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Así que el planteamiento monoteísta del texto final y canónico de la Torah, no parece ser
tan homogéneo, a tenor de lo observado en la historia de las tradiciones contenidas en los
textos.
Pero, ¿se trató de múltiples dioses o eran múltiples manifestaciones de lo Uno? Desde el
llamado panteísmo se afirma: la montaña es Dios, la flor es Dios, la piedra es Dios, el ser
humano es Dios… Frederick Krause (l781-1832), distinguiendo el “universal”, prefirió el
término «panenteísmo» (en griego: pan=todo; en=en; theos=Dios). Dios está presente en el
cosmos y el cosmos está presente en Dios.2 El debate sigue.
La tradición musulmana, igualmente monoteísta, atribuye 99 nombres a la divinidad. La
poeta Margarite Yourcenar, le asigna la tercera parte, en su obra Los 33 nombres de Dios.
Escoger el 33, como elegir el 99, no parece ser casual. Son números, y nombres inscritos en
ellos, que apuntan a la totalidad sin alcanzarla. Por eso ha de ser completada. Será posible
agregar un nombre más, eso sí: sin pretensión de totalidad. Tal vez Margarite jugó con esa
fracción de 99 (99:3=33) insinuando por un lado la pequeñez de lo divino que se muestra
en la vida multiforme y, por otro, la posibilidad de evocar siempre nuevos rostros del
Misterio.
Otro que se planteó el asunto de los nombres asignados a la divinidad, con particularidad
cristiana, fue Fray Luis De León, filólogo, y uno de los primeros traductores del Cantar de
los Cantares al castellano. Se refiere a los Nombres de Cristo en una de sus obras. Allí
acude a algunos nombres de la naturaleza: pimpollo o brote, monte, camino… La misma
Naturaleza presente con fuerza en la obra de Margarite, Los treinta y tres nombres de Dios.
2
Ver http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=484
El pimpollo apunta a la novedad de la vida, al surgimiento, al origen de las cosas, como en
los versos de Margarite:
24. Las flores / que brotan de la tierra / en primavera
También el término Monte, para Fray Luis de León, resalta esa misma perspectiva de
fecundidad, de nueva vida, de modo tal que lo asocia a la preñez. Vale la pena escucharlo
en sus apuntes léxicos:
la más principal razón por qué se llama monte, es por la abundancia, o, digámoslo así, por
la preñez riquísima de bienes diferentes que atesora y comprende en sí mismo. Porque,
como sabéis, en la lengua hebrea, en que los sagrados libros en su primer origen se
escriben, la palabra con que el monte se nombra, según el sonido de ella, suena en nuestro
castellano el preñado; por manera que los que nosotros llamamos montes, llama el hebreo
por nombre propio preñados. En los montes por la mayor parte se conciben las fuentes y los
principios de los ríos, que naciendo de allí y cayendo en los llanos después, y torciendo el
paso por ellos, fertilizan y hermosean las tierras. Allí se cría el azogue y el estaño, y las
venas ricas de la plata y del oro, y de los demás metales todas las minas, las piedras
preciosas y las canteras de las piedras firmes, que son más provechosas, con que se
fortalecen las ciudades con muros y se ennoblecen con suntuosos palacios. Y finalmente,
son como un arca los montes, y como un depósito de todos los mayores tesoros del suelo.
Del Dios Inmenso y, simultáneamente, Apaciguado nos habla Margarite con estas
imágenes:
1. Mar de mañana; 31. El silencioso relámpago / el rayo estrepitoso
Inmensidad de Dios resaltada entre los nombres musulmanes de Dios con diversos matices,
entre otros: 9. al-‘Azîz: el Poderoso; 10. al-Yabbâr: el Fortísimo; 11. al-Mutakabbir: el
Supremo; 24. ar-Rafî‘: el Sublime; 37. al-‘Aliyy: el Excelso; 38. al-Kabîr: el Grande; 42.
al-Yalîl: el Majestuoso; 69. al Qâdir: el Potente; 70. al-Muqtadir: el Omnipotente.
Se ve complementada esta fortaleza de Dios con su imagen maternal de protección y
cuidado: 2. ar-Rajmân: el Misericordioso; 3. ar-Rajîm: el Compasivo; 18. al- Razzâq: el
Dispensador de bienes; 31. al-Latîf: el Sutil; 76. al-Bâtin: el Intimo.
Monte o pimpollo, mar, trueno o relámpago, son tan solo algunas imágenes de la naturaleza viva, que revelan
el rostro del Misterio.
Algunos animales completan esta visión Natural de la divinidad. En particular, Fray Luis De León desarrolla
la figura del Cordero, o el Cordero Degollado, referido a Jesús, a su mansedumbre.
Por donde, debidamente, en el Apocalipsis, San Juan, al Verbo nacido hombre le ve como cordero y como
degollado cordero, que es lo sencillo y lo simple y lo manso de él, y lo muy sufrido que en él se descubría a la
vista… Porque Cordero, pasándolo a Cristo, dice tres cosas: mansedumbre de condición, y pureza e inocencia
de vida, y satisfacción de sacrificio y ofrenda.
En Margarite la imagen del cordero, se asocia inmediatamente, a otras que la abren a nuevos sentidos.
Carnero, oveja, vaca, toro refieren la hermosura, suavidad o su ser salvaje.
10. El camello cojo / que atravesó la gran ciudad atascada / camino a su muerte
La relación natural y el hecho del desgaste, del morir un elemento en otro, del encuentro, de la fuerza y la
debilidad simultáneamente mostradas, puede apreciarse en estos versos de Margarite:
Tierra y agua que en Rilke reflejan la continua trasformación de la vida, como continua es la transformación
de los dioses, a la mirada de los humanos:
A la callada tierra exclama: fluyo. / A las rápidas aguas diles: soy. (Soneto a Orfeo, II, XXIX)
La pretensión de absolutez en la palabra breve es llevada al extremo en estos dos nombres de la divinidad,
según Margarite:
4. Abeja
23. El pan
¿No estamos cerca de los míticos de la nada y el no saber: Juan de la Cruz o el Maestro Eckhart? Es asunto
que he tratado en otra parte 3. En todo caso, sugerentes imágenes las que nos deja Margarite Yourcenar para
pensar el Misterio y, si fuera el caso, dejarnos abrazar por El.
3
https://cultura-barrio.blogspot.com/2020/06/del-poema-breve-y-otros-abismos.html