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CONTRATO DE DONACIÓN

1. ANTECEDENTE:
Derecho Romano: El concepto de donación aparece en el D. Romano, donde ella
implicaba el traspaso de derechos patrimoniales bajo la determinante de una pura y
simple generosidad. En el Derecho Clásico la donación no constituye un negocio
jurídico especial porque sólo existe como una causa, como fundamento práctico de
una adquisición patrimonial y nada más. Posteriormente, empieza a destacar la causa
donationis; por consiguiente, a perfilarse como un instituto autónomo cuando la Lex
Cincia del año 204 A. de C., establecía un régimen de prohibiciones para todas las
donaciones que sobrepasen de cierta medida. El Código de Teodosio se muestra muy
ligada a los testamentos y a los legados.
Derecho Medieval: En esta se reconocen los principios del Código Teodosiano, por
eso en esta etapa la donación requería de tres elementos: a) Un negocio idóneo para
el traspaso del derecho patrimonial. b) La adquisición del derecho patrimonial sin
reciprocidad o correspondencia -causa donationis-. c) La intención de llevar a cabo
una liberalidad -animus donandi- Según la naturaleza del acto patrimonial se
distinguen (al igual que en el Derecho Romano) las donaciones reales, obligatorias y
liberatorias. La primera, importa un traspaso de la propiedad o constitución de un
derecho real; la segunda, determina el nacimiento de un derecho de crédito a favor del
donatario y, la última, destaca la remisión de una deuda o gravamen que afectaba al
beneficiario.
Derecho Moderno: Al iniciarse el Derecho Moderno, cuando el sistema romano y
sobre todo la obra de Justiniano, habían merecido determinados estudios, los juristas
comenzaron analizar la verdadera naturaleza de la donación. Nacen así las escuelas
de Cujus en el siglo XVII y la de Furgole en el siglo VIII para las cuales la donación era
sólo un modo complejo que no se podía calificar ni de contrato ni de disposición de
última voluntad, menos encuadraba dentro de determinada índole de actos jurídicos,
ya que era múltiple, variable y de formas diversas 1. Así se dice que Napoleón, en el
curso de una discusión ante el Consejo de Estado, hizo sustituir el término de contrato
por el de acto, por no considerar conveniente a la naturaleza de la donación. En este
sistema, para la existencia del contrato, se requería inexorablemente de recíprocas
prestaciones.
Derecho Contemporáneo: En esta el tratamiento que se da a la donación es el de
considerarlo como un verdadero contrato. Además, la idea general, que es común a la
mayor parte de los códigos, es de la exigencia de los requisitos siguientes: un
empobrecimiento del donante y un enriquecimiento del donatario. Arias Schreiber2,
refiere que sus matices pueden ser y son en la práctica distintos, pero la institución
como tal es la misma en cualquier lugar y está basada en el desprendimiento gratuito
que se hace en vida por el donante, a favor del donatario y sin contraprestación por
este último.
En el Perú, el Código Civil de 1852 la regló en el Libro II: De las cosas, Sección
Primera: Modos de Adquirir el Dominio. El Código de 1936, en el Libro V: Derecho de
obligaciones, Sección Quinta: de los Diversos Contratos Nominados. El Código de
1984, en el Libro VII: Fuentes de Obligaciones, Sección Segunda: Contratos
Nominados, Titulo IV y más concretamente en los artículos 1621 al 1665.

