajo estudio, y, en particular, porque
para definir lo pertinente, se requería que el juez de
conocimiento analizara si en el declarativo de alimentos,
estaban o no dadas las circunstancia para mantener
vigente la cautela de cara a los argumentos expuestos por el
peticionario.

Concretamente, entre otras situaciones le


correspondía al juez cognoscente responder: (i) la incidencia
de que la cautela se decretara en proceso de fijación de
alimentos a favor de dos hijos que, a la fecha, cuentan con
más de 25 años, y que además coadyuvan la solicitud de su
padre; (ii) si con vista en las disposiciones legales
pertinentes y los precedentes jurisprudenciales de esta
Corte, en el litigio de carácter declarativo era dable o no
exigir la constitución de póliza caución para garantizar los
alimentos, pese a que se aduce que no hay incumplimiento
al pago de los mismos; (iii) si estaba o no acreditada la
necesidad por parte del demandado para viajar al exterior y
atender asuntos laborales; (iv) si el levantamiento de
cautelas en un juicio de alimentos, requiere del trámite y
culminación favorable de uno de exoneración, o aquellas

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pueden darse al interior del declarativo con independencia


de actuación dirigida a declarar a finiquitar la obligación.

4.3. En este orden, como no hay una clara y precisa


contestación a los aspectos antes indicados, la conclusión a
que llegó el accionado y que el actor reprocha, configura el
yerro específico de procedibilidad del resguardo que
corresponde a la carencia de motivación suficiente de la
providencia judicial. Nótese que en un caso de similares
contornos fácticos y jurídicos, esta Corporación concedió el
amparo al afirmar que:

«(…) el juez accionado incurrió en una falta de motivación al


momento de imponer la restricción mencionada, pues pasó por
alto el análisis necesario de las circunstancias particulares del
caso (…) tampoco estudió su historial de cumplimiento de la
cuota alimentaria (…) dejó de analizar en conjunto las pruebas
obrantes en el proceso así como los argumentos expuestos por el
demandado en el escrito en el que solicitó el levantamiento de la
restricción referida, con lo que generó un evidente quebranto al
derecho al debido proceso de dicho extremo que debe ser
amparado por esta vía al no tener el actor otro mecanismo de
defensa idóneo para la protección de sus garantías, ello
atendiendo la reiterada negativa del juez frente al mismo
pedimento» (CSJ STC5514-2014, 8 may. 2014, rad.
00113-01). Subraya la Sala.

La importancia de motivar las providencias radica en la


seguridad jurídica que de tal proceder surge, pues para que
las decisiones se ajusten a derecho, se requiere del juez un
completo estudio del sustento fáctico y normativo que
soporte las pretensiones y defensas planteadas; la tutela
por no sujetarse a ello implica hacer respetar las
prerrogativas superiores al debido proceso y acceso a la
administración de justicia de todos los intervinientes, pues

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con tal instrumento se remueve la actuación cuestionada


para que sea renovada corrigiendo las omisiones advertidas.

Al respecto, de vieja data la Corte Constitucional, al


ejercer el respectivo control a la Ley 270 de 1996 -
Estatutaria de Administración de Justicia, en cuanto al
artículo 55, dijo que: «(…) no cabe duda que la más trascendental
de las atribuciones asignadas al juez y la que constituye la esencia
misma del deber constitucional de administrar justicia, es la de
resolver, con imparcialidad, en forma oportuna, efectiva y definitiva los
asuntos que los sujetos procesales someten a su consideración (Art.
228 C.P.). Para ello, es indispensable, como acertadamente se dice al
inicio de la disposición que se revisa, que sean analizados todos los
hechos y asuntos planteados dentro del debate judicial e, inclusive,
que se expliquen en forma diáfana, juiciosa y debidamente sustentada,
las razones que llevaron al juez para desechar o para aprobar los

cargos que fundamenten el caso en concreto » (CC C-037/96).

Subraya la Sala.

Luego, en sentencia T-709 de 2010, recordó que de


tiempo atrás esa deficiencia se había tenido como causal
para la procedencia de la tutela, al señalar que « a partir de las
sentencias T-949 de 2003 y C-590 de 2005, estableció la falta de
motivación de las decisiones judiciales, entendiendo aquella como la
ausencia de sustento argumentativo o la irrelevancia de las
consideraciones aplicadas para dirimir la controversia, como
un criterio específico autónomo de procedencia de la acción de tutela

contra providencias judiciales».

