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Los 14 Tipos de Familia que Existen y sus

Características

Por: Alberto Leon


Licenciado en Psicología. Universidad Yacambú

Existen distintos tipos de familia: nucleares, homoparentales, sin hijos, monoparentales,


reconstituidas, extensas, adoptivas, de abuelos y de acogida. A continuación te explicamos
sus características con detalle.

Las características de las familias actuales de México, España, Colombia, Argentina u otros
países de Latinoamérica son muy diferentes a las de hace cuarenta o cincuenta años, de
igual forma que las familias de esa época eran muy diferentes a las de otros cuarenta o
cincuenta años atrás. Y así sucesivamente hasta el origen de la humanidad. Es lo que podría
definirse como la Evolución de los modelos de familia.

¿Qué es una familia?

Existen muchas definiciones de familia planteadas por estudiosos en la materia.


Pongamos como ejemplo la de Palacios y Rodrigo (1998):
“La familia es una unión de personas que comparten un proyecto vital de existencia que se
desea duradero, en el que se generan fuertes sentimientos de pertenencia a dicho grupo,
existe un compromiso personal entre sus miembros y se establecen intensas relaciones de
intimidad, reciprocidad y dependencia”.

Lo curioso es que, aunque procedan de disciplinas diferentes y se aprecien variaciones entre


ellas, todas tienen en común que incluyen los siguientes elementos:
• Los miembros del grupo: un hombre adulto, una mujer adulta, una pareja
heterosexual u homosexual, los hijos de la pareja, etc.
• Los vínculos entre los miembros: biológicos, legales, afectivos…
• Las funciones.
Si atendemos a la definición dada como ejemplo, no es tan relevante la composición o
estructura de la familia como las funciones que cumple y las relaciones que se establecen
en ella.
¿Cuáles son los diferentes tipos de familia que existen?
En la actualidad, se pueden encontrar bastante diversidad en cuanto a los modelos
familiares. Los diferentes tipos de familia se pueden clasificar en:

Familias nucleares

Las familias nucleares están compuestas por una pareja de adultos que se hacen cargo de
uno o más hijos biológicos. Es por tanto la familia clásica.

Sus funciones principales son la crianza de los niños y conseguir el bienestar socioafectivo
de sus miembros. De hecho, existen investigaciones que afirman que los hombres casados
son más felicies que los solteros.
Sin embargo, no está claro si esto es una correlación o una causa. Es decir, podría ser que
los hombres que son más felices se casan precisamente porque eso les ayuda a encontrar
pareja.

La familia nuclear es el concepto tradicional de familia. Cuando se habla de «familia» en el


lenguaje popular, las personas hacen referencia a este tipo, aunque cada vez más se va
extendiendo más el término.

Familias homoparentales

Son familias formadas por dos padres o madres homosexuales y uno o más hijos.

Hasta hace poco, cuando se hablaba de pareja de adultos, sobre todo en estos temas, se
asumía que se trataban solamente de parejas heterosexuales. El rechazo existente hacia
esta modalidad familiar, predominante en ciertos sectores sociales, parte de las creencias
que aún se tienen sobre las personas homosexuales y de las creencias arraigadas sobre los
roles de género en la maternidad y paternidad. Y así lo demuestran los prejuicios sociales
más frecuentes que se han escuchado hacia este tipo de familias, como son, en general:
• “Gays y lesbianas son personas insanas, inestables, incapaces de formar familia y
carentes de habilidades parentales”.
• “Estas familias viven aisladas, en guetos formados únicamente por homosexuales,
sin redes sociales de apoyo”.
• “Estos niños y niñas muestran un desarrollo psicológico alterado por carecer de
los necesarios referentes masculinos y femeninos”.
• “Estos niños van a tener muchos problemas porque sufrirán rechazo social”.
• “Esos niños van a acabar siendo homosexuales también”.
• “En ese ambiente, estos niños pueden sufrir abusos sexuales”.

Estos prejuicios aún perduran a pesar de las numerosas investigaciones y estudios


realizados por importantes instituciones como la American Psychological Association (APA)
o la American Academy of Pediatrics (AAP). Estos demuestran que los hijos con padres del
mismo sexo llevan una vida de lo más normalizada y que esto no influye de forma negativa
en su desarrollo. Es más, incluso hay datos que defienden todo lo contrario. Los hijos de
parejas homosexuales cuentan con una mejor salud mental, más autoestima y roles de
género más flexibles. Esto se debe a que suele ser una maternidad y paternidad muy
reflexionada, lo que les lleva a investigar sobre el desarrollo infantil, propiciando estilos
educativos adecuados y un ambiente familiar en el que los hijos se sienten queridos y
protegidos, a la vez que se alienta la autonomía e independencia.

