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Introducción
Si bien en los últimos años ha crecido notoriamente el interés por el desarrollo de la
movilidad, el mismo no es característica exclusiva de estos tiempos. En la antigüedad, 2.500
años a.C., en tumbas egipcias se encontraron dibujos que representaban ejercicios de
flexibilidad y movilidad.
Más acá en el tiempo, a principios del siglo pasado P.H. Ling, uno de los precursores de los
movimientos gimnásticos, ya prescribía ejercicios de movilidad articular para prevenir y
corregir defectos posturales. Y por último, a comienzos de este siglo, Niels Buck incorporó
ejercicios más dinámicos, que se caracterizaron por se movimientos rítmicos, suaves y
repetidos.
Definiendo la movilidad
Los sinónimos de movilidad son variados: flexibilidad, agilidad, movilidad articular
(concerniente a la articulación o los músculos, tendones, ligamentos y cápsulas). Puede
haber subcategorías en función del predominio de ciertos componentes de la movilidad.
Pero ya entrando en las definiciones, una que resume el espíritu del vocablo y es una de
más aceptadas reza que la movilidad es la capacidad y cualidad del deportista de
ejecutar movimientos con una libertad y amplitud adaptada a las articulaciones
involucradas por sí mismo o bajo la influencia de fuerzas externas.
Importancia de la movilidad.
En contraposición, los tejidos menos elásticos recuperan la longitud inicial más lentamente,
y lo que es más grave, no recuperan exactamente su nivel inicial.
Tipos de movilidad.
Existen varias clasificaciones de los diferentes tipos de movilidad. En este caso cabe
distinguir entre movilidad general y específica:
Se habla de movilidad general cuando la movilidad de
los principales sistemas articulares está suficientemente
desarrollada (articulación escapular, coxo-femoral,
columna vertebral). Para el caso puntual que nos ocupa,
es una referencia de medición muy relativa, ya que la
movilidad general puede ser alcanzada por diversos
grados de desarrollo, según los niveles deportivos y la
especialidad deportiva.
Por movilidad específica se entiende la movilidad que se refiere a una articulación bien
determinada. Así por ejemplo, el corredor de vallas tiene necesidad de una movilidad muy
buena de la articulación coxo-femoral, mientras que el tenista necesita una muy buena
movilidad de las articulaciones de los hombros, por citar dos ejemplos.
La movilidad activa está referida a la máxima amplitud de una articulación, que puede
obtenerse gracias a la contracción de los músculos agonistas y la extensión de los
antagonistas. Dentro de la movilidad activa se distinguen dos subgrupos, llamados
movilidad activa estática y movilidad activa-dinámica.
Entrenabilidad de la movilidad.
La movilidad debe desarrollarse rápidamente por medio de una sesión diaria de
entrenamiento y hasta dos sesiones en el mismo día. La edad óptima para el entrenamiento
de la movilidad se sitúa entre los 11 y los 14 años, por lo que es recomendable que el
trabajo principal de la misma debe efectuarse durante dicho período. Posteriormente, un
trabajo racionalmente dosificado será suficiente para mantener la movilidad en el nivel
óptimo alcanzado, según expresan varios autores.
Jürgen Weineck y otros autores, han establecido una especie de decálogo al respecto,
aplicable no solamente al tenis, sino también al resto de las disciplinas:
Durante las pausas entre series deben ejecutarse ejercicios de contracción y relajación.
En los ejercicios de extensión deberá alcanzarse los límites máximos varias veces, y
recién entonces intentar sobrepasarlo progresiva y paulatinamente.
Para alcanzar un nivel máximo de movilidad, los ejercicios de extensión deben ser
ejecutados en varias dimensiones y no solamente en una sola.
Dado que en la movilidad activa en la amplitud del movimiento depende en buena parte de
la fuerza de los agonistas, consiguientemente se deben introducir ejercicios suplementarios
Sobreentrenamiento de la movilidad
Es común entender que una adecuada flexibilidad es un factor importante para prevenir
lesiones, pero un aumento exagerado de la laxitud incrementa las posibilidades de lesión en
los ligamentos o la producción de luxaciones, según algunos autores (Alter, 1990). Sujetos
con excesiva laxitud no poseen un control y coordinación adecuados para el rendimiento en
el tenis; una hiper-movilidad articular puede convertirse en un factor negativo, al situarse los
reflejos protectores por debajo de los umbrales de activación normales, aumentando de esta
forma el riesgo de una eventual lesión.
