Nueva Sociedad

Separatas

Allen Cordero
El turismo y la dependencia latinoamericana

Artículo aparecido en

Anuario Social y Político de América Latina y el Caribe Nro. 6, Flacso /

Unesco / Nueva Sociedad, Caracas, 2003, pp 104-111
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es un proyecto de la
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Anuario Social y Político de América Latina y El Caribe - Año 6 - 2003

Trabajo, sociedad y desarrollo sostenible

El turismo y la dependencia
latinoamericana

¿Quién se acuerda hoy de la teoría de la dependencia? Allen Cordero

Prácticamente nadie, ni siquiera en el mundo acadé- Sociólogo y filósofo. Profesor e investigador en la Sede
mico de las ciencias sociales. ¿Por qué casi nadie se Académica Flacso-Costa Rica
acuerda de esa, otrora, gloriosa teoría? Porque se dice
que el análisis promulgado por ella así como sus
proposiciones en términos de política práctica queda-
ron obsoletos en el marco de la globalización1. Y es
que, para los nuevos críticos de la teoría de la depen-
TRABAJO, SOCIEDAD Y DESARROLLO SOSTENIBLE

dencia, en el contexto de la globalización ha emergido

una burguesía transnacional que inviabiliza cualquier
proyecto económico nacionalista. Por otra parte, quie-
nes critican la vertiente marxista del dependentismo
aducen que el socialismo ya no es posible, como que-
dó claramente patentizado con el derrumbe del socia-
lismo soviético y la crisis de los países que aún llevan
el rótulo de socialistas, como Cuba, por ejemplo.
¿Pero a qué viene esta evocatoria de la teoría de la
dependencia? Ni más ni menos a que hoy en día el
turismo se manifiesta como una de las actividades más
dinámicas del desarrollo económico latinoamerica-
no, pero al mismo tiempo donde se reproducen las

1. Permítasenos esta simplificación extrema del llamado enfoque

de la dependencia. Como se sabe, dentro de la perspectiva
dependentista privaron dos grandes tendencias: la nacionalista
reformista encabezada por Fernando Henrique Cardoso y Enzo
Faletto, quienes ensayaron una tipología de distintos grados de
dependencia latinoamericana, al tiempo que propugnaron que
en el marco del capitalismo dependiente había una oportunidad
para el desarrollo relativo, mediante un proyecto nacional de las
burguesías locales que impulsara cierto desarrollo hacia adentro,
o sea, básicamente nacional burgués (Cardoso/Faletto). La otra
gran vertiente, la marxista, señalaba que la dependencia era
consustancial al desenvolvimiento capitalista, esto es, que el
capitalismo desarrollado era tal, dado que entre otras cosas vivía
a expensas de la explotación de los países dependientes, y que por
ende la solución estaba en la ruptura con el capitalismo. Un
balance de la teoría de la dependencia puede verse, entre otros
trabajos, en Camacho; Elguea; Gomáriz; Kay; Sonntag.

