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Debido proceso 1

Debido proceso
El debido proceso es un principio jurídico procesal o sustantivo según el cual toda persona tiene derecho a ciertas
garantías mínimas, tendientes a asegurar un resultado justo y equitativo dentro del proceso, a permitirle tener
oportunidad de ser oído y a hacer valer sus pretensiones legitimas frente al juez.
El Debido proceso penal es el conjunto de etapas formales secuenciadas e imprescindibles realizadas dentro un
proceso penal por los sujetos procesales cumpliendo los requisitos prescritos en la Constitución con el objetivo de
que: los derechos subjetivos de la parte denunciada, acusada, imputada, procesada y, eventualmente, sentenciada
no corran el riesgo de ser desconocidos; y tambien obtener de los órganos judiciales un proceso justo, pronto y
transparente (QUISBERT, Ermo, ¿Que es el Debido Proceso Penal [1]?).
El término procede del derecho anglosajón, en el cual se usa la expresión "due process of law" (traducible como
"debido proceso legal"). Su nacimiento tiene origen en la "Magna Carta Libertatum" (Carta Magna), texto
sancionado en Londres el 15 de junio de 1215 por el rey Juan I de Inglaterra, más conocido como Juan sin Tierra.
Este principio procura tanto el bien de las personas, como de la sociedad en su conjunto:
• Las personas tienen interés en defender adecuadamente sus pretensiones dentro del proceso.
• La sociedad tiene interés en que el proceso sea realizado de la manera más adecuada posible, para satisfacer las
pretensiones de justicia que permitan mantener el orden social.

Derecho al debido proceso


En vista de que el Estado, por vía del Poder o Rama Judicial toma para sí el control y la decisión respecto a
conflictos que tengan que ver con la interpretación o violación de la ley y que de dichos conflictos una persona
puede resultar sancionada o lesionada en sus intereses, se hace necesario que en un Estado de derecho, toda sentencia
judicial deba basarse en un proceso previo legalmente tramitado que garantice en igualdad las prerrogativas de todos
los que actúen o tengan parte en el mismo. Quedan prohibidas, por tanto, las sentencias dictadas sin un proceso
previo. Esto es especialmente importante en el área penal. La exigencia de legalidad del proceso también es una
garantía de que el juez deberá ceñirse a un determinado esquema de juicio, sin poder inventar trámites a su gusto,
con los cuales pudiera crear un juicio amañado que en definitiva sea una farsa judicial.
No existe un catálogo estricto o limitativo de garantías que se consideren como pertenecientes al debido proceso. Sin
embargo, en general, pueden considerarse las siguientes como las más importantes:

Derecho al juez predeterminado por la ley


El contenido esencial del derecho señala la prohibición de establecer un órgano jurisdiccional ad-hoc para el
enjuiciamiento de un determinado tema, lo que la doctrina denomina"tribunales de excepción". Como consecuencias
adicionales se establece el requisito que todos los órganos jurisdiccionales sean creados y constituidos por ley, la que
los inviste de jurisdicción y competencia. Esta constitución debe ser anterior al hecho que motiva el proceso y debe
contar con los requisitos mínimos que garanticen su autonomía e independencia.
Este derecho va de mano con lo que es la predictibilidad que debe garantizar un sistema jurídico ya que los
particulares deben estar en la concreta posibilidad saber y conocer cuáles son las leyes que los rigen y cuáles los
órganismos jurisdiccionales que juzgaran los hechos y conductas sin que esa determinación quede sujeta a la
arbitrariedad de algún otro órgano estatal.
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Derecho a un juez imparcial


No puede haber debido proceso si el juez es tendencioso. El juez debe ser equidistante respecto de las partes, lo que
se concreta en la llamada "bilateralidad de la audiencia". Para evitar estas situaciones hay varios mecanismos
jurídicos:
• La mayor parte de las legislaciones contemplan la posibilidad de recusar al juez que no aparezca dotado de la
suficiente imparcialidad, por estar relacionado de alguna manera (vínculo de parentesco, afinidad, amistad,
negocios, etc.) con la parte contraria en juicio.
• Una de las garantías básicas en el estado de derecho, es que el tribunal se encuentre establecido con anterioridad a
los hechos que motivan el juicio y, además, atienda genéricamente una clase particular de casos y no sea, por
tanto, un tribunal ad hoc creado especialmente para resolver una situación jurídica puntual.

Legalidad de la sentencia judicial


En el área civil, la sentencia judicial debe ceñirse a lo pedido por las partes en el proceso, lo que se concreta en la
proscripción de la institución de la ultra petita. En el área penal, la sentencia judicial sólo puede establecer penas
establecidas por la ley, por delitos también contemplados por la misma.

