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Heidegger según Laffoley - Una interpretación visionaria de la temporalidad

Edgar Oliver Lorenzana Medina

En el siguiente texto se tratarán de iluminar las influencias con luces heideggerianas


respecto a la pintura “Temporality” de 1974 del artista Paul Laffoley.
La idea es tratar de exponer tanto las congruencias como las incongruencias con
respecto al pensamiento de Heidegger matizadas por las interpretaciones hechas por el
artista, tomando en cuenta que éste utiliza no sólo de influencia a Heidegger sino
también al poeta Goethe, el filósofo británico Alan Watts, los físicos Nikolai Kozyrev y
Paul Davies, el ingeniero aeronáutico John William Dunne, el místico neopitagórico
George Gurdjieff y al antropólogo Mircea Eliade.
Debido a que se puede considerar el curso de la investigación de este trabajo como
truncado debido a que el artista no ha respondido aún un cuestionario lleno de
importantes dudas específicas a propósito de la relación que hace de los conceptos
tomados de Heidegger empotrados a los conceptos de los demás autores que encuentra
para darle articulación a su pintura, es menester reconocer entonces que la naturaleza de
este texto será solo vislumbrativa debido a una necesaria falta de interpretación integral
y absoluta de la obra.
Reconociendo estas limitaciones, empezaremos la investigación con el tópico de la
pintura la cual es como ya se mencionó, la temporalidad. Después se tratarán de
articular las influencias específicas tomadas de Heidegger y los demás autores
identificados en la investigación para finalmente aventurar una interpretación de la
pintura que trate de exponer el esqueleto conceptual de la misma donde los distintos
conceptos coexistan en una perspectiva coherente.
Tal como aparece en su libro “The Phenomenology of Revelation” los comentarios
encontrados adjuntos a la pintura hechos por el autor se ubican en la página 13.
El tema es la naturaleza de la temporalidad. El subtítulo reza: “evocación simbólica: la
geometría del cambio”.
Los comentarios son los siguientes:
“La mayoría de las geometrías (medidas de la tierra) que intentan modelar la reacción
de la conciencia humana hacia la naturaleza solo tratan efectivamente con la
espacialidad. Ningún aspecto de la temporalidad fue propiamente descrito por la
geometría hasta mediados del siglo XIX y apenas ahora estamos empezando a ser
capaces de expresar la naturaleza de la temporalidad por la geometría. Antes del siglo
XIX, la línea o el círculo fueron usados para caracterizar el Tiempo en ambos Oeste y
Oriente. A la eternidad le fue esencialmente dejado un blanco geométrico y cualquier
dimensión de la temporalidad debajo del Tiempo simplemente no se consideraba.
Ocasionalmente alguien puede haber usado una espiral para trata de unir las intuiciones
de la línea y el círculo, pero en general la rigidez de estas formas basadas espacialmente
de la geometría siempre han encontrado la temporalidad –en esencia, cambio-
demasiado elusiva.
Para 1859 una nueva rama de las matemáticas había surgido, conocida como topología,
interesada con aquellas propiedades de configuración geométrica (conjuntos de puntos)
que no son alterados por deformaciones elásticas (tales como estirarse o retorcerse); los
puntos son homeomórficos, permaneciendo los mismos a pesar de los cambios en
configuración. Ya que los puntos fue todo lo que quedó de la geometría clásica en
topología, la temporalidad finalmente tenía su geometría. Un punto es imperceptible e
inconcebible, por lo cual puede representar un instante del tiempo.
He usado la forma más compleja de la topología, nombrada tras su inventor, el
matemático Felix Klein (1849-1925). Una botella Klein es una superficie topológica
que parece encerrar el espacio pero en realidad no tiene exterior o interior. Ya que no
modela el espacio en el sentido convencional, he encontrado que puede trazar nociones
temporales de cambio como el zeitgeist de Goethe (espíritu del tiempo), el kairos (la
teleología del momento de crisis) y otros aspectos de la temporalidad que continúo
investigando”.
Quizás lo más pertinente sea comenzar con este concepto de la botella Klein que parece
tan imprescindible para el planteamiento posterior aunque, curiosamente, Felix Klein no
aparece mencionado en la lista de personas homenajeadas en la pintura.
Aunado con la breve mención hecha en los comentarios de la pintura, la definición
encontrada en http://www.geom.umn.edu/zoo/toptype/klein/ nos dice que se trata de una
superficie no-orientable, lo cual significa que si alguien pudiera caminar para recorrer la
superficie terminaría en el mismo lugar pero al revés.
Esto es correcto si consideramos una complicación extra: una verdadera botella Klein
existe en cuatro dimensiones por lo cual el nexo donde se une el extremo más pequeño
de la botella con el más grande no penetra el lado de la botella. Una botella Klein no
tiene borde, es libre de demarcaciones por lo cual solamente tiene un lado.
Según Paul Laffoley “la botella Klein es lo que nosotros somos como criatura
conciente, una forma interdimensional que va de la tercera a la cuarta dimensión (así
como la cinta Möbius va de la segunda a la tercera), algo así como una trompeta cuyo
extremo se dobla, penetra un lado y se identifica la punta de la trompeta con el extremo
abierto del otro lado pero cuando pasa a través de la superficie la única manera que
tenemos de modelarlo es rompiendo la superficie y así tenemos gente tratando de hacer
modelos de botellas Klein hechos de vidrio sin llegar a lo que es, debido a que la onda
electromagnética puede pasar a través del otro extremo sin ruptura. Es una superficie
que se intersecta a sí misma y no se perturba. Básicamente eso es lo que somos y es la
manera como surge la conciencia. La conciencia es como la sombra de la masa de la
que estamos hechos, se encuentra en cada parte del universo pero en el nivel atómico es
tan leve y parece tan mecánica que no tenemos la riqueza como nuestro sentido de
experiencia1”.
Ahora bien, ya que Laffoley expone que la botella no modela el espacio en el sentido
convencional, sostiene que puede trazar nociones temporales, en este caso aquellas
conocidas como Zeitgeist y Kairos. Revisemos brevemente su significado. Zeitgeist es
un término que se refiere a los caracteres distintivos de las personas que se extienden en
una o más generaciones a pesar de las diferencias de edad y entorno socio-económico,
es como una visión global que prevalece para ese particular período de progresión
socio-cultural. Es la experiencia de un clima cultural dominante que define,
particularmente una era.
Kayros, Kairos o Kayrós (καιρός, "el momento justo") es, en la mitología griega hijo de
Chronos, en la filosofía griega y romana la experiencia del momento oportuno. Los
pitagóricos le llamaban Oportunidad.
En la estructura temporal de la civilización moderna, se suele emplear una sola palabra
para significar el "tiempo". Los griegos tenían dos: Chronos y Kayros. Chronos es el
tiempo del reloj, el tiempo que se mide. Kayros, el momento justo, no es el tiempo
cuantitativo sino el tiempo cualitativo de la ocasión, la experiencia del momento
oportuno. Todos experimentamos en nuestras vidas la sensación de que llegó el
momento adecuado para hacer algo, que estamos maduros, que podemos tomar una
decisión determinada. Un concepto similar en el pensamiento de los mayas era el
Zubuya2.