104 El turismo y la dependencia latinoamericana. Allen Cordero


asimetrías del pasado. El capital turístico se revela con
fuerza inusitada en algunas de las economías naciona-
les, pero es un capital que construye grandes enclaves
que reproducen la exclusión social del pasado. A di-
ferencia del viejo enclave bananero, el de tipo turístico
explota las bellezas naturales de un país, en algunos
casos hasta restaura el paisaje natural, pero en térmi-
nos de la estructura económica la mantiene intacta, se
trata del capital transnacional explotando los recursos
naturales y humanos de regiones estéticamente bellas.
Los beneficios de los que se apropian las desdibujadas
fuerzas productivas nacionales, así como las comuni-
dades locales, son más que discutibles.
LA TIPOLOGÍA DEPENDENTISTA
Recuérdese cuál fue la tipología diseñada por los
fundadores de la versión nacionalista de este fenóme-
no para entender las gradaciones de la dependencia.
Según Cardoso/Faletto, en la América Latina de los
años 70 del siglo pasado prevalecían dos situaciones
básicas. Por una parte, la de «control nacional del
sistema exportador», o sea, aquellos países donde ha-
bía ocurrido cierto desarrollo de las burguesías na-
cionales controlando la producción, básicamente los
países de industrialización relativamente temprana
como Chile, Argentina, Brasil y México. Y, por otra,
los más atrasados entre los atrasados, esto es, los países
de economías de enclave, donde el sistema productivo
nacional no existía, donde más bien lo que prevalecía
era la economía metropolitana apostada sobre las
empobrecidas naciones. Los pequeños países centro-
americanos cargando con sus pesados fardos bananeros
constituían casos emblemáticos de tal situación. En
palabras de estos clásicos del dependentismo:
«En América Latina es posible determinar dos
situaciones básicas de relación de las clases entre sí,
con el Estado y con el sistema productivo, en función
del modo de relación de éste con el mercado interna-
cional y de la forma de control de la producción. En
un caso destacamos la especificidad de las ‹economías
de enclave›, en el otro el control nacional del sistema
exportador» ( p. 161).
Y es que para estos autores la clave para caracteri-
zar las estructuras económico-sociales era observar
cómo cada país se relacionaba con el mundo «desarro-
llado» y las implicaciones de la naturaleza de ese vín-
culo para la estructura social interna y para el consu-
mo nacional: «Esquemáticamente se puede decir que
el problema del control social de la producción y el
consumo constituye el eje de un análisis sociológico
del desarrollo orientado desde esta perspectiva» (p. 21).
TENDENCIAS RECIENTES DEL DESARROLLO TURÍSTICO
EN TANTO ACTIVIDAD ECONÓMICA
Después de esta nostálgica (pero no ingenua) intro-
ducción acerca de los marcos analíticos del pasado
El turismo y la dependencia latinoamericana. Allen Cordero
Anuario Social y Político de América Latina y El Caribe - Año 6 - 2003
sociológico regional, puede hacerse una rápida revi-
sión de las tendencias económicas sustanciales en
América Latina en cuanto a turismo se refiere.
Indudablemente el turismo constituye una de las
actividades más dinámicas en el contexto de la evolu-
ción económica reciente. Dos tendencias de la socie-