1
LAFAILLE, HÉCTOR. Curso de Contratos. Tomo III, p.7.
2
CÓDIGO CIVIL. Exposición de Motivos y Comentarios. Tomo VI, p.279.
2. CONCEPTO Y DEFINICIÓN:
Etimológicamente, precede del latín doni datio que se juzga como liberalidad que una
persona ejerce en favor de otra, desprendiéndose generosamente de algo que es
suyo. Otros autores, suponen que deriva de donátio que significa don, regalo,
obsequio, dádiva o liberalidad, que es lo menos probable.
En sentido amplio, refiere Messineo3 que: “La donación es un contrato (con prestación
de un solo lado), en virtud del cual, una de las partes (donante), por espíritu de
liberalidad, y, por tanto, espontáneamente, procura a la parte (donatario), un
enriquecimiento (ventaja patrimonial): o transfiriéndole un propio derecho, o
constituyéndole un derecho, o pronunciando un derecho a favor de ella, o asumiendo,
respecto de ella una obligación (de dar, hacer, o de no hacer)”. En cambio, en sentido
restringido, el proyecto del Código Argentino dice: “Habrá donación cuando una
persona por acto entre vivos se obliga a transferir gratuitamente una cosa o un
derecho patrimonial, a favor de otro, que lo aceptare”. El primer concepto gana en
amplitud, aunque pierde en precisión, mientras que el segundo es importante porque
se refiere tanto a las coas como a los derechos.
Desde un punto de vista legal y circunscribiéndonos a nuestra sistemática jurídica civil,
el articulo1466 del Código Civil derogado señalaba: “Por la donación una persona
transfiere gratuitamente una cosa”. En tanto que el artículo 1621 del Código actual
define: “Por la donación el donante se obliga a transferir gratuitamente al donatario la
propiedad de un bien”. Nosotros, tomando esta definición legal, decimos, que la
donación es un contrato por el cual una persona llamada donante se obliga a transferir
gratuitamente la propiedad de un bien en favor de otra llamada donatario.
Se desprenden de esta definición los elementos siguientes: a) Los sujetos que
intervienen son el donate y el donatario, y, por tanto, es un acto entre vivos, pues la
que produce sus efectos a la muerte del donante, se rige por las disposiciones
testamentarias, conforme lo establece el numeral 1622. b) El objeto de la prestación se
extiende a toda clase de bienes, sean cosas (muebles e inmuebles) y derecho. c)
Comporta la obligación de transferir un bien, mas no la transferencia propiamente
dicha que tiene otro sentido. d) La gratuidad, se refiere al desprendimiento de bienes
sin compensación alguna.
3. DOCTRINA JURÍDICA:
A. Naturaleza Jurídica.- La doctrina explica la naturaleza jurídica del contrato de
donación por medio de las siguientes:
a) Doctrina anticontractualista.- Para no pocos autores la donación no es un
contrato, es un modo de adquirir la propiedad. En efecto, es una causa de adquisición
de la propiedad o una justa causa traditionis como lo recuerda Bibiloni. Precisamente,
el Código Teodosiano, para la existencia de la donación, exigía la entrega material de
la cosa; de este modo guardaba cierta semejanza con los contratos reales.
Así, Santos Briz4 expresa que “el Código Civil español regula la donación como uno de
los diferentes modos de adquirir la propiedad en su Libro II, a continuación de la
ocupación, otro modo de adquirir citado antes que la donación …. (sic). La gama de
tipos que la donación puede adoptar, no siempre contractuales, se recoge el Título II
bajo el epígrafe “de la naturaleza de las donaciones”.
Entonces, la donación no es un negocio de obligaciones del que surgiría para el
donatario un derecho para exigir al donante el cumplimiento de la obligación de
entrega del bien donado, sino un modo de adquirir la propiedad de un bien que lleva
3
MESSINEO, FRANCESCO. Derecho Civil y Comercial. Tomo V. p. 5.
4
SANTOS BRIZ, JAIME. Derecho Civil. Tomo IV, p.136.
en sí misma fuerza traditoria. En esta virtud, el donante no se obliga a transferir la
propiedad, sino que efectiva e inmediatamente transmite el bien donado al donatario.
Si éste acepta, solo manifiesta una adhesión al acto dispositivo del donante, pero no
un consentimiento contractual.
b) Doctrina contractualista.- En la doctrina jurídica clásica a donación solo se
concluía por la integración de la oferta y la aceptación de donde surge el
consentimiento contractual , por lo tanto a donación se caracteriza por la existencia de
un acuerdo de partes, una declaración de voluntad común sobre un objeto de
contenido patrimonial que tiene fuerza vinculante.
Castán Tobeñas señala que la donación es un contrato que cuenta con tres elementos
esenciales: a) El empobrecimiento del donante, toda vez que éste se desprenda de un
aparte de su patrimonio a favor del donatario. b) El enriquecimiento del donatario, lo
