Vous êtes sur la page 1sur 4

Seguro que a muchos se os ha ocurrido alguna vez la idea de pintar la moto,

porque no os gusta el color que tiene, os habéis cansado de él o simplemente


porque de tantos golpes y caídas (O porque tiene más años que Matusalén) la
pintura, el carenado y otras piezas se encuentran en un estado bastante
lamentable. Pero claro, no se va coger uno la brocha de pintar techos y la pintura
plástica y darle una manita... Así que vamos a intentar contar cómo hacerlo y que
no quede una chapuza. Es más, que quede bien.

PREPARAR LA MOTO PARA PINTARLA

Lo primero que tenemos que hacer con nuestra moto para pintarla es
dejarla "en bolas". Es decir, desmontar todo lo que podamos.. Y
esto quiere decir todo lo que podamos: carenado en todas sus partes,
protecciones, guardabarros, etc....

Lo que se quede sin desmontar tendremos que taparlos


cuidadosamente con cinta adhesiva de papel (de la que usan los
pintores de casas). Para irlos pintando por partes. Al desmontar de
paso aprovechamos para darles una limpieza y engrasado que nunca
vienen mal.

Si la pintura está intacta y sólo queremos cambiar el color, podemos


pasar directamente a la limpieza. En este caso, no hay que darle
imprimación, sólo pasarle una lija fina para que agarre la pintura. Si
no, lo primero es eliminar toda la pintura que tenga. Para ello
tenemos varios métodos. El que yo os recomiendo es usar un
producto decapante de los que venden en cualquier droguería. Se
llevan casi cualquier tipo de pintura. El único inconveniente es que
hay que eliminarlos luego muy bien (con agua o disolventes, según
las instrucciones del propio producto), y mucho cuidado al abrirlo, no
te salte a la cara, evita el contacto con la piel. Raspar es otro
método, imprescindible si se resiste al decapante (sería rarísimo).
Tened cuidado con qué raspáis, porque podéis hacer unos arañazos
que luego no haya manera de quitar. También podéis utilizar discos
de lija o cepillos metálicos circulares puestos en la taladradora.
Finalmente, hay pistolas de aire caliente para decapar, pero la
mayoría no disponemos de ella. Si la usáis, mucho cuidado con
cualquier parte de plástico que hayáis dejado puesta o cerca, pues se
os puede fundir.

DEJARLA QUE "SE PUEDA COMER EN ELLA..."

Cuando ya tenemos las piezas sin pintura, tenemos que limpiarlo


concienzudamente.

IMPORTANTÍSIMO eliminar cualquier resto de oxido que haya,


lijando o con un cepillo metálico. Ojo especialmente a las soldaduras,
que son "escondites" perfectos para el oxido y la suciedad.
Recomiendo que frotéis las piezas metálicas con una lija fina o con
lana de acero. Así eliminamos cualquier capa fina de oxido y dejamos
una superficie algo rugosa donde agarra mejor la pintura.
Ahora se trata de dejar perfectamente limpio el metal para aplicar la
pintura. Lo mejor es quitarle el polvo con un trapo, y desengrasar
bien todo con un trapo empapado en acetona. Dadle varias pasadas
con acetona cambiando siempre la acetona y el trapo, para no dejar
ningún resto. Desde este momento, estas piezas no se pueden tocar,
pues dejaríamos la grasa de los dedos. Para manejarlo, hacedlo con
guantes o agarrando con un trapo. Aprovechad antes de la última
limpieza para tapar con cinta o papeles todo lo que no queráis pintar.
Tampoco conviene que pase demasiado tiempo desde que lo limpiáis
hasta que pintáis, para que no se forme nada de óxido. Si tenéis que
hacerlo, dejar todo en el sitio más seco posible.

Si la moto tuviera grietas o golpes, hay que masillar, lijar, masillar,


hasta que quede liso.