Familias monoparentales
La familia monoparental es la que está formada por un solo padre, ya sea hombre o mujer.

Esta modalidad de familia tampoco se libra de la crítica y la especulación, tanto en el caso


de las mujeres solas como de los hombres, aunque estos últimos continúan estando en
minoría.

Hace unos años, cuando se hablaba de familias monoparentales, el perfil más común era el
de la madre divorciada que se tenía que hacer cargo de los niños en solitario porque el
padre se había desentendido. También se daba el caso de muchachas adolescentes que se
habían quedado embarazadas y, de nuevo, el padre biológico se había desentendido. Hoy
en día ese perfil ha cambiado un poco. Si bien es cierto que siguen abundando las madres
divorciadas, en los últimos años se ha producido un aumento considerable de mujeres que
han decidido ser madres en solitario a través de métodos de reproducción asistida.

Igualmente, son cada vez más los padres que tras el divorcio deciden quedarse con la
custodia de sus hijos, reivindicando así su derecho a ejercer la paternidad en igualdad de
condiciones que las mujeres. Al igual que ocurre con las familias homoparentales, el tipo de
familia monoparental cuenta con sus correspondientes creencias culturales y prejuicios
referentes a los roles de género en su mayoría. Por ejemplo:

• “Un hombre sólo no es capaz de criar a su hijo”.


• “Los hijos están mejor con sus madres”.
• “Estos niños y niñas muestran un desarrollo psicológico alterado por carecer de
una figura paterna/materna”.

En el caso de las mujeres que deciden ser madres en solitario o terminan siéndolo porque
no les queda más remedio, no se cuestiona tanto su capacidad como madre como el efecto
que tendrán en los más pequeños la ausencia de una figura paterna. Sin embargo cuando
se habla de padres solos, las dudas sobre el adecuado desarrollo de los menores se
disparan, basándose sobre todo en argumentos que cuestionan la capacidad y habilidad de
los hombres para ser padres. De hecho, para los padres divorciados es normal encontrarse
con trabas tanto legales como de las propias madres de sus hijos, resultando bastante
complicado que consigan la custodia exclusiva e incluso a veces hasta la compartida.
Todo esto resulta un tanto contradictorio para una sociedad que busca conseguir la igualdad
de derechos y de roles entre hombres y mujeres. Por otra parte, los estudios realizados
sobre el desarrollo de los niños en familias monoparentales concluyen que son niños que
crecen tan “normales” como cualquier otro.

Familias reconstituidas, ensambladas o compuestas

Esta modalidad familiar tal vez sea la que más abunda en la actualidad debido al gran
número de divorcios que se producen. Son formadas por ejemplo por los hijos biológicos
del padre y los hijos biológicos de la madre. Son por tanto hermanastros que forman una
familia por haberse unido sus padres tras separarse de sus anteriores parejas.
Familias de tres generaciones o extensas

Son las formadas por miembros pertenecientes a distintas generaciones que conviven
juntos. Por ejemplo, una familia formada por una pareja -padre y madre-, sus hijos y el
abuelo. Este es otro tipo tradicional de familia, más extendido en países con menos recursos
económicos y en culturas con valores familiares en las que se valora más al grupo.

Familias adoptivas

Estas familias son más comunes en los países desarrollados, cuyas familias tienen más
recursos económicos para adoptar niños de su propio país o de otros. Por ejemplo, en
España existen familias nucleares, monoparentales y parejas homosexuales que adoptan
niños de Rusia, Asia, Ucrania y países de África.
Familias de acogida

Una pareja o un adulto en solitario decide acoger en su casa a uno o más niños hasta que
encuentren un hogar permanente. Este tipo de familia también es más frecuente en países
de desarrollados. Por otra parte, son más frecuentes tras épocas de guerra, cuando los
padres han muerto o no han podido huir de sus países.

Familias sin hijos


Son las formadas por dos adultos, heterosexuales u homosexuales, que no tienen hijos, ya
sea porque lo han decidido o porque lo han podido.