cual no es otra cosa que la incorporación de un bien a su patrimonio. c) La intención
de hacer una liberalidad expresada en el animus donandi debe ser interpretada como
un propósito de enriquecer al donatario. Ahora, la mayor parte de especialistas
sustentan que la donación es un verdadero contrato que se perfecciona entre el
donante y el donatario, consiguientemente, existe un acuerdo entre dos partes sobre
un objeto de interés jurídico.
c) Doctrina contractualista y del negocio jurídico dispositivo.- Expresa una
posición intermedia entre las doctrinas anteriormente expuestas, por eso estima la
donación como un contrato que sólo se perfecciona por el acuerdo de las partes :
donante y donatario o por la armoniosa integración de la oferta y la aceptación , de
donde surge el consentimiento contractual. Freitas, fue uno de los primeros en
considerar y legislar la donación como contrato, luego lo hizo Salvat de modo que
actualmente es la doctrina universalmente aceptada.
Sin embargo, esta concepción ha sido duramente criticada por diferentes autores. Así
Puig Brutau decía, que la aceptación del donatario no es suficiente para convertir la
donación en un contrato. Si la aceptación de la donación es un requisito de validez, no
es porque se repute indispensable el acuerdo o coincidencia de voluntades sino
porque se trata de cumplir una exigencia derivada de la libertad individual: que nadie
puede verse obligado a recibir un beneficioso sin su consentimiento.
En síntesis, estas objeciones, solo tienen el propósito de revivir la teoría del acto
unilateral de disposición (testamento), aunque no se duda de que ésta sea una
concepción más realista; sin embargo, se cree que la doctrina predominante es
aquella que considera la donación como un negocio jurídico dispositivo, que no niega
que el aspecto contractual de la donación puesto que se exige la aceptación del
donatario y funciona como un modo de adquirir a efectos de la transmisión de la
propiedad. En suma, concilia la doctrina contratualista con la que considera la
donación como un medio de adquirir la propiedad.
d) Posición del Código Civil peruano.- El Código de 1984, adopta la doctrina
contractualista , por ahí que su ponente Arias Schriber afirma que la ubicación de la
donación en el libro sobre Fuentes de las Obligaciones responde a la tradición y que a
su modo de ver es la más adecuada .Además recalca dos aspectos: s) La donación
que debe producir efectos a la muerte del donante se regula por las normas de la
sucesión testamentaria, desde que todo contrato constituye un acto inter vivos. 😎 Se
debe distinguir la donación de las liberalidades, exponiendo que en el Código Peruano
no cabe la donación liberatoria, ni la obligatoria ya que en ambos casos se tratan de
liberalidades. (1622)
Por último, debe reconocerse que en el derecho comparado predomina notoriamente
la doctrina contractualista, por eso se considera un acierto que el Código peruano
haya seguido esta orientación; sin embargo, a nuestro juicio, estimamos que la
donación encuadra mejor dentro de la concepción del negocio jurídico dispositivo, ya
que ve a la donación en su doble aspecto: como negocio de estructura contractual y
de función dispositiva.
4. ANALOGÍAS Y DIFERENCIAS:
La donación es una figura contractual que guarda similitudes y diferencias con algunas
instituciones que se le asemejan. Estas son:
a) Con el acto de liberalidad.- Se entiende por liberalidad aquélla por la cual con
una persona dispone de sus bienes sea en propiedad, en uso o goce, pero
también de sus actividades o servicios en favor de otra persona sin retribución
alguna. Existe aquí un desprendimiento de generosidad sin compensación
alguna. Existe aquí un desprendimiento de generosidad sin compensación,
pudiendo no mediar transferencia de dominio actual. En cambio, la donación
implica la transferencia de la propiedad del bien, por el cual se empobrece el
donante y se enriquece el donatario. La primera es el género y, la segunda, la
especie, en ese sentido, toda donación es un acto de liberalidad, pero no toda
liberalidad es una donación.
Existe liberalidad, mas no donación cuando Alberto condona a Betty una
deuda; cuando César interviene en un negocio para beneficio de Daniel y no
reclama retribución alguna o cuando Elvio le transfiere el uso de su propiedad a
Fausto. En estos ejemplos no existe transferencia de la propiedad a título
gratuito, sino liberalidades que comprenden beneficios o servicios realizados
gratuitamente. La mayor parte de los códigos civiles consideran a las
donaciones como actos de liberalidad. El Código Civil argentino, en cambio, ha
tenido cuidado de señalar las liberalidades que no son donaciones.