dad moderna confluyen para dar lugar a un desarrollo
creciente de esta actividad. Por un lado, se trata de la
mejora técnica que se expresa en la producción en su
conjunto, pero también en la producción de servicios.
En concreto, el avance técnico ha repercutido en los
transportes internacionales y nacionales. Del mismo
modo, la producción de servicios como alojamiento y
alimentación ha recibido el impacto de las transfor-
maciones técnicas y organizativas, lo que también ha
incidido en un abaratamiento relativo de los servicios
turísticos. La otra tendencia importante es el mejora-
miento relativo de algunos sectores asalariados de los
países desarrollados en cuanto a ingresos se refiere.
Esto quiere decir que un sector de los trabajadores y
trabajadoras de los países adelantados económica-
mente ha tenido la oportunidad de viajar y hacer
turismo.
Así, desde una perspectiva, puede verse el turismo
como un resultado del desarrollo económico, en este
caso del avance técnico. Pero desde otro punto de
vista, se le puede entender como una democratización
relativa del ocio activo2.
Como resultado de la combinación de las dos
tendencias anotadas, el turismo constituye una de las
TRABAJO, SOCIEDAD Y DESARROLLO SOSTENIBLE
actividades que mayor crecimiento ha venido mos-
trando durante las últimas décadas3. En el cuadro 1
puede observarse como en el periodo 1994-1998 el
número de llegadas turísticas creció en 20,4%, esto es,
2. Inspirándonos en Aristóteles podemos ensayar una tipología del
ocio. Por una parte, estaría el que podemos denominar «activo»,
que significarían todas las expresiones creativas de disfrute del
tiempo libre, p. ej., el gozar de la música, el viajar, la recreación,
etc. Aristóteles desarrolla esta temática en La política (p. 145). La
otra forma de ocio la denominamos «pasiva», ésta se encontraría
más asociada a la reposición de fuerzas con el propósito de pre-
pararse para el trabajo, esto es, el descanso total, como el dormir.
V. al respecto Aristóteles 1946, pp. 267-268.
3. Gershuny/Miles han ensayado una interesante conceptualiza-
ción del desarrollo de los servicios en el marco del capitalismo
desarrollado, profundizando en el impacto de la transformación
técnica en este campo. Desde el punto de vista del marxismo, el
análisis de Ernest Mandel constituye un clásico en términos de
entender cómo la diversificación de los servicios es un resultado
de una división creciente del trabajo. Por otra parte, el análisis de
Mandel es brillante cuando ilustra cómo el turismo, la recreación
y, en fin, el disponer de una mayor cantidad de tiempo libre,
pueden verse como un enriquecimiento relativo de la fuerza de
trabajo. Desde este punto de vista, el poder hacer turismo puede
entenderse como un avance social, puesto que el tiempo reque-
rido para la reproducción de la fuerza de trabajo no solo ha
disminuido, sino que al dedicar el tiempo liberado a actividades
creativas, sean éstas de carácter individual o comunitario, esta-
ríamos frente a un enriquecimiento de la vida social. V. Mandel
1969a, pp. 190-192; 1969b, p. 336; 1979, pp. 100-101, 375-
383.
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Anuario Social y Político de América Latina y El Caribe - Año 6 - 2003