Para esta Sala, el defecto en comento se produce


cuando la autoridad judicial accionada no analiza el asunto
bajo su conocimiento o lo hace de manera parcial o

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sesgada, lo que conlleva a que deba abordarse de nuevo el


estudio y definición del caso, en tanto que: «la motivación de las
decisiones constituye imperativo que surge del debido proceso, cuya
finalidad consiste en brindar el derecho a las partes e intervinientes de
asentir o disentir de la actividad intelectual desplegada por el juez
natural frente al caso objeto de controversia, razón por la cual esta debe
ser, para el asunto concreto, suficiente, es decir, “…la función del juez
tiene un rol fundamental, pues no se entiende cumplida con el
proferimiento de una decisión que resuelva formalmente, el asunto

sometido a su consideración”» (CSJ STC 13 mar. 2013, rad.

00208-01, citada en STC3534-2019, 20 mar. 2019, rad.


00676-00, entre otras).

En ese mismo sentido, la Corte ha dicho que «sufre


mengua el derecho fundamental al debido proceso por obra de
sentencias en las que, a pesar de la existencia objetiva de argumentos
y razones, la motivación resulta ser notoriamente insuficiente,
contradictoria o impertinente frente a los requerimientos

constitucionales» (CSJ STC 2 mar. 2008, rad. 00384-00), y que

«la imposición de motivar toda providencia que no tenga por única


finalidad impulsar el trámite, reclama, como presupuesto sine qua non,
que la jurisdicción haga públicas los motivos que ha tenido en cuenta al
adoptar la respectiva resolución, de tal manera que tras conocérselas se
tenga noticia de su contenido para que no aparezca arbitraria,
caprichosa, antojadiza, sino producto del análisis objetivo, amén de
reflexivo de los diferentes elementos de juicio incorporados al plenario y

dentro del marco trazado por el objeto y la causa del proceso » (CSJ

STC7221-2017, 24 may. 2017, rad. 00123-01, citada entre


otras en STC9536-2018, 26 jul. 2018, rad. 00316-01).

En este orden, contrario a lo observado por el tribunal


a-quo, se establece que al denegar la reiterada solicitud de

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levantamiento de la medida cautelar de prohibición de


salida del país dentro del pleito alimentario nº 2009-00420,
la autoridad judicial convocada transgredió los derechos
fundamentales al debido proceso y acceso a la
administración de justicia del allí demandado, en tanto no
agotó el análisis y resolución completa de la situación
fáctica y jurídica que para tal evento se requería,
ameritando con ello la intervención del sentenciador
excepcional.

5. Conclusión.

Corolario de lo discurrido, por cuanto el accionado


incurrió en defecto de falta de motivación suficiente para
resolver la actuación bajo censura constitucional, se
revocará el fallo de primer grado y en su lugar se concederá
la tutela deprecada. En esas circunstancias, se invalidará el
auto que resolvió el recurso horizontal contra el auto del 1º
de octubre de 2019, y se ordenará al acusado que vuelva a
pronunciarse, corrigiendo el yerro acá observado.

DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia
en nombre de la República de Colombia y por autoridad de
la ley, REVOCA la sentencia impugnada, y en su lugar
CONCEDE el amparo a las prerrogativas fundamentales al

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debido proceso y acceso a la administración de justicia


imploradas por José Rubiel Serna Rincón.

En consecuencia, se DEJA sin valor ni efecto el


proveído dictado por el Juzgado Quinto de Familia de Cali el
11 de diciembre de 2019 dentro del litigio nº 2009-00420, y
se le ORDENA al titular de ese despacho, que en el término
de cinco (5) días, contado a partir de la notificación de este
fallo, proceda a renovar la actuación que conforme a
derecho corresponde, observando para ello las
consideraciones expuestas en esta providencia.
Comuníquese lo resuelto a las partes y al a-quo por un
medio expedito, y en oportunidad envíese el presente
asunto a la Corte Constitucional para su eventual revisión.

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA


Presidente de Sala

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

18
Rad. n° 76001-22-10-000-2020-00006-01

LUIS ALONSO RICO PUERTA

OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE

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