b) Con el acto unilateral de disposición.- Sostiene que para dar o donar basta
la voluntad del agente por tanto no es necesario la celebración de un contrato.
Para esta corriente de pensamiento, la donación en esencia es un acto
unilateral de disposición gratuita de bienes, más próxima a la disposición
testamentaria que al contrato. Sólo así concebida, se explica, que pueda ser
revocada por ingratitud e indignidad, que esté sujeta a reducción por inoficiosa
cuando excede los límites determinados por la ley, y que se halle vinculada a
los legados.

Tanto la donación como el testamento son actos jurídicos que presentan


caracteres comunes: son actos a título gratuito y de liberalidad, pero entrañan
notas diferenciales. La donación nace en virtud de un contrato, produciendo
efectos desde su celebración; el testamento, en cambio, es un acto o
manifestación de última voluntad cuyos efectos se producen desde la muerte
del causante. La donación, sólo puede ser revocada por causas que la ley
determina; pero, el testamento, sólo por voluntad del testador. Conviene
destacar, que no obstante reconocer la naturaleza contractual de la donación,
algunos códigos civiles como el francés, italiano y español, en algún momento,
la ubicación junto a las disposiciones de última voluntad.

c) Con el comodato.- La donación se asemeja también al comodato porque en


éste se cede el uso de un bien sin recibir nada a cambio, es decir, en forma
totalmente gratuita como en la donación. Se advierte asimismo un cierto
empobrecimiento en el comodante porque en ambos contratos se evidencia
sentimientos de generosidad. Sus diferencias son puntuales, ya que en el
comodato no existe enriquecimiento del comodatario ni empobrecimiento del
comodante puesto que se trata de una cesión temporal del uso del bien y no de
la transferencia de la propiedad que identifica la donación.

d) Con el mutuo sin intereses.- Igualmente, la donación se parece al mutuo sin


intereses porque se trata de dos contratos gratuitos, sin embargo se distinguen
porque en el comodato a diferencia de la donación no se aprecia una definitiva
transferencia patrimonial ya que el mutuatario, si bien la cantidad mutuada
pasa a ser de su propiedad, deberá devolver lo que recibió al cabo de cierto
tiempo, lo que constituye la diferencia más concluyente entre la donación y el
mutuo sin intereses.

e) Con la fianza.- Es más, existe similitud de la donación con la fianza ya que se


advierte la presencia de un cierto móvil altruista en el fiador que nos recuerda
al espíritu de liberalidad con que obra el donante, pero también se encuentran
diferencias. Así, en la fianza no existe la intención de enriquecer al fiado, el
espíritu de liberalidad de la donación está ausente en la fianza. Además, en la
fianza no existe transferencia de la propiedad de un bien que sale del
patrimonio del donante para ingresar al patrimonio del donatario.

f) Con el mandato gratuito.- Por último, existe semejanza de la donación con el


mandato gratuito, ya que el mandatario deja de percibir una remuneración por
el servicio que presta y que podría interpretarse como si fuera una donación,
pero sus diferencias son muy notorias ya que la posibilidad de donar servicios
deben ser considerados como liberalidades, mas no como donaciones. La
donación no es una mera ventaja o beneficio obtenido gratuitamente por el
donatario, sino un verdadero incremento patrimonial.

5. CARACTERES JURÍDICOS:
El contrato de donación mantiene notas peculiares que le son propios, lo que se
enumeran a continuación.
a) Típico.- La donación es un contrato típico porque esta disciplinado en el
ordenamiento jurídico civil, que prevé no sólo su definición, sino también sus
caracteres y efectos.
b) Consensual.- También es un contrato consensual porque para su
perfeccionamiento basta el acuerdo de las partes sobre el bien materia de
donación en el que es imprescindible tanto la oferta como la aceptación.
c) Principal.- Porque este contrato posee vida independiente o autónoma de
manera que no depende de otro contrato para su existencia y validez.
Asimismo, es un negocio que no se halla subordinado a otro.
d) De una sola prestación.- Sin margen de duda la donaciones es un contrato
de una sola prestación a cargo del donante a pesar de ser un acto jurídico
bilateral, como se tiene dicho es necesario la aceptación de la oferta.
e) De ejecución única.- La donación es también un negocio de ejecución única
aun cuando el bien donado sea susceptible de ser fraccionada en el tiempo, no
obstante ello, generalmente se ejecuta en un solo momento.
f) Gratuito.- La donación es igualmente un contrato gratuito, ya que no existe
contraprestación por parte del donatario. El cargo que se suele a veces
imponer al donante no tiene carácter gratuito del contrato algunas obligaciones
que la ley impone al donatario como la de pasar alimentos al donante en caso
de que sea necesario y de guardarle lealtad, etc.

g) Conmutativo.- Es un contrato de esta naturaleza porque las partes conocen


las ventajas y desventajas del contrato desde el momento de su celebración,
toda vez que parte de hechos ciertos, salvo que se trate de bienes que tendrán
existencia futura, en cuyo caso, por excepción, será aleatoria.

h) Obligacional.- Asimismo es un contrato obligacional, pues el donante se


compromete a transferir gratuitamente la propiedad de un bien. La traslación de
dominio se produce, por lo tanto, en ejecución de la prestación.

i) Sujeto a cierta formalidad.- El contrato ésta sujeto al principio de la libertad


de forma, pero por excepción sujeto a cierta formalidad. Por último, también
está sujeto a ciertas limitaciones porque no se puede donar más de ciertos
límites fijados por la ley.