Cuadro 1

Algunos indicadores básicos del crecimiento del turismo por regiones

(1994-1998)

Región Llegadas Participación % de Ingresos Participación % de

(miles) mundial (%) variación (millones de dólares) mundial (%) variación

1994 1998 1994 1998 1994/1998 1994 1998 1994 1998 1994/1998

Europa 329.807 381.076 62,5 60,0 15,5 173.182 228.856 51,1 52,1 32,1
Américas 107.049 122.682 20,3 19,3 14,6 95.753 119.965 28,2 27,3 25,.3
África n.d 24.679 n.d 3,9 – n.d 9.612 n.d 2,2 –
Asia oriental/ 76.948 86.629 14,6 13,6 12,6 61.915 68.598 18,3 15,6 10,7
Pacífico 61.915
Medio Oriente 9.868 15.035 1,9 2,4 52,4 5.107 8.022 1,5 1,8 57,1
Asia meridional 3.946 5.033 0,7 0,8 27,5 3.166 4.340 0,9 1,0 37,1
Total 527.618 635.134 20,4 339.123 439.393 29,6

Fuente: Clancy, p. 130; OMT 1999, p. 3.

un ritmo anual de crecimiento promedio de 5%. Esto
quiere decir, en números absolutos, que durante cada
año de ese periodo se sumaron alrededor de 2,7 mi-
llones de nuevos turistas. En 1998, tal y como se ve en
el cuadro que se viene comentando, se registraron
alrededor de 635 millones de llegadas.
En cuanto a los ingresos que se generan por
concepto de actividades turísticas, las cifras son gigan-
tescas. En 1998 se movieron en esta actividad alrede-
dor de 439.000 millones de dólares. En términos de
dinero, los ingresos en ese periodo subieron a un
ritmo promedio anual cercano a 7%, representando
TRABAJO, SOCIEDAD Y DESARROLLO SOSTENIBLE
de llegadas, mientras los ingresos continuaron eleván-
dose en 8,0% promedio anual durante el periodo. Por
su lado, puede observarse que en el conjunto de las
Américas las llegadas turísticas crecieron a 3,7%, en
tanto que los ingresos se elevaron a un ritmo anual de
6,4%.
El turismo continúa siendo una actividad altamen-
te concentrada en los países desarrollados económica-
mente. En gran medida sigue manifiestándose como
un intercambio social y cultural entre contingentes
humanos de poblaciones relativamente homogéneas.
Se trata substancialmente de europeos visitando euro-

así en 1997 alrededor de 35% del total mundial de
exportaciones de servicios (OMT 1999, p. 4).
En el periodo señalado las regiones del mundo que
mostraron tasas de crecimiento más dinámicas fueron
Medio Oriente, con un ritmo promedio anual de
13%-14% en llegadas internacionales e ingresos, y
Europa, que creció 3,9% promedio anual en términos
peos. O bien, de europeos visitando estadounidenses
y canadienses o viceversa. En consecuencia, puede
decirse que los beneficios económicos derivados del
turismo constituyen un fenómeno propio de los paí-
ses adelantados económicamente.
En el cuadro 2 se detalla cuál es el lugar de los
países pobres en el marco del turismo internacional.

