Vous êtes sur la page 1sur 3

RESEÑA LITERARIA: DAME EL TUYO, TOMA EL MÍO (GABRIELA WIENER)

Por: Angie Carolina Rojas Londoño


Al leer el título uno puede imaginarse que en la crónica se va a hablar de maridos por intuición femenina,
puesto que, siendo mujer, solemos referirnos a “el tuyo” o “el mío” hablando de hombres, como si existiera
una especie de complicidad de fondo con nuestras iguales. Lo que uno no se imagina es la historia tan
descabellada que hay por debajo de un título tan peculiar (e inocente a simple vista) y una inducción
preliminar de “la autora está queriendo hablar de maridos”. No obstante, debería, para una mente del siglo
XXI, después de leer ese título, ser posible pensar en el tema de las parejas swinger, pero, como es uno de
los temas que vemos todavía por los empañados lentes del tabú, casi que con temor nos adentramos a la
lectura, con la curiosidad de un adolescente, pero con la reserva de un septuagenario conservador.
Gabriela Wiener, peruana residente en España, de 46 años aproximadamente,
nos narra su aventura en un bar swinger, al que tenía las ganas más
escandalosas de entrar, y nos regala un inicio explosivo con la frase “esta noche
me dispongo a ser infiel con el permiso de mi marido” (mi cerebro casi que hizo
corto de la curiosidad-emoción al leer esa primera frase). Al principio del relato,
la narradora empieza con una voz insegura pero obstinada (que recuerda
mucho la contradicción en la que vivimos las mujeres, y por eso me sentí
identificada), y nos pone en ascuas para acompañarla en ese tormentoso viaje de placer consensuado con su
pareja.
Aunque ella misma se define como liberal en la crónica, recoge un poco sus palabras al ver en este lugar
personas que doblan o triplican su “atrevimiento”: cosas que le dan la misma curiosidad que incomodidad, lo
que recuerda a una mujer, criada de pronto en un ambiente culto y reservado, que experimenta ganas de
conocer a fondo su sexualidad y placeres. Así, ella reseña encuentros y juegos sexuales tempranos que le
parecen normales y otro tipo de experiencias que la llevan a tomar la decisión de que sí es una mujer liberal, y
como tal, quiere descubrir hasta dónde llega el límite de su placer y su curiosidad, pero también piensa,
mientras sigue un camino inevitable hacia una experiencia totalmente nueva, que es una mujer insegura que
solo quiere refugiarse en el amor: “verlo con otra me excita tanto como me duele”.
Lo alucinante del texto es que es una contradicción constante que refleja el arduo proceso de tomar una
decisión (y de tomar tantas, como hizo ella esa noche). Éste, empieza entonces, con una frase paradójica e
impresionante y termina con otra “la última regla para un swinger es no revelar nunca lo que ocurre entre
liberales del sexo. Quizá nunca lo fui.” A medida entonces, que la pareja se va adentrando tangencialmente a
la aventura, y por un lado u otro tratan de incorporarse al ambiente, vamos adentrándonos con ellos y nos
parece ver el 6&9 y las distintas salas, atestadas de variados cuerpos y situaciones.
Este tema de las personas liberales y las parejas y bares swinger tiene todo que ver con nuestra realidad: la
sexualidad representa uno de los campos más sensibles para la sociedad en lo presente, pero en lo oculto
también se posiciona como una de las actividades que más ocupa los pensamientos humanos, es decir, es
una contradicción. La pugna entre el conservadurismo, el tradicionalismo y las “personas de mente abierta y
liberada” se hace cada vez más fuerte, por temas como estos (que invalidan las reglas sobre las que la
sociedad casi que se ha cimentado siempre) y por lo que representa el cuerpo humano socialmente: desde la
religión y espiritualidad, un templo; desde lo político-social, la cuna de la dignidad.
Aunque este tipo de prácticas han existido en conjunto con la humanidad misma, nuestra sociedad se
empeña mucho en ocultar ese lado poligámico de nuestro instinto, alegando honor, decencia y pulcritud,
cualidades necesarias para todo buen ser humano; nos hemos propuesto entonces sublimar esas
“indecencias” de manera oculta: eso podría ser la explicación a la indecisión de la narradora y J de entregarse
al placer de forma desmedida haciendo algo de lo que no están seguros. La misma autora habla de seguir
modas, para no quedar después como retrasada o anticuada.
Así, pues, los personajes son verosímiles. La autora logra que el lector crea en ellos y viva la experiencia con
ellos, de manera confusa, pues todo en el relato es confuso, quizá por la oscuridad de las paredes, o la
versatilidad de las acciones de esos cuerpos sin nombre, de ese sofá gigante, de esa máquina dispensadora,
de esas bebidas y de esa noche. Es posible para el lector verse reflejado en alguno de los dos precisamente
porque se muestran como personas del “común” que deciden probar las excentricidades a las que otros no se
atreven, y que precisamente, estando en el lugar del cometido, empiezan a pensar si sí fue la mejor decisión,
empiezan a tener miedo, vergüenza, celos… pero al mismo tiempo tratan de hacerse al ambiente, de
entregarse al placer, de saberse atractivos, de disfrutar el sexo y de llenarse de una experiencia hedonista al