IMPRIMACIÓN

La imprimación es una primera capa de pintura que se agarra


bien al material a pintar y nos sirve de base para la pintura de
acabado. Esta primera capa (o capas) es fundamental y de ella
depende en gran medida el "éxito" de nuestra operación. Esta capa
cumple varias funciones: es una capa que se adhiere bien a la base, y
a la que se adhiere bien la pintura de acabado. Con ello aseguramos
que la pintura no se levante, salte, ampolle, etc. Esto es
especialmente importante si estamos pintando un plástico (no
olvidemos que los cuadros de fibra de vidrio son, al fin y al cabo, de
plástico) o metal, que crea una capa de óxido que impide (además de
que se oxide) que la pintura se agarre bien. Otra función que cumple
es proporcionar una superficie más lisa y regular, tapando algunos
arañazos o irregularidades del metal. Con ello el aspecto final de la
pintura de acabado es mucho mejor. Finalmente, proporciona una
base de color opaco y uniforme, para que la capa de acabado sea a
su vez uniforme en color y brillo. Cuando se trata de piezas de acero,
cumple además una función primordial: es antioxidante. El famoso
"minio" naranja que todos hemos usado alguna vez para pintar la
barandilla de la terraza no es más que un tipo de imprimación.
Estas capas antioxidantes impiden la formación de herrumbre en el
hierro, que sólo con una pintura de acabado no podríamos impedir.
Bueno, pues ya que sabemos para que sirve, llega la hora de
utilizarla. Lo primero, es elegir el tipo, especial para cada material
que queramos pintar. Para el acero se suele utilizar una pintura
antioxidante de oxido de hierro, que tiene un color rojo granate.
La podemos encontrar fácilmente, incluso en centros comerciales,
pues se usa para todo. En tiendas de repuestos de coches también la
tenemos, pues es la misma que se usa para los coches. En cualquier
caso, si conocéis una buena tienda de pinturas será donde mejores
cosas encontréis y más fácilmente, además del asesoramiento. Para
los que viváis en Madrid, hay una muy buena que se llama Mavi, en
la calle Luis Cabrera, esquina a Eugenio Salazar (no es por hacer
publicidad, sino por facilitar el trabajo). Para el aluminio existen unas
imprimaciones especiales. Lo mejor es seguir las instrucciones del
fabricante, ya que pueden variar de unos a otros.

Para el plástico también hay imprimaciones para que agarre la


pintura, como las que se usan antes de pintar los parachoques de los
coches. Si no dais imprimación en un plástico, en cuanto se seque la
pintura empezará a saltar. Os recomiendo que compréis la
imprimación en spray, pues a no ser que tengáis pistola de pintar es
la única forma decente de aplicar la pintura de manera uniforme.
Aplicad varias capas finas. Para evitar que chorree os recomiendo que
empecéis por las partes más recónditas, con capitas muy ligeras.
Después de varias capas (con 3-5 suele quedar bien) tiene que
quedar con una capa uniforme y sin chorretones, que se notarían
luego.
Si no habéis podido evitar gotas, lijadlas (cuando estén bien secas)
con una lija de agua del 600, y volved a dar un poco de imprimación
encima.

EL ACABADO

Esta es la parte que se va a ver, pero os aseguro que por muy bien
que hagáis el acabado, no hay manera de dejarlo bien si no habéis
seguido los pasos anteriores. El tipo de pintura es bastante libre,
asegurándose siempre de la compatibilidad con la imprimación, pero
los esmaltes acrílicos, como los que se usan para los coches quedan
muy bien, con un buen brillo y resisten bastante. En esta parte es
donde entra más la subjetividad. Podéis elegir pinturas brillantes o
mates, o incluso con efectos extraños (dorados, metálicos, con
reflejos...). La imprimación tiene que estar bien seca (depende del
tipo, pero por lo general unas 24 horas).