Resumiendo, queda claro que no debe buscarse la hipermovilidad, sino el nivel óptimo de
movilidad que requiere el tenis.
Factores condicionantes
La capacidad de estiramiento depende de la posibilidad de vencer las resistencias que
ejercen diferentes componentes corporales a la elongación. Paralelamente, hay varios
factores que pueden limitar el movimiento de una articulación:
a) Balance muscular inapropiado: entre agonistas y antagonistas, por hipertonías,
contracturas, debilidades, etc.
Los siguientes son algunos de los factores que provocan esa resistencia.
Estructura genética:
Las miofibrillas presentan una estructura estriada. Aparecen alternativamente zonas claras
(las bandas Y) y oscuras (las bandas A), entre ambas se encuentra una línea, denominada
línea Z. Los segmentos entre dos líneas Z se denomina sárcomero. Este se podrá alargar sin
alterar su estructura, mientras quede algún enlace en los puentes de actina-miosina. Si la
situación excediera este punto se procedería una ruptura. Se estima que de la longitud
normal de un sarcómero, 2,3 micrones, se puede extender hasta 3,5 micrones (un 50% de
su tamaño original). Estas amplias posibilidades se ven atenuadas por la presencia del tejido
conjuntivo, menos elástico.
El tejido muscular:
El sistema muscular está conformado por
diferentes componentes anatómicos. Algunos de
estos componentes como las fibras
musculares, tienen la función específica de
provocar la contracción del mismo; otros, como
el conjuntivo, que tiene fundamentalmente
propiedades mecánicas y elásticas, además de
las de recubrimiento y protección. El tejido
conjuntivo se encuentra en todo la estructura del
músculo.
El tejido conectivo:
El cuerpo humano posee numerosas estructuras con tejido conectivo en su composición:
tendones, ligamentos, cápsulas y fascias.
b) Tejidos con elastina. La elastina es un componente de los tejidos que permite, una
vez que haya cesado la acción deformante, que los tejidos recuperen su forma y tamaño
habituales. Se localiza fundamentalmente en el sarcolema (tejido conectivo que envuelve el
sárcomero). En algunos sectores se encuentra una gran localización de tejido fibroso con
elastina (por ejemplo: columna vertebral). Como es de imaginar, este componente elástico
juega un papel muy importante en la posibilidad de extensibilidad de las células musculares.
El sexo:
En general, las mujeres jóvenes o
adultas son más flexibles que los
hombres de la misma edad, lo cual se
acentúa durante el embarazo, dado que la
mujer en ese estado segrega una
hormona, la relaxina, que favorecerá la
futura acción de parto, relajando
articulaciones y ligamentos, especialmente
de la zona pélvica. Una causa posible es
que la mujer, al tener importantes
cantidades de estrógeno, retiene mayor
cantidad de agua.
Los músculos mantienen entre si, lo que podríamos llamar, una homeostásis estructural,
siendo necesario que exista un equilibrio entre la fuerza o tensión que ejercen los músculos
en la relación agonista-antagonista. Los desequilibrios pueden deberse a diferentes motivos
(músculos hipertónicos, débiles, entrenamiento desequilibrado, etc.). Esta situación plantea
dos opciones en cuanto a la manera de encarar el entrenamiento: elongando la musculatura
acortada, o tonificando la debilitada
El momento del día:
Algunas observaciones en atletas de diferentes disciplinas, fruto de la experiencia en este
sentido, permiten manifestar que la flexibilidad es menor por la mañana, aumenta
progresivamente a lo largo del día, y vuelve a disminuir hacia la noche.
De 12 a 13 hs + 35 mm
Neurofisiología de la movilidad
El organismo humano tiene un sistema complejo de propiocepción, es decir la capacidad
del cuerpo de detectar el movimiento y posición de las articulaciones. Es importante en los
movimientos comunes, pero más especialmente en los movimientos deportivos que
requieren una coordinación especial.
El cuerpo humano cuenta para ello por un complejo sistema propioceptivo, compuesto
por una serie de receptores nerviosos que están en los músculos, articulaciones y
ligamentos, y que se encargan de detectar el grado de tensión y el nivel de estiramiento
muscular, es decir el sentido cinestésico de los músculos.
