Vous êtes sur la page 1sur 5

Noviembre 30, 1916

Beneficios de reparar por los demás.


Estaba muy afligida por la privación de mi
adorable Jesús y lloraba amargamente, y como
estaba haciendo las horas de la Pasión, un
pensamiento me atormentaba diciéndome: “¿Ves
para qué te han servido las reparaciones por los
demás? Para hacer huir a Jesús.” Y pensaba
otros desatinos. Entonces el bendito Jesús
movido a compasión de mis lágrimas, me
estrechó a su corazón y me dijo:
“Hija mía, tú eres mi aguijón, mi Amor se
encuentra en aprietos con tus violencias. Si
supieras cuánto sufro al verte sufrir por
causa mía; pero la Justicia que se quiere
desahogar y tus violencias mismas me obligan a
esconderme, y como las cosas empeorarán, por
eso se necesita paciencia. Además has de saber
que las reparaciones hechas por los demás te
han servido muchísimo, porque reparando por
los demás tú querías hacer lo que hice Yo, y
Yo reparaba por todos y también por ti, pedía
perdón por todos, me dolía por las ofensas de
todos, como también pedía perdón por ti y por ti
también me dolía. Entonces, al hacer tú lo que
h i c e Yo , v i e n e s a t o m a r j u n t a s l a s
reparaciones, el perdón y el dolor que tuve por
ti. ¿Y qué te podría servir más, mis
reparaciones, mi perdón, mi dolor, o los tuyos?
Además Yo no me dejo vencer nunca en amor, y
cuando veo que el alma por amor mío está toda
atenta a repararme, a amarme, a pedir
perdón por los pecadores, Yo, para ponerme a
la par, en modo especial pido perdón por ella,
reparo y amo por parte suya y voy
embelleciendo su alma con mi Amor, con mis
reparaciones y con mi perdón. Por eso,
continúa reparando y no suscites contrastes
entre tú y Yo.”
Libro de Cielo. Noviembre 30, 1916
Volumen 11
“Hágase Tu Voluntad En La Tierra Como En El
Cielo”
Es mi intención solemne ofrecerte todo mi ser en
reparación por cualquier ofensa que recibas, hacer
el acto opuesto a las ofensas que las criaturas te
hagan y consolarte con mis besos y mis continuos
actos de amor. Pero veo que yo soy demasiado
miserable y tengo necesidad de ti para poder darte
verdadera reparación; por eso, me uno a tu
santísima humanidad y junto contigo uno mis
pensamientos a los tuyos para reparar los malos
pensamientos míos y de todos; uno mis ojos a los
tuyos para reparar las malas miradas; uno mi boca
a la tuya para reparar por las blasfemias y las
malas conversaciones; uno mi corazón al tuyo, para
reparar las malas inclinaciones, los malos deseos y
los malos afectos; en una palabra, quiero reparar
por todo lo que repara tu santísima humanidad,
uniéndome a la inmensidad de tu amor por todos y
al inmenso bien que les haces a todos. Pero no me
contento todavía; quiero unirme a tu Divinidad,
para hacer que mi vida se pierda en ella y así
pueda darte todo.
Hora 18. Las 24 Horas de La Pasion. Luisa
Piccarreta

616 El "amor hasta el extremo"(Jn 13, 1) es el que


confiere su valor de redención y de reparación, de
expiación y de satisfacción al sacrificio de Cristo.
Nos ha conocido y amado a todos en la ofrenda de
su vida (Cf. Ga 2, 20; Ef 5, 2. 25). "El amor de Cristo
nos apremia al pensar que, si uno murió por todos,
todos por tanto murieron" (2 Co 5, 14). Ningún
hombre aunque fuese el más santo estaba en
condiciones de tomar sobre sí los pecados de todos
los hombres y ofrecerse en sacrificio por todos. La
existencia en Cristo de la persona divina del Hijo,
que al mismo tiempo sobrepasa y abraza a todas las
personas humanas, y que le constituye Cabeza de
toda la humanidad, hace posible su sacrificio
redentor por todos.
Catecismo de la Iglesia Católica 675

“Cuando oigo estas Horas de mi Pasión, oigo mi


misma voz, mis mismas oraciones, veo mi voluntad
en esa alma, voluntad de querer el bien de todos y
de reparar por todos, y Yo me siento transportado a
morar en ella para poder hacer en ella lo que ella
misma hace.” Octubre 1914 Volumen 11

Vous aimerez peut-être aussi