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FISIOPATOLOGÍA DE LA LESIÓN POR QUEMADURA

La piel es una relativamente mala conductora del calor, y como tal, constituye una

amplia barrera contra las lesiones térmicas.

La transferencia de calor dentro de la piel está determinada por la conductividad

térmica del material calentado, la superficie con la que se transmite el calor y gradiente

temperatura dentro del material. Los métodos de transferencia del calor incluyen

conducción, convección y radiación. El método más simple de transferencia de calor es

la conducción, que se presenta cuando un objetivo solido entra en contacto directo con

la piel, en tanto la convección es el mecanismo de transferencia de energía entre un

líquido o gas caliente y la piel.

La transferencia aguda de calor a la piel da como resultado una lesión por quemadura,

con desregulación inmediata de la función de barrera, que altera las funciones más

básicas incluida regulación de la temperatura, la protección contra infecciones y el

mantenimiento de la honestidad de líquidos.

La lesión por quemadura causa alteración de la circulación sistémica por pérdida de la

integridad de la pared vascular y la correspondiente resultante del paso de proteínas al

intersticio. La filtración de líquidos, hacia el espacio intersticial aumenta por una mayor

permeabilidad capilar y un desequilibrio entre las presiones hidrostáticas y oncótica, lo

que causa desviaciones rápidas de líquidos desde el comportamiento intravascular. En

las lesiones grandes por quemaduras, la pérdida notoria de líquidos, electrólitos y

proteínas causa una disminución del volumen plasmático circulante eficaz, la formación

de un edema masivo y el decremento de la perfusión en órganos terminales con

depresión d la función cardiovascular.

Desviación de líquidos en una lesión por quemadura


Las lesiones por quemaduras se caracterizan por la pérdida de continuidad del sistema

tegumentario, con cambios resultantes tanto directamente en el sitio de lesión como en

el ámbito sistémico. La lesión térmica directa causa cambios en la circulación

microvascular, que manifiestan con hiperemia local, edema y escape capilar resultante.

A continuación ocurre la formación de edema, resultado de la actividad de mediadores

que tienen influencia directa sobre la permeabilidad vascular e incluyen la histamina y

bradicinina, que se cree impulsan la fase temprana de su formación (12 a 24h) después

de una quemadura que puede ser intensa y llevar a un estado de shock.

La lesión microvascular destruye las barreras capilares que separan los compartimentos

intravascular e intensidad, lo que da lugar a un decremento espectacular del volumen

plasmático con incremento notorio de líquido extracelular, que se manifiesta en clínica

por un edema profundo de la herida por quemadura e hipovolemia sistémica. El

propósito reanimación con soluciones en lesiones por quemadura es restablecer el

volumen intravascular y respaldar al paciente durante las 24 horas iniciales de la

hipovolemia grave por quemadura.

Ocurre desviación masiva de líquidos en las lesiones por quemaduras por la pérdida de

continuidad entre los compartimentos intravascular y extravascular, con los volúmenes

intracelular e intersticial que aumentan a expensas del plasmático. Este es el concepto

crítico que subyace al shock por quemadura y las desviaciones de líquidos de las

lesiones por quemaduras y las desviaciones de líquidos de las lesiones por quemadura, e

informa de la base moderna de la reanimación temprana dirigida.

Se pueden usar varias fórmulas de reanimación diferentes con variabilidad en la

composición de la solución usada. El consenso es administrar la menor cantidad de

líquido necesaria para mantener una perfusión adecuada en todos los órganos, y que es
indispensable la resucitación de los electrolitos extracelulares perdidos en el tejido

quemado.

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