Debido a la actual situación social y económica social, en la que los jóvenes tienen más
dificultad de acceder a la vivienda, con sueldos generalmente más bajos, tener hijos se ha
vuelto algo no prioritario y que se pospone hasta los 30 o incluso 40 años. Relacionado con
este tipo de familia esta la crisis de natalidad que tienen países como Japón o España.
Especialmente en Japón las mujeres han comenzado a valorar más el área profesional de
sus vidas, dejando en un segundo lugar la posibilidad de tener pareja e hijos.
Familia de abuelos

Esta clase de familia se da cuando los abuelos cuidan a sus nietos, debido a que los padres
los han abandonado, han muerto o tienen problemas de adicciones o legales. Dependiendo
de la situación particular de los abuelos, los hijos pueden quedarse con ellos hasta que sean
mayores de edad y puedan decidir, o entrar en programas de adopción.

Familias con padres separados

Aunque se pueda entender como una familia rota, no quita que siga siendo una familia, ya
que habiendo hijos de por medio, los vínculos, derechos y obligaciones seguirán existiendo.
Familia matrifocal

Este tipo de familias es propio de Jamaica, Dominica, Antillas francesas o algunas regiones
de Estados Unidos. Se trata de un sistema de organización familiar en el que la madre y su
familia materna tienen el mayor peso de la familia.

Puede existir un varón como pareja o esposo, pero su presencia es esporádica y no tiene
ningún tipo de relevancia en las decisiones acerca de la crianza de los hijos biológicos o
adoptivos.

Familia comunal

La familia comunal normalmente se compone de una serie de parejas monógamas con hijos
que deciden vivir en comuna y compartir derechos y obligaciones entre todos, incluida la
crianza de los niños. Son ellos mismos los que establecen los límites a los que pueden llegar.

Familias unipersonales

Es posiblemente el tipo de familia que más está creciendo en las últimas décadas, razón por
la que cada vez está más aceptada. Consta de un solo miembro que vive soltero, aunque
puede tener relaciones que nunca llegarán a formalizarse.

Familias con mascotas

Hasta hace no mucho, el vínculo que unía a una familia era la descendencia, es decir, tener
un hijo o hijos. Sin embargo, cada vez son más las parejas que viven sin la necesidad de
traer un hijo al mundo, dando todo su amor a una mascota. El sentimiento emocional de
estas personas con el perro, gato u otra mascota puede ser tan fuerte como el que se puede
tener con otro humano, dándole un tratamiento similar y no privándole de compartir
momentos o experiencias.
Funciones de la familia

Al igual que se han propuesto definiciones variadas de concepto de familia, existen


diferentes percepciones en lo que respecta a sus funciones.

Haciendo mención a una de ellas, Allard (1976) defiende que las que debe cumplir toda
familia son las de cubrir las necesidades de tener, de relación y de ser.

• Necesidades de tener: son los aspectos económicos, bienes materiales y


educativos necesarios para vivir.
• Necesidades de relación: hacen referencia a la socialización, a amar y a sentirse
amado y aceptado por los demás, a la comunicación.
• Necesidades de ser: no son más que el sentido de identidad y autonomía de uno
mismo.

Aunque todas estas funciones son importantes, la literatura hace más hincapié en la
relevancia de la familia como instrumento de socialización. La socialización es el proceso
por el que se adquieren las creencias, valores y conductas que una sociedad considera
significativas. Es el medio con el que se regula la conducta de los niños y se controlan sus
impulsos, ayuda al crecimiento personal del individuo y perpetúa el orden social.

Así, el entorno familiar es el primero al que los más pequeños pueden acceder para
relacionarse y aprender estas cosas, por lo que es importante que la familia sea capaz de
cubrir esta necesidad básica para el buen desarrollo de sus miembros.

Familia en México

El concepto de familia en la sociedad mexicana se ha transformado con el pasar del tiempo


y con las modificaciones sociales producto de los distintos acontecimientos y experiencias
vividas en ese país. Sin embargo, puede afirmarse que en México la familia sigue siendo
apreciada como un núcleo fundamental de la sociedad.
Según un estudio publicado en la revista Ciencia Ergo Sum, en el inicio de la época de
industrialización mexicana, hacia 1910, el hecho de que los hombres —considerados
cabezas de familia— debieran viajar de la periferia a las zonas industriales implicó que las
mujeres se encargaran tanto de las tareas domésticas como de los cultivos.

