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MODULO I
Selección de la cátedra: Algunas consideraciones sobre arte y campo artístico
contemporáneo
Arte contemporáneo
Abordar el estudio del arte contemporáneo sometido a permanentes redefiniciones,
implica conocer y analizar, desde una perspectiva integrada, el campo artístico en su
conjunto, esto es: reflexionar sobre los diferentes ámbitos que lo componen -
producción, circulación, observación, interpretación y consumo - en su vinculación con
la cultura y la sociedad.
Nuestra perspectiva no es una retrospectiva historicista, sino exponer las variadas
influencias que han permitido crear nuevos vocabularios que conviven y se yuxtaponen
con las más diversas posiciones en pie de igualdad - manifestaciones epocales no
conclusivas, sometidas a permanentes cambios.
¿Cuáles son las transformaciones operadas durante el siglo XX, que actúan como
detonantes de los cambios socioculturales?
La globalización se produce a partir de la confluencia de una compleja serie de procesos
sociales, políticos, económicos y culturales. La globalización en sí misma es un proceso
continuo y dinámico. Dichos procesos pueden enumerarse de la siguiente forma son:
• La caída del muro de Berlín en 1989 y sobre todo el colapso de la Unión Soviética
en 1991, que terminó con el mundo bi-polar de la Guerra Fría, abrió nuevos
horizontes para los países de Europa del Este que ahora se están integrando en la
Unión Europea (UE) y creó un nuevo escenario favorable a la expansión del
mercado internacional.
• Vertiginoso desarrollo técnico y tecnológico de dimensiones inesperados.
• Crueles guerras en diferentes sectores del globo: Vietnam 1959 - 1975 (EEUU-
Vietnam, contra el comunismo), Irak – Kwiat “”Guerra del gofo”” (enero y febrero
1991) (Irak invade Kwait, interviene EE.UU. y lucha por el petróleo), Servia –
Croacia (1992) (lucha por el territorio de Bosnia (ex Yugoeslavia), EEUU –
Afganistán (2001) (reserva de gas), Irak- EEUU (2005) (armas químicas), Israel –
Líbano (Hezbola) (2006 - entre judíos y musulmanes), Revoluciones en el Magreb
africano 2011.
• Proliferación de redes de comunicación. La intercomunicación física y virtual, han
ayudado en el proceso de globalización con un porcentaje muy importante. La
interconexión física se basa en los medios de transporte. Un ejemplo pudiese ser:
Hace unos siglos, los viajes demoraban meses en barco, hoy solamente toma unas
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asentamiento de una imagen-movimiento. Todo ello, afecta a la función del arte y del
artista. Brea presentó un manifiesto del colectivo La Societé Anonyme, al cual
pertenece, que redefine esas funciones. Algunos de sus principios son: No somos
artistas, tampoco somos críticos. Somos productores (...) No existen obras de arte.
Existe un trabajo y unas prácticas que podemos denominar artísticas (...) El trabajo del
arte ya no tiene que ver más con la representación. Ese modo del trabajo que llamamos
artístico debe a partir de ahora consagrarse a un producir similar, en la esfera del
acontecimiento, de la presencia: nunca más en la de la representación. (...) El artista
como productor es a) un generador de narrativas de reconocimiento mutuo; b) un
inductor de situaciones intensificadas de encuentro y socialización de experiencia; y c)
un productor de mediaciones para su intercambio en la esfera pública.
Para Fernando Golvano (crítico de arte y comisario de exposiciones) la ambigüedad
del arte contemporáneo y la expansión de su dinámica dislocada deviene en arte de
todos los posibles: así, la gran confusión del "todo vale" parece protagonizar la escena
de las artes. A la pluralidad «infinita» de las prácticas artísticas le acompaña otra de las
teorías. El arte sigue siendo una de las posibilidades para resemantizar el mundo y la
experiencia. Nos permite dar una forma a la complejidad o experimentar de otro modo
(más intenso) lo real.
Francisco Javier San Martín (Historiador del arte y crítico) destaca una serie de
tendencias que se revelan en la situación contemporánea: la continuidad del ready
made, la actualidad de la fotografía como entrada de la realidad, la permanencia de la
instalación como dispositivo enunciador, la recuperación de la tradición pop y de la
pintura.
Lourdes Méndez (Catedrática de Antropología del Arte. Universidad del País Vasco /
Euskal Herriko Unibertsitatea.) Describe el impacto de algunos "lugares comunes"
(principalmente el de la diferencia sexual) del enfoque posmoderno sobre el arte
occidental contemporáneo que han contribuido a la emergencia en él de una temática
políticamente correcta. No obstante, según Méndez, algunas artistas, conscientes de que
la mujer sigue siendo una figuración de la otredad en la mayor parte de las
representaciones visuales, subvierten en sus obras la construcción cultural de lo
femenino. Cree necesario interrogarse sobre la excelente acogida que tienen las
nociones de inautenticidad, hibridación, diferencia, mestizaje.
Margarita Schultz (Profesora de la Facultad de Artes, Universidad de Chile) sostiene
que decir arte contemporáneo es decir una multitud de cosas. Cualquiera que conozca
medianamente la trayectoria de transformaciones sabe que el siglo XX contiene más
cambios en el arte que, tal vez, todos los anteriores juntos. Las posibilidades de
interpretación, los espacios de comunicación entre espectador e imagen, no se disuelven
por el hecho de que la imagen sea susceptible de cambios permanentes. En cambio,
varía el "tempo" de la interpretación; se multiplican las situaciones con cada cambio.