1
Esta descripción es tomada del podcast emitido el 11-14-07 por Phase II en
http://technoccult.net/archives/2007/11/25/phase-ii-podcast-paul-laffoley-interview/
2
Diccionario de filosofía en CD-ROM. 1996. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona. Autores: Jordi
Cortés Morató y Antoni Martínez Riu.
Retomando la senda de las influencias que sigue Laffoley nos topamos con Alan Wilson
Watts quien fue un filósofo británico. Se le conoce sobre todo por su labor como
intérprete y popularizador de las filosofías asiáticas para la audiencia occidental.
Escribió más de veinticinco libros y numerosos artículos sobre temas como la identidad
personal, la verdadera naturaleza de la realidad, la elevación de la conciencia y la
búsqueda de la felicidad, relacionando su experiencia con el conocimiento científico y
con la enseñanza de las religiones y filosofías orientales y occidentales (budismo
Zen, taoísmo, cristianismo, hinduismo, etc.). Alan Watts fue un conocido autodidacta.
Becado por la Universidad de Harvard y la Fundación Bollingen, obtuvo un máster
en Teología por el Seminario teológico Sudbury Western y un doctorado honoris
causa por la Universidad de Vermont, en reconocimiento a su contribución al campo de
las religiones comparadas3. Respecto a sus consideraciones sobre la naturaleza del
tiempo nos encontramos con que su acercamiento al campo de religiones comparadas
tiene obviamente una notable influencia en su pensamiento. En un video de 1972 4,
Watts reta la suposición tan habitual de que somos el resultado de lo que ha ocurrido en
el pasado, es decir, el presente como resultado de eventos históricos. El pasado le da
forma al presente y éste al fututo, A causa B y éste causa C… ad nauseam.

Según Watts el tiempo como medida de la energía, es una medida de movimiento. No


debemos confundir la medida con lo que medimos. Somos esclavos de los relojes y
carecemos de presente porque hemos llegado a una convencionalización de lo que
significa el tiempo cuya consideración de un momento de tiempo se piensa como un
ahora que siempre está aquí y ya se ha ido. Como resultado, sentimos que no tenemos
presente, porque se desvanece instantáneamente, siempre se está convirtiendo en pasado
y tenemos la sensación de que nuestras vidas fluyen constantemente fuera de nosotros.
Y pensamos que tenemos futuro también, el cual es terriblemente importante porque
tenemos la ingenua esperanza de que el futuro de alguna manera abastezca lo que
estamos buscando. Pero por supuesto nunca sucederá porque nunca llega el mañana. No
tiene caso que la gente que no vive en el presente haga planes porque no están ahí para
ellos cuando llegan, sólo planean algo más. Son como burros corriendo tras zanahorias
perpetuamente atadas a sus propios collares. La verdad es que no hay tal cosa como el
tiempo. El tiempo es una alucinación. Una abstracción. Una fantasía útil como las líneas
de latitud y longitud. Sólo existe el hoy, nunca existirá otra cosa excepto el hoy.
3
Tomado de wikipedia
4
Recuperado el domingo, 24 de octubre de 2010 en http://www.informationliberation.com/?id=19192.
La propuesta de Watts es mirar al tiempo como un solo evento completo que incluye las
series de eventos que separamos de manera arbitraria y convencional. Dentro del tiempo
hay eventos en la historia, eventos que no guían a un presente futuro sino que todo
sucede en el presente5. Los eventos suceden y entonces simplemente se desvanecen al
igual que el sonido del gong que repentinamente aparece de la nada y desaparece en
ella. Pero hay un solo evento que abarca todo incluyendo los eventos y la nada. El
pasado es el resultado del presente, dice Watts. Lo que hacemos hoy crea y recrea la
historia. No es que el pasado nos conforme, en lugar de eso nosotros conformamos el
pasado. Tenemos que librarnos de la tiranía del pasado y desplazar nuestra atención al
poder del presente6. Miramos el pasado usando la lente de nuestras experiencias
presentes. Nosotros creamos nuestras experiencias presentes y mientras creamos estas
experiencias también creamos el pasado. Conformamos el pasado desde nuestro
presente. Lo que hacemos ahora crea el ayer. La historia no empuja el presente sino que
es el presente el que empuja al pasado.

5
Parte traducida del video: “Cuando comenzó el big bang, era el presente. El universo comenzó en un
momento “ahora”. Siempre cuando un evento que llamamos pasado llega a existir, en el presente y fuera
del presente. Falacia de la causalidad, eventos causados por eventos previos de los cuales resultan
necesariamente. ¿Qué significa un evento? ¿cuándo comienza el evento de un ser humano que está en el
mundo? ¿comienza en el humano o con el bebe en la concepción? ¿cuando el esperma es generado en el
padre o el ovulo en la madre? ¿o comienza cuando nace su padre o nace la madre? El comienzo del ser
humano en el nacimiento es totalmente arbitrario. Todos estamos de acuerdo con eso y por eso es válido.
Podemos definir la esfera solar por la extensión de su calor, luz, fuego. En todas estas analogías, concebir
qué tan largo es un evento es simplemente un asunto de definición. Hemos divididos eventos para
propósito de discusión de manera arbitraria. ¿Cómo distinguimos un evento de sus repercusiones?
Dividimos eventos de manera arbitraria y de alguna manera nos olvidamos que lo hicimos. ¿Cómo se
guían los eventos en los otros? En la realidad no hay eventos separados. La vida fluye como el agua; todo
está conectado. Un remolino de agua que vemos diario no es el mismo remolino, una cosa, es una
actividad. Podríamos tener un mundo sin cosas, sólo eventos. Cada cosa puede pensarse como evento y
todo evento fluye en el otro, no podemos decir con exactitud dónde termina y acaba otro. No necesitamos
la idea de causalidad para explicar cómo un evento previo tiene influencia en otro. “
6
Otra parte del video: “Un ejemplo de esto es un barco que deja olas en el agua, las olas nos dicen donde
ha estado el barco de la misma manera que nuestra memoria nos dice donde hemos estado. Pero mientras
rastreamos más hacia atrás, la memoria del pasado al igual que las olas del barco desaparecen. Lo
importante es recordar que la ola no dirige el barco, más que el movimiento de la cola dirige al perro.
Si insistes en ser movido, determinado por el pasado, es tu juego, pero el hecho es que todo comienza
justo ahora; pero nos gusta establecer una conectividad con el pasado, porque eso le da la impresión a otra
gente de lo que vemos. Estoy hablando por la misma razón que los pájaros cantan y las estrellas brillan.
Explicar las cosas por el pasado es rehusarse a dar una explicación, es posponerla lanzándola cada vez
más hacia atrás en el tiempo. Lo que sí explica las cosas es el presente. ¿Qué haces ahora?
Lo interesante preguntar no es ¿Por qué? sino ¿Qué? No puedo decir “hice esto y hago esto ahora”,
produciendo una línea continua de pensamiento, sino que ésta fluye al revés; lo hago todo siempre desde
ahora conectándolo todo lo que hago ahora con lo que hice para que puedas ver una historia consistente.
Liberarse del karma y dejar de ser un títere del pasado significa dejar el hábito de pensar que somos el
resultado donde se define uno como el producto de lo que ha pasado. El hábito más razonable y saludable
es definirse en términos de lo que haces ahora. Liberación de la situación ridícula de ser un perro
moviendo la cola.”
Siguiendo con las influencias específicas de la pintura encontramos a John William
Dunne, el cual fue un ingeniero aeronáutico y autor irlandés. En el campo de la
parapsicología, él alcanzó una superioridad con sus teorías de los sueños y sus libros
preocupados con la cuestión de la naturaleza del tiempo. Como ingeniero aeronáutico
pionero en los años del siglo XX, Dunne trabajó en muchos aviones militares
tempranos, concentrándose en diseños sin cola, produciendo aviones intrínsecamente
estables.