6. SUJETOS Y CAPACIDAD:
A. Donante.- Como se tiene adelantado el donante es la persona que se obliga a
transferir en forma gratuita uno o más bienes en favor de otra, desprendiéndose de
esta forma de una parte de su patrimonio, lo que significa el empobrecimiento del
donante y el enriquecimiento del donatario en el que se advierte un desplazamiento
patrimonial como consecuencia de la ejecución de la prestación.
Por regla general, tienen capacidad para celebrar donaciones las personas que tengan
capacidad de ejercicio y hayan cumplido dieciocho años de edad; por excepción, los
menores de edad y los mayores incapaces pueden ser donantes pero sujetos a ciertas
limitaciones establecidas por Ley. Así:
a) El menor de Más de 16 años puede donar, pero necesita la autorización
expresa o tácita de sus padres que ejercen la patria potestad. (456)
b) Los menores de edad pueden disponer libremente de los bienes que adquieran
por su trabajo y sea producto del ejercicio de una profesión u oficio siempre
que hayan superado los 16 años de edad. (46)
c) Los incapaces no privados de discernimiento por excepción, pueden hacer
donaciones relacionadas con las necesidades ordinarias de su vida. (1358)
d) Los representantes legales de incapaces8tutor y curador) no pueden hacer
donaciones respecto de los bienes de sus representados. (538 – 3 y 568)
B. Donatario.- Es la persona beneficiaria de la donación que se enriquece con la parte
del patrimonio que graciosamente recibe el donante, lo cual significa que una parte del
patrimonio de aquél pasa al círculo de intereses patrimoniales del favorecido ,
generándose cierto enriquecimiento con el desplazamiento de los bienes donados. El
donatario por consiguiente no tiene que cumplir ninguna obligación (prestación) en
favor del donante, excepto el de gratitud.
Entonces, es razonable que la ley sea menos exigente en cuanto a la capacidad del
donante, por eso tienen esa condición no solo las personas con capacidad de
ejercicio, sino también en los casos siguientes:
a) El menor capaz de discernimiento, sin intervención de sus padres puede
aceptar donaciones, legados siempre que sean puras y simples. (455)
b) El menor que tenga más de dieciséis años de edad puede contraer
obligaciones o renunciar derechos siempre que sus padres lo autoricen
expresa o tácitamente, por ejemplo, en el caso de las donaciones
remuneratorias o con cargo.
c) El mayor sujeto o curatela, puede tener esta condición, pero será el juez quien
determine el grado de su incapacidad. (581)
d) Los incapaces no privados de discernimiento pueden celebrar contratos
(aceptar) relacionados con las necesidades ordinarias de su vida. (1358)
C. Limitaciones e impedimentos.- Ahora bien, por regla general, toda persona puede
celebrar contratos de donación ya como donante o donatarios; sin embargo, por
excepción, la ley establece algunas limitaciones e impedimentos, ajenos a toda
discriminación. Así:
a) Los cónyuges no pueden celebrar contratos de donación entre sí, respecto de
los bienes de la sociedad. (312)
b) Para disponer de los bienes sociales, se requiere de la intervención del marido
y de la mujer. Empero cualquiera de ellos puede ejercitar tal facultad, si tiene
poder especial del otro. (315)
c) Los padres no pueden enajenar (donar) los bienes de sus hijos, ni contraer en
nombre de ellos obligaciones que excedan de los límites de la administración,
salvo por causas justificadas de necesidad o utilidad y previa autorización del
juez. (447)
d) Los padres necesitan también autorización judicial para renunciar y aceptar
donaciones. (448 Incs. 4 y 9)
e) El autor no puede enajenar (donar) los bienes de su pupilo, ni aceptar
donaciones sin autorización del juez. (531, 532 y 4448)
f) El curador no puede enajenar (donar) ni aceptar donaciones si autorización del
juez, con las modificaciones establecidas para tal efecto. (568 y 1628)
En los tres últimos casos, la donación implica un acto de enajenación y no hay
necesidad para que los padres, tutores y curadores se autobeneficien con una
donación en su favor, actuando como representado y representante al mismo tiempo
(autocontrato).
D. Donación por representación.- Si se tratara de personas naturales es posible la
donación por representación, porque para disponer (donar) la propiedad del