Derecho a asistencia letrada


Toda persona tiene derecho a ser asesorado por un especialista que entienda de cuestiones jurídicas (generalmente un
abogado). En el caso de que la persona no pueda procurarse defensa jurídica por sí misma, se contempla la
institución del defensor o abogado de oficio, designado por el Estado, que le procura ayuda jurídica gratuita.
Con la finalidad de garantizar que cualquier particular inmerso en un proceso judicial pueda contar con las mejoras
formas de defender su derecho (y de estar realmente informado del verdadero alcance del mismo) es que se consolida
dentro del derecho al debido proceso el derecho de toda persona a contar con el asesoramiento de un letrado
(abogado), una persona versada en Derecho. De esa forma se busca garantizar el cumplimiento del principio de
igualdad y el uso efectivo del derecho de contradicción.
Existen algunos sistemas jurídicos donde esta garantía es irrenunciable, debiendo los particulares contar siempre con
la asesoría de un abogado. Sin embargo existen también sistemas jurídicos que liberalizaron el principio
estableciendo la obligación sólo en determinadas materias (Derecho penal). El derecho se consideraría vulnerado si a
algún particular no se le permitiera asesorarse mediante un abogado aunque también se señala que se causaría una
vulneración al mismo cuando la asesoría brindada (principalmente en el caso de abogados de oficio brindados por el
estado) no ha sido la idónea.
Dentro de este derecho, se podría identificar dos caracteres:
• El derecho a la defensa de carácter privado, concretado en el derecho de los particulares a ser representadas por
profesionales libremente designados por ellas.
• El derecho a la defensa de carácter público, o derecho del justiciable a que le sea proporcionado letrado de oficio
cuando fuera necesario y se encontrase en uno de los supuestos que señala la ley respectiva.
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Derecho a usar la propia lengua y a ser auxiliado por un intérprete


Basado en el reconocimiento al derecho fundamental de la identidad cultural, se señala que toda persona tiene el
derecho de ser escuchada por un Tribunal mediante el uso de su propia lengua materna. Asimismo, en el caso de que
una persona comparezca ante un tribunal cuya lengua oficial no es la natural, tiene el derecho a ser asistido por un
intérprete calificado.
Este derecho adquiere peculiar significado en zonas geográficas donde la variedad lingüística es amplia
(principalmente Europa donde es recogido por el Convenio Europeo de Derechos Humanos y por el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos). Sin embargo, su contenido no sólo se entiende a nivel internacional
sino incluso nacional en el caso de que dentro de un país exista más de una lengua oficial o la Constitución del
mismo reconozca del derecho de las personas de usar su lengua materna. las reglas del Debido Proceso influyen y se
aplican a las actuaciones y formalidades realizadas por aquellas personas que accionan activamente en justicia sea en
calidad de demandantes, acusadores privados, querellantes etc., así también se aplican a los actos procesales de
aquellos individuos que son sujetos a dicha acción, por ejemplo los justiciables, imputados o demandados. Por lo que
las normas del Debido Proceso deben beneficiar igualitariamente a todas las partes en un Proceso Judicial, sean
demandantes o fueren demandados o acusados.

El problema de asegurar el debido proceso a las personas


La institución del debido proceso fue una conquista de la Revolución francesa, en contra de los jueces venales y
corruptos que aplicaban la voluntad del rey y no la justicia. En ese sentido, dentro del moderno estado de derecho, se
entiende que todas las personas tienen igual derecho al acceso a la justicia.
Sin embargo, ello no siempre se condice con las condiciones del mundo actual. Es que, en alguna situaciones los
jueces se ven influenciados por la promoción, publicidad y consecuencias que pudieren tener sus actos. Además, no
siempre las partes están en equivalencia de condiciones, debido a que el litigante con mayores recursos tendrá la
oportunidad de contratar mejores abogados, mientras que los litigantes de menores recursos dependerán muchas
veces de defensores de oficio ofrecidos por el Estado, que se encargan de una gran cantidad de casos y cuentan con
reducidos recursos.
Por otra parte, el acceso del ciudadano común y corriente a la justicia se ve dificultado por el hecho de que el
quehacer jurídico genera su propia jerga o argot, lleno de términos dificiles de comprender para el profano y que, por
tanto, no siempre entiende con claridad qué es lo que sucede dentro del proceso.
Todas estas situaciones desvirtuan el debido proceso y son materia de debate en la actualidad. Generan, en
consecuencia, una constante busqueda de soluciones para resolver la cuestión.