Dunne creyó experimentar sueños precognitivos. El primero que el registra ocurrió en


1898, en el cual él soñaba el tiempo en su reloj antes de despertarse y comprobarlo.
Veinte de tales experiencias, algunas bastante dramáticas, lo llevaron a emprender una
investigación científica del fenómeno, y de esto él desarrolló una nueva teoría de la
conciencia y el tiempo. Con años de experimentación con sueños precognitivos y
estados hipnagógicos Dunne postuló que nuestra experiencia del tiempo como linear era
una ilusión causada por la conciencia humana. Dunne discutió que el pasado, presente y
futuro son de hecho simultáneos y se experimentan secuencialmente debido a nuestra
percepción mental de ellos. Era su creencia que en el estado de sueño, la mente no
refrenada de esta manera podía percibir acontecimientos en el pasado y el futuro con
igual facilidad7.
De los físicos mencionados, Paul Davies es inglés y es conocido por sus intereses en
física teórica, cosmología y astrobiología, su investigación ha sido principalmente en el
área de la teoría de campo cuántico en espacio-tiempo curvado. Davies ha tenido una
asociación existente desde hace mucho tiempo con la problemática de la flecha del
tiempo8. Esto tiene que ver con el misterio de porqué la mayoría de los procesos físicos
en el universo parecen ir de una sola manera en el tiempo, mientras las subyacentes
leyes de la física que los gobiernan son reversibles ya que no tienen orientación
temporal definida.
En una entrevista publicada hace casi diez años Davies habla sobre la flecha del tiempo
y la posibilidad de viajar en el tiempo: “Aquí es donde H.G. Wells se equivocó. Su
viajero del tiempo se sentaba en la máquina y entonces presionaba unos cuantos botones

7
Texto en inglés traducido, tomado de la página http://en.wikipedia.org/wiki/John_William_Dunne
8
La segunda ley de la termodinámica expone que la entropía presente en un sistema cerrado tiende a
incrementar con el tiempo. Fusiona hidrógeno y oxígeno y obtienes agua. Disuelve el agua y de nuevo
tienes hidrógeno y oxígeno. No obstante, la energía “útil” presente no será la misma ahora como era antes
de que empezaras. En fenómenos macroscópicos, esto es referido como la flecha del tiempo. Significa
que el tiempo no es una ilusión de la conciencia. El tiempo tiene propiedades físicas reales y va en una
sola dirección.
o algo y efectivamente ponía en reversa la gran película cósmica. Todo corría hacia
atrás. Entonces cuando llegaba a donde quería ir apretaba el botón de detenerse, igual
que la reversa de un reproductor de video. Pero el viaje en el tiempo del cual estoy
hablando no es así.
No es un método para de alguna manera revertir la flecha del tiempo. Se va en un viaje
a través del espacio, en un bucle cerrado y se llega de nuevo al punto de comienzo antes
de que te vayas. No hay reversión de la flecha del tiempo, no se pone la gran película
cósmica en reversa. Todo a tu alrededor continúa en dirección hacia adelante, así que en
tu vecindario local la flecha del tiempo no resulta cambiada. Los huevos aún se rompen
y no se re-ensamblan.
No es que retrocedas en el tiempo, es que estas visitando el pasado. Hay una distinción
entre ir hacia atrás en el tiempo, en el sentido de reversión a través del tiempo e ir al
pasado, lo cual es de lo que estoy hablando.9”
Nikolai Aleksandrovich Kozyrev fue un astrofísico ruso que hizo varios
descubrimientos significantes sobre la naturaleza de la causalidad mientras estudiaba las
propiedades del tiempo. “Primero, demostró que la causa siempre esta fuera de la
entidad en la cual el efecto se realiza, sin hacer caso de si la entidad es física o mental.
Segundo, él dijo que el tiempo es grueso alrededor de una causa, porque la energía esta
siendo añadida, y delgada alrededor de un efecto, porque la energía esta siendo
sustraída. Y tercero, él demostró que causas y efectos están separados por una diferencia
finita espacio-temporal y que la transición entre ellos es realizada solamente con la
ayuda de la que él llamó el patrón temporal Ce.
He identificado la transición de la cual habló Kozyrev como uno de un número de
portales entre el cuarto y el quinto reino dimensional. El fenómeno, al cual llamo el
abismo de la transición en el tiempo, es una singularidad natural que puede ser
atestiguada10”.
Ahora que está un poco más claro el entramado de influencias y consideraciones
particulares que serán usadas en el posterior desarrollo de la investigación se procederá
a detallar la definición que da Heidegger de ciertos conceptos clave como Dasein y la
manera en la cual se desarrolla el concepto de temporalidad para contrastarlo con lo
anteriormente expuesto y con lo que falta de exponer (Gurdjieff y Eliade).

