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Escuela Nacional de Antropología e Historia.

Nuevas corrientes en la Antropología.


Pérez Ruiz Diego Andreé. Matricula 120150017.
Ensayo final:
Notas marginales sobre economía de identidad y extractivismo epistemológico.
Introducción:
El siglo XXI en sus casi dos primeras décadas ha transformado las dinámicas (económicas,
religiosas, culturales, políticas, etc.) de los grupos indígenas de manera apresurada, sin
embargo, este fenómeno que solo se ha acelerado en los últimos veinte años deviene de un
largo proceso de colonización que comenzó hace más de 500 años. Esta aceleración en la
transformación de los modos de vida como atribuyen diversos autores es causada por las
dinámicas impuestas por la modernidad/colonialista/capitalista.
Actualmente es posible observar estos cambios en diversas manifestaciones. Una de
ellas es la introducción de objetos artesanales elaborados por artesanos/indígenas en el
mercado capitalista. Entiendo la artesanía como la define Ana Alfaro: como aquellos bienes
realizados para el consumo doméstico y/o ritual, siendo objetos portadores de un valor
histórico, cultura, utilitario o estético y que cumplen con una función socialmente reconocida,
realizados por el artesano individual o colectivamente, mediante técnicas simples (2010, 18).
Estos objetos que en el interior del grupo tienen una (o varias) función (es) al salir y entrar en
un circuito de producción-circulación-consumo capitalista/colonial comienzan a sufrir
transformaciones que se ven reflejadas, por una parte, tanto en su contenido simbólico, en su
elaboración, y, por otra parte a nivel de su valor como objeto; con esto quiero decir que si
dentro del grupo la artesanía tiene un valor practico/religioso (por ejemplo), fuera, en el
mercado, su valor se reduce a una cuestión económica, es decir, es vista como una mercancía.
Por último, este es un fenómeno que sucede a nivel global (véase Comaroff, 2011) y pienso a
que se debe a que hay ciertas condiciones que lo posibilitan. Una de ellas es la matriz colonial
que sobrevive en los espacios pos-coloniales y los Estados-Nación que han adoptado un
discurso multi-pluriculturalista.
El presente ensayo forma parte de un ejercicio de reflexión para la elaboración del
andamiaje conceptual que desarrollare posteriormente en una tesis. Es decir, ocupare este
espacio como un pretexto para poder pensar, reflexionar, y experimentar a partir de las
propuestas de diversos autores que se encuentran discutiendo temas sobre la
modernidad/colonialidad y aplicarlo a un caso concreto en México. Dentro del marco
conceptual que estoy construyendo el análisis de la producción artesanal será hecho sobre dos
ejes: un eje “económico” y un eje semiótico/cultural; esto con la intención de poder ampliar
los alcances del análisis y no reducirlo a la cuestión económica (y solamente observar la
producción artesanal como un medio de subsistencia) o a la cuestión semiótico cultural
(reduciendo en análisis a una cuestión casi folklorizante como han hecho los estudios que se
han enfocado en la cuestión artesanal). Sin embargo, en este ensayo me limitare a hablar de la
cuestión “económica” bajo el pretexto de poder desarrollarlo de manera más amplia y libre que
en un anteproyecto o protocolo de investigación (para posteriormente integrarlo a un
anteproyecto).
I
I.I Sobre el sur global, economía de identidad.
Para comenzar considero es necesario ir detallando la cuestión global, es por esto que retomo
la propuesta teórica de John y Jean Comaroff que dan en su texto teorías desde el sur (2013)
sobre el norte global y sur global categorizando a este último como un lugar de sabiduría
pueblerina, de tradiciones antiguas, hábitos y significaciones exóticas frente al primero que se
posiciona como fuente inagotable de conocimiento universal, de Ciencia y Filosofía (con
mayúsculas) (15).
Respecto a la modernidad, estos autores mencionan que, desde sus comienzos esta ha
sido un proceso de “colaboración” asimétrico entre el norte-sur. Como ideología, por otra parte,
nunca ha podido disociarse del capitalismo, de sus determinaciones y de su lógica social. Mas
adelante agregan que, esa capacidad de estar presente en contextos tan distintos o en tantas
intersecciones del imperialismo capitalista es lo que ha propiciado que la modernidad sea
siempre una y muchas cosas a la vez, un proyecto universal. Pero esta dualidad es más evidente,
agregan los autores, en las lejanas “periferias” donde se implementó una modernidad distinta
la de las metrópolis (ibidem: 22 y 23).