Regulación por país

Argentina
La Constitución Nacional establece en su artículo 18 los principios fundamentales del derecho al debido proceso:
Art. 18.- Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del
proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la
causa. Nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo; ni arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad
competente. Es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos. El domicilio es inviolable, como
también la correspondencia epistolar y los papeles privados; y una ley determinará en qué casos y con qué
justificativos podrá procederse a su allanamiento y ocupación. Quedan abolidos para siempre la pena de muerte por
causas políticas, toda especie de tormento y los azotes. Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para
seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a
mortificarlos más allá de lo que aquélla exija, hará responsable al juez que la autorice.
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Chile
La Constitución chilena establece en el artículo 19 N° 3 que se garantiza a toda persona La igual protección de la ley
en el ejercicio de sus derechos. Este numeral desarrolla luego una serie de garantías relativas a este derecho, que son:
• Derecho a la defensa jurídica y a la intervención del juez (incisos 2° y 3°).
• Juez natural y anterior al hecho, y prohibición de comisiones especiales (inciso 4°)
• Legalidad del proceso (inciso 5°)
• No presunción de derecho de la responsabilidad penal (inciso 6°)
• En materia penal, ley previa y expresa (incisos 7° y 8°)
El derecho está tutelado por distintas acciones constitucionales. Ante el Tribunal Constitucional se puede solicitar,
por los órganos colegisladores, la anulación de proyectos de ley, tratados internacionales, decretos del Presidente y
autos acordados de los tribunales superiores.
También ante el Tribunal Constitucional, las partes de un proceso pueden solicitar que se declare la inaplicabilidad
por inconstitucionalidad de un precepto que vulnere alguno de los aspectos del debido proceso. Además, el artículo
20 de la Constitución permite el ejercicio recurso de protección contra actos u omisiones ilegales o arbitrarios que
vulneren la garantía de prohibición de comisiones especiales.

España
El derecho a un debido proceso se trata de una garantía constitucional consagrada por el art. 24.2 Constitución
española, aplicable a todos los órdenes jurisdiccionales, tanto a los ordinarios como a los militares o a los
sancionadores. Los antecedentes más remotos del proceso están en la Carta Magna, otorgada por Juan Sin Tierra en
1215, en la que se establecía el derecho a un juicio legal por los pares, conforme a la ley de la tierra. Pero la
formación del debido proceso se sustentó fundamentalmente en los textos ilustrados; la Declaración de Derechos de
Virginia (1776), Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), etc.
En España, la Constitución de 1812 se hizo eco de todos estos antecedentes, y a raíz de ella, todos los textos
constitucionales posteriores han ido recogiendo la regulación del debido proceso. La Constitución Española de 1978
lo recoge en su art. 24.2, cuya eficacia vincula tanto a poderes públicos como a ciudadanos, y puede ser alegado
directamente ante los tribunales, sin necesidad de desarrollo legislativo. Las garantías que contiene el art. 24.2 se
reflejan en otros preceptos constitucionales: el art. 117, 118, etc., incluso alcanzan una dimensión supraestatal, pues
este derecho ha sido reconocido en diversos tratados internacionales suscritos por España; Declaración Universal de
Derechos Humanos (1948), Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966), etc. Estos tratados deben
entenderse como parte integrante del ordenamiento jurídico interno, a tenor de lo dispuesto por el art. 10 de la
Constitución.
La jurisprudencia del Tribunal Constitucional ha sido muy amplia. El contenido del derecho al debido proceso ha
sido relacionado con otros derechos; a la defensa, a no declarar contra sí mismo, a la tutela judicial efectiva, etc. Sin
embargo, toda norma procesal debe tener en cuenta a la hora de regular el debido proceso una doble dimensión:
• Orgánica, vinculada a la potestad jurisdiccional.
• Procesal, ligada al desarrollo de la actividad o función jurisdiccional.
Desde el punto de vista orgánico, la principal garantía a la que se refiere es la del juez ordinario predeterminado por
la ley.
Desde el punto de vista procesal, la principal garantía es la del derecho de defensa en sentido amplio que ha
configurado el Tribunal Constitucional, como interdicción de la indefensión. Esta garantía procesal es el centro de
todas las demás.
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Perú
El derecho al debido proceso, en el Perú, se encuentra consagrado en el artículo 139 inc 3 de la Constitución. Sin
embargo, más allá del hecho que ese artículo se encuentra referido a las garantías de la función jurisdiccional
ejercida por el Poder Judicial, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ha dejado bien en claro que ese derecho
se aplica a todos los entes, tanto privados como públicos, que llevan adelante procesos o procedimientos para
ventilar la situación jurídica de los particulares. Esa misma jurisprudencia ha diferenciado este derecho en dos
ámbitos, el objetivo referido a las garantías que todo proceso debe observar en su desarrollo y el subjetivo que se
basa en los requisitos de razonabilidad y proporcionalidad que debe observar cada decision emitida por cualquier
órgano de poder.
Posteriormente, el derecho ha recibido consagración en varios cuerpos legislativos pero no fue sino hasta la
promulgación del Código Procesal Constitucional el año 2004 que recien la legislación peruana aventuró una
suerte de definición y desarrollo del mismo.