9
Fragmento de una entrevista en inglés traducida al español, tomada de
http://www.bibliotecapleyades.net/ciencia/time_travel/esp_ciencia_timetravel18.htm
10
Paul Laffoley, The Phenomenology of Revelation, p. 24,1989, Kent Fine Art Inc., New York
“El Dasein es un término que Martin Heidegger utiliza como concepto fundamental en
Ser y tiempo (1927), y que se traduce como «existencia», «realidad humana» o, más
comúnmente, en castellano como «ser ahí».En la ontología fundamental de Heidegger,
el ser-ahí es el ente privilegiado a quien se dirige la pregunta por el ser, así como quien
formula la pregunta. Es privilegiado porque a su carácter óntico une un carácter
ontológico, porque se trata de aquel ente al que le es esencial una comprensión de su
propio ser, en el sentido de que su relación con los demás entes implica un cierto modo
de entender en qué consiste el ser en general11”.
Una vez establecido a quién se dirige la pregunta por el ser, lo próximo en el
planteamiento de Heidegger es tratar de formular la pregunta de manera pertinente, lo
cual se logra a través de su analítica existenciaria con la cual tratará de alejarse del
análisis meramente conceptual de la cuestión, lo cual es típico de la metafísica
tradicional.
Si la pregunta por el ser ha de ser planteada explícitamente, se exige una explicación del
modo de dirigir la vista hacia (comprender, conceptualizar, elegir, acceder, son modos
de ser de un ente determinado, del ente que somos nosotros, los que preguntamos) el
ser y una correcta elección del ente ejemplar y la elaboración de la genuina forma de
acceso a este ente. Entonces elaborar la pregunta por el ser significa hacer que un ente
se vuelva transparente en su ser. A tal ente que somos todos nosotros, el ente que tiene
la posibilidad de plantearse la pregunta por el ser, Heidegger lo llama Dasein.
Heidegger hace patente la primacía de este Dasein en el ámbito de la investigación
ontológica ya que no es un ente para la abstracción representativa del ser, sino la
morada de la comprensión del ser.
En efecto, Heidegger insiste en que el objeto de la investigación va a ser el ser-ahí en su
facticidad, no mediada por tanto por conceptos teóricos. Esta es la razón por la cual
podemos caracterizar la analítica existenciaria del Dasein como fenomenológica.
Los caracteres esenciales que se encuentran a lo largo de esta analítica (compilados en
la noción de cura/cuidado/sorge) pretenden encontrar el ámbito en que se desarrolla la
existencia del Dasein y por consiguiente, el ámbito en el cual deberá responderse la
pregunta por el ser, el cual resulta ser el de la temporalidad.

11
Diccionario de filosofía en CD-ROM. 1996. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona. Autores: Jordi
Cortés Morató y Antoni Martínez Riu.
Si bien se encontró un horizonte dentro del cual preguntar y responder la pregunta por el
sentido del ser, de lo que se trata es de buscar un camino que lleve a esclarecer esta
cuestión ontológica fundamental y recorrerlo.
“La constitución ontológico-existencial de la totalidad del Dasein se funda en la
temporeidad. Por consiguiente, el proyecto extático del ser en general deberá ser
posibilitado por un modo originario de temporización de la temporeidad extática misma.
¿Cómo se deberá interpretar este modo de temporización de la temporeidad?...12”
Al parecer Heidegger nos deja esta tarea a nosotros, pues lo que le correspondía en
términos de plantear y aclarar la pregunta por el sentido del ser en general ya fue
logrado en Ser y Tiempo pero el hecho de no responder la pregunta no demerita el logro
de liberar el horizonte para invitar a formular una respuesta propia. La cuestión sigue
siendo si existe algún camino que lleve del tiempo original hasta el sentido del ser.
En los proyectos realizados para esta empresa encontramos a Paul Laffoley con su
pintura, que aunque con una perspectiva transdisciplinaria, sigue siendo un camino, no
el único claro esta (como Heidegger lo hizo entender) pero ciertamente es uno bastante
interesante.
Antes de continuar explicando la pintura, es necesario detenernos en la especificación
conceptual a propósito del modo originario de temporización de la temporeidad extática
(el instante).
La analítica existenciaria de Heidegger encuentra que la temporalidad es la noción que
da sentido a la estructura del Dasein, que se compilaba en la noción de cuidado. No se
trata, sin embargo, de la noción de tiempo que ha venido operando en la metafísica
tradicional, esto es, la de un tiempo concebido como sucesión de instantes homogéneos
(secuencia indefinida de ‘ahoras’), a modo de marco previamente dado. Esta concepción
del tiempo recibe en la obra de Heidegger la denominación de concepción vulgar del
tiempo y ya que no es una noción surgida de la existencia misma, tal como la entiende
Heidegger, no tiene validez como criterio ontológico.
La temporalidad heideggeriana, lejos de concebirse como a priori, surge de la propia
estructura del Dasein, tal como muestra su analítica. El carácter de un siempre haber ya
sido del que el ser-ahí debe hacerse cargo, así como la remisión de su existencia a unas
posibilidades de ser de las que la más propia es la de la muerte, son las que hacen surgir,
respectivamente, la noción de un pasado y de un futuro denominados éxtasis de los que
al Dasein le es esencial cuidarse. Este concepto de tiempo, es el que corresponde a lo
12
Martin Heidegger, Ser y Tiempo, Editorial Trotta 2003, p. 450
que Heidegger denomina una existencia propia, mientras que el vulgar relega a una
existencia calificada de impropia.
Dentro del ámbito de la existencia propia encontramos a un presente retenido en el
advenir y el haber-sido, este presente ha sido traído de vuelta desde la dispersión
cadente de la cotidianidad del mundo. “Al presente retenido en la temporeidad propia, y
por ende es un presente propio, lo llamamos el instante [Augenblick]. Este término
debe entenderse en sentido activo como éxtasis. Significa la salida fuera de sí, resuelta
pero retenida en la resolución, por la que el Dasein sale de sí a lo que en la situación
comparece en forma de posibilidades y circunstancias de las que es posible ocuparse13”.
El instante a diferencia del ahora es el tiempo presente que confluye el haber-sido y la
futuridad, en cuanto abarca todo aquello en medio de lo cual el Dasein se encuentra
proyectando su futuro y habiendo sido lo que fue.
“Sólo un ente que es esencialmente venidero en su ser de tal manera que, siendo libre
para su muerte y estrellándose contra ella, pueda dejarse arrojar hacia atrás, hacia su
“Ahí” fáctico, es decir, sólo un ente que como venidero sea originariamente un ente que
está siendo sido, puede, entregándose a sí mismo la posibilidad heredada, asumir la
propia condición de arrojado y ser instantáneo para ‘su tiempo’14”.
Es decir para ser un Dasein “resuelto” se necesita que asuma su haber-sido como una
actualización consciente que nos conduce al instante y a la vez, se necesita adelantarse a
la posibilidad más propia e irrespectiva, es decir la muerte que nos dispensa de
posibilidades impropias. El instante surge así de la confluencia simultánea del advenir y
el haber sido abarcando de golpe con una mirada toda la situación.
Según Heidegger una de las características existenciales intrínsecas al Dasein es su
naturaleza proyectiva o de adelantarse debido a que siempre proyectamos posibilidades
en el futuro. El Dasein no tiene futuro “es” futuridad. Sin embargo, la proyección en el
mundo es acción sin visión. Nos olvidamos de nosotros mismos por proyección, en el
barullo cotidiano del mundo y sus ocupaciones nos olvidamos de nuestras posibilidades
más propias. Adelantarse a la muerte es adelantarse a sí mismo y es recuperar algo que
se había dejado de lado. Necesitamos proyectarnos en el espejo de la muerte para
recuperar la visión radical de nosotros mismos como existentes.
“Desde un punto de vista existencial formal (…) la resolución precursora es un estar
vuelto hacia el más propio y eminente poder-ser. Esto último sólo es posible en tanto

