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ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS PARA FAVORECER EL DESARROLLO DE LA

EXPRESIÓN MUSICAL Y CORPORAL EN EL JARDÍN DE NIÑOS.

3er. ENCUENTRO INTERNACIONAL DE EDUCACIÓN INICIAL Y


PREESCOLAR “TEORÍAS METODOLÓGICAS Y NUEVAS
METODOLOGÍAS EN LA EDUCACIÓN TEMPRANA”
MONTERREY, NUEVO LEON DEL 22 AL 24 DE MAYO DEL 2003

Mtra. Caridad Consejo Trejo


consejot@terra.com.mx

Introducción

El primer contacto que tiene el niño con el mundo exterior es apreciado por medio
de las sensaciones y es, la expresión auditiva, la primera en propiciarle vivencias
del mundo que lo rodea.

Estas sensaciones auditivas y la capacidad que posee el niño para diferenciar las
sensaciones agradables y desagradables que conforman su mundo emocional
permiten la adquisición y el desarrollo de la musicalidad sobre todo en al primera
infancia. Es pues, en esta edad tarea de la madre y del docente.

En el Nivel Preescolar, el niño comienza una etapa de socialización a partir de la


integración a un grupo fuera de la familia, por lo que, las actividades de música y
principalmente las actividades de canto en su inicio, deberán estar
contextualizadas a los juegos, juguetes, rimas, bailes o costumbres especiales,
etc., que le sean familiares al niño, para así iniciar la enseñanza de nuevas
canciones a partir de las ya conocidas, además de que el cantar en su inicio de la
educación preescolar se vuelve un recurso para la comunicación entre los mismo
niños y entre los niños y el docente.

Desde esta perspectiva, la Educación Musical juega un papel importante al cultivar


posibilidades de expresión creativa e interpretación personal de la realidad. Esto
obliga a una presencia constante en las actividades diarias. Si además el docente
adecua sistemáticamente e integra creatividad, juego y aprendizaje, valores,
normas y expresividad, los resultados serán la manifestación de un proceso
evolutivo equilibrado y progresivo.

Por otra parte, la Expresión Corporal definida como el lenguaje del cuerpo o
manifestación de la totalidad de la persona, la cual consta de posibilidades de
movimiento y quietud, de gestos y ademanes, postura y desplazamientos
organizados en secuencias significativas, en el tiempo y espacio, se incorpora a
las actividades del Jardín de Niños con la finalidad de promover la comunicación y
expresión en el niño, contribuyendo con ello al desarrollo de su personalidad.
Es por ello, que las Actividades de Educación Musical y Corporal que se realicen
en Educación Preescolar, deberán respetar la naturaleza del niño, sus
posibilidades personales, cultivarlo y encauzarlo, aprovechando las características
propias de su edad, tales como: su necesidad de movimiento, su placer y
necesidad de emitir y repetir sonidos, su deseo y necesidad de comunicarse, el
enriquecimiento de sus ideas y vocabulario, de gozar plenamente su juego e imitar
cuando ve y escucha a su alrededor, como recurso de desarrollo y para estimular
la creatividad.

Los fundamentos de la Expresión Musical y Corporal en el Jardín de Niños están


dados por los conocimientos que estos aportan en cuanto a conceptos,
procedimientos y actitudes que coadyuvan al desarrollo de las dimensiones
cognitivo, afectivo y psicomotriz.

Por lo que, a continuación se presentan algunos propósitos, contenidos y


estrategias didácticas en los que se fundamentan las actividades de Expresión
Musical y Expresión Corporal en el Jardín de Niños.

La Expresión Musical en el Jardín de Niños

La Expresión Musical en la Educación Preescolar según Raspo (1998:4) es un


medio que pretende:

• La expresión y la comunicación.
• El lenguaje que posibilita el conocimiento del mundo, de sí mismo y de los
demás.
• El desarrollo del individuo como ser creativo.

Para esta autora las experiencias de Expresión Musical se basan en dos formas
de contactarse con la música: la audición y la producción musical.

a) La audición es propia de cada momento de la actividad musical, en la que se


consideran dos instancias:

• La audición que esta presente en cada activad musical.


• La audición como momento destinado en la clase para “escuchar” obras,
trozos musicales preparados con el fin de una escucha orientada a
desarrollar el placer estético por la música.

b) La producción musical considera dos niveles:

• El niño actúa como reproductor e interprete de situaciones sonoras.