Esto trajo consigo un cambio en el rol femenino y, por ende, en la estructura familiar. Otro
elemento importante de esa época es que era un hecho común el fallecimiento de miembros
de la familia. Esto generó familias incompletas, con la influencia emocional que ello conlleva.
En medio de este contexto era preferible tener familias pequeñas, a las que los progenitores
pudieran ofrecer mejores posibilidades y una vida de mayor calidad.

Varias décadas más adelante, entre los años 1940 y 1950, México vivió un desarrollo
económico que generó mayor estabilidad y que fue el escenario propicio para que las
mujeres alcanzaran ciertas reivindicaciones, lo cual tuvo sus raíces en la Revolución
mexicana y cambió de nuevo la estructura familiar conocida hasta entonces.

El hecho de que las mujeres mexicanas comenzaran a tener presencia en ámbitos


educativos, políticos y laborales hizo que el rol doméstico no fuera absoluto. Aunque esto
en líneas generales ha sido positivo para las mujeres, también ha traído una consecuencia
desfavorable, y es que como consecuencia de las jornadas de trabajo las madres debían
dejar a sus hijos con otros familiares, lo que fue creando un distanciamiento familiar
reflejado en la relación entre padres e hijos y también entre los cónyuges.

Familia monoparental

Estudios señalan que entre 1990 y 2000 incrementó la tasa de divorcios y bajó la cantidad
de nuevos casamientos. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía indicó que en 2010
por cada 100 casamientos civiles había 16 divorcios. Este hecho ha desencadenado en que
la estructura de la familia mexicana en términos generales haya pasado de ser nuclear a
ser monoparental.

Dado este contexto, diversas instituciones en pro de la familia han promovido acciones para
fomentar la unión familiar desde ámbitos tan variados, como la escuela y el trabajo. Dichas
iniciativas buscan transformar el concepto actual de la familia, y promover una
reivindicación de todos los miembros de la misma.

Familia en Colombia

Algunos investigadores señalan que la estructura familiar colombiana es sumamente


variable dependiendo de la región que se tome en cuenta, esto como consecuencia de las
diferencias culturales y sociológicas que pueden encontrarse en las distintas zonas del país.

Este concepto fue denominado poliformismo familiar, nombrado así por la investigadora
Virginia Gutiérrez de Pineda. Posteriormente, este término dio paso a otro llamado
diversidad familiar.

Ambos recalcan la existencia de características diversas de las familias colombianas, según


la cultura, el nivel socioeconómico y la herencia propia de la región del país que se habita.

Por ejemplo, se ha considerado que las familias que habitan en zonas rurales tienen una
mayor tendencia a permanecer unidas y a ser más sólidas, en parte por el aislamiento
consecuencia del lugar geográfico, que evita la influencia directa de elementos como los
medios de comunicación y otros canales de difusión.

Por otro lado, las familias que conviven en regiones urbanas están más expuestas a distintas
visiones, además de que el ritmo de vida y la dinámica general que caracteriza a una ciudad
influyen directamente en la estructura familiar y en su desenvolvimiento en el día a día.

Monoparental

Según datos generados por la Encuesta Nacional de Demografía y Salud realizada en 2015,
la mayoría de los hogares colombianos están conformados por un solo progenitor; es decir,
son monoparentales. Considerando los datos de esta encuesta, estos hogares corresponden
al 11,2 % de las familias encuestadas.
La cantidad de hijos dentro del matrimonio también ha disminuido. Al final del año 1960 lo
más común es que una mujer colombiana tuviera entre 6 y 7 hijos; actualmente esa cifra
ha decrecido a 2. Por supuesto, esto tiene influencia en el tamaño de los hogares: en 1990
un hogar en Colombia estaba conformado en promedio por 4,5 personas. En la última
encuesta realizada, la cifra es de 3,2 personas por hogar. Otro dato curioso es que han
aumentado notablemente las familias cuyo líder es una mujer, estructura antes no tan
común. Según datos de 2016, en las principales ciudades colombianas se considera que un
39,6 % de las familias están lideradas por la madre, o figura femenina.

Familias en Perú

Según investigaciones realizadas en 2017 por el profesor Rolando Arellano, la mayoría de


las familias peruanas actuales ha sufrido una transformación en cuanto a cantidad de
miembros, con relación a épocas pasadas.