saciar no sólo la curiosidad, sino los deseos de la carne.
Es posible encontrar un guiño a la vida de la autora (si la hipótesis es que la
crónica no es una experiencia propia) en el texto, en el sentido de que ella
habla con propiedad de sus gustos sexuales y de sus sentimientos con
relación a la sexualidad. Incluso, luego de leer sobre la vida de la autora, es
posible darse cuenta de que hace parte de un matrimonio de tres o “tripareja”
como lo llaman entre ellos, del que son fruto dos hijos del mismo padre. Es
aquí donde se puede observar que la autora está cómoda con expresiones alternativas del amor y el sexo a
las ya tradicionalmente conocidas, por lo que tiene autoridad al momento de llamarse “liberal” ya que busca
más bien su comodidad personal que solamente el seguimiento de estándares tradicionalistas.
La autora, además, es hija de otro periodista y escritor peruano. Ha contribuido al mundo del periodismo con
varias obras de esta índole, dentro de las cuales destacan los relatos sexuales y autobiográficos. Es incluso
posible para el lector, si lee un poco sobre la vida de la escritora, darse cuenta de que su esposo se llama
Jaime, lo que puede resultar en la teorización de que es él ese “J” de la historia. Además del periodismo,
también ha escrito poesía.
Personalmente, la lectura me sorprendió de principio a fin. No era capaz sino de imaginarme la situación de
los protagonistas con igual horror que vergüenza y curiosidad. El estilo de la escritora me permitió devorar el
texto casi que consagrada a él, debido a que su manera de narrar la historia hace que uno se “enganche”: ese
monólogo que maneja consigo misma mientras se convence de que está haciendo lo que quiere, pero a la
vez duda de sí, está insegura, celosa y analizando todo lo que pasa, me permitió reírme y a la vez darme
cuenta de que me sentía identificada con ella, en el sentido de que uno siempre, como mujer sobre todo, está
llena de contradicciones, de pensamientos como mantener una imagen de decencia y “no sexualidad”, como
nos inculcan en casa, cuando, por naturaleza humana, ese tipo de cosas también dan curiosidad, son tema
de conversación, entre otras cosas.
Debo admitir que es esta misma educación la que me ayudó a sentirme medio perturbada o “escandalizada”
la primera vez que leí el texto. Porque, o sea, uno como mujer cómo va a hablar así “a lengua suelta” de ese
tipo de cosas, y cómo va a ser así de liberal en sus encuentros sexuales, si una es estudiada, educada,
delicada y femenina. Obviamente me permití a mí misma superar ese tipo de “temores” que provienen de una
educación estricta y de unos parámetros sociales que, queriendo o no, nos afectan. Claro que, al tratar de
imaginarme a mí misma en la situación de la narradora, no pude evitar sentirme incómoda y saber que el ser
así de liberal no es para mí. Qué bueno que llegué a la misma conclusión de la autora sin tener qué pasar por
todo eso.
La lectura de esta crónica me hizo recordar un cuento de Milán Kundera titulado “El falso autostop”, en el que
la protagonista, llena también de contradicciones, decide entrar en un juego erótico de rol con su pareja como
una mujer liberal y despreocupada, en lugar de su habitual inocencia y timidez, lo que le juega una mala
pasada y termina arrepintiéndose, al empezar a tener problemas en su relación con el chico, quien
precisamente la amaba por sus cualidades de tierna y “decente”. Este cuento básicamente me destruyó,
porque de una u otra manera tocó tanto esos temores sobre todo femeninos que no pude evitar sentirme
identificada. Además, está lleno de contradicciones también, sobre todo en el personaje femenino, por lo que
puede relacionarse con este relato. No obstante, es el sentimiento que tuve al leerlo, que fue tan parecido a la
primera impresión con la que manejé este texto, lo que me anima a reseñarlo.
Finalmente, recomiendo esta lectura a un público adulto, preferiblemente que sienta atracción por la literatura
de este tipo, que reseñe experiencias eróticas, o que no esté tan apegado a los estándares sociales, ni se
ofenda fácilmente por algún comentario fuerte que pueda haber. Es bien sabido que actualmente el tema del
lenguaje es una cuerda muy sensible, y por eso es bueno reseñar que los textos que tratan este tipo de
temáticas podrían no ser aptos para todos los individuos de la población a la que van dirigidos. No obstante lo
anterior, es una gran composición literaria, que refleja no solo la pasión de la escritora por vivir su vida, sino
también por la escritura y la literatura: déjense atrapar por este relato de Gabriela Wiener, que los llevará a
vivir una loca experiencia a las puertas del 6&9.
Recursos:

- http://adriacosta07.blogspot.com/2013/11/dame-el-tuyo-toma-el-mio-gabriela-
wiener.html
- https://www.publico.es/culturas/dia-vida-feminista-poliamorosa.html
- https://www.eltiempo.com/lecturas-dominicales/la-escritora-y-periodista-gabriela-
wiener-responde-el-carrusel-de-preguntas-de-lecturas-410886

Anexo: El falso autoestop, Milán Kundera

https://www.literatura.us/idiomas/mk_game.html

Vous aimerez peut-être aussi