Así, al pensar la cuestión colonial es imposible pensarla si no es en la dialéctica norte-
sur y sur-norte, pues si estos existen es debido a un proceso histórico en el que el norte se
posiciona al frente, marcando el camino que el sur deberá (o intentará) seguir para alcanzar la
Modernidad. Por último, agregan que las personas que viven en el sur global no “carecen de
modernidad” sino que muchas de ellas se ven privadas de las recompensas de la modernización.
Debido a la tendencia inherente del capital a crear márgenes y zonas de exclusión con el
propósito de alimentarse de ellos.
Estos mismos autores en otro texto más viejo por un par de años (2011), escriben sobre
un fenómeno particular que permite pensar esta relación entre el norte y sur global no tan
abstracto. En este texto comienzan a tocar temas como la cuestión étnica en la modernidad;
aquí mencionan que la etnicidad es, y siempre ha sido, una y varias cosas a la vez, algo único
y al mismo tiempo infinitamente diverso. Frente a todos pronósticos que apostaban a que la
etnicidad desaparecería, ha encontrado un espacio en el mercado capitalista; en otras palabras,
lo que los autores buscan decir es que la etnicidad también va adquiriendo características de
empresa, se va transformando en una mercancía imbricada en la economía de la vida cotidiana
(Comaroff, 2011: 9).
Más adelante, revisando un caso sobre la identidad catalana y su transformación en
mercancía, dan una propuesta teórica que es de gran utilidad, es un fenómeno que ellos llaman
economía de identidad; dicho concepto engloba cuestiones como la experiencia ancestral,
actitud abierta, perder el localismo, modernidad y supervivencia de una cultura. Pero en
concreto lo que este concepto logra dar cuenta es que la identidad está constituida como persona
jurídica, la identidad se puede ver con un valor agregado, que los grupos étnicos comienzan a
transformarse en empresas y que la cultura está disponible para la venta.
En resumen, parecería que objetivar la identidad produce una nueva sensibilidad, una
conciencia nueva de su esencia y su potencial afectivo. Este proceso transforma la etnicidad en
mercancía, la proclama como fundamento de una colectividad con valor agregado constituida
como persona jurídica o ideal y a la vez, la reivindica en cuanto ámbito de emociones
compartidas y un futuro imaginado también compartido (Ibidem: 10 y 15). En este caso, se
trata de la identidad, pero enajenable, una identidad cuyos objetivos y objetivaciones pueden
consumir otros y que por ende puede ofrecerse en el mercado.
Los Comaroff sugieren que lo dicho hasta ahora, muestra que la creación de personas
jurídicas étnicas descansa sobre un proceso de homogeneización y abstracción: los Zulues, por
ejemplo, se convierten en una unidad pese a todas sus divisiones internas y sus estilos de vida,
cuajan y adquieren la forma de objetos, mucho más fáciles de concebir, comunicar y consumir.
No obstante, este proceso también puede iniciar políticas de disenso, cuando, por ejemplo, el
capital de inversión procedente de afuera entra a incrementar las desigualdades ya existentes
en la población local. Por otra parte, nos mencionan que el comercio del etnoturismo (o
industria de la etnicidad) rindió alrededor de 2.000 millones de dólares anuales durante los
primeros años del siglo XXI; las mayores ganancias provienen de los rubos de alimentos, moda,
música y artefactos culturales (id. 34).
En el mundo poscolonial las técnicas de publicidad contemporáneas se utilizan en la
producción y alienación de la cultura. En este contexto, el termino cultura no tiene el sentido
antropológico, sino que se refiere a esa noción que reivindican quienes pretenden afirmar una
subjetividad colectiva objetivándola para el mercado. Para sobrevivir las culturas como las
marcas deben esencializarse, las culturas que prosperan y perduran son las que mejor funcionan
como marcas. (id: 37). Pero no hay que perder de vista una cuestión que es central en esto; los
Comaroff dan al clavo al dar cuenta que, en una economía pobre hasta la desesperación, la
enajenación de las practicas indígenas es un medio de autoconstrucción y una fuente de
sustento material. En muchos lugares, la supervivencia del grupo ha cedido su lugar a la
supervivencia por medio de la cultura. Es decir, la transformación en mercancía de su estilo de
vida (a veces re-inventado) es vital para su supervivencia y sustentabilidad.
El turismo se ha transformado en un “elemento vital para la supervivencia y
recuperación de las formas culturales. Nuestros autores dan un testimonio de este fenómeno
que sucede en todo el mundo: en Bali las cremaciones funerarias se han popularizado entre los
turistas y las versiones de las danzas rituales que se presentan ante un público que paga se han
ganado incluso la preferencia de los pobladores del lugar, de suerte que “se llevan a cabo en
los templos” desplazando a las otras danzas, “antiguas y sagradas”. Por ese motivo se suele
decir que el “turismo étnico” destruye lo que propone hallar, creando un sentimiento de “falsa”
cultura en la que toda sensación de pertenencia y significado queda erosionada.