representado se requiere que el encargo conste de modo indubitable y por escritura
pública bajo sanción de nulidad, así lo previene el artículo 156; pero, no se requiere de
la formalidad mencionada, cuando se trate de aceptar una donación, por interpretación
contrario sensu, porque en este acto no existe enajenación, consiguientemente, será
suficiente un poder con facultades de administración. En ambos casos se trataba de la
representación convencional.
Empero, si se tratara de personas jurídicas, los representantes legales requieren
autorización expresa para realizar actos de disposición o de donación, conforme lo
dispone el artículo 167; pero también pueden recibir donaciones conforme lo dispone
el artículo 167; pero también pueden recibir donaciones conforme a las leyes de su
creación si se trata de personas jurídicas de derecho público interno y/o de sus
estatutos o reglamentos tratándose de personas jurídicas de derecho privado.
7. OBJETO DE PRESTACIÓN:
A. Bienes que pueden donarse.- Desde luego, el objeto de la prestación de dar a
que se obliga el donante puede cubrir a toda clase de bienes, sean éstos corporales o
incorporales, pero que tengan existencia actual o futura, que sean determinados o
determinables y cuya enajenación a título gratuito no éste prohibida por la ley. Veamos
los casos:
a) Bienes existentes.- Todos los bienes que existan al momento de la
celebración del contrato pueden ser objeto de donación , como bienes muebles
e inmuebles , bienes fungibles e infungibles, consumibles o no, principales o
accesorios, divisibles o indivisibles, derecho y créditos, etc. Pero, también las
partes del propio cuerpo humano, órgano o tejido sujetos a las limitaciones
establecidas por la ley.
b) Bienes Futuros.- También pueden ser objeto de donación los bienes que
existirán en el devenir del tiempo, esto es, aquellos que el donante no puede
disponer de modo inmediato o al tiempo de la donación. Surgen las
orientaciones siguientes: a) La que prohíbe la donación de bienes futuros,
primero, porque no están incorporados en el patrimonio del donante ni podrán
ser objeto de entrega inmediata al donatario y, b) La que admite la donación
futura, porque el donante si bien no tiene un derecho actual sobre tales bienes,
pero los tiene en expectativa de los que puede disponer en el futuro. No se
trata de una condición sino más bien de un derecho potencial.
La norma dispone que cuando la prestación materia de obligación creada por el
contrato puede versar sobre bienes futuros, antes de que existan en especie, y
también la esperanza incierta de que exista, salvo las prohibiciones
establecidas por la ley. Igualmente, previene, que cuando la obligación creada
por el contrato recae sobre un bien futuro, el compromiso de entrega queda
subordinado a su existencia posterior, salvo que la obligación versa sobre una
esperanza incierta, caso en el cual, el contrato es aleatorio. (1409 y 1410)
c) Bienes ajenos.- La donación de bien ajeno, se rige por la promesa de la
obligación o del hecho de un tercero, previsto por los artículos 1470, 1471 y
1472, entonces, nada impide que una persona prometa a otra que gestionará
ante un tercero, para que éste le done un bien determinado. Esta promesa es
factible con cargo de que el promitente quede obligado a indemnizar al otro
contratante si el tercero no asume la obligación o no cumple el hecho
prometido.
Se advierte, que la indemnización a cargo del promitente tiene carácter de
prestación sustitutoria de la obligación o del hecho de un tercero; pero también,
puede pactarse anticipadamente del monto de la indemnización.
B.- Límites de la donación.- Por mandato imperativo del artículo 1629, nadie puede
dar por vía de donación, más de lo que puede disponer por testamento,
consiguientemente la donación es inválida en todo lo que exceda de esta medida.
Tiene, pues, por objeto salvaguardar la legítima de los herederos forzosos: los hijos y
demás descendientes, los padres y demás ascendientes y el cónyuge. La legítima
constituye entonces la parte de la herencia de la que no puede disponer libremente el
testador, la que varía según los casos contemplados en la ley y que aplicadas a la
donación resultan las limitaciones siguientes:
a) El donante que tiene hijos u otros descendientes, o cónyuge sólo puede donar
libremente hasta el tercio de los bienes. (725)