• El niño actúa como productor y organizador de situaciones sonoras.
Las actividades musicales pueden ser desarrolladas con la voz a través del canto,
con el cuerpo y el movimiento a través del ritmo y de las percusiones corporales
y/o instrumentos de percusión.

El Canto

El canto (Consejo, 1990) es una de las expresiones musicales más completas. Al


cantar el niño experimenta las cualidades del sonido con su voz, descubre los
elementos del ritmo, fraseo, los matices, en fin todo lo que constituye la expresión
musical.

A través del canto se le da al niño la posibilidad de conectarse con la música y al


realizar las actividades musicales se promueve el desarrollo afectivo y social, es
decir; se favorece la comunicación y la expresión a través del trabajo colectivo.

Las posibilidades de la expresión vocal (Raspo, 1998:6) contemplan los múltiples


usos de la voz como fuente productora de sonidos, hasta llegar al canto.

En el Jardín de Niños, el niño esta descubriendo su propia voz y las posibilidades


diversas que le permiten su uso en forma hablada y cantada. Esta condición exige
el máximo cuidado por parte del docente, para lograr un desarrollo sano.

Un aspecto a tener en cuenta, es que las canciones que el niño deba reproducir
con su voz tienen que aparecer en la tesitura acorde con su registro. Este registro
se encuentra comprendido en el equivalente a las voces femeninas.

Otro recurso que se puede incluir en las actividades de canto son las rimas,
ambas permiten al niño aprender a estructurar frases, a utilizar con propiedad las
palabras y comprender su significado, además de enriquecerse del conocimiento
acerca del mundo que lo rodea.

Algunos de los propósitos (SEC, 2001:53) que se pretenden lograr con el canto en
el Jardín de Niños son:

• Educar la voz en forma graduada, tomando en cuanta los índices de


madurez de los niños.
• Cuidar la voz para lograr una buena emisión, dicción, respiración,
articulación y una postura relajada.
• Formar un hábito de hablar y cantar en voz natural.

Además, los textos de los cantos:

• Fortalecen la percepción, atención y memoria.


• Ejercitan el manejo del lenguaje.
• Enriquecen el vocabulario.
• Estimulan la inventiva.
• Precisan el orden del pensamiento.
• Orientan e informan.
• Mejoran la manera de expresarse.
• Desarrollan la creatividad.
• Hacen dúctil la expresión.
• Agilizan la mente.
• Facilitan la claridad y sencillez de expresión.
• Cultivan valores sociales, históricos, tradicionales y morales.

El canto es una expresión artística por medio de la cual introduce al niño al mundo
de la música, además de ser un excelente medio pedagógico.

En este sentido, el canto por su riqueza musical y lúdica tienen las siguientes
características en el Jardín de Niños:

• Es una expresión musical corta (1 o 2 frases musicales, que corresponde a


4 u 8 compases), esta medida en música, es el equivalente exacto de uno o
dos versos. El verso es un conjunto de palabras con un sentido.
• Los versos o textos, deben ser sencillos y comprensibles para el niño,
tomando en cuenta su edad para esta selección.
• Es susceptible de interpretación mímica, el cual favorece el desarrollo
psicomotriz del niño.
• La práctica del canto propicia en el niño su desarrollo en varios sentidos,
como son el emocional y afectivo.
• Le da oportunidad al niño de descubrir las posibilidades de su garganta
como órgano de fonación, como medio expresivo de los acontecimientos
importantes de su vida.

El niño al llegar al Jardín de Niños trae consigo experiencias sonoras, es por eso,
que la función del docente será el de proporcionar actividades que las
enriquezcan.

Por lo que es importante considerara algunos de los aspectos que debe tener en
cuenta el docente como, respetar la tesitura de la voz del niño, procurar cantar
con afinación correcta y voz agradable, natural y relajada y hacer del canto
momentos de esparcimiento y alegría.

El Ritmo

El ritmo esta inmerso en todos los fenómenos de la naturaleza, no sólo en el


fenómeno musical, ya que hay ritmo respiratorio cardiaco, corporal, etc. El ritmo
(Willems, 1979, como se cita en Conde & Viciana, 1997) es “el acto perceptivo del
tiempo. Es el movimiento ordenado”. Platón definió el ritmo como “el orden del
movimiento”. Otros autores como Castañar y Camerino señalan que el ritmo es “la
estructura temporal de varias secuencias de movimiento”. (p.160).
A su vez el ritmo contienen elementos que Conde y Viciana (1997:161) clasifican
en dos bloques: pulso y acento.

• El pulso, es un ritmo de base que perdura en el tiempo. Constante durante


toda la melodía que corresponde a la sucesión continua ininterrumpida de
pulsos.
• El acento, son las pulsaciones que se destacan periódicamente dentro del
conjunto de pulsaciones, por concentrar una cantidad de energía mayor, es
decir; es el tiempo fuerte dentro del pulso.

Por lo tanto, los contenidos para el trabajo del ritmo en Jardín de Niños serán
principalmente: el pulso y el acento.

El ritmo tiene sus manifestaciones más visibles en el movimiento corporal. El


cuerpo es el instrumento natural relacionado directamente con los ritmos
musicales. Por lo que, el trabajo del ritmo se realizará por excelencia a través del
cuerpo y el movimiento.

Uno de los propósitos del trabajo del ritmo, es que el niño explore las posibilidades
rítmicas de su cuerpo y el mundo exterior, mediante la utilización de los diferentes
elementos del ritmo.

Sin embargo cabe señalar, que las actividades de ritmo deberán ser enfocadas en
un primer momento a que el niño descubra el ritmo en sí mismo y en el entorno, y
después al trabajo de los elementos del ritmo.

Los propósitos (García Conde & Col., 1977:19) que se pretenden lograr con las
actividades de ritmo en el Jardín de Niños son:

• Sensibilizar al cuerpo para colocar al individuo en la situación de poder


decir “yo siento”.
• Desarrollar correctamente las actividades fundamentales como: caminar,
correr, saltar, etc.
• Desarrollar correctamente las actividades motrices especiales como juegos
de imitación, destreza y percepción rítmica de los movimientos.
• Desarrollar la capacidad de concentración, percepción, atención y memoria.
• Favorecer la creación, al desarrollar las facultades emotivas que les
despierten el deseo de expresarse con su cuerpo, ante cualquier estímulo
sonoro.

La propuesta de trabajo del ritmo, parte de los movimientos básicos de la


locomoción como son el caminar, correr, saltar, salpicar, etc., así como de las
llamadas percusiones corporales que son los sonidos que se pueden producir con
alguna parte del cuerpo y en las que interviene prácticamente todo el cuerpo de
forma activa.
Percusiones Corporales e Instrumentos Musicales

Podemos acceder a la Expresión Musical a través de otras fuentes sonoras, el


cuerpo y los instrumentos musicales.

Como menciona Raspo (1998:8) el cuerpo es un excelente instrumento de


percusión, ofrece diversas formas de producción sonora, tales como son las
palmadas, pisadas, palmas sobre los muslos, chasquidos con las manos y con la
boca, constituyen una rica gama de posibilidades para “hacer música” a partir de
nosotros mismos.

Cabe señalar que estas percusiones corporales son la preparación o la


introducción a la práctica instrumental ya que el chasquido con la mano puede
convertirse en el movimiento previo para la utilización del crótalo, castañuelas,
etc.; las palmadas se transfieren al pandero, tambor de mano, etc.; las palmas
sobre los muslos, a los bongós, tambores, etc., y las pisadas se pueden
transformar en el movimiento necesario para el bombo de la batería, etc.

Por otra parte, los instrumentos musicales (SEC, 2001: 30) son objetos creados
para emitir sonido, los cuales proporciona a los niños la posibilidad de manipular,
experimentar y descubrir sus sonidos, así como crear y enriquecer formas de
expresión musical y con ello disfrutar la música.

Los instrumentos musicales pueden ser de naturaleza variada, desde los más
simples recolectados en el entorno: semillas, ramas, piedras, hojas secas, etc.,
objetos de uso cotidiano: cucharas, botellas, cajas, etc., hasta los más
convencionales: triángulo, pandero, tecomates, etc., lo más importante aquí es
poner en juego el potencial creativo y la capacidad para aprovechar los recursos
de la región en su elaboración.

El empleo cotidiano de las percusiones corporales y de los instrumentos musicales


permitirá la audición, reproducción, producción e interpretación de situaciones
sonoras.

Algunos de los propósitos (García Conde, 1977:33) que se logran con el uso de
los instrumentos musicales en el Jardín de Niños son:

• El desarrollo de la sensibilidad auditiva en el niño.


• El apoyo decisivo en la formación del oído armónico en el niño.
• La apreciación del timbre de los instrumentos de uso didáctico.
• La formación del sentido de responsabilidad al confeccionar los
instrumentos con ayuda del docente a cuidarlos y a guardarlos.
• La realización de audiciones musicales acompañadas de cintas
magnetofónicas, tocadiscos, artistas en vivo y otros recursos de acuerdo a
las posibilidades y el medio.
Los instrumentos de uso didáctico, pueden ser los instrumentos de percusión, los
instrumentos de cuerda, los instrumentos de aliento y los instrumentos melódicos.

a) Los instrumentos de percusión se clasifican en instrumentos de percusión de


sonido indefinido y sonido definido.

o Los instrumentos de percusión de sonido indefinido: claves, güiro triángulo,


tambor, bongóes, sonajas, maracas, etc. Estos a su vez se clasifican por su
forma de hacer sonido:

• Sonadores: sonajas, maracas, huesos de fraile, tabachines, cascabeles,


etc.
• Percutores: tambor, triángulo, claves, bongóes, platillos, pandero, palos de
madera, tecomates, crótalos, caja china, castañuelas, etc.
• Rascadores: güiro, raspadores, etc.

o Instrumentos de sonido definido: instrumentos de Orff, flauta dulce,


marimba, etc.

b) Los instrumentos de cuerda (eventualmente): contrabajo con dos cuerdas.

c) Instrumentos de aliento: flautas de carrizo con orificios.

d) Instrumentos melódicos: botellófono, marimba, xilófonos, teclado, etc.

El aprendizaje de su ejecución según Raspo (1998:9) pasa por una serie de


etapas que van de la observación, la exploración, experimentación, hasta lograr
determinados modos de ejecución a partir de partes que suenan, características
según el tamaño, forma, superficie, etc., modos de accionar sobre ellos, frotando,
raspando, percutiendo, sacudiendo, etc.

Con todo ello y como ya se comentó anteriormente los niños podrán reproducir,
producir e interpretar a través de acompañar sus cantos, rimas y versos, algún
trozo de música grabada o ejecutada en piano u otro instrumento y sus
movimientos corporales y danzas.

Del mismo modo, en las actividades con percusiones corporales y con


instrumentos musicales se podrán incluir algunas actividades rítmicas que
contemplen el pulso y acento. Sin embargo, se sugiere que las actividades con
percusiones corporales sean previas a la instrumentación.

Por último, se recomienda que el docente junto con los niños seleccione la música
y los instrumentos musicales a utilizar por familias, es decir; que se organicen los
instrumentos de acuerdo al material de que estén construidos. Si estas familias de
timbre diferente se combinan, se lograrán efectos de gran contraste y de sonido
agradable.
La Expresión Corporal en el Jardín de Niños

La Expresión Corporal (Stockoe & Harf, 1998: 13) es una conducta espontánea
desde siempre, es un lenguaje por medio del cual el ser humano expresa
sensaciones, emociones, sentimientos y pensamientos con su cuerpo,
integrándolo de esta manera a sus otros lenguajes expresivos como el habla, el
dibujo y la escritura.

La expresión por medio del gesto es natural en el niño desde los primeros
momentos de su vida, por ejemplo, el niño manifiesta tener frío encogiéndose,
igual que expresa el calor moviéndose. Otros estados de ánimo como el dolor, la
alegría, el miedo, etc., se expresan con más problemática interpretación, pero rara
vez el gesto puede disociarse totalmente del movimiento y del sonido, lo que
afirma su naturaleza global. Es por eso, que la Expresión Corporal por su carácter
global, debe ir unida a juegos y actividades en el que el gesto resulte ser una
necesidad para el niño de completar la expresión de manera conjunta.

El niño preescolar puede expresar con su cuerpo, se mueve con soltura, traduce
en movimiento lo que no puede expresar a través de la palabra, etc. Desde este
repertorio motor, irá adquiriendo otros movimientos que le permitirán construir
muchas maneras de comunicarse y por consiguiente ir descubriendo una nueva
manera de representar la realidad.

La Expresión Corporal permite al individuo conectarse consigo mismo y como


consecuencia, expresarse y comunicarse con los demás. Una de sus
características fundamentales es la espontaneidad, pues para la persona que
realiza una práctica no es necesario seguir un modelo.

Desde este enfoque y partiendo de que en el Jardín de Niños (Apel, 1998:75) el


cuerpo es el eje transversal de los aprendizajes y el lugar en donde se inscriben
los aprendizajes a lo largo de la vida, el Jardín de Niños deberá ser el espacio y el
tiempo privilegiado para preservar, recobrar, redescubrir el desarrollo de esas
posibilidades expresivas del movimiento a través de la Expresión Corporal.

Uno de los propósitos de la Expresión Corporal es el de darle la oportunidad al


niño de conocerse a sí mismo, para organizar sus conceptos de percepción y
manejar sus experiencias afectivas por medio del movimiento con sus tres
elementos: espacio, tiempo y dinámica del movimiento.

Para Schinca (2000:16) los propósitos que pretende la Expresión Corporal en el


Jardín de Niños son:

• La toma de conciencia del esquema corporal.


• Favorecer la capacidad de atención general.
• La introspección, la reflexión y el conocimiento de las posibilidades
personales.
• Sensibilidad e imaginación, sentido rítmico.
• Percepción espacial y temporal.
• Conciencia del cuerpo como instrumento de expresión en el espacio y
tiempo.
• Sentido de orientación, lateralidad y equilibrio, la relación con los otros de
manera activa y sensible.

Es tarea del Jardín de Niños y de sus docentes (Laritonsky, 2000:92) ofrecer


oportunidades para que todos los niños realicen actividades de expresión y
disfruten del bailar, el moverse, el representar, dramatizar, etc., que les permitan
formar un ser humano más dispuesto y sensible, que acepte formas de expresión
diversas, logrando una percepción de sí mismo, de las personas y del mundo,
aceptando la realidad heterogénea y compleja.

Es por ello, que las actividades de Expresión Corporal en el Jardín de Niños deben
ser orientadas hacia:

• La sensibilidad, el gusto del movimiento.


• La adquisición del sentimiento del movimiento (que este pueda evocar
estados, afectos, dar movimiento e imagen) y
• La capacidad de organizarlos.

Estos aspectos están relacionados con la dirección, velocidad, la forma, la


frecuencia, la energía y el peso, que son determinantes en el movimiento, y que el
docente deberá orientar a fin de promover el pasaje del puro placer a la consciente
intencionalidad de la generación del movimiento.

Cabe señalar, que no es necesario que el docente sea un especialista de la


Expresión Corporal, basta con que ponga sus experiencias, conocimientos y
afectos a disposición de los niños. Ya que la Expresión Corporal, convoca a todos.
Se aprende a mover el cuerpo, a descubrir formas propias de moverse, a indagar
otras formas de comunicación, a disfrutar del placer corporal, se adquiere
seguridad, se construye una mejor imagen corporal y por ende contribuye al
desarrollo de la personalidad. Por lo que, se hace necesario que cada sesión sea
vivida como única e irrepetible.

Lo que si es imprescindible, es que el docente conozca y maneje los diferentes


niveles de madurez psicomotriz del niño, realizando en cada sesión y de manera
sistematizada, actividades de mayor a menor esfuerzo físico iniciando por un
proceso de calentamiento, al mismo tiempo que se deberá identificar y respetar
las capacidades cognitivas y emocionales que posee cada niño.

Durante las actividades el docente fungirá como animador y observador,


registrando la personalidad de cada niño para encausarla mejor; buscando e
imaginando la manera de enriquecer sus conceptos, estableciendo un ambiente
de seguridad, respeto individual y en el grupo, afirmando más la conducta y la
adaptación al medio ambiente, evitando siempre una actitud pasiva.

EL Juego

Lo más primitivo de la expresión en el niño comienza con el juego y a medida que


va madurando, el juego va siendo más elaborado, imaginativo y creador, lo cual le
posibilitará la puesta en marcha de todas las formas expresivas.