13
Martin Heidegger, Ser y Tiempo, Editorial Trotta 2003, p. 355
14
Martin Heidegger, Ser y Tiempo, Editorial Trotta 2003, p. 401
que el Dasein puede, en general, venir hacia sí mismo en su posibilidad más propia y en
tanto que en este dejar-se-venir-hacia-sí-mismo soporta esa posibilidad en cuanto
posibilidad, es decir, existe. El dejar-se-venir hacia sí mismo soportando la posibilidad
eminente, es el fenómeno originario del porvenir [Zukunft]. El hecho de que al ser del
Dasein le pertenezca el estar vuelto hacia la muerte en forma propia o impropia, sólo es
posible en cuanto ese ser es venidero, en el sentido recién indicado y todavía por
precisar con más exactitud. “Futuro” no quiere decir aquí un ahora que todavía no se ha
hecho “efectivo”, “actual”, y que recién más tarde llegará a ser, sino que mienta la
venida en la que el Dasein viene hacia sí mismo en su más propio poder-ser. El
adelantarse hace al Dasein venidero en forma propia, de tal suerte que el adelantarse
mismo sólo es posible en la medida que el Dasein, en cuanto ente, ya viene siempre
hacia sí, es decir, es venidero en su ser mismo15”.
El Dasein resuelto entonces viene a sí mismo, recoge su haber-sido y se abre al
presente, proceso que hace legitimo el slogan de la resolución precursora: “Advenir
presentante que está siendo sido”.
Las posibilidades de existir del Dasein se abren desde su arrojamiento en la resolución.
Es decir, constituido como está, fácticamente, desde una historia y desde unas
interpretaciones tradicionales, en cuanto entra en resolución el Dasein se desprende en
parte, en su acción, de ellas, sólo para volver a incorporarlas como su historia y como
parte de la tradición aunque ampliando y reavivando su alcance al apropiarlas. Luego, la
resolución es propia de esa manera de ser abierta del Dasein, en conexión con un mundo
que es él mismo también y que a él mismo lo constituye, por tanto condición para el
propio dominio y el habitar del mundo deseado.
Antes de proceder con las referencias anteriormente mencionadas respecto al tiempo, es
preciso introducir a George Ivanovich Gurdjieff cuyas ideas, contrastadas con las de
Heidegger, esperamos arrojen luz suficiente para proseguir debido al contenido hallado
en la pintura, específicamente el que está dentro de la botella Klein. Posteriormente se
introducirán los términos de Mircea Eliade empleados en la pintura para finalmente
articular una interpretación de la misma, haciendo referencias externas cuando se
considere pertinente y necesario.
Gurdjieff era un profesor místico y espiritual. Él llamó a su disciplina “El Trabajo 16”
(connotando trabajo sobre sí-mismo) de acuerdo a sus principios e instrucciones o

15
Martin Heidegger, Ser y Tiempo, Editorial Trotta 2003, p. 343
16
Ouspensky, P. D. (1977). In Search of the Miraculous. p. 312–313
(originalmente) el "Cuarto Camino". En un punto él describió su enseñanza como
cristianismo esotérico.
Expuso que la gente no puede percibir la realidad en su estado actual porque no posee
conciencia sino que viven en un estado de hipnótico “sueño diurno”. “El hombre vive su
vida en sueño, y en el sueño él muere17.” Como resultado de esta condición cada
persona percibe cosas desde una perspectiva totalmente subjetiva. Gurdjieff indicó que
los acontecimientos maléficos tales como guerras y demás no podrían ocurrir si la gente
estuviese más despierta. Él afirmó que la gente en su estado típico funciona como
autómatas inconscientes, pero que uno puede “despertar” y de hecho convertirse en un
tipo distinto de ser humano.
Sin llegar a exagerar, son evidentes las similitudes del pensamiento brevemente
expuesto de Gurdjieff con las consideraciones heideggerianas a propósito de una
existencia propia o impropia de acuerdo con que grado de enajenación de posibilidades
propias existe alguien; el concepto de la gente que vive en sueño que en Heidegger
puede verse como el actuar por cotidianidad e interpretaciones tradicionales puede ser
compatible con “el Uno18”, el estar yecto en el mundo y el recurso de la resolución
precursora como el “despertar” en Gurdjieff.
En paralelo con otras tradiciones espirituales, Gurdjieff enseñó que uno debe gastar un
esfuerzo considerable para efectuar la transformación que lleva al despertar. El esfuerzo
que uno pone en práctica es nombrado como “El Trabajo” o “Trabajo sobre sí-mismo”.
De acuerdo con él, “…Trabajar sobre sí mismo no es tan difícil como desear trabajar,
tomar la decisión.19”
Gurdjieff creía que la posesión de un alma (un estado de unidad psicológica al cual él
igualaba con estar “despierto”) era un “lujo” y que un discípulo sólo podía obtenerla por
el trabajo más cuidadoso por un largo período de tiempo.
Sus enseñanzas trataban de la cuestión del lugar de la humanidad en el universo y la
importancia de desarrollar potencialidades latentes, vistas como nuestra dotación natural
como seres humanos pero raramente traídas a fructificación. Él enseñó que niveles más

