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Departamento de Filosofía
Informe de lectura,
(Alejandro Cerletti, “La enseñanza de la filosofía como problema filosófico”)
En el texto, el autor presenta tres ejemplos sobre la relación que tiene la definición de lo
que entendemos al enseñar filosofía en diferentes paradigmas: primero, hace referencia
que enseñar filosofía es conocer su historia, adquiriendo habilidades argumentativas y
cognitivas, desarrollar una habilidad frente a la realidad y construir una mirada sobre el
mundo. Esta definición está relacionada a la realidad del ejercicio de la enseñanza y a
sus expectativas generales; como segundo punto, al seguir el texto encontramos otras
miradas como relacionar esto al sentido común que se refiere a la transmisión de un
conocimiento como cualquier otro, en un contexto pedagógico “Trivial”: que significa
mostrar un conocimiento que no se sabe y de manera gradual se explica de manera de
traspasar esto al alumnado. El estudiante aquí pasa del estado de no saber a ser
evaluado con apoyo docente y estimar como adquirió el conocimiento.
Por último y como tercer punto, se analiza si el saber filosófico es parte de la experiencia
de filosofar o, también, la capacidad argumentativa que es característica que comparten
de otros planes de estudio, y aquí se justificaría su enseñanza ya que es parte
fundamental de cualquier conocimiento o proceso de aprendizaje.
El autor hace una reflexión sobre el rol del docente, del alumno, de los adultos y de la
sociedad sobre como restablecer diariamente esta actitud filosófica de la cual todos
somos responsables, especialmente de abandonar las opiniones y pensamientos de los
demás como una subjetivación permanente: “Es esencial que haya un lugar y un
momento para que, jóvenes y adultos, podamos pensar el mundo que vivimos y decidir
cómo nos situamos en él. En definitiva, no es otra cosa que revivir a diario la actitud de
quien filosofa, que no da nada por supuesto y no se conforma con que los demás
piensen por él.” (Cerletti A, 2008)
En este sentido mi reflexión se acompaña de varios momentos y va más allá del espacio
educativo, he tenido en varias oportunidades dilemas sobre como las personas esperan
que la información de las cosas llegue sin cuestionarse, sin aventurarse en su búsqueda
tampoco, los estudiantes por un lado, en general esperan que la educación aparezca,
como un bien de consumo, exigiendo que los contenidos sean visados por un
profesional, sin curiosidad por esto, esperan que el docente o profesor(a) entregue estos
conocimientos de manera bancaria, señalando que “pagan por su educación
universitaria”, sin ir más lejos y muy a mi pesar, esto lo he escuchado en audios de redes
sociales el día de hoy. También, esperando que el profesorado analice los textos, para
no reflexionar de manera personal y así evitar exponer sus argumentos, veo hoy
también, como entregan la responsabilidad al cuerpo docente de sus aprendizajes,
abandonando el deseo por saber, y para mí, esta actitud es incoherente, especialmente
en una facultad de filosofía, no se condice con la realidad, carece de auto superación;
Entiendo que el estudiante no se debería conformar con clases unidireccionales, el
estudiante debe intervenir, transformar, sobreponerse a las dificultades y encontrar el
conocimiento de manera personal, pero veo, que requieren apoyo permanentemente, y
me pregunto ¿dónde está este deseo por saber?, ¿dónde queda la construcción y
transformación?, y se confunde la opinión crítica con pesimismo, con conformismo y
auto victimización.
Por otra parte en jóvenes y adultos puedo destacar la baja participación en debates, hay
temas prohibidos por que atentan a la tradición, el autoestima se confunde con el hecho
de no querer desarrollar o permear las ideas de mundo, en general, he visto muchas
personas abandonando sus opiniones, esperando seguir a otros que argumenten por
ellos, por amistad o gustos o frustraciones comunes, malentendiendo lo más preciado,
que es la subjetivación, que, como lo describe Alejandro Cerletti, es esta actitud
filosófica, la cual es “inenseñable”.
Germán Martínez