Ecuador
CAPITULO I GARANTIAS DEL DEBIDO PROCESO
1.1. Definición: El debido proceso es un principio jurídico procesal o sustantivo según el cual toda persona tiene
derecho a ciertas garantías mínimas, tendientes a asegurar un resultado justo y equitativo dentro del proceso, y a
permitirle tener oportunidad de ser oído y hacer valer sus pretensiones frente al juez. 1.2. BREVES
ANTECEDENTES HISTÓRICOS El debido proceso fue diseñado para proteger al individuo contra el poder
arbitrario del Estado. El primer indicio que hace referencia al debido proceso lo encontramos en la Carta Magna,
expedida por el Rey Juan de Inglaterra en Runnymede en el año 1215. En ella se estableció que el poder del Rey no
era absoluto. Los Estados Unidos de América obtuvieron su independencia en el año 1776, y para el año 1787 ya
tenían estructurada su Constitución, de hecho esta fue la primera nación en tener una Constitución escrita. En 1791
se ratifican 10 enmiendas a la Constitución, texto que se conoce como The Bill of Rights. En la quinta enmienda de
este documento, se instituye el Due process of law (El Debido Proceso); posteriormente, en la décimo cuarta
enmienda se incluyen más elementos sobre el mismo tema. En la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano, adoptada por la Asamblea Nacional Constituyente de Francia el 26 de agosto de 1789 y aceptada por el
Rey Luis XVI el 5 de octubre de 1789, en sus Arts. 6, 7, 8 y 9 se recoge la institución del debido proceso. La
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, aprobada en la Novena Conferencia Internacional
Americana, en Bogotá en el año 1948, dispone en su Art. 18 normas relativas al debido proceso. La convención
americana sobre Derechos Humanos suscrita en San José de Costa Rica el 22 de noviembre de 1969, en la
Conferencia especializada Interamericana sobre Derechos Humanos en su Art. 8. Garantías Judiciales acoge el
debido proceso. 1.3. Derecho al debido proceso: El debido proceso es el que en todo se ajusta al principio de
juridicidad propio del Estado de derecho y excluye, por consiguiente, cualquier acción contra legem o praeter legem.
Como las demás potestades del Estado, a la de administrar justicia está sujeta al imperio de lo jurídico: sólo puede
ser ejercida dentro de los términos establecidos con antelación por normas generales y abstractas que vinculan en
sentido positivo y negativo a los servidores públicos. Estos tienen prohibida cualquier acción que no esté legalmente
prevista, y sólo puede actuar apoyándose en una previa atribución de competencia. El derecho al debido proceso es el
que tiene toda persona a la recta administración de justicia. El derecho al debido proceso es el derecho a un proceso
justo; a un proceso en el que no haya negación o quebrantamiento de los que cada uno tenga jurídicamente atribuido
o asignado Es debido aquel proceso que satisface todos los requerimientos, condiciones y exigencias necesarias para
garantizar la efectividad del derecho material. Se le llama debido porque se le debe a toda persona como parte de las
cosas justas y exigibles que tiene por su propia subjetividad jurídica. 1.3. EL DEBIDO PROCESO COMO
DERECHO FUNDAMENTAL Los Derechos Fundamentales como principio y fin en la defensa de la persona
humana deben ser los criterios inspiradores de la interpretación y aplicación jurídica en los Estados Democráticos de
Derecho. En la estructura normativa, los Derechos Fundamentales aparecen consagrados en la Constitución cobrando
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prevalencia sobre los demás derechos adjetivos que complementan la vida en sociedad del hombre. Así derechos
fundamentales como el derecho a la dignidad, a la vida, a la integridad personal, libertad, debido proceso, libertad de
pensamiento, participación, intimidad y los derechos economico – sociales son la piedra angular sobre la cual
descansa la superestructura jurídica de las democracias. Los derechos fundamentales son la expresión de un
ordenamiento libre ya realizado y al mismo tiempo son el presupuesto para que este se reconstruya continuamente a
través del ejercicio individual de las libertades por parte de todos Estos derechos fundamentales tienen un rango que