17
Ibíd.
18
Con la particularidad de que en Heidegger el Uno es un existenciario, es decir es inseparable del Dasein
en tanto es parte de su estructura ontológica y en Gurdjieff se trata de un camino espiritual; el estado de la
gente como autómatas requiere de “despertadores” que necesitan ser constantemente reajustados ya que el
peligro de recaer a la reacción automática es inminente e indeterminado debido a la rutina de la vida
cotidiana. Varios ejercicios para “recordarse a sí mismo” fueron desarrollados a partir de esta
problemática, recurso que en algunos sentidos recuerda al concepto de “Angustia” en Heidegger.
19
Gurdjieff, George. Views from the real world. E. P. Dutton & Co., Inc.. p. 214.
altos de conciencia, cuerpos superiores, crecimiento interior y desarrollo son
posibilidades reales que no obstante, requieren trabajo consciente para alcanzar20.
Ahora que las aportaciones de Gurdjieff parecen despejadas, el siguiente paso es
exponer los conceptos de Mircea Eliade usados por Laffoley en su pintura y así
comenzaremos con la interpretación.
El antropólogo rumano acuñó el término hierofanía para referirse a la manifestación de
lo sagrado aplicada a objetos diversos: una montaña, un árbol o un cáliz. Eliade
observará al respecto, que el concepto no está determinado por la religión o una cultura
en particular sino que una hierofanía se produce cuando la experiencia de lo sagrado se
reconoce como una realidad distinta de la empírica (en el sentido de "mundana"). Así
pues, si una piedra expresa un poder superior y sobrenatural, revela al hombre un modo
de ser absoluto y diferenciando el espacio profano que lo rodea, ya que una de las
funciones de la hierofanía es precisamente, separar los objetos sagrados de los profanos.
El término kratofanía traducido literalmente es el “aspecto del poder”. Eliade quien hizo
de éste un término técnico en inglés, lo usó para indicar la aparición de lo sagrado en la
cual la experiencia del poder domina. Por lo que cada kratofanía deba ser al mismo
tiempo una hierofanía (aspecto de lo sagrado) es cierto por definición, mientras que lo
inverso es menos claro; de hecho el asentimiento a eso hará bisagra sobre el grado al
cual uno considere el concepto o experiencia de poder sea una parte irreductible del
concepto o experiencia de lo sagrado21.
Ahora bien, ya que ambos conceptos hacen referencia a una manifestación de lo sagrado
hay que reconocer la diferencia de “potencia” entre un término y otro, a saber, el poder.
Tomando esto en cuenta al analizar la pintura de Laffoley nos encontramos con que
cada término es puesto en relación con una fila que expresa esta diferencia de potencia
cuando se ponen en relación la una con la otra.
El hecho de que las kratofanías se encuentren como subtítulo de “unidades de fuerza” y
que las hierofanías hagan lo propio con “unidades de kitsch” ya debe darnos un indicio
de cómo desmadejar el asunto.
¿Qué significa kitsch y qué tiene que ver con todo esto?
“El kitsch es una forma de arte que es considerada como una copia inferior de un estilo
existente. El concepto está asociado con el uso deliberado de elementos que pueden ser
pensados como íconos culturales mientras se hacen objetos producidos en masa, baratos
20
P. D. Ouspensky (1971). The Fourth Way, Chapter 1
21
Diccionario de filosofía en CD-ROM. 1996. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona. Autores: Jordi
Cortés Morató y Antoni Martínez Riu.
que no son originales. Kitsch también se refiere a los tipos de arte que son estéticamente
deficientes y que hacen gestos creativos que apenas imitan las apariencias superficiales
del arte a través de convenciones repetidas. Denota trabajos ejecutados para proveer
gratificación a los deseos de otros (la demanda popular) en lugar de trabajos creados
como una auto-expresión de un artista.22”
Esta definición arroja luz sobre una insinuación interesante. Al parecer la parte
correspondiente a las unidades de kitsch, es decir las hierofanías son un grado de
potencia inferior respecto a las kratofanías.
Estas unidades kitsch se encuentran a lo largo de las circunstancias particulares del
individuo (recordemos que la botella Klein representa lo que es el ser humano para
Laffoley) las cuales se extienden a través de los siete estadios de la vida (condensados
como la directividad del tiempo es decir, la flecha del tiempo). Esto puede verse como
la inmersión cadente del Dasein en la vida cotidiana, en la cual se encuentra bajo el
yugo de una interpretación de la existencia mediada por la tradición y la cotidianidad;
así como también puede verse la inconsciente expresión automática de la vida común de
la gente a la cual hace alusión Gurdjieff. En ambos casos se trata de una especie de
simulacro de existencia ya sea por la concepción de la irresoluta existencia impropia
propuesta por Heidegger o del hipnótico “sueño diurno” planteado por Gurdjieff. En
pocas palabras una existencia impropia o es una existencia kitsch o está dominada por
las unidades kitsch o se encuentra atrapada tras la barrera kitsch.
Ahora se comprenderá de una manera un poco más digerible el planteamiento de las
kratofanías como la instancia propia de autenticidad de la existencia. Esto,
primordialmente por las unidades de fuerza (poder-ser) que se diseminan a través de los
siete aspectos de la revelación (condensados como el acto de realizar, el poder para
crear realidad). Esto puede plantearse, partiendo de la frase que viene en la fila de las
kratofanías “las circunstancias universales de la existencia”, como el ámbito de la
existencia propia según Heidegger (la resolución precursora pone en contacto con
dichas circunstancias que a pesar de ser universales, se encuentran ocultas tras la barrera
kitsch) o con la posesión de un alma según Gurdjieff. En ambos autores se plantea
(usando la analogía del kitsch) una autoexpresión si bien no de un artista, al menos de
un Dasein resuelto o un ser humano “despierto”.
Ahora bien, recordemos que la botella Klein es de acuerdo a Laffoley, una
representación de cómo la conciencia y la masa están conectados topológicamente, es
22
Traducido del original en inglés hallado en http://en.wikipedia.org/wiki/Kitsch
decir se vuelven continuos. Esto es posible debido a que los extremos de la botella
coinciden en un nexo que no interrumpe la continuidad de la botella.
La pintura “Temporality” muestra precisamente eso, las dos partes de la botella que se
vuelven coincidentes son el Kairos y el Zeitgeist. El nexo es lo que en la pintura se
presenta como “el momento apocalíptico del caos”.
Para poner esto más en claro es necesario recurrir a la especificación del lado del
Zeitgeist, a saber las referencias a la cosmología hinduista Brahma, Atman, Kalpa y
Pralaya.
“La palabra Brahman probablemente significó al principio “oración” o “palabra”; se
deriva de la raíz brh, “brotar” o “crecer”. En algún momento, llegó a significar el
fundamento del universo o el origen de toda existencia, aquella que ha brotado en el
universo. La otra palabra, Atman, podría haber significado “aliento”, pero, con el
tiempo, pronto llegó a ser la expresión para referirse al alma o al sí-mismo de un ser
viviente, en especial del hombre. (…) Los dos términos, Brahman y Atman, se emplean
como sinónimos en las Upanishad. (…) Así pues, para las Upanishad, Brahman y
Atman significan la misma Realidad. Aquello que está afuera es idéntico a lo que está
dentro.23”
“Kalpa24 es una palabra en sánscrito que significa Eón o largo período y es utilizado
principalmente en Cosmología Budista e Hindú.25”
“El Pralaya es un período de obscuración o reposo (planetario, cósmico o universal); lo
opuesto al Manvantara. Es el período de disolución, sueño o reposo relativo o total del
universo que sobreviene al fin de un Día, de una Edad o de una Vida de Brahmâ26.

