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N° 15 (Año II) Septiembre 2007

LA VAGUEDAD Y LA AMBIGÜEDAD JURÍDICA

LIC. ROSALÍA FABIOLA HERREJÓN LÓPEZ 1

SUMARIO

I. INTRODUCCIÓN; II. LA VAGUEDAD; III. LA AMBIGÜEDAD; IV.


CONCLUSIONES; V. FUENETS DE INFORMACIÓN.

I.                   INTRODUCCIÓN

La ciencia del Derecho es blanco de múltiples críticas, debido a su


naturaleza lingüística, en la que el empleo del sentido común de las palabras
ordinarias del lenguaje, introduce un conjunto de problemas de interpretación
de los preceptos legales. Problemas referidos a categorías como la vaguedad y
la ambigüedad. Dichos problemas de interpretación podrían resolverse a partir
de una técnica legislativa que emplee un lenguaje legal igualmente técnico, un
lenguaje inventado por los abogados para los diversos integrantes de la
profesión jurídica.

Ahora bien, la inclusión de conceptos y definiciones en los diferentes


ordenamientos jurídicos tiene como finalidad que éstos sean claros, evitando

1 Licenciada en Derecho por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Estudiante de la


Maestría en Derecho en la misma Casa de Estudios.
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los problemas de ambigüedad y vaguedad de los mismos. De hecho, el uso de


estas definiciones puede convertirse en un problema de técnica legislativa,
cuando se repiten los términos, o, en el peor de los casos, cuando éstos se
contradicen.

En general la ambigüedad y la vaguedad. se presentan cuando los


conceptos jurídicos se manejan en una ley o en un código, de manera
indefinida o contradictoria. 

II.                  LA VAGUEDAD

Se podría decir que la vaguedad es una característica propia de los


conceptos, ya que un concepto es vago cuando hay casos respecto a los
cuales su aplicación no está definida con precisión en este supuesto no es que
no se sepa el significado del término, sino que se duda dónde termina su
campo de aplicación.

En el ámbito jurídico se pueden encontrar diversos ejemplos como el de l


palabra “Derecho” es vaga combinatoriamente, en el sentido de que parece
difícil fijar las propiedades que la difieren (Atienza, pág. 14). Es más en
ocasiones se torna difícil encontrar el rasgo común en los objetos, referidos por
el mismo término. También el vocablo “dignidad”, se puede referir no sólo a
cuestiones de un trato digno en cuanto al cuerpo físico, sino también a
cuestiones de humillación, vulneración etc.

En fin existen múltiples ejemplos de palabras, términos o frases que


adolecen de vaguedad.

El ámbito jurídico no escapa a este rasgo del lenguaje. Son muchos los
términos que aparecen en las disposiciones jurídicas que son vagas.

Un ejemplo de es el artículo 8 de nuestra Constitución Política de los


Estados Unidos Mexicanos que a la letra dice: “ los funcionarios y empleados
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públicos respetarán el ejercicio del derecho de petición siempre que ésta se


formule por escrito, de manera pacífica respetuosa; pero en materia política
sólo podrán hacer uso de ese derecho los ciudadanos de la República. A toda
petición deberá recaer un acuerdo escrito de la autoridad a quien se haya
dirigido, la cual tienen obligación de hacerlo conocer en breve término al
peticionario”

En este artículo el concepto de breve término, es un concepto vago, ya


que no especifica en cuanto tiempo debe la autoridad dar a conocer la
respuesta a la petición.

Al respecto existe el siguiente criterio jurisprudencial:

No. Registro: 213,551


Tesis aislada
Materia(s): Común
Octava Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XIII, Febrero de 1994
Tesis:
Página: 390
 
PETICION. DERECHO DE. CONCEPTO DE BREVE TERMINO. La
expresión "breve término", a que se refiere el artículo 8o. constitucional,
que ordena que a cada petición debe recaer el acuerdo correspondiente,
es aquel en que individualizado al caso concreto, sea el necesario para
que la autoridad estudie y acuerde la petición respectiva sin que, desde
luego, en ningún caso exceda de cuatro meses. 2
 

III. LA AMBIGÜEDAD.

2 CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER


CIRCUITO. Amparo en revisión 1244/93. Isidro Landa Mendoza. 4 de agosto de 1993. Unanimidad de
votos. Ponente: Jaime C. Ramos Carreón. Secretaria: Mayra Villafuerte Coello.
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Es importante primero establecer que una palabra ambigua es aquella


que tiene más de un significado. De hecho se podría decir que muchas de las
palabras que se encuentran contenidas en los diccionarios jurídicos son
calificadas de ambiguas, ya que dan lugar a la incerteza en un caso o uso
particular. Así se podría decir que: “una palabra no es ambigua de por sí, es
usada ambiguamente; es ambigua cuando no se puede saber por el contexto
cual de los sonidos es el que se está usando” (Hoppers, 1982, p.28).

Los lingüistas distinguen dos clases de ambigüedad que son: el primero


la homonimia que son palabras con significados distintos pero que poseen la
misma forma, y como ejemplo ésta el término “vicio”, que es utilizado en
diversas ramas del derecho.

