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Introduccion.......................................................................................................................A
Objetivos............................................................................................................................B
Metodología.......................................................................................................................B
Capitulo I: La Angustia.......................................................................................................1
Conclusión.........................................................................................................................E
Bibliografía.........................................................................................................................F
INTRODUCCION
Los pacientes pasan por ciertas reacciones de acoplamiento llamadas las etapas
de la agonía. Se sobrentiende que no todos los enfermos pasan por estas etapas ni
todos las padecen por el mismo orden. En general, sin embargo, la mayor parte de los
pacientes, y los adultos más que los niños, responden inicialmente con un shock y una
negativa.
Así pues, el objetivo de esta investigación es aportar nuevos datos que ayuden a
mejorar nuestra formación como profesionales de Psicología, nuestro objetivo ha sido
analizar actitudes y aspectos socioculturales que pueden incidir en la motivación o
deseo de trabajar como futuros psicólogos.
Este trabajo consta de una parte teórica que se compone de dos capítulos. El
primero de ellos se refiere al tema de la muerte. En este capítulo se describen aspectos
epidemiológicos, socioculturales y psicológicos de la muerte. El segundo capítulo
abarca algunos de los principales aspectos que se dan en el proceso de morir
refiriéndose al importante tema de las actitudes ante la muerte, exponiendo algunas
variables psicológicas y emocionales que pueden modular, en cierto modo, los
procesos emocionales ante la muerte y el proceso de morir.
A
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
METODOLOGÍA
FUENTES Y TÉCNICAS
Las fuentes utilizadas para poder producir este documento investigativo fueron
artículos publicados en la red de internet además de la aplicación de la observación
investigativa.
B
MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL
ANTECEDENTES
“La muerte nos sucede a lo vivos. Y de una manera muy especial, por
problematizada, a los seres humanos. Sólo la muerte enseña a vivir, lo cual supone
que hay que enfrentarse con la muerte, y hay que enfrentarse con la idea que cada uno
tiene de la muerte”. De esta forma el filósofo Javier Sádaba nos introduce al tema del
afrontamiento de la muerte, pero, aunque es inevitable enfrentarse a ella, la forma de
hacerlo no ha sido la misma a lo largo de la historia.
Esta presencia de la muerte obligó a los seres humanos que la sufrían a darle un
significado racional que sirviera para paliar la angustia e integrar socialmente a quienes
vivían en su temor. La respuesta tuvo un contenido, ante todo, religioso, fue el
cristianismo quien dotó a la muerte de un significado consolador: había que morir para
renacer a la vida eterna.
C
Precisamente ha coincidido con la toma de conciencia de que los sentimientos y las
creencias se podían historiar.
MARCO CONCEPTUAL
D
CAPITULO I: LA ANGUSTIA
A. Negación: cuando una persona se entera de que sufre una enfermedad mortal
su primera reacción es la negación, aquel mecanismo de defensa que ante la
evidencia nos hace decir "no, no puede ser", esto constituye una autosugestión
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que implica la no aceptación de la condición, la persona se convence de que ha
habido errores en los resultados de laboratorios o radiografías y cambiando de
médico para obtener otra respuesta. La negación es un mecanismo normal que
nos ha acompañado a lo largo de toda nuestra vida en relación al tema de la
muerte, y la negación parcial de ésta hasta se hace necesaria para asumir
algunos riesgos, pero ante la noticia de una muerte inminente se hace total. La
negación permite una tregua entre la psiquis y la realidad, le otorga el tiempo al
individuo para pensar su muerte de manera más distanciada, buscando la
adaptación del evento que ha asaltado su psiquismo de manera muy abrupta. La
negación constituye un mecanismo de amortiguación del efecto.
Es importante destacar que la negación, a su vez, no es un fenómeno
absolutamente individual, dado que nuestra cultura poco a poco ha ido negando
los eventos de la muerte, no se habla de ella, los velatorios se trasladaron de la
cama de la propia casa donde se era acompañado por gran cantidad de
familiares y amigos, a una camilla de terapia intensiva, con restricción de visitas
y con la soledad que un lugar tan descarnado como ese provoca.