I.II Sobre el extractivismo epistemologico.
Por su parte, Ramon Grosfoguel en un ensayo de 2016 analisa de forma más radical de
este fenómeno. En este, intenta ampliar el concepto de extractivismo ya que regularmente el
termino ha sido utilizado para definir un tipo de extracción de recursos naturales en gran
volumen o alta intensidad y que están orientados a ser exportados como materias primas sin
procesar. Dicho esto, lo que Grosfoguel pretende hacer en su ensayo es ampliar el concepto de
extractivismo económico a un extractivismo epistémico
Grosfoguel menciona que no se pueden poner los procesos extractivistas económicos
sobre los procesos de apropiación extractivistas epistémicos y extractivistas ontológicos como
si fueran equivalentes, sin embargo, pareciera que hay una fuerte relación entre ellos. Lo que
estos tienen en común es una actitud de cosificación y destrucción producida en nuestra
subjetividad y en las relaciones de poder por la civilización capitalista/patriarcal
occidentalocentrica/cristianocentrica moderna/colonial frente al mundo. La cosificación es el
proceso de transformar los conocimientos, las formas de existencia humana, las formas de vida
no-humana y lo que existe en nuestro entorno ecológico en objetos por instrumentalizar, con
el propósito de extraerlos y explotarlos para beneficio propio sin importar las consecuencias
destructivas que dicha actividad pueda tener sobre otros seres humanos y no-humanos.
Para adentrarnos en el extractivismo epistemológico, primero es necesario definir el
extractivismo económico. En la división internacional del trabajo el extractivismo es el
mecanismo que vincula la explotación de recursos naturales y materias primas en la periferia,
con todas sus consecuencias para la vida. El extractivismo económico, tiene consecuencias que
no se remiten solamente a la pauperización económica de los trabajadores mineros, sino
también a los procesos destructivos de la vida y la ecología planetaria.
El extractivismo significa, siguiendo a Grosfoguel, remover volúmenes de recursos
naturales que no son procesados para la exportación y es mucho más que simple extracción de
minerales y/o petróleo. El extractivismo se extiende hacia la agricultura, la pesca, los bosques.
Es un saqueo y despojo que viene desarrollándose desde la época colonial hasta el
neocolonialismo liberal de nuestros días. Se trata del saqueo, despojo, robo y apropiación de
recursos del sur global para el beneficio de unas minorías demográficas del planeta,
consideradas racialmente superiores, que componen el norte global y que constituyen las elites
capitalistas del sistema mundo. (ibidem: 128).
Respecto al extractivismo epistémico, Grosfoguel comienza cita a Leanne
Betasamosake Simpson quien en 2013 lanzo el concepto de extractivismo cognitivo; con este
Betasamosake busca extender el concepto de extractivismo económico a nuevas zonas de las
prácticas de dominación coloniales. Grosfoguel menciona que Betasamosake utiliza el ejemplo
del proyecto de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, donde se apropian de
las ideas de los pueblos indígenas del mundo para colonizarlas asimilándolas al conocimiento
occidentalista.
Al subsumir estos conocimientos de los pueblos al conocimiento occidental se les quita
la radicalidad política y la cosmogonía critica alternativa para mercadearlos mejor o
simplemente extraerlos de una matriz epistémica más radical para despolitizarlos. El
extractivismo intelectual, cognitivo o epistémico trata de una mentalidad que no busca el
dialogo que conlleva la conversación horizontal, de igual a igual entre pueblos, sino que busca
extraer ideas, así como se extraen materias primas para colonizarlas por medio de subsumirlas
al interior de los parámetros de la cultura y la episteme occidental. (id: 132).
Este extractivismo epistémico toma ideas (científicas, o ambientalistas [yo agregaría
también culturales) de las comunidades indígenas sacándolas de los contextos en que fueron
producidos para despolitizarlas y re-significarlas desde lógicas occidentalo-centricas. El
objetivo del extractivismo epistémico es el saqueo de ideas para mercadearlas y transformarlas
en capital económico o apropiárselas con el fin de generar capital simbólico (id: 133).