podríamos denominar como bien jurídico constitucional; así, se configuran en el fondo legitimador de los cuerpos
legales nacionales y supranacionales, siendo la dignidad humana, mas alla de derecho fundamental, su razón de ser,
limite y fin. Dentro de este panorama principista, de los derechos fundamentales, tenemos la presencia gravitante del
derecho al debido proceso como parte integrante de los mismos. 1.4. Qué es el proceso penal El señor doctor Jorge
Zavala Baquerizo dice: "es un proceso jurídico humano, provocado y orientado por humanos, protagonizado por
humanos, donde siempre está presente la fase negativa de la sociedad, en donde toda la humanidad está involucrada
por lo que se llama la Responsabilidad Compartida", agrega que en el proceso penal se juzga a toda la sociedad,
porque pudo hacer oportunamente en beneficio físico y moral al posteriormente justiciable y no lo hizo. Amable
lector, el objetivo del proceso penal en el sistema inquisitivo era: investigar, juzgar y sancionar y todas estas tres
atribuciones las tenía el Juez, en ese sistema el fin justificaba los medios; en cambio en el sistema acusatorio que
recoge el nuevo Código de Procedimiento Penal, es el que se respete los derechos y garantías constitucionales de los
ciudadanos; o sea que el fin último y esencial del proceso penal hoy en día es la Justicia. 1.5. Garantías
Fundamentales en el Proceso Penal Frente al aparato de persecución penal se sitúan un conjunto de garantías que
pretenden rescatar a la persona humana y su dignidad del peligro que significa el poder absoluto del Estado, para el
efecto el texto constitucional vigente, pone en firme el propósito de diseñar un sistema de garantías que asegura la
protección de los derechos fundamentales, para lo cual no se limita a reconocer el llamado derecho a la jurisdicción,
sino también a que el proceso penal se desarrolle con las debidas garantías, las que se las puede dividir en: 1.-
Garantías para los sujetos procesales, que se concretan en la preexistencia de la Ley penal que defina el delito y
señale la pena, derecho a la defensa, justicia sin dilaciones, asistencia de un abogado particular o designado por el
estado y la de juez predeterminado por la Ley. 2.- Garantías del juzgamiento, que concentra la necesidad de
acusación fiscal para la procedencia del juicio, proceso público, audiencia, y contradicción. 3.- Garantías relativas a
la actividad de los jueces y tribunales, que comprende la tutela efectiva así como la prohibición de que en ningún
caso pueda producirse indefensión ni la agravación de la resolución por parte del juez A-quen cuando el acusado sea
el único recurrente; y, 4.- Garantías procesales que inciden en el derecho a un recurso legalmente previsto así como
el de ser parte en el proceso e intervenir en el mismo; y, correlación de acusación y sentencia, más halla de la
garantía de la prueba y su verificación. 1.5.1. La vigencia de esta presunción le marca al proceso penal un derrotero
particular en materia probatoria, pues se parte de una presunción que hay que desvirtuar plenamente, lo que significa
ante todo: • La existencia de una actividad probatoria, pues no puede haber condena sin pruebas; • La prueba debe
ser constitucionalmente obtenida (el juicio de culpabilidad debe apoyarse en pruebas legalmente practicadas) • La
carga de la actividad probatoria corresponde al acusador; y, • El acusado no requiere probar su inocencia, pues toda
persona se presume inocente mientras no se prueba lo contrario. Garantía que mantiene su efecto vinculante con la
exoneración del deber de declarar contra sí mismo, hay que decir que se trata de un imperativo que es una necesaria
consecuencia de la presunción de inocencia. Si ésta le impone al Estado el deber de demostrar la ocurrencia de la
conducta punible y la responsabilidad del procesado, resultaría inconcebible se forzara a auto incriminarse a quien se
presume inocente, pues un individuo perseguido penalmente es un sujeto incoercible del sujeto penal que dentro de
la naturaleza defensiva, inclusive tiene derecho a guardar silencio. La imposición de las medidas cautelares relativas