B. Ira: cuando el enfermo acepta por fin la realidad se rebela contra ella, y nace la
pregunta ¿por qué yo? la envidia comienza a corroer el alma, que injusto es que
me haya tocado a mí morir, deseos de tener la vida de los demás, su ira inunda
todo a su alrededor, nada le parece bien, nada le conforma. Todo lo que ve le
produce un agudo dolor, recordar su condición le inunda de odio y rencor, esta
etapa se caracteriza por la negación de dios, los insultos. Su autoestima está
atropellada por no ser él el elegido para permanecer con vida. Los enfermos en
esta etapa necesitan expresar su rabia para librarse de ella.
C. Pacto o negociación: se asume la condición, pero aparece una tentativa por
negociar el tiempo, se intenta hacer un trato, dado que en vida este recurso más
de alguna vez lo sacó de algún apuro, aunque la realidad le indique que para
eso es demasiado tarde, ej. El eterno fumador que cuando se entera que tiene
cáncer promete no fumar nunca más. Los adultos en estas circunstancias se
vuelven regresivos, pidiendo tiempo a cambio de buena conducta. La gran
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mayoría de estos pactos son secretos y sólo quienes los hacen tienen
consciencia de ello.
D. Depresión: esta aparece cuando se tiene conciencia de que todos los pasos
anteriores fracasan ante el desarrollo de la enfermedad que provoca gran
invalidez, dolores u hospitalizaciones continuas. Las consecuencias
psicosociales que acarrea una enfermedad catastrófica, entre ellas; decadencia
física, imposibilidad de trabajar o desempeñarse en tareas habituales, problemas
económicos y familiares, sensación de inutilidad y de constituir una carga
innecesaria, provocan en el enfermo un estado natural de depresión. La
depresión es producto de lo ya perdido, pero también un proceso de preparación
ante la propia muerte. En esta etapa, es saludable para el enfermo expresar la
profundidad de su angustia en vez de esconder su dolor.
E. Aceptación: Es un arduo trabajo alcanzar la aceptación de un futuro incierto
durante el proceso de la Agonía y no toda persona en esta situación logra
hacerlo, puesto que muchos de éstos, ávidos y ocupados en su lucha “olvidan” o
pretenden olvidar que la muerte está próxima.
La ansiedad ante la agonía es una defensa, un temor, un sentimiento, una
actitud, una manifestación, que el ser humano experimenta muchas veces
durante la vida. Cada persona convive con su propia ansiedad, en la cual se
sumerge una y otra vez. Sin embargo, no siempre encuentra una causa objetiva
que explique su presencia.
Generalmente quien la padece utiliza como mecanismo de defensa la
racionalización, es decir, intenta dar explicaciones racionales a un temor
desconocido. Se pretende etiquetar y clasificar este sentimiento, para así mismo
liberarse de él; pero la presencia de la ansiedad depende directamente de la
emoción. Se genera en el interior de cada persona. La ansiedad está
íntimamente asociada con temor de la pérdida del objeto amado, a la pérdida del
amor del objeto amado y finalmente a la muerte. El estado ansioso produce
cambios significativos en el organismo, aparecen síntomas tales como dolor (en
cualquier parte del cuerpo), vértigo, malestar gastrointestinal, caída del cabello,
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anorexia, etc., incluyendo la fatiga o asfixia acompañada de alteraciones en los
sistemas cardiovascular y neurológico.
En el proceso de morir a causa de una patología mortal, hay dos etapas. Una
preagónica, que se inicia con la enfermedad terminal, en la cual se producen
cambios significativos tanto físicos como psicológicos. Poco a poco se van
alterando las necesidades básicas del individuo. Durante esta etapa el apoyo
psicológico, afectivo y médico adecuado es necesario. La segunda y última
etapa, es la agonía. Los sistemas vitales del organismo se encuentran
gravemente afectados y por eso, el fallecimiento de la persona es cercano.
La ansiedad que se presenta en la persona moribunda evoluciona con rapidez.
Se estaciona con facilidad acaparando la atención de quien la padece. Su
presencia afecta la tranquilidad racionalmente establecida de su vida cotidiana.
Algunas veces, se puede justificar por un factor externo. Por ejemplo, puede
estar motivada por la pérdida progresiva de la integridad física y el deterioro
irreversible inherente a la enfermedad terminal.