En la mentalidad extractivista, menciona Grosfoguel, todo objeto, tecnología o idea
producida por las culturas indígenas que les sea útil es extraída y asimilada a la cultura de los
colonizadores sin tomar en cuenta a los pueblos que produjeron dichos conocimientos. El
saqueo se hace excluyendo de los circuitos de capital simbólico y económico a los pueblos
productores de esos objetos, tecnologías o conocimientos. De esta manera se le extraen ideas,
objetos, y tecnologías para que otros se beneficien dejando a estos pueblos en la absoluta
miseria. Además de ser pueblos que han despojado de sus recursos y que han destruido su
medio ambiente por el extractivismo económico, al mismo tiempo son despojados de sus
conocimientos y tecnologías por el extractivismo epistémico.
II Conclusion.
Para cerrar, Grosfoguel retoma las palabras de Klein quien dice que la extracción y la
asimilación van de la mano. El colonialismo y el capitalismo están cimentados en la extracción
y la asimilación. La tierra se ve como un recurso, la cultura y el conocimiento son recursos, el
cuerpo es un recurso, porque son la posibilidad de expandir, mantener y sostener el sistema de
extraccion-asimiliacion. Es decir, el extractivismo y el asimilacionismo van de la mano. En la
visión del mundo extractivista todo se transforma en recurso extraíble para vender como
mercancía por una ganancia en el mercado mundial. Esto incluye desde las formas de vida
(humanas y no humanas) hasta los artefactos culturales y los conocimientos. Todo es visto
como instrumento que sostiene la vida extractivista y asimilacioncita.
Esta forma de ser despolitiza, descontextualiza y despoja los sentidos lingüísticos y
culturales ligados a los artefactos y objetos extraídos. De manera que además de extraer de
otros para beneficiarse a sí mismo, adicionalmente el extractivismo como forma de ser y existir
extrae/elimina los sentidos a las culturas indígenas para re-significar/asimilar todo dentro de
las formas de ser, sentir y pensar occidentalocentricas. Los artefactos y objetos que se extraen
tienen sentidos dentro de contextos culturales específicos. Una canoa, una planta, un tambor,
todos tienen sentidos éticos, políticos, espirituales para los pueblos. Pero cuando son trasferidos
a occidente, la canoa se convierte en mercancía, la planta en sustancia alucinógena y el tambor
en ritmo sin espiritualidad. Al sacarse de estos contextos y situarlos en un uno nuevo, se pierden
los sentidos y los significados indígenas pasando a ser asimilados a la matriz cultural
eurocéntrica de la modernidad. Grofoguel concluye esto diciendo que este principio de
asimilación es espistemicida, porque termina destruyendo los saberes y las practicas ancestrales
(id: 139).
La propuesta para enfrentar esto es lo que Betasamosake dice al respecto: hay que dejar
de ver a los indígenas como un recurso por extraer, dejar de verlos como una mina, y comenzar
a verlos como actores sociales que piensan y producen conocimiento valido para todos. Este
un primer paso hacia la descolonización epistémica que propone Betasamosake. Añade como
segundo paso la necesidad de vivir responsablemente y de alejarse del pensamiento
extractivista. Vivir responsablemente se explica con una frase de ella la alternativa al
extractivismo es una profunda reciprocidad. La reciprocidad profunda como una forma de ser
y estar en el mundo es la alternativa descolonizadora que ella propone. Vivir bajo el principio
de la reciprocidad implica el intercambio justo en las relaciones entre seres humanos y las
relaciones entre humanos y no-humanos.
Extraer sin devolver es el principio de la destrucción de la vida. Extraer tomando
cuidado de reproducir la vida y devolver lo que se extrae es un principio cosmológico
completamente distinto. Esto implica una ciencia ecología planetaria que no existe bajos las
estructuras de dominación de la civilización occidental que hoy es planetaria y la única
existente luego de destruir a todas las otras. Por último, retomo la voz de Betasamosake para
concluir que la descolonización epistémica no es suficiente, se requiere de un cambio radical
en las formas de ser, vivir y estar en el mundo

Bibliografía.
Alfaro Barbosa, Ana Cristina. (2010) Indígenas en la playa: venta ambulante e identidad en un
contexto turístico (Sayulita, Nayarit). Tesis para optar por el grado de maestra en antropología
social. CIESAS Occidente.
Comaroff, J. L., & Comaroff, J. (2011). Etnicidad SA Buenos Aires: Katz. Contreras Natera,
MÁ (2015): Crítica a la razón neoliberal. Del neoliberalismo al posliberalismo. México, DF:
Akal.
__________________________. (2013). Teoría desde el sur o cómo los países centrales
evolucionan hacia África. Siglo Veintiuno Editores.
Grosfoguel, Ramon. (2016). Del “extractivismo económico al “extractivismo epistémico” y al
extractivismo ontológico”: una forma destructiva de conocer, ser y estar en el mundo. Tabula
Rasa, (24), 123-143.

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