a la privación de la libertad responde a la necesidad de garantizar la comparecencia del sindicado al proceso,
asegurar la ejecución de la pena privativa de la libertad, impedir su fuga o la continuación de la actividad delictual y
evitar la alteración de las pruebas y el entorpecimiento de la investigación. Sin embargo, bajo determinaciones
constitucionales, como las previstas en el Art. 77 numeral 1 mediante la cual “La Jueza o Juez siempre podrá ordenar
medidas cautelares distintas a la prisión preventiva” es decir, el secuestro, la retención o la prohibición de enajenar
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sobre los bienes de propiedad del imputado, o también la determinada en el numeral 11, en la que se autoriza a que
“la Jueza o Juez aplicará de forma prioritaria sanciones y medidas cautelares alternativas a la privación de libertad
contempladas en la ley”, bajo los presupuestos relacionados con las circunstancias del hecho delictivo, la
personalidad de la persona infractora y las exigencias de reinserción social de la persona sentenciada.
Evidenciándose un proceso de humanización sobre el encarcelamiento, desde el momento que se dispone la
aplicación de medidas cautelares distintas a la prisión preventiva, penas alternativas a la privación de la libertad y de
libertad condicionada. 1.6. La interposición del recurso extraordinario de protección A de ir presidido del
agotamiento de los recursos pertinentes ante la jurisdicción ordinaria, de modo que frente a lesiones a derechos
fundamentales, la resolución podrá ser revisada por la corte constitucional, aclarando que no sólo por violación al
debido proceso, sino también frente a cualquier derecho reconocido constitucionalmente. De ahí que, el derecho a
obtener la tutela judicial efectiva y la exigencia de motivación suficiente es sobre todo una garantía esencial del
justiciable, constituye la manifestación expresa de los criterios en los que la decisión se funda, es una exigencia
nacida del carácter responsable de la autoridad pública, que permite confrontar esos motivos con los referentes
normativos que legitiman el ejercicio de la autoridad, y que se reconoce en el Art. 75 numeral 7 letra l de la
Constitución, así como el derecho a la tutela efectiva consagrada en el Art. 75 de la Constitución, y que está
relacionado con los “Derechos de Protección”. La acción extraordinaria de protección, es procedente según lo
preceptuado en el Art. 94 de la Constitución “contra sentencias o Autos definitivos en los que se haya violado por
acción u omisión derechos reconocidos en la Constitución y se interpondrá ante la Corte Constitucional”, es decir
cuando se ha inobservado las reglas mínimas establecidas por el ordenamiento jurídico, en abierto desconocimiento
del debido proceso, sin embargo debe ser aplicada por los jueces constitucionales con extrema mesura, pues la propia
Constitución hace obligatorio el respeto a la autonomía de las jurisdicciones y a la independencia de cada juez en la
definición de las controversias que resuelve, por lo tanto pueden ser tutelados por vía extraordinaria de protección
derechos fundamentales desconocidos por decisiones judiciales que en realidad, dada su abrupta y franca
incompatibilidad con las normas constitucionales o legales aplicables al caso, constituyen actuaciones de hecho. Este
recurso no puede configurarse sino a partir de dos aristas fundamentales, la primera cuando se hayan agotado los
recursos ordinarios y extraordinarios dentro del término legal en la justicia ordinaria, a menos que la falta de
interposición de estos recursos no fuere atribuible a la negligencia de la persona titular del derecho constitucional
vulnerado” y la segunda cuando exista una ruptura flagrante, de la normatividad constitucional o legal que rige en la
materia a la que se refiere la sentencia o Auto Definitivo. Por lo que, de acuerdo a la norma constitucional
constituyen requisitos de admisibilidad “1. Que se trate de sentencias, Autos y resoluciones firmes o ejecutoriadas; y,
2. Que el recurrente demuestre que en el juzgamiento se ha violado por acción u omisión, el debido proceso u otras
derechos reconocidos en la Constitución” obligatoriedad prevista en el Art. 437 de la Constitución.