23
T.M.P. Mahadevan, Invitación a la Filosofía de la India, FCE, 1991, p. 39-40
24
Ibíd. “En el hinduismo, un kalpa equivale a 4.320 millones de años; un único día de Brahma, o mil
mahayugas, miden la duración del mundo. (Hoy en día, la ciencia estima la edad del universo en 13.700
millones de años). Cada kalpa se divide en 14 manvantara (cada una de 306.720.000 años). Dos kalpas
constituyen un día y una noche de Brahma. Un mes de Brahma contienen 30 de estos días incluyendo
noches o 259.200 millones de años. De acuerdo al Mahábharata, 12 meses de Brahma constituyen uno de
sus años y 100 de esos años, el ciclo de vida del universo. Supone que han transcurrido ya 50 años de
Brahmā y estamos ahora en el kalpa shvetavaraha, que es el número 51. Al final de un kalpa, el mundo
desaparece.”
25
Epstein, Ronald B. (2002). Buddhist Text Translation Society's Buddhism A to Z p. 204.
26
Ibíd. “Así es que después de cada Día de Brahmâ viene un Pralaya parcial, cuya duración es la misma
que la del Manvantara, o en otros términos: la duración de la Noche es igual que la del Día de Brahmâ.
En todos estos Pralayas menores, los mundos permanecen en una condición estacionaria, se hallan en un
estado latente de inacción o pasividad, como dormidos, durante todo este período, para despertar de
nuevo al llegar la aurora del nuevo Día.
Durante la dilatada Noche de descanso o sueño del universo llamado Pralaya universal, cuando todas las
Existencias están disueltas, la Mente universal permanece como una posibilidad de acción mental, o como
aquel abstracto Pensamiento absoluto, del cual la mente es la concreta manifestación relativa.”
Toda ideación cósmica cesa entonces, porque no existe nadie ni nada para percibir sus
efectos Brahmâ, la Deidad misma, se halla en estado latente, a modo de sueño.27”
Por lo visto tanto Brahma como Atman y tanto Kalpa como Pralaya son como el día y la
noche, caras de una misma moneda o bien dos extremos que coinciden en el nexo de la
botella Klein.
De hecho en el “túnel” Klein se lee “el movimiento de la historia como un proceso no
reversible28” y también: “al final del Kalpa –el día de Brahma- el Zeit-Geist se convierte
en el Kairos solo para separarse de nuevo en reversa, produciendo la Pralaya – La noche
de disolución.”
Esto puede concebirse como el nexo en el cual se unen ambos extremos de la botella
Klein. Atman y Brahma llegan a identificarse así como la temporalidad del Zeitgeist se
identifica con el Kairos. Uno se convierte en el otro y se separan posteriormente,
haciendo referencia al punto crítico de un proceso cíclico que paradójicamente también
tiene un aspecto lineal (la flecha del tiempo en tanto directividad de los siete estadios de
la vida).
Debido a que estamos enfocándonos en el extremo más grande de la botella Klein (el
Zeitgeist, el día de Brahma y la Pralaya) parece que dejamos descuidado el aspecto
existencial inherente al Dasein postulando un temporeidad “indiferente”, es decir que
pretende ser más profunda haciendo posible la resolución precursora y la pérdida en el
Uno. En efecto este extremo de la botella es “grande” por lo cual la temporalidad que
explora es “astronómica”, no obstante debido a que el extremo más pequeño coincide
con el otro sería proceder erróneamente si establecemos una jerarquía de temporalidad
entre ambos extremos, porque al final son uno solo pero en potencias diferentes, por lo
cual no se interrumpen ni se estorban, mucho menos se erige una temporalidad como
más originaria o “verdadera” que la otra.
En el otro extremo de la botella se lee “El Kairos: El jalón de la pura voluntad absoluta
del infinito, hyparxis –el cual llega a ser el punto crítico en el tiempo como Dasein. El
potencial de SER. 1.En el tiempo 2.En el mundo 3.En su totalidad 4.Hacia la muerte.”
Para comprender mejor este punto es evidente la necesidad de explicar el término
“hyparxis”.
“In his article on Proclus’ use of hyparxis, Carlos Steel explains that hypostasis and
hyparxis have a variety of uses for Proclus, but that the two are not interchangeable:
27
Tomado de Wikipedia
28
Otra referencia a la flecha del tiempo y probablemente la “zona” de la pintura donde se homenajea a
Paul Davies
hyparxis generally equals ousia for Proclus and is often used to indicate the intelligible
forms. (…) Hyparxis for Proclus, as with Dionysius, may indicate the general concept
in which the specific takes part. In a discussion on participation in Elements of
Theology, proposition 65, Proclus says that hyparxis denotes a participation in an
essence of being: ‘All that subsists in any fashion has its being either in its cause (kath’
hyparxin), as an originative potency; or as a substantial predicate; or by participation,
after the manner of an image’. Thus, an effect participates in a cause according to a
mode of being proper to the thing participating – hyparxis, rather than meaning being
itself, thus designates the distinctive way each thing participates in the essence of its
cause.29”
De acuerdo con Proclo podemos entender la hyparxis como una participación en una
esencia de ser, nos dice que todo lo que subsiste de alguna manera tiene su ser en su
causa, como una potencia originaria; o como un predicado sustancial; o bien por
participación, tras el tipo de una imagen. La manera de participar es de acuerdo al modo
de ser propio de la cosa participando, por lo cual hyparxis designa la manera distintiva
en la cual cada cosa participa en la esencia de su causa.
Poniendo las cosas en contexto la “cosa” participando en nuestro caso sería el Dasein y
su forma de participar sería su manera de ser y… ¿cuál es la manera de ser del Dasein?
Recordemos que nos encontramos ante un ente privilegiado porque es a quien se dirige
la pregunta por el ser y así mismo es quien formula la pregunta. Esta consideración
basta para considerar las similitudes con la botella Klein pero prosiguiendo nos
encontramos con otro paralelismo más. El privilegio es aún mayor cuando resaltamos
que al carácter óntico del Dasein se une un carácter ontológico, ya que a este ente que
soy cada vez yo mismo, su existencia le va en la comprensión de su propio ser y por
extensión el ser en general.
Esta es la forma de participación del Dasein a propósito de su manera distintiva de
relación con su causa. En este sentido su causa es el Ser y la manera de participar, su
hyparxis es la comprensión que puede llegar a tener acerca de sí mismo y por extensión
(recuérdese Atman es Brahma) del Ser.