Este proceso agónico, se manifiesta en cada individuo de acuerdo a su
idiosincrasia, a su historia, a su familia y a sus propios recursos. A esto hay que
sumarle el rol del médico o del equipo médico interviniente.
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CAPITULO II: LA MUERTE
En la actualidad, el contacto con la muerte nada tiene que ver con la vivencia de
hace unas décadas. La mayoría de los niños no han visto una persona enferma o grave
pudiendo llegar a la edad adulta sin haber experimentado y vivido una pérdida. Es más,
se les aparta del dolor, la enfermedad y la muerte llevándolos a otros hogares para que
no sufran por la pérdida del familiar. Es probablemente por ello, que, en estos
momentos, la mayoría de los fallecimientos se producen en hospitales dando lugar al
desplazamiento institucional de la muerte.
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nos enseña a amar, querer, recordar. La muerte postergada hacia la eternidad no
puede sino constituir el más absurdo de los absurdos. En cuanto ésta dejaría de ser
fuente de vida, vivir en el más acá, requiere la certeza de la finitud. La muerte es un
espejo en el cual contemplamos nuestra vida entera, la historia personal se perfila
hacia un proyecto común de todos los hombres, de los que están y los que vendrán, el
dialogo del espíritu con el corazón, resuelven su acuerdo de vida en un instante, el
corazón ofrece energía para la acción, y el espíritu ofrece un viaje hacia el crecimiento.
Entender esto, significa entender que la vida misma no es más que un periodo pequeño
de nuestra existencia.
¿por qué vivir si sabemos que vamos a morir? porque en la vida encontramos el
significado de la existencia y en la muerte encontramos el significado de la vida, el
convencimiento de nuestra muerte nos impulsa a trabajar, a hacer, a producir, sin
posponer inútilmente nuestro destino. La presencia de la muerte nos pone frente a
nuestra responsabilidad, que es la de hacer de la vida el sentido mismo de la
existencia.
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Centrándonos en la muerte psicológica, añadiremos que ésta va paralela a la
muerte física y social. El enfermo terminal se va muriendo poco a poco y va diciendo
adiós al amor, a las ilusiones y a las esperanzas. Por otro lado, aumentan los miedos al
más allá, al sufrimiento de los últimos días, a que pasará con sus familiares, al olvido.
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entre otros aspectos, se convierten en necesidades primordiales que deben de ser
satisfechas.
Por otro lado, la ira, la alegría, el miedo o la ansiedad, son emociones naturales
que se dan en todos los individuos de las más diversas culturas y juegan un papel
importante en el bienestar/malestar psicológico de los individuos. En este sentido, la
experiencia emocional, es decir, lo que pensamos y sentimos durante una reacción
emocional, se puede clasificar en tres dimensiones fundamentales: puede provocar
placer-desagrado, puede ser más o menos intensa y el grado de control que se puede
tener sobre la experiencia emocional, es también variable.
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2.6.2 Diferentes actitudes ante la muerte
1. Negación
2. Actitud desafiante
3. Angustia
En tercer lugar, el miedo y la angustia. Las personas que conectan desde esta
actitud adquieren un estilo cognitivo pesimista y desesperanzado ante la vida y tienden
a repetirse preguntas vinculadas con el carácter incierto de la muerte.
4. Liberación
5. Aceptación
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como una realidad radical y auténtica. En ese sentido, ser consciente del carácter finito
del ser humano, no desde un punto de vista trágico, nos educa a valorar la vida y,
sobretodo, los avatares negativos y los giros del destino que la muerte depara
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CONCLUSIÓN
La realidad del conocimiento del fin de la vida humana comienza muy pronto en
el desarrollo individual, el niño ante hechos que acontecen a su alrededor conectados
con la desaparición de objetos y seres queridos, va configurando su idea de lo que es
"el morir".
E
BIBLIOGRAFÍA
www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/4753/rcb1de1.pdf
Jara Paulino, Aguirre. “Un Poco Más Allá, La Vida”. Universidad de Chile. 2007. Sitio
web: http://www.tesis.uchile.cl/tesis/uchile/2007/jara_p/sources/jara_p.pdf