Los artistas se ocupan de reemplazar la manipulación por producción estética, imaginan
instalaciones donde conviven las imágenes informáticas con piedras o trozos de carbón.
Para Clara Gari (Directora del Centro de Creación Contemporánea Nau Côclea.
Barcelona), el arte y la creación han dado en los últimos 30 años un giro de 180 grados.
Después de pasar, en la primera mitad del siglo XX de la estética a la revulsión social,
el arte contemporáneo se dirige desde hace un tiempo hacia la creación de instrumentos,
de piezas interactivas, de herramientas de crecimiento personal y de goce, en las que
desaparecen paulatinamente los conceptos de autoría y la importancia de creador y de
producto a favor de la importancia del usuario y del proceso. Resulta obvia la
importancia de la comunicación, de la interacción y del intercambio de saberes a través
de la red en este nuevo panorama mundial. Catalizador, dinamizador, coordinador, el
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3
“Cuatro pistas para comprender el arte actual”. http://sepiensa.org.mx/contenidos/l_aactual/aactual1.htm
4
“Arte contemporáneo”. Editorial Taschen. Colonia. 1991.
5
“El lenguaje de la arquitectura posmoderna”, Barcelona, Gustavo Gili, 1981
6
“Arte digital, ¿Picasso, Rembrandt, Van Gogh.com?”.
http://www.lehman.cuny.edu/ciberletras/v04/Gutierrez.html
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interactividad como modo de integración, que son los motores de este tipo de creación.
La obra digital rompe con la idea de lectura lineal tal como se la concibe en el arte
tradicional y resignifica las nociones de tiempo, espacio, unidad e imagen otorgando
una nueva mirada crítica. Así como hace un siglo, con la aparición de la fotografía y el
cine se generó un nuevo espacio de creación artística, que a su vez fue cuestionado,
hoy, se puede decir que el campo abierto por la imagen digital es de una enorme
posibilidad de creación y que a medida que los avances tecnológicos y el acceso al
conocimiento vayan haciéndose más vertiginosos, los beneficios irán creciendo y
generando caminos donde existan tantas variantes como hay artistas. Hoy en día
debemos aún insistir en que siempre, los motores son las manos y el cerebro del artista,
y no la máquina.”
Ricardo Diviani, (Licenciado y docente en Comunicación Social de la Universidad
Nacional de Rosario, Argentina), sostiene que “La revolución de la imagen fue de la de
un tipo representativa a una reproductora de la realidad y a partir de allí
(fundamentalmente con la fotografía hasta los experimentos actuales de realidad
virtual, que tiende a borrar realidad y representación), lo que ha sucedido es una
aceleración de la velocidad en las mismas y por lo tanto la fragmentación, la
simultaneidad, la yuxtaposición, etc., aparecen como lenguajes propios de las
tecnologías electrónicas.”
Ana Maria Battistozzi, Crítica y curadora argentina, 7 afirma: “Durante mucho tiempo
los objetos de arte, tanto por su factura como por los materiales utilizados, se
mostraban claramente como pertenecientes al universo del arte (pintura enmarcadas,
escultura) entonces era la imitación la que definía a una obra de arte. Durante el
período del 1300 al 1900 se supuso que para ser arte, una obra tenía que imitar la
realidad. Podían diferir los códigos y maneras de esa representación
(renacimiento/barroco), pero a pesar de las diferencias todo en ellas funcionaba como
manifestación del “ser del arte”. Hoy nada es tan claro y evidente. El arte de hoy
renueva permanentemente su definición. Así nos encontramos con que por ejemplo una
obra puede utilizar el cuerpo del propio artista (obra de Orlan), combinar tubos de luz
fluorescente de fabricación industrial (obra del norteamericano Dan Flavin),
desperdicios con pintura (Berni, Rauschemberg, Edward Keinholz), usar fieltro (Robert
Morris), luz como material escultórico (artistas del arte povera).
¿Qué ocurrió para que todo esto llegara a ser aceptado y oportunamente legitimado?
Hoy ¿todo es posible? Si todo es posible se debe en gran medida a que nada es definido
de antemano (a diferencia de lo que ocurría con los manifiestos que definían qué era
arte y qué no lo era). Los manifiestos coincidían en aspirar a un mundo nuevo de la
mano de las vanguardias. La modernidad implantó el sistema de confrontación y
superación de estilos. Cada poética, cada manifiesto que surgiera en la escena de las
vanguardias se asumió como representativo de la máxima verdad del arte aspirando a
barrer todo lo precedente. Sustentado en la ideología del progreso. Desde el comienzo
y hasta promediar el siglo XX cada manifiesto de vanguardia (cubismo, futurismo, arte
concreto, constructivismo, abstracción) se alzó contra la tradición y se proyectó al
futuro como el último y más definido estadio del arte.
Hoy la actitud es diferente, no se tiene como meta proyectar mundos nuevos, ni razones
para descalificar el pasado. “Una cosa puede ser tan buena como otra y ninguna forma
de arte se enfrenta con otra”. Mas bien los cambios y emergencias de nuevos grupos
responden cada vez más a la acción del mercado y el coleccionismo inversor.
7
“¿A quién le importa el arte?” En: Revista de Cultura Ñ, Nº 138, Diario Clarín, 20 de mayo de 2006,
Págs. 8 a10
7
Hoy no hay nada que reemplazar en el horizonte. Ni el arte ni los artistas del presente
sienten que haya que “liberarse” del pasado. Parece más bien que se crea arte para
desmenuzar al propio ser del arte y a las instituciones que definen el arte.
¿Cuánta información debe manejar el espectador contemporáneo para no quedar
alejado de esa maraña de interrogantes sin respuesta? ”