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LA REFORMA SOCIALISTA: especulación urbanística y la corrupción política.
Ley de Reforma del Régimen Urbanístico de 1990, luego incluida en el Texto Refundido de
1992 siendo ambas de aplicación supletoria completa. Atribuyendo la subida de los precios del
mercado inmobiliario a prácticas de retención del suelo susceptible de ser urbanizado por
parte de los propietarios, se estableció un rígido sistema de adquisición de las facultades
urbanísticas del derecho de propiedad. Sin embargo, la doctrina constitucional estableció que
el legislador estatal no puede aprobar normas con la única finalidad de producir el efecto
supletorio.
LA REFORMA LIBERAL DEL URBANISMO DEL PP. La Ley de Régimen del Suelo y Valoraciones
de 1998, promovida por el Gobierno popular del presidente Aznar supuso en buena medida un
retorno a los planteamientos urbanísticos del TRLS’76. En todo caso, la LRSV’98 incorporó
previsiones liberalizadoras del urbanismo al acercarse a los criterios de mercado en el régimen
de las valoraciones y dar carácter residual al suelo urbanizable. Tuvo especial incidencia el
informe del tribunal de defensa de la competencia (1994), el cual estableció que lo prioritario
era aumentar la oferta de inmobiliaria lo que acabará por determinar una burbuja inmobiliaria.
LA NUEVA REFORMA SOCIALISTA DE 2007: modelo empresarial.
Ley de Suelo de 2007, incluyendo, junto a genéricas referencias al desarrollo urbano
sostenible, tanto las denominadas situaciones básicas del suelo (finalidad de evitar la
aplicación de criterios de mercado en las valoraciones urbanísticas) como el modelo valenciano
(que vincula la actividad urbanizadora a empresarios en vez de a los propietarios del suelo
afectado).
Ese modelo se lanzó en la Ley de la Actividad Urbanística de Valencia con la finalidad de
incrementar la eficacia urbanizadora y lograr la disponibilidad inmediata de suelos aptos para
la edificación. La determinación de los ámbitos que han de ser urbanizados, su ordenación y las
condiciones de ejecución se dejan a la libre iniciativa empresarial, aunque sus costes han de
ser asumidos por los propietarios afectados.
LA REFORMA POPULAR DE 2013: rehabilitación urbana del PP. Se establece una reforma del
TRLS’08 mediante la Ley de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas, norma que
pretendió orientar el urbanismo hacia la recuperación de las edificaciones deterioradas u
obsoletas, aunque con escaso éxito, debido a la tremenda crisis económica. El nuevo TRLS’15
es la norma general vigente en la materia.
3. LEGISLACIÓN URBANÍSTICA AUTONÓMICA
Aragón ha dispuesto de competencias exclusivas sobre ordenación del territorio, urbanismo y
vivienda. En la actualidad se encuentran vigentes la Ley de Urbanismo de Aragón de 2009
sometidas a grandes reformas.
Organización autonómica del urbanismo. La organización urbanística de la Administración de la
Comunidad Autónoma combina órganos unipersonales y colegiados, estas últimas de un
ámbito territorial periférico.
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4. ADMINISTRACIÓN LOCAL Y URBANISMO
Competencias municipales. En el Derecho español, el reconocimiento de un ámbito de poder
municipal autónomo exige dotar al Municipio de las competencias propias y exclusivas que
sean necesarias para satisfacer los intereses que le corresponden.
Una de las materias en las que se exige la existencia de competencias municipales es el
“urbanismo: planeamiento, gestión, ejecución y disciplina urbanística”. Con sujeción a ese
marco básico, en la legislación urbanística aragonesa corresponde con carácter general a los
Municipios “la actividad urbanística pública”, razón que lleva incluso a asignarles las
competencias residuales en la materia. Así mismo es necesario el reconocimiento de un
ámbito de discrecionalidad municipal en la ordenación del suelo urbano y en la clasificación
del suelo urbanizable requerido por el crecimiento de la población.
Las competencias urbanísticas municipales no pueden calificarse únicamente de ejecutivas,
pues alcanzan a la definición del modelo de ciudad con el correspondiente establecimiento del
régimen jurídico de los usos del suelo y las construcciones. En tal sentido, los planes generales
de ordenación urbana pueden ser concebidos como las grandes normas reguladoras de los
términos municipales. En todo caso, la legislación aragonesa concreta el alcance de la
autonomía municipal en materia de urbanismo en potestades generales de planeamiento,
gestión y disciplina.
Organización municipal. El ejercicio de las competencias urbanísticas municipales corresponde
normalmente al Ayuntamiento Pleno o al alcalde. Para ejecutar el planeamiento (urbanización
de terrenos, edificación y rehabilitación de viviendas) en bastantes casos se acude a la fórmula
de las sociedades municipales de gestión urbanística, que son personas jurídicas constituidas
por los Ayuntamientos con arreglo al régimen jurídico de las sociedades anónimas.