Cuadro 2

Lugar de países en desarrollo e industrializados en el turismo internacional

(1998)

País Llegadas % Ingresos %

(miles) (millones de dólares)

Total mundial 636.581 440.986

Países en desarrollo:
Los menos avanzados 5.087 2.222
China 25.073 12.602
Nuevos países industrializados (NPI), Asia* 41.904 36.355
Total 180.198 28 114.761 26
Países industrializados:
Europa 263.837 174.451
Estados Unidos / Canadá 65.262 80.646
Australia / Nueva Zelandia 5.652 9.428
Japón 4.106 3.742
Total 456.383 72 326.225 74

(*) NPI de Asia: Hong Kong, República de Corea, Taipei, Singapur, Indonesia, Malasia, Filipinas y Tailandia.
Fuente: Vellas, p. 117.

106 El turismo y la dependencia latinoamericana. Allen Cordero

 Anuario Social y Político de América Latina y El Caribe - Año 6 - 2003

Cuadro 3

Crecimiento del turismo en América Latina y el Caribe, 1989-1998

Región Llegadas Ingresos por turismo % medio anual % medio anual

(miles) (millones de dólares) de crecimiento de crecimiento
(de turistas)* (en dólares)*
1989 1998 1989 1998
Sudamérica 8.324 18.247 4.927 15.074 13,2 22,8
Centroamérica 1.459 3.450 606 2.064 15,1 26,7
El Caribe 10.772 15.955 7.996 14.681 5,3 9,3
México n.d 19.810 n.d 7.897 n.d n.d
Total n.d 57.462 n.d. 39.716 n.d. n.d.

(*) Los porcentajes medios anuales se han calculado dividiendo el crecimiento total absoluto expresado en todo el periodo entre el número
de años (nueve) contemplados en el informe.
Fuente: Construcción propia con base en OMT, 1999.

Como se ve, en 1998 solo un poco más de un cuarto
de las llegadas internacionales fueron captadas por los
países pobres. Lo mismo sucedió con los ingresos por
concepto de turismo. Los restantes tres cuartos de
llegadas e ingresos correspondieron, por tanto, a los
países ricos centrales. Además, el turismo se sigue ex-
presando como una actividad fuertemente concentra-
da en Europa. Así, la Unión Europea estaba centrali-
zando 58% del total de llegadas registradas en los
países adelantados económicamente y 53,5 % de los
ingresos turísticos.
En lo que respecta al continente americano, aquí
también se manifiesta una alta concentración, espe-
cialmente en sus países más ricos, esto es, EEUU y
países absorbían alrededor de dos terceras partes del
total de ingresos recibidos en el conjunto del conti-
nente. Lo que quiere decir que la restante tercera parte
de captación de divisas de origen turístico se repartía
entre los demás países. En suma, el turismo en Amé-
rica Latina en 1998 venía a representar 9% del total de
arribos mundiales e igual porcentaje de los ingresos
turísticos.
Con todo, a pesar de que en términos relativos el
turismo latinoamericano aparece con un peso poco
significativo en el marco de referencia mundial, esta
actividad no deja de tener importancia para algunas
de las economías de la región. En el cuadro 3 puede
observarse que México sigue siendo el destino latino-

TRABAJO, SOCIEDAD Y DESARROLLO SOSTENIBLE

Canadá captaban en 1998 un poco más de la mitad de americano por excelencia: capta alrededor de una
las llegadas turísticas. En términos de ingresos, la tercera parte de todas las llegadas turísticas y cerca de
asimetría es aún más contundente, ya que estos dos un cuarto del total de los ingresos por este concepto

Cuadro 4

Las cadenas hoteleras más grandes del mundo, 1995

(basado en la oferta de habitaciones)

Rango Empresa País Habitaciones Hoteles

1 HFS, Inc. EEUU 509.500 5.430

2 Holiday Inn WW EEUU 369.738 2.096
3 Best Western International EEUU 282.062 3.462
4 Accor Francia 268.256 2.378
5 Choice Hotels EEUU 249.926 2.902
6 Marriott Corp. EEUU 198.000 976
7 ITT Sheraton EEUU 129.201 414
8 Hilton Hotels Corp. EEUU 90.879 219
9 Promus EEUU 88.117 669
10 Carlson/Radisson/SAS EEUU 84.607 383
11 Hyatt Hotels EEUU 79.483 172
12 Inter-Continental Inglaterra 61.610 179
13 Hilton International Inglaterra 52.063 161
14 Forte Hotels Inglaterra 49.183 270
15 Grupo Sol Melia España 46.825 185
16 Club Mediterranée Francia 45.205 150
17 New World / Renaissance Hotels Hong Kong 45.104 140
18 Westin EEUU 40.074 82
19 Société du Louvre Francia 32.926 511
20 La Quinta Inns EEUU 30.000 240

Fuente: Clancy, p. 131.