México
En México, se tiene preceptuada la Garantia de Debido Proceso, en la interaccion armonica que se da entre los
Articulos 14, 16 y 17 de la Constitucion Politica de los Estados Unidos Mexicanos, los cuales preceptuan: "Artículo
14. A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna. Nadie podrá ser privado de la libertad o
de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente
establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las Leyes expedidas
con anterioridad al hecho. En los juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por simple analogía, y aún por
mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable al delito de que se trata. En
los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la letra o a la interpretación jurídica de la ley,
y a falta de ésta se fundará en los principios generales del derecho." "Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su
persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente,
que funde y motive la causa legal del procedimiento. Toda persona tiene derecho a la protección de sus datos
personales, al acceso, rectificación y cancelación de los mismos, así como a manifestar su oposición, en los términos
que fije la ley, la cual establecerá los supuestos de excepción a los principios que rijan el tratamiento de datos, por
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razones de seguridad nacional, disposiciones de orden público, seguridad y salud públicas o para proteger los
derechos de terceros. No podrá librarse orden de aprehensión sino por la autoridad judicial y sin que preceda
denuncia o querella de un hecho que la ley señale como delito, sancionado con pena privativa de libertad y obren
datos que establezcan que se ha cometido ese hecho y que exista la probabilidad de que el indiciado lo cometió o
participó en su comisión. La autoridad que ejecute una orden judicial de aprehensión, deberá poner al inculpado a
disposición del juez, sin dilación alguna y bajo su más estricta responsabilidad. La contravención a lo anterior será
sancionada por la ley penal. Cualquier persona puede detener al indiciado en el momento en que esté cometiendo un
delito o inmediatamente después de haberlo cometido, poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad más
cercana y ésta con la misma prontitud, a la del Ministerio Público. Existirá un registro inmediato de la detención.
Sólo en casos urgentes, cuando se trate de delito grave así calificado por la ley y ante el riesgo fundado de que el
indiciado pueda sustraerse a la acción de la justicia, siempre y cuando no se pueda ocurrir ante la autoridad judicial
por razón de la hora, lugar o circunstancia, el Ministerio Público podrá, bajo su responsabilidad, ordenar su
detención, fundando y expresando los indicios que motiven su proceder. En casos de urgencia o flagrancia, el juez
que reciba la consignación del detenido deberá inmediatamente ratificar la detención o decretar la libertad con las
reservas de ley. La autoridad judicial, a petición del Ministerio Público y tratándose de delitos de delincuencia
organizada, podrá decretar el arraigo de una persona, con las modalidades de lugar y tiempo que la ley señale, sin
que pueda exceder de cuarenta días, siempre que sea necesario para el éxito de la investigación, la protección de
personas o bienes jurídicos, o cuando exista riesgo fundado de que el inculpado se sustraiga a la acción de la justicia.
Este plazo podrá prorrogarse, siempre y cuando el Ministerio Público acredite que subsisten las causas que le dieron
origen. En todo caso, la duración total del arraigo no podrá exceder los ochenta días. Por delincuencia organizada se
entiende una organización de hecho de tres o más personas, para cometer delitos en forma permanente o reiterada, en
los términos de la ley de la materia. Ningún indiciado podrá ser retenido por el Ministerio Público por más de
cuarenta y ocho horas, plazo en que deberá ordenarse su libertad o ponérsele a disposición de la autoridad judicial;
este plazo podrá duplicarse en aquellos casos que la ley prevea como delincuencia organizada. Todo abuso a lo
anteriormente dispuesto será sancionado por la ley penal. En toda orden de cateo, que sólo la autoridad judicial podrá
expedir, a solicitud del Ministerio Público, se expresará el lugar que ha de inspeccionarse, la persona o personas que
hayan de aprehenderse y los objetos que se buscan, a lo que únicamente debe limitarse la diligencia, levantándose al
concluirla, un acta circunstanciada, en presencia de dos testigos propuestos por el ocupante del lugar cateado o en su
ausencia o negativa, por la autoridad que practique la diligencia. Las comunicaciones privadas son inviolables. La
ley sancionará penalmente cualquier acto que atente contra la libertad y privacía de las mismas, excepto cuando sean
aportadas de forma voluntaria por alguno de los particulares que participen en ellas. El juez valorará el alcance de
éstas, siempre y cuando contengan información relacionada con la comisión de un delito. En ningún caso se
admitirán comunicaciones que violen el deber de confidencialidad que establezca la ley. Exclusivamente la autoridad
judicial federal, a petición de la autoridad federal que faculte la ley o del titular del Ministerio Público de la entidad
federativa correspondiente, podrá autorizar la intervención de cualquier comunicación privada. Para ello, la autoridad
competente deberá fundar y motivar las causas legales de la solicitud, expresando además, el tipo de intervención,
los sujetos de la misma y su duración. La autoridad judicial federal no podrá otorgar estas autorizaciones cuando se
trate de materias de carácter electoral, fiscal, mercantil, civil, laboral o administrativo, ni en el caso de las
