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Diana Carolina Gómez Ortiz

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Sufragismo
Los movimientos para la liberación de la mujer a lo largo de la historia han generado en la
sociedad ciertas posturas e ideologías que han permitido o, en caso contrario, impedido un
cambio en las relaciones sociales de la mujer y el hombre. El feminismo trata de eliminar
estos sistemas de ideas y propone un cambio en las jerarquías y desigualdades entre los
sexos con base a los estudios y análisis realizados de las condiciones en que son tratadas las
mujeres dentro de la familia, educación, política, trabajo, entre otros., mediante acciones
movilizadoras.
Estas acciones se llevaron a cabo ya de una forma organizada y de manera colectiva
dentro del siglo XVIII, por la necesidad de actuar ante los problemas de opresión y
explotación de la mujer, la cual no formar parte del Iluminismo de la Revolución Francesa
(esta igualdad y libertad que se pedía se podía ver solo en los hombres). Estos movimientos
y organizaciones para comenzar a reclamar aquellos derechos que se les eran negados,
junto con el peso de grandes figuras femeninas como Olympe de Gouges, dieron paso al
inicio de una gran revolución en el siglo XIX: el
derecho al sufragio. “Con el sufragismo, el
feminismo aparece, por primera vez, como un
movimiento social de carácter internacional, con
una identidad autónoma teórica y organizativa.
Además, ocupará un lugar importante en el seno de
los otros grandes movimientos sociales, los
diferentes socialismos y anarquismo”. (Varela,
2018)
Este movimiento lo podemos ver encabezado, en
su mayor parte, por mujeres que habían recibido en
algún momento de su vida alguna opresión,
explotación o abuso por parte de sus maridos,
padres, jefes o alguna figura masculina “superior”
a ella. Por lo que había mujeres de todas las clases

Ilustración 1
"Esta es la Casa que el hombre construyó".
Diana Carolina Gómez Ortiz
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sociales y edades, eran todas aquellas cansadas de ser excluidas de las tomas de decisiones
y ser solo la sombra de los “grandes hombres”.
Debido a esto, el “Movimiento Sufragista” -con mayor fuerza en Estados Unidos e
Inglaterra-, era un gran grupo que empezó a tomar un mayor poder y fuerza para poder
tener derechos. La británica Mary Smith dio su petición a favor del voto femenino frente al
Parlamento, defendiendo que “como ella pagaba los mismos impuestos y estaba sujeta a las
mismas leyes que cualquier hombre, debía tener el mismo derecho a elaborarlas mediante la
elección de representantes y a aplicarlas en los tribunales de justicia.”
Este movimiento significo un gran paso en el movimiento feminista ya que la mujer
se fue haciendo más visible y obteniendo cada vez más derechos. Se pudo ver el gran poder
que tenemos al analizar el comportamiento del hombre ante estas marchas, es decir, la
respuesta de los hombres ante estas grandes revolucionarias no era más que miedo ante lo
que se acercaba: igualdad y poder. Sin embargo, este mismo miedo fue aquel que impidió
que lo que se buscaba tardará en llegar, así que fueron castigadas, maltratadas y mal vistas
todas las mujeres que pedían este cambio, como es el caso de Maud Watts y todas las
mujeres que aparecen en la película “Las Sufragistas”.
Sin embargo, no todos los países empezaron estos cambios al mismo tiempo, la
mujer en América Latina sufría aun de ese silencio ante las situaciones que la oprimía en
todos los sentidos. Hasta 1947, cuando Eva Perón promueve la Ley de Derechos Políticos
de la Mujer, dando un gran poder a las mujeres y siendo una figura de lucha dentro de las
escenas políticas de Argentina. En 1953 se publica en el Diario Oficial de México, el voto a
la mujer; y, por otro lado, en 2015 las mujeres en Arabia Saudita votan por primera vez.
El sufragismo solo fue un paso previo a la igualdad de derechos que se iba empezar
a dar en la sociedad y un ejemplo de lucha. En la actualidad podemos ver que seguimos
luchando por nuestros derechos y manifestándonos en contra de la opresión de estos, como
es el caso del aborto. Se sigue creyendo que los derechos que tenemos ya son los
suficientes y quieren seguir opinando por nosotras con base en discursos de valor y
“morales”, y nombrándonos como siempre lo han hecho por luchar por nuestros derechos:
“locas”.
Debido a esto, debemos empezar a ver el feminismo como un derecho de la mujer a
elegir sobre su cuerpo, sobre el placer sexual, su capacidad de reproducir o no reproducir, a
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estar en contra del pensamiento de supremacía de algún grupo social, a no quedarse callada,
a romper estos cánones y roles que se han formado alrededor de la palabra “femenino” y/o
“masculino”. El feminismo no solo ve por la mujer, si no por todos. Ve a todos en un
conjunto social que debe cambiar su forma de pensar para poder romper con esas jerarquías
y opresiones que han marcado la historia de la sociedad de forma negativa. Y que, gracias a
estos movimientos que se realizaron y a estas mujeres que se levantaron en nombre de
todas las mujeres, se pudo obtener aquello que se les había quitado, aquello que había sido
violado tan solo por la simple razón de haber nacido mujer.

REFERENCIAS
o Astelarra, J. (1986) Las mujeres podemos: otra visión política. Barcelona: ICARIA
Editorial.
o El sufragismo en los carteles, la lucha por el voto femenino. (2018) En National
Geographic. Recuperado de
http://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/sufragismo-los-
carteles-lucha-por-voto-femenino_12317/6
o González, M. (2010) Las sufragistas británicas y la conquista del espacio público:
integración, recreación y subversión. Universidad de Cantabria. Recuperado de
http://revistaseug.ugr.es/index.php/arenal/article/view/1488/1672
o Montero, J. (2006). Feminismo: un movimiento crítico. Psychosocial Intervention,
15(2), 167-180. Recuperado en 25 de abril de 2018, de
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1132-
05592006000200004&lng=es&tlng=es.
o Varela, N. (2008) Feminismo para principiantes. Barcelona: Ediciones B.

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