“El maestro y el contrato en la teoría brousseauniana”
El profesor y matemático Guy Brousseau, es conocido por dar inicio a la
“didáctica de las matemáticas” dentro del campo científico, para analizar los procesos que dan lugar a la comunicación del saber matemático escolar e indagar sobre mejores condiciones para su realización. Para Brousseau, la didáctica de las matemáticas seria la “ciencia de las condiciones específicas de la difusión de conocimientos matemáticos útiles al funcionamiento de las instituciones humanas”.
Brousseau, y otros matemáticos fundarían y darían inicio a la llamada “Escuela
Francesa de las didácticas matemáticas”. Esta propuso que las escuelas tienen como cuestión central, la comunicación de saberes. Es decir, relación ternaria que hay en el sistema didáctico -saber, docente, estudiante-, el “saber” es el sujeto más importante. Gracias a este esquema, dejaba de analizarse al docente y al estudiante de forma aislada, sino que ahora el análisis era en base a la interacción ternaria. Además, esto permitió comprender un hecho didáctico, particularmente “la relación enseñante-enseñando”.
Brousseau, se internaría en una búsqueda donde se propuso a investigar cual
es el proceso pedagógico que creemos indispensable para obtener un buen conocimiento. El matemático se centró en las “situaciones didácticas”, sobre todo en las condiciones de producción de conocimiento. Pero para esto, primero había que comprender de que se trataba la enseñanza. Brousseau y su influencia en Piaget (constructivismo), lo hicieron llegar a la conclusión de que “los alumnos aprenden al adaptarse a un medio que es factor de contradicciones, de dificultades, de desequilibrios, un poco como lo hace la sociedad humana”. En simples palabras, el saber sería el fruto de la adaptación del alumno al medio, y este se manifiesta por respuestas nuevas que son la prueba del aprendizaje. Pero Brousseau, sabía que esta propuesta corría el riesgo de liberar de toda responsabilidad didáctica al maestro, es por eso que afirmó que la educación debía provocar en el alumno las adaptaciones deseadas mediante una selección cuidadosa de los problemas y situaciones que se le propongan.
Brousseau, corrió del análisis central a la situación del sujeto piagetano, y se
encargó de analizar a la situación didáctica, la cual definió como “conjunto de relaciones establecidas explícita y/o implícitamente entre un alumno o un grupo de alumnos, un cierto medio y un sistema educativo con la finalidad de lograr que estos alumnos se apropien de un saber constituido o en vías de constitución”. Es decir, para que los alumnos construyan conocimientos, el profesor es quien debe poner en contacto al estudiante con el “medio resistente” en una situación a-didáctica, situación en la que desaparece la voluntad explicita de enseñar. Aun así, el “medio” no puede ser considerado como la fuente de los saberes, ya que debe haber saberes previos, por lo tanto, para no caer en una pérdida de la responsabilidad didáctica, hay aceptar la interacción con la situación y las reglas de la interacción a través de un contrato didáctico portador de derechos y obligaciones para maestro y alumnos.
Para Brousseau, el contrato didáctico era un conjunto de comportamientos del
maestro que son esperados por el alumno y el conjunto de comportamientos del alumno que son esperados por el maestro. Es decir, el contrato debe regular las relaciones que maestro y alumnos mantienen con el saber, establece derechos y obligaciones de unos y otros en relación con cada contenido escolar.
Brousseau considera que la participación del profesor mediante la noción de
"memoria didáctica", ya que esta se manifiesta en el proceso de enseñanza a través la utilización de informaciones y datos personalizados, contextualizados, temporalizados y no universales.
La memoria didáctica permitiría imaginar una enseñanza adaptada a cada
momento a las necesidades y posibilidades de cada alumno en función de proyectos educativos diversificados y en sí mismos variables. Pero esta memoria didáctica depende del nivel de responsabilidad que el profesor asuma, es decir, a mayor grado de responsabilidad, habrá más resultados efectivos del accionar docente sobre el alumno, al intenta provocar un aprendizaje y modificar los conocimientos de éste.