Según los resultados obtenidos en sus investigaciones, gran parte de las familias en Perú
son pequeñas; aun cuando anteriormente las familias incluían dentro a los miembros no
directos, como abuelos, primos y tíos, actualmente la estructura más esencial incluye en el
mejor de los casos solo a los progenitores y a los hermanos.

Un elemento interesante de esta investigación es que se pone en evidencia que, en general,


las siguientes generaciones de una familia están disfrutando de una mejor calidad de vida
gracias al esfuerzo que antaño hicieran los progenitores.

Es decir, un grupo familiar cuyos líderes tenían un nivel socioeconómico bajo pudieron
generar las circunstancias propicias para que sus hijos cursaran estudios y tuvieran la
posibilidad de, por ejemplo, una mejor educación.

Otro aspecto relevante es la diversificación de intereses que pueden presentar los hijos de
una familia; en términos generales, las opciones de formación han aumentado.
Por esto no deben seguir necesariamente un único curso de acción para ser exitosos, sino
que pueden dedicarse a distintas actividades que les generen placer; por ejemplo, en este
contexto es posible que un hijo de una familia peruana se plantee estudiar diseño mientras
su hermano quiere dedicarse a la ingeniería y su otra hermana prefiere la actuación.

Porcentaje monoparental considerable

Un estudio llevado a cabo en el año 2013 por Child Trends, el National Marriage Project de
la Universidad de Virginia y el Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad de
Piura, determinaron que un 24 % de los niños de Perú que tienen menos de 18 años ha
crecido con una sola figura paterna o materna.

Esta cifra da a entender que existe un porcentaje considerable de familias monoparentales


en Perú.

Mujer emprendedora

Otro elemento característico de la familia peruana es el cambio en el rol de la mujer. Según


estudios demográficos, las migraciones de la figura masculina en busca de sustento para el
hogar trajeron como consecuencia, entre otras cosas, que la mujer tuviera menos
embarazos.

Esto conlleva que tiene menos hijos que atender y más tiempo para dedicarse a otras tareas,
además de las tradicionalmente asignadas: criar a los hijos y atender el hogar. Esto no se
ve reflejado solo en las familias monoparentales cuya única representante es la mujer. En
las familias nucleares peruanas se observa que la mujer tiene una mayor participación, y
que sus decisiones tienen más repercusión en todos los integrantes de la familia. Esto ha
sido resultado de la necesidad de independencia que ha tenido la figura femenina en el
contexto migratorio peruano.
Familia en Venezuela

Tradicionalmente, la familia venezolana ha estado inmersa dentro de un matriarcado.


Estudiosos del tema, como el investigador Alejandro Moreno Olmedo, indican que esta visión
de la estructura familiar monoparental liderada por la figura femenina tiene su origen en
épocas de la Conquista española.

En esa época muchas mujeres quedaron embarazadas y debieron hacerse cargo de sus
hijos. Este matricentrismo, como se denomina a las familias cuyo líder es la madre, ha
caracterizado a la familia venezolana a lo largo de su historia. Algunos estudios indican que
este es el origen de la inexistencia de una estructura armónica y constructiva del concepto
de familia en términos generales; en cambio, el padre tiene un rol prácticamente
inexistente, que en muchos casos ha resultado ser muy perjudicial.

Así como en los casos anteriores, en Venezuela también se ha transformado el concepto de


la familia con el pasar de los años. La figura femenina comenzó a integrarse más en el
ámbito laboral, y esto implicó que, en las familias nucleares, no fuera solo el hombre el
procurador de insumos, sino también la mujer. A partir de esta especialización, otra
característica de la familia venezolana es que los distintos miembros se han convertido en
procuradores, en muchos casos debido a la necesidad de subsistencia teniendo como
contexto una situación económica precaria.

En definitiva, la situación de la familia venezolana actual permite confirmar que la


característica matriarcal de épocas pasadas sigue presente en distintos ámbitos. En general
se trata de una estructura monoparental en la que la madre y los hijos son lo más
importante, siendo la primera la defensora acérrima de los segundos.

Éxodo actual

Actualmente Venezuela ha vivido el éxodo más grande de su historia, dado que


aproximadamente 1,6 millones de venezolanos han decidido emigrar a distintos países como
consecuencia de la precaria situación económica, social y sanitaria que vive este país
latinomericano.
Este enorme éxodo, llevado a cabo en apenas 3 años, ha traído como consecuencia que
muchas familias se hayan separado; en esta dinámica se incluye a los miembros directos
(padres o hijos separados) y a los menos cercanos, como los abuelos, los primos, los tíos y
otros miembros.