29
Sarah Klitenic Wear, John M. Dillon, Dionysius the Areopagite and the Neoplatonist Tradition:
Despoiling the Hellenes, Ashgate Pub Ltd, 2007, p. 43
“De su libertad depende aunque dentro de los límites de su condición de arrojado, tan
sólo lo que el Dasein descubre y abre cada vez, y la dirección, amplitud y modo de ese
descubrimiento y apertura.30”
En efecto aquí se encuentra el factor inalienable resultado del esfuerzo del hacer del
Dasein. Pasando por la resolución precursora, luchando día a día con el Uno y abriendo
lo que descubre, es decir lo que comprende, el Dasein hace surgir algo nuevo no causal
en el proceso del mundo: su entenderse, el sentido (o la falta de él) con el cual el Dasein
participa en la esencia de su causa. Ya que se admite que la naturaleza del Ser en
general puede ser de algún modo conocida, ésta es aprehendida por la hyparxis del
Dasein (o alma en términos de Gurdjieff), y a través de esto, es conocida tanto como sea
posible.
Volviendo al texto de la pintura referente al kairos (el extremo pequeño de la botella
Klein) podemos retomar la interpretación con lo anteriormente dicho para revisar el
“momento apocalíptico del caos”, el cual apunta sugestivamente al momento de
creación en el que el Dasein trae su verdad a la existencia, es decir, a través de su
hyparxis hace surgir algo que antes no era debido en parte al “jalón” del otro extremo de
la botella31 que lo hace advenir hasta este punto crítico donde la voluntad del jalón
coincide con la participación del Dasein, es decir coincide con la voluntad del Dasein en
la manera mencionada arriba. La voluntad finita coincide con la infinita al convertirnos
en un instante en el momento crítico del tiempo.
Esta es la alquimia del tiempo, de acuerdo a Laffoley, conectar aquello que no tiene
historia con aquello que es sólo historia. A esto incrementémosle la declaración de que
para el artista esto no es una metáfora sino que se debe tomar en sentido literal.
Al menos como he entendido hasta ahora esa es la manera en la cual el Zeitgeist se
vuelve el Kairos. Toda la respuesta se encuentra en la temporalidad topológica del
Dasein que le trae continuidad a dos ámbitos en apariencia distintos (óntico y
ontológico, Atman y Brahma, Kalpa y Pralaya, subjetivo y objetivo, interior y exterior,
Zeitgeist y Kairos) y articula con la comprensión de su participación el nexo de
coincidencia de manera que no sólo se da sentido a sí mismo sino al Ser en general.
La parte inferior de la pintura es la que nos falta por examinar. Al menos en esta parte la
ambigüedad es poco turbia ya que el físico Kozyrev está sirviendo como una influencia
precisa y lo que se muestra en esta zona es un interesante evento de la causalidad (causa
30
Martin Heidegger, Ser y Tiempo, Editorial Trotta 2003, p. 381
31
Este jalón de la pura voluntad absoluta del infinito aún está por interpretar, se sugieren la llamada, la
angustia y el instante como puntos de partida.
y efecto están separados por una diferencia espacio-temporal finita) aunado a las
nociones del tiempo que versan sobre la energía. El tiempo es grueso alrededor de una
causa porque la energía está siendo añadida y delgado alrededor de un efecto debido a
que la energía se está sustrayendo. Este movimiento se encastra con el símbolo del yin-
yang. El tiempo que va hacia adelante (yang) agrega energía, el tiempo que se mueve
hacia atrás (yin) la sustrae. El pasado afecta al presente (intuición) y el futuro afecta al
presente (razón). Haber-sido y advenir.
El flujo temporal como causalidad localmente reversible (viajar al pasado según Davies,
crearlo según Alan Watts y reapropiárselo haciéndose cargo de él como haber-sido
según Heidegger) es propuesto por Laffoley (siguiendo a Kozyrev) como la fuente de
energía máxima no propagada del universo finito –esta inmediatamente en todos lados.-
Antes de terminar considero importante para contextualizar la obra de Laffoley traer a
colación algunas cosas mencionadas en su libro: “He identificado la transición de la que
habló Kozyrev como uno de un número de portales entre el cuarto y el quinto reino
dimensionales. El fenómeno, al cual llamo el abismo de transición en el tiempo, es una
singularidad natural que puede ser atestiguada32.”
Seguramente parecerá extraña la mención de portales dimensionales en este contexto
pero ya que arriba también se hizo mención al respecto me parece pertinente al menos
dejar una indicación de lo que Laffoley quiere decir. En efecto esta consideración
pretende poner en un contexto adecuado (para el artista) a su obra ya que se menciona
recurrentemente el concepto de portal dimensional.
“A través de la historia los seres humanos han sido motivados para crear una
continuidad de vida-muerte, ya sea a través del arte, ciencia, religión, magia o
nihilismo. Comenzamos esta empresa, por supuesto, in media res, en medio de la vida
lo cual es la apoteosis del llegar a Ser. Todas las formas de conocimiento nos tientan a
sobrepasar sus aspectos de muerte, la cual es esencialmente discontinuidad en la
continuidad de la vida, motivándonos a llenar esos casos de discontinuidad. En Ser y
Tiempo Martin Heidegger describe esta motivación, el impulso primordial que llama
dasein, como el “cuidado” y libertad de ser para sacudirse a sí mismo contra la muerte.
Pero agrega que dasein es esencialmente venidero y por lo tanto no solamente
auténticamente finito dentro del tiempo sino también, “en el momento de visión para su
tiempo,” más allá de sí mismo33.”

32
Paul Laffoley, The Phenomenology of Revelation, p. 24,1989, Kent Fine Art Inc., New York
33
Paul Laffoley, The Phenomenology of Revelation, p. 23,1989, Kent Fine Art Inc., New York
Según Laffoley un portal es definible solamente como una entidad caracterizada por su
capacidad para transformar. Lo que se transforma es la conciencia y se utilizan como
puente singularidades estructuradas que mueven la energía de reino a reino dimensional
(el abismo de transición en el tiempo en esta pintura), esta es la propuesta del artista
para participar en esa motivación de continuidad antes mencionada. Claro que todo esto
apunta al contexto, es decir el sistema dimensional que Laffoley ha creado pero esas
aclaraciones serán mejor bienvenidas en otra investigación.
Quedan un par de preguntas en el aire a propósito de la concepción que maneja el artista
al respecto de los símbolos situados en la fila superior a la de las flechas de las unidades
de kitsch, los siete pecados capitales sugieren una influencia de teología cristiana
fomentada al considerar que este “reino del comportamiento”, las circunstancias
particulares del individuo es considerado desde la perspectiva de las unidades kitsch
como malvado, es decir “toda maldad es finalmente interpretada como
comportamiento”. ¿Quiere esto decir que hay que considerar la existencia irresoluta
como fuente de la maldad vista como comportamiento impropio?
Otra pregunta surge al considerar de manera simétrica los símbolos situados debajo de
las unidades de fuerza, “las circunstancias universales de existencia” lo cual está dentro
del “reino de la creencia”, es decir que “todo pensamiento es finalmente interpretado
como creencia”. ¿Significa que la existencia propia o despierta expresa todos los
pensamientos como creencias?
Si son ámbitos distintos en sentido de grado pero continuos topológica y
ontológicamente, demostrados existencialmente como seres humanos, puede significar
que estamos oscilando entre estas unidades de fuerza y unidades de kitsch en la vida
cotidiana y existe la posibilidad de auto-expresar la continuidad de ambos ámbitos así
como existe para hacerlo a propósito del Zeitgeist y el Kairos.
Para terminar me parece pertinente hacerlo considerando el título y subtítulo de la
pintura: “Temporalidad: el gran dentro-de del universo. El esforzarse tras el Ser por el
llegar a ser.”
Dentro de la intimidad de nuestra existencia tenemos la oportunidad de esforzarnos por
una conciencia más despierta y propia en sentidos de apropiación de posibilidades
existenciales; nuestros condicionamientos históricos producto de una temporalidad a
gran escala (el Zeitgeist) se conectan con nuestras vicisitudes personales que exigen
nuestro cuidado y nos ofrecen la posibilidad de resolución gracias a la autoexpresión
personal resultado del esfuerzo individual (Kairos).

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