Y el segundo que son los que derivan de la polisemia, es decir cuando


se producen varios significados de un único término y éstos significados están
relacionados entre si (Hoppers, 1982. p-ag.25).. Un ejemplo de ello erái la
palabra “protesta” que puede significar tanto una aceptación o no estar de
acuerdo con algo, y en tanto es lo que es una protesta.

Existen diversos tipos de ambigüedad semántica y son:

Ambigüedad de proceso-producto. y dentro del ámbito del Derecho


ocurre con el término “prueba” que puede significar tanto la acreditación de la
certeza de un hecho, así como la actividad que desarrollan las partes con el
tribunal para adquirir el conocimiento de la verdad de un hecho o para fijarlos
como ciertos a los efectos de un proceso.(Diccionario jurídico España, 1993
pág. 825).

Ambigüedad por uso figurativo del lenguaje. Se produce cuando el


uso de una palabra puede dar lugar con el tiempo a un significado
independiente del original. Por ejemplo el término “incisivo”, que puede en un
principio significar algo que va a empezar, pero luego se puede referir a abrir
algo.
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Ambigüedad sintáctica. Es la que surge del empleo de las constantes


lógicas fuera del lenguaje lógico o por la construcción gramatical de las
oraciones, esto es de la manera en que están conectadas las partes de la
estructura de la oración.(Ross,1994. p.119). Esta es la clase de ambigüedad en
la que los juristas deben de centrar más su atención.. Y un ejemplo de esta
clase de ambigüedad es cuando se emplea la conectiva “o” dentro de una
frase, ya que se le pueden dar dos sentidos a la frase, el primero sería un
sentido excluyente, y el segundo un sentido no excluyente. Existen infinidad de
ejemplos al respecto por lo usual del término o, que es una conexión muy
usable dentro de las frases que conforman las diversas legislaciones.

El ámbito jurídico no escapa a este rasgo del lenguaje. Son muchos los
términos que aparecen en las disposiciones jurídicas que son ambiguos.

Un ejemplo es el que se encuentra en el artículo 6 de nuestra


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que a la letra dice: “La
manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o
administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, los derechos de
tercero, provoque algún delito o perturbe el orden público; el derecho a la
información será garantizada por el Estado.

En el caso de la palabra moral, resulta con ambigüedad, ya que atacar a


la moral puede tener diversos significados, y existe el siguiente criterio
jurisprudencial:

El caso de la "moral" (así en singular) es muy ilustrativo. Si se revisa la


interpretación que ha hecho el Poder Judicial Federal de este término, se
comprenderá su inadecuación a un contexto democrático. La Corte ha dicho
que:

(...) Dado el carácter variable de la noción de buenas costumbres


y de moral pública, según sea el ambiente o grado de cultura de una
comunidad determinada, es necesario dejar a los jueces el cuidado de
determinar cuáles actos pueden ser considerados como impúdicos,
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obscenos o contrarios al pudor público. A falta de un concepto exacto y


de reglas fijas en la materia de moralidad pública, tiene el juez la
obligación de interpretar lo que el común de las gentes entienden por
obsceno u ofensivo al pudor, sin recurrir a procedimientos de
comprobación, que sólo son propios para resolver cuestiones puramente
técnicas3.

IV.               CONCLUSIONES

Por lo anteriormente expuesto, puedo citar los siguientes puntos


concluyentes:

1) La ambigüedad y la vaguedad. se presentan cuando los


conceptos jurídicos se manejan en una ley o en un código, de manera
indefinida o contradictoria. 

2) Un concepto es vago cuando hay casos respecto a los cuales su


aplicación no está definida con precisión en este supuesto no es que no se
sepa el significado del término, sino que se duda dónde termina su campo de
aplicación.

3) Una palabra ambigua es aquella que tiene más de un significado, y


en el campo del derecho existen una infinidad de ejemplos.

4) Los problemas de interpretación como lo son la vaguedad y la


ambigüedad podrían resolverse a partir de una técnica legislativa que emplee
un lenguaje legal igualmente técnico, un lenguaje inventado por los abogados
para los diversos integrantes de la profesión jurídica.

3 Semanario Judicial de la Federación, Quinta Epoca, Primera Sala, tomo LVI, p. 133.
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V              FUENTES DE INFORMACIÓN

1)     LEGISLACIÓN
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS.
LEY DE AMPARO REGLAMENTARIA DE LOS ARTÍCULOS 103 Y
107 DE AL CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS.
2)     BIBLIOGRAFÍA

ATIENZA, Manuel, Introducción al derecho, Barcanova, Barcelona


1985.

HOPPERS, John Introducción al análisis filosófico, trad. de J. C.


Amero Alianza Universidad Madrid, 8Prentice Hall, New Jersey 1967), ed.
1982.

ROSS, Alf, Sobre el derecho y la justicia, trad. de G. Carrión,


EUDEBA, Buenos Aires 1994.

3)     HEMEROGRAFÍA
Seminario Judicial de la Federación.

4) CIBERGRAFÍA

Diccionario jurídico España, Madrid 1993.

http://homepage.mac.com/joseluisperez/documents/ambiguedad.pdf

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