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Universidad de San Buenaventura

Jeyson Fernando Espejo Moya


Cód.: 70634 / C.C.: 1053338975
Maestría en filosofía contemporánea
Fenomenología
Bogotá, 04 de abril de 2020

Reseña N° 2

Texto:

Stein, E. (2004). II. La esencia de los actos de empatía. En Sobre el problema de la empatía

(pp. 17-28). Editorial Trotta.

En su tesis doctoral, Edith Stein se propone abordar el problema de la empatía desde los
presupuestos de la fenomenología delineados por su mentor E. Husserl.

En los dos primeros parágrafos del capítulo sobre La esencia de los actos de empatía, la
autora se da a la tarea de describir cómo opera la fenomenología en cuanto método para
aproximarse al problema de la empatía y, además, la describe en comparación con otros actos
de la conciencia. A partir de la reducción fenomenológica, Stein sugiere que el campo de
investigación de la naturaleza de la conciencia puede considerarse no menos que “infinito”
(2004, p. 19) por las posibilidades que comportaba adentrarse en ese campo –en aquel
entonces– poco explorado del saber. Además, de manera sintética, presenta las líneas basilares
desde la que la fenomenología opera en cuanto método para, a partir de la experiencia de la
propia conciencia, describir sus rasgos de manera general. Una de dichas líneas es el
presupuesto de que al sujeto le resulta válido dudar de casi todo, menos de su propia vivencia
de las cosas (2004, p. 20) y este es un punto de partida para el análisis fenomenológico.

Stein quiere resaltar que, desde la propia conciencia, es posible identificar que en el
mundo hay cuerpos físicos, pero “además de mí también hay en él [otros] sujetos con
vivencias” (2004, p. 21) y que me es familiar ese acto de vivenciar porque yo también lo
experimento. Por tanto el fenómeno de la vida psíquica ajena se establece como el interés a
desarrollar con relación al problema de la empatía, pues su modo de darse en cuanto acto no se
expresa “mediante <<apariencia sensible>> alguna” (2004, p. 22). En suma, la intención

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definida por la autora es comprender y describir de manera general los actos que implican el
ejercicio de la empatía.

Pasando a la descripción propia de la naturaleza de los actos de empatía, Stein sugiere


que ésta no tiene un carácter de percepción externa porque los datos que percibo sobre ella no
pertenecen estrictamente al orden de lo sensible. Ahora bien, es necesario determinar si la
empatía posee el carácter de originariedad o el de no-originariedad. Para ello, pasará
brevemente describiendo cómo se dan estas dos cualidades en los actos de conciencia del
recuerdo, la espera y la fantasía; para, acto seguido, concentrarse en lo propio de la empatía.
Respecto a ello, “se trata de un acto que es originario como vivencia presente, pero no
originario según su contenido” (2004, p. 26). Es decir, la empatía es originaria en cuanto
vivencia presente en mi conciencia, pero su contenido es no-originario porque no soy yo el
sujeto que la experimenta sino otro sujeto –el empatizado– que vive el contenido
originariamente, pero no en calidad de empatía, sino en el de otro acto de conciencia.

En suma, el ejercicio de la empatía desde los presupuestos fenomenológicos persigue la


descripción de “la experiencia de la conciencia ajena en general” (2004, p. 27) y por eso se
hablará de un discurso enfocado en el yo puro (el yo de la conciencia interna de los sujetos). De
esta manera se enuncia cómo los seres humanos son capaces de aprehender la vida anímica de
los demás seres humanos (2004, p. 27) por cuenta de los actos de empatía.

En este breve apartado de la tesis de Stein es posible ver cómo opera el método
fenomenológico en los actos de conciencia de empatía. Valga la pena resaltar que la autora es
una de las pioneras en poner en marcha el método fenomenológico para el análisis de los actos
de conciencia, después del mismo Husserl. Ello supone, quizás, una tarea pendiente de
reconocimiento a su labor opacada por la comunidad académica durante décadas por
pertenecer a grupos objeto de invisibilización frecuente: ser mujer, ser judía y ser conversa al
catolicismo, con la mala suerte para su reputación académica, de llegar a ser canonizada. Es
posible evidenciar en la obra de Stein una producción filosófica de primer nivel que ha de ser
reivindicada, no por el hecho de la corrección política, sino porque sus aportes son valiosos en
sí mismos para los destinos actuales de la filosofía, en general y del método fenomenológico, en
particular.

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