Estos receptores, en un proceso subconsciente y muy rápido, envían esta información a
la médula y al cerebro, el cual procesa esta información y la manda a los músculos para que
se realicen los ajustes necesarios en cuanto a la tensión y estiramiento muscular y así
conseguir el movimiento deseado. De este modo puede establecerse que los propioceptores
forman parte de un mecanismo de control de la ejecución del movimiento. Estos son:
Los nervios gamma, responsables del nivel de tono muscular, por ejemplo en presencia
de dolor, stress, miedo, etc..
a) Rápida aparición
Inervación recíproca
Cuando un músculo se tensiona, en forma simultánea se produce la relajación refleja de
la musculatura antagonista.
Este fenómeno, de una necesidad absoluta
para que se pueda realizar un movimiento,
se denomina inervación recíproca. Los
músculos actúan en forma inter-
coordinada, mientras que las fibras
aferentes -además de poseer terminaciones
monosinápticas- se proyectan sobre otras
neuronas medulares que inhiben a las
motoneuronas de los músculos
antagonistas.
El tenis y la movilidad
Analizando los puntos vistos hasta el momento, se desprende que en el tenis se aplican
estrictamente aquellos principios que justifican el desarrollo de esta cualidad, a saber:
d) Los triceps.
Por su participación en la extensión rápida del brazo en el saque, y como “limitante” en la
elevación del codo.
e) La articulación del codo.
Como punto de inflexión donde se
apoyan toda la musculatura del principal
miembro ejecutor de los golpes,
integrado por el brazo y el antebrazo.
Las formas que adoptan las retracciones musculares son estrictamente personales.
Dependen del patrimonio genético, y básicamente de la actividad deportiva –en este caso el
tenis-, de traumatismos, etc
Según explica el especialista argentino Nicolás Ferri, a grandes rasgos son 3 las causas para
propender a una correcta flexibilización del tenista:
Una espalda demasiado redondeada se debe a que el sistema músculo fibroso delantero,
que mantiene nuestros órganos en posición correcta, se encuentran mucho más tensos
hacia delante que hacia atrás. La perdida de longitud de estos músculos profundos
provoca que la cabeza y la región dorsal se inclinen hacia delante. Esta situación, en el
tenis, se ve agravada por la tendencia del cuerpo a prolongar el efecto del movimiento hacia
adelante, debido a que los golpes –exceptuando el revés- terminan en el plano sagital, al
frente
Por lo tanto, el fortalecimiento de los músculos espinales no hará más que debilitarlos,
puesto que ellos ya tienen un tono elevado. Por el contrario, si lo que predomina es la
rigidez de los espinales, tendremos una espalda recta o un aumento de la lordosis lumbar.
La generalidad de la gente trabajaría los abdominales con el objeto de oponerse a la acción
de los espinales, pero la realidad es que ningún músculo se opone exactamente al
otro, sino que es necesario no solamente trabajar en forma correcta sobre la
musculatura dinámica y, a la vez, operar sobre los músculos estáticos a través de la
flexibilidad y un adecuado programa de entrenamiento.
Los músculos “inspiradores” también son músculos estáticos, tiran hacia arriba para
mantener la caja torácica, en oposición a los abdominales que tiran hacia abajo. La actividad
aeróbica en exceso como así también el stress, acorta a los inspiradores aumentando el
diámetro de la caja torácica, deformándola y modificando la postura. Los abdominales no
son músculos tónicos y no tienen la capacidad para oponérseles, la espiración entonces se
hace insuficiente y por consiguiente la frecuencia respiratoria aumenta para paliar el déficit.
Los músculos de la dinámica (fasicos) encuentran como patología más frecuente una
debilidad por hipotonía y atrofia y su tratamiento es el fortalecimiento. Los músculos tónicos
presentan (debilidad) por hipertonía, rigidez y retracción conectiva y su tratamiento debe ser
la flexibilidad mediante contracciones excéntricas que aumenten su longitud y devuelva la
plasticidad.
a) Fijarse objetivos.