Aplicar el acabado es lo más difícil, porque aquí si que no podemos


lijar, y cualquier mota de suciedad o chorretón se notará. Pero como
ya tenéis experiencia de la imprimación, seguro que esto os sale
mucho mejor. El polvo es un gran enemigo; si hay polvo se os pegará
a la pintura mientras se seca. Aunque aparentemente no se vea,
quita brillo y si es entre capa y capa puede producir sombras y
"aguas" en la pintura, que no hay forma de quitar. Si en la
imprimación era muy recomendable, aquí es imprescindible aplicar la
pintura con pistola o con spray (que será lo que usemos la mayoría).

Podemos comprar la pintura en spray directamente, pero hay sitios,


como en la tienda que antes os dije, donde te fabrican el color exacto
que tu quieras (puedes elegir en catálogos) y te lo meten luego en el
bote de spray. Es muy cómodo y no sale demasiado caro.
Agenciaros unas cuantas boquillas porque siempre se acaban
obstruyendo. Además, dependiendo del tipo las hay que pulverizan
más o menos, más abierto o más cerrado... O sea, haced pruebas y
elegid. Y ahora viene lo más difícil: pintar. Como antes, el muy
importante dar varias capas finas, empezando por las zonas más
complicadas. Quedan mejor y no chorrean. Hay que agitar muy bien
el bote, durante varios minutos. Si, si, es un rollo y se te cansa el
brazo, pero nos estamos jugando el aspecto de nuestra máquina. Y
antes de darle a la moto, pulverizamos un poco en un cartón o papel,
para que luego el chorro sea uniforme. No paréis el chorro en la
mitad. Si ha quedado con poco, dar más pasadas, pero siempre
moviendo el spray. Puede ser necesario dar incluso 5 o más capas,
para dejarlo uniforme. No lo intentéis hacer en una o dos sólo,
porque chorreará la pintura.

Esperad entre capa y capa a que se seque la anterior. Y un último


consejo: pintad sin miedo. Si vais "acojonaos" os quedará peor. Los
habilidosos pueden incluso hacer degradados, o dibujos en distintos
colores, enmascarando las zonas que no queremos pintar con cinta
adhesiva. Esto ya queda al gusto y la habilidad del consumidor. Como
toque final, si queremos que nos quede con más brillo, existen
productos especiales para pulir pinturas. Algunos incluso incorporan
siliconas que aumentan la resistencia al agua y la intemperie. Si no
queréis pulir, pero queréis proteger algo más, podéis darle un barniz
de acabado como los que se dan en las pinturas metalizadas de los
coches (por supuesto, también en spray). Ya solo queda poner
pegatinas, quitar la cinta, montar la moto y a correr. Bueno, pues si
habéis llegado hasta aquí siguiendo todo bien, y con un mínimo de
maña, os habrá quedado la moto como nueva (o mejor, a vuestro
gusto). Sólo una advertencia IMPORTANTE: las pinturas llevan
disolventes, en su mayoría muy tóxicos y muy inflamables. Cuando
además, las estamos pulverizando, los riesgos se multiplican. Así que
tened cuidado con chispas, llamas, etc., pintad en un lugar ventilado
y poneros mascarilla, mejor de gases (de las de filtros) que de las de
polvo (las de papel) que para disolventes poco hacen, aunque
siempre es mejor que nada. Y luego, avisarme para darnos una
vuelta...

LA PISTOLA DE AIRE COMPRIMIDO

Es una pistola de pintura que se adapta a un compresor de aire. El


aire comprimido llega del compresor a la pistola a través de una
manguera. Este sistema no requiere una fuerte presión (de 0 a 10
bar).

Precisas aparte el compresor.

LA PISTOLA ELÉCTRICA

Es un aparato autónomo, manejable y ligero. Su presión varía en


función de la potencia del aparato: Potencia: 40 ó 120 vatios Presión:
100 ó 180 bar Caudal: 270 ó 350 gramos/min.

No os la recomiendo, la mayoría son una porquería.

Vous aimerez peut-être aussi