Espíritu debe ser aquello que nos hace parecernos un poco más a Jesús,

Llenos de tu espíritu aprender de lo que hacía y decía, pararnos a escucharle de verdad.

No sabemos qué es el espíritu exactamente. Sin embargo, solemos atribuirle una presencia.
Decimos que está en nosotros, que nos alienta y en ocasiones nos sostiene. Decimos que es
Dios mismo que habita en mi, que me ilumina, me hace libre y hasta me guía, sin saber apenas
cómo.
Quizás tiene que ver con la forma en que Jesús se queda formando parte de cada uno, de
nuestra vida, con creer que Él vive también hoy entre nosotros.
Espíritu. El diccionario tiene su propia acepción. Desde pequeña, cuando desconocía alguna
palabra, mi madre me enviaba rápidamente a buscarla en la enciclopedia que, entre otras cosas,
para eso habíamos comprado aquellos hermosos tomos. En estos temas, a veces no está
demasiado acertada, pero veamos:
Espíritu. (Del lat. spirĭtus). m. Don sobrenatural y gracia particular que Dios suele dar a algunas
criaturas. Principio generador, carácter íntimo, esencia o sustancia de algo. Vigor natural y
virtud que alienta y fortifica el cuerpo para obrar. Ánimo, valor, aliento, brío, esfuerzo.
Vivacidad, ingenio.
“Al llegar la noche de aquel mismo día, primero de la
semana, los discípulos estaban reunidos y tenían las
puertas cerradas por miedo a los judíos. Jesús entró, y
poniéndose en medio de ellos, los saludó diciendo: ¡Paz a
vosotros! Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y
ellos se alegraron de ver al Señor.”
Es anuncio
“En aquel tiempo dijo Jesús a los apóstoles: Id y anunciad que el reino de Dios
está cerca. Sanad a los enfermos, resucitad a los muertos, limpiad de su
enfermedad a los leprosos y expulsad a los demonios. Gratis habéis recibido este
poder, dadlo gratis.”
El ser humano es un poco de barro alentado por el espíritu de Dios, lleno de
energía por su soplo. Jesús hace el mismo gesto que el creador, cuando al soplar
sobre sus discípulos les dice “Recibid el espíritu santo”. Y nosotros, a través del
tiempo somos creadores nuevamente de esta manera, con él.
Dios, tú nos envías y nos haces fuertes para la misión. Que sepamos llevar al
mundo la paz y la esperanza del reino.
Es estar, permanecer
“Jesús le preguntó por segunda vez: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro le
contestó: Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. […]
Finalmente, Jesús le dijo: Sígueme.”
Es el fuerte viento que nos sigue empujando cuando nuestras fuerzas decaen. Es
querer seguirte, Jesús, firmemente, a pesar de toda la debilidad. Es seguirte con
todo.
El espíritu nos ayuda a reconocer a Dios entre nosotros, a decir convencidos: Jesús
es el Señor.
Que nuestro deseo profundo sea estar y permanecer, caminar y vivir en tu
nombre.

Es sorpresa
Por no decir miedo… Cuando los
discípulos estaban reunidos, lo último
que esperarían sería encontrarse cara
a cara con Jesús. Finalmente, a pesar
del susto inicial, él les ofrece su paz y
se disipan en ellos las tinieblas y la
decepción. Y hoy, yo que descubro
que vives en tantas cosas, eres tantas
veces sorpresa y regalo, vida,
descubrimiento, aire nuevo, … Como
si tu forma preferida de presentarse
fuera ésta.
Abro ahora las puertas que cerré por
egoísmo y temor, abro el corazón que
cerré por no volver a sufrir, abro las
manos que esperan recibir el perdón y
la paz, me abro a tu espíritu. Hazme
siempre capaz de apreciar las cosas
que me regalas.
Oración final
Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria,
mi entendimiento,
y toda mi voluntad;
todo mi haber y mi poseer
Es comunidad vos me los disteis,
Es vivir mi fe con otros, con mi familia, mi a vos, Señor, lo torno,
grupo de amigos, en mi parroquia, en un todo es vuestro:
voluntariado, etc. Disponed
a toda vuestra voluntad,
Los discípulos estaban reunidos. Por
separado, son frágiles, pero unidos, como dadme vuestro amor y gracia,
que ésta me basta.
Iglesia, como comunidad, el espíritu se
S. Ignacio de Loyola
fortalece. Ese es el espíritu que debemos
cuidar siempre entre nosotros, repleto de
lazos y ternura, de amor y servicio.
Los mismos apóstoles estuvieron asustados
primero, incrédulos después.
Espíritu de Dios llena mi vida,
Que hoy, el espíritu nos transforme
llena mi alma, llena mi ser. ( Bis)
también a nosotros en testigos de Cristo.
Y lléname de tu presencia,
de tu poder, de tu verdad.