Establecer claramente si se busca desarrollar un programa para lograr mejor
movilidad articular, o solamente realizar un mantenimiento de las condiciones
presentes. Esos objetivos deben ser individuales para cada deportista y respetar los
requerimientos de cada disciplina deportiva.
b) Crear un ambiente de trabajo
Es recomendable crear un “clima especial de clase” cuando se
lleve a cabo una sesión de entrenamiento de la flexibilidad o
movilidad, buscando un ambiente de trabajo tranquilo y relajado
-entre otras cosas para evitar la activación de los nervios gamma- y
realizando los movimientos sin brusquedad y sin apuro. Las
posiciones de localización extrema se abordan y se abandonan
en forma lenta.
c) Seguridad.
Después de sesiones muy fatigantes de fuerza o de resistencia, no deben incluirse ejercicios
donde se realicen localizaciones muy extremas. Conviene instruir a los dirigidos sobre el
carácter absolutamente cuidadoso con que deben realizarse las asistencias para las
localizaciones o sobrecargas, evitando en todo momento las bromas, charlas o actitudes
displicentes durante las ejercitaciones. El nivel máximo de amplitud del movimiento -o de la
extensión- está indicado por la aparición de un leve dolor, (que no debe ser excesivo), que
indica claramente que se ha llegado al límite en ese momento. En el caso de los
deportistas lesionados, ese límite de dolor no debe alcanzarse.
d) Acondicionamiento previo.
Es recomendable iniciar las sesiones de entrenamiento
con una breve entrada en calor, si fuera posible
utilizando el stretching, técnica que se menciona más
adelante y genera un calentamiento localizado y
específico del músculo que se pretende elongar.
Técnicas de entrenamiento
Para describir las técnicas de estiramiento, llamaremos a la musculatura objeto de
estiramiento como homónima y la contraria heterónima, terminología propuesta por Sáez
(2005) para describir técnicas de estiramiento.
Técnicas Estáticas
Son aquellas en las que se llega al límite del rango de movimiento (ROM, en sus siglas
en inglés) y se mantiene esa posición mientras el músculo está estirado. Según Alter 2004,
existen cuatro formas básicas que corresponden a cuatro tipos de movimiento:
La Facilitación Neuromuscular Propioceptiva (F.N.P.)
La FNP proviene del campo de la rehabilitación y es un método que incorpora unos patrones
de movimiento espirales-diagonales y unas técnicas específicas, ambos desarrollados por
Kabat a principios de los años 50 con el objetivo de rehabilitar a pacientes de distinta índole.
Algunas de las técnicas de FNP denominadas de relajación, creadas por Kabat y variaciones
de las mismas empezaron a usarse a principios de los años 70 en el ámbito deportivo como
técnicas novedosas para la mejora de la flexibilidad.
Siguiendo la misma secuencia de actuación muscular que las anteriores técnicas han surgido
otras variaciones, como la Eccentric Training, similar a CR y HR, sólo que la contracción
previa al EEP es una contracción excéntrica. Se realiza con una banda elástica para poder
realizar un auto-estiramiento. Existen también otras variaciones que incluyen la contracción
previa al estiramiento mediante electroestimulación.
Técnicas Dinámicas
En éstas, que se caracterizan por realizarse de forma rítmica, se llega al máximo ROM
movilizando los segmentos a distintas velocidades y rápidamente se vuelven a la posición
inicial, sin mantener el estiramiento como en las técnicas estáticas. Podemos citar las
siguientes variantes:
Articulación de la cadera
En la extensión, o sea el movimiento hacia atrás, los factores limitantes son la tensión del
psoas-ilíaco (que cuando está acortado, favorece la lordosis) el ligamento íleo-femotal, el
tensor de la fascia lata y el recto.
Referente a la abducción, el movimiento de separación del muslo desde el centro a la
periferia, los músculos acortados son lo aductores y los ligamentos ílieo y pubo-femoral.
También será necesaria una gran capacidad elástica y contráctil para evitar quedarse en esa
posición una vez que se ha golpeado la pelota y, por el contrario, recobrar lo más
rápidamente posible la posición de juego. Es aquí donde la movilidad articular óptima y la
agilidad del jugador representan un papel determinante.
FINAL DE ESTE APARTADO:
Si Ud. ha terminado de estudiar éste y los demás apartados que componen este
módulo, proceda a rendir el examen. El mismo se encuentra en la carpeta
"Exámenes" que integra el CD.
Complete las preguntas y consignas que allí se piden, guarde los cambios y
envíelo como archivo adjunto a capacitacion@fuerzaypotencia.com. Le serán
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