Familia en España

Para la sociedad española, la familia aún se considera un elemento central de la sociedad.


Lo más característico de la estructura de la familia en España es que esta ha venido
experimentando una evolución interesante basada en la tolerancia y el respeto a la
diversidad.

Es así como pueden verse familias cuyos progenitores son del mismo sexo, son padres con
hijos adoptados o engendrados de forma artificial. Así mismo, es común observar familias
que no están constituidas bajo la figura del matrimonio, pero que tienen una estructura
bastante sólida.

Motivos

Distintas razones son las que han dado pie a estas estructuras atípicas de la familia, como
la dinámica cotidiana y el hecho de que muchas mujeres deciden esperar hasta edades
avanzadas para procrear.

También ha influido la tardanza en abandonar el hogar paterno como consecuencia de poca


solvencia económica, o incluso el deseo de explorar distintas posibilidades antes de
asentarse en el marco de una familia.

Todas estas razones pueden tener un origen común: las reivindicaciones relacionadas con
generar mayor igualdad entre mujeres y hombres. Roles tradicionalmente dados a las
mujeres han ido relevándose a los hombres, o simplemente se han dejado de dar por
sentado.
Por ejemplo, estudios llevados a cabo por la Oficina Europea de Estadística determinaron
que en 2014 las mujeres españolas eran las que menos cantidad de hijos tenían en el mundo
cada año (la media era de 1,32 hijos por mujer española).

Estos mismos estudios indican que en 2014 un 40 % de los hijos nacían fuera del
matrimonio; aunque en general se trata de hogares sólidos y con igual validez, algunos
expertos indican que esta ausencia de legalidad puede generar propensión a separaciones.

Contexto económico

Como se mencionó anteriormente, la situación económica vivida por España en los últimos
40 años también ha incidido en las decisiones que han marcado la estructura familiar
española.

Indudablemente, la incapacidad de costearse un piso en donde formar una familia o de


tener la solvencia económica para responder ante sus futuras necesidades, implica un
cambio en el concepto familiar.

Según cifras generadas por el Informe de Evolución de la Familia en España, realizado en


2016, el 25 % de las familias españolas en ese momento eran monoparentales; es decir, 1
de cada 4 familias estaba liderada por un solo miembro. Esto equivale a 4,5 millones de
familias. Ese mismo estudio indicaba que los matrimonios rotos en España superaban el
promedio correspondiente a la Unión Europea por unos 20 puntos, y se estima que la razón
principal de estas rupturas es el divorcio.

La diversidad familiar

Que las familias han cambiado es un hecho. Y a la luz de los numerosos estudios e
investigaciones, parece que el mayor problema que tienen cada uno de estos tipos de familia
es el rechazo por parte de la sociedad en la que se encuentran. La cual, aún con datos
científicos, a veces se queda estancada en sus creencias.
Porque cuando se produce algún cambio social, ante el desconocimiento, lo que se suele
alegar es que va a tener consecuencias negativas, en este caso psicológicas.

Los prejuicios, los estereotipos, las etiquetas, el dar por hecho que el modelo tradicional es
el único válido y lo que se sale de su rango es perjudicial… Todo esto no hace más que
generar odio, malestar o violencia, propiciando lo que tanto se teme: los problemas
psicológicos en las personas.

Ninguna persona es igual a otra, como tampoco ninguna familia es igual a otra: unas tienen
perro, otras el padre/madre ha fallecido, otras viven con los abuelos…

Por ejemplo, un niño que crece con perros o mascotas en general aprende una serie de
valores a edades más tempranas que otros que no lo han hecho, sin que esto merme las
capacidades de los niños que crecen sin mascotas.

Es importante la normalización, tanto para los padres como para los niños. Sin ir más lejos,
es necesario que los niños vean que en la escuela, que es su principal entorno de
aprendizaje social, no son unos bichos raros porque en el material escolar solo se incluye a
la familia formada por un padre, una madre y los hijos.

La sociedad no se da cuenta de que lo que se consideraba como “familia normal”, ya apenas


existe. Lo normal, lo común, es la diversidad.

https://www.youtube.com/watch?time_continue=8&v=YQlRV3jKA44&feature=emb_title
Video complementario. Tipos de familia.
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