El turismo y la dependencia latinoamericana. Allen Cordero 107

Anuario Social y Político de América Latina y El Caribe - Año 6 - 2003
TRABAJO, SOCIEDAD Y DESARROLLO SOSTENIBLE
108
recibidos en América Latina. Por su parte, Sudaméri-
ca en su conjunto muestra datos de peso proporcional
similar a los que exhibe México individualmente.
En lo que respecta al Caribe, el turismo tiene un
peso excepcional en términos relativos al carácter de
estas economías. De acuerdo con el cuadro 3, en 1998
llegaron a los países caribeños casi 16 millones de
turistas, dejando en la región cerca de 15.000 millo-
nes de dólares. El ritmo de crecimiento durante el
periodo 1994-1998 fue considerable, 5,3% de pro-
medio anual en los arribos y 9,3% en los ingresos. En
algunos países del área, el turismo tiene una impor-
tancia realmente fuera de lo común. Por ejemplo, en
Antigua y Barbuda, y en Barbados de la actividad
turística depende mucho más de la mitad del produc-
to interno bruto. En otros países del Caribe –este es el
caso de Jamaica y Santa Lucía– el turismo aporta más
menos una tercera parte del PIB. En República Do-
minicana equivale a casi la mitad del valor de todas las
exportaciones (Dixon et al., p. 2).
En algunos países centroamericanos, Costa Rica y
Guatemala especialmente, el turismo ha venido mani-
festando una fuerza creciente, desplazando incluso al-
gunos productos tradicionales de exportación. En Costa
Rica en 1999 llegaron 1,03 millones de turistas, que
generaron ingresos equivalentes a 15,2% de las expor-
taciones, en tanto que en Guatemala ingresaron en ese
mismo año 823.000 turistas, dejando divisas iguales a
23% de las exportaciones nacionales (OMT 2001).
Esto hace que los gobiernos de los países de alta
incidencia turística empiecen a colocar las políticas
hacia el sector como un aspecto central en los asuntos
que tienen que ver con el desarrollo (o el subdesarro-
llo) de sus respectivas economías. En un sentido más
general, puede decirse que el debate acerca de los
impactos sociales, ambientales y culturales del turis-
mo tiene una creciente importancia, en la medida en
que la economía turística se hace más poderosa.
En tal orden de ideas, Georges Cazès ha explicado
que en el contexto de la historia reciente del turismo
pueden determinarse la formulación de tres discursos
centrales:
– El primero a propósito de la Conferencia de Was-
hington en 1975. Un discurso muy optimista donde se
entendía el turismo como el nuevo motor del desarrollo
para el Tercer Mundo y al mismo tiempo como
hacedor de paz, vehículo de propagación cultural, etc.
– El segundo en la década de los 80 y primeros años de
los 90. Crítica virulenta al discurso optimista anterior
que insiste sobre todo en las perturbaciones sociales y
culturales inherentes a las comunidades locales.
– Progresivamente se ha dado paso a un tercer discur-
so más sereno y moderado donde se han formulado las
propuestas de códigos de conducta de las empresas
multinacionales, turismo sostenible4, código de ética,
etc. (Cazés 2001, pp. 104-105).
Y es que cuando se habla de turismo no se puede
negar que al ser uno de los polos más dinámicos de la
El turismo y la dependencia latinoamericana. Allen Cordero
economía mundial ha atraído a grandes empresas
multinacionales. Tales firmas han sido objeto de en-
conadas críticas por parte de organizaciones sociales y
ambientalistas que se desempeñan en los espacios
locales y nacionales. Se les ha criticado por impulsar
un proceso de expropiación del placer local, para
luego vender sus paquetes estandarizados en un mar-
co de organización monopólica y globalizada de los
servicios. Cazès mismo ha explicado que el acceso a los
mercados internacionales exige la negociación con las
firmas multinacionales del transporte, operadores de
tours y de equipamientos recreativos. Por un lado
están las grandes cadenas multinacionales, por el otro
las pequeñas y medianas empresas que hoy luchan por
sobrevivir en el contexto de la mundialización (ibíd.,
p. 103).
LA TENDENCIA A LA MONOPOLIZACIÓN GLOBALIZADA
DE LOS SERVICIOS TURÍSTICOS
Michael Clancy ha ensayado un interesante estudio
de aplicación al turismo del concepto conocido como
global commodity chains, en adelante denominado
«cadenas globales de mercancías», o GCC, por sus
siglas en inglés (Gereffi; Gereffi/Korzenieweicz). Como
se sabe, mediante este concepto se trata de entender el
proceso de relocalización mundial de las empresas,
conforme al cual se opera una movilidad práctica-
mente ilimitada de las firmas globalizadas entre los
espacios nacionales; se da un proceso de generación de
valor a partir de un conjunto de actividades económi-
cas relacionadas; y, tal vez lo que es más llamativo de
este enfoque, se conforma una estructura de poder en
las firmas que determina cómo se asignan los recursos
a lo largo de las GCC. Esta estructura de poder,
consiste en que los núcleos sustanciosos de las ganan-
cias se quedan en los países centrales que manejan los
hilos de la comercialización internacional, mientras
que en los países pobres quedan los aspectos más
básicos de la producción, así como de los riesgos pro-
ductivos y organizativos (aspectos que tienen que ver
con las remuneraciones y derechos de los/as trabaja-
dores/as colocados/as en la base productiva). De ma-
nera sintomática, los Estados nacionales asumen el
papel de introducir a sus respectivos países en las
GCC. En tal sentido, devienen en actores facilitadores
de la globalización económica (Pérez Sáinz, pp. 15-17).
Clancy aplicó el concepto GCC a las dos subramas
más importantes del turismo, que son las de la hotelería
y las líneas áreas. Por razones de espacio nos limitare-
mos a exponer algunos de los hallazgos obtenidos para
el caso de la hotelería, pues este es uno de los rubros
4. Existe un análisis comparativo del desarrollo del turismo soste-
nible, tomando como base experiencias en Holanda y Costa
Rica, realizado por un equipo de investigación conformado por
investigadores/as de la Wageningen University y de Flacso-Costa
Rica. Los resultados de la investigación pueden consultarse en
Van der Duim et al.