comunicaciones del detenido con su defensor. Los Poderes Judiciales contarán con jueces de control que resolverán,
en forma inmediata, y por cualquier medio, las solicitudes de medidas cautelares, providencias precautorias y
técnicas de investigación de la autoridad, que requieran control judicial, garantizando los derechos de los indiciados
y de las víctimas u ofendidos. Deberá existir un registro fehaciente de todas las comunicaciones entre jueces y
Ministerio Público y demás autoridades competentes. Las intervenciones autorizadas se ajustarán a los requisitos y
límites previstos en las leyes. Los resultados de las intervenciones que no cumplan con éstos, carecerán de todo valor
probatorio. La autoridad administrativa podrá practicar visitas domiciliarias únicamente para cerciorarse de que se
han cumplido los reglamentos sanitarios y de policía; y exigir la exhibición de los libros y papeles indispensables
para comprobar que se han acatado las disposiciones fiscales, sujetándose en estos casos, a las leyes respectivas y a
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las formalidades prescritas para los cateos. La correspondencia que bajo cubierta circule por las estafetas estará libre
de todo registro, y su violación será penada por la ley. En tiempo de paz ningún miembro del Ejército podrá alojarse
en casa particular contra la voluntad del dueño, ni imponer prestación alguna. En tiempo de guerra los militares
podrán exigir alojamiento, bagajes, alimentos y otras prestaciones, en los términos que establezca la ley marcial
correspondiente." "Artículo 17. Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para
reclamar su derecho. Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos
para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e
imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales. El Congreso de la
Unión expedirá las leyes que regulen las acciones colectivas. Tales leyes determinarán las materias de aplicación, los
procedimientos judiciales y los mecanismos de reparación del daño. Los jueces federales conocerán de forma
exclusiva sobre estos procedimientos y mecanismos. Las leyes preverán mecanismos alternativos de solución de
controversias. En la materia penal regularán su aplicación, asegurarán la reparación del daño y establecerán los casos
en los que se requerirá supervisión judicial. Las sentencias que pongan fin a los procedimientos orales deberán ser
explicadas en audiencia pública previa citación de las partes. Las leyes federales y locales establecerán los medios
necesarios para que se garantice la independencia de los tribunales y la plena ejecución de sus resoluciones. La
Federación, los Estados y el Distrito Federal garantizarán la existencia de un servicio de defensoría pública de
calidad para la población y asegurarán las condiciones para un servicio profesional de carrera para los defensores.
Las percepciones de los defensores no podrán ser inferiores a las que correspondan a los agentes del Ministerio
Público. Nadie puede ser aprisionado por deudas de carácter puramente civil." En base a lo anterior, es menester que
nadie puede ser privado de sus propiedades, poseciones o derechos si no es previo un juicio incoado ante tribunales y
con apego a las leyes expedidas con anterioridad al hecho, junto con el precepto de que los actos de autoridad
deberan de ser fundados (deberan de citar el precepto legal en el cual se apoye la autoridad para su accionar) y
motivados (expresar las causas o razones especiales en las cuales se encuadren en los supuestos juridicos para su
proceder), ademas de que en lo medular, se resguarda el orden social, al establecer que todo derecho sera reclamado
a traves de los tribunales, los cuales deberan estar expeditos para la impartición de justicia. Sin embargo el eje
fundamental del debido proceso siempre iniciara con un mandamiento debidamente fundado y motivado en derecho,
ademas debera siempre contar con firma autografa del funcionario responsable de dicha orden, siendo por
consecuencia ilegal cualquier acto de autoridad que presente falta de firma o que la firma sea faccimilar o sello. En
México, las Garantias consagradas en los Articulos 14 y 16, incluida la Garantia de Audiencia que de ellos se
desprenden, son las que sustentan el debido proceso. La Garantia de Audiencia (que son las formalidades esenciales
del procedimiento) presupone 1) La notificacion de el acto o actos que se proyectaran sobre el interesado, 2) La
oportunidad de presentar alegatos en su defensa y el ofrecer pruebas, y 3) La resolucion por parte de la autoridad que
dirima la cuestion conforme a derecho. Cualquier acto que no sea apegado a este precepto Constitucional, sera nulo y
podrá ser materia de Juicio de Amparo.

Enlaces externos
• El debido proceso de la garantía constitucional [2], artículo de la revista Ius et Praxis (Universidad de Talca)
• El debido Proceso Legal en el Perú y el Sistema Interamericano de Protección de Derechos Humanos.
Jurisprudencia [3], artículo de la revista Ius et Praxis (Universidad de Talca)
• QUISBERT, Ermo ¿Que es el Debido Proceso Penal [1]?.

Referencias
[1] http:/ / jorgemachicado. blogspot. com/ 2010/ 01/ debido-proceso. html
[2] http:/ / www. scielo. cl/ scielo. php?pid=S0718-00122005000100012& script=sci_arttext
[3] http:/ / www. scielo. cl/ scielo. php?pid=S0718-00122004000100013& script=sci_arttext
Fuentes y contribuyentes del artículo 10

Fuentes y contribuyentes del artículo


Debido proceso  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?oldid=43066337  Contribuyentes: Adrián V., Banfield, Chalisimo5, Filipo, Gaeddal, Matdrodes, PoLuX124, Rafa sanz, Santiperez,
Skippy, Tano4595, Vitamine, Vladimirpaulino, Wgarciamachmar, Xsm34, Yakoo, 65 ediciones anónimas

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