b) El que sólo tiene padres u otros ascendientes puede donar con libertad hasta la
mitad de sus bienes. (726)
c) El donante que no tiene cónyuge, ni parientes de los indicados
precedentemente, puede donar la totalidad de sus bienes, lo que podría ocurrir
solamente en las donaciones por causa de muerte.
Las donaciones que excedan de estos límites, por disposición expresa de la norma
invocada, resultan inválidas o inoficiosas; sin embargo, el exceso se regula por el valor
que tengan o debían tener los bienes al momento de la muerte del donante, mas no
como lo establecía el Código derogado donde el exceso de la donación se medía de
acuerdo al momento en que se celebró el contrato. Luego, la solución del artículo 1629
resulta acertada y justa.
C. Donación inoficiosa.- La donaciones inoficiosa son aquella cuyo valor exceden la
cuota que el donante puede disponer por vía testamentaria y cuyo exceso debe ser
reducida y restituida por el donatario al donante a fin de que no se perjudiquen las
legítimas de los herederos forzosos.
El numeral 1645 expresa, que, si las donaciones exceden de la porción disponible de
la herencia, se suprimen o reducen en cuanto al exceso las de fecha más reciente, o a
prorrata, si fueran de la misma fecha. Luego, si existe un exceso en la donación,
resulta evidente que tenga que regularizarse sobre la base de la supresión o reducción
de la misma o, alternativamente, a prorrata, si fueran de la misma fecha. Para facilitar
esta operación y no crear problemas se ha previsto dos situaciones: a) Entre dos o
más donaciones, sufrirá las consecuencias aquel que sea de fecha más reciente, esto
es, que si la primera donación llena el tercio de libre de disposición, es la segunda
donación la que quedará inoficiosa. b) Si las donaciones fueran de la misma fecha, la
supresión o reducción se hará a prorrata en forma proporcional y equitativa.
La acción de inoficiosidad de la donación o acción invalidatoria sólo puede ser
intentada por los herederos del donante, ya que antes de su fallecimiento aquellos
tienen apenas derechos en expectativa. Entonces, la acción nace a la muerte del
donante (no antes), porque sólo así se podrá comprobar que tales donaciones
perjudican o no las legítimas de los causahabientes. Además, el donante en vida,
después de haber hecho la donación, podría acrecentar su patrimonio sin llegar a
menoscabar a sus herederos forzosos, consiguientemente, tales herederos no pueden
oponerse a la donación que decida realizar, a no ser que el donante haya sido
sometido a curatela por prodigalidad y siempre que concurran los requisitos
necesarios para tal fin.
Los efectos de las donaciones inoficiosas son básicamente los siguientes: a) La
invalidación de la donación en todo lo que exceda de los límites fijados por la ley. b) La
restitución del bien donado al donante, o el valor de reposición si el donatario lo
hubiese enajenado o no pudiese ser restituido. c) Si el bien donado se halla gravado,
el donante deberá liberar el gravamen pagando la cantidad que corresponda y luego
subrogarse en los derechos del acreedor.
D. Donación conjunta.- La ley civil prevé el caso de pluralidad de beneficiarios de la
donación o codonatarios, tanto en las comunes como en las donaciones
matrimoniales. Ambas situaciones están sometidas a lo prescrito por el artículo 1630,
que dice cuando la donación se ha hecho a varias personas conjuntamente, se
entenderá por partes iguales y no se dará entre ellas el derecho de acrecer. Se
exceptúan de esta disposición las donaciones hechas conjuntamente a marido y
mujer, entre los cuales tendrá lugar el derecho de acrecer, si el donante no dispuso lo
contrario.
En el primer caso, el donante hace en favor de dos o más personas conjuntamente,
pero independientes entre sí, en cuya situación se entenderá que es por partes iguales
o en proporción equivalente al número de beneficiario. Se entiende que el contrato
señalara dichas proporciones y los porcentajes correspondientes si se trata de bienes
indivisos; en caso contrario, se presume que es por partes iguales. Entre codonatarias
no hay derecho de acrecer, que sólo existe en las disposiciones testamentarias, en los
cuales, un heredero aprovecha la parte del coheredero que no recoge o acepta la
herencia.

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