El juego en los niños preescolares (SEC, 2001: 62) tiene como rasgo
característico la preocupación progresiva por la imitación veraz de la realidad. Es,
por tanto, una actividad lúdica que pone en juego lo sesoriomotor y lo intelectual al
mismo tiempo.

Las actividades que el docente sugiere a los niños por lo general tienen una
tendencia lúdica, ya que es a través de este, que logra interesarlo e involucrarlo
física y emocionalmente en los juegos y actividades del aula.

A lo largo del desarrollo el juego adopta diversas modalidades, de acuerdo a las


diferentes características e intereses de la etapa, por ello, se hace necesario que
el docente conozca este proceso, a fin de identificarlo y promoverlo.

Por lo que, se sugiere que las actividades de Expresión Musical y Corporal se


realicen a través de actividades de juego en donde la docente aprovechará la
expresión espontánea en el niño para introducir acciones enfocadas al
aprendizaje, así como, proporcione experiencias lúdicas para que las actividades
evolucionen y se enriquezcan.

Es necesario destacar que todas las actividades de Expresión en el Jardín de


Niños deben de interdisciplinarse ya que se incluyen y complementan entre sí, es
por eso, que en el caso de la Expresión Corporal se sugiere se complemente con
las actividades de Expresión Musical a fin de que se enriquezcan.

Del mismo modo, se sugiere que las actividades de Expresión Musical y Corporal
transmitan de forma viva el lenguaje musical, escuchando música y produciéndola,
dando la oportunidad al niño de conocerse a sí mismo para organizar sus
conceptos de percepción, manejar sus experiencias afectivas y expresar
sensaciones, sentimientos y emociones que le permitan comunicarse consigo
mismo y con los demás por medio del movimiento, empleando sus tres elementos:
espacio, tiempo y dinámica del movimiento.

Algo muy importante a destacar es que las actividades de Expresión Musical y


Corporal que se realicen en el Jardín de Niños, no deben llevarse a cabo como
una actividad rutinaria ni tampoco con fines de exhibición, es decir; las actividades
llevadas a cabo de manera sistemática permitirán periódicamente mostrar sus
adelantos en la educación y expresión artística además de su propia persona, en
sus movimientos, en la forma de expresarse, en la comprensión y sentido de
cooperación con los demás, etc.

Para lo que, se recomienda realizar en forma colectiva las actividades de


expresión, de tal manera que el entusiasmo y el interés no se pierda. No hay que
permitir que la clase decaiga. Cuando se observe cansancio, es preferible cambiar
de actividad, a que los niños se sientan forzados y pierdan el gusto por la misma,
aunque no hayamos logrado el propósito de la actividad.

Referencias Bibliográficas

• Apel, Tuli (1998) Aquietando la Inquietud en La Expresión Corporal el


Cuerpo en Movimiento. 0 a 5 Educación de los Primeros Años. Año 1 No. 7.
Buenos Aires: Novedades Educativas.

• Conde, C. J. L. & Viciana, G. V. (1997) Fundamentos para el Desarrollo de


la Psicomotricidad en Edades Tempranas. España: Aljibe.

• Consejo Trejo, M., C. (1990) Apuntes de la Asignatura Psicomotricidad.


Licenciatura en Educación Especial. Departamento de Educación
Especializada. Universidad Autónoma de Tlaxcala. México.

• García Conde de Nyssen, E. & Col. (1977) Actividades Musicales


Preescolares. México: Kapeluz.

• Laritonsky, Perla (2000) ¿Qué es la Expresión Corporal en el Jardín? en


• Recorridos Didácticos en la Educación Inicial. Buenos Aires: Paidos.

• Raspo De Vanesco, Edith (1998) La Educación Musical en El Nivel Inicial


en Educación Musical. Entre Melodías, Ritmo y Emociones. 0 a 5 La
Educación en los Primero Años. Año 1 No. 6. Buenos Aires: Novedades
Educativas.

• SEC (2001) Manual de Música, Canto y Juego en el Jardín de Niños.


Departamento de Educación Preescolar. México: Secretaría de Educación y
Cultura del Estado de Veracruz.

• Schinca, Marta (2000) Expresión Corporal. Técnica y Expresión del


Movimiento. España: Escuela Española.

• Stokoe, Patricia & Harf, Ruth (1998) La Expresión Corporal en Jardín de


Infantes. España: Paidos.

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