más importantes del turismo en su expresión latinoa-
mericana.
Como lo muestra el cuadro 4, los hoteles de clase
turista están dominados por grandes cadenas transna-
cionales. Se observa además que, para 1995, 19 de las
20 empresas más grandes, medidas por número de
habitaciones, tenían su base en países desarrollados
económicamente. La número 20 se encontraba ubica-
da en Hong Kong, una colonia británica hasta 1997
(Clancy, p. 131).
De acuerdo con Clancy, existen dos factores esen-
ciales que condicionan la organización global de las
cadenas hoteleras: la naturaleza del producto de servi-
cio, que crea ventajas competitivas específicas para la
empresa, y la habilidad para separar estas ventajas de
la propiedad actual.
Entre las ventajas más importantes que las cadenas
hoteleras buscan está la de generar prestigio por la
calidad. Se debe tener en cuenta que la reputación o
confianza constituye un factor crítico en lo que res-
pecta al negocio del hospedaje. Una estadía en un
hotel es un «bien de experiencia», lo cual significa que,
a diferencia de la mayoría de productos, no puede ser
probado antes de que se consuma. En otras palabras,
la confianza puede estar basada en el nombre de la
compañía y ese nombre hace una pequeña diferencia
en el caso de los hoteles. Este factor inicialmente creó
incentivos para la formación de las cadenas, y también
animó a éstas a expandirse hacia el extranjero. La con-
fianza se vuelve especialmente poderosa cuando los
clientes se encuentran en un ambiente no familiar,
como lo puede ser otro país.
Una segunda característica definitoria para los
hoteles es que las ventajas estratégicas de las empresas
pueden ser separadas de la propiedad. El resultado ha
sido la expansión de hoteles enmarcados en cadenas
transnacionales, especialmente desde los años 60. La
industria hotelera en este contexto se entrelaza a través
de una serie de acuerdos contractuales. Así, las cade-
nas hoteleras venden más de lo que compran. En las
GCC, las empresas núcleo subcontratan la produc-
ción, mientras se concentran en actividades de alto
valor agregado como el diseño y mercadeo. Las cade-
nas hoteleras también tienden a operar lo más exten-
samente posible, lo que alcance el «largo de su brazo»,
pero comúnmente entran en acuerdos de «produc-
ción» a través de la venta o alquiler de su nombre a
dueños de hotel. Es el dueño quien provee gran parte
del producto de hospedaje a los clientes, por ejemplo,
habitaciones, camas y otros servicios, mientras que las
cadenas venden su nombre.
Las formas más comunes de expansión no equita-
tiva para hoteles dentro de nuevos mercados es a través
de contratos de gerencia y franquicias. Cada una se
basa en contratos en los que el dueño del hotel paga un
monto a la cadena hotelera. Los acuerdos de franqui-
cias varían, pero usualmente incluyen el uso del nom-
bre de la cadena, marca registrada, y otros servicios
El turismo y la dependencia latinoamericana. Allen Cordero
Anuario Social y Político de América Latina y El Caribe - Año 6 - 2003
como el acceso a sistemas de reservaciones llamando
gratuitamente a cambio de una tarifa fija a lo largo de
otros cargos basados en porcentajes. La cadena provee
normalmente conocimientos de operación adicional,
a menudo bajo la forma de manuales y otra informa-
ción, mientras que requiere que el hotel individual
mantenga ciertos estándares.
Desde los años 70 las cadenas han acelerado una
expansión no equitativa, especialmente en países sub-
desarrollados. La ubicación geográfica concreta de las
cadenas, esto es, los distintos hoteles que forman parte
de ella con su correspondiente ubicación geográfica,
puede atribuirse a una serie de factores, entre los que
sobresalen los siguientes: estrategias de la empresa,
demanda turística, políticas, índices de inestabilidad
política o de crimen local. A pesar de que hay eviden-
cia de que algunas empresas locales han sido capaces
de elevar el nivel de las ventas, debe tenerse claro al
mismo tiempo que los dueños de hoteles, los operado-
res de tours, esto es, los núcleos de las empresas ubi-
cadas en el Primer Mundo, continúan ocupando la
mayoría de los rangos superiores.
POR UNA TIPOLOGÍA DEL DESARROLLO TURÍSTICO
Recapitulando entonces, se han visto hasta aquí dos
características centrales en la evolución de la econo-
mía el turismo:
– Por una parte, es una actividad que se expresa prin-
cipalmente en los países desarrollados económica-
TRABAJO, SOCIEDAD Y DESARROLLO SOSTENIBLE
mente, tanto en lo que respecta al número de turistas
como a la captación de ingresos, (acumulación de
capital).
– Por otra parte hay una tendencia a que la mayor
parte de las ganancias del turismo, incluso el producto
del turismo que se concreta en los países pobres, en
realidad sea captada por empresas transnacionales con
núcleo en los países centrales. Esta realización máxima
de las ganancias se da a través de mecanismos como
cadenas transnacionales de hoteles, compra de pro-
piedades turísticas en países con destinos turísticos
apetecidos, cooptación de los viajeros internacionales
por parte de las líneas áreas «más prestigiosas», etc.
Esta organización del turismo a escala internacio-
nal, en el marco del capitalismo globalizado, impacta
fuertemente los modelos de desarrollo turístico nacio-
nal. El capital internacional del sector, en su búsqueda
de la reproducción ampliada de las ganancias, entra en
contacto con las realidades nacionales y locales, de mo-
do que el avance de determinados modelos de desarro-
llo turístico puede entenderse como una correlación
de fuerzas internacionales, nacionales y locales.
Los protagonistas centrales que dan forma a esta
correlación de fuerzas en sus expresiones locales se-
rían, en primer lugar, las empresas transnacionales o
capital turístico globalizado, y en segundo lugar los
gobiernos nacionales, que en general emiten políticas
de favorecimiento de lo que se denomina «inversión
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Anuario Social y Político de América Latina y El Caribe - Año 6 - 2003

Esquema general de interpretación acerca del desarrollo del turismo

Políticas estatales, Política turística local

nacionales y locales popular

Capital turístico Modelos de desarrollo turístico Espacios locales

transnacional turísticos

Estabilidad política nacional Cultura espacial popular

e internacional turística

extranjera» con escasas resistencias reguladoras a tal
penetración. El otro actor muy importante serían las
comunidades locales, que son los lugares donde final-
mente se concretan las distintas modalidades de oferta
turística. Gráficamente la situación que se estructura,
puede representarse como vemos arriba5.
De manera que el capital turístico internacional,
al buscar «integrar» en la circulación internacional de
las «mercancías turísticas» los espacios locales bellos,
no entra en territorios inertes, sino que se emplaza en
terrenos sociales concretos, poseedores por tanto de
tradiciones sociales y culturales que también se expre-
san en el campo turístico (cultura popular turística).
TRABAJO, SOCIEDAD Y DESARROLLO SOSTENIBLE
nio social y cultural local, aunado a Estados completa-
mente condescendientes con la globalización turísti-
ca, favorecería conformaciones enmarcadas claramente
en un modelo de «enclaves», que serían aquellas formas
de emplazamiento de lo turístico absolutamente do-
minadas por el capital transnacional en lo económico,
lo social, y lo estético-turístico.
De manera que tendríamos tres posibilidades
básicas de modelos de desarrollo turístico6. Una pri-
mera conformada como un predominio del capital
turístico transnacional que podríamos llamar «encla-
ves turísticos transnacionalizados». Una segunda po-
sibilidad sería la opuesta a la anterior y más bien se

Del mismo modo en el ámbito local puede encontrar-
se con un empresariado emergente «local» o bien con
la ausencia completa de este empresariado, y con una
fuerza laboral poseedora de tradiciones organizativas
o completamente carente de ellas. En términos gene-
podría entender como un modelo de predominio de
la participación local en la oferta turística. Finalmen-
te, una tercera posibilidad sería un equilibrio relativo
entre el modelo de enclave y el de participación local.
Gráficamente:

Tipología de modelos de desarrollo turístico

según la correlación de fuerzas entre capital turístico transnacional y fuerzas locales

Modelo A Modelo C Modelo B

«de enclave» «combinado» «de participación local»
Características centrales Características centrales:

* Predominio económico, social y cultural del
capital transnacional en la oferta de servicios
* La fuerza de trabajo local participa básica-
mente como mano de obra no calificada
* Expropiación de los espacios turísticos loca-
les.
Una combinación relativamente
equilibrada de características de
ambos modelos
* Predominio económico, social y cultural de
actores locales en la oferta de servicio
* Participación de la fuerza de trabajo con
negocios propios
* El pueblo y otros actores locales conservan
acceso y pertenencia de espacios territoriales
bellos, por ende, de disfrute turístico

rales, puede decirse que una fuerte presencia de lo
local, como lo puede ser una posesión de un determi-
nado capital social, tradiciones culturales y turísticas
propias, autonomía organizativa de sus sectores obre-
ros, campesinos e indígenas, puede dar lugar a mo-
delos de desarrollo turístico con mayor peso de las
fuerzas locales. En cambio, la ausencia de un patrimo-
5. Este esquema se basa en otro elaborado por el autor y que se
encuentra en un texto de investigación presentado ante Clacso
como producto de una beca de investigación disfrutada durante
2002. El texto, aún inédito, se titula: «Nuevos ejes de acumula-
ción y naturaleza: el caso del turismo». V. Cordero 2002.
6. La presente tipología se encuentra inspirada en otra referida a
modelos de desarrollo turístico ensayada en un trabajo anterior.
V. Cordero 2000.

110 El turismo y la dependencia latinoamericana. Allen Cordero

 Anuario Social y Político de América Latina y El Caribe - Año 6 - 2003

En el contexto sociopolítico imperante hoy en día en
América Latina tienden a prevalecer los destinos tu-
rísticos enmarcados en el modelo que aquí se ha deno-
minado «de enclave», por ello, la referencia inicial a la
teoría de la dependencia no es antojadiza. Se trataría
de una nueva dependencia reestructurada en el con-
texto de las nuevas actividades mediante las cuales la
región trata de sobrevivir en la arena internacional.
Pero eso no quiere decir que el territorio turístico
latinoamericano sea una especie de espacio inerte.
Todo lo contrario. En cada territorio bello turístico
puede detectarse una permanente conflictividad. Tal
conflictividad tiene que ver con la distribución social
del territorio, con la repartición de los beneficios
económico-sociales del turismo, y finalmente, con
algo no menos importante, como es que las comuni-
dades locales puedan seguir siendo felices al disfrutar
sin mayores restricciones de los espacios de expresión
liberada del ocio creativo.

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El turismo y la dependencia